La mañana era ligeramente templada con ráfagas de viento frío que golpeaban de vez en cuando la ventana de la habitación en la que dormíamos los seis; habíamos dejado la ventana abierta debido a que hacía calor en la noche y era insoportable estar todos sin algún tipo de ventilación. Sin embargo y por desgracia, ese viento se colaba entre la tela de la cortina de la habitación.
Toda la tarde del día pasado habíamos estado mirando una película debido a que era de los pocos días que teníamos libre desde que las promociones estaban comenzando a cesar en los programas de música y nuestra empresa parecía querer dejarnos tomar un respiro (Aunque quizá era porque había varios escándalos en el medio sobre la explotación de artistas de empresas mucho más grandes y con experiencia.) sin contar que acabábamos de debutar no hacía más de seis meses.
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Me estiré en mi parte de la parte inferior de la litera que compartía con Ho Jeong y solté un suspiro ligero conforme veía la pantalla de mi teléfono móvil que marcaba apenas las 5:00 am, confirmando el hecho de que ese día el sol estaba en mi contra al estar escondido entre las nubes que de vez en cuando dejaban que un trueno rebelde saliera de estas, iluminando por completo el cielo matutino entre las gotas que impactaban de manera estruendosa contra el ventanal, haciendo que mi mente se llenara completamente de todo tipo de pensamientos que más que otra cosa, causó una gran curiosidad en mi sobre la razón de estos; haciéndome voltear hacía la pared para intentar distraerme en cualquier otra cosa que no fueran esas extrañas situaciones que ocurrían dentro de mi mente.
Sin más, sentí una larga mano pasearse por mi cabello en el mismo instante que un peso se posó a mi lado mientras que la mano libre de aquella persona se posaba en mi abdomen haciendo que saliera un ligero suspiro de mis labios al reconocer aquel olor de lavanda con flores que caracterizaba a aquel hyung mío con quién tenía tanta confianza desde que le había conocido al integrarme al grupo.
—¿No puedes dormir, SungWoon? —Cuestionó en voz baja mientras apegaba su boca a mi oído para que yo pudiese escuchar de manera apropiada al estar los demás descansando en sus respectivas camas.
—De repente me han venido un montón de pensamientos que ni yo mismo entiendo, no sé por qué. Quizá es por la lluvia. —Contesté de forma tranquila antes de apoyarme en su pecho de manera relajada para poder disipar mejor las imágenes que comenzaban a invadir mi cerebro.
Pude escuchar como una risa paternal salió de sus labios. Más llena de ternura que de burla ante mis palabras, notando sus largos dedos entrelazarse en las hebras de mi cabello en los minutos que pasábamos abrazados de aquella forma.
—Nuevamente esos pensamientos… ¿Qué se supone que debo hacer contigo, Ha SungWoon? —Comentó lo último sin dejar de peinar mis cabellos con delicadeza en aquel momento conforme las suaves yemas de sus dedos se reposaban en cada hebra como si fuesen frágiles hilos de lana.
—No puedo evitar tenerlos, es como si de alguna forma me estuvieran persiguiendo cada que estoy desprevenido y miles de imágenes llegaran a mi mente en esos instantes… —Respondí volteando simultáneamente que el mayor me miraba con sus pequeños ojos rasgados y alargados con pequeñas pestañas que solo se mantenían en su sitio creando un armonioso telón de las orbes café oscuro que me observaban con una sonrisa dulce de sus labios rosados, mostrando dos líneas de dientes perfectamente alineados y blancos. Haciendo que de forma inevitable yo me sintiera apenado ante esto al recordar que mi boca había tenido que ser arreglada por la tecnología humana en diferencia a él que eran completamente naturales.
—Pero te he dicho miles de veces que yo estaré ahí para ti, cuidándote en caso de que ocurra algo que no esté bien o para defenderte… —Declaró con un tono ligeramente herido ante mis temores que no terminaban de irse en ningún momento y que, yo mismo admitía que eran desesperantes. Aunque, para cualquiera sería difícil el tener que afrontar una situación en la que por azares del destino terminas en una “amistad con derechos” con quién es el líder de tu grupo y aparte, debes de fingir que no pasa nada en los programas de televisión pero de alguna forma, siempre resulta que estás a su lado y acaban por tomarse de las manos o tú quedas prácticamente sobre él en un extraño abrazo.
Y si eso no es confuso… ¿Entonces que lo es? Fue lo que me pregunté mientras empezaba a hundir el rostro en el cuello ajeno para poder descansar por unos minutos en aquel momento de tantos pensamientos que inundaban mi mente a lo que solo pude asentir con la cabeza a sus palabras. Quedándonos en silencio por unos momentos antes de que este me apretara contra su cuerpo, inundando de forma inmediata mi nariz con el aroma masculino del contrario que solo respiraba de forma tranquila y calmada en aquel instante.
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Sin percatarse el mayor se removió tras unas horas de permanecer en aquella posición con el menor en brazos, dejando un suave beso a su frente antes de levantarse de la cama contraria para poder ir hasta el cuarto de baño y así empezar a preparar el desayuno para los demás integrantes del grupo que se mantenían descansando en el dormitorio compartido.
Por su mente no dejaban de rondar lo último que había dicho el menor antes de caer en sus brazos dormido de nueva cuenta hasta que la luz del sol le había golpeado en los ojos de una forma increíble, haciendo que se alejara del contrario casi por reflejo el cual tuvo que cuidar de no despertarle en aquel momento.
JunHyuk se colocó con ambos ante brazos en el mesón de la cocina mientras soltaba un suspiro pesado al pensar y reflexionar sobre todo lo que había pasado en los últimos días con el tercer menor del grupo y su extraña amistad.
No es que las cosas fueran de forma extraña para él pues debía admitir que desde hacía tiempo que el menor le había comenzado a atraer por su rostro aniñado y actitud infantil. Pero lo complicado de todo esto era el hecho de que habían logrado debutar y si bien esto no era lo negativo, la cuestión era que sería mucho más difícil el mantener las cosas ocultas y más por que en algún momento del día terminaban tomados de la mano o abrazados, complicando un tanto más las circunstancias. Pese a que no eran los únicos del grupo que tenían una amistad un tanto más profunda que los demás. (Pues Ho Jeong y Yoon San tenían algo especial.) les era un tanto más complicado el poder tener este tipo de situación ya que a diferencia de los otros antes mencionados, ellos tenían tendencia a mostrarse más cariñosos en cualquier momento.
Sin pasar mucho tiempo notó unas manos pasar por su cintura en un abrazo que terminó quedando sobre su abdomen y pudo percatarse que estas mismas eran pequeñas, sabiendo de forma inmediata que se trataba de aquel chico pequeño de edad y estatura con quién hacía unos minutos se había quedado dormido a su lado y ahora mantenía un ligero puchero en el rostro a modo de reclamo mientras le miraba desde el costado de su hombro.
—Pensé que te quedarías un poco más. — Murmuró este mientras dejaba salir un bostezo aún cansado en el hombro contrario que casi de inmediato le recibió entrelazando los dedos.
—Sabes que debo preparar algo de desayunar, y no quise despertarte. — Contestó de forma acertiva mientras acariciaba distraídamente los dedos del contrario con su ya característica sonrisa felina en el rostro.
SungWoon solo atinó a mirarle fijamente con una sonrisa casi igual de amplía que hizo que sus ojos se cerraran ligeramente conforme el contrario dejaba aquellos dulces mimos en sus dedos, haciendo que cualquier pensamiento extraño se disipara de su mente, dejando solo conciencia sobre lo que su líder realizaba.
—Dirás almuerzo, ya sabes, por lo de la dieta. — Añadió con suspicacia el contrario conforme dejaba un beso a la nuca del chico más alto, que solo atinó a asentir con la cabeza y soltar un suspiro relajado como respuesta.
—¿Sabes? Hace tiempo que no vamos a pasear… ¿Qué dices si damos una pequeña vuelta? Aunque sea solo como amigos o nos podríamos disfrazar y quizás pasar un rato en algún sitio secreto. — Murmuró esto último en el oído del de menor estatura tras voltearse y entrelazar los dedos con el chico que solo le miraba con una sonrisa infantil en el rostro.
—Choi JunHyuk… ¿Quieres decir que arriesgaríamos parte de nuestra reputación con tal de pasar un día juntos? —Resaltó cada una de las palabras de forma dramática momentos antes de recibir un beso en su mejilla que le hizo callar casi de forma instantánea.
—Si, algo así. — Asintió el más alto cruzándose de brazos y mirándole con una ceja levemente alzada.
—Está bien, admito que me gusta esa segunda idea. — Comentó antes de soltar un grito al notar como el mayor le tomaba por la cintura para alzarle del piso con cuidado y así poder dejarle sobre el mesón de la cocina.
—¿Quieres que haga pancakes? —Preguntó mirándole fijamente sin apartar la mirada del chico de cabellos rubio anaranjado que solo le observaba detenidamente cuando este iba a la alacena por algún producto que creyera necesario.
—Estaría perfecto, pero no olvides de ponerle algo de fruta y también jarabe bajo en azúcares. — Dijo en tono infantil el menor que se cruzaba de brazos cuando el chico más alto procedió a preparar lo que este había solicitado unos momentos antes. Pasándose de esta forma toda la mañana, charlando y jugando junto con los demás miembros que una hora después se les unieron.
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JunHyuk se limitó a esperar la llegada del menor que se había dado un baño después de él y que parecía querer cocinarse en un caldo de agua hirviendo mientras que él ya estaba peinado y arreglado para poder salir con aquel chico que consideraba lo más parecido a un rayo cálido de solo en toda su vida.
—Señor, no se impaciente mucho. — Comentó divertido SungWoon que salió ya arreglado del baño, haciendo que una risa ligera se escapara del mayor al percatarse que había usado un poco de BB Cream para hombres y que su cabello estaba peinado de forma prolija cubriendo su frente con sus suaves hebras.
—Es por culpa de usted que lo estaba haciendo, aunque no negaré que usted luce más que apuesto en esta tarde. — Aseguró el contrario, tomándole por la cintura para hacer un abrazo relajado con el menor que solo el observaba divertido.
—Y en parte es para usted. — Murmuró divertido en el oído ajeno que solo pudo reír de manera ligera y suave por las ocurrencias de este. Tomándole de la mano para empezar a caminar hasta la salida donde le colocó en los hombros una de los abrigos que estaban colgados en la entrada principal arriba de los zapatos de calle que tenían en la misma.
Caminaron tranquilamente por la calle principal hasta llegar a una zona de juegos infantiles que en aquel momento no estaba muy concurrida, agradeciendo el que hubiera cierta privacidad para ambos que solo querían un momento a solas y que pese a las pocas fans que tenían, querían disfrutar aún cuando era posible.
El mayor buscó una zona en la que se pudieran sentar sin mayor problema por alguna piedra o similar que dañara su ropa de aquel día, optando por poner su chaqueta en el césped y así quedar ambos bastante cómodos en dicho momentos ya que había decidido hacer que el menor tomara asiento sobre sus piernas para tener un buen espacio y a la vez, ofrecerle un asiento cómodo.
—Es tan tranquilo estar aquí, realmente me siento mucho mejor de esta forma… —Confesó el menor que se mantuvo con el rostro oculto en el hombro ajeno para poder relajarse de la agenda apretada que tenían.
Para su suerte todos los demás miembros también habían salido a diferentes citas tanto de trabajo como personales, y en el caso de San y Ho Jeong, había sido entre ellos la salida que para ser honestos era con fines románticos.
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La tarde pasó de una forma impresionantemente rápido y pronto había llegado la hora de llegar nuevamente a la casa, haciendo que ambos soltaran un suspiro pesado por el hecho de tener que romper a medias la burbuja en la que vivían cada que estaban a solas. Sin embargo aquella noche, había sido una de las mejores para ambos ya que pudieron pasar el tiempo mirando el cielo nocturno y para su suerte, hubo fuegos artificiales por alguna extraña razón.
JunHyuk se mantenía jugando con la mano del menor mientras avanzaban hasta el dormitorio que compartían con los chicos. Besando su mejilla cada que le tomaba desprevenido y entrelazando los dedos con cada paso dado por ambos.
—¿Te sientes mejor que en la mañana? — Cuestionó antes de abrir la puerta del edificio para que ambos pasaran, mirando al menor de forma fija para poder asegurarse que no mintiera con el pretexto de suavizar las cosas.
—Debo decir, que estar solos me hizo sentir mucho mejor y si, me siento más que bien. Gracias por esos detalles… — Murmuró en un suspiro con la mirada baja que, inmediatamente fue alzada por la mano libre del chico que le acompañaba y que ahora le guiaba hasta el interior del ascensor.
—Sabes que los hago para que te sientas mejor, no quiero que pienses que pasaran cosas malas. Yo te voy a cuidar, lo haré sin importar que pase ¿De acuerdo? — Añadió con la ceja alzada, buscando la respuesta del menor en sus ojos.
—Lo sé, pero es inevitablemente dulce que seas así conmigo… —Confesó el menor que le abrazó para esconder el rostro en su pecho. Teniendo caricias en el cabello a modo de relajación por parte del más alto con él.
—Tranquilo, siempre que lo quieras lo haré. ¿Está bien? — Rectificó con la sonrisa que casi siempre hacía derretir al menor y soltar suspiros, ganándose un ligero beso en los labios una vez que estuvieron dentro del ascensor.
Finalmente estar de esa forma con el menor era una de las mejores decisiones que había tomado. Quizá habría momentos difíciles, pero eso en la vida de todas las personas ocurren y él, estaba más que dispuesto a sobrellevar las cosas con aquel pequeño que adoraba con todo su corazón y que había prometido desde que le conoció por primera vez proteger con su vida de ser necesario.