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Belleza por pk2solitarios

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Notas del capitulo:

Uuuuhj. Tanto tiempo.  See. Soy un fiasco. Pero pese a que este capítulo es corto, me pareció muy interesante subirlo así como esta. Pues destaca una temática muy común. La toxicidad de algunas personas en otras.

 

¿A quien no le ha pasado? Tener una persona les roba la paz y la vida misma con sus errores, con su actitud. Pero aun así no puedes dejar de preocuparte por esta persona. Tanto tu vida o tus pensamientos se ven dirigidos por esta persona lo quiera o no. Descubres un millar de emociones que jamas pensaste sentir, haces mil tonterías que jamas pensaste hacer. ¡No es fácil!. Nunca es fácil deshacerse de estas personas y menos de esos sentimientos. 

Belleza

 

Capítulo 3:

 

                        Toxico

 

Karin.

 

Existen relaciones toxicas, que lentamente van acabando con tu tranquilidad y hundiéndote en la desesperación. Sip. Karin conocía muy bien ese tipo de relaciones y los sentimientos que traían como consecuencia.

 

Ella lo vivió en carne propia al enamorarse del padre de Sasuke, El hombre de la mujer que le abrió las puertas de su hogar y la acogió como una hija. Con que cara podía recriminar a Sasuke su relación con Tema. ¿Quizás podría justificarse por su edad y experiencia? pero eso no quitaba las consecuencias.

 

Como mujer Sabia que tema era malo. Muy malo, ninguna persona que ame a otra haría cosas que lo lastimaran, es decir: él jamas hubiera pagado por la operación. Sasuke estaba mejorando de manera lenta, pero lo estaba logrando. De pronto en un simple descuido aparecía operado del estómago. Después de unos meses declaraba su amor por Sasuke. ¡Patrañas!. Era una especie de pedófilo. A veces las cosas tan evidentes para uno no lo son para el otro, más cuando se es vulnerable como lo son muchos adolescentes.

 

-¡ya es mayor de edad, él puede decidir!- Repuso Tema con mirada desafiante

 

-Solo te advierto, que de pasarte de listo con él te cortare las bolas- Karin amenazo como era su costumbre. Era cierto Sasuke cumplió su mayoría de edad hace unas semanas. Lamento ese momento, pues siendo menor aun podía manejar su vida y ponerle límites a sus salidas, ahora bajo la ley Sasuke estaba emancipado y disponía de un ingreso mensual bajo la cláusula de acabar la universidad en cinco años. Así lo estipulaba el testamento. Mientras tanto Karin seguiría como representante legal de la empresa de sus difuntos padres, seguiría como la responsable de los gastos de vivienda y demás otros cinco años más. Después estaría libre de hacer con su vida lo que se le viniera en gana, y disponer de un monto económico aceptable para comenzar de cero.

 

Desde la ventana de la casa miraba como Sasuke se subía a ese auto deportivo cuatro por cuatro de color gris. Miraba impotente, quizás su único consuelo era saber que Sasuke no terminaría embarazado, pues era hombre.

 

Quizás su único consuelo era la esperanza de que el menor se diera cuenta de esa relación toxica. Y que la superara. Pero ese también era su temor. Sasuke no era una persona fuerte emocionalmente, había sufrido varios traumas, aún era un niño en pañales que no superaba su traumas infantiles, ni adolecentes. Dudo que lograra superar la realidad de esa relación. ¿Qué sería de Sasuke cuando ella marchara lejos de su vida?. El miedo invadió su ser. Imaginar a Sasuke hundido en el mundo de las drogas era uno de los futuros certero de seguir las cosas como estaban.

 

Karin se quedó por horas contemplando desde su ventana, esperando el regreso de Sasuke. Sin darse cuenta espero por Sasuke todo el maldito día hasta la madrugada del día siguiente. 

 

No podía evitarse, Sasuke era su familia, su única familia. Era lógico preocuparse por él, era lógico no dormir, no comer de la angustia. Era lógico… lógico… Caer en la depresión.

 

Miro como Sasuke entraba cerca de las dos de la madrugada. Le miro con expresión molesta que Sasuke solo ignoro y se metió en su habitación. Karin miro al techo, no tenía caso gritarle, no tenía caso impedirle salir con Tema, se encapricharía mas. Le dolía la cabeza. Ella también tenía muchos fantasmas del pasado que superar. Supuso que la vida se constituía en traumas que forjaban nuestra personalidad, dándonos la luz roja o verde para avanzar los caminos de la vida.

 

El sol salía como siempre, sin importar lo que ocurriera en la vida de los simples mortales, el sol y la luna seguirían su camino sin importarles nada. El tiempo era irrecuperable.

 

 

 

 Naruto, simplemente Naruto

 

 

 

Naruto se sentó divertido frente de Sasuke que lo miraba de mala gana. ¿Que tenía que hacer el Uzumaki frente suyo?

 

-¿Es tu comida?-Cuestiono Naruto asombrado por el almuerzo del Sasuke. Solo era ensaladas con algunos pedazos de pescado, nada de arroz, nada de papa. Y como compañía una botella de agua. La cara de Naruto no pudo evitar el desagrado, pues él era amante de la carne y el fideo, es decir del Ramen. 

 

-¿Qué quiere Naruto?- Sasuke fue directo al grano. Nadie se sentó con él durante los exámenes de ingreso, de hecho deseaba pasar la universidad como un simple desconocido. Pero Naruto parecía decidido a meterse en su camino nuevamente.

 

-¡Wow!, Que humor. ¿Que no puede un chico sentarse con otro chico para recordar los viejos… tiempos?- Soltó al inicio sin darse cuenta, pero al llegar a la última palabra supo que había metido la pata.  Cerró los ojos esperando un grito de parte de Sasuke, un golpe lo que fuera menso esa sonrisa sádica que mostraba su perfecta cara.

 

-De verdad… ¿Y exactamente de qué quiere hablar?-Los ojos de Sasuke no dejaban de ver los iris azules de Naruto, como si con su mirada le gritara todas sus faltas pasadas. Como si le reclamara que había arruinado su vida.

 

-Olvídalo- repuso Naruto esquivando la mirada dejando lugar al silencio incomodo entre ambos.

 

Solo el sonido del celular de Sasuke interrumpió el habiente asfixiante entre ambos.

 

-¿Dime Tema?-contesto Sasuke, y Naruto que se hallaba casi echado sobre la silla suspirando,  miro de reojo a Sasuke hablando por teléfono. Al parecer el moreno hizo amigos. No supo por qué, pero se imaginó a Sasuke encerrado en su casa por cuatro años, eso era imposible, una broma por más pesada que fuera no podía ser tan devastadora  ¿o sí? – Deja de ponerme motes tontos- Sasuke parecía molesto, pero era evidente  que su molestia con ese sujeto no era la misma molestia que con él. Era una molestia de juego, como un berrinche que común que hace una chica a su novio para llamar su atención, una especie de juego previo.

 

Naruto miro se acomodó sobre su silla y miro con mayor detenimiento. Él era un experto en estos casos, durante la escuela siempre pudo ver a sus compañeras y sobre todo a Sakura comportarse así con sus parejas. “Es un hombre…” se dijo para luego recordar que Sasuke era gay “¿Sera la pareja de Sasuke?” comenzaban a formularse las preguntas y dudas. Había pasado cuatro años, no sabía que había sido de la vida de Sasuke. ¿Qué podía haber ocurrido durante esos cuatro años? “Cuatro años… una vida…” se dijo decepcionado. Cuatro años eran muchos días, muchas cosas… quería saber. Deseaba saber.

 

-Ok. En el lugar de siempre. No te preocupes por Karin, ya soy mayor de edad, yo decido con quien estar.- Sasuke colgó para mirar nuevamente a Naruto que lo miraba asombrado con la boca abierta- ¿Qué te pasa Baka?

 

-¡¿E, e… Ese era tu hombre?!- gritaba Naruto atrayendo la atención de todos los presentes en el comedor. Todos que en su mayoría pertenecían al primer semestre, y la gran mayoría conocían a Sasuke por el evento ocurrido con los perros y el niño. Sasuke solo agacho la cabeza y se cubrió con su mochila. ¡Otra vez!. ¡Otra vez sería la comidilla de todos!. ¿Qué? el cielo se empeñaba en ensañarse con él.

 

Naruto por su parte solo atino a golpearse la cabeza contra uno de los pilares del baño.  Nuevamente metía la pata en grande. No le extraño que Sasuke saliera del comedor a velocidad luz, sin saber que eso confirmaba los rumores sobre su orientación sexual. Para colmo el salía persiguiéndole como un perfecto idiota.  

 

Sinceramente el don de la discreción no era lo de Naruto. El don de la imprudencia sí.

 

Apenas Sasuke escapo corriendo del comedor, Naruto corrió tras suyo, para tratar de disculparse, gran error. Ahora solo podía golpear su cabeza contra el pilar del baño y esperar a que Sasuke se animara a salir de este. Sinceramente Sasuke podía haber cambiado mucho por fuera, pero por dentro seguía siendo el mismo. El mismo chico inseguro y llorón.   

 

-Sa…- Naruto trato de llamarle, pero quedo callado al oír el sonido del celular de Sasuke.

 

-Lo siento Tema, no era mi intensión colgarte, es solo que…- Hubo un momento de silencio- no, no estoy llorando. Como crees, ni que fuera un niño…- Naruto se sintió morir. Cuánto daño más podía hacer sin medir las consecuencias- Claro que confió en ti. Eres la única persona en la que puedo confiar… Si, te espero en la puerta en diez minutos.

 

Sasuke abría la puerta del vestíbulo para encontrarse con Naruto. Genial, la persono a la cual “deseaba” volver a ver.

 

-Lo, lo siento… fue sin querer- dijo Naruto y hasta a él le pareció la escusa más estúpida del mundo.

 

-Lo sé. Sé que fue sin querer. Igual que Ino. Parece que nada de lo que hacen ustedes es queriendo. Quizás sea un don natural- Las palabras de Sasuke estaban entre cortadas, era obvio que aún no se calmaba, su nariz estaba roja al igual que sus ojos. Naruto se quedó corto de ideas.

 

Tenía razón. Todo lo que ellos hacían por más que no tuvieran intención terminaba en tragedia para Sasuke, y lo gracioso es que no había marcha atrás. El daño estaba hecho. Pero aun así, Naruto no supo porque su cuerpo simplemente se movió y abrazo a Sasuke como si se tratase de lo más preciado que tuviera, como si con ese abrazo pudiera compensar sus tonterías. Como si se tratase de una esponja capaz de absorber el dolor del alma de Sasuke.  

 

Ese abraso sabia amargo y salado. Amargo porque rompía nuevamente la poca dignidad que le quedaba y le dejaba hecho un mar de llanto frente al culpable de su desdicha. Salado porque todas sus lágrimas tenían ese sabor salado que sin querer le recordaban a Naruto en los días que era su hombro de consuelo, su apoyo y su universo. No pudo evitar llorar en silencio todo el dolor que cargaban consigo. Abrazo a Naruto pese a su orgullo y sintió revivir viejos sentimientos dormidos por él y revivir su odio hacia él. Sentimientos tan contradictorios que se fundían y causaban un mar de confusiones, pues ni el mismo sabía qué demonios quería en la vida.

 

Se suponía que siendo flaco y apuesto los problemas se resolverían, pero mírenle aquí, no había cambiado ni un poco.

 

No era la persona que sedeaba ser. Era tan débil y confuso, que parecía una simple muñeca de porcelana que representaba su cordura en el borde de un mueble que era el tiempo, en medio de un cismo de nombre Naruto. En cualquier momento caería y dejaría que la locura reinara su frágil ser.

 

Nuevamente el celular sonó. Naruto arrugo su cara. Que molesto, estaba tan cómodo con Sasuke en sus brazos, consolándole remediando todas sus estupideces y ese Tema tenía que llamar a arruinar su momento.

 

-Tengo que irme- Dijo Sasuke limpiándose bruscamente la cara con la manga de su chompa- mi novio me espera.

 

Naruto asintió serio. Novio, la palabra que comenzaba a odiar. Así que Sasuke pertenecía a otra persona. ¿Con que derecho podía reclamarle nada? ¿Con que cara podía preguntar que paso con el amor que le dijo tener?. No era obvio, él mismo acabo con todo ese tedioso día del colegio.

 

Naruto se sentó en piso del baño. Miro el techo, tenía mucho que recuperar, mucho por lo que luchar, y tenía todo en contra. Supuso que una buena forma de comenzar a reparar las cosas era terminar con su novia, es decir Cortar con Sakura. Después recuperar el perdón, la amistad y confianza de Sasuke. Si lo lograba, recuperar su amor seria el siguiente paso al igual que deshacerse de ese Tema.

 

Celos…

 

Suspiro, suspiro tantas veces, estaba celoso y molesto, ¿qué harían juntos tantas horas?. Jamas se vio como un chico celoso y posesivo, jamas se imaginó plantarse en la esquina de la casa de Sasuke para esperar su llegada. Desde que se marchó de la universidad con Tema, Sasuke no regresaba a casa y de eso pasaron cerca de cinco horas. Miro como Karin llegaba a la casa, entraba en esta, para luego salir y al igual que él se sentaba en espera de Sasuke.  

 

Juntos pero a distancia, suspiraban. No podían hacer otra cosa más que esperar. En algún momento Sasuke debía regresar. 

 

 

 

 

 

Momentos

 

Mikoto miraba con detenimiento. Aquella niña no dejaba de mirar por la repisa de un restaurante. Sigilosamente como un gato se acercó a ella y de la nada la tomo de los hombros

 

-¡KYAAA!-Grito Karin Aterrada, para lentamente girar y en vez de ver al dueño miro a la mujer de gran belleza- ¡Vieja estúpida!- grito recuperándose- casi me mata del susto

 

Mikoto con una leve venita en la frente trato de mantener su sonrisa cordial.

 

-¡¿Qué ocurre?!-Fugaku Uchiha aparecía detrás de su esposa preocupado por su bienestar. Pues Mikoto estaba embarazada.

 

-Nada querido. Nada. Solo que…- Mikoto miro fijamente a su marido- ¿No sería lindo tener una niña?-Fugaku arqueo las cejas. Que nueva ocurrencia pasaba por la cabeza de su esposa. Al ver a la menor detrás de su esposa, supo la respuesta.

 

Mikoto tenía siete meses de embarazo, el nombre del niño ya fue decidido: Sasuke. Supuso que una niña adoptada podría ser de ayuda, pero sería un gran gasto. Así que no.

 

-Fu, ga, ku…- Dijo pausadamente con los ojos de cachorro. Fugaku rasco su cabeza molesto. Sinceramente su esposa le ponía en cada situación.

 

Los cinco llegaron a la casa. Para ser Exactos cuatro llegaron y una fue arrastrada. Karin era botada al sillón. Pues la muy malcriada no dejaba de gritar que la secuestraban. Aun teniendo a la responsable de la defensoría del menor con los documentos de adopción de Karin. Los adultos suspiraron. Sería complicado lidiar con la chiquilla. Y así lo fue. Cuantas veces Karin con sus berrinches no logro que encerraran a fugaku en la comisaria acusado de secuestro. Cuantas veces no salieron en búsqueda de Karin durante noches y días enteros. Sinceramente el primer año con Karin fue un infierno. Tanto Fugaku como Mikoto estaban a punto de votarla toalla, pero fue Itachi cuando cumplía sus seis años el que logro detener sus malos hábitos. Pues el menor le pregunto:

 

-¿Qué buscas afuera?

 

-Obvio enano. Busco a mi familia

 

-Porque la buscas afuera si estamos aquí dentro.

 

Karin miraba a su alrededor. Era cierto. Ella buscaba a su familia, pero que era realmente una familia. No era acaso familia la que te criaba, la que te cuidaba, la que pese a tus estupideces siempre estaba a tu lado. Karin miro el cuadro familiar de la sala. Era cierto, por que buscaba a una familia que se deshizo de ella al nacer. Ahora tenía una familia que la cuidaba. No era suficiente. Escucho el llanto de Sasuke y acudió a su cuna. Le miro y rio. Recordó cómo fue su nacimiento en el hospital del penal central. Rio.

 

-Lo siento…-dijo- por mi culpa naciste en una prisión, pero te compensare. Desde hoy cuidare de ti. Sasuke. 

Notas finales:

Quizás me tarde un poco en las actualizaciones, aún estoy con trabajo con el tema de la sucursal… (TT-TT) y también estoy preparando un nuevo fic, que publicare cuando acabe el libro: Cuatro reyes un reino.

Je je. Sobre Egoísmo… Bueno aún tengo que ordenar algunas ideas… (TT.TT)

 

Mil gracias a las que comentaron. sus reviews, son como la droga que mantiene mi imaginacion activa. eso sono algo feo, pero yo lo siento asi. Gracias y bye. que la pasen bien. 


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