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Unidos por los problemas. por PinketDiana

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Realidad.

 

 

Llegó a casa después de un día algo… agradable. Me quedo parado en la puerta, por mi mente pasando demasiadas cosas; como: ¿cuánto tiempo llevaba sin definir un día como ‘agradable’? o ¿cómo una persona en la que nunca antes me había fijado, ahora me hace sentirme así? o ¿de verdad tenía que entrar ahora aquí?

 

La puerta de mi casa es de color madera oscura, pero ante mis ojos es de color roja y negra; como la entrada a un infierno. Cuando era más pequeño y me quedaba en mi habitación por horas -como ahora-, miraba al techo e imaginaba cosas. Cosas que no eran normales, y todo ello era porque adoro leer. Adoro perderme en otros mundos de fantasía porque pueden llevarme lejos del mío. Así que siempre me preguntaba, ¿el infierno es de verdad tan malo? ¿o es que solo lo pintan así para que en nuestros subconsciente se grabe que debemos ser buenos? Y así, acababa medio loco, con la música a todo volumen, con mi hermana gritando al otro lado de la habitación que la bajase porque no podía estudiar.

 

-¡Ya estoy en casa!- Grito a nadie en concreto, para subir rápido a mi habitación y cambiarme de ropa. Como siempre, sin mirarme al espejo.

 

Mi sorpresa es grata cuando veo a mi madre allí sentada, viendo una película junto a mi hermana. Es raro que estemos todos en casa.

 

-¿Qué tal te ha ido el día de hoy?- Pregunta mi madre, con una gran sonrisa. Por un segundo, pienso que es de verdad, que ella está siendo feliz de alguna manera, aunque su corazón esté roto, pero no puedo creerlo.

 

Quiero decirle que ha sido uno de los mejores días y que ahora me siento con Sasuke, ese chico que también está en mi grupo de apoyo, pero, vamos, ¿dónde llevaría eso? A ninguna parte, por supuesto, solo a dar vueltas a un asunto que no quiero tratar: Problemas.

 

-Bien, me mandarán pronto un proyecto en parejas.- Dejo caer.

 

-¡Oh, eso es genial!- Cuando era más pequeño siempre me encantaba hacer ese tipo de proyectos porque no ponían límite a tu imaginación; te daban un tema en concreto y tú podías ampliarlo tanto como quisieras. Pero ahora he perdido el interés en casi todo lo que antes me hacía feliz.

 

-Sí, seguro.- Me siento en el suelo, dejando mi espalda caer contra el sillón y siento como mi cuerpo se tensa cuando las palabras salen de la boca de mi madre.

 

-¿Has comido?- La saliva no quiere pasar por mi garganta y cierro los ojos con fuerza.

 

De verdad que odio mentir...”

 

-Sí, comí antes de venir para casa.

 

Pero... es la única manera”

 

-¿Estás seguro, Naruto? Últimamente apenas comes nada.- Rápidamente me pongo de nuevo en píe, incómodo y molesto con nadie salvo conmigo.

 

-¡Sí he comido!- Ni siquiera sé porqué estoy enfadado, pero ese tema para mi cabeza es como algo tabú, algo secreto que nunca debe ser tocado.

 

Mi madre, sorprendida y extrañada, asiente, sin estar muy conforme.

 

-Lo siento...- Me disculpo, mirando al suelo.- Es que...- Intento inventar una excusa, pero ninguna viene a mí.- Últimamente no me siento muy bien... creo que me voy a resfriar.

 

-Nada, mamá, ni caso, que Naruto está en esos días del mes.- Las risas de mi hermana llenan la habitación y por una vez, agradezco que sea tan alocada. Acompaño las risas, sintiendo como el vacío se hace más y más profundo en mi pecho.

 

Algún día el vacío de mi estómago será más grande que el de mi corazón, y entonces, sabré que he llegado a mi peso ideal.”

 

-¡Quiero ver ésta!- Grito, cuando la película que ellas estaban viendo termina. Al parecer, hoy es nuestra tarde de cine, como aquellas que hacíamos hace años, cuando todo iba bien...

 

-¡Oh, vamos, ¿de verdad?!- Mi mamá asiente a mi hermana, y ella deja de replicar, porque aunque lo niega, también quiere ver la adaptación de Ciudades de papel, porque adoró el libro.

 

Así que pasamos la tarde entre películas y películas, hasta que una película que nos trae demasiados recuerdos a todos aparece en pantalla. Mamá se siente incómoda y se nota en su mirada que quiere salir de allí, así que corre a la cocina y coge su teléfono, éste suena momentos después y todo vuelve a la normalidad, quedando esta tarde como un paréntesis en la rutina.

 

Ella se marcha para volver mañana por la tarde, de camino al hospital. Nos dice que pidamos comida -tras dejar un papel con el número de la pizzería más cercana- y sale por la puerta. Todo queda en un silencio muerto después. Se siente, de forma muy extraña, como si nos hubiese dejado a la deriva.

 

-¿Quiere que veamos algo?- Pregunta, el tono de mi hermana suplicando porque no la deje. La entiendo, así que asiento, con una sonrisa que en verdad no siento.

 

-Claro.- Caminamos hasta el sillón, y ahora ella prácticamente se sube encima de mí.- ¡Vamos a ver los...!- Pero antes de que pueda seguir, ella me quita el mando de la mano y empieza a cambiar para poner la MTV.- ¡No, ni de broma Kyu!- Grito, y ella suelta una carcajada.

 

-Era broma, era broma. Sé que no te gustan ese tipo de canales.- Asiento, y cambiamos hasta que nos topamos con una película para niños y lo dejamos allí, y es que a pesar de nuestra edad, seguimos adorando ese tipo de películas. Supongo que tiene que ver de alguna manera con haber perdido parte de la infancia, o es que simplemente, aunque veas ese tipo de películas millones de veces, siempre te enseñan algo nuevo.

 

Y así pasamos la tarde, entre películas, dibujos y sonrisas, que más de una vez, son sinceras.

 

Cuando mi teléfono suena, corro a cogerlo, extrañado porque nunca nadie me llama.

 

-¿La novia, Naru-chan?- Bromea mi hermana desde el fondo y yo solo bufo entre molesto y divertido.

 

-Estúpida.- Pero cuando miro quién es, siento mi corazón latiendo en la garganta.

 

Sé que es muy tarde, y que es una tontería... pero tenía tu número de teléfono y pensé...

¿Quieres ser mi compañero en lo de hacer el trabajo?”

-Sasuke.

 

Rápidamente tecleo que sí, sin dudarlo, porque creo que es con una de las pocas personas que realmente me siento lo bastante cómodo para no querer salir corriendo.

 

Notas finales:

¿Qué tal? ♥

 

Espero que les haya gustado y hayan sentido en parte lo que Naruto siente cada vez que su madre intenta escapar de esa situación, a la vez que la extrañeza al sentirse algo mejor cuando ve el mensaje de Sasuke. 

 

Siento si he tardado demasiado, pero... ¿alguien dijo viva los problemas familiares? Pues eso. 

 

Gracias ♥


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