Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boy Online por DoritoCoupleProductions

[Reviews - 160]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Nuevo capítulo! ¿Se revelará POR FIN la identidad del acosador? Leed para descubrirlo... — A.

— ¡Dios, estoy cansadísimo! —se quejó Sungkyu nada más entrar por la puerta antes de dejarse caer sobre el sofá.

—Como si te hubieras movido o algo —opinó Howon antes de tirarse en el sillón—. Lo único que hiciste fue tirarte encima del pobre Nam Woohyun. Seguro que al final lo espantas.

—Bah, no digas tonterías. Lo tengo en el bote. Yo le gusto, solo que aún no se ha dado cuenta. ¿Quién podría resistirse a mí?

— ¿Yo?

—Eso ha sido un golpe bajo —dijo Sungkyu, ofendido—. Será mejor que corras si no quieres acabar mal —habló serio, mientras se incorporaba y su compañero de piso lo imitó, rápidamente, escapando ya hacia el baño.

—Lo siento, Kyu. Te quiero —declaró a través de la puerta cerrada, estando ya a salvo.

—Bueno, vale, venga. Dúchate ya que estás ahí dentro, que luego voy yo.

—Vale, Kyu. Te quiero, Kyu.

—Eso ya lo has dicho —respondió el mayor con una sonrisa cansada y volviendo a sentarse, cogiendo su portátil para ver las novedades. Tenía comentarios en su blog que le pedían tal o cual cosa, pero ninguna idea le convencía. No había recibido tampoco ningún mensaje de Woohyun aunque no sabía porque esperaba que el menor le hablara cuando ya todo había salido a la luz. Aun así, en un rincón de su interior, mantenía la esperanza que le hablara, por poco probable que fuera.

'¿Tal vez deba hablarle yo mismo?  No, no, mejor no. Ya me hablará él si quiere. Tiene mi número, ¿no? Sí, seguro que sí. Pues ya' se dijo, decidiéndose por cerrar la pantalla de golpe y alejando el ordenador de sí mismo para luego cerrar los ojos y suspirar. Al cabo de unos minutos, cuando ya casi se había dormido, una voz seguida de unas sacudidas en el hombro le hizo abrir los ojos con pesadez.

—Hey, Ariel. Te toca el baño. Ya echarás de menos el agua.

—Ja, ja —rio sin ganas, levantándose y dándose cuenta de que lo único que tapaba al menor era una toalla atada malamente alrededor de su cadera—. ¿Y así me despiertas? Si no te conociera, Lee Howon, diría que quieres algo más de mí que solo mi amistad. Esto casi parece una película porno.

El menor enseguida se alejó de Sungkyu, riendo y dirigiéndose a la cocina a por algo de picar.

—Sí, sí, pero primero, lávate. No quiero tener nada con alguien que es más arena que persona.

— ¡Vale, vale! —se rindió Sungkyu, encaminándose al baño para darse por fin esa ducha que tanto necesitaba y que lo dejara como nuevo, o eso esperaba.

 

 

—Kyu, seguramente vaya en coche con Sungyeol. Después de lo que le hiciste pasar al ir ayer a la playa me parece bastante lógico. Ni siquiera quiso volver con nosotros —habló Howon cuando el bus dejó atrás la parada de Woohyun sin que este hubiera aparecido, haciendo que Sungkyu bajara la cabeza apesadumbrado.

—Veo que te ha pegado fuerte, eh —comentó Dongwoo.

— ¿Y si no es gay? Tal vez simplemente le estoy molestando y además haciendo el ridículo.

—Que va, Kyu, no te preocupes. Yo tengo un radar gay. Lo sabes. Y ese chico es gay de cabeza. Tal vez él aún no lo sepa. Pero, ¿quién mejor que tú para enseñarle el arcoíris?

Ambos se quedaron mirando a Dongwoo con escepticismo ante su discurso.

— ¿Qué arcoíris, Dino? ¿Ya has estado fumando?

—Solo medio —admitió, sintiéndose como un niño pequeño al que le va a caer una buena regañina.

Sungkyu estalló en risas mientras Dongwoo se daba cuenta de que no estaba en peligro y sonreía también, aliviado.

—Cariño, ¿te has duchado? Tienes algo de arena —comentó Howon, quitándole un poco de arena del hombro a su novio.

—Pues me he duchado por lo menos tres veces —aseguró Dongwoo, avergonzado.

—Si no hubieras obligado a Howon a enterrarte entero en la arena esto no habría pasado.

— ¡Y aguanté treinta segundos! Mi récord personal —dijo orgulloso, elevando la mano para chocar las cinco con su novio que negó lentamente con la cabeza y le dio unos suaves golpecitos en la cabeza.

—Ya sabes que siempre estoy de tu parte, Woo, pero... No esta vez.

Sungkyu volvió a reír mientras Dongwoo se indignaba con su novio y empezaba a ignorarlo, haciendo que Howon empezara a ponerse pesado. Por suerte, por fin habían llegado a la universidad y el mayor bajó del vehículo rápidamente, intentando alejarse de sus amigos lo antes posible sin demasiado éxito, sabiendo lo que se avecinaba.

—Dongwoo, Dongwoo, Dongwoo, Dino, Amor, Cielo, Woo, Cariño, Dinowoo... —decía Howon mientras clavaba su dedo repetidas veces en el brazo de su pareja, queriendo que este volviera a hacerle caso.

Sungkyu se volteó, exasperado, para clavar su mirada llena de ira en ambos chicos que frenaron en seco.

—Jang Dongwoo, haz caso a tu novio. Y tú, Lee Howon, para —ordenó, antes de volver a darse la vuelta y seguir su camino, sonriendo al darse cuenta de que ahora los dos lo seguían en silencio.

Después de un rato, empezaron a cuchichear y Sungkyu, con la poca paciencia que le caracterizaba, decidió irse ya a clase. Sería mejor para todos.

—Nos vemos luego —se despidió y se alejó con paso apurado.

Fue entonces cuando divisó a Woohyun a lo lejos, especialmente guapo, con una camisa negra que parecía hecha para él.

'¿Cuánto daño habré hecho en otra vida para merecer esto?' pensó, acercándose al menor con una amplia sonrisa.

—Hey —saludó de forma casual.

—Hey. ¿Qué tal, Kyu? —preguntó, devolviéndole la sonrisa al mayor mientras ambos seguían avanzando. Sungkyu perdió la capacidad del habla durante unos segundos, sorprendido de que el menor utilizara ese mote para dirigirse a él. Muchas veces lo habían llamado así, pero con la voz de Woohyun, sonaba considerablemente mejor, según su opinión.

—Bien, bien —respondió algo nervioso, al percatarse de que el menor esperaba su respuesta—. ¿Y tú?

—Genial.

—Ya te veo —comentó en casi un murmuro.

— ¿Qué?

—Estás muy guapo hoy —dijo, intentando sonar despreocupado. No sabía por qué de repente se había puesto algo nervioso.

—Eh... Gracias —respondió, algo sorprendido, sin esperarse ese halago por parte del mayor.

—De nada —dijo Sungkyu, simplemente.

Woohyun sabía que le gustaba a Sungkyu, de eso no tenía duda, pero no acababa de acostumbrarse a sus claras muestras de afecto. No era que nunca hubieran ligado con él antes, pero nadie había llegado a ese nivel. El año pasado, ese que no quería recordar, había conocido a tantas chicas en los bares que no podía ni recordar todos sus rostros, y se había liado con la mitad de ellas. Eso no era algo de lo que se sintiera orgulloso, en realidad había decidido olvidar por completo esa etapa de su vida, como si ese hubiera sido otra persona, como si todas esas noches las hubiera vivido alguien más y no formaran parte de su vida.

Después de eso había decidido volver a centrarse solo en Princesk y en nadie más que 'ella' sin embargo, ahora todo había cambiado y estaba algo perdido. Pero eso no iba a hacer que empezara a salir con un chico. A él le gustaban las chicas, estaba seguro y empezaba a convencerse de que debería hablar con Sungkyu sobre eso. No era que le molestase la atención hacia su persona por parte del mayor, simplemente quería que tuviera claro que lo que quería nunca iba a suceder. De ninguna manera. Era imposible. De repente se dió cuenta de que se había mantenido el suficiente tiempo en silencio como para que Sungkyu comenzase a preocuparse por lo que le sonrió y decidió hablar.

—Bueno, ¿qué tal ayer la vuelta en bus? —preguntó lo primero que se le pasó por la cabeza, sin pensárselo demasiado.

—Había incluso más gente que al ir —comentó con un suspiro—. Además, ya no te tenía para pegarme a ti y que no se me restregara otra gente —admitió. Iba a decir algo más pero entonces se percató de que ya habían llegado a su clase, lo que le hizo pararse repentinamente, recibiendo una mirada inquisitiva por parte del menor.

—Esta es mi aula —le explicó, sin necesidad de que Woohyun preguntase nada.

—Ah, vale —asintió, entendiendo y acercándose a la puerta para despedirse del mayor. Al asomarse, comprobó que Sungkyu tenía clases con ese profesor que la otra vez les había interrumpido mientras hacían el tonto en los jardines. Sungkyu se volteó en la dirección de la mirada de Woohyun y vió que el Sr. Choi ya los estaba mirando, o más bien, juzgándolos con los ojos entrecerrados. El mayor le sonrió a su profesor y lo saludó con la mano mientras el hombre el devolvía el saludo con una amplia sonrisa.

—Este profesor tuyo siempre me dará miedo —declaró Woohyun antes de volver su vista al pelirrojo.

—Ya, bueno. Mientras me apruebe, todo bien. Además es guapo —admitió, antes volver a echarle una mirada.

—Si tú lo dices... Bueno, me paso por aquí cuando termine mi clase, ¿vale?

—Genial —opinó Sungkyu, algo emocionado de más—. Hasta luego —se despidió mientras el menor se alejaba. En cuanto desapareció de su campo de visión, entró por fin en su clase y se sentó donde siempre bajo la atenta e interesada mirada del profesor.

Esta vez, Sungkyu intentó prestar atención al temario pero su cabeza viajaba a otros lugares muy lejos de esa aula. O bueno, tampoco tan lejos. Tal vez solo unas aulas más allá.

'¿Por qué ha tenido que venir con esa ropa? Y esa sonrisa, oh, esa sonrisa. Esa maldita y preciosa sonrisa. Y esa voz. Buf, esa voz' se dijo, con la imagen del menor rondándole la mente todo el tiempo. Hubiera deseado poder concentrarse en lo que el Sr. Choi decía, pero le era casi imposible. Cuando se enteró de que la clase había acabado, ya casi todos habían abandonado el aula por lo que recogió sus cosas rápidamente e intentó escaparse del profesor sin que este lo frenase para hablar, como la mayoría de las veces y como ocurrió de nuevo esa vez.

—Hey, Sungkyu, ¿seguro que estás bien? Te veo bastante distraído.

Sungkyu echó una ojeada hacia la puerta para asegurarse de que Woohyun aún no había llegado antes de sonreírle, como él sabía, a su profesor.

—Sí, Sr. Choi, no te preocupes —aseguró el alumno—. La verdad es que he quedado con un amigo, así que...

— ¿Un amigo? —inquirió el profesor de forma repentina, asustando un poco al menor que dio un paso atrás, intentando mantener las distancias que no sabía cuándo habían desaparecido.

—Ahá. Ya lo has visto.

—Ah, ese amigo. ¿Sabes qué? Creo que deberías alejarte de él —le aconsejó con sinceridad el hombre.

— ¿Por qué? —preguntó, comenzando a cabrearse.

—Creo que te mira de forma extraña y que intentará hacerte daño.

—Bueno, creo que eso es mi problema, no tuyo —declaró, intentando irse pero siendo acorralado por el mayor contra una mesa.

—Eso lo decido yo —habló, cambiando por completo su tono.

—Sr. Choi, yo... Debería irme.

—Oh, sí, dilo otra vez, por favor. ¡Qué bien suena! Sr. Choi. Me encanta como lo dices con esa boquita tuya tan bonita que tienes.

Sungkyu abrió los ojos todo lo que pudo, sorprendiéndose a más no poder y quedándose sin palabras. El hombre aprovechó el momento de duda de Sungkyu para pegarse a él por completo y colocar una mano a cada lado de su cuerpo sobre la mesa, inclinándose sobre él.

—He estado metiéndote notas en tu mochila cada vez que te descuidabas para que supieras sobre mis sentimientos, pero ya no puedo más. Te necesito más que nunca —susurró de manera seductora mientras llevaba las manos a las caderas del menor, aguantándolo en el sitio con fuerza.

—Sr. Choi, te advierto ahora ya que no me gustaría hacerte daño. Suéltame ahora mismo y prometo no romperte nada.

El profesor rio divertido ante la advertencia del pelirrojo y fue justo en ese preciso instante en el que Woohyun se asomó a la puerta para comprobar si Sungkyu lo había esperado o había decidido marcharse sin él.

—Sungkyu, ¿alguna vez te he dicho lo mucho que me encanta este rojo en ti? —dijo subiendo una mano por el cuerpo del menor, acariciando su cuello para llevarla hasta su cabello y enredar los dedos en sus mechones mientras su otra mano se dirigía al trasero del menor, apretándolo descaradamente.

Sungkyu aguantó como pudo las ganas que tenía de pegar al mayor y simplemente intentó escapar de su agarre sin resultado alguno. Justo cuando estaba a punto de decir algo y sin que siquiera se lo hubiera esperado, su profesor inclinó el rostro, aguantando con fuerza la cabeza del menor en su sitio para juntar sus labios en un apasionado beso que no duró siquiera ni dos segundos. En cuanto Sungkyu sintió unos labios sobre los suyos simplemente elevó la pierna con fuerza para propinarle un rodillazo justo en el paquete, haciendo que el Sr. Choi cayera de rodillas en el suelo, agarrándose sus partes mientras se contenía para no gritar de dolor. El pelirrojo se limpió los labios con la manga de su camiseta antes de bajar la mirada al hombre que se quejaba tirado sobre las baldosas.

—Te lo advertí —habló Sungkyu, tranquilo, como si nada hubiera pasado. De repente alzó la vista al escuchar un carraspeó y se sorprendió al comprobar de que Woohyun estaba en la puerta, mirándolos boquiabierto.

—Increíble —declaró y comenzó a aplaudir lentamente mientras Sungkyu sacudía la cabeza, sonriendo y se dirigía junto a él—. ¿Lo vas a dejar ahí? Ya sabía yo que no era de fiar. Te ha besado. Y te ha manoseado entero.

—Lo sé, Woohyun, estaba ahí —dijo, cogiendo al menor del brazo para arrastrarlo consigo lejos de allí—. Tal vez tú puedas sacarme el mal sabor de boca —comentó mirando a su amigo con una sonrisa ladina.

—Claro que sí, vamos —le aseguró Woohyun, como si fuera lo más normal del mundo.

Ahora fue el turno de Sungkyu de mirarlo asombrado, sin creerse que el más bajo hubiera entendido de verdad qué quería decir. Sin embargo, no tardó mucho en comprobarlo.

 

—No me refería a esto —declaró Sungkyu haciendo un puchero mientras sujetaba la lata en una mano, lo que hizo sonreír a Woohyun sin razón mientras este le pagaba al camarero.

—Un buen refresco y podrás olvidar el beso que te ha dado el loco ese —dijo, sin hacer caso al comentario del mayor. Sabía de sobra lo que el pelirrojo había querido decir, simplemente, no le daba importancia—. Bueno, Sungkyu, me tengo que ir ya a clase si no quiero llegar tarde. Luego nos vemos.

Sungkyu, que le estaba dando un trago a su bebida, la dejó sobre la mesa y asintió.

—Vale —dijo, pensando aún en lo que había ocurrido. Aunque se hiciera el fuerte, en realidad había pasado algo de miedo y no podía quitárselo de la cabeza. Woohyun enseguida notó que algo no andaba bien y se acercó al mayor, colocando una mano en su espalda.

— ¿Estás bien? —preguntó algo preocupado.

—Sí, sí, tranquilo. Vete ya a clase. Hablamos después —dijo Sungkyu, sonriéndole al menor para intentar convencerlo. Woohyun le devolvió la sonrisa antes de seguir la recomendación del mayor y dar media vuelta para marcharse casi corriendo a su siguiente clase.

Sungkyu decidió faltar a su próxima asignatura ya que, aunque la preocupación del menor le había animado sobremanera, prefería descansar y no tener que aguantar a otro profesor durante una hora. Salió a tomar el aire, dejándose caer sobre el césped contra un árbol. Meneó la lata de un lado a otro, sonriendo al recordar que Woohyun se la había comprado especialmente para él. Cerró los ojos, suspiró y se mantuvo así durante varios minutos cuando una voz habló justo junto a su oído, sorprendiéndolo y haciendo que la lata casi cayera de su mano.

—Kyuuuuuuu, ¿qué haces aquí? —preguntó Dongwoo, sentándose pegado al mayor.

—Dios, Dino, casi me matas del susto. He decidido colgar clase.

—Vaya, eres un rebelde. Mi profesor lleva una semana sin venir, por eso estoy aquí.

— ¿Y qué excusa tienes tú, Lee Howon? —preguntó Sungkyu en alto, sabiendo que el otro no andaba lejos.

—Me ha obligado a acompañarlo —dijo enseguida la voz del menor que salía de detrás del árbol, antes de que él mismo apareciese para sentarse al otro lado de Sungkyu.

—Vaya dos... —comentó sonriendo con cansancio.

—Bueno, ¿y tú por qué has ‘decidido colgar clase'? —inquirió Howon.

—Es largo de explicar. Y no me apetece mucho hablar sobre ello —dijo con sequedad.

—Haznos un resumen —sugirió Dongwoo.

Sungkyu soltó un largo suspiro antes de dirigir su mirada al chico-dinosaurio.

— ¿Aún te queda esa mitad de porro de antes? —preguntó esperanzado.

Dongwoo sonrió ampliamente y abrió su mochila, sacando lo que el mayor le había pedido junto con un mechero.

Sungkyu le dio una larga calada antes de decidirse a hablar.

—Dino, estabas equivocado. El chico guapo no era el de las notas —empezó, y ambos chicos se miraron tensos, tragando saliva.

— ¿En serio? —inquirió Howon, intentando no parecer sospechoso.

—Ahá. Me alegra no haberle mencionado nada. Habría creído que estoy loco —habló antes soltar una carcajada. Ambos rieron con él, intentando disimular el sentimiento de culpa que comenzaba a embargarles.

—Entonces, ¿quién fue? —formuló Dongwoo, curioso.

—Minho. Quiero decir, el Sr. Choi, el profesor ese del que ya os había hablado. Lo ha admitido hoy. Me lo ha dicho él mismo. Antes de besarme, por cierto —dijo, dejando salir el humo y bebiendo un trago de su lata. Era una mezcla de sabores bastante extraña, pero le gustaba.

— ¿Qué? —inquirió la pareja al unísono.

— ¿En serio? Espera, espera, espera. ¿Y qué has hecho? —siguió Howon.

—Le he machacado los cojones —dijo Sungkyu, comenzando a reírse, claramente afectado por los efectos de lo que estaba fumando.

— ¡Así se hace, Ariel! Esa es mi princesa sirena —declaró Howon orgulloso, alzando una mano para chocársela a Sungkyu antes de ver que el mayor tenía ambas ocupadas.

— ¿Y lo has dejado así?

—Ahá —asintió el pelirrojo, enérgicamente—. Total, pienso ponerle una denuncia. Se ha quedado tirado en el suelo y yo me he ido con Woohyun. Oooh, Woohyun, ¡qué chico tan guapo! Dino, dile donde estamos para que venga al terminar la clase. Quiero verlo. Chicos, no sabéis cuantísimo me gusta verlo.

Dongwoo hizo lo que le pedía, con algo de duda, pero prefería no llevarle la contraria a un Sungkyu fumado. El mayor se acabó el refresco y dio una última calada antes de meter los restos en la lata para apagarlos.

— ¿Eso tenía alcohol? —preguntó Howon, algo preocupado, señalando a la lata vacía. Parecía que Sungkyu estaba más afectado de lo normal y eso le extrañaba ya que apenas había fumado.

—Por favor, Howon, ¿quién te crees que soy? ¿Crees que le pediría al camarero, ese que me hace ojitos, que me echara un chorrito de cualquier tipo de bebida alcohólica en el refresco, diré, por ejemplo, whiskey, solo porque me apetecía beber para no pensar en cómo un hombre acaba de intentar aprovecharse de mí? ¿Crees que soy ese tipo de persona?

El gran discurso del mayor dejó a su compañero de piso sin palabras por lo que solo logró negar levemente con la cabeza y mirar a su novio que tampoco sabía muy bien qué decir.

— ¿Sabéis qué necesito? Un maldito pene ya. Y no el del pervertido ese. Además por lo que mi rodilla ha sentido, ahí abajo no tiene nada. Necesito a un novio que me quiera y me folle cuando yo se lo pida. ¿Tan difícil es? Necesito lo que vosotros tenéis. ¿Es tanto pedir? Y va y llega Woohyun con su cartel de hetero que ilumina la ciudad y me tiene que gustar. ¡A mí! No, no puede gustarme un gay normal y corriente, no. Yo no soy así. Me gustan los retos. A Kim Sungkyu le gustan los retos. Oh, y las mentiras, porque soy un mentiroso. Estaba tan concentrado en mi meta por conseguir a Woohyun que ni siquiera me importó jugar con él. Y tras hacerlo y él enterarse, empezar de nuevo el juego. Soy así. Y por eso nadie me quiere. Te odio, Nam Woohyun. Te odio por ser tan estúpidamente perfecto para mí —habló de corrido, casi sin pararse a tomar aire, pero, al parecer, la suerte no estaba de su parte ese día pues un carraspeo le hizo estremecerse, reconociéndolo como el mismo de hace apenas una hora antes.

—Genial —dijo la voz que tanto temía escuchar y al alzar el rostro ahí estaba Woohyun, con una expresión que Sungkyu no podría haber definido ni aun teniendo todo el tiempo del mundo para hacerlo. El mayor logró levantarse para seguirlo justo cuando este daba media vuelta y se iba. Atrapó su brazo y tiró de él, volteándolo.

—Hey, ¿cuánto has escuchado?

—Lo suficiente para querer irme de aquí.

—Woohyun, por favor, dame una oportunidad para explicarme.

—Olvídate. Quiero que te olvides de mí y de cualquier cosa que te hayas imaginado que podría pasar entre nosotros porque quiero dejar claro ahora mismo que soy hetero. Me gustan las mujeres y, por lo tanto, tú no me gustas. Así que, por favor. Deja de acercarte a mí de la forma en la que tú sabes. Puede que lleguemos a ser amigos pero eso es a lo máximo que puedes aspirar conmigo —declaró Woohyun con firmeza y rudeza, sin dejar lugar a dudas de que tenía claro lo que decía.

Sungkyu se quedó sin habla. Realmente no sabía qué decir. Tal vez sí debía renunciar a él y dejar de pensar, o más bien, soñar con que en algún momento el menor simplemente se daría cuenta de que quería estar con él. Eso no sucedería.

'Eso no va a suceder' se dijo y asintió, cabizbajo. Al menos no se había cabreado por haberle mentido. ¿Habría escuchado esa parte de su monólogo?

—Lo siento... —dijo, sin pensárselo demasiado.

—Genial. Me alegra que hayas asumido que nunca estaremos juntos —añadió Woohyun—. Jamás.

Nunca.

Jamás.

No creía haber escuchado en su vida peores palabras.

Notas finales:

Pues hasta aquí el capítulo. Seguro que ya os lo veiais venir, ¿no? Aunque Sungkyu se haya tomado la justicia por su propia mano (¿o debería decir rodilla?). En fin, espero que os haya gustado y que nos dejéis vuestros comentarios. ¡Hasta el viernes! ^^ — A.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).