Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boy Online por DoritoCoupleProductions

[Reviews - 160]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Muy buenas a todos! Aquí llegamos con el capítulo 33. Dedicado especialmente a nuestra lectora Fuyuko, que se tomó la molestia de dejarnos un comentario y nos animó mucho para seguir escribiendo ♥ ¡Esperamos que os guste! — A.

Dos días antes del viernes y los chicos habían conseguido terminar de organizarlo todo para el fin de semana después de pasar varias tardes moviéndose de tienda en tienda para que no se les olvidase nada. Todos excepto Sungkyu estaban realmente cansados, pero este agradecía el estar tan ocupado ya que le ayudaba a olvidar a su exnovio. Contrariamente a lo que el mayor habría deseado, parecía que justamente ahora que había cortado con Jonghyun, lo veía más que nunca.

Se cruzaba con él una y otra vez y podía notar que este lo observaba en la lejanía, sin atreverse a acercarse a él. A veces, Sungkyu deseaba que Jonghyun sacara fuerzas de algún sitio y se decidiera a acercarse a hablar con él, a intentar arreglar las cosas, pero este no hacía nada. Luego se lo pensaba bien y se daba cuenta de que era mejor así, no quería estancarse en esa relación, pues ahora miraba atrás y se percataba de que, aunque llevaban poco más de un mes, parecían estar ya casados.

No habían pasado por esa fase de la que Sungkyu siempre había oído hablar en la que todo eran besos y arrumacos; habían avanzado directamente hasta llegar a ese período dentro de una relación en el que uno se acostumbra a la rutina sin apenas advertirlo, y el pelirrojo no podía permitir eso.

Por otra parte, estaba Woohyun. El mayor ya no era capaz de engañarse a sí mismo. Podía sentirlo, no se había olvidado del otro y eso lo confundía. ¿Qué haría? ¿Debía alejarse de él? Imposible, se habían hecho muy buenos amigos, casi inseparables. De una forma u otra lo necesitaba en su vida. Tal vez seguía pensando en él de esa forma porque no había encontrado a esa persona que le haría dejarlo todo de lado. Quizás tendría que intentar esconder esos sentimientos hasta que su príncipe azul apareciese y no tuviera la tentación de mirar a otro, y precisamente, esos últimos días lo había logrado, pues al estar atareado, había conseguido dejarlo todo a un lado. En un impulso, incluso había acabado por invitar a Chorong al cumpleaños de Dongwoo para así entretener a Woohyun durante el fin de semana, podría darse el caso de que entre ellos pasara algo y eso ayudaría al mayor a empezar a buscar a otros chicos. O en eso confiaba.

‘Maldita Sooyoung, todo esto es por su culpa. Hace dos semanas yo era feliz con mi guapo novio, mi pequeño grupo de amigos y mi maravillosa familia. Pero no, ella no podía dejarme vivir satisfecho en la ignorancia, tenía que venir y hacerme ver las cosas como de verdad son’ se dijo, mirándola mientras esta le contaba emocionada una interesante historia a la que Sungkyu había dejado de prestar atención hacía ya un buen rato. El mayor solo asentía y sonreía de vez en cuando para hacerle creer a su amiga que la estaba escuchando cuando en realidad llevaba inmerso en sus pensamientos todo ese tiempo.

‘En realidad no te odio Sooyoung. Solo que ya no sé qué voy a hacer. Además, me llegué a creer tu broma. Ya sabes, lo de que le gusto a Woohyun y ahora, mírame. Otra vez como cuando le conocí. ¿Por qué me pasan a mí estas cosas? ¿Acaso la suerte no está nunca de mi parte? ¿Tal vez Dios me odia?, ¿o el karma? No lo sé’.

Sungkyu siguió conversando consigo mismo, buscando una solución a sus problemas, pero esta vez no veía la luz al final del túnel.

— ¿Sungkyu? ¿Hola? Sé cuándo me estás ignorando, te conozco como si te hubiera parido.

El pelirrojo solo sonrió y asintió, sin caer en la cuenta de que la chica lo había pillado.

—Kim Sungkyu, sé cuando estás fingiendo. Recuerda que saliste conmigo.

Sungkyu por fin notó el cambio en el tono de Sooyoung y reaccionó en cuanto un cojín del sofá golpeó su rostro.

— ¡Eh, sin abusar! —se quejó, mirando dolido a la otra.

—Te lo mereces, has estado haciendo como que estabas atento a lo que decía, pero era mentira.

Sungkyu agachó la cabeza, avergonzado.

—Lo siento, tengo muchas cosas en la cabeza.

—Cuéntale a mami Sooyoung esos malos pensamientos que te impiden concentrarte durante cinco minutos en lo que tu mejor amiga necesita decirte.

Sungkyu suspiró, pero terminó por tomar aire para empezar a hablar.

—Sooyoung, me gusta Woohyun.

La chica se quedó boquiabierta. Esos chicos acabarían por volverla loca. Ahí estaban, los dos mareándose el uno al otro pudiendo estar felizmente juntos y todo por culpa de la cobardía de Woohyun. Pero Sooyoung no iba a interferir o eso se había dicho tras su encuentro con el menor.

Sin embargo, su determinación a mantenerse al margen no duró demasiado. Había acabado por llenarle a Sungkyu la cabeza de ideas para que invitara a Chorong. Podía parecer que eso solo empeoraría las cosas, pero ella confiaba en que entre las dos, pudieran hacer ver a esos chicos que tendrían que estar juntos, ya que ellos no serían capaces de hacerlo por sí solos. Además, Woohyun no podría actuar durante los tres días y fingir que le gustaba esa chica, se le notaba a la legua lo que de verdad estaba pensando en cada expresión que ponía.

Quería hacerle confesar, quería presionarlo hasta que no pudiera ocultar más la verdad y entonces tuviera que revelar sus verdaderos sentimientos. Así Sooyoung podría, finalmente, ver a Sungkyu feliz y, aún más importante, con la cara roja tras las tortas que le daría por ganar la apuesta.

—Cuéntame algo que no sepa —contestó al fin, rodando los ojos.

— ¡Sooyoung! —gimoteó el mayor, convirtiéndose en un niño pequeño y tironeando del extremo de una de las mangas de su amiga.

— ¿Qué quieres que haga? ¿No dices que a él le gusta esa tal Chorong? Pues ya está, te quedas solo y tan feliz. Bueno, solo no, me tienes a mí —contestó, sonriendo ampliamente después de hablar.

—Tú no me sirves. Me gustan los chicos.

—Para. Estoy teniendo un dejavu. ¿No lo que me dijiste cuando me dejaste? No lo vuelvas a hacer, Sungkyu. Te prometo que puedo mejor —Sooyoung simuló sollozos mientras apretaba las manos del chico entre las suyas.

—No seas tonta —dijo Sungkyu, levantándose del sofá y soltando el agarre de la chica, mirándola con cara de pocos amigos para demostrarle que su broma no tenía gracia.

—Sungkyu, es mejor que te olvides de él. Seguramente se líe con esa chica este fin de semana justo delante de tus narices y vas a tener que verlo. Tal vez llores, pero eso te hará más fuerte.

Sooyoung se aguantaba la risa a medida que hablaba. Sabía que estaba haciendo sufrir a su amigo, pero se lo merecía por haber sido tan cabezón y no haber creído en ella cuando le había dicho que conocía los sentimientos de Woohyun hacia él.

Sungkyu se mordió el labio escuchando las palabras de la chica, aunque hubiera preferido no haber atendido. No le gustaba esa situación que Sooyoung le describía, de hecho, la odiaba. ¿Cómo podía estar diciéndole eso? Era en ocasiones como esta en las que Sungkyu se daba cuenta de lo fácil que le era apartar a Jonghyun a un lado cada vez que Woohyun asomaba.

—Sooyoung, ¿qué tal si le digo a la zorra esa que no venga? Quizás Woohyun no pueda ser mío, pero tampoco será de nadie más.

— ¿Tú te estás escuchando? —Sooyoung estaba impresionada por las ideas que asaltaban la cabeza de su amigo, aunque habría mentido si hubiera dicho que no le divertía la macabra mente de Sungkyu.

El pelirrojo volvió a suspirar y se dejó caer en el asiento, junto a Sooyoung, apoyando la cabeza en el hombro de esta y dejándose abrazar, cerrando los ojos.

—No sé qué me pasa, Soo. Tal vez esté enfermo —opinó, llevándose una mano a la frente.

—No culpes a un resfriado de las tonterías que llevas haciendo toda la vida.

Sungkyu se acurrucó, dejándose llevar por las caricias de Sooyoung en su cabeza y su brazo. Realmente la chica sabía que su amigo lo estaba pasando mal. En pocos días había pasado de tenerlo todo más que claro a no entender nada y ella sabía lo duro que podía ser. Solo esperaba alcanzar su objetivo en la casa de la playa para poder solucionar esa situación que parecía estar volviendo loco a su amigo.

 

Un día antes del tan esperado fin de semana y repentinamente se dieron cuenta de que lo habían planeado todo excepto cómo se desplazarían. De nuevo optaron por quedar todos en casa de Woohyun para discutir sobre la mejor forma de llegar hasta su casa, aunque esa vez Howon fue sustituido por Sooyoung, pues ya le había prometido a su novio pasar la tarde con él después de haberle abandonado durante unos cuantos días. La chica enseguida se enfrascó en una animada conversación con Seulgi, y ambas tomaron confianza, abandonando a los chicos para irse a la cocina a charlar sobre sus cosas.

Woohyun sabía de sobra que acabarían hablando sobre él y Sungkyu, pero poco le importaba cuando tenía al objeto de sus pensamientos justo frente a él.

Sungkyu estaba raro. Apenas habían intercambiado palabra desde que había roto con su novio y Woohyun no estaba seguro de si eso era bueno o malo. Seguía pensando en la conversación que había mantenido con Sooyoung a lo que se había sumado todo lo que había discutido con su madre después de revelarle que le gustaba el mayor.

No quería volver a perderlo, pero, ¿y si ya lo había hecho la primera vez que había rehusado su confesión?

Woohyun no solo tenía miedo, sino que, además, también estaba confundido. Era la primera vez que se sentía así y temía no hacerlo bien. Había pasado por muchas situaciones difíciles a lo largo de su corta vida, pero, estaba seguro de que en ningún momento se había jugado tanto como ahora. Empezaba a creerse eso de que el amor cambia a las personas; lo estaba viviendo en carne propia.

—Bueno, chicos. Somos ocho, por lo que solo necesitamos dos coches. Supongo que yo llevaré el mío y… Woohyun, ¿puedes llevar tú el de tu madre? —habló Sungyeol, captando la atención de todos.

— ¡Mamá! —llamó de inmediato Woohyun, reaccionando al ver que su amigo se dirigía a él.

—Dime, Azucarito —dijo Seulgi, apareciendo en la sala, acompañada por Sooyoung.

— ¿Me dejas el coche para llevármelo a la playa?

—Claro.

—Genial. Puedo —contestó al más alto, sonriente.

—Bien. ¿Quiénes irán mañana con Woohyun y quienes el sábado conmigo?

Woohyun dirigió su mirada hacia Sungkyu, observándolo expectante, aunque este no lo estaba ni mirando.

—Chorong tendría que ir contigo —declaró Sungkyu, clavando su vista por fin en el otro. Woohyun reprimió las ganas de gruñir y simplemente asintió. No era que no quisiera llevar a Chorong consigo, porque la chica le caía genial; simplemente le cabreaba la forma en la que Sungkyu parecía estar deseando que se juntaran.

—Sungkyu y yo también iremos contigo. Así Yeol podrá llevar a Myungsoo y a la pareja. Todo encaja —Sooyoung no pudo evitar por meterse en medio, queriendo ayudar al tonto del enamorado de su amigo. Tras conocer a su maravillosa todavía le habían entrado más ganas de verlos juntos, por lo que iba a aprovechar cada ocasión que tuviera para obligarles a pasar el tiempo el uno con el otro.

Los chicos asintieron, estando de acuerdo con el plan de Sooyoung y entonces, Sungyeol tomó asiento junto a Woohyun para que le indicara el camino hasta la casa, impidiéndole a este el seguir con su rutina de mirar a Sungkyu hasta desgastarlo. Seulgi, que ya sabía la terrible mentira que su hijo se había inventado para alejar a Sungkyu de descubrir la verdad sobre sus emociones, le guiñó un ojo a Sooyoung, agradeciéndole el estar ayudando a Woohyun.

Después de hablar con ella, había descubierto que, al parecer, no era la única que quería ver a esos dos juntos, y se alegró mucho de saber que las madres de Sungkyu veían con buenos ojos a su hijito.

Sungkyu le echó una mirada de reojo a su amiga, pidiéndole explicaciones con la mirada. Sus ojos eran tan expresivos que Sooyoung casi podía escuchar en su cabeza la voz del mayor reprochándole el haberlos unido a Woohyun y Chorong.

El mayor decidió excusarse declarando lo cansado que estaba y arrastró a su amiga fuera de la casa, no sin antes despedirse ambos educadamente de Seulgi, que ante la extrañeza de Sungkyu, parecía incluso más feliz y exaltada que nunca.

—Me cae bien tu suegra —comentó Sooyoung, nada más salir por la puerta.

—Calla. ¿Por qué has hecho eso? Ahora tendré que ver como esos dos pasan el tiempo juntos. Ya me había costado invitarla y vas tú y me obligas a estar presente mientras se enamoran —habló rápido, con el rostro afligido.

—Siempre había oído que el amor cambia y aturde a las personas, pero no sabía que podías convertirte en esto.

— ¿Cómo que en esto? ¿El amor? Por favor, yo no estoy enamorado.

—Sungkyu, pensé que eras más inteligente.

El mayor miró con odio a la chica, asustándola lo suficiente como para hacerle dar un salto atrás, alejándose de él.

—Sooyoung, no me ayudas.

—Lo siento. Lo he hecho para poder controlarlos y que se junten. ¿No es lo que quieres? —mintió, acercándose de nuevo al otro y entrelazando sus brazos.

—Sí. O no. No lo sé. ¿Qué debería hacer?

—No hay nada que puedas hacer, Sungkyu. A Woohyun le gusta esa chica, ¿no? Como no te conviertas en mujer, no se me ocurre nada más.

—Me están empezando a entrar ganas de darte esas bofetadas ya —medio bromeó, o eso esperaba Sooyoung.

—Eh. Dijimos que nada hasta el último día antes de irme.

—Vale, vale —Sungkyu suspiró—. Realmente esta es la primera vez en la que me hubiera gustado verte ganar.

Sooyoung se apretó contra el mayor, apoyando la cabeza en su hombro, intentándole transmitir su apoyo. Sabía que sus palabras eran sinceras y eso le impresiona. Tendría que estar muy pillado por Woohyun para preferir perder y ser golpeado, lo cual conseguía impresionar a Sooyoung.

Querría haberle dicho en ese momento que, en realidad, ella había ganado, que el menor estaba colado por él y que fuera a dejarle claro que él sentía lo mismo, sin embargo, sabía que Sungkyu seguiría sin creerle, mucho menos después de que Woohyun le hubiera asegurado que a él le atraía esa chica. Lo único que podía hacer esa esperar a que el tonto con cara de cachorrito diera el primer paso y ansiaba que lo hiciera antes de que Sungkyu acabara por perder del todo la cabeza.

 

Estaba en un pequeño pero acogedor restaurante que la hacía sentir como en casa. Una mesa llena de comida frente a ella había captado su completa atención. Sus ojos brillaban y empezaron a humedecerse de la emoción. Acercó el plato más cercano y se relamió los labios mientras se preparaba para comenzar a deleitarse justo cuando una extraña fuerza tiró de ella, arrastrándola lejos de su adorado alimento.

— ¡No! ¡Suéltame! —Sooyoung comenzó a removerse mientras gritaba, sacudiendo brazos y piernas hasta que notó que golpeaba algo blando con la mano abierta.

— ¡Eh! —un quejido le hizo abrir los ojos, los cuales no sabía que estaban cerrados hasta que se dio cuenta de que todo había un sueño y se encontró con un Sungkyu que se frotaba una mejilla con gesto adolorido.

— ¿Qué ha pasado? —preguntó Sooyoung, confusa y adormilada.

— ¡Acabas de pegarme! —exclamó el mayor, antes de dar media vuelta, exasperado.

— ¿Qué hora es?

—Probablemente, demasiado temprano para ti.

Sooyoung gruñó incorporándose sobre la cama.

— ¿Por qué me despiertas? — cuestionó Sooyoung, con cara de pocos amigos.

—Quería escuchar tu preciosa voz antes de irme a clase.

—Ja,ja, qué gracioso.

—Tienes tareas que hacer. Eres la única que no tiene clase y todo debe estar preparado para poder irnos en cuanto salgamos de la universidad —informó, eficientemente.

—No me puedo creer lo organizado que eres para unas cosas y lo desastre que eres para otras.

Sungkyu le sonrió, terminando de cambiarse mientras Sooyoung abandonaba al fin su preciada cama. Tras asearse un poco volvió al cuarto de su amigo para vestirse y no se sorprendió al ver que Sungkyu llevaba un conjunto distinto al de hacía apenas 10 minutos.

—Kim Sungkyu, vas a la universidad, no a un desfile de moda. ¿Estás tal vez nervioso porque verás a tu enamorado? Vas muy sexy, tranquilo. Como mínimo, le dará un mini ataque al corazón.

—Choi Sooyoung, ¿puedes dejar de vacilarme? Y gracias —dijo serio antes de sonreírse satisfecho a sí mismo en el espejo.

Sooyoung rio viendo la reacción de su amigo. No estaba bromeando al piropear al mayor. Lo veía más guapo. Quizás llevaba demasiado tiempo sin estar con un chico y empezaba a desvariar.

Terminó de arreglarse y repentinamente se percató de la música que se escuchaba en todo el piso y de la que no había sido consciente hasta ese momento. Se dirigió a la cocina donde no pudo sorprenderse más al ver a Howon cantando y bailando mientras cocinaba concentrado.

— ¿Así que Madonna? —preguntó enarcando una ceja.

El chico casi deja caer la sartén al encontrarse a Sooyoung apoyada en el marco de la puerta.

—Casi me matas —dijo, llevándose una mano al pecho, intentando tranquilizar su corazón que latía de forma frenética.

—Exagerado… —comentó, deslizándose hasta el interior del cuarto y empezando a cantar la letra que sonaba de fondo, impresionando al otro.

— ¿Te gusta Madonna?

Sooyoung solo asintió, cogiendo una de las tortitas del montón y dándole un mordisco.

—Querido Howon, en realidad somos el uno para el otro.

—Ya. Si no fuera por el hecho de que soy gay, indudablemente me iría contigo —aseguró, con una sonrisa.

—Deja de ligar, Lee Howon, esa chica ya está cogida —ordenó Sungkyu, recargándose sobre la moldura de la ventana que comunicaba la cocina con el salón.

—Eres demasiado posesivo. Ya no hay pasión, no podemos seguir fingiendo que nos queremos.

—A estas horas aun no piensas con claridad, cariño, tú espera—indicó Sungkyu, estirándose para alcanzar una tostada,

—No quiero inmiscuirme en vuestra encantadora pareja —dijo Howon, siguiendo la broma.

—Tranquilo, eso ya lo ha hecho Woohyun —nada más cerrar la boca, Sooyoung se dio cuenta de lo que acababa de hacer. Sungkyu la miraba con los ojos abiertos como platos, o por lo menos, mucho más abiertos que de costumbre. De nuevo, podía escuchar en su mente los gritos que el mayor estaba conteniendo.

—Espera, ¿qué? —Howon dejó de cocinar, clavando la mirada en el chico frente a él—. ¿Te vuelve a gustar Woohyun? O más bien, ¿te sigue gustando Woohyun?

Sungkyu rio nervioso, comenzando a negar con la cabeza.

— ¿Qué? ¡No! ¿Qué? ¡No! —repitió inquieto, girando sobre sus talones para dirigirse al sofá.

—Sungkyu, no intentes mentirme —contestó, siguiendo al mayor al salón mientras Sooyoung se posicionaba enseguida frente a la sartén para terminar de cocinar y poder enterarse bien de la conversación entre sus amigos.

—Hoya, no me gusta.

— ¿Qué tal si me lo dices mirándome a la cara? —preguntó esperando a que el otro se girase.

Sungkyu entrecerró los ojos para clavar su mirada en la de su mejor amigo. Intentó hablar, pero no fue capaz de mentirle cuando estaba poniendo su cara de ‘soy un niño bueno y confiable’.

— ¿Por qué no me lo has dicho?

—Porque acabo de cortar con mi novio y ni yo mismo me creo que esté pensando ya en otro chico.

—Sabes de sobra que llevas pensando en él desde mucho antes de que Jonghyun apareciera.

Sooyoung observaba interesada la extraña seriedad con la que se estaban hablando los dos chicos, pues siempre los había visto bromeando él uno con el otro.

—Bueno, eso da igual. Ya me olvidaré de él. Me olvidé de ti, ¿no? —Sungkyu sonrió con tristeza, no convenciendo del todo a Howon. Pero el mayor no le dio la oportunidad de rechistar y se levantó, cogiendo sus cosas—. Ya hemos perdido mucho tiempo, deberíamos ir bajando, Dongwoo llegará en cualquier momento.

El menor asintió y se acercó a la cocina a coger unas cuantas tortitas para llevárselas y que Sungkyu comiera alguna, ya que este ya había salido por la puerta.

—Es mejor que no digas nada. Confío en que esto se solucione este mismo fin de semana —habló con una sonrisa, intentando tranquilizar a Howon que parecía bastante preocupado.

Este asintió, devolviéndole la sonrisa antes de irse tras su amigo.

 

La mañana pasó lenta y aburrida para Sooyoung. Creía que ya lo tenían todo organizado, pero al parecer, ellos también solo lo creían. A cada rato recibía un mensaje de alguno de los chicos pidiéndole que comprase algo nuevo. Se sentía una recadera y tras un par de horas, ya se había dejado caer en una silla de una cafetería, dejando todas las bolsas que cargaba sobre la mesa.

Se preguntaba qué tal le iría a Sungkyu. Había salido de casa cabizbajo y Sooyoung sabía que, seguramente, se mantendría así durante todas las horas de clase. Había podido ver como se había comportado el día anterior en casa de Woohyun, apenas hablando e ignorando al menor. Estaba intranquila, y presentía que con razón. Y estaba en lo cierto.

 

—Sungkyu, ¿estás bien? —preguntó, sentándose a su lado sobre el césped y llevando una mano a su hombro, apretándolo suavemente.

El mayor giró el rostro, cayendo en la cuenta de que le estaban hablando.

—Estoy bien —contestó rápidamente, intentando centrar su mirada en cualquier otro lugar que no fuera el rostro contrario que se encontraba a pocos centímetros del suyo. Sintió como la mano del otro se deslizaba por su brazo hasta acabar posándose en la hierba.

— ¿Qué haces aquí solo?

—Pensar —contestó con simpleza.

—Increíble.

—Idiota —declaró, una sonrisa iluminando su rostro. Woohyun sonrió también, contemplando con atención las facciones del mayor.

— ¿En qué piensas? —formuló con interés.

—En el cumpleaños de Dongwoo. ¿No estás nervioso? Podrás confesarte.

Woohyun se quedó sin palabras y la sonrisa se esfumó de su semblante. Sabía de sobra que Sungkyu se refería a Chorong, pero un pensamiento muy distinto cruzó por su pensamiento.

—Pues sí. Aunque no estoy seguro de que sea muy conveniente revelarle lo que siento tan pronto.

—Yo creo que cuanto antes, mejor. Sé que no te va a rechazar —le aseguró. ‘¿Quién podría?’ pensó para sí.

Woohyun sonrió, apenado. En realidad, había estado pensando seriamente durante toda esa semana en si debía exteriorizar al fin las emociones que amenazaban con escapar por su boca más veces de las que hubiera querido admitir. No podía definir aún del todo la forma en la que el mayor le hacía sentir. Era capaz de ponerle nervioso a pesar de que se encontraba completamente cómodo en su compañía.

Notaba como todo lo demás que los rodeaba dejaba de tener importancia y que podría estar observándolo durante horas sin cansarse ni querer separar su mirada de Sungkyu ni por un segundo. Pero no solo eso. Aparte de la indiscutible admiración que Woohyun sentía hacia el mayor, algo más se había abierto paso hasta hacerse muy presente en su vida diaria. Y no era nada menos que la necesidad del contacto físico.

Muchas veces había pensado en lo que había ocurrido esa noche en la discoteca en la que había perdido el control, y aunque le avergonzaba, no podía evitar el querer volver a tener a Sungkyu tan cerca como esa vez. No poseía explicación alguna para el cambio que había sufrido en su interior desde que había conocido a sus amigos, pero ya no quería encontrarla, solo quería dejarse llevar.

—Woohyun. Tenemos que volver a clase.

Esa suave voz lo sacó de sus pensamientos. De nuevo se había quedado embobado contemplando a Sungkyu que le devolvía la mirada, extrañado.

—Claro —sonrió, levantándose y extendiéndole una mano al mayor. Sungkyu aceptó la ayuda que el menor le ofrecía y Woohyun tiró de él para incorporarlo, pero tal vez, había tomado demasiado impulso porque Sungkyu había acabado pegado al otro, sus rostros a escasos centímetros.

El pelirrojo quedó paralizado, la boca entreabierta sin emitir palabra. Woohyun observó sus labios unas milésimas de segundo antes de alzar la vista y apartarse del mayor, no queriendo incomodarlo. Le gustaba lo tímido que se había puesto, aunque no le pegaba en absoluto. El menor rio levemente, cabizbajo mientras Sungkyu se giraba, comenzando a caminar. Woohyun hubiera mentido si hubiera dicho que no había notado un escalofrío al notar sus cuerpos tan juntos. Parecía que la suerte empezaba a estar de su lado. Sin embargo, Sungkyu estaba al borde de un ataque.

‘Kim Sungkyu, ¿qué te pasa? ¿Estás tonto?’ se amonestó a sí mismo, controlándose para no darse una bofetada. Podía sentir como su cara se había calentado y colocó ambas manos en sus mejillas, intentando enfriarse, avergonzado. Sabía que Woohyun lo estaba siguiendo e incluso podía sentir como sonreía ampliamente tras él. Había notado como el aliento de su amigo chocaba contra sus labios y por un momento había querido besarlo, pero no podía. Tenía que mantener la calma. Le abochornaba su comportamiento de niña adolescente enamorada, no obstante, era incapaz de impedirlo.

Sin advertirlo, habían llegado a la entrada del edificio y llegaba el momento de separarse.

—Nos vemos luego —se despidió Woohyun, marchándose por el camino contrario al de la clase del mayor.

Sungkyu se dirigió a su aula, ya más tranquilo. Sentía que estaba soñando o que todo era una broma y que pronto volvería a su vida normal, a esa que tenía antes de empezar el curso. Pero en el fondo de su corazón conocía la verdad, esa verdad que no quería creer.

 

—Nos vamos —informó Woohyun, poniéndose el cinturón. Notaba como la emoción comenzaba a hacerse presente en su interior y se sentía como un niño en una tienda de chucherías.

Sungkyu había llegado al coche comprobando con sorpresa que Sooyoung ya estaba allí, tumbada en el asiento trasero, ocupando todo el espacio posible. El mayor le había dirigido una mirada de reproche, pero esta lo había pasado por alto. Acabó por subirse en el asiento del copiloto y apoyó la frente contra la ventanilla.

Repentinamente sintió como la chica se incorporaba y se colocaba en el medio.

—Hay que ir a por Chorong, ¿no?

—Exacto —afirmó Woohyun.

Sungkyu le echó una mirada. Se veía realmente bien al volante y de inmediato se arrepintió de haberlo hecho. Sooyoung seguía atenta los movimientos y reacciones de su amigo y una sonrisa se formó en su rostro.

—Es la última vez que confío en que ‘hacer algunos recados’ es solo eso y no tener que recorrerme todo el centro veinte veces para comprar lo que se os iba ocurriendo. Estoy muerta —comentó, queriendo hacer que el mayor se olvidara por un rato de lo que ocupaba constantemente su cabeza.

—Lo siento, Soo. La próxima vez pensaremos en alguien mejor capacitado —contestó Sungkyu, llevándose un golpe en el hombro como respuesta. Aun así, ambos sonrieron y Woohyun no tardó mucho en unirse.

Poco tardaron en llegar a casa de Chorong, que ya estaba esperando en la puerta de casa. Woohyun notó su mirada clavándose en él. Todavía no le había explicado todo lo que había pasado ya que quería hacerlo persona. Chorong había preferido rechazar la invitación del mayor, pero este no había parado hasta convencerla de ir.

Sooyoung la miró de arriba abajo, analizándola. Parecía buena chica, pero no podía confirmarlo hasta haber hablado con ella. Woohyun le había dicho mientras esperaban en el coche a que Sungkyu llegara que la chica le había ayudado a descubrir sus sentimientos hacia el mayor y a Sooyoung eso le transmitía buenas vibraciones.

El menor bajó del coche y fue a saludarla de forma amigable. Cogió la mochila que cargaba con ambas manos y la llevó hasta el maletero, ajustándola con cuidado entre todas las bolsas que ya ocupaban la mayor parte del espacio disponible. Sooyoung se dio cuenta que Sungkyu no estaba ni mirando y suspiró. Empezaba a ser demasiado obvio, aunque tal vez, eso era bueno.

Chorong se subió al coche y con una sonrisa se presentó a la otra chica, antes de saludar al mayor que le contestó con un suave ‘hola’.

Tras eso se hizo el silencio y los cuatro regresaron a la carretera, comenzando su camino hacia la casa de la playa. Ambas chicas se miraron y comenzaron a comunicarse con la mirada. Woohyun miraba de reojo de vez en cuando a su copiloto, que había cerrado los ojos y tras comprobar con una pequeña sacudida en su hombro que Sungkyu se había dormido, se atrevió a hablar.

—Chicas, voy a confesarme este fin de semana.

Notas finales:

Esto es todo por esta semana. ¡Nos vemos muuuuuy pronto! ;) — A.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).