La conocí el verano de 2009 en un Salón del Manga que hacían cerca de nuestro pueblo, ese fue el único año que lo celebraron; yo tenía 11 años y ella 14. Era la hermana mayor de uno de mis mejores amigos, y como a todo el que conocía en aquella época, no le miraba a la cara, me daba mucha vergüenza. Esa vez solo nos presentamos, aunque me cayó bien.
Poco después quedé con mi gran amigo en su casa para pasar el rato y de paso conocer mejor a su hermana. Realmente no recuerdo mucho esos años, hacíamos tonterías de frikis y hablábamos mucho del tema, aunque nos veíamos muy poco, aun así nos hicimos las mejores amigas. Pasamos los años yendo a Salones varios y quedando cada mucho tiempo, pero había algo que nos hacía llevarnos estupendamente sin vernos mucho como a mis amigos del colegio o del instituto.
A mí me empezó a gustar mucho leer yaoi, al cabo del tiempo admitió que a ella le encantaba el yuri, y entre pitos y flautas a mí también me gustó. Una de las cosas más significantes de esta época es que me dijo que era lesbiana y se alegró de que la aceptase sin cambiar mi relación con ella ni nada raro, que a cada uno le guste el pescado o la carne es cosa suya.
También empecé a descubrir muchas cosas sobre sexo que me guardaba, no me gustaba hablar de estas cosas con nadie, ahora tenía yo 14 años y ella 17. Como curiosidad nuestros cumpleaños se llevan 6 días, cuando me enteré me pareció gracioso (cosas mías). Y nos damos los regalos el mismo día también.
Mi interés por ella empezó a crecer de una manera que no llegaba a comprender, y empecé a insinuarme, aunque no surgió mucho efecto. Desistí y dejé de hacerlo, aunque de vez en cuando alguno se me escapaba.
Tenía 16 y en un Salón celebraban bodas frikis, no sabíamos muy bien de qué iba la cosa, pero después de echar un vistazo y unas cuantas bromas le pedí matrimonio para el año siguiente, curiosamente aceptó.
Después de esto tuve una pequeña desventura con otra chica, empezamos a hacer cositas, aunque no penséis grandes cosas, pensábamos que no era el momento y no avanzamos mucho. Después intenté salir con ella y se lo pedí, pero tras una semana me dijo que creía que era una broma y me dejó, aunque lo olvidamos relativamente rápido y sin rencores volvimos a ser amigas. Aunque me molestó y dolió que se lo tomase a broma. Se lo conté a ella y me intentó animar. Esa tarde hicimos maratón de anime yuri y comimos pizza, eso siempre levanta el ánimo.
Llegó el año siguiente y la noche antes de nuestra “boda” me hallaba yo planchando y pegando los anillos de hama con forma de corazón mientras me estresaba con mi cosplay (el buen cosplayer termina el trabajo justo antes del evento). Esa misma mañana también me levanté antes para hacer la comida para nosotras, quería hacer un bento, pero me salió demasiado arroz y la única comida fueron oniguiris de atún.
Ese día fue maravilloso, llevaba el cosplay más difícil que jamás había hecho, era complicado de llevar y moverse, pero me apoyó todo el día llevando mis cosas y ayudándome en todo, incluyendo cambiarme a ropa normal, que fue en el baño de hombres porque no teníamos pantalones de encontrar uno de mujeres.
Una anécdota de ese momento fue que cuando entramos a uno de los cubículos no había nadie, pero cuando salimos estaban todos los urinarios ocupados con frikis no muy guapos ni esbeltos haciendo sus necesidades, que vergüenza cuando nos vieron salir casi corriendo de ahí. Y ahora una duda existencial, ¿les da igual ver las partes de un desconocido al lado? Porque a mí no me haría gracia, y tampoco entiendo a las chicas en el instituto que entran dos o tres en el mismo cubículo y se ven orinar.
Siguiendo con el tema, pasamos el día comprando y haciendo lo que se hace en ese tipo de eventos, por la tarde nos casamos ante Chuck Norris y nos intercambiamos los anillos, el tipo que nos casó fue un poco borde con nosotras, pero bueno, fue gracioso. El resto de la tarde fue con cachondeo que como íbamos a vivir, cuántos gatos íbamos a tener, que si la separación de bienes y que teníamos que consumar el matrimonio, eso era lo más recurrente. Nos lo pasamos genial.
TRas este día pasamos unas semanas sin vernos por culpa de los exámenes, pero volvimos a quedar para ir al cine. Después de una maravillosa tarde con ella y un par de amigos más fui a su casa para terminar de pasarnos anime y varias frikadas más. Luego pasamos un rato charlando y haciendo bromas varias sobre hacer yuri, entonces soltó la bomba.
- Sabes, en realidad eres mi tipo, lo haría contigo y saldríamos, pero no quiero que acabe mal y te pierda, me gustas mucho, y también nuestra relación actual. – No os podéis ni imaginar mi cara en ese momento, de hecho, ni siquiera yo sé cual puse. Creo que tenía la boca abierta y estaba roja.
- … Creía que no pillabas mis indirectas. - Comenté medio aturdida.
- Claro que lo hacía, más que indirectas eran directas. – Dijo riendo y apartando un poco la vista. – Pero no quiero romper lo que tenemos, eres mi mejor amiga y querría algo más, pero no quiero estropearlo. Ahora cuando te vayas pensaré “joder, mierda. ¡Se lo he dicho! ¿Pero qué he hecho?”- Contaba mientras actuaba poniéndose las manos en la cabeza y actuando. – Mira, ya me has puesto roja. – Terminó de decir.
Después cambiamos de conversación y bien entrada la noche me fui a mi casa. Esa noche no pude dormir.