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Boy Online por DoritoCoupleProductions

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Notas del capitulo:

¡Nuevo capítulo! Llegamos al punto de inflexión de este fanfic. ¿Qué les deparará el futuro a nuestros protagonistas a partir de ahora? ¡Leed y descubridlo! — A.

—Sigo sin poder creérmelo —repitió Woohyun por décima vez en el último par de horas. El día había pasado tranquilamente y lo que, la noche anterior había comenzado como una broma, esta tarde se había hecho realidad.

—Pues créetelo, enano. Esta noche tendrás el gran privilegio de salir de fiesta conmigo, la mismísima 'Reina de la noche' —contestó Seulgi, orgullosa. Su hijo no pudo menos que sonreír ante su forma de hablar.

Estaban cenando y ya habían hablado con el grupo de amigos de Woohyun para ir a buscarlos, menos a Sungyeol, ya que había convencido a Myungsoo para acompañarlos e iría con su propio coche a buscarlo.

— ¿A dónde piensas llevarnos, entonces, 'Reina de la noche'? —preguntó Woohyun, divertido, pronunciando el mote que su madre se había puesto entre comillas.

—Eso es una sorpresa. Tú preocúpate por ponerte guapo, porque presiento que esta noche encontrarás a alguien especial.

Su hijo la miró extrañado y subió rápido a su cuarto en cuanto terminó de cenar, para así hacer lo que su madre le había dicho aun pensando en sus esperanzadoras palabras.

Al terminar de prepararse, se miró al espejo y sonrió para sí. Bajó sabiendo que cumpliría las expectativas de su madre e, increíblemente ella ya lo esperaba, también lista para salir.

— ¡Por fin! La última vez que lo comprobé, yo era la mujer —dijo, riéndose y levantándose del sofá—. Vaya, por lo menos sí que me has hecho caso. Esta vez te llevas tú el puesto de 'Reina de la noche' —aseguró, mirándolo de arriba a abajo.

Woohyun le dirigió una mirada de odio antes de darse cuenta de que ella también se había arreglado bastante. No un poco, sino bastante.

— ¿Lo de tu presentimiento también iba por ti? ¿Piensas conocer a alguien especial hoy?

— ¡Qué va! Me he puesto así para no dejarte en ridículo y que vean la madre tan guapa que tienes la suerte de que te haya tocado.

Woohyun bufó y decidió dar la conversación como acabada antes de sacar el móvil para avisar a Dongwoo de que ya iba a por ellos.

Llegaron en unos pocos minutos y los tres ya esperaban en el portal, bastante entusiasmados, sobre todo Dongwoo, que no para de hablar a gritos con emoción entre los otros dos. Woohyun analizó el vestuario del grupito para compararlo al suyo mientras se acercaban al lugar donde los tres aguardaban pacientemente. No pudo evitar fijarse en lo bien vestidos que iban, recorriéndolos de arriba a abajo con la mirada. Se fijó en que Sungkyu iba mucho más arreglado que la pareja. Típico entre solteros. Vestía completamente de negro pero de una forma que realmente destacaba, con chaqueta de cuero y unos pantalones apretados que se pegaban a sus piernas. Sin darse cuenta había empezado a compararlos ya entre sí en su cabeza no solo por su ropa, sino también por su físico, pero sin llegar a una clara decisión de quien era el ganador.

El trío subió al coche y Woohyun se giró en su asiento para saludarlos alegre, volviendo a observarlos de forma más detenida aprovechando su nueva cercanía.

Se percató de que Sungkyu incluso llevaba algo de eyeliner que hacía parecer a sus ojos algo más grandes. Se dio la vuelta en cuanto el pelirrojo le devolvió la mirada y se sentó recto en el asiento.

—Estoy emocionado —comentó Dongwoo sonriente, sentado en el medio con Sungkyu a su izquierda y Howon a su derecha. Su novio mantenía una mano en su muslo, intentando tranquilizarlo, porque temía que en cualquier momento saltara del coche en marcha de la motivación.

—No hace falta que lo jures —susurró Sungkyu con una pequeña sonrisa mientras miraba por la ventanilla, apoyando la frente en el frío cristal.

Seulgi rio sin apartar los ojos de la carretera.

—Chicos, esta noche va a ser legendaria. ¿Has avisado a Sungyeol de que ya vamos de camino, cariño?

—Ooops... —Woohyun cogió el móvil y le mandó un corto mensaje a su amigo diciendo que ya estaban a punto de llegar.

Después de eso, cerró los ojos y se recostó, relajándose, pensando en cómo podría ir la noche, aunque no conseguía concentrarse ya que sentía una mirada clavada en su nuca que sabía de sobra a quién pertenecía. Ese chico era muy raro. Escuchaba los susurros que compartía la pareja mientras que los demás pasajeros se mantenían en silencio. No quiso girarse y se mantuvo quieto hasta que llegaron al lugar 'sorpresa' que su madre le había dicho. Hasta le había tenido que dar el número de Sungyeol para que ella misma le dijera cómo llegar sin que su hijo supiera nada.

— ¡Ya hemos llegado! —anunció Seulgi, la cual parecía que se había contagiado con la emoción de Dongwoo. Aparcó el coche sonrió como ocultando algo. Woohyun fue el primero en bajar del coche, quedándose confuso durante unos segundos al comprobar el lugar en el que estaban.

— ¿Por qué estamos en una bolera? —Preguntó mientras todos los demás abandonaban también  vehículo-. Creo que te has equivocado de lugar, mamá. Esto es una bolera. Estamos en una bolera —repitió, entrando en pánico por la tontería que su madre había hecho. Escuchó una risa y se giró, viendo como Howon y Dongwoo parecían igual de confusos que él mientras que Sungkyu solo se reía.

—Chicos, chicos. Venga, animaros, esto es solo el comienzo. Aún es muy temprano para llevaros a un bar, así que, podemos empezar aquí la fiesta.

—No puede ser verdad... —susurró Woohyun mientras Dongwoo recuperaba su antigua motivación y tiraba de su novio hacia la puerta del local, seguidos por Seulgi. Sungkyu pasó junto a Woohyun, que había permanecido quieto y siguió a la mujer, girándose un segundo para mirarle.

—Hey, vamos —dijo, sin siquiera esperar respuesta, siguiendo su camino hacia la entrada. Woohyun suspiró y terminó por ir tras ellos, muy a su pesar. No creía que fuera a conocer a nadie especial en la bolera. Y menos encontrarse allí a Princesk, pues sabía de sobra que los deportes no eran lo suyo. Al entrar vio que Sungyeol y Myungsoo ya estaban esperando y solo esperaba que no se cabrearan con él por culpa de su madre ya que había decidido llevarlos a una bolera. Además, tuvo miedo de Myungsoo, aunque tal vez, tras la ruptura, lo de la cámara no le importara tanto.

—Oh, este chico tan guapo debe de ser Myungsoo —dijo su madre al acercarse a la pareja que ya había hasta reservado una pista para poder jugar todos.

Myungsoo, aunque desganado, había dejado salir una pequeña sonrisa ante el comentario de Seulgi, que sonrió orgullosa para sí. Todos se presentaron al amigo de Sungyeol y decidieron pedir algún refresco antes de empezar a jugar. Woohyun no pudo pasar por alto las miradas que recibían al ir tan arreglados a una bolera.

—Somos impares —dijo Howon cuando ya estaban los 7 juntos.

—Hagamos tres equipos. Yo voy con los guapos —apuntó Seulgi mientras se escurría entre Myungsoo y Sungyeol, sonriente—. Tú puedes ir con tu novio y que Sungkyu vaya con mi querido hijo.

Y antes de siquiera percatarse, la mujer ya los había dividido en equipos.

Sungkyu se acercó a Woohyun, sacándose la chaqueta, que claramente le restaba movilidad, y dejándola en los bancos. El menor no pudo menos que fijarse en lo anchos que eran sus hombros y se preguntó por qué no se habría dado cuenta de eso antes.

—Yo no sé jugar —confesó Sungkyu, sonriendo avergonzado, cuando se acercó lo suficiente como para que nadie más los pudiera escuchar. Se habían formado corrillos con los respectivos equipos y se mantenían cuchicheando entre sí.

— ¿Nunca has jugado antes? —cuestionó Woohyun, sorprendido. El pelirrojo negó con la cabeza y entonces el menor se acercó a por una bola, la menos pesada, cogiéndola como debía y volviendo.

—A ver... Tienes que coger la bola así. Las hay de varios pesos, puedes escoger. No puedes pisar esa línea al lanzar y debes intentar tirar el máximo número de bolos. ¿Entiendes?

Sungkyu terminó por asentir con lentitud y Woohyun le tendió la bola, comprobando, por fin, lo que su madre le había contado sobre la supuesta cicatriz que el chico tenía en la mano. Pudo verla con claridad no entendió cómo no la había visto antes.

Sungkyu se dio cuenta de hacia donde estaba dirigida la mirada de Woohyun y apartó la mano con la bola.

— ¿Empezamos? —preguntó en alto, dirigiéndose a todos y separándose de su compañero de equipo.

—Vale. Para motivaros, invitaré a una copa al equipo ganador, así que intentad hacerlo bien.

Comenzaron a jugar y Woohyun, a mitad de partida, ya se había resignado a perder, pues al parecer, la llamada suerte del principiante no funcionaba con Sungkyu y este no paraba de lanzarla fuera, tirando uno o dos bolos un par de veces mientras que él mismo solo hacía plenos y semiplenos. Empezaba a frustrarse ya que por más que le intentaba dar consejos sobre cómo tirar, estos no servían de nada. Era la última tirada y ganar o perder estaba en manos del pelirrojo, ya que su equipo con Woohyun se había mantenido acorde con los otros gracias al espléndido juego de Namu.

Sungkyu solo necesitaba tirar cinco bolos y ganarían. El menor le llamó y, colocando un brazo en su hombro, le informó de la situación. Sungkyu no era capaz de prestar atención pues lo único en lo que pensaba era en la cercanía del otro así que solo asintió mientras Woohyun hablaba.

—Inténtalo, ¿vale? Por favor, ¿lo harás? —preguntó separándose del pelirrojo, casi rogándole.

—Sí —aseguró Sungkyu y fue a coger una bola, cogiéndola, como no mal.

Woohyun suspiró exasperado y le siguió.

—No, así no. A ver… —El menor se colocó tras Sungkyu y, pegándose más de lo necesario a él (o eso, opinó Sungkyu) le puso bien la bola en la mano y le giró el brazo, indicándole como debía de tirar. Estaba tan pegado al mayor que casi susurraba y Sungkyu, sin darse cuenta había cerrado los ojos, pero los abrió rápidamente al sentir como el otro se separaba y lo dejaba solo frente a la pista. Observó los bolos unos segundos y se giró para ver como Woohyun le sonreía intentando transmitirle ánimos, con los dedos cruzados. Dio un paso al frente, cerró los ojos y tiró la bola tal y como Woohyun le había explicado. Cuando los abrió solo quedaban 3 bolos en pie. Se dio la vuelta sonriendo para poder celebrarlo pero Woohyun ya se le había acercado y le abrazaba con tanta fuerza que creyó que podría morir. Le rodeó con los brazos, alegre mientras escuchaba las quejas de los demás ya que ellos habían ganado. En cuanto Woohyun recapacitó y se dio cuenta de lo que estaba haciendo, soltó al mayor al momento, avergonzado.

—Lo siento, la emoción del momento —dijo, dirigiéndole una pequeña sonrisa.

—Está bien, tranquilo —aseguró Sungkyu, sonriéndole también, aunque apenado por dentro ya que el abrazo había durado mucho menos de lo que deseaba.

— ¡Mamá, nos debes una copa! —dijo Woohyun, feliz, dirigiéndose a su madre.

—Lo sé, hijo. Os invitaré encantada, formáis un buen equipo —aceptó, sonriendo, demasiado contenta para haber perdido, pensó su hijo.

Sungkyu miró a sus dos amigos que de repente le dirigían una mirada de complicidad para mirar un segundo a Woohyun y luego de nuevo a él. Sungkyu se rio y se acercó a ellos.

 

—Bueno, vámonos —dijo Seulgi empezando a recoger sus cosas. La siguieron sin rechistar, contentos de que por fin empezara lo bueno cuando de repente un hombre la paró ya casi a la salida y se dieron un fuerte abrazo.

—Mamá, ¿quién es este? —inquirió Woohyun con el ceño fruncido, mirándole de arriba a abajo.

—Tranquilo, Azucarito, tú eres el único hombre de mi vida ahora mismo, no te preocupes —comentó con una pequeña risa—. Este es Joohyuk, un antiguo compañero de estudios.

—Y menudas sesiones de estudio nos marcábamos... —contestó el hombre, sonriendo y guiñándole el ojo a Seulgi, acción que no le hizo demasiada gracia a su hijo. Los dos adultos se miraron con complicidad y se chocaron las manos con una carcajada.

—Bueno, ¿y qué haces tú por aquí? —preguntó curiosa la mujer.

—Trabajo aquí, soy el dueño —respondió orgulloso.

— ¿En serio? Bueno, me encantaría quedarme aquí charlando, pero alguien tiene que enseñarles a estos enanos lo que es una fiesta de verdad.

— ¿Y qué os parece empezarla aquí? Estaba a punto de cerrar y tengo algunas botellas guardadas para ocasiones especiales como esta.

Seulgi sonrió, deseando aceptar pero se giró, preguntándoles al resto con la mirada qué opinaban. Woohyun, al ver lo feliz que se había puesto su madre solo por haberse reencontrado con su amigo, decidió aceptar la invitación y el resto no se opuso a su elección.

Se sentaron a esperar a que los últimos clientes abandonaran el local y cuando ya solo quedaban ellos, Joohyuk volvió con dos botellas de distintas bebidas alcohólicas en una mano y con la otra llena de vasos, casi haciendo malabares para llegar con todo entero hasta la mesa junto a la que el grupo estaba sentado. Seulgi se levantó y corrió a ayudarlo.

—Bueno, chicos. A la primera copa, invito yo —dijo el hombre posando las dos botellas.

Tras empezar a beber, los dos adultos se separaron del grupo, seguidos de cerca por la mirada de Woohyun.

— ¿Y si ponemos música? ¿No habrá algo de Madonna por casualidad? —inquirió Howon.

—No. No hay nada. Olvídate —dijo Sungkyu con firmeza, suspirando.

Todos rieron mientras Howon hace un puchero ante la negativa del mayor. 

Decidieron poner algo de música —nada de Madonna— mientras continuaban bebiendo y charlando. Woohyun no dejaba de notar, como casi siempre, la mirada de Sungkyu sobre él y no sabía cómo tomársela. En cuanto clavaba sus ojos en los del pelirrojo, este apartaba la mirada y hacía como si nada hubiera pasado. Tras varias copas, comenzó a ser menos consciente de lo que pasaba a su alrededor y observó cómo Sungkyu tiraba de Howon para arrastrarlo al baño mientras el resto seguía bailando.

— ¿Qué quieres, Ariel? —preguntó el menor, nada más cerrar la puerta de los lavabos tras él—. Me has sacado de la pista de baile, espero que sea importante.

—Lee Howon, ¿qué piensas que sería lo peor que podría pasar si le digo la verdad a Woohyun? —Sungkyu se mordió el labio, dubitativo.

— ¿A qué viene eso ahora?

—Es que... ¿Le has mirado bien? Es tan guapo...

Howon empezó a reírse, aunque tuvo que parar ante el rostro enfadado del otro.

—Veo que el alcohol ya ha comenzado a hacerte efecto.

—¿Por qué lo dices? No me hace falta beber para ver lo bueno que está.

Howon volvió a reírse, esta vez más fuerte.

—Vale, está claro que no debería dejarte beber más.

—No seas idiota, estoy perfectamente. Solo que... me gusta y tal vez... si sabe que soy Princesk también yo le guste.

 

— ¿Y mi novio? —Cuestionó Dongwoo, cansado ya de bailar y dejándose caer en una silla—. ¿Dónde está mi novio? Le necesito.

—Está en el baño. Con Sungkyu —contestó Woohyun.

—Ooooooh, ¿qué estarán haciendo? Llevan ahí un buen rato —canturreó Sungyeol, sonriente.

—Lo necesito. Iré a buscarlo —masculló Dongwoo, levantándose y dirigiéndose a lo que él creía que era el baño, usando la pared como apoyo.

Cuando estaba a punto de abrir la puerta, una voz lo frenó.

—Dino, eso es un armario —gritó una voz, riendo—. Sigue un poco más recto y ya.

—Mierda —susurró para sí, antes de seguir las indicaciones. Volvió a pararse, justo con la mano en el pomo de la puerta, pero esta vez fue otra voz la que lo detuvo.

 

—Sungkyu, piensa un poco. Changhee, o sea, Woohyun, es hetero. Por mucho que esté enamorado de Princesk, lo está porque cree que es una mujer, es decir, que eres una mujer. No puedes ir y declararte a Changhee, quiero decir, a Woohyun, por mucho que te guste.

— ¿QUE CHANGHEE ES WOOHYUN? —preguntó Dongwoo, abriendo la puerta por completo y sorprendiendo a la pareja-. Tengo que contárselo -dijo antes de dar media vuelta y andar lo más rápido posible.

—¡Ni se te ocurra! -gritó Sungkyu, persiguiéndole incluso sin darle tiempo a Howon de reaccionar y sujetarlo. Cuando el otro ya se encontraba a medio camino, notó como un peso en su espalda le hacía caer al suelo. Sungkyu se había tirado sobre él en un desesperado intento de pararlo. Dongwoo comenzó a revolverse bajo el peso del mayor, pero solo consiguió darse la vuelta, mientras que el pelirrojo, sentado en su barriga, le tapaba la boca con ambas manos.

—Dongwoo, no, cállate.

El resto había comenzado a acercarse asustado aunque se habían relajado al ver a Howon junto a ellos, riéndose, con la idea de que no podía tratarse de nada serio.

—Chang... Woo... Princesk... —logró balbucear Dongwoo entre las manos de Sungkyu mientras pataleaba bajo él.

Ese 'Princesk' logró capturar la atención de Woohyun que se acercó más, ya que se había mantenido un poco alejado.

— ¿Qué?

Sungkyu alzó la mirada para contestarle.

—Nada. Dongwoo está tan borracho que no sabe ni lo que dice —respondió sonriente.

En ese momento de despiste del mayor, Dongwoo consiguió intercambiar sus posiciones.

—Changhee. O sea, Woohyun. Sé que eres Woohyun. Y Sungkyu es Princesk —dijo, rápidamente, mirando a su receptor que se había quedado en shock. Sungkyu también dirigió su mirada al menor, asustado, esperando su reacción y maldiciendo a Dongwoo interiormente.

— ¿Qué? ¿Es verdad? –preguntó Woohyun con voz débil y mirada desenfocada, aun intentando asimilar la información que se le acababa de dar.

—Así es… —asintió Sungkyu, levemente, asustado de la posible reacción del menor.

Lo único que Woohyun hizo fue darse la vuelta y marcharse sin mirar atrás.  

Notas finales:

-gritos de shock del público- ¿Qué podrá pasar ahora con nuestros protagonistas? ¿Qué hará Woohyun ahora que sabe la verdad? ¿Y Sungkyu? ¡Tendréis que esperar al viernes para descubrir las respuestas! ¡No olvideis dejarnos un comentario contando qué os está pareciendo la historia! ¡Y gracias por leer! — A.


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