Belleza
Capítulo 2: Ironía
Nunca estuvo seguro de sí mismo, pero ahora estaba más que seguro. Aquel muchacho de cabellera negra le gustaba. De hecho lo traía loco. Ironía, supuso pues recordó como Sasuke se le confeso y él le rechazo. Ya hora… Naruto estaba engatusado por la belleza de Sasuke.
¿Cómo se reencontraron?
Fue una tarde de verano cuando hacía fila para las inscripciones de la universidad. Escucho unos ladridos y Sakura señalo el peligro: unos perros acorralaron a un niño que sujetaba una pelota de futbol. Al parecer el menor por recuperar su balón se acercó a un área baldía de basurales donde una jauría de perros se aglomeró y ser atacados por el balón y mirar al niño lo identificaron como su agresor.
Supo lo que tenía que hacer. Ayudar al menor, pero estaba algo lejos. Debería correr velozmente para llegar a tiempo y eso hizo. Pero su velocidad no fue suficiente. En su mente recorrieron diversas imágenes del niño mordido por aquellos perros callejeros y supuso las consecuencias: Vacunas antirrábicas y quizás el sacrificio de aquellos canes, bueno todo dependía de los padres del menor y su reacción ante el suceso. Sea como sea el resultado no era nada grato.
Sin embargo de la nada o quizás por estar tan concentrado en los perros y el niño no se percató de ese sujeto que se ponía frente del menor cubriéndose con el bolso cuando uno de los canes le salto encima “! Quédate detrás!” ordeno el pelinegro, mientras lanzaba su mochila pues el perro se había obsesionado con ella y no dejaba de agitarla de un lado a otro hasta lograr romperla. Los restantes canes miraron con más interés la mochila y a su perro líder que a Sasuke y al menor. Tanto que en cuestión de segundos se lanzaron contra la mochila.
Naruto respiraba con dificultad y alivio miraba como el moreno sacaba del are de peligro al menor mientras más curiosos se asomaban para amedrentar a los canes.
-Gracias…- Dijo entre llanto el hermanito menor del muchacho abrazando a su hermano que también lloraba por el susto. Los murmullos comenzaban y replicaban una y otra vez la valentía del joven misterioso que simplemente se alejaba de la muchedumbre sin dar mucha explicación.
¿Cómo lo reconoció?
Después del alboroto todos marcharon a realizar sus actividades diarias. Naruto se detuvo por horas en aquel lugar esperando que los perros abandonaran esa mochila. No fue necesario saber el por qué. Era simple, ese chico había despertado su interés.
Camino entre el basural y lentamente recogió cada uno de los objetos que salieron volando de la mochila en el afán de destrucción de los canes. Un cuaderno destruido, unos lápices rotos y sucios. Una mochila completamente desecha y una billetera destrozada.
Se agacho y recogió cada uno de los objetos y los guardo en su mochila, a excepción de aquella billetera. Con cuidado máximo comenzó a hojear cada parte de la billetera en busca de una foto, un nombre una dirección. Deseaba devolver y volver a ver a ese chico.
-Uchiha Sasuke…- Leyó con dificultad- Uchiha Sasuke- Replico para sí mismo, ese nombre ya lo conocía, pero no encajaba el recuerdo mental – Sasuke… Sasuke- volvió a decir una y otra vez y a cada emisión lentamente aquella imagen mental se convertía en un recuerdo y no un recuerdo bonito…
-¡SASKE!- Termino gritando al recordar quien rayos era ese Sasuke Uchiha. Sin pensarlo dos veces se golpeó la cabeza contra un poste de luz – ¡MIERDA!- Maldijo recordando el “bonito” final de su amistad de colegio.
-Pero cuanto ha cambiado… -Repuso al recordar y comparar al Sasuke de antes con el Sasuke actual. El de antes era tímido, sumiso y pegajoso… era su mejor amigo por un favor que le pidió Sakura, pero debía admitir que era una buena persona, con el tiempo se volvió su mejor amigo pero después del incidente sobre su desviación sexual… bueno tuvo que elegir entre ser el hazme reír del curso o su amistada con Sasuke. Eligio su reputación.
El Sasuke de ahora daba la impresión de lobo solitario, ese tipo de muchacho autosuficiente. Misterioso y valiente, ese que da la impresión de chico malo, que coge gatitos bajo la lluvia para darles cobijo, ya saben el perro que ladra y no muerde de no ser necesario. El ideal de muchas chicas.
-Me alegro…- susurro Naruto, estaba feliz de ver que el Uchiha había cambiado para bien, más que bien… El patito feo se convirtió en el bello cisne que incluso atrajo su atención.
-¿Aun me recordara?- se cuestionó caminando en dirección que indicaba su documento de identidad de Sasuke- ¿Me odiara? ¿Aun sentirá algo por mí?
Las preguntas taladraron su cabeza. Miles de supuestos recorrieran sus venas y se convertían en miedos, lamentos y otros sentimientos negativos.
¿Qué paso?
Naruto Uzumaki, simplemente después del escándalo fue suspendido del colegio junto al grupito líder de la bromita por una semana. Al regresar supieron de la noticia, el Uchiha no regresaría.
Quizás para muchos fue algo sin importancia, pues los juegos y las bromas tomaron otro nombre e imagen. Pero quizás aprendieron la lección, pues sus bromas fueron de menor intensidad, pero no quitaron el hecho de ser dolorosas para el receptor.
Quizás solo Naruto se sintió el peor del mundo. El que siempre había luchado por mantener su imagen de héroe. El que siempre quiso luchar por los débiles, ser el mejor atleta del colegio y más. Ahora simplemente era uno más de los chicos problema visto con decepción y desconfianza por los profesores y la dirección. Su participación en el campeonato de básquet fue suspendida como medida de atención. Y sus padres solo lo miraron con decepción y vergüenza. Recordó que más de una vez fue a la casa de Sasuke, pero siempre fue la misma respuesta: No esta.
Al final termino olvidando lo ocurrido y trato de mejorar como persona, no tenía por qué quedarse atrapado en el pasado por un error. Es decir, realmente se arrepintió y trato de disculparse, pero… no se dio y punto.
Después de cuatro años, finalmente volvía a ver al Uchiha y ahora cuestionaba todo lo que se creyó ser. Se creía buena persona. Ahora estaba seguro que no lo fue, solo fue un narcisista que buscaba la admiración de todos para que estos alimentaran su ego.
Creyó ser un playboy, pero no. Ahora el Uchiha llamaba la atención de todas las chicas del semestre, todas babeaban por él. Sabiendo quien era o no. Simplemente decidieron borrar ese momento de sus memorias y actuar como si nunca paso.
Creyó ser heterosexual. Pero no dejaba de ver al Uchiha ni una sola vez. Su forma, su rostro, su conducta… ¿Estaba loco? Pues sí.
Naruto Uzumaki con sus 19 años ahora comprendía que era:
- Un simple universitario, en la universidad estatal. Es decir un perfecto desconocido.
- No era atractivo para las chicas. Pues podía ser guapo, pero no era un héroe como Sasuke, no tenía un auto, tampoco mucho dinero.
- Bisexual, pues ahora comprendía que también le gustaban los hombres.
Suspiro… al llegar a esa casa que jamas permitió su entrada.
¿Cómo reacciono el ofendido?
Ambos se miraron por un buen rato. Ambos no sabían que decir, simplemente las palabras no salían de su diafragma. Y supusieron que era obvio que se reconocieron. No es como si Naruto hubiese cambiado mucho desde el colegio, seguía con su misma cara, quizás creció en altura, pero seguía siendo el mismo. A diferencia de Sasuke que dejo de ser el regordete de la clase y ahora era un chico esbelto y bello. De cara fina y mirada hipnotizaste.
Naruto sentía las mariposas en su estómago. Deseaba tocar a ese bello ser. Pero se detenía pues la mirada de Sasuke era fría. ¿Quizás aún seguía resentido?
-¿Qué se le ofrece?-Pregunto Sasuke a Naruto fingiendo no reconocerle, aunque era claro para ambos que lo había hecho.
-Ah. Bueno… - dijo Naruto abriendo su mochila para mostrar el resto de la mochila de Sasuke.
Sasuke miro sorprendido su mochila y luego miro a Naruto con detenimiento y algo de desconfianza.
-Es todo lo que puede salvar… - Extendió la mochila hacia el moreno que arqueo las cejas
-y para que la quiero si ya está toda desecha…- Naruto miro la mochila, pues si, Sasuke tenía razón, esa mochila y esas cosas ya no servían de nada.
-cierto…- dijo con una sonrisa forzada, dando paso a otro silencio incómodo.
-Pasa…- Repuso Sasuke resignado. Debía demostrar que el si era diferente al Uzumaki, que pese a todo debía mostrar buenos modales y no era rencoroso. Debía demostrar que valía mucho, que era mil veces mejor que esos insectos que alguna vez lo denigraron.
Señalo el sofá para que se sentara y se dirigió a la cocina por algunas bebidas.
-Valla, tu casa es bonita…- Dijo Naruto tratando de animar el ambiente
-No es mía. Es de Karin
-¡Karin!- dijo asombrado, acaso vivía con esa mujer escultural de belleza exótica. Tubo deseos de verla pero de pronto se sintió incómodo. Sasuke vivía con semejante bombón… ya se imaginaba las cosas que pudieron pasar entre ellos… Los celos recorrieron su piel cual escalofrío – Tu novia…- Repuso serio.
Sasuke arqueo las cejas, porque cada que alguien venía a casa y se enteraba que vivía solo con Karin, siempre deducían cosas sucias. Karin era como su hermana mayor, su tediosa hermana mayor con cinco años y entrenadora personal.
-¡Que te importa!- dijo molesto, sin poder contener el mal humor que tenía por culpa de Naruto.
-¿aun sigues enojado?- cuestiono Naruto deduciendo que sí, y no era para menos… No un final feliz.
-¿Enojado?- replico con una sonrisa sarcástica “! Claro que si idiota!” pensó, pero después de meditarlo no valía la pena ponerse a su nivel- ¿Por qué habría de estarlo?
Naruto parpadeo, no se esperaba esa. Acaso trataba de dejar el pasado enterrado y comenzar de nuevo. Bueno quizás sí, y si era si… no pudo evitar reír aliviado. Si ese era su deseo el también fingiría que anda paso. Quizás esta vez las cosas podrían ser diferentes.
-ya sabes por los perros y tu mochila…- disimulo.
-Sabía lo que pasaría cuando le entregue la mochila al perro. De todos modos no tenía muchas cosas de valor.
-Eres increíble. Bueno al menos todos dicen eso.
-que digan lo que quieran. No me importa-soltó con rencor. Como odiaba que las personas “dijeran”. Como odiaba que las personas fueran un bollo de gallinas que nunca paraban de cacarear chismes y rumores, cambiándoles la versión al gusto del cliente.
-ya veo- Repuso Naruto levantándose del sofá. Estar sentado al frente del Uchiha era bueno, podía ver su cara, esa cara ovalada y de rasgos perfectamente distribuidos. Se alegró un poco, aunque no lo pareciera Sasuke no había cambiado mucho, solo su aspecto. Así que supuso que lo que más necesitaba el moreno era un par de palmaditas en la espalda para que pasara la rabia. Como cuando eran amigos, cada que se refugiaba en los baños para llorar y renegar por los insultos. Naruto solía consolarle con un par de palmaditas en la espalda y susurrando: olvídalo, ellos que saben.
Se sentó a su lado y dio un par de palmaditas que sorprendieron al moreno que de un solo movimiento enderezo la espada y miro a Naruto fijamente.
-No has cambiado…- Soltó Naruto manteniendo su sonrisa sincera. Logrando que Sasuke se pusiera nervioso.
-No hagas eso…- pidió recuperándose de su sorpresa. Ni cuanta se había dado cuando Naruto se sentó al lado suyo.
-claro…- Naruto tomo su baso de refresco y tomo todo el líquido de un solo sorbo- bueno creo que debo irme…
Sasuke asintió y acompaño a Naruto a la puerta. Mientras más rápido se fuera mejor. Pero jamas espero las últimas palabras que le demostraron que es imposible escapar del pasado. En especial cuando este deja marcas tan profundas como lo son la muerte de tus padres, el primer amor y el rechazo social.
-Lo siento. Sasuke, de verdad lo siento…- susurro Naruto esquivando esa despedida de mano, para darle un beso en la mejilla.
Como idiota dejo salir lágrimas frente a Naruto como si aún fuera el chiquillo debilucho y gordo del pasado. Como si aún fuera la basura que todos podían pisar.
¿Porque el abrazo de Naruto lo hacía sentir tan mal?
Ah, sí. Quizás porque de todo lo ocurrido en el pasado fue su traición la que más le dolió y el rubio creía que con un simple lo siento podían currar aquellas heridas. ¿Quizás si le compraba un corazón nuevo? ¿Quizás si le devolvía esos años de soledad y sufrimiento?
¿Hubo consecuencias del pasado?
Miro con detenimiento el reloj. No serbia de nada seguir con el pasado. Ahora era el presente. Tomo su celular. Era ridículo amartelarse por unas simples palabras. Marco el número de Tema.
-¿Sasu? Tanto tiempo amor. ¿Ocurre algo? - Se oía
-No… solo, estaba ocupado con los exámenes de ingreso pero ya termine ese afán. ¿Qué dices si me invitas a salir?
-¿Seguro?-Dijo dudoso, recordando los malos términos que quedo con Karin, pues esta lo amenazó con hacerle arrestar- Karin puede molestarse, ya sabes lo loca que esta desde que supo lo nuestro.
-Ya soy mayor de edad. Puedo hacer lo que quiera
-Es verdad… Feliz cumpleaños Sasuki.
-Que manía la tuya de cambiar mi nombre por motes tontos.
-Pero sasu… te quedan lindos lo motes.
-Deja de decir tonterías. Vendrás por mí o busco a otro.
-Espérame cinco minutos, ya te caigo mi amor.
Colgó el celular. Quizás no era lo mejor, pero mantener su mente distraída era el mejor remedio para no caer en la depresión y él sabía que no debía permitirse deprimirse nuevamente. Como siempre, Tema no tardo y rápidamente se perdieron por las carreteras.
Sintió las manos de Tema sobre su cuerpo, ese hombre quince años mayor que él, le había enseñado a cómo olvidar todo mediante el placer físico, aunque al inicio fue muy incómodo y forzado, pero termino dándole la razón. A veces los gays no tenían mucho de donde escoger, no era tan sencillo como las parejas heterosexuales. No todos salían del closet. Y él era feo y gordo, carecía de confianza y talento… aun así Tema se fijó en él. Debía estar agradecido con Tema. Después de todo él también le ayudo a mejorar su aspecto físico. Pago la cirugía de reducción de estómago. Algunos accesorios de moda y siempre lo llevaba a moteles lujosos. Que más podía pedir. El siempre velaba por su bienestar.
-Temaaa- Llamo entre gemidos. Mientras el otro terminaba de introducir su miembro y besar su cuello con ansia. Jamas se cansaría de Sasuke, era tan bello, tan estrecho, tan suyo. Pues así lo había hecho el.
Al inicio solo fue su profesor particular, pero con el tiempo encontró que fuera de su sobrepeso el chiquillo era simpático y maquino una idea maquiavélica en su mente. Hacer de ese chiquillo su pareja devota. Miro cada detalle del menor y encajaba, estaba tan deprimido que supuso que no objetaría mucha resistencia.
Había oído lo ocurrido: Sasuke tenía antecedentes de intentos de suicidio, era molestado en el colegio al grado que la tutora legal (Karin) tuvo que retirarle de este, para protegerlo emocionalmente.
¿Qué más podía pedir?. Solo debía moldearle un poco y ya estaba. Claro que al inicio sería una inversión, pero a la larga era un buen negocio, Sasuke era un adolecente aun y mantendría su belleza por unos veinte cinco años más. Le obedecería siempre pues se encargaría de hacerlo sentir en deuda, aun si Tema estuviera casado o Sasuke se casara, seguiría teniendo a Sasuke para satisfacer sus necesidades. Pues se convertiría en una necesidad.
Volteo el níveo cuerpo de Sasuke y miro eufórico para luego comenzar a besarle. Cuantas veces se había corrido dentro del moreno esa noche. ¿Tres? ¿Cuatro?. No importaba, aun la noche seguía siendo joven y Sasuke nuevamente se hallaba inseguro de sí mismo, necesitaba olvidar los problemas y el sexo era una buena terapia. Sintió las manos de Sasuke aferrarse a su cuello. Las lágrimas brotaban por el dolor de las fuertes embestidas y el placer, también por los recuerdos que no le dejaban en paz.
El sol salía y Sasuke apenas tuvo fuerzas para coger su celular y ver la hora. Descubrió veinte llamadas perdidas de Karin, supuso que los problemas lo esperaban en casa. Pero ya no importaba. Al fin se había desecho del estrés y discutir con Karin… era parte de la rutina diaria.
Tema ya se había marchado como siempre. Lo hacían toda la noche, pagaba el motel y le dejaba dinero extra para lo que se le viniera en gana junto con una tarjeta donde decía lo mucho que lo amaba y que era lo mejor que a su vida había llegado, siendo imposible pensar en una vida sin él.
Suspiro divertido. Tema podía ser tan cursi…
Recuerdos 1
Entrenamiento estilo Wall Disney.
Karin se vestía lista para la rutina de gimnasia. Miraba los números de sus canciones favoritas. Todo preparado fue a la habitación de Sasuke. Como siempre le pillo enredado entre sus sabanas verdes con el computador prendido mirando anime o quizás chateando, quien sabe con quién.
-¡Es hora!- Repuso entusiasmada, pero Sasuke solo la ignoro- dije: ¡ya es hora!- Exclamo Karin algo molesta dirigiéndose hacia Sasuke.
-¿Para qué?-Pregunto Sasuke sin intenciones de salir de cama- Es inútil… ya estoy harto. Solo quiero desaparecer
-Jajajaja- rio Karin- si no lo intentas jamas sabrás de lo que eres capaz. Además tarde o temprano tendrás que salir de tu cuarto y dar la casa al mundo
-¡No! Trabajare desde casa.
-Tendrás que salir algún día.
-Nop.
-¡Ya se! ¡Tendrás que ir al mercado!
-Nop. Ahora hay entrega a domicilio. También me pagaran vía internet. Me dedicare a la creación de páginas web.
-Vez. Tendrás que salir para hablar con tus clientes y conocer sus negocios
-Nop. Les pediré que me envíen los datos y foros vía correo
-Nadie quiere hacer negocios con un desconocido
-Eso no es verdad. Ya tengo cinco clientes- Karin miro sorprendida al menor
-Así que soso hiciste estos días
-Sip.
-De todos modos…- Karin se acercó a Sasuke y le jalo la oreja- vamos a intentar hasta que me case de intentar- arrastraba aun Sasuke que se quejaba y replicaba una y otra vez que estaba harto de tratar y no lograr
-¡TE DIJE QUE YA NO MÁS! ¡YA NO ME INTERESA BAJAR DE PESO! ¡YA NO ME IMPORTA TENER AMIGOS, NI RELACIONARME CON NADIE!... SOLO QUIERO ESTAR SOLO… ¿NO PUEDES COMPRENDERLO?, ¿NO ENTIENDES? ¿EN CUANTOS IDIOMAS DEBO DECÍRTELO?. ¡NO QUIERO QUE ME SIGA FASTIDIANDO LA AMANTE DE MI PADRE!
Los ojos de Karin se llenaron de lágrimas. Era verdad. Ella tuvo una aventura amorosa con el padre de Sasuke y fue por ello que murieron los padres de Sasuke y su hermano mayor.
-¡Bien! ¡Haz lo que quieras!- corrió a su habitación y se echó a llorar y maldecir a medio mundo.
Sasuke susurro, lo había hecho de nuevo. Había herido a la única persona que le quedaba de lo que alguna vez fue su familia.
-Karin…- Llamo a la puerta de la peli roja. Pero no obtuvo respuestas- tu ganas… voy a tratar.
Rápidamente se abría la puerta y salía Karin con un par de fajas en mano… Miles de venas se formaban en la cabeza de Sasuke.
-Ok. Este tema es perfecto para la ocasión- Decía Karin ante un Sasuke furioso, nuevamente fue engañado por Karin.
“Hoy la lucha empieza… esa es la misión…” daba inicio el tema de Mullan hombre fuertes en acción
-¿De verdad?-Cuestiono Sasuke sin ánimos de subirse a la bicicleta
-Sí, es perfecto y espera a escuchar el resto de las canciones…
Sasuke se dio cuenta de una cosa… Karin no lo dejaría abandonar el entrenamiento y que las canciones de Wall Disney eran pegajosas y tediosas con el tiempo.
-¡Vamos Sasuke! ¡Tú puedes! Veinte abdominales más y acabas por hoy- animaba Karin tarareando el tema de un mundo ideal, para ponerse a bailarlo como si fuera una bailarían de ballet.
-Vamos Sasuke… Un mundo ideal, un mundo en el que tú y yo… como vivir… sin nadie que lo impida…
-¡Al menos aprende la letra y a entonar! ¡Me arruinas los oídos!
-Soy como un haz de luz que lejos va, y nunca más podrá volver a tras…- Karin ignoraba por completo a Sasuke y seguía con su drama musical, mientras Sasuke aun hacia flexiones. Debía admitirlo, vivir con Karin era tedioso pero divertido– Un mundo ideal…- dejo de cantar de golpe, la pobre se había caído de espaldas al intentar dar volteretas como las bailarinas de ballet que tanto admiraba-Sasuke… No me puedo mover...
Sasuke negó con la cabeza.
-Vez. Te dije que tarde o temprano tenderas que salir- Replicaba Karin al momento de ser subida a la ambulancia y Sasuke a su lado para acompañarla- yo siempre tengo la razón.
Se oyó un largo suspiro de resignación por parte de Sasuke. Algunas veces se cuestionaba quien cuidaba a quien.