Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boy Online por DoritoCoupleProductions

[Reviews - 160]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo, queridos lectores! Tal y como algunos de vosotros me habéis pedido, he intentado hacer estos últimos capítulos más largos y gracias a vuestros comentarios, he conseguido escribir el doble de palabras, así que espero que disfrutéis el doble con ellos^^ -X

Sooyoung se levantó con una gran sonrisa, a pesar de que aún era media mañana y cualquier otro día habría continuado durmiendo durante, por lo menos, un par de horas más. Sin embargo, ese día no era como cualquier otro; ese era un día especial.

Salió de cama con los ojos entrecerrados, intentando acostumbrarse a la luz y se fue directa a la ducha. Le encantaba esa sensación de libertad cuando estaba sola en su casa —bueno, en este caso, en la de Sungkyu—. Sentía que podía hacer lo que quisiera y nadie podría reprochárselo ni mirarla mal. Por eso no se molestó si quiera en vestirse mientras iba de un lado al otro del piso, comiendo a cachos el desayuno que Sungkyu le dejaba en la mesa cada mañana, si bien sospechaba que Howon era el que realmente cocinaba en esa casa. Aun así, consideraba que era un bonito gesto por parte del mayor el obligar a su amigo a prepararle algo de comer también a su invitada. Ella sabía de sobra que era mejor alejar a Sungkyu del fogón en cuanto saliera el tema de cocinar y agradecía de todo corazón el contar con la presencia de Hoya en la casa.

Optó encender el equipo de música poniendo el único CD cercano que encontró que no fuera de Madonna, y tras subir la música todo lo que pudo, empezó a bailar mientras daba saltos por el pasillo, intentando abrocharse el pantalón. Estaba claro que esos días siendo la niña mimada de Sungkyu le pasarían factura tarde o temprano, pues lo único que hacía era comer y dormir. A su mánager no le iba a gustar ver que había engordado tanto en tan solo un mes, pero, en realidad, a ella poco le importaba su opinión.

Le dio el último mordisco a la tortita que le quedaba mientras se miraba al espejo, intentando arreglarse el pelo, aunque sabía que daría igual la forma en la que acabara quedando, le sentaría bien de cualquier modo. Después de darse los últimos retoques, cogió su bolso y salió del edificio, a paso ligera y con energías, apenas reconociéndose.

Al principio solo paseó, sin rumbo fijo. Hacía tiempo que no paseaba por esa zona de la ciudad y se había pasado todo el tiempo que llevaba en casa de Sungkyu visitando a este o a aquel pariente o amigo, sin restarle casi tiempo para ella. Pero eso había acabado, o eso creía hasta que recibió una llamada que la sacó de sus pensamientos.

— ¿Diga? —contestó, tomando asiento en un banco, ya estando cansada después de haber recorrido la calle entera de arriba abajo, que tal vez a otra persona le hubiera llevado apenas 10 minutos mientras que ella había tardado 1 hora, parándose casi en cada tienda que veía.

 

 

 

—Mira quien se digna a contestar —apuntó una voz que Sooyoung reconoció al segundo.

— ¡Meg! —exclamó ella contenta, cayendo en la cuenta de que alguien faltaba de su lista por visitar.

—Vaya, veo que al menos todavía recuerdas mi nombre —comentó, con una voz que denotaba un gran dolor, claramente exagerado.

Sooyoung dejó escapar una carcajada, divertida por la forma de hablar de la madre de su amigo.

— ¡Cómo te encanta dramatizar! —contestó, sonriente, aunque comenzaba a sentirse algo mal, al darse cuenta de que había visitado a todo el mundo menos a las madres de Sungkyu quienes desde que lo había conocido, se habían convertido en su segunda familia e incluso en sus amigas a medida que pasaban los años.

Pudo escuchar una voz hablar de fondo al otro lado de la línea y entonces dejó de forma de la conversación para convertirse solo en oyente.

— ¿Estás hablando con Sooyoung?

—Sí. Al parecer aún nos recuerda, a pesar de que lleva casi un mes viviendo con nuestro hijo y que todavía no se ha pasado a conocer a nuestro nuevo y maravilloso bebé —respondió la otra, claramente consciente de que la menor lo estaba escuchando todo y hablando más para Sooyoung que para su mujer.

— ¿Vendrá hoy? Tenemos el día libre, dile que venga hoy.

A la menor no le hizo falta escuchar su proposición dos veces y antes de que Megan pudiera repetir lo que Youngmi había propuesto, ella ya había aceptado y estaba colgando, informando a la mayor que estaría allí para comer.

Tras guardarse de nuevo el teléfono, pensó que no podría aparecer en la antigua casa de Sungkyu sin algún regalo, por lo que acabó comprando una tarta, además de un bollo que se comió al momento, y un peluche que le pareció bastante adorable para poder dárselo a Jack.

Dudó entre coger un bus o un taxi, pero, finalmente, reconoció que no le vendría mal ahorrar un poco por lo que se sentó a esperar al siguiente autobús que, esperaba, le llevaría a su destino.

Tras varios minutos, por fin pudo subirse a él, razonando bien el sitio que elegiría, pues sabía que tendría que pasar un largo rato allí sentada.

 

 

 

Ya apoyada contra el cristal de la ventana, se dio cuenta de que estaba emocionada, pues, aunque no lo pareciera, había echado de menos a las peculiares madres de su amigo, y moría de ganas de conocer a su hijo. Creyó que quizás, sería conveniente avisar a Sungkyu de sus planes de pasar el día en su otra casa, pero entonces, recordó todo lo hablado con su amigo el día anterior y algo le dijo que su deber era cumplir con su palabra.

Ella sabía que tenía razón en la apuesta, o por lo menos, presentía que Woohyun ocultaba algo y que acabaría revelándolo tarde o temprano. Pero, lo que de verdad le importaba en ese momento, era el extraño comportamiento del novio de su mejor amigo, por lo que sabía que debía ocuparse de él antes que de nadie. Por eso mismo se había levantado tan temprano, en su opinión, y por eso mismo pensaba en ir a hablar con él. Para poder descubrir lo que realmente pasaba.

Sooyoung, sin poder ni querer impedirlo, acabó por dormirse, mecida por el vaivén que le producía el vehículo al girar en las suaves curvas de la carretera.

Por suerte, no tardó mucho en despertarse, justo dos paradas antes de la suya. Opinó que tendría que cuidar más de su imagen y avergonzada, al fin pudo abandonar el bus, no queriendo mirar atrás y ver los rostros de las personas que, seguramente, la habían visto babear mientras descansaba.

Caminó estirando las piernas, las cuales se le habían entumecido tras el viaje sentada, y en pocos minutos llegó a la casa del que había sido su novio años atrás. Aún podía recordar el día en el que Sungkyu la llevó allí por primera vez. Sus madres sabían que su relación con aquella chiquilla no duraría mucho, pues conocían más a Sungkyu de lo que se conocía él mismo. A pesar de eso, la trataron muy bien y se alegraron al ver que seguían siendo amigos todavía cuando ya habían terminado.

Llamó a la puerta, algo ansiosa por encontrarse después de tanto tiempo con las dos mujeres, pero en cuanto esta se abrió, todo fueron besos, abrazos y pequeños grititos.

— ¡Qué guapa estás, Choi Sooyoung! —exclamó Megan, sonriente. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se habían visto y, aunque la diferencia de edad entre ellas fuera considerable, se entendían a la perfección y la menor era como la hija que nunca habían tenido, por lo que su relación era muy buena.

—Te diría lo mucho que has cambiado, pero estaría mintiendo, sigues igual. Por vosotras no pasa el tiempo, ¿cierto? —contestó, mirando contenta a ambas.

—Tú tampoco has cambiado nada. Sigues siendo igual de pelota —bromeó, haciendo pasar a Sooyoung, pues se habían mantenido hablando en la puerta.

Youngmi cogió los regalos que la joven cargaba en ambas manos, agradecida, y fue a buscar a Jack, pues ya había llegado su hora de comer. Tras alimentar al bebé y acostarlo de nuevo en su cuna, las tres se sentaron a la mesa y comenzaron a hablar de todo lo que había pasado a lo largo de ese tiempo que habían estado sin verse y sin apenas poder hablar.

 

Sooyoung se sentía como en su verdadera casa, ya que su relación con sus padres no era muy buena, y apenas los visitaba de vez en cuando solo por compromiso.

—Bueno, y ¿qué tal te está cuidando Sungkyu? —preguntó Youngmi, interesada en el comportamiento de su hijo.

—Muy bien, tranquilas. Ya sabéis como es, puede parecer un borde, pero yo lo tengo muy controlado —respondió con una amplia sonrisa—. No tenéis que preocuparos por él.

— ¿Qué te parece Woohyun?

Sooyoung enarcó una ceja, sorprendida por la repentina cuestión que Megan le había formulado. No se habría imaginado nunca que Sungkyu hubiera llevado a Woohyun a su casa y que sus madres ya lo conocieran. Al parecer, el mayor se había guardado muchas cosas para sí, y no había querido revelárselo todo a su amiga.

—La verdad es que no he hablado demasiado con él, pero creo que siente algo por nuestro niño. Lo veo en sus ojos. Estoy segura de que algo raro pasa entre esos dos y voy a acabar descubriéndolo —aseguró con determinación, provocando una risa en las dos mujeres que la acompañaban.

—Muy bien, así que te dejo a ti el trabajo. Y del tal Jonghyun ese, ¿qué puedes contarme?

—No mucho, ni siquiera lo he conocido aún. Esta tarde pienso pasarme por su trabajo a ver que puedo averiguar.

—Nosotras tampoco hemos tenido el placer de conocerlo —dijo la rubia, con una mirada recelosa.

—Por lo veo no soy la única que piensa que ese chico esconde algo.

—Exacto. Es que por lo que Kyu nos cuenta sobre él… No parece un chico de fiar. Por lo menos no del todo.

—Lo sé. Ojalá nos estemos preocupando por nada, pero… algo no me huele bien. Lo siento, es una corazonada de madre —declaró Youngmi, que había cambiado su eterna sonrisa por una expresión inquieta.

—Tranquila, Sungkyu sabe cuidar de sí mismo. Además, nos tiene a nosotras por si alguien se sobrepasa con él —dijo Sooyoung, no queriendo ver a la amable mujer temerosa de lo que le pudiera pasar a su hijo. Sungkyu le había contado lo que había ocurrido no hacía mucho con uno de sus profesores, y, sabía que, aunque el mayor ya casi lo hubiera olvidado, las dos mujeres, siendo sus madres, seguirían intranquilas durante un largo tiempo.

La comida se alargó durante horas, conversando sobre esto y aquello, hasta que Sooyoung decidió que ya era hora de ir a hacer su tarea.

—Bueno, espero que nos volvamos a ver pronto. Estaremos esperando que vuelvas a pasarte por aquí sin que sea necesario el tener que llamarte.

Sooyoung rio ante el cortante comentario de la mujer.

—Lo siento, chicas. He estado muy ocupada cuidando de Sungkyu. La próxima vez, vendré aquí antes que a ningún sitio.

Las tres se despidieron cariñosamente, quedando en que la menor las informaría de todo lo que descubriera sobre Sungkyu y los dos chicos que le rondaban.

 

 

 

Sooyoung volvió sobre sus pasos hasta la parada de bus, justo en el momento en que el vehículo se alejaba. Ni siquiera se le pasó por la cabeza el echar a correr tras él y simplemente se dejó caer en el asiento de la marquesina, sintiéndose llena después de haberse comido la mitad de la tarta que ella misma había comprado.

Poco después, por fin pudo ponerse rumbo a la calle en la que Sungkyu le había indicado que estaba el bar en el que se ganaba la vida su novio.

Tardó apenas unos minutos en llegar por fin al local correcto y enseguida encontró al chico que buscaba con la mirada. Estaba apoyado en la barra y parecía algo aburrido, mirando a la nada. Sooyoung se dio cuenta de que era lógico de que un bar a esas horas de la tarde estuviera casi vacío y se preguntó qué haría entonces. ¿Había ido a espiar al chico o a hablar con él? Tal vez debiera quedarse un rato fuera y esperar a ver si pasaba algo, pero sería raro estar ahí, delante de la cafetería, quieta, observando su interior sin entrar. Además, aunque ella supiera como era Jonghyun, seguramente él nunca hubiera visto ninguna foto suya, así que podría acceder al establecimiento y sentarse en una mesa sin necesidad de levantar sospechas.

Y eso fue lo que hizo. Entró, con seguridad y tomó asiento en el medio de la barra, casi enfrente de Jonghyun, colocando su bolso sobre esta. Esperó hasta que el chico se le acercó dando un par de pasos y con una encantadora sonrisa que mostraba sus dos hileras de dientes blancos y perfectos, habló.

— ¿Qué es lo que la señorita va a tomar?

Sooyoung habría mentido si hubiera dicho que Jonghyun no le parecía increíblemente guapo, sobre todo ahora que lo tenía a menos de un metro de distancia y agradeció mentalmente a Sungkyu el ser tan mal amigo como para no mostrarle a su novio como era ella.

Decidió seguirle el rollo y bajó la mirada coqueta, antes de alzarla de nuevo, agitando sus largas pestañas mientras le contestaba con una tímida sonrisa.

—Querría un capuchino, por favor.

—Marchando —contestó él, antes de dar media vuelta y ponerse a prepararlo. Sooyoung sacó el móvil para entretenerse, tras darse cuenta de que se había pasado un buen rato observando el perfecto cuerpo del chico.

—Aquí tienes, preciosa —dijo tras unos minutos, posando una taza y un plato con un pequeño pastel, sorprendiendo a la chica que dejó el móvil a un lado.

— ¿Y esto? —inquirió señalando el pastelito.

—Invita la casa —contestó guiñándole un ojo a la extrañada chica.

Sooyoung solo sonrió, susurrando un suave ‘gracias’ mientras su cabeza comenzaba a funcionar a toda velocidad. ¿Estaba el novio de su mejor amigo ligando con ella o eran imaginaciones suyas?

Le dio un corto sorbo a su café, aún concentrada en lo que acababa de ocurrir cuando notó como la voz del otro volvía a dirigirse a ella.

—Nunca te había visto por aquí. ¿Eres nueva en la zona?

Sooyoung asintió; quería comprobar hasta donde era capaz de llegar el chico.

—Llevo menos de un mes en Seúl —respondió ella—. Estoy quedándome en casa de un amigo, pero no tiene tiempo para enseñarme la ciudad —siguió, con un pequeño puchero, su mirada clavada en la barra. Tal vez le estaba dando demasiado información, sin embargo y para su asombro, al mirar de nuevo a Jonghyun, una gran sonrisa comprensiva adornaba su rostro, demostrándole una vez más que a su amigo le gustaban los chicos lentos y de pocas luces.

—Yo puedo llevarte a los sitios más turísticos. Mi casa, por ejemplo.

—Vas un poco rápido, ¿no crees? Ni siquiera conozco tu nombre —contestó Sooyoung, aguantando las ganas de echarse a reír. ¿Ese chico iba en serio? Aun así, estaba algo apenada porque sabía que tendría que contarle todo eso a su amigo en cuanto saliera de allí, y estaba segura de que no le iba a sentar demasiado bien.

—Me llamo Jonghyun, ¿y tú?

—Sunhee —contestó lo más rápido posible, para no hacerle sospechar.

Tras eso, Jonghyun le apuntó su número en el móvil y se lo devolvió, rozando sus dedos al dejarlo caer en su mano. Sooyoung, sonriendo exteriormente, no podía dejar de preguntarse por qué el chico se comportaba de esa forma. ¿Acaso no era feliz con Sungkyu? ¿qué sentido tenía estar con su amigo y luego ligarse a la primera chica que atravesara la puerta de su trabajo. No obstante, enseguida sus preguntas fueron respondidas en cuanto las dos chicas que cruzaban la entrada entre risas comenzaron a hablar.

— ¡Hyunnie! —Exclamó una de ellas, mientras ambas se sentaban a la barra—. ¿Me echabas de menos?

Sooyoung observó interesada como el chico se desplazaba hasta donde ellas estaban y les sonreía, exactamente como le había sonreído a ella.

—Mucho —declaró Jonghyun, con voz algo baja, claramente intentando que Sooyoung no escuchara su respuesta sin conseguirlo.

—No me puedo creer que hayamos estado casi una semana sin vernos. La última vez fue el viernes, cuando fuimos al cine, ¿recuerdas?

Sooyoung dedujo por la expresión de Jonghyun que este estaba deseando cerrarle la boca a la chica que no paraba de hablar a gritos. Sin embargo, él solo asintió.

Por fin Sooyoung entendió lo que estaba ocurriendo: Jonghyun ligaba con todas y cada una de las chicas que pasaban por el bar, seguramente para engancharlas como clientas, aunque algo le decía que había algo más.

Repentinamente un hombre de gesto autoritario salió de un cuarto al otro lado de la barra con pinta de ser el jefe. Ella pudo ver como Jonghyun lo miraba de reojo antes de extender una mano y colocar un mechón de pelo de la chica gritona tras su oreja.

Sooyoung decidió que ya había visto suficiente y llamó al chico para poder pagar su café e irse.

—Espero volver a verte pronto —dijo Jonghyun, mientras esta se levantaba de su taburete, controlándose para no poner los ojos en blanco.

—Me verás más pronto de lo que crees —le aseguró ella, alejándose y sacando el teléfono para llamar a su amigo nada más salir a la calle.

 

 

 

Pocos minutos después había llegado ya al piso de Sungkyu, dejándose caer cansada en el sofá. Se había pasado todo el camino a casa decidiendo como podría relatarle lo ocurrido al mayor de forma que el otro no sufriera, pero había llegado a la conclusión de que eso era imposible.

Aunque esa mañana se hubiera levantado con la firme determinación de descubrir lo que el novio de su amigo ocultaba, había empezado a arrepentirse. Confiaba en que a Sungkyu no le hubiera dado tiempo de encapricharse demasiado de Jonghyun para que así, la ruptura no fuera tan dura, porque Sooyoung estaba segura que tan pronto como le contase a Sungkyu su hallazgo, la relación estaría más que acabada.

— ¿Qué es lo que ha pasado? —preguntó una voz, paralizando a Sooyoung, que no se había enterado de que Sungkyu acababa de llegar.

— ¡Sungkyu, ya estás aquí! —lo saludó son una sonrisa, yendo a recibirlo a la puerta—. ¿Qué tal tu día en casa de Woohyun? ¿No se te ha echado encima?

Sungkyu no pudo evitar sonrojarse.

— ¡No! Y, por cierto, que sepas que he ganado la apuesta. Me ha dicho que le gusta Chorong, estabas equivocada.

—Vale, vale, como digas —contestó, dejándole tener la razón, aun sabiendo que Woohyun, claramente, le había mentido.

—Pero ese no es el tema. ¿Qué pasa con Jonghyun?

Sooyoung apoyó una mano en su espalda, llevándolo con ella hasta el sofá.

—Pues… No es tan guapo como en las fotos, la verdad es que decepciona un poco. No sé ni por qué estás con él. Deberías dejarlo.

—Choi Sooyoung —dijo con tono autoritario—, respóndeme. —demandó.

—De acuerdo —se rindió ella, bajando la cabeza, no queriendo mirar la expresión de Sungkyu—. Tu novio ha intentado ligar conmigo.

En un primer momento, Sungkyu se quedó sin habla, intentando asimilar las palabras de su amiga.

— ¿Me estás vacilando?

Sooyoung levantó la vista.

—Ojalá, pero no. Estoy totalmente en serio. He ido al bar en el que trabaja y sin conocerme se ha puesto a hablar conmigo. Incluso me ha dado su número. Además, lo escuché hablando con otras chicas y al parecer ha quedado con ellas antes y se hablaban como si estuvieran saliendo. Creo que solo es para conseguir clientas, pero, aun así, tenía que contártelo.

De nuevo, Sungkyu se quedó callado, asustando a Sooyoung al no emitir palabra.

En cuestión de segundos, el mayor se puso en pie, claramente furioso.

—Así que, no tiene tiempo para mí, pero sí para quedar con cualquier zorra que se le pase por delante, ¿no?

 —Eh, que ha intentado quedar conmigo.

—Lo siento, Soo. Pero es que no me lo puedo creer. ¿Estás segura de lo que dices? ¿Cómo ha podido hacerme esto? Me ha engañado, se ha reído de mí a mis espaldas. He querido quedar con él casi cada día, pero siempre estaba muy ocupado. ¿Y ahora me viene con estas? Sabía que esto no iba bien, me he querido engañar a mí mismo, pero siempre he sabido, muy en mi interior que esta relación no tenía futuro. No habiendo empezado por el simple hecho de que Woohyun me hubiera rechazado. Porque es la verdad. Si Woohyun me hubiera aceptado, nunca hubiera mirado a Jonghyun. Y ahora me vienes con que le gusto a Woohyun y que es Jonghyun es el que me rechaza, aunque sea de una forma distinta. Prefiere fingir que le gustan las chicas por cualquiera gilipollez antes de pasar el tiempo con su novio. Esto es surrealista.

Sooyoung escuchó atenta el discurso de su amigo, sintiéndose mal por ser la culpable de que Sungkyu estuviera así. Nunca se hubiera imaginado que reaccionaría así. Parecía más cabreado consigo mismo que con ninguna otra persona. Ella había creído que se echaría a llorar o algo parecido, pero claramente se había olvidado de que se trataba de Kim Sungkyu y casi nada podía hacerle llorar.

Sungkyu suspiró, más relajado después de haber dicho todo lo que quería decir.

—Yo lo siento, Sungkyu. Tal vez no tendría que haber ido a espiar a tu novio. Perdona.

—Tranquila, es mejor así. Mañana hablaré con él y le dejaré las cosas claras.

Sooyoung asintió, de acuerdo con su amigo. Cuando estaba a punto de comentarle que iría con él mañana a encontrarse con Jonghyun, se dio cuenta de que Sungkyu ya se había metido en su cuarto, abandonándola en el salón sin avisar siquiera. Lo que ella no sabía era que algo más había cabreado a su amigo.

Sungkyu se tiró sobre su cama, agotado. Le había desvelado casi todo a su amiga, pero no había sido capaz de contarle lo más importante. Parte de su enfado, por tonto que pareciese, había sido provocada porque había sentido que la noticia no le había molestado lo suficiente. Claramente, le había dolido el descubrir ese secreto sobre su novio, pero no tanto como había esperado.

Había visto a sus dos mejores amigos discutir miles de veces desde que habían empezado a salir y había tenido que consolarlos a los dos, viéndolos sufrir, más por el otro que por ellos mismos. Sungkyu, que siempre había querido tener una relación como la suya, ahora por fin, se daba cuenta de que no lo había conseguido.

Lo suyo con Jonghyun no era amor y nunca lo sería. Había muchísimas razones por las que tendría que haberse dado cuenta antes de que su noviazgo no iba a ningún sitio. No podía estar con alguien que se avergonzaba de estar con un chico. Sungkyu no quería admitirlo, pero necesitaba a alguien que lo mimara y que lo tratara como si no hubiera nadie más importante para él en el mundo. Quería sentirse especial a cada minuto con esa persona y Jonghyun no lo conseguía. Quería que lo tocaran y Jonghyun apenas lo hacía.

Acabó por dormirse minutos después, su fatigada mente arrastrándolo con ella hacia un sueño profundo. Lo último que pudo pensar fue en que, de nuevo, todo había cambiado. Y, aunque no quisiera admitirlo por no sentirse mal, sentía que había cambiado para bien.

Notas finales:

Dejad vuestros comentarios, nos encanta saber vuestras opiniones sobre cada actualización.

Nos vemos el próximo viernes con un mejor y nuevo capítulo.

¡Saludos! -X


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).