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Caperusi-… ¿¡Caperusito Rojo!? por Cepalx3

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Notas del fanfic:

Hola mis criaturitas del bosque QAQ perdón por no poder actualizar el fic "One Breath"

Como pago -o supuesto repuesto- les vengo a dejar esto n-nU

Veamos... el two shot se me ocurrio por que vi una imagen en internet XD y pues aquí está la prueba(?

¡Espero que les guste mucho! Lo hice con mucho cariño n.n

Bueno... ningun vocaloid es mío, tampoco una canción que se menciona, y la imagen en que fue inspirado este fic tampoco me pertenece, credito a sus respectivos dueños.


¡Qué lo disfruten! n.n

Notas del capitulo:

Bueno… ¡aquí Cepal x3 compartiendo una idea basada en una imagen!

Jejejeje x3 al final voy a poner un link para que vean la imagen… de hecho… creo que la imagen hecha para un fic ._.

Fua… no sé cómo se me llegó a ocurrir esto… pero bueno

¡Disfrútenlo!

P.D:Va a ser un two shot, ya que, es bastante larga cada parte XD

P.D 2: La primera parte la pongo como pago por no poder actualizar mis fics TTwTT pero más One Breath…

Bueno… ¡Espero que les guste!

[Ninguno de los personajes que aparecen (Vocaloid) es mío.La imagen a la que fue inspirado este fic tampoco es mía.Por allí se menciona la letra de una canción, tampoco es mía, es de Itou Kanako. Crédito a sus respectivos dueños.]

Para aclarar… este no es el típico cuento de hadas, ni mucho menos uno que es precisamente para niños, los pobres saldrían perturbados o algo…bueno, ejem… sigamos. Todo nuestro elenco ha seleccionado este cuento, por la sencilla razón de que nos gustó la idea de poder modificarlo a nuestro gusto, sin quitarle la temática… y por elenco me refiero a la autora, una amiga de ella y los mismos personajes de la obra… les agradecemos a los lectores su elección, si ellos esta narración no sería nada. Continuemos al cuento…

Hace tiempo… bueno tampoco tanto… ósea sí pero no, vivió una chica… ¡Perdón!... Un chico… con apariencia de chica; tez blanca, tersa y similar a la nieve; dos grandes ojos azules, parecidos a unos zafiros; cabello algo largo, azul al igual que sus ojos; apariencia delicada… idéntica a una flor de loto; como se dijo, el chico tenía cierta similitud a una mujer, y todo se debe a su fina complexión.

Aquel chico, de nombre Kaito Shion, se le eligió por todos los del staff… ejem… digo… se le conocía en todo su pueblo, por ser considerado “La más bella dama del pueblo”, obviamente a Kaito le daba un aire ofensivo hacia sí mismo, por lo de “Bella dama”; pero no podía hacer gran cosa, ya que, su madre y su abuela lo obligaban a usar vestidos, diversos vestidos que le acentuaban muy bien… haciéndolo parecer mucho más a una doncella.

La única razón de los vestidos era, que les enviaban regalos (como despensa, telas, etc…) los “pretendientes”, o más bien, los “desafortunados que cayeron en la trampa”, Kaito les había puesto este nombre a los pobres ilusos. Venían desde chicos humildes, hasta chicos de la realeza, todos ellos… embelesados por la presencia de Kaito en sus vidas; Por obviedad, Kaito rechazaba cada propuesta de matrimonio de cualquier chico, ¿¡Cómo podían ser tan ignorantes esos tipos!? ¿¡A caso no se daban cuenta de su poca masculinidad!?

Como fuera, Kaito estaba acostumbrado a tener cuidado cuando saliera, aunque solo fuera a la tienda de al lado de su casa, tenía que tener mucha precaución… si no quería que lo fueran a violar o secuestrar; ya había pasado una vez, un viejo verde trató de secuestrar y abusar del pobre de Kaito, los hombres que iban pasando al lado de ellos, al ver los gritos de una “damisela en apuros”, fueron a su rescate… echándole montón al viejo depravado. Desde entonces los del staff le dieron a guardar un pequeño tubo de metal en su vestido, no queramos que le quiten la virginidad antes de tiempo…

Oh, se me olvidaba… nuestro querido protagonista de la historia, también es conocido por su caperuza roja; Los vestidos pueden variar de color, desde rosas suaves, hasta azules similares al océano; pero nunca se le podía mirar con otra caperuza de un distinto color, siempre tenía que ser el color sangre característico de él.

Kaito era muy, pero MUY… apegado a su abuela, aunque lo vistiera con vestidos, él la apreciaba mucho, ¿Y cómo no hacerlo? ¡Era un amor de persona!; Sus cachetes con arrugas, pero a la vez muy suaves; sus ojos risueños y cálidos, que buscaban el bienestar de Kaito y su madre, ya que, su padre había muerto hace unos años atrás; su sonrisa, que hacía a Kaito olvidarse de sus problemas, su abuela siempre sonreía, aunque tuviera inconvenientes; su voz, tan aterciopelada, pero a la vez cansada, por todos los años viviendo; todo eso y su personalidad, la hacían la persona más dulce que la miel.

Pero, un día, esa dulce viejecita… enfermó, haciendo a Kaito preocuparse mucho; La madre de Kaito le pidió que la fuera a cuidar, su abuela vivía lejos de la civilización… en una casita de madera en el bosque oscuro y tenebroso, pero a la vez muy bello e impredecible.

Nuestro peli azul, preparó una canasta con cosas para cuidarla… la verdad, fue el staff los que la prepararon… ¡pero así es el cuento!

– ¿Ya tienes todo lo que necesitas, hijo? – La madre habló desde la pequeña cocina, la casa no era muy grande… pero era acogedora.

– Eso creo… – Kaito miró la canasta, revisando que los del staff… digo, que él no se hubiera olvidado de algo.

– Perfecto – La mujer volteó a verlo con una suave sonrisa y algo de preocupación – No te vayas a perder y cuidado en el bosque… dicen que hay un lobo.

– ¿Un lobo? – El joven miró con duda a la mamá, nunca había escuchado que hubiera ese peligro… precisamente donde vivía su abuela.

– Si, ten mucho cuidado… los rumores dicen que se trata de un lobo muy singular… por lo que no quiero ni imaginarme su pila de colmillos o su apariencia.

– Ya veo… – El muchacho sintió algo de miedo, ¿¡Cómo lo mandaban a ir solo a un bosque!? Prácticamente, tenía potencial peligro con todos los chicos que le rodeaban y ahora se le sumaba un lobo – B-Bueno… mejor me voy yendo, no quiero que me agarré la noche.

Y con esto, el peli azul se despidió de su madre y salió por la puerta de entrada. Miró al pueblo delante suyo, era uno muy activo, mercaderes por doquier al igual que clientes, una que otra pandilla de niños jugando y… la bola de acosadores suyos.

– Chicos… ya los vi, salgan de ese arbusto de bayas – Kaito dijo irritado viendo como el arbusto se movía de forma sospechosa.

– Oh… no se vale Kaito~ Otra vez nos descubrió nuestra princesa – Salieron uno, dos, cuatro, nueve, quince chicos o incluso más.

– Dejen de llamarme “princesa”… ya saben que me molesta – Hizo un puchero.

– Con que… ahora es un vestido blanco… refleja tu inocencia K-a-i-t-o~ – Un chico… el que más se destacaba de todos, -y era por ser mucho más rico que los demás- era Akaito… príncipe de no sé qué reino y dueño de dios sepa cuantas tierras. El chico peli rojo, llevaba un atuendo blanco con adornos en dorado, además de joyas rojas en todo lo que pudiera; en ese momento estaba… en su “pose de seducción”

– Mi señor Akaito, le pido que se abstenga de sus comentarios, por favor – Kaito dijo secamente bajando algunos escalones de la plaza. Sí, había avanzado por el pueblo y… sí… todos los chicos lo habían seguido.

– ¿Por qué? Una rosa como tú necesita ser alagada lo máximo – Hizo un guiño con el ojo derecho, Kaito solamente miró a otro lado.

– ¿Vamos otra vez a discutir lo mismo de siempre? – Lo encaró, dejándolo parado en un escalón arriba de él – Por favor… en este momento no estoy de humor como para que me venga a hacer una discusión.

– ¿Qué le pasó a mi joven flor? – Akaito en un movimiento rápido, agarró la mano de Kaito y le besó la muñeca de esta – Yo puedo mandar a matar al que te haya colmado la paciencia.

– Akaito… lo menos que quiero que hagas es que mates por mí – Kaito separó bruscamente su mano – Y además, no necesito de tus encantos en este momento, ni en ningún otro.

Kaito volteó a mirar a la bola de “pretendientes”, pero… para su sorpresa, no había rastro de ninguno de ellos. Todos ellos sabían que era mala idea ser contrincante de Akaito, su poder y su bipolaridad lo hacían impredecible.

– Akaito… ahora que estamos solo tú y yo… tú, más que nadie, debes saber que yo – Kaito se señaló – Soy un hombre… aunque vista estos vestidos – Agarró un pedazo de esta para hacer su referencia.

– Kaito, mi querido Kaito… tú, más que nadie – Lo dijo arremedándolo, esto no le dio ninguna gracia al peli azul – debes saber que yo te amo, aunque seas hombre o mujer ¡Me da igual!

– Hee~… entonces si tanto quieres mi amor… debes saber que es una pérdida de tiempo – Retomó su camino, mientras el peli rojo lo seguía – Yo nunca quise que me vistieran de mujer, y menos para atraer a unos hipócritas y cretinos que solo quieren mi belleza.

– Yo te amo por lo que eres… no por lo que otros ven – Akaito corrió para ponerse enfrente de él y mostrarle una rosa… tan roja como su caperuza.

– Solamente hazme el favor de esfumarte de una vez – Kaito agarró la rosa con cuidado, no quería espinarse. Kaito dejó la rosa en la cesta y continuó su camino nuevamente.

– Pareces un ciervo… huyendo de lo que no se puede huir, de lo inevitable – Akaito corrió para estar al lado del chico.

– Oh… y supongo que tú eres el méndigo cazador… ¿no? – Kaito no lo volteó a ver.

– Jajajaja… yo solamente estoy dando un ejemplo – suspiró – ¿Sabes? Tengo miedo…

– ¿De que este ciervo pueda escapar de tu escopeta? – Kaito se detuvo para mirarlo, ahora con mucho más fastidio que nunca.

– Puede ser… – Ladeó la cabeza – Pero… tengo miedo de que alguien se robe tu corazón y te aleje de mí… como otros príncipes de otros reinos… o incluso alguno de esos muchachos humildes.

– Sabes que eso no va a pasar – Kaito hizo un gesto de desaprobación – Desde que me visten como mujer, toda esperanza de amor se ha ido al caño.

– Solo lo digo… yo he visto cómo te mira el caballero Mikuo… lo cual no me da buena espina – Akaito miró con resentimiento al cielo… o a un recuerdo de Mikuo en su mente.

– Vete tranquilo… no voy a visitar algún chico, solamente voy a cuidar a mi abuela – Kaito terminó por explicar, si quería que ese tipo se fuera, tenía que darle una explicación que lo tranquilizara.

– Oh, ya… ¿la señora con buen corazón? – Akaito acompaño los pasos de Kaito, estaba saliendo apenas del pueblo.

– Precisamente ella… ella está enferma, por ello la voy a cuidar – Kaito balanceó la canasta mientras se la enseñaba al otro.

– Ya veo, entonces si ese es el caso… me voy en paz… mándale saludos en parte mía – Akaito paró de caminar y se quedó en medio del camino hacia el bosque.

– Sí, gracias… espero no volver a verte – Lo dijo con resentimiento.

Kaito paró un momento sus pasos, y miró el frondoso bosque frente a él, una parte de él le decía que fuera corriendo a por su abuela, pero otra parte le decía que era mala idea ir… no le hizo caso a su parte negativa, por lo que se aventuró en las entrañas del oscuro bosque.

Había varios sonidos en todos los rincones del bosque, sonidos de pájaros, madera, hojas, aire, sus pisadas, entre algunos otros sonidos de la naturaleza; Aunque se le viera tranquilo, era todo lo contrario a ese estado, algunas gotas de sudor se fueron paseando en su frente, haciendo que su cabello se pegara a su frente; el bosque, no estaba del todo oscuro, habían algunos rayos de luz que se filtraban en algún espacio entre hojas.

Kaito, aunque sabía que era todo producto de su paranoica imaginación, sintió que le observaban muy atentamente, también por esta razón volteaba a mirar a todos lados, cada 5 segundo volteaba atrás. Nada… No había absolutamente nada…

– ¿Ho-Hola? – Kaito habló tímidamente, tal vez algún niño se perdió… o cualquier otro ser humano y por timidez no se presentaba ante él – ¿Ha-Hay alguien allí?

Nadie contestó, en su lugar solo se escuchaban los sonidos persistentes de pisadas y naturaleza. Kaito se alteró por la parte de pisadas, aún con la esperanza de que fuera un humano, dijo:

– N-No tienes por qué esconderte

– Yo no me escondo – Por fin se escuchó una voz, a Kaito se le heló la sangre al escuchar las palabras, pronunciadas por una voz grave masculina.

– Entonces… ¿P-Por qué? – No terminó cuando lo interrumpieron.

– Si me muestro, de seguro vas a gritar de pánico…

– ¿Pánico a qué? – Aunque quisiera mostrar seguridad en sus palabras, sus piernas temblaban como si no hubiera un mañana.

– A mí – Se oyó el sonido de ramas quebrándose  y ser movidas, además de pasos en el pasto.

– Pero… si no te veo, lo más probable es que mi mente me juegue jugarretas y te imagine peor de lo que eres…

– Pero aun así… joven doncella, soy una bestia de aquí… no puedo pasar inadvertido de los demás.

– Espera… acaso dijiste “joven doncella” – Kaito miró a sus lados en busca del tipo.

– Sí, ¿Estoy equivocado de que usted sea una señorita?

– Sal ahora de donde estés… te voy a romper todo lo que se llama cara – El peli azul, cansado de que lo vieran como una femenina, cerró su puño golpeando de puro coraje a un árbol al lado de él.

Apreció que entre las ramas de un arbusto, dos ojos brillaron. El peli azul se acercó lo más rápido que pudo, a paso decidido y pesado; estando enfrente, en un movimiento agarró lo que se imaginaba como un manojo de cabellos y los alzó.

– ¿¡Por qué todo medio mundo me ve como una femenina!? ¡También tú! ¿¡Qué chingados te pasa, que no puedes identificar a un hombre!?... ¿¡QUË CHINGADOS LE PASA A TODO EL MUNDO, QUE NO PUEDEN IDENTIFICAR A UN MACHO!? – Kaito gritó con todas sus fuerzas, con los ojos cerrados.

– ¿¡Ehhh!? ¿¡Cómo que un hombre!? – El chico que estaba agarrado del pelo comenzó a pelear por libertad.

Kaito abrió sus ojos con curiosidad a mirar aquella supuesta “bestia”, lo que a continuación se encontró frente a sus ojos, fue su cabello del otro… era de color morado y bastante suave a tacto.

Miró con mayor detalle al otro chico, fue bajando un poco más… fijando su vista en cada característica que tenía el otro; Su cabello era largo, demasiado largo que el chico se podía hacer una coleta de caballo; dos pares de ojos lo miraban fijamente, por debajo de su cabello, estos eran de color azul; A Kaito le extraño el hecho de que el otro fuera como una persona cualquiera, solo que tenía dos orejas de un animal incrustadas en su cabeza; El peli morado vestía un traje de cuerpo completo de color blanco, el cual le asentaba muy bien con su piel nívea.

– ¡Hum! – Kaito soltó su mechón de cabellos de manera repentina, tanto que el peli morado cayó hacia el suelo – ¿Cómo no puedes ver que yo soy un varón?

– Un varón no usa vestidos…– El chico de coleta se defendió, por lo que Kaito enfurecido lo golpeó en la cara con su cesta – ¡Auch! ¡Eso duele! ¿Sabes?

– ¿Sabes qué? Tienes razón… un hombre no usa vestidos… – Kaito miró al suelo de forma afligida. Nunca había pedido usar alguna de todas esas prendas, y aún si pudiera decir su opinión, no contradeciría a su abuela, ni a su madre; ya que, les ayudaban económicamente los regalos de sus “pretendientes” y más los regalos de Akaito… ese chico estaba decidido a pedirle de forma más patética matrimonio.

– O-Oye… ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?– El joven peli morado se le acercó con una cara preocupada.

– ¿A ti que te pasa? Cambiaste de manera repentina – Kaito bajó su mirada, le estaban saliendo algunas gotas saladas de sus ojos y no quería que por ningún motivo el peli morado las viera.

– Tu apariencia es de una señorita, por lo que mi naturaleza no me deja tranquilo… – se explicó mientras se ponía en pie.

– Aun así soy un desconocido… no deberías hablar con extraños – Se limpió con su caperuza las lágrimas, miró al otro y notó que este era más alto que él.

– ¿Típica enseñanza hogareña? – Echo a reír – Para mí eso no es importante… después de todo soy la “bestia” de este lugar.

– ¿Eh? – Kaito abrió sus ojos, encontrándose con las orbes azules mirándole – ¿Eres… el lobo?

– Veo que los del pueblo se han tomado la molestia de pasar la noticia de boca en boca – Dio una leve sonrisa – Me llamo Gakupo Kamui, y yo… soy el lobo de este bosque – Hizo una reverencia hacia el peli azul – Y tú te llamas…

– N-No te voy a decir mi nombre… tu… eres el lobo… del que tanto me dicen que me cuide – Kaito dio unos pasos hacia atrás.

– No hay necesidad de tener miedo – Le tomó la mano a Kaito y le besó la muñeca de esta – Soy un lobo cuidadoso con sus presas– Kaito se sonrojó hasta las orejas por el beso.

– No me hagas reír… ¿Cómo me puedes asegurar que no me engañaras? – Kaito soltó su mano bruscamente del agarre.

– Soy un caballero… – Gakupo sonrió.

– Tu argumento es inválido contra mi razonamiento – Kaito dio media vuelta y retomó su camino, no sabía si sería seguro confiar en aquel lobo. Después de todo… los lobos son engañosos.

– ¡Espera, Caperuza roja! – Kaito lo volteó a mirar por lo último.

– ¿Caperuza roja?

– Sí, así he decidido decirte, porque tú no quieres darme tu nombre – Gakupo avanzó más para estar justo enfrente de Kaito.

– Continua… quiero escuchar tus necias explicaciones – Kaito se cruzó de brazos.

– ¿A dónde vas, caperuza roja? – Gakupo terminó diciéndolo con esperanza alguna de que confiara en él.

– A visitar a mi abuela… se encuentra enferma, por lo que voy a ir a cuidarla– Kaito dijo con tono indiferente.

– ¿Qué tal si hacemos una apuesta tú y yo? – Gakupo sonrió pícaramente.

– ¿Apuesta? – Kaito lo miró confundido, esto no podría llegar a nada bueno… pero aun así le dio un poco de curiosidad.

– Sí, dije una apuesta.

– ¿De qué trata? ¿Qué apostamos?

– Mira, si yo llegó a la casa de tu abuela antes que tú, tendrás que hacer lo que yo te pida, en otras palabras me pertenecerás… pero, si en cambio tú ganas… puedes hacer lo que gustes conmigo.

– No le veo alguna conveniencia a esto… – Kaito terminó por razonar antes de actuar, no quería que lo comieran.

– Tendrá mucho beneficio más adelante… te lo aseguro – Le brillaron l0s ojos a Gakupo por ver la cara de duda de Kaito – Y… ¿Qué dices? ¿Comenzamos?

– Ummm… – Kaito miró fijamente al lobo, este no ocultaba su cara astuta de él – Solamente… no quiero que metas a alguien más en esto, ¿está bien?

– Sí… te doy mi palabra – Gakupo dio una reverencia tomando la mano de Kaito y besándola nuevamente

– Hay dos caminos… ¿No es así? – Gakupo asintió – Entonces yo tomaré el de la derecha y tú el de la izquierda.

– Está bien – Gakupo sonrió enderezándose… esto le daba mal presentimiento a Kaito, pero no le tomó importancia – Nos vemos, mi caperuza roja~

Kaito miró extrañado como el lobo se alejaba a su camino correspondiente, algo estaba planeando entre manos. El peli azul optó por darse prisa e ir por su ruta, no quería perder por ninguna razón.

El peli azul fue caminando cuidadosamente por aquél bosque, todo en él se veía sospechoso, desde los arboles hasta los pequeños animalillos de por allí. Escuchaba pasos, tal vez eran de los animales… pero comenzó a dudar cuando se volteó y pararon misteriosamente.

– N-No me tomes el pelo… sé que me estás siguiendo, sal de allí – Kaito trató de sonar lo más seguro que podía, pero toda su seguridad se fue a tomar por saco cuando no escuchó respuesta, en cambio, escuchaba que los pasos se hacían más rápidos, como si estuvieran corriendo.

En un acto de pánico, Kaito corrió por su vida, no sabía que cosa lo estaba siguiendo… pero tenía algo en claro: No era Gakupo, era algo más grande y peligroso. Al parecer ya casi lo tenía pisándole los talones, porque se escuchaban más cerca las pisadas. Kaito trató de alejarse lo más que pudo, pero la naturaleza le jugó una sucia trastada… su caperuza se quedó atorada entre unas ramas secas.

– ¡No me estés bromeando! – Kaito jaloneó su caperuza para liberarla, pero resultó aún más desastroso… ahora su vestido también estaba atorado.

Escucho los pasos detrás de él, por lo que volteó con un poco de miedo. Lo que vino a continuación lo dejó paralizado completamente, un grandísimo oso se encontraba acechándolo. Kaito trató más desesperadamente de liberar sus ropas, mas no tuvo efecto alguno… estaban verdaderamente atrancadas.

En un dos por tres, ya tenía al oso parado en dos patas… listo para atacarlo, Kaito soltó un grito, cerró los ojos y se tapó con sus manos, como si eso lo fuera a proteger. Pero después de eso no ocurrió nada…

– ¿Eh? – Kaito abrió un ojo poco a poco… lo único que alcanzó a distinguir fue una melena morada – ¿Ga-Gakupo?

– ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien? ¿Estás herido? – Gakupo se apuró a hablar, Kaito miró a su lado del chico… estaba el cuerpo del oso en el suelo.

– ¿Có-Cómo…? – Kaito miró impactado al cuerpo del animal.

– Solamente fue golpe de gracia… aunque eso también me costó a mí – Río un poco, Kaito lo volteó a mirar más delicadamente y se llevó una grata sorpresa… el lobo estaba sangrando en su brazo izquierdo.

– ¡Waaaa! E-Estas sangrando – Kaito trató de ir a donde estaba el peli morado, pero se acordó de su situación con su caperuza y su vestido.

– Deja te ayudo… – Gakupo se aproximó al otro joven y en un movimiento ya estaba libre – Si no eres paciente y lo haces a la fuerza… las cosas empeorarán, en vez de mejorar – Gakupo le sonrió gentilmente a Kaito, mientras este se adornaba con un sonrojo.

– Gracias… pero ahora es mi turno de ayudarte – De su cesta sacó unas vendas, alcohol y algodón. ¡Qué bueno que los del staff…! Ejem… digo… ¡Qué bueno que él había puesto todo eso allí!

Kaito le trató cuidadosamente la herida; algunas veces se volteaban a mirar, unas veces no llegaba a que sus miradas se cruzaran, pero otras veces… sus miradas se encontraban… era algo que hacía a Kaito sonrojarse más. Al final, Kaito le puso una venda alrededor del brazo, encima de la herida.

– Listo… – El peli azul se separó del lobo, mirando su trabajo bien hecho y sintiéndose orgulloso de este.

– Eres bueno para esto, ¿sabes? – Gakupo miró sonriente a su vendaje – Gracias caperuza roja…

– Sobre eso… – Kaito estaba aún dudoso de decirle su identidad, pero al final se decidió por decirle su nombre – Llámame Kaito… me llamo Kaito Shion.

– ¿Kaito? – Se sonrió el lobo – Es un bonito nombre, apropiado para ti y tu belleza.

¿Qué era lo que le pasaba a Kaito cuando estaba al lado del lobo? ¿Por qué su corazón latía desenfrenado? ¿Y también…Por qué le ardía la cara cuando le decía un cumplido? Kaito se comenzó a cuestionar por cosas que no entendía del todo…

– “Ha de ser porque es un lobo…” – Trató de convencerse de ello.

– Y… por cierto… ¿Ropa interior de mujer? ¿Es en serio? – Al lobo se le dibujó una sonrisa picarona, aguantando las ganas de mofarse más.

– ¿¿¡¡Ehhhhhh!!?? – Kaito lo miró con ojos como platos – ¡No me digas que miraste!

– Lo siento… fue inevitable – se encogió de hombros – Tenía que alzar el vestido para desatorarlo… y fue cuando una vista erótica cruzó por mis ojos – Se relamió sus labios y colmillos, el peli azul se puso rojo a más no poder.

– ¡¡C-Cállate!! Es vergonzoso… – Se tapó la cara con sus manos.

– Fuu~ pero si te queda muy bien el color blanco inocencia~ – Alzó una ceja, mientras se quedaba plasmada una sonrisa en sus labios, las acciones del tal “Kaito” se le estaban haciendo interesantes.

– ¿¡Ehhh!? ¡Pervertido gaznápiro! – Kaito le gritó con la cara ardiente en rojo carmesí – Dejando de lado ese tema… ¿Y ahora… seguimos con la apuesta? – Kaito miró al lobo para encontrarse con sus orbes azules.

– Claro que sí – Sonrió – Pero… hay un ligero cambio en los planes… voy a viajar contigo por tu falta de… habilidad en protección – El peli azul hizo un puchero.

– Yo no quise usar vestido… la autora me obligó – Kaito… eso no lo tenías que decir… – ¡Ah!... este… lo hago por mi madre y mi abuela – Eso está mejor… ejem… Kaito miró a otro lado.

– ¿Por tu madre y tu abuela? ¿Qué tienen de especial?

– ¿¡Cómo que, que tienen de especial!? – Kaito enfrentó algo enojado al lobo, pero este solamente lo miraba curioso, sin una pizca de mala intención… por lo que Kaito relajó sus facciones – Esto… bueno… desde que nací pensaron que era mujer, pero resultó que fui hombre. Mi abuela había hecho muchos vestidos, entonces sería una pena tirarlos, por lo que desde pequeño me vistieron con esas prendas – Tomó aire – Además de que en estos momentos, de alguna forma, se volvió una ayuda económica por mis “pretendientes”

– Oh… ¿Qué pasa con los tipos? – Gakupo le miró intrigado.

– Ellos dejan regalos, como telas, comida y esas cosas…yo los llamo los “desafortunados que cayeron en la trampa” – Kaito no sabía a donde mirar cuando hablaba con el lobo peli morado, por lo que miró al suelo y jugó con sus dedos.

– ¿Y eso por qué? – Gakupo le alzó la barbilla con una de sus manos, solamente para que lo viera a los ojos, por alguna razón, al peli morado no le gustaba que evitaran su mirada.

– P-Porque… – Se quedó un rato mirando las orbes azules del otro, no se esperaba que le alzara la mirada tocando su barbilla. Ahora la mano de Gakupo se posicionó en su mejilla derecha, por lo que el peli azul se puso nervioso para proseguir; pero cerró sus ojos y siguió – solamente van porque piensan que soy una mujer, en el pueblo me conocen por ser la “más bella dama”… si supieran que soy un hombre… supongo que no harían cosas tan patéticas por mí.

– ¿Por qué piensas eso? – El más bajo de los dos sintió como el otro se acercaba más a su cara, más específico a su oído – Yo creo… que seguirías teniendo mucha atención aun siendo hombre… pero… eso me pone algo celoso, ¿sabes?

Kaito abrió rápidamente sus ojos, adelante a pocos centímetros, estaba la cara del lobo; el peli azul miró confundido al chico enfrente de él, no entendía por qué razón decía eso.

– S-Sabes… creo que tenemos que avanzar un poco más rápido… se va a oscurecer – Kaito trató de zafarse y huir de la situación. No contaba con que el lobo lo agarrara de sus muñecas, de manera cuidadosa pero fuerte.

– Quiero enseñarte algo cuando anochezca… pero, por lo mientras avancemos, el camino a la única casa de este bosque está… algo retirado de aquí – Gakupo lo jaló para seguir el sendero de tierra. El sendero que los llevaría a su destino.

– ¿Qué quieres que vea? Tengo que llegar cuanto antes con mi abuela… – Kaito se preocupó por la enferma viejecita.

– Confía en mí – Le envió un guiño con el ojo y no dijo nada más.

– “Vaya lobo… ¿Cómo quiere que confíe en él, si no dice nada? Es más… ¿Podré confiar en él?” –Kaito se preguntó mientras avanzaba cabizbajo, atrás del peli morado.

El más bajo miró sus alrededores, el ambiente estaba teñido de color naranja por el ocaso, las nubes parecían algodón rosado, todo en conjunto parecía una pintura; Los animales como conejos, ciervos, entre otro… se iban a sus madrigueras porque el sol se estaba ocultando; Kaito miró el cielo… por allí pasaban parvadas de aves, para después perderse entre las ramas de los arboles cercanos, ramas con abundantes hojas; los arboles eran altos, eso sí, pero aun así en ese tramo de bosque se podía admirar el sol ocultándose.

– Qué bello… – Kaito dejó salir el comentario inconscientemente, hace mucho tiempo que no veía un ocaso sin ser acosado por miles de chicos. Definitivamente el viajecito le estaba relajando un poco su estrés del poblado.

– Sí… – Gakupo lo miró con calidez en sus ojos azules, no dejaron de caminar – ¿No habías visto esto?

– Ummm… sí… pero no lo he disfrutado como ahora lo estoy haciendo – Se le formó una sonrisa en los labios del peli azul.

– Ya veo… ¿Los ilusos?

– Sí…  – Kaito soltó una risa por lo que dijo el lobo – Prácticamente no me dejan ni un segundo descansar.

– ¿Y por qué no te consigues un prometido o algo? – Gakupo cuestionó con toda la calma del mundo.

– ¿¡E-Estas loco!? – Kaito se sobresaltó – ¡No quiero tener nada que ver con alguno de ellos! ¡Todos me han pedido matrimonio y yo los he rechazado por lo anterior!

– ¿Buscas el indicado? – Al más alto se le formó una sonrisa juguetona.

– ¿Eh?... emmm… por así decirlo… – Kaito bajo la mirada caminando un poco más lento – Ciertamente nunca me he enamorado de verdad… – Reflexionó un poco – Por lo que no conozco el amor.

– Supongo que tampoco has dado tu primer beso, ¿O me equivoco? – Kaito en ese momento paró con aún la vista mirando al suelo. Gakupo al ver que se había parado, se volteó a mirarlo.

– N… N-No… No lo he dado… – Se avergonzó tanto, que un sonrojo se colocó en su cara – Pero… me han tratado de hacer otras cosas, lo cual no es bonito.

– He~ – Gakupo se acercó más a la silueta del otro, este se estremeció al sentir como se acercaba el lobo. Una vez lo suficientemente cerca, el lobo acarició su cabeza y después bajo a sus mejillas – ¿Qué tal si yo soy el indicado?

– ¿Eh? – Kaito alzó la vista para encararlo, sus ojos, en ese momento, eran como un par de platos grandes; se encontró con las orbes azules del otro, por lo que se puso mucho más nervioso – N-No lo creo… lo-los lobos son engañosos…

– Pero somos más fieles a nuestras parejas en comparación a un humano – Una suave sonrisa apareció entre sus labios.

– Pero… – Kaito se estremeció por el roce de la mano de Gakupo en su mejilla, se sentía tan agradable… y también se sentía protegido.

– Ya es hora, Kaito… sígueme – Gakupo tomó una de las manos del peli azul, las entrelazo para asegurarse de que el otro no se soltara.

- Voyage Lucid - Itou Kanako

Candies out, the last memories
softly kiss the shadow happiness 
Now that you are here with me
you’ll never have to be alone.

– ¿A dónde me llevas? ¿Gakupo? – Kaito miró confundido al mayor, no podía escapar por su agarre y también porque lo estaba jalando hacia un lugar.

When I am lost 
I feel you in my heart
whatever cost
you are inside of me
with me…

– Kaito… cierra los ojos… por favor – El peli morado se detuvo frente a lo que parecía una cortina de hojas en forma de corazón, quería que el chico con cabello azul cerrara los ojos para que fuera una sorpresa lo de adentro.

Gakupo abrió la cortina de hojas, pasó guiando a Kaito sosteniéndolo de sus manos, después, en un punto donde consideró adecuado para que el menor abriera los ojos, le dijo – Ya puedes abrir los ojos Kaito…

Together we will go
No need to be afraid
the sadness in your eyes
I’ll make it fade away
tomorrow it is now

Kaito abrió lentamente los ojos, nunca pensaba lo que se encontraría enfrente de él, estaba empezando a pensar que el lobo lo ataría y le devoraría… pero estaba muy equivocado con esa idea.

The quiet ocean wave call time
Our love will be a boat
I’ll never let you go
Tonight we will set sail
Our love…

Enfrente de él encontró una preciosa vista a lo que parecía una pequeña laguna, una laguna escondida entre todos los arboles; la iluminación de allí no era problema alguno, de ello se encargaban todas las luciérnagas del lugar; lo que le pareció un poco extraño fue que el agua cristalina daba un brillo singular, como si abajo se hallaran plantas que lo iluminaran, además de que alrededor de todo el lugar se hallaban plantas que no conocía, todas eran bellas… y la mayoría también brillaban por cuenta propia; Todo el lugar tenía un cierto color azul… por el lago más que nada, ya que el brillo de las luciérnagas no se comparaba con este y el de las plantas alrededor.

Grain of sand, the lost memories
embracing time, the hour of stillness
knowing that you’re here with me
I’ll never make you feel alone

– ¿Te gusta? – Gakupo apareció recargando su mentón en su hombro derecho, se estaba conteniendo las ganas de hacer algo más, después de todo… la primera vez que conoció a Kaito, que precisamente fue ese día, le llamó la atención… no como las chicas de su especie… ese chico… tenía algo especial.

If you feel lost, I’ll hold you in my arms
in time of need
I’m always there for you
For you…

– ¡Me fascina! – Kaito sonrió de felicidad como nunca lo había hecho e inconscientemente se lanzó a abrazarse a Gakupo, a lo cual el lobo se sorprendió – ¡Gracias Gakupo! Es lo mejor que me han hecho en todo este tiempo… – El chico cambió su sonrisa por una melancólica mientras se retiraba del abrazo.

– Oye… si tienes que desahogarte, aquí estoy… junto a ti – Gakupo lo jaló para abrazarlo – No quiero verte sufrir… solamente, sonreír como lo hiciste hace unos momentos.

Together we will go, no need to be afraid 
The sadness in your eyes, it all will fade away
The future waits us now

Kaito se quedó inmóvil unos momentos, ¿Qué es lo que pasaba por su cabeza? Es difícil de explicarlo… viajaban pensamientos de un lado al otro, algunos chocando y así creando confusión en el chico. Lo único que pudo analizar bien fue en corresponder el abrazo.

The quiet ocean of our fade
Our love will show the way,
It knows our destiny
Tonight we shall the part
With love…

– Kaito… – Gakupo alejó un poco la cara del mencionado agarrándolo, con cuidado, por el mentón. Lo alejó lo suficiente como para mirarlo – Kaito… sé que nos hemos conocido apenas unas horas… y que no fue tan agradable nuestro encuentro, pero fue obra del destino… – Tomó aire y lo miró a los ojos, los ojos del más bajo tenían un brillo único. Separó sus labios y prosiguió – Lo que quiero decirte… es que no eres como otros, eso lo sé… hasta eres muy diferente a una mujer… Dios… ¿Qué estoy diciendo? Me estoy ahorcando con mis propias palabras…

– ¿Quieres decir… que soy e-especial? – Kaito tenía un sonrojo muy marcado.

– Técnicamente… sí – suspiró aliviado a que lo entendiera – Lo que me llamó más la atención… es que no me tratas como si fuera un virus mortal… todos los aldeanos salen corriendo cuando se dan cuenta de que soy el lobo o también se ponen a gritar como locos – Suspiró – En cambio tú… me jalaste de la melena e hiciste que me cayera… eso es raro, lo sé, pero me llamó la atención de una forma u otra… – Ladeó la cabeza riendo un poco.

– ¿P-Por qué? – Kaito estaba que se moría en esos instantes, su corazón le dolía, estaba palpitando a un ritmo desenfrenado, y su cara le ardía por el sonrojo, además de los nervios… que hacían temblar sus piernas como gelatina.

– Porque… – Gakupo se acercó un poco a la cara de Kaito.

Together we will go, no need to be afraid
The sadness in your eyes, I’ll make it fade away
Tomorrow it is now,
The quiet ocean wave call time
Our love will be our boat
I’ll never let you go
Tonight we will set sail
Our love…

Kaito abrió lo más que pudo los ojos, los labios del peli morado ahora estaban tocando suavemente los suyos, juntándolos en un tierno y sencillo beso.

Kaito cerró fuertemente los ojos cuando sintió un visitante extraño dentro de su boca, la lengua de Gakupo estaba explorando los alrededores… de pronto se encontraron sus dos lenguas, Kaito trataba de seguirle el paso a Gakupo… pero, este parecía ser un maestro en el arte de besar.

Separaron sus bocas, uniéndolos solamente un hilito de saliva. Kaito tocó sus labios con la yema de sus dedos, aún no podía creer que el lobo lo había besado… ¡Y a él le había gustado! Su cara se adornó de un sonrojo demasiado evidente, era su primer beso… y lo había saboreado hasta el último segundo, sin vergüenza alguna.

– Al parecer… me atraes, Kaito – Gakupo miró a los ojos al confundido chico, el cual tenía sus dedos en sus labios y sus ojos irradiando un brillo indescifrable.

– Te atraigo… ¿C-Como amigo? – Kaito trató de poner algo coherente en su cabeza, lo cual no resulto efectivo por obvias razones.

– No… – suspiró – Me atraes como pareja… sexualmente… llámalo como quieras – Gakupo lo tomó de las manos, acariciando con sus pulgares el torso de la delicada mano.

– P… p-pervertido… – Kaito atinó a bajar su mirada susurrando esto, aunque Gakupo lo escuchó por tener gran sentido del oído.

– Llámame como te plazca… yo soy un simple “desafortunado que ha caído en la trampa” – Kaito sonrió y dejo salir una leve risa por lo dicho. Gakupo miró la cabeza del peli azul, esperando a que dijera algo.

– I-Idiota… ese fue mi primer beso – Kaito alzó la mirada para ver al lobo, no se notaba algún rastro de enojo, solamente se apreciaba una sonrisa; por lo que, Gakupo sonrió.

– Me lo habías dicho antes… entonces, yo quise ser el primero.

– Ósea… qué, solo por tu regalada gana lo hiciste… – Una leve risita – engreído… –terminando la frase, se abrazó al otro chico, sumergiendo su cara entre las ropas blancas del peli morado.

– He~ yo solo soy así contigo – Aceptó el abrazo que el menor ofrecía – ¿Estas confundido por mis sentimientos?

– La verdad… sí… demasiado – Kaito tomó más fuerte, entre sus manos, la ropa de Gakupo – Pero… siento…

– ¿Sientes…?

– Siento… – Kaito tragó saliva – Siento que cuando estoy a tu lado mi corazón late desenfrenado, mis mejillas se ruborizan al extremo, mi cerebro no sabe que pensar, mi mente está hecha un caos… y todo por ti, un lobo que lo categorizan como uno feroz – Kaito habló con calma ante los síntomas tan extraños para él.

– Te acabas de confesar… ¿Y estas tan calmado? – Gakupo agachó su mirada para mirar al peli azul, con una sonrisa de satisfacción.

– ¿Ehh? – Kaito miró hacia arriba, encontrándose con la mirada penetrante del mayor.

El peli morado agarró la mano de Kaito, para llevarlo entre las plantas, hasta llegar a la orilla del agua, para sentarse y platicar un poco más. Kaito se sentó mirando el agua, allí estaba su figura confundida por las palabras del otro. Tocó el suelo, parecía una alfombra bastante suave de hierba, además de que tenía un hermoso color verde.

– Te acabas de confesar… eso que dijiste es lo que sientes cuando te enamoras – Gakupo lo miró con una cara cariñosa al peli azul – Eso también me pasa a mí.

– Ósea que… – Kaito volvió a mirar el agua cristalina, ahora Gakupo también se asomó, permitiéndole a Kaito mirarle – Yo… tú… ¿Me gustas? – Kaito lo volteó a mirar.

– Exactamente – Agarró una de sus suaves manos y la besó – Kaito, yo… quiero estar contigo… esta noche – Gakupo miró sus orbes azules con seriedad.

– ¿Q-Qué…? – Kaito se quedó mudo, él ya sabía que significaban esas palabras, por lo que dejó su canasta a un lado y retrocedió encima de la hierba – N-No creo que sea una b-buena idea…

– ¿Por qué no? No voy a lastimarte… lo prometo – Gakupo avanzó un poco, al tiempo en que Kaito retrocedía; a su vez, Kaito trataba de parar con sus manos al lobo, con una cara roja de vergüenza.

– Es que… soy virgen… – Kaito cerró sus ojos dejando de retroceder, temiendo que el lobo se separaría de él, pero no fue así…

Sintió un toque cálido en su cara, haciendo que se sintiera seguro y a su vez, haciendo que abriera sus ojos, sorprendido.

– No me importa si eres virgen o no… yo te quiero a ti – Gakupo siguió acariciando con su mano la cara del menor.

– Entonces… – Kaito miró con ojos brillantes al otro, agarrando un poco de confianza y prosiguiendo – Te… te… te lo permito – Lentamente se abrazó al cuello del mayor, tenía miedo… y se podía comprobar porque sus manos estaba temblando, pero… tenía una extraña confianza en el lobo.

– Te voy a tratar con mucho cuidado… Kaito… – Gakupo aprovechó el abrazó para recostar al menor en la hierba.

El más bajo observaba atentamente a todos los movimientos del lobo, tenía una pizca de desconfianza en su mirada, era su primera vez; tan inocente y tierno se veía, además de temeroso a la nueva experiencia junto al lobo.

El mayor se acomodó mejor sobre el peli azul, rozando la piel de este, provocando reacciones de timidez del menor hacia el tacto; comenzó besando su cara: su nariz, sus mejillas, su frente y al último sus labios; el beso empezó suave, para después seguir a ser uno más necesitado, caliente y lleno de sentimientos… sentimientos de cariño el uno hacia el otro. Gakupo sintió la necesidad de quitarse su ropa, el calor estaba aumentando conforme iba progresando; así que, se fue quitando las capas de ropa, hasta quedar con el torso desnudo.

– Dios… eres… hermoso… – Kaito lo dejó salir como un suspiro, le estaba faltando el aire por lo excitado que se encontraba en ese momento.

– Tu lo eres más – Gakupo le susurró en el oído, después lo mordió con dulzura, haciendo que el peli azul dejara salir un suspiró extasiado.

– Ga-Gakupo – Kaito aferró sus manos  en la larga cabellera del peli morado – Hace… mucho calor… – Kaito tenía en su cara un bochornoso sonrojo.

– Eso es porque todavía tienes tu ropa puesta… – Dijo pícaramente mientras paseaba sus manos en el cuerpo del menor, hasta llegar a la caderas del chico.

– Ahhh… qui-…quítala – Kaito se avergonzó por decirlo tan directamente, pero no podía hacer otra cosa, no quería morir de calor allí.

– A la orden, dulzura… – Gakupo bajó un poco la cara para morder un poco el cuello del otro. Se dio cuenta que Kaito dejaba salir gemiditos cada que mordía el lugar, por lo que intuyó, el menor era muy sensible en todo su cuerpo, ¡Dios! ¡Este chico lo mandaría al mismísimo infierno por pecar lujuriosamente!

Con avidez, el lobo le quitó la caperuza, dejándola junto con la demás ropa a un lado de ellos; besó y mordió un poco más su cuello, estaba dándose cuenta de que este era su lugar favorito… pero más adelante tendría otros lugares favoritos en el cuerpo del menor.

El lobo ya iba a quitarle el vestido; pero el peli azul, con cabellos desordenados por estar acostado, lo paró de improvisto, haciendo que se extrañara el mayor.

– Y-Yo lo hago… – Kaito alejó sus manos del cabello del otro, llevándolas a su espalda para desabrochar su vestido.

Con destreza, hizo que su vestido se aflojara, listo para retirarse y dejar en exposición la piel tersa del menor;  Algo impaciente, Gakupo agarró el vestido y lo quitó del cuerpo del otro chico; por parte del avergonzado Kaito, solamente dejó salir un jadeo, seguido de ponerse sus manos como protección a su desnudez.

– No tienes por qué tener pena de tu cuerpo desnudo… – Gakupo agarró sus manos y las besó a las dos.

– Es que… eres el primero… que verá a mi real yo… y tengo miedo – Kaito miró a los ojos del lobo con algo de pánico.

– ¿Miedo de qué cosa, bebé? – le acarició su rostro, regalándole una sonrisa gentil.

– Miedo a que te alejes… – Se le empezaron a acumular algunas lágrimas, víctimas de la timidez – Y… y-yo no quiero eso…

– No me alejaré… – Se acercó a la cara del peli azul para besar las lágrimas que estaban escapando – Te lo prometo.

Kaito no dijo nada, en cambio solamente abrazó el cuerpo encima de él; El lobo quería complacerlo. El peli azul tenía tantos años complaciendo a otros… y él mismo no tenía voz para opinar. Gakupo sentía demasiado coraje si pensaba en los chicos que acosaban a su Kaito, porque… en estos instantes lo estaba marcando como suyo… y no dejaría que se lo arrebatasen.

Gakupo entró en acción, comenzó a descender por todo el cuello de Kaito, después se topó con dos botones rosados. No pudo contenerse a probarlos, así que, lamió uno de ellos.

– ¡Ngh!... mmm… – Kaito se estremeció por la lamida del mayor en su pezón, pero… se sentía bien – G-Gakupo… m-más… – Evitó mirar al mayor, viendo para un lado y cerrando fuertemente los ojos.

– Oye Kaito… – Lamio de nuevo el pezón, haciendo que otro gemido saliera de la boca del otro – Kaito… mírame – Kaito con timidez obedeció, aunque tenía vergüenza por ver al mayor frente a su excitado pezón.

Gakupo dio un suspiro hacia el pezón, dándole un estremecimiento a Kaito. En el campo de visión del menor, solamente apreciaba al lobo sonriendo pícaramente y también su pezón húmedo de saliva… era una imagen… excitante.

– ¿Quieres que lo chupe? – preguntó sin vergüenza alguna, jugueteando con un dedo sobre el pobre pezón.

– Tú… no sabes que es… mgh… la vergüenza… ¿Ve-Verdad? – Lo miró con un puchero.

– Es que… te ves sensual así… – pasó el dedo al otro pezón, también merecía atención, por lo que lo apachurro un poco con sus dedos mientras lo jalaba suavemente – voy a tomar tu respuesta como un sí… si tienes algo que decir habla ahora o calla para siempre.

– ¡G-Gakupo! – Kaito encorvó su espalda para atrás cuando sintió su pezón siendo estrujado por el dedo – H-Has…lo… por favor…

Con esto le basto al mayor para chupar y succionar a su gusto el botoncito rosado, prontamente los jadeos y gemidos llenaron el ambiente, calentando mucho más al lobo. La traviesa mano libre del mayor comenzó a descender, sin ser notado por el menor, hasta que el peli azul sintió un toque en su parte baja.

– Ga-Gakupo… ¿Qué… rayos haces? – Kaito ocultó su rostro entre sus brazos, sintiendo como su miembro estaba siendo removido de su única prenda puesta. Gakupo dejó en paz al botoncito atendido por su boca.

– Tranquilo… solamente quiero hacerte sentir bien… – Subió un poco para besarlo en sus labios, lo cual el peli azul aceptó gustoso.

– Pe-Pero… yo también quiero hacerte eso… – Kaito dijo bajito pero decidido después del beso. Gakupo enarcó una ceja, mientras apoyaba su mejilla en su mano.

– Hee… ¿Sabes lo que iba a hacer? – Dijo con una cara traviesa, el mayor quería ver hasta donde era la voluntad de Kaito.

– N-No… – Kaito se puso a reflexionar, pero todo era en vano ya que él no tenía ninguna experiencia en esto – ¿Qué ibas a hacer?

– Esto… – El mayor estrujó la hombría del menor, mientras rápidamente descendía.  Tomo el miembro de Kaito y lo lamió con su lengua, moviéndola con destreza. El menor no ocultó su sorpresa mediante gemidos, ya que era la primera vez que hacían algo allí.

– ¿¡Q-…-Qué!?… mmmm… ngh… Ga-Gakupo… – Kaito no cabía en éxtasis, se contorsionaba por la ola de placer proporcionada por el mayor. Y sus gemidos fueron más ruidosos cuando Gakupo engulló toda su hombría, la sensación del “dentro-fuera” que Gakupo ofrecía con su boca, era tan… placentero.

– Eres hermoso y delicioso… – Gakupo se relamió los labios tomando una muy pequeña pausa, ya que al poco tiempo otra vez estaba pegado en el sexo de Kaito, el cual solo podía responder con gemidos.

Kaito se sentía mal, él era el único que estaba disfrutando las atenciones… por lo que paró con una mano al desconcertado Gakupo. Kaito logró que Gakupo se sentara sobre el pasto y él también, entonces el menor se llevó un dedo a su boca, simulando inocencia mientras se encimaba un poco al mayor. Este enarcó nuevamente una ceja, estaba actuando atrevidamente Kaito.

– Ga… Gakupo… y-yo… quiero… – Kaito miró con ojos suplicantes a Gakupo. Aun teniendo su dedo entre los labios bajó su mano libre para tocar un lugar cercano a lo que se refería. El mayor tembló un poco por la sorpresa que le dio, pero aun así se le formó una sonrisa traviesa.

– ¿Qué quieres, Kaito? – Gakupo miró a los ojos al apenado Kaito. El menor no creía que tuviera suficiente coraje como para hacer aquello, ¿Por qué tuvo que abrir su bocota? ¡Waaaaa! ¡Ahora estaba más avergonzado que otra cosa!

– Mmmm… y-yo… – Cerró los ojos fuertemente por la pena – Yo quiero hacerte sentir bien a ti…

– Y lo estás haciendo sin que me toques… mira – Gakupo agarró la mano que estaba tocando du cuerpo, para llevarlo hasta su bulto demasiado marcado. Kaito abrió los ojos sorprendido, si no tuviera su sonrojo máximo desde hace rato, de seguro ahorita lo tendría mucho más rojo.

– ¿Q-Qué…? – Kaito se puso nervioso por el tacto al miembro de Gakupo.

– Me puse así, solamente por tus gemidos… me calentaron demasiado – Gakupo se encogió de hombros, restándole importancia a su estado – Es que… solo mírate… tan solo con ver tu cuerpo erótico, hace que me caliente – Sonrió.

– E-Eso no era necesario que lo supiera… – Kaito trató de alejarse del tacto al cuerpo del otro, estaba más que nervioso.

– ¿A dónde vas? – Gakupo lo jaló del brazo apresado por su mano, haciendo así, que el peli azul terminara encima del mayor – Todavía no hemos terminado… K-a-i-t-o~

– ¿Ehhh? – Kaito lo miro con los ojos bien abiertos, Kaito guardaba demasiada inocencia que no sabía que era exactamente “hacer el amor”.

– “Tanta inocencia en un ser… de seguro será algún querubín de Dios, que se perdió en su camino… encontrándomelo por casualidad en el mío” – Gakupo pensó con una sonrisa enternecida por el menor, simplemente… ese chico lo volvía loco… y loco de amor.

– Pe-Pero… ¿Qué harás exactamente? – Kaito lo miró nervioso, estando encima del lobo no podía hacer mucho… si no quería tocar más partes sensibles del mayor.

– Ya verás… – Gakupo lo besó en la frente – No voy a hacer nada que no te guste… así que… confía en mí – Gakupo agarró uno de los mechones de pelo del peli azul, besándolo enfrente de este.

– Confío en ti… pero… tengo miedo porque es mi primera vez… ¡Ni siquiera sé que conlleva! – Kaito habló apenado de sí mismo.

– Relájate – Gakupo lo abrazó y pasó una de sus manos en la espalda del menor, acariciando la piel del propietario – Voy a continuar… por lo que necesito que humedezcas estos dedos – Gakupo separó al chico un poco, para mostrarle los tres dedos que se refería.

Kaito se acomodó encima de las piernas del peli morado, dejándolos sentados encima del pasto. El menor obedeció, quería colaborar como pudiera, así que chupó con esmero los dedos; algunas veces, sin darse cuenta, lo hacía de manera erótica, haciendo que Gakupo tragara su saliva repetidas veces.

El mayor de los dos tomó a Kaito por sus caderas, y comenzó a moverse de arriba abajo para que sus miembros de rozaran mientras Kaito hacía lo encomendado… aunque, ahora se le estaba haciendo más difícil la tarea, por todos los gemidos que querían salir de su boca.

– ¿Se siente bien? – Gakupo lo miró con deseo, lamiéndose los labios y mirando directamente los labios del peli azul. Kaito no respondió, en su lugar, sacó los dedos de su boca y le dio un beso pequeño en los labios al peli morado. Finalizando el beso, los dos sonrieron con cariño en sus ojos.

– Me alegra saberlo, Kaito – Gakupo le dio otro beso al menor en los labios, siendo igual de rápido al anterior – Creo que ya están listos… – miró sus dedos húmedos con la saliva de su Kaito – Bueno… esto te va a doler un poco… pero después te va a encantar, ¿Sí?

– Confío en ti Gakupo… veo en tus ojos que no me harías nada que me afectara – El peli azul sonrió de lado – Tienes mi permiso para progresar…

– Gracias Kaito… – El peli morado le dio otro beso en la frente del otro.

Gakupo acostó al menor encima de la suave hierba; lo distrajo besándolo con pasión en los labios, haciéndolo tan profundo que Kaito cerró los ojos, guiándose placenteramente por el beso. Hubo un momento donde Kaito abrió los ojos con pánico por sentir los dedos acariciando su trasero (más específicamente, su entrada) dejando salir uno que otro gemido con una pizca de miedo en él.

– Tranquilo… no haré nada malo – Gakupo repartió besos dulces en toda la cara del menor.

Para mayor comodidad, Gakupo puso encima de su hombro una de las piernas del otro, haciendo así, que pudiera tener una vista buena y a la vez una posibilidad de moverse mejor.

Gakupo miró sus dedos ensalivados… no creía que fuera la saliva a actuar como un buen lubricante… así que -por curiosidad- agarró la canasta por algo de utilidad, (ya que el menor llevaba muchas cosas útiles a la mano) Y por mera fortuna, Gakupo encontró un botecito de lubrican-…

. . .

¿¡A QUIÉN SE LE OCURRIÓ PONER ÉL LUBRICANTE!?

Deberás se pasan los del staff… piensan en todo…

Bueno, continuemos…

Gakupo ocupó el botecito de lubricante, de lo cual me sorprendo porque creo que en esa época no había eso. Lo esparció en sus tres dedos con dedicación, cuando estuvieron listos miró a Kaito con ternura, aunque este le veía con inseguridad.

– Vo-Voy  a hacerlo…

– Mejor ya hazlo… lo vienes diciendo desde hace rato – Kaito lo miró con un puchero – solamente me alteras y no haces nada.

– Lo siento – Gakupo sonrió apenado – Solamente es que no quiero lastimarte… es tu primera vez…

– Vamos… – Kaito lo volvió a abrazar del cuello, algo incómodo por la postura en que estaba, pero quería hacerlo – Si eres tú… creo que está bien…

– Esta bien… lo voy a hacer – Lo acostó con un beso – Y ahora no es choro – Sonrió.

El menor se relajó un poco, no quería sentir demasiado dolor; pero toda su relajación se fue al caño cuando Gakupo comenzó a meter el primer dedo. Algunas lágrimas se empezaron a salir de los ojos de Kaito, mientras este también gemía de dolor y un poco de placer mezclados. Gakupo trató de irlo metiendo con suavidad, a su vez repartía besos en toda la cara de Kaito, además de caricias con su mano libre. Su dedo se adentró todo lo que pudo en la entrada del peli azul, Gakupo lo mantuvo quieto por un rato, hasta que Kaito se acostumbrara y lo pudiera mover.

– Haaa… ¿Sabes?... estas muy estrecho… y eso me excita – Gakupo sonrió con picardía, mientras que Kaito lo miraba aun ido por las atenciones.

– C-Cállate… mejor comienza a moverte… – Kaito cerró sus ojos, dejando salir de su boca un jadeo acompañado por un vaporcillo… eso significaba que su temperatura había aumentado demasiado.

– ¿Seguro? – Kaito lo miró serio, asegurándose de las palabras del menor.

– ¿E-Esto lo preguntas para avergonzarme? – Kaito ocultó su cara en sus manos – Prosigue… por favor…

– No se diga más… – Gakupo se relamió sus labios, mientras agarraba con su mano libre la cadera de Kaito.

Empezó con un ritmo suave, de meter y sacar el dedo; y al ver la aceptación de Kaito con sus gemidos de placer, fue aumentando gradualmente la velocidad… también iba aumentando conforme a súplicas de Kaito por más.

– Ahhhh… M-Más… Por fa-… ¡Ah!... Por favor~ – El menor apenas podía articular palabras con coherencia en su mente, la lujuria lo estaba llevando a su límite.

Gakupo subió un momento, hasta quedar sus caras pegadas. Lamió sus mejillas y su boca, dándole al final pequeñas mordidas en el labio inferior. Al principio solamente fue un dedo… después dos… ¡luego tres! Haciendo casi gritar a Kaito, además de tener un hilito de baba en su boca por todo el placer carnal.

– Kaito… me encantaría seguir teniendo mis dedos en tu cálida entrada… pero… tengo otros asuntos que atender, si sabes de lo que hablo… – Gakupo sonrió pervertida mente, agarrando una mano del menor hasta su entre pierna. Kaito se sorprendió por el tamaño… ¡Al parecer había aumentado de tamaño ese trozo de carne!

– Pe-Pervertido… – Kaito dijo entre gemidos, Gakupo no había dejado de penetrarlo con sus dedos de una forma salvaje.

Gakupo sacó los dedos de la entrada del menor, haciendo que este gimiera por la acción; Lo posicionó en cuatro, teniendo el privilegio por tener una buena vista y también buen acceso al hermoso agujerito.

– ¿Q-Qué harás? – Kaito dijo con dificultad, ya que su respiración estaba muy agitada.

– Hacerte mío – Gakupo le sonrió al menor, mientras los largos dedos del mayor rozaban su espalda hasta llegar a su trasero – ¡Dios, tu trasero es tan suave!... quiero… morderlo…

Kaito jadeó por lo que dijo Gakupo, la mismísima idea de sentir los dientes del mayor mordiendo su piel le hacía excitarse en demasía. Gakupo estrujó las dos nalgas del otro, satisfaciendo una parte de sus deseos… pero… quería probar otra cosa… así que acercó su cara al trasero de Kaito, y mordió suavemente la piel blanca enfrente de él. El menor dejó escapar un sonoro gemido al sentir los dientes hundiéndose en sus nalgas.

– G-Gakupo… d-dame… – Kaito acostó su pecho y su cara en la hierba, no tenía mucha fuerza por las atenciones. Movió su cadera de un lado al otro con intención de que Gakupo se apresurara – ma-más…

– ¿Quieres que lo meta? – Gakupo sonrió pícaramente, le estaba gustando la parte erótica de Kaito, después de todo él sería el que tomaría la virginidad del bello menor.

– S-Se escucha vergonzoso… pero… – Kaito ocultó su cara en sus brazos – Sí… por favor – Dijo casi susurrando.

– ¿Qué dijiste? No se escuchó – Gakupo aunque lo había escuchado por su buen sentido del oído, quiso que el peli azul lo dijera más fuerte.

– ¡Gakupo, por favor, ya no me hagas esperar! ¡Quiero que la metas, ahora! – Kaito ocultó mejor su cara, estaba avergonzado.

– A la orden, cariño – Gakupo agarró las caderas del menor, y de una estocada entró en la entrada de Kaito.

– ¡Ahhh!... G-Gakupo… – Kaito aferró sus puños en la hierba bajo él – Gakupo… ngh… duele…

– Mi precioso ángel… esperaré hasta que me des el privilegio de moverme – El peli morado con ojos azules, miró al otro con demasiada ternura mientras dejaba besos a lo largo de la espalda del chico. “sublime, inocente y delicado” pensó Gakupo deleitándose del tacto con la piel del peli azul.

El mar de sensaciones nuevas estaban a maravillando al menor, hasta ahora el lobo estaba siendo suave con sus acciones, dándole confianza al tímido de Kaito. Gotas de sudor paseaban a lo largo de los cuerpos de ambos. Deliciosas caricias del uno al otro. Alguno que otro gemido por parte  del sensible menor, por la sensación de sentirse lleno con el lobo.

Sin cruzar palabra alguna, Kaito meció un poco su cadera, obteniendo así sacarle un gemido al mayor. Rápidamente el lobo entendió la indirecta; dando el último beso en el hombro del otro, Gakupo movió sus caderas, sacando y metiendo su excitada hombría una y otra vez. Los gemidos inundaron el ambiente, así también como el sonido húmedo de los cuerpos al unirse. Todo estaba siendo tan… placentero.

– ¡Dios, me estas apretando tan deliciosamente! – Gakupo no dejó de moverse mientras lo decía al menor, poco a poco los movimientos se convirtieron en unos frenéticos.

– Ga… ngh… Gaku…po… ¡Ahhh! – Arqueó la espalda, al sentir que el mayor atinó a su dulce punto del éxtasis – A… ¡Allí!

El mayor sacó su miembro del interior del otro, sacándole un jadeo con tono de reproche. Volteó al menor para quedar mirándose el uno al otro, y no tardó más en penetrarle nuevamente, continuando con las embestidas delirantes.

Kaito se aferró con las uñas a la espalda del lobo, dejándole alguno que otro rasguño; pero eso no importó… los dos estaban enfrascados en sentir mucho más al otro. Gakupo ahogó unos instantes los gemidos de Kaito, haciéndolo con un beso apasionado. Los dos miraban al otro con intensa lujuria, en esos momentos… nadie los separaría nunca jamás.

– ¡Ahhhh!... ¡Gakupo! mgh…me… voy – Kaito dijo con timidez después del beso profundo con su amado.

– No te preocupes… hazlo – Gakupo le sonrió besándole el cuello.

Para llegar más rápido al clímax, Gakupo colocó las piernas del otro en sus hombros, permitiéndole un poco más el movimiento. Siguió dando estocadas en unos cuantos minutos más, hasta que Kaito se corrió en el pecho de ambos. Gakupo tardó unas cuantas embestidas más, dejando su esencia adentro de Kaito.

– Ga… kupo… – Kaito dijo regulando su respiración, lo cual le estaba costando trabajo – Eso…. fue… maravilloso – Sonrió.

– Me alegro que te haya gustado – Gakupo salió de él, dándole un beso en la frente por su comentario.

– Tengo miedo Gakupo… – Kaito se abrazó al lobo, el cual le recibió con gusto.

– ¿Por qué Kaito? ¿A que le tienes miedo? – Gakupo miró preocupado al peli azul, que al igual que él estaba inquieto.

– A la gente le asusta lo que es desconocido… y se te ven a ti… creerán algo erróneo… y no te quiero perder.

– ¿¡A quien le interesa lo que piensen!? – Gakupo le restó importancia – Una parte me favorece… nadie se acercaría a ti; pero la contraparte es la que te disgusta… alguien puede buscar la forma de que me aleje de ti…

– Yo no me alejaría de ti… ni por cualquier razón – Kaito le dio un beso tierno en la mejilla.

– Yo tampoco… tenlo por seguro – Agarró su saco para taparlos a los dos. A Kaito ya le estaban pesando los parpados, se notaba por sus esfuerzos por mantenerlos abiertos.

– Te quiero – El peli azul se acurrucó en el pecho desnudo de su amante, mientras cerraba poco a poco sus ojos.

– Yo igual te quiero… y mucho – Gakupo le dio un beso en su frente.

Después del último comentario del peli morado, Kaito cayó en los brazos de Morfeo. Por su parte, Gakupo se quedó pensando un poco, ¿Qué pasaría con su relación cuando los dos estuvieran en la civilización, o teniendo contacto con cualquier humano? ¿Los separarían por la apariencia de Gakupo? La verdad, si le disgustaba un poco ese tema… no es que le importase demasiado lo que otros pensaran; pero si le importaba la seguridad de su amado. Al final el lobo no llegó a una conclusión en concreto, solamente lo dejó en las manos de dios… dejándolo a su suerte el ser aceptado o no.

Abrazó el cuerpo delicado que estaba a su lado como si se lo fueran a quitar, y se quedó dormido poco a poco, siendo acurrucado por los suaves sonidos de la naturaleza nocturna. Mañana sería un nuevo día junto a Kaito… un día donde probaría su suerte de manera peligrosa.

-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-

-Fin de la primera parte-

Notas finales:

Bueh… holi~

mmmm… no sé qué poner aquí(

Me gustó como quedó la primera parte [con todo incluyendo al staff(?]

Dios… bendito staff -w- XD

P.D: Perdón por no actualizar antes One Breath QwQ

¡Bueno… no leemos en la próxima parte!

¡Bye-Bye!


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