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Unidos por los problemas. por PinketDiana

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Notas del capitulo:

Después de tanto tiempo, he vuelto. 

 

Lo siento mucho, he estado bastante ocupada y con ánimos muy bajos, pero ahora, intentare actualizar un poco más seguido. 

 

Espero que les guste el capítulo ^-^

6: Cobarde.


Sasuke.

 

No sabía en qué momento había empezado a mirarlo. Simplemente lo vi entrar por la puerta, con su camiseta blanca ancha y sus pantalones negros y no pude apartar la mirada de él. Nunca había llamado mi atención fuera de lo normal, pero ahora que lo ví frente a mi en aquella sala llena de problemas y pensamientos oscuros que era la habitacion número dos, no podía sacarlo de mi mente.

Ni a él, ni sus bonitos, vacios y tristes ojos azules.

El jueves no había sido tan malo como los anteriores. Por supuesto que había sido aburrido, y que nadie decía lo que de verdad pensaba. Todos teníamos más mierda de la que allí admitíamos. Pero él lo hizo un poco más entretenido con su presencia.

Me había dado cuenta en este tiempo que él nunca estaba en clase. Sí fisicamente, pero no en mente. Siempre estaba mirando por la ventana, o escribiendo o dibujando.
Me recordaba a mí más de lo que me gustaría. Estaba solo y ausente.

Cuando lo vi la primera vez, pensé que él estaba bien. Realmente lo pensé. Parece el tipo de chico que se lleva bien con todos, que siempre está sonriendo, saltando y haciendo escándolos. Pero cada vez que daba un paso en dirección a su asiento, me di cuenta de como sus ojeras estaban tremendamente marcadas, o sus marcados pómulos, y por supuesto, de que usaba una talla muy superior a la suya.

Él no estaba bien.

Me sentia tonto, me sentía estúpido. Porque cada vez que lo miraba, no podía dejar de repetir sus palabras en mi cabeza. ¿Le gustaban mis ojos?. Eran ojos normales, los típicos...

Negué con la caabeza e intenté volver mi atención a la maestra, que explicaba por quinta un problema de matemáticas. Peroo no podía. Mi mente vagaba de nuevo a él.

Él sabía mi secreto, sabía que no estaba bien. Sabía que iba a un grupo de apoyo. Pero yo también sabía el suyo. Él también iba. Y ese es un secreto que no quieres que nadie sepa. Así que ambos, en tan solo unos segundos de miradas, justo antes de salir de allí, hicimos un pacto de silencio. O así fue para mi.

Pero aún así, queria hablarle. Mantener una conversación con él. Quería... acercarme a alguien. Nunca me había pasado eso. Nunca. Siempre me había intentando mantenerme alejado de todas aquellas personas que me rodeaban por miedo, miedo a molestar, a dañarlas... Pero había algo en mi que gritaba constantemente que me quedase a su lado.

Antes de darme cuenta, la clase había finalizado, dando por terminado el primer tramo de clases. Ahora tocaba el descanso para desayunar y luego, vuelta a esta rutina.

"Quizá ahora sea una buena oportunidad para hablar con él."- Me dije. Incluso en mi cabeza soné totalmente desesperado. Quería volver a escuchar su voz, pero no en un susurro como la otra vez. Quería tener una conversación normal con él. Sentirme tan completo como cuando estaba a su lado...

¿Qué estaba pasando conmigo? ¿Tan desesperado estaba para tener un amigo? Y además, ¿tenía que ser uno que tuviese problemas como los míos? ¿uno que estuviese en un grupo de apoyo?

Definitivamente, yo no era normal. Era un teme de primera.

Pero por muchas ganas que tuviese, él no aparecio por ninguna parte. O quizá sí, pero yo estaba tan asustado por acercarme a alguien de nuevo, que en mi mente, no lo encontraba por ninguna parte.

Era un cobarde.

Y de nuevo, las ganas de dañarse, volvieron como una gran ola. Arrastrándome y ahogándome. Respiré hondo y caminé hasta el cuarto de baño.

Siempre cobarde. Siempre culpable. Siempre una mierda andante.

Volví a tomar una respiración profunda, y con cuidado, me encerré en el segundo baño.

No servia ni para hablar con un chico normal. No servía para apoyar a mi familia. No servía para nada...

Alcé mi manga izquiera, y empecé a arañarme a mi mismo. Tenía uñas largas -para casos como estos, cuando no tenía una navaja y cuchilla y de verdad me estaba ahogando entre pensamientos-, así que las heridas que estaban a punto de curarse, fueron fáciles de abrir. Vi la sangre brotar y me sentí un poco mejor.

Eso era lo que yo merecía.

Ser dañado. Quedarme sin sangre en el cuerpo. Morir...

"Jamás podré decir algo como eso en aquel lugar. No volvería a ver la luz del Sol".- Solté una carcajada, totalmente irónica.- "Y lo peor, es que mañana, volveré a aquel lugar..."

Y cuando estaba saliendo del baño, me encontré cara a cara con aquel chico que llevaba desde el jueves pasado en mi cabeza. Desde hacía casi una semana. Y... a pesar de todo, le di la espalda y caminé hasta clase, la cual empezaba en menos de cinco minutos.

"¿Como podría si tan siquiera hablar con alguien como yo?. Ni yo mismo quiero hablar conmigo mismo... Nadie querrá."

No veía la hora de llegar a casa y dañarme. Dañarme de verdad.


... Pero... a pesar de todo, Naruto Uzumaki nunca salió de mi cabeza.

"Ojalá no fuese tan cobarde. Ojala no fuese yo mismo. Ojala... estuviese muerto."

Notas finales:

¿Qué les pareció? 

 

Espero que dejen comentario :D 


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