Draco empezó a bocetar en su cuadernillo personal, pero tenía el ceño fruncido, eso era una mala señal, por lo cual la modelo que estaba posando ya había empezado a temblar imperceptiblemente ante lo que sabía que iba pasar.
Draco Malfoy era un célebre artista independiente pero que tenía un muy mal carácter. Cuando se bloqueaba dejaba de dibujar, no importaba si estaba casi a punto determinarlo, se irritaba y echaba a la modelo que tuviera.
Era el niño mimado de todos sus conocidos y siempre le perdonaban su comportamiento.
-¡Ahj! Tan solo vete-chillo Draco mientras tiraba al suelo el lápiz que estaba usan.
La modelo rápidamente cogió sus cosas y huyo despavorida antes de que pasara algo más.
Minutos después unos suaves pasos resonaron a fuera en el pasillo para luego sentir que abrían la puerta de la sala.
-Hay, amigo, esta creo que es la decima modelo que hechas, en serio estas teniendo una mala racha-dijo la conocida voz de su mejor amigo, Blaise Zabinni, mientras se acostaba en el sillón donde hace pocos minutos estaba la modelo.
-No estoy teniendo una mala racha, Blaise, solamente que esas tipas son unas incompetentes-siseo Draco mientras organiza sus materias y hojas.
-Si, si, síguete diciendo lo mismo. Bueno ¿Quieres ir a comer algo?-dijo Blaise que ya estaba acostumbrado al comportamiento de su mejor amigo.
Draco le mando una mirada irritada.
-No, tengo que terminar un cuadro a un no puedo salir-dijo Draco.
El no entregaba un cuadro hace un mes y los de la galería ya le estaban insinuando que necesitaba entregarles un nuevo.
-¡Oh vamos! No tienes inspiración, necesita salir y tomar aire fresco. Después te dejare quedarte el tiempo que quieras en este estudio-dijo Blaise mientras inspeccionaba el salón buscando la cadena invisible que ataba a su amigo a ese lugar.
Draco miro extrañado unos instantes a su mejor amigo para luego suspirar totalmente rendido.
-Bien... lo haré, pero ni se te ocurra volver a llevarme a esos sitios raros como la otra vez-le amenazo Draco. La última vez lo había llevado a un bar karaoke que estaba repleto de personas de cuestionable sexo.
-No es mi culpa lo gemelos me dijeron que ese era un excelente lugar para divertirse-le respondió Blaise cruzándose de brazos e incorporándose.
-Sabes que no debes creerle jamás a los gemelos Weasley-le reprocho Draco. Los gemelos eran los cuñados de Blaise y siempre les gustaba hacer bromas. Draco se sentía feliz de no tenerlos cerca.
-Pensé que ya habíamos pasado esa etapa y además sonaban muy convincentes-se justifico Blaise- Esta vez es diferente porque saldremos en grupo.
-No estarás planeándome otra de esas citas a ciegas ¿o si?-pregunto Draco fríamente mirando fijamente a su mejor amigo
Blaise miro con fingida inocencia a su mejor amigo para luego empezar a destornillarse de la risa.
-No, Draco, por ahora quiero seguir con vida. Solamente seremos Pansy, vos, yo y los amigos de mi Ronnie-dijo Blaise.
Draco miro a su mejor amigo como su le hubiera salido una segunda cabeza, realmente tenía que reunirse más seguido con su mejor amigo, tanto Griffindor ya lo estaba afectando. Unos días más y seguramente lo encontraría tirando flores por el camino.
-Solamente iré por que quiero ver que tan grave es tu contusión cerebral-dijo Draco retirándose de la sala para ir a su habitación para alistarse.
Blaise se quedo en el estudio y reprimió el bufido que estaba por soltar. Busco en sus bolsillos hasta encontrar su celular y marco para llamar a alguien.
-¿Hola?-se escucho del otro extremo
-Hola, nene. Llevare a un amigo mas-dijo Blaise sonriendo.
-¿A cuál, amor? al que es la réplica de Hermione o al pintor malhumorado
-Sabes que no le gusta que le digas así. Al rubio.
-Ok, así de esa manera Harry no se puede quejar de que lo dejamos apartado
-No puedo esperar a verte
-Yo tampoco Blay, nos vemos en unos minutos.
-Bye
-bye, amor
Blaise cortó la llamada sonriendo satisfecho. Si todo salía bien mataba dos pájaros de un tiro.
Minutos después Draco y Blaise se estaban dirigiendo a una plaza de restaurantes.
Draco se habia cambiado los jeans desgastados y la camisa que habitualmente utilizaba cuando trabajaba por un pantalón ajustado y una camisa negra. Cada tanto él le recordaba al moreno que si esto era una de esas jugarretas iba morir.
-No seas tan desconfiado-le respondía el moreno sin mirar al rubio.
Llegaron al restaurante, donde ya se encontrar una joven pelinegra de cabello corto, su mejor amiga Pansy. Como siempre ella estaba ataviada con las mejores prendas que Londres podía ofrecer.
-¡Hay, Draki, por fin te veo!-dijo la morena lanzándose a abrazar a su mejor amigo.
-Pansy-dijo a modo de saludo mientras dejaba que ella lo abrazara, después de todo hace mucho que no se veían.
-Umm… siento que te falta algo-dijo ella separándose de él e inspeccionándolo. Hasta que la morena sintió que por fin veía lo que le falta-¿Hace cuanto que no tenes sexo?-chillo horrizada.
-Pans…-dijo Draco mirándola hellado
-Enserio, Draco, con razón estas tan malhumorado, se nota al leguas que no lo has hecho en un buen tiempo. Tener sexo es desestresante y es una buena forma de hacer ejercicio-Seguía diciendo la pelinegra. Ella era medimaga.
-Pans, mi vida privada no te interesa-dijo Draco recalcando las últimas palabras. Ya le empezaba a irritar el parloteo de su mejor amiga.
-¡Pero Draco!-lloriqueo Pansy haciendo su habitual rabieta.
-Pansy… a Hermione no le va a gustar que te estés comportando como una niña malcriada-dijo una voz muy conocida para el moreno. Ron Weasley había decidido por fin hacer acto de presencia.
-Ron ¿Y Mione?-pregunto Pansy volviéndose ansiosa hacia el pelirrojo sin siquiera saludarlo.
-Hola a ti también, ella ya viene está intentando llegar a un acuerdo con Harry, ya sabes cómo es el-dijo Ron encogiéndose de hombros.
Draco sintiendo que lo estaban dejando de lado tosió disimuladamente.
-Hola a ti también hurón-dijo burlonamente Ron.
-Comadreja-respondio de igual manera Draco.
Ambos empezaron una lucha de miradas hasta que Blaise casado de todo ese teatro, atrajo hacia sus brazos al pelirrojo para plantarle un beso de película.
Draco desvió la mirada ante esto, sintiéndose incomodo.
-¿Tan temprano y ya babeándose la cara?- dijo una sedosa voz cerca de Draco. El se sobresalto al no haber notado la presencia de alguien detrás de él.
Draco se dio la vuelta para ver de quien se trataba y se quedo estático al verla.
Era un chico que parecía ser un par de años menor que él. Sus ojos eran dos gemas esmeraldas llenas de sentimiento, eran apasionados y para darle el toque final estaban enmarcadas por unas densas pestañas oscuras. Su piel color canela no tenía ninguna imperfección e irradiaba un pequeño brillo dorado. Su cuerpo era tonifica pero no tanto como para parecer grotesco, sino perfecto. Su cabello ébano aun que era desordenado le daba un toque sexi e informal.
Tan perfecto, tan bello. Si habia una próxima vez no le renegaría tanto a Blaise como había hecho.
-Harry, tu no me puedes decir nada, ni siquiera has querido probar el pan de los dioses-le dijo Blaise.
-Ya se los dije…-empezó a decir Harry hasta que Ron lo interrumpió:- Estas esperando a la persona indica. ¡Pero compadre! Hasta yo sé que no es nada malo intentarlo. La persona indicada no se te aparecerá diciendo “Hola soy a quien buscabas” ¡Hasta Hermione piensa igual que yo!¡HER-MI-O-NE!
-Ni que fuera una monja- contesto ofendida Hermione.
-Calma, Mione, eso yo lo sé muy bien-contesto Pansy sonriéndole con picardía.
Harry se llevo las manos a la cara para masajearse las sienes. Ya se estaba cansando de todo esto. Dirigio su mirada al rubio que estaba al lado suyo, no había emitido ninguna palabra. Sabía por los demás que era un artista que pintaba a grandes modelos de asombrosa belleza. Suspiro ante ello le estaba desanimando estar tan cerca de alguien que siempre congeniaba con gente hermosa, el no era guapo, ni hermoso, ni siquiera lindo. No entendía por qué sus amigos pensaban que iba a poder conseguir a cualquier persona para algo casual.
-Además sigues pensando que nadie te encuentra atractivo ni nada. Cuantas veces te tengo que decir que eres un bella persona-dijo Ron.
Harry se sonrojo ante lo dicho por su amigo, lo estaba avergonzando.
-Ya te lo dije Ron no soy lindo, no soy atractivo, no soy nada. No sé por qué no me dice la verdad-dijo Harry cruzándose de brazos.
Draco lo miro incrédulo ante lo dicho. ¡¿Enserio este chico era tan ciego?! No veía lo hermoso que era. Ya harto de hablar decir que era el momento de meterse.
-Me parece que tiene que verte como realmente eres. Acompáñame-dijo Draco y lo tomo del brazo para empezar a sacarlo del lugar ante las miradas sorprendidas y divertidas de grupo.
-¡Hey! ¡¿ a dónde me llevas?!-chillo Harry mientras intentaba soltarse disimuladamente, ya que no quería montar ningún espectáculo.
-A mi estudio. No puedo creer que no te veas como realmente eres-le contesto Draco.
Al llegar apenas le dio tiempo a Harry de observa el hermoso y amplio departamento, ya que no paro de llevarlo a rastras hasta que llegaron al estudio e hizo sentar al moreno.
-Solamente quédate ahí sentado mientras yo trabajo-dijo Draco dándole la espalda.
Empezó a acomodar sus cosas y cuando termino se sentó en el taburete. Serio divertido al ver que el joven estaba conteniendo la respiración.
-Puedes respirar, hasta incluso podemos charlar solamente no hagas movimiento bruscos-dijo Draco sonriéndole al joven para que se calmara.
-Estaba respirando-contesto Harry entre ofendido y divertido.
-Si como no-le respondió Draco.
Empezaron a charlar primero sobre sus amigos ya que era lo que sabía que tenían en común, para luego comenzar a expandirse a temas más profundos. Draco le conto que últimamente no podía conseguir terminar ningún cuadro, mientras que Harry le conto que él jamás había tenido una pareja ya que siempre sus tíos les decía que él no era merecedor de ser querido por alguien, la única familia que lo había querido eran los Weasley.
Draco se sintió enojado por los Dursley ya que Harry podía ser amado por cualquier persona del mundo, se notaba de sobremanera que era una buena persona.
-Pues yo no creo que tú no puedas ser amado, si no todo lo contrario. Mira y dime qué vez-dijo Draco mostrándole a Harry el cuadro ya terminado.
Harry jadeo sorprendido ante lo que veía. ¿Esa persona era él? ¡Pero si parecía un ángel!
Era un joven de piel dorada y ojos verdes, pero no un verde uniforme sino de distintas gamas de colores y cada una parecía desprender sentimientos. Su cuerpo tenía músculos pero no en exceso y estaba en una postura tranquila como si tuviera todo el tiempo del mundo. Sus labios formaban una pequeña sonrisa como si guardara un secreto.
-¿Ese SOY YO?-pregunto Harry sin creérselo.
-¿Quién podría ser sino?-le respondía Draco divertido.
-No sé, cualquier angel del cielo-dijo Harry.
-No sabía que eras un ángel-dijo Draco fingiendo sorpresa.
Harry se sonrojo al escuchar el comentario de Draco.
-Eres hermoso, Harry, jamás debes negarlo-dijo Draco – si no me crees ven y acompáñame a un lugar.
Draco lo llevo hacia la galería donde exhibían sus obras. Donde todos amaron la pintura de Harry y el rubio le demostró como era él en realidad. Un ser completamente hermoso.
Harry al principio se negó a salir con el rubio hasta que por fin luego de semanas, por fin acepto.
Su primera vez fue difícil para ambos ya que Harry aun seguía sin poder creerse que Draco lo quería, pero Draco le demostró que si lo amaba, mimándolo y amando cada parte de su cuerpo lentamente.
Tuvo que ir despacio ya Harry era virgen y sabia que la primera vez siempre era dolorosa, pero consiguió hacer que fuera menos doloroso gracias a la larga preparación que hizo. Cuando estuvo dentro del él fue el paraíso y los sonidos jadeantes que emitía eran un manjar. El clímax fue como si hubiera ingresado al Nirvana, tocar el cielo con las manos.
Draco le habia demostrado a Harry que la belleza interior hay que sacarla al exterior para relucirla en todo su esplendor, esa es la belleza verdadera.
-Gracias, amor
-¿Por que?
-Por ayudarme a entender
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