Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TE REGALARÉ UNA VIDA FELIZ por Thera Zinaide

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Finalmente he podido terminar esta historia! Me costó mucho poder encontrar un final que me gustara… escribí muchos y este fue el que me dejó más satisfecha :D

 

Muchas gracias a todos aquellos que me escribieron y acompañaron en la creación de este relato! Son lo máximo y espero que sigan conmigo (Saludos especiales a Meyagatha, Kathy, Kaorikusama, Arcadia, Pao Araceli, elGatoDeLaVentana1, Anónimo, Soy yo hshajznsnj, Anndiee y MandosaDeMichaelis).

 

Sin más, a leer!

 

 

T.Z.

 

 

Capitulo 3: "Gracias por Nuestro Precioso Regalo"

 

La habitación está en penumbras, al igual que yo. Mi mente no procesa todo lo que pasó… no hay nada que me devuelva a cómo era antes. Tengo pequeños fragmentos del callejón, después de Usagi-San llevándome en brazos, a Hiroki y Nowaki en el departamento, pastillas y revisiones médicas. En resumen, un asco de vida en tiempo record.

 

No sé cuánto tiempo ha pasado, lo que sí sé es que me estoy perdiendo poco a poco ¿han sentido que se consumen y aunque el tiempo pase ya no saben si es de día o de noche? ¿Si ha pasado una semana o dos? ¿Si han sido sólo unos cuantos días o ya va más de un mes sumidos en la mierda? Multipliquen esa sensación por infinito y recién podrían acercarse a lo que estoy sintiendo en estos momentos. No es que sea un experto en esta sensación, la miseria no es algo a lo que me acostumbraba a sentir… esto sólo se acercaría al día en que perdí a mis padres y a los días que vinieron después de eso. He tratado de pensar cómo fue que salí de ese estado en ese entonces, pero sólo era un niño, por lo que me alegraba con sólo salir con mi hermano a comer dulces y helado, todo lo demás lo fui ocultando por la culpa y me obligué a crecer. Eso tampoco es sano ¿no es así?

 

Hace unos días, o semanas  atrás, pude despertar después de tantos medicamentos que me dieron para dormir. Si lo que deseaban era que estuviera tranquilo, ni aunque me hubieran dado un camión con pastillas podrían haberlo logrado. Preferiría que me metieran en una máquina del tiempo con la que pudiera regresar y no haber salido a comprar a esa maldita tienda, esa maldita mañana. El arrepentimiento es un sentimiento inútil, con eso no puedes cambiar nada de lo que quisieras no haber hecho.

 

Siempre pensé que hacía las cosas bien, que aunque era un chico común y no me consideraba un súper héroe como los que aparecen en los mangas de acción, actuaba pensando en no herir ni molestar a nadie. La vida no es justa ¿no creen? Un día sales a hacer las compras y terminas violado en un callejón.

 

Recuerdo que cuando desperté después de la primera dosis de pastillas para dormir, sentía la cabeza en una nebulosa y al abrir los ojos, la imagen de la mirada enrojecida de Usagi-San que contenía una mezcla de angustia y alivio, me partió el alma. Hubiera preferido morir antes de sentir la culpa por el dolor que le había causado. No soy merecedor de Akihiko por lo que me había convertido, un monstruo. Lo único que pude hacer fue llorar y disculparme con él, me tapé la cara con mis brazos en un intento de cubrir mi vergüenza. Usagi intentó abrazarme, pero lo rechacé, me sentía sucio. Recuerdo también que Hiroki y Nowaki-San al escucharme entraron un momento después a la habitación, preguntando si necesitábamos algo. Finalmente se fueron no sin antes hacer prometer a Akihiko que los llamaría por cualquier cosa que necesitemos. En ese momento pensé ¿una pastilla que me deje con amnesia crónica? Un camión, por favor. La salida más fácil casi nunca es el camino correcto, el no recordar es la evitación máxima del problema ¡que levante la mano la persona que quiera juzgarme! No me importa que me lancen piedras, de hecho que me tiren una grande en la cabeza, 100 puntos al que acierte.

 

Y una vez más vuelvo al mismo punto de partida, preguntándome qué es lo que estoy haciendo. Nunca antes me he dejado llevar por sentimientos tan negativos. No me malinterpreten, es razonable que me sienta así, creo, pero no me siento yo... A lo mejor me he vuelto bipolar: sí pero no, vivir pero no despertar, querer a Usagi a mi lado pero rechazarlo cuando se acerca, y después de todo eso está mi hermano. Lo he escuchado llamar a Akihiko, de hecho me ha preguntado muchas veces si quiero que venga a visitarnos, pero no tengo cara para mirarlo.

 

Con todo esto, recuerdo que una vez escuché en unos de esos programas matinales de TV que salió a la venta un nuevo libro de autoayuda, de esos que se vuelven  famosos por decirle a la gente qué hacer en situaciones difíciles. Quiero contarles que en estos momentos pienso que son una broma. No es que los desprecie, pero ¿Qué saben esos escritores acerca de lo que es vivir momentos como los que describen? Les apuesto que la mayoría de ellos nunca han atravesado por ninguna de esas “situaciones difíciles” de las que escriben. Y, si por los azares despiadados de la vida, ellos tuvieran que pasar por algo así, resolverían meterse su libro por donde mejor les caiga. No los culpo, pero debieran saber que la realidad es mucho más grande y avasalladora que la teoría, y unas cuantas frases bonitas que venden bien.

 

Un ruido me saca de mis pensamientos amargos y me doy cuenta que es Usagi-San entrando a la habitación con una nueva bandeja de comida ¿cuántas más me ha traído teniendo que llevárselas sin que haya tomado ni un bocado? Se acerca a mi lado y me mira a los ojos… sus ojos, de ese extraño color violeta que se iluminaban con las sonrisas que me daba, ahora viven apagados. Son dos gotas que encierran pequeñas infinidades de trozos de días grises, lluviosos, en donde no tienes un paraguas y todavía te queda mucho tiempo más por llegar a tu casa ¿Qué le hice a tus ojos? ¿Qué te hice Usami Akihiko?

 

Me rompo nuevamente, no puedo contener el llanto ¿Cuánto más nos queda? ¿Tendremos un “felices para siempre”? Por primera vez me acompañas con tus propias lágrimas, no te había visto llorar ¿hasta eso aguantabas para que no me sintiera más culpable de lo que ya me siento? No lo aguanto más, aunque mi cuerpo se derrite en dolor cuando me muevo, me lanzo a abrazarte. No quiero perderte, aunque puede que lo merezca. Nos estamos pudriendo y yo no quiero ver en tu mirada ese vacío nunca más. Nos amamos ¿No es así? Te amo ¿Lo sabes? Te he alejado ¿Me entiendes? Quiero recomenzar ¿Me acompañas?

 

-Pensé que nunca más me abrazarías de nuevo, que sentías mucho rencor por lo que pasó… fue todo mi culpa – Me dice Usagi-San al oído aferrándose como si fuera a salir huyendo de sus brazos. Un momento ¿dijo que fue su culpa?

 

-¿Cómo podría culparte Usagi-San? Yo soy el que no quiero que sigas sufriendo por mi culpa. No he actuado bien, pero no puedo frenar mis pensamientos… por un lado quiero permanecer contigo para siempre, pero después pienso que no te merezco, que estoy manchado, que doy asco.

 

-Nunca me darás asco, nunca – en cuanto veo su mirada, me doy cuenta que sus ojos por fin muestran un poco más de vida. Me acerco lentamente y le doy un pequeño beso en los labios – pensé que te perdía… han sido tres semanas muy largas – y cuando dice esto, me abraza nuevamente.

 

-Me perdí yo mismo y te llevé conmigo. Quiero recomenzar Usagi-San ¿Me acompañas? – Trato de darle una sonrisa, de esas que él sabe que no son del todo ciertas. Siento esa mirada que puede indagar hasta en lo más profundo de mi ser – Me muero por dentro, pero quiero intentarlo, por ti y por mí…

 

-Por nosotros, nosotros tres – Usagi-San ¿Qué dices? Vas a tener que ir a terapias conmigo ¿tres? Creo que su cerebro se atrofió en estos días. Aunque… no creo que… podría ser ¿que fuera por ese imbécil?, yo no creo… no podría estar embarazado ¿o sí?

 

-Usagi-San, estás contando mal ¿no es así? – Mis manos empiezan a temblar, no puedo contenerlo.

 

-Misaki, escucha… no es lo que piensas, o sea sí, pero no… ¡Rayos! Escucha, soy un tonto no debí decirlo sin pensarlo - ¿Está hablando seriamente? ¿Estoy embarazado de ese bastardo?

 

-No, por favor, dime que no es verdad, no quiero un hijo de él, no sería capaz de abortar tampoco, por favor Usagi-San, por favor, no tengo fuerzas para esto – Mi cuerpo parece como un papel al viento, no deja de tiritar y lo único que puedo hacer es llorar aferrándome fuertemente a la camisa de Usagi.

 

-Shhh, bebé, no lo dije bien, escúchame atentamente – me habla mientras acaricia tiernamente mi cabello – Cuando Nowaki vino con Hiroki, le pedí que te hiciera un chequeo para encontrar a ese infeliz. Te hizo varias pruebas y me pidió información que le pudiera servir, así que tuve que darle las pruebas que nos dio Takahiro. Cuando llegaron los análisis, me dio la noticia, que estás embarazado… Misaki, ya tienes aproximadamente 3 meses.

 

-Espera ¿3 meses?, eso quiere decir que no me embaracé ahora, el bebé es tuyo ¿vamos a ser papás, Usagi? ¿Tú y yo? Pero, no lo entiendo, nos cuidábamos, cómo pasó… un bebé – comencé a balbucear, ni yo entendía lo que quería decir, sólo sabía que respiraba de nuevo al saber que el papá era Akihiko… Wow, seré papá ¡Voy a ser papá! Instintivamente me llevé las manos al vientre. No estaba inflado como esas mujeres que parecen que van a explotar, sólo sentía un poco más dura la parte baja del vientre – No lo puedo creer – Lloré, esta vez de alegría y me abracé fuertemente al cuello de Usagi – Usagi-San, tengo miedo, no sé si podré ser un buen papá, me siento roto – Le dije susurrándole al oído.

 

-Mi Misaki – me dice abrazándome igual de fuerte que yo lo estaba haciendo – Eres la persona más fuerte del mundo, nadie dice que va a ser fácil, pero te aseguro que lo lograremos, juntos… y gracias, porque no te rendiste y nos diste una oportunidad.

 

-----------------------------UNOS MESES DESPUÉS

 

Pasó el tiempo, pero no les voy a mentir… no fue nada de fácil empezar a sentirme verdaderamente mejor, pero todo valía la pena por la pequeña personita que estaba dentro de mí y por la familia que estábamos armando junto a Usagi. Empecé a ir a terapia y después de la décima sesión ya comencé a ver cambios en mi ánimo. Sentí ganas de vivir y de amar. Los controles maternales (siempre me dio risa ese nombre), los empecé a tener el día después que Akihiko me dijo que seríamos papás. Mi médico de cabecera no es otro que Nowaki, fue raro e incómodo al principio, pero luego de ir más seguido, con Usagi ya nos habíamos acostumbrado.

 

Usagi no me dejaba solo. Me acompañaba a terapia y a los controles de salud del bebé. Si iba de compras, él me llevaba, hasta el punto de tener pequeñas peleas por que necesitaba mi espacio. Recuerdo que en una de las sesiones con la psicóloga le pidió que entrara también. Ella le habló de lo que yo estaba sintiendo, de la tensión que me provocaba el que no me dejara un segundo a solas para autorreconocerme como independiente y seguro conmigo mismo. Prometimos ceder mutuamente, yo debía ser más precavido y Usagi más dispuesto a darme libertad… la confianza iba a ser el centro de todo.

 

Luego, cuando llegamos a la casa, Usagi me habló de lo que había pasado con aquel hombre que marcó un antes y un después en mi vida. Él me había seguido por más de cinco meses y tenía en su casa una habitación llena de los libros de Usagi, recortes de él y de mí, noticias que salieron en la prensa y autógrafos. Estaba realmente obsesionado. Creo que Akihiko no me quería dar muchos detalles, pero le insistí. Pensé que si en verdad quería superar esta etapa, no tenía que quedarme con la sensación de que había información que no sabía. Es así como me comentó que desde que salió la noticia de que estábamos en pareja y que nos íbamos a casar, empezó a sacarme fotos en los lugares que visitaba constantemente y ahí fue cuando su obsesión aumentó. También me dijo que habían muchas más cartas con amenazas que nunca mandó… lo tuve que escuchar mientras me daba un sermón de lo importante que es contarle las cosas raras que me pudieran estar pasando, de lo bueno, de lo malo , lo normal… debía contarle todo. No me quedó más que aceptarlo, sé que fue tonto no haber confiado en él. Supe también que fue condenado a cárcel y que Akihiko se encargó de que el proceso se llevara a cabo sin que yo tuviera que revivir la historia, contándoselas a jueces y abogados una y otra vez. No sé cuántos años, ni en cuál ciudad, sólo sé que Usagi me prometió que nunca más se metería con nosotros, y con esa información quedé tranquilo.

 

El tiempo es mágico dependiendo de lo que vas viviendo ¿Recuerdan cuando les dije que no se sabe cómo pasa el tiempo? ¿Que una hora puede ser una semana cuando pasa algo realmente malo? La sensación que tengo ahora es similar, pero a la inversa… la semana parece una hora. Ya estoy en mi octavo mes de embarazo y Nowaki nos dijo que el bebé está en perfectas condiciones, será un varón muy saludable. Tengo cita para una cesárea el 15 de Marzo, ya que por razones obvias no podrá ser por parto normal. La casa ya está lista para recibir a nuestro pequeño… la habitación que era mía, ahora tiene una pequeña cuna, muebles para el bebé, ropita nueva, un mural de colores y, por si fuera poco, una sala de juegos con los Osos, trenes y aviones que coleccionaba Akihiko. No puedo evitar reírme al recordar el puchero que había hecho al ponerlos en el cuarto del bebé ¡Quería comprar otros nuevos! ¿Para qué querríamos más, si con todos los que él tiene podríamos poner una juguetería? Sólo Suzuki permaneció con Usagi. Mi hermano ha ayudado mucho, decoró las murallas y le regaló una camisa con pantalón que tienen estampada la frase “Mi tío es el mejor”, ¡Qué vanidoso! ¿No? Sé que él ha querido muchas veces preguntarme cómo estoy, pero termina guardando silencio… luego de eso me da una sonrisa y sigue conversando de temas triviales. Algún día hermano, uno no muy lejano, hablaremos mucho sobre ese tema, te prometo que lo superaré y aprenderé a vivir con esto al 100% para que ya no tengas que preocuparte por mí… por el momento me falta un poco para eso, así que hago como si no supiera lo que quieres preguntar.

 

En estos momentos me encuentro recostado en el sofá con los pies en alto, parece que son patas de elefante. Usagi salió hace un momento a comprar la cena, porque ya no puedo ni cocinar. La casa se siente sola… aunque antes disfrutaba del silencio y de mi espacio, cada vez soporto menos el estar lejos de él. De repente el bebé empieza a patear, lo que es signo de que su padre está cerca. Esa conexión que tienen es muy rara… y por arte de magia, Usagi abre la puerta principal, con bolsas de comida en una mano y en la otra tiene un ramo de flores gigante. Me ayuda a sentarme, me da su obsequio y me besa.

 

-¿Por qué este regalo? No recuerdo que sea una fecha especial… emmm gracias ¡están muy lindas! – ¿Habré olvidado un cumplemes? Pero nunca los hemos celebrado con regalos ¿ganó algún premio? Aaaah ¡Qué fue lo que olvidé!

 

-No debo tener una fecha especial para traerle un regalo a las dos personas más importantes de mi vida – dice mientras me besa nuevamente.

 

-Ahora que lo pienso – trato de cambiarle el tema y me paro lo más rápido que puedo dejándolo solo en el sillón ¡dice cosas tan vergonzosas! - ya no quiero decirle, bebé, pequeño, personita ni nada de eso… ya estoy en el octavo mes y no hemos decidido ningún nombre. Sé que faltan 4 semanas todavía, pero no quiero que llegue el momento y no sepa cómo se va a llamar – Tomo las flores y voy en busca de un florero para que no se marchiten.

 

-Mmmmm tienes razón, pongámosle Misaki Segundo, sí… ese va a ser el nombre indicado.

 

-¡Estás loco! No quiero que se llame como nosotros – que raro, parece que me paré demasiado rápido, me siento un poco mareado… no había tenido malestares en todos estos meses. Saco un vaso de agua esperando que se me pase mientras me afirmo al lavaplatos.

 

-Entonces… Suziki-chan. Mejor ¿no?

 

-¡No como el oso! – Mi vista comienza a nublarse – Usagi-San, no me siento bi… - No sé si logré decir la frase completa, sólo sé que antes de que mis piernas flaquearan rodeé con mis brazos mi vientre para que cuando cayera no le pasara nada al bebé. A lo lejos, escucho a Akihiko llamarme, pero mis ojos pesan mucho, no puedo abrirlos.

 

-¡Misaki! – Akihiko corre desde el sillón a alcanzarlo, pero llega tarde. Misaki ya está en el suelo y ve que el pantalón que vestía su pequeño se empieza a manchar en la entrepierna con algo que cree es sangre. Saca inmediatamente el celular y llama a Nowaki. Al tercer timbre contesta.

 

-Nowaki al habla.

 

-¡Soy Akihiko, por qué demoraste tanto en contestar maldita sea! ¡Misaki se desmayó! Él estaba parado y de repente se desvaneció… no alcancé a llegar, se golpeó y creo que está sangrando.

 

-Entiendo, llévalo en tu auto, la ambulancia puede tardar mucho. Estoy en unos minutos allá, voy a reservar la sala de cirugía de urgencias ahora.

 

La llamada termina y un Akihiko muy preocupado sale del edificio con Misaki en brazos, sube al auto y marcha rumbo al hospital – Misaki, no me abandones por favor, sé fuerte…

 

En cuanto llegó al frontis del hospital, paró el auto sin importarle que lo dejara mal estacionado. Sacó a Misaki y se apresuró a entrar con él en brazos. Al traspasar la puerta principal, Nowaki lo esperaba con una camilla y un grupo de médicos listos para la intervención. Akihiko recuesta con todo el cuidado posible a sus pequeños y empieza a seguir el paso de los médicos que van en dirección a la sala de urgencias. Antes de entrar a la sala de operaciones, lo detienen.

 

-¡No me van a dejar esperando acá afuera mientras mi familia está en esa sala! ¡Nowaki, no me hagas esto, sabes que entraré cueste lo que cueste! – dice Akihiko mientras se trata de librar del empuje que están efectuando dos doctores que le piden que se tranquilice y que salga sin hacer problemas.

 

-Dr. Hiroto y Dr. Ryota, por favor, déjenlo pasar. Él se va a quedar tranquilo al lado del paciente, además ya no hay más tiempo que perder. Akihiko-San, por favor, póngase la ropa, la mascarilla, el gorro y los guantes esterilizados que están a su derecha – los doctores ceden y vuelven a su labor.

 

-Gracias Nowaki, muchas gracias – dice mientras observa cómo colocaban las máquinas para monitorear los latidos cardiacos de Misaki y del bebé, él terminó de ponerse los utensilios indicados y corrió para aferrarse a la mano de su pequeño, transmitiendo en su toque todo el amor que sentía y la fuerza que quería darle. Escuchó indicaciones que no comprendía, hasta que Nowaki grita a todos: “Prepárense para una cesárea de emergencia, latidos cardiacos del paciente bajan 30 pulsaciones, lo estamos perdiendo”. La sangre de Usami Akihiko se congeló.

 

Después de tres horas de trabajo intensivo tratando de salvar a Misaki y al bebé, Usagi no puede creer lo que acababa de pasar: tiene a su pequeñito recién nacido en sus brazos, pero a su pequeño amor tendido en una cama de hospital en estado de coma.

 

-Usami-San – lo llama Nowaki – hicimos todo lo que pudimos. Siempre se ha sabido que los embarazos masculinos son complicados. Dentro de toda esta turbulencia, háblale a Misaki-kun… hácele sentir que estás acá, que ambos lo esperan; hay estudios que demuestran que en estas situaciones el que mantengan conversaciones con pacientes en este estado, su actividad cerebral aumenta y despiertan. De todas maneras… lo siento mucho – Usagi seguía mirando a Misaki, aferrando cuidadosamente a su bebé – A todo esto, necesitamos ponerle el nombre a su pequeño en los registros ¿Cómo se va a llamar?

 

-No lo sé, seguirá siendo “pequeño”, “bebé”, “personita”, hasta que Misaki despierte… si le pongo un nombre que después no le guste, me va a matar – dándole a conocer que la conversación se había acabado, se giró para darle toda su atención a Misaki.

 

-Entiendo, pero… no se puede establecer médicamente cuánto tiempo estará en ese estado, recuerda eso por favor, piensa en un lindo nombre que a Misaki-kun le gustaría oír cuando despierte, no es posible esperar más de tres días. Esa es tu fecha límite para darnos un nombre, Usami-San – Luego de decir esto, Nowaki abandonó la habitación cerrando la puerta, sintiéndose miserable por no haber podido hacer más, realmente esperaba que nada se complicara en el parto. Si tan sólo Misaki no se hubiera caído y golpeado en la cabeza, posiblemente nada de esto hubiese pasado. Aunque fue un milagro que los brazos hayan amortiguado la caída para el bebé. 

 

-Mi amor – Empieza a decirle Akihiko a su Misaki – Lo lograste, trajiste al mundo a nuestro bebé. Si tan sólo abrieras tus ojos, podrías ver que se parece mucho a ti. Sé que sólo tiene unas horas de vida, pero es hermoso y tranquilo… no ha llorado mucho. Mientras te sostengo la mano, él se aferra a uno de mis dedos, tiene fuerza. Sus ojos, son como dos bolitas violetas… esos son míos. Hicimos un gran trabajo, ahora sólo falta que despiertes y te unas a nuestra felicidad, yo no puedo… no puedo sin ti – Al decir esa última frase se quiebra su voz y se inclina hasta poner la frente sobre el cuerpo de Misaki… en esa misma posición le sigue hablando – Nowaki me ha dicho que sólo tengo tres días para poner en los registros el nombre de nuestro hijo, pero ¿Sabes? Te quiero esperar, tú debes ponérselo, sé que abrirás tus ojos en menos de la fecha límite que me dieron ¿No es así? Si es necesario me quedaré día y noche a tu lado, te hablaré todo el tiempo que necesites para que tu cerebro reconozca mi voz, recuerda que eres la persona más fuerte que conozco, eres la persona más alegre, más energética, eres… el hombre que amo… te amo Misaki. Quédate con nosotros, te prometo que nos iremos a vivir al campo, así ya no tendremos que preocuparnos por nada, te ayudaré con los quehaceres de la casa, trabajaré para no tener que usar etiquetas en las tazas… no las quebraré de nuevo en el microondas, yo cambiaré los pañales del bebé, te diré todos los días que te amo, te agradeceré cada segundo que pueda por darme esta familia hermosa, haré lo que me pidas, por ti y por nuestro hijo – Akihiko se incorpora y separa el brazo de Misaki para hacerle un hueco en donde deposita a su bebé – Este es nuestro pequeño, tiene un cuerpo fuerte y lleno de calor, siéntelo mi amor, este bebé esta hecho de amor… anda, abre los ojos – Luego de decir esto se abre espacio en la cama y se acuesta junto a sus dos amores – Recuerda que todavía nos falta un paso, quiero verte caminando hacia el altar, con un traje bonito que te voy a regalar… con nuestro bebé en tus brazos y con la mirada más brillante que nos hayamos dedicado jamás. De esa manera vamos a juntar nuestras vidas para siempre.

 

De repente y como si eso hubiera hecho un click, Misaki sin abrir sus ojos empieza a murmurar. Akihiko se endereza rápidamente sin soltar a ninguna de las dos personas más importantes en su vida y comienza a hablarle nuevamente a Misaki

 

-Mi amor, soy yo, tu Usagi-san, aquí está tu hijo también. Abre tus ojos, yo sé que puedes, te estamos esperando.

 

-Usagi-San, es Hikaru… nuestro hijo se llamará Hikaru, porque es nuestra luz – dice Misaki, abriendo por fin sus ojos lentamente y girando su cabeza para poder ver al pequeño que dormía a su lado y mirar a esas aguas violetas que ansiaban tanto su despertar. Akihiko, emocionado, los reúne en un abrazo y en ese momento le agradeció a la vida por permitirle estar junto a su familia.

 

-Será nuestro Hikaru entonces, él nos regalará luz y yo me encargaré de que tengan una vida feliz.

 

 

----------------------------------------------

 

 

La pareja se quedó un momento más compartiendo su abrazo con Hikaru, soñando y pensando en cómo harán realidad la promesa que Usami Akihiko les acababa de hacer. Mientras tanto, se contentaban con estar juntos en esa pequeña habitación de hospital.

Notas finales:

Nuevamente gracias a todos los que leyeron hasta el final esta historia y me permitieron regalarles un pedacito de mi imaginación. Siento como si les regalara un trozo de mi alma al terminar y subir los capítulos finales. Los amo!


 


 


Espero que les haya gustado y que puedan comentar qué les pareció :3


 


Para los que les prometí contarles sobre el por qué me atrasé tanto (y para los que quisieron saber y no preguntaron jajaj), tuve que hacer un trabajo por 6 meses fuera de mi región, en un pueblo. Intenté seguir esta historia, pero la situación en la que estuve desempeñándome fue muy absorbente… necesitaba mucha energía mental y tuve que optar por posponer esta historia. Juré velar por las vidas humanas, así que esa fue mi prioridad (si quieren saber más de mi profesión vean mi info de autor… también pueden escribirme por medio de Reviews o a mi correo personal thera.zinaide@gmail.com). Ahora ya tengo un trabajo fijo, así que tendré mucho más tiempo para escribir!!! Yey!!! 


 


Ya tengo una nueva historia en mente que la he avanzado un poco, si quieren conocerla y ver otras obras que estaré subiendo, no se olviden de ponerme como Autor Favorito para que no se pierdan las novedades ;)


 


Un beso grande!


 


 


T.Z. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).