Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boy Online por DoritoCoupleProductions

[Reviews - 160]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nuevo capítulo. Esperamos que os guste. Este esta centrado en Jonghyun y Sungjong sobre todo, así descubriréis qué maquinan esos dos. ¡Disfrutad! — A

—Llegas tarde —se quejó Sungjong en cuanto Jonghyun llamó a su timbre. Se levantó tras un minuto de espera, que sabía que le cabrearía, a abrir la puerta.

— ¿¡Que yo llego tarde!? Tú mismo me pediste que tardase media hora más o no te daría tiempo a ducharte —exclamó, mientras Sungjong le daba la espalda y se volvía a introducir en su casa, siendo seguido de cerca por el mayor.

—Pero no deberías hacerme caso, soy un adolescente que vive confundido. Estás penalizado. Me invitarás a la cena de hoy.

—Eso no tiene sentido y además no entraba dentro del trato —se quejó Jonghyun, viendo como Sungjong iba recolectando sus cosas por el salón de su casa.

—Tampoco los retrasos —contestó el menor, con tranquilidad, poniéndose la chaqueta.

—Jongie, cariño, ¿quién acaba de llegar? —preguntó la voz de una mujer desde el piso de arriba.

—Es Jonghyun, mamá —contestó, cogiendo sus llaves. No hacían falta más explicaciones. A pesar de los exámenes, ambos chicos habían logrado robar un poco de tiempo para planear su estrategia y a petición del menor, las reuniones siempre habían tenido lugar en su casa, por lo que sus padres ya conocían a su nuevo amigo. O por lo menos eso se imaginaban ellos que eran, y tal vez, estuvieran en lo cierto.

— ¡Jonghyun! —Exclamó su madre, bajando con rapidez las escaleras—. ¿Por qué no me habías dicho que venía? Habría preparado un pastel —riñó la alta mujer a su hijo, provocando que este rodara los ojos con desdén.

—No te lo había dicho porque nos vamos ya —contestó, cogiendo al mayor por un brazo y tirando de él de vuelta hacia la puerta.

—Ha sido un placer verla, Sra. Lee. Felices fiestas —se despidió con una amplia sonrisa, justo antes de que Sungjong cerrara la puerta tras él.

—Vaya, al parecer sigues sin poder controlarte cuando ves a una mujer —comentó Sungjong—. Vaya, no sabía que tenías coche.

—No lo tengo, he tenido que suplirle a mi madre para que me lo prestara —informó, mientras ambos se subían al coche.

—Y yo que creía que tu padre era el duro.

Jonghyun se encogió de hombros. Ya estaba demasiado acostumbrado a las exigencias de sus padres como para que estas le molestasen.

Decidió arrancar y ponerse en camino. No estaban demasiado lejos del piso de Sungkyu, pero prefería tener que esperar una hora en el coche a llegar tarde. Esperaba que hubieran quedado allí y no en casa de Woohyun porque si no, estarían aguardando para nada; sin embargo, algo le decía que su corazonada era cierta.

— ¿A qué te referías con lo de que no puedo controlarme cuando veo a una mujer? —preguntó repentinamente, sacando al menor de sus pensamientos, los cuales seguían centrados en Myungsoo y esa misteriosa persona a la que quería y echaba de menos.

—Bueno, me habías contado que siempre ligas con las chicas que se pasan por tu bar. Por eso te dejó Sungkyu, ¿no? La verdad es que no me extraña, no he oído cosa más tonta en mi vida.

—Llevaba fingiendo demasiado tiempo frente a mi padre. No podía simplemente dejar de hacerlo o sospecharía.

—Podrías haberle dicho que tenías novia.

—Y eso he hecho hace un par de días.

—Un poco tarde, ¿no crees? —Sentenció Sungjong—. Algún día tendrás que decirles la verdad a tus padres. Tanto si recuperas a Sungkyu, como si no.

—Algún día —contestó, llegando a su destino y aparcando al final de la calle, desde donde podía ver el portal del mayor sin ser visto.

— ¿Tendremos que quedarnos aquí mucho tiempo?

—Hasta que llegue Woohyun —contestó Jonghyun, con la mirada clavada en el edificio de su ex novio.

Sungjong bufó.

— ¿Y va a tardar mucho?

— ¿Cómo quieres que yo lo sepa? Tú estate callado y vigila —dijo con dureza.

—Pero tengo hambre —se quejó, su tono de voz cambiando a la de un niño pequeño que no ha comido en días.

—Tal vez si te hubieras preocupado por comer y no por lanzar pizza, estarías lleno.

—Tal vez si fueras un poco más listo seguirías con Sungkyu.

—Tal vez si no te comportases como un bebé Myungsoo habría vuelto contigo —declaró, sumiendo al interior del coche en el más absoluto silencio. Sungjong se había llevado una mano al pecho y observaba dolido a Jonghyun, el cual seguía con el rostro girado al frente.

—No me puedo creer lo que me has dicho —dijo Sungjong, cabreándose al ver que Jonghyun no le prestaba la mínima atención.

—Vale, venga, lo siento, me he pasado. ¿Quieres comer?

Sungjong asintió, cambiando su expresión afligida por una alegre sonrisa que iluminaba por completo su rostro.

Jonghyun suspiró y se giró hacia el asiento trasero, sacando una bolsa de bollos, pues sabía lo infantil que Sungjong podía llegar a ser y quería estar preparado.

— ¡Son mis favoritos! ¿Cómo lo sabías? —inquirió, llevándose uno a la boca.

—Tu casa está llena de ellos, no hace falta ser demasiado listo para darse cuenta —respondió, volviendo a su tarea.

—Pues menos mal; sino, tú nunca lo habrías hecho.

Jonghyun hizo ademán de quitarle la bolsa pero el menor rápidamente la apartó de su alcance.

—Perdón —se disculpó, no queriendo perder su amada comida.

—No sé por qué te soporto —dijo, dejando ir al menor y a sus bollos.

—Porque me necesitas —contestó, sin dejar de comer.

—No tanto como te crees.

—Lo suficiente como para aguantarme —señaló Sungjong y Jonghyun no pudo menos que darle la razón.

—Ahí le has dado. Ahora, vigila —admitió Jonghyun, queriendo rematar con la conversación.

—Pero tengo sed —se excusó el menor.

Jonghyun creyó que podría abrir la puerta y tirarlo del coche de una patada. A veces se preguntaba si Sungjong realmente hacía todo eso a propósito. Otras veces, como esa, lo sabía.

Pero no le seguiría el juego, no de nuevo, por lo que, de nuevo dirigió su brazo al asiento de atrás y sacó una botella de batido de chocolate. Sungjong la tomó entre sus manos y miró al mayor enarcando una ceja.

—Tu casa también estaba llena de eso —explicó y el copiloto aceptó su acalaración, bebiéndose media botella de un solo trago.

— ¿Ese no es Woohyun? —inquirió, tras tragar y señalando al exterior.

Jonghyun siguió la dirección de su dedo, pues se había quedado mirando como el menor bebía, sin saber muy bien la razón, y no había prestado atención a la calle.

—Sí, es él. ¿Viene andando? Qué raro. Tendremos que dejar el coche aquí y seguirlos a pie.

— ¿En serio? Y yo que me he traído mis botas nuevas. Podías haberme avisado. Otra penalización. Quiero un regalo de Navidad. Bien grande.

— ¿Me vacilas? Yo no podía saber que irían andando. Sungkyu es más vago que un perezoso, pensé que irían en coche. Y no pienso comprarte nada más. Vas a hacer que me gaste mi sueldo.

—Exagerado.

— ¡Ahí está Sungkyu!

—Yo que tú, cerraría los ojos.

— ¿Por qué? —Pero ya era tarde, Sungkyu y Woohyun se acababan de besar.

—Son novios. Así se saludan los novios.

—Yo no lo saludaba así —reconoció Jonghyun, apartando la vista.

—Quizás por eso ya no sois novios —indicó Sungjong, sin maldad.

—Ya no sé si eres mi aliado o mi enemigo.

—Qué dramático te pones a veces —exclamó Sungjong, sacando otro bollo.

— ¡Venga, que se van! —gritó Jonghyun, saliendo repentinamente del coche e instando al menor a acompañarlo.

Sungjong metió toda la comida en la bolsa y corrió tras su compañero, con la boca todavía llena.

—Ya voy, ya voy.

Comenzaron a seguirlos a una distancia prudencial, lo bastante lejos como para que Woohyun y Sungkyu no se percataran de que los seguían y lo bastante cerca como para no perderlos.

—Dime, ¿para qué los seguimos? En realidad, no hay nada que podemos hacer —dijo Sungjong, aburrido del silencio que se había formado.

—Quiero saber lo que hacen. Conocer su forma de comportarse juntos es la clave para poder separarlos —explicó Jonghyun

—Vaya. Si te hubieras esforzado tanto cuando estabais juntos, quizás…

—Seguiría con Sungkyu, lo sé. ¿No te cansas de ser tan amable siempre?

Ese comentario dejó a Sungjong sin palabras mientras ambos seguían caminando hasta que llegaron a un centro comercial. La tarde pasó con lentitud. Debían tener mucho cuidado ya que la pareja no paraba de ir de un sitio a otro y les era difícil perseguirlos entre la multitud. Sin embargo, sabían que no podrían verlos, sobre todo observando la falta de interés que Woohyun y Sungkyu mostraban al resto del mundo.

— ¿Cómo puedes comer tanto y estar tan delgado?

—Yo tampoco lo sé —admitió Sungjong, dándole un mordisco a un churro.

Había convencido al mayor de invitarlo a una cafetería frente a una tienda de ropa a la que acababan de entrar sus objetivos, explicándole que probablemente pasarían mucho tiempo allí dentro.

—Soy demasiado bueno contigo —se quejó Jonghyun, dándole un trago a su café.

— ¿Por qué te gusta Sungkyu? —inquirió, ignorando el comentario del mayor.

— ¿A qué viene eso ahora? —respondió, molesto.

—Pura curiosidad.

—Pues... Es muy mono.

—Yo también soy mono —declaró Sungjong en seguida, poniendo morritos.

—Bueno, pero también es inteligente.

—Y yo.

— ¿Qué intentas? —preguntó, enarcando una ceja.

—Nada —contestó, sonriendo, mientras volvía a su chocolate caliente.

—Te contaré una cosa, pero no puedes juzgarme.

—Si no te he juzgado ya, ¿por qué te crees que lo haré ahora? —hizo ver Sungjong, curioso por saber lo que el mayor tenía que decir.

—Tienes razón —reconoció Jonghyun, acomodándose en su silla y acercándose hacia la mesa, como queriendo que nadie más pudiera escucharlo—. ¿Recuerdas esa vez hace un par de semanas en la que fuimos a casa de Woohyun?

Sungjong solo asintió, con la boca demasiado llena como para poder hablar.

—Dije que iría a ayudar a la cocina, pero en realidad subí a buscar a Sungkyu. Estaba durmiendo en la habitación de Woohyun.

— ¿¡Le hiciste algo!? —le interrumpió el menor, asustado por donde iba la historia y casi atragantándose con un churro.

— ¡No! ¡Por supuesto que no! Solamente me quedé mirándolo durante un buen rato. Estuve tentado a acercarme pero no fui capaz.

—Ah.

—A eso quería llegar. Me vale con solo mirarlo para saber qué es lo que quiero. Lo quiero. Y no voy a parar hasta conseguirlo —sentenció, girando de nuevo el rostro para vigilar la tienda de ropa en la que se encontraba el objeto de sus pensamientos.

Sungjong decidió que era mejor dejar el tema. No quiso dejar ver su opinión. Ayudaría a Jonghyun pero solo porque este había prometido ayudarlo más tarde con Myungsoo. Sin embargo, presentía que nada de lo que tenían pensado saldría como ellos querían.

—Vamos, parecen que ya salen —indicó Jonghyun, acercándose a la barra a pagar la cuenta mientras Sungjong vigilaba hacia donde se dirigía la pareja.

—Han entrado en esa tienda.

— ¿Por qué no entras tú también? Intenta escuchar de qué hablan, pero que no te cojan. Y si lo hacen, disimula diciendo que esperas al amigo con el que habías quedado.

—Hecho —aceptó Sungjong, mientras Jonghyun iba a sentarse a un banco. El menor alzó ambos pulgares y se metió entre las estanterías, cuidando de no ser visto. Al fin se sentía como un espía de verdad, y realmente le parecía bastante excitante. Querría haber tenido un walkie talkie con el que poder informar a Jonghyun de todo lo lograra descubrir, pero se dio cuenta de que tal vez se estaba emocionando demasiado.

— ¿Te gusta? —escuchó la voz de Woohyun repentinamente cercana.

—Woohyun, no pienso ponerme nunca un disfraz de bombero. Olvídate.

Sungjong se asomó al pasillo contiguo y descubrió allí a la pareja, frente a una estantería llena de disfraces. Decidió agacharse y vigilarlos, preguntándose también si debía sacar fotos, aunque seguramente Jonghyun no quisiera verlas.

— ¿Prefieres el de Ariel? —preguntó Woohyun y no le hizo falta una respuesta, la mirada de Sungkyu lo decía todo—. Venga, hazlo por mí, por favor. Solo tú puedes apagar el fuego que hay en mi corazón —dijo, acercando a Sungkyu a sí mismo agarrándolo por la cadera.

Sungkyu se echó a reír ante la sonrisa traviesa de su novio.

—Quizás pueda ayudarte con algún fuego más —comentó, abrazando al menor por la cintura y pegándose por completo a su cuerpo.

—Me encantaría —susurró, besando al pelirrojo con delicadeza—. Pero no aquí —dijo, apartándose levemente.

—Acabarás por volverme loco —refunfuñó Sungkyu.

—Venga, vamos a pagar el disfraz —comentó, cogiendo la mano de Sungkyu y arrastrándolo hacia la caja. Sungjong comenzó a seguirlos por el pasillo paralelo casi a gatas, sin darse cuenta de lo que hacía.

— ¿Sabes qué? Yo creo que te quedaría mejor a ti. Quizás debieras quedártelo tú. Ya me has comprado mil cosas.

Woohyun pareció pensárselo durante unos segundos lo que provocó una sonrisa victoriosa en el rostro del mayor.

—Bueno, supongo que tú puedes ponerte el mío de Harry Potter.

—Estás enfermo —soltó Sungkyu, lo que hizo reír al menor y pronto causó sus propias carcajadas.

Sungjong se encontró sonriendo mientras los observaba hasta que se percató de que un niño se había parado junto a él y lo miraba como si estuviera loco.

— ¿Y tú qué miras? —cuestionó, asustando al pequeño, que se apartó de un salto.

—Nada, nada —contestó, alejándose de la mano de su madre, que estaba ocupada observando los artículos de las estanterías.

—Buen chico —lo felicitó Sungjong, levantándose y marchándose a toda prisa hacia Jonghyun.

— ¿Y bien? —preguntó Jonghyun cuando el menor estuvo lo suficientemente cerca como para escucharlo.

—Mmmm... Son asquerosamente adorables —contestó, sentándose a su lado.

—Otra cosa más útil, por favor.

—Pues... Al parecer Woohyun le ha comprado un montón de cosas y al parecer le va eso de disfrazarse para hacerlo. Y le gusta Harry Potter. Y los bomberos. O eso creo.

— ¿A quién?

—A Sungkyu. ¿No tendrías que saberlo? —mintió Sungjong, queriendo comprobar algo.

Jonghyun tragó saliva mientras se levantaba, viendo que Woohyun y Sungkyu salían al fin de la tienda.

—Cl-claro. A Sungkyu le va eso. Lo sabía.

— ¡Ahá! Te he descubierto. ¡Era a Woohyun! Así que ni siquiera sabes lo que le gusta a tu ex. ¿Acaso…? —Sungjong dejó la pregunta en el aire mientras subía y bajaba las cejas.

— ¿Qué? —inquirió Jonghyun, súbitamente serio.

—Ya sabes…

— ¿El qué? —el mayor intentó hacerse el loco, mirando al frente, como si lo que el menor tuviera que decir no le importara lo más mínimo.

— ¿No habéis follado? —preguntó directamente, Jonghyun acabando con su paciencia.

— ¡Niño! Cuida tu vocabulario —declaró, girándose hacia el chico e indicándole que bajara el volumen, pues varias personas lo habían escuchado y se los habían quedado mirando.

— ¡Eso quiere decir que no! Pues ahora sí que no entiendo tu obsesión por recuperarlo. ¿Y si es horrible para el sexo? Habrás empleado tanto tiempo para nada. Yo opino que no debes hacerte ilusiones con alguien antes de haber comprobado que congeniáis en la cama. Por suerte, Myungsoo y yo sí que congeniamos. Y muy bien, he de decir.

—Tal vez no tan bien, viendo que te dejó —señaló Jonghyun, después del largo discurso de su aliado.

—Oh, eso ha sido un golpe bajo —se quejó Sungjong.

—Aprendo de ti. Además, no sé de donde sacas toda esa idea del sexo. Tienes, ¿diecisiete años?, ¿dieciocho, quizás?

—Diecisiete. Estoy en la edad —explicó el menor, asintiendo.

—Yo a tu edad no pensaba de esa forma —dijo Jonghyun.

— ¿Eres virgen o qué?

— ¡No! —Exclamó Jonghyun—. No sé siquiera porque sigo manteniendo esta conversación contigo —continuó, abrochándose la chaqueta al ver que la pareja a la que seguían se dirigía hacia el exterior.

— ¿Quién fue el primero? ¿O la primera? —se interesó Sungjong. No podía negarlo, le encantaba saberlo todo sobre todos.

Jonghyun suspiró, sin ganas de relatarle la historia de su primera vez, pues sabía que el menor no se conformaría solo con un nombre, pero también sin ganas de discutir, ya que Sungjong insistiría hasta que se decidiera a hablar.

—Se llamaba Seolhyun y era la chica más guapa que había visto en mi vida —empezó tras unos largos segundos, haciendo pensar al menor que no iba a hablar y provocando que su cabeza pensara en una forma de hacerle cantar.

—Así que era una chica…

—Calla y escucha —ordenó Jonghyun a la vez que frenaba en seco, causando el choque de Sungjong con su espalda.

Se había quedado atrás y no había podido ver que Sungkyu y Woohyun entraban en un supermercado a unos pocos metros de ellos. Jonghyun se apoyó contra la pared y Sungjong lo imitó, emocionado por conocer la historia del mayor.

—Yo nunca había salido con nadie, realmente no era una persona a la que le gustara pasar tiempo mucho tiempo con otra gente.

— ¿Ahora sí que te gusta? —preguntó Sungjong, irónico. Jonghyun le echó una mirada que le hizo clavar la suya en el suelo—. Perdón. Continúa.

—Como iba diciendo, era un chico más bien solitario y mi principal preocupación eran los estudios. Pero entonces esa chica llegó al instituto y todos empezaron a hablar de ella. Al principio ni siquiera sabía de quién hablaban mis amigos, pero tras un par de semanas al fin me fijé en ella y aunque ahora la recuerde y solo pueda pensar en ella como en una chica guapa y nada más, te juro que en ese entonces sentí algo. Algo que nunca antes había sentido —Jonghyun paró. Casi podía verla ahí de nuevo, en la calle, frente a él—. Les conté a mis amigos lo que me había pasado y decidieron ayudarme, pues era la primera vez que yo me interesaba por alguien. No tardamos mucho en empezar a salir, la verdad. Yo le gustaba, y ella a mí. Estábamos bien, éramos felices. Nos besábamos y estaba bien, aunque lo que más me gustaba era hablar con ella. Nos entendíamos, ¿sabes? Debí darme cuenta de que esa era una pista. Un día, después de varios meses saliendo, decidimos que debíamos dar un paso más allá así que la llevé a mi casa. Ella también era virgen así que estábamos bastante nerviosos al principio pero lo hicimos. Y siento decirlo, pero apenas sentí algo. Entonces me di cuenta de que algo iba mal y no pude ocultárselo. No me malinterpretes, no fue una mala primera vez, pero, a pesar de eso cortamos y volví a estar solo —Jonghyun suspiró y miró a Sungjong, que estaba tan inmerso en el relato de Jonghyun que se encontraba con la vista perdida. Esto hizo sonreír al mayor, que optó por continuar—. Empecé a creer que tener pareja no era para mí. Pero un chico cualquiera me hizo ver lo equivocado que estaba. Me encontraba trabajando cuando él se me acercó con claras intenciones de hacer algo más que pedir un café. Me sorprendí a mí mismo fijándome en él y aceptando su invitación de quedar ese sábado. Comenzamos a vernos muy a menudo y mi padre empezó a sospechar, lo sé, aunque no me hablara sobre ello. Lo veía en sus ojos cada vez que él pasaba por el bar, cada vez que me preguntaba que adónde iba o con quién estaría. Me volví un paranoico. Imaginaba posibles situaciones en las que mi padre aparecía de repente mientras nos besábamos y no necesitaba que soltara palabra para saber que me odiaba. Su mirada llena de asco aparecía en mi cabeza cuando menos me lo esperaba .No dejaba que mi novio me tocara a no ser que estuviéramos a solas por lo que no aguantamos mucho tiempo. Me pidió y suplicó que hablara con mi padre pero no fui capaz. No quería ver que esas imágenes que tantas veces había creado mi mente se hacían realidad. He tenido unas cuantas relaciones más desde entonces, pero todas acaban igual. El último ejemplo es Sungkyu. Pero él es especial. Nunca había hecho algo así por nadie.

—Vaya... Te he preguntado sobre tu primera vez y has terminado contándome tu vida amorosa —comentó Sungjong, aun dándole vueltas a lo que Jonghyun acababa de desvelarle.

—Claro, finge que no te ha encantado.

—Entonces, ¿piensas algún día de estos hablar con tu padre sobre tu orientación sexual?

—En cuanto recupere a Sungkyu, lo haré. Lo prometo.

Sungjong bufó, dudando de la palabra de Jonghyun pero no queriendo llevarle la contraria, por lo que prefirió cambiar de tema.

— Desde ese primer chico... ¿solo has salido con hombres?

—Soy gay, si es eso lo que quieres saber —contestó, tras asentir.

—Así que tras hacerlo con ese, te diste cuenta de que eso era lo que te iba, eh.

—Exacto. Lo siento de nuevo por Seolhyun, pero en nada se pudo comparar lo que hicimos con mi primera vez con un chico.

Sungjong lo miraba estupefacto. Se había esperado una represalia por su comentario, sin embargo, había recibido una respuesta sincera que lo había dejado sin palabras.

—Ya salen y creo que van a coger un taxi. Venga, corre, que los perdemos.

Jonghyun cogió al menor del brazo, arrastrándolo tras él mientras contenía la risa. Sabía muy bien que su contestación había sorprendido a Sungjong, dejándolo sin nada qué decir, pero decidió ignorarlo y hacer como si nada hubiera pasado, mientras metía al menor en un taxi e instaba al conductor a seguir al taxi frente a ellos manteniendo una distancia prudente.

—Creo que es la primera vez que te escucho hablar tanto. La verdad es que delante de los otros estás más callado —comentó Sungjong, acomodándose en su asiento ya cansado.

—Increíblemente me siento cómodo contigo. Siempre me ha sido difícil relacionarme con la gente. Bueno, excepto con las chicas, aunque suene irónico. Una pena que no me interesen demasiado.

— ¿Sabes qué? Yo también me siento cómodo. Eres como el hermano mayor que nunca tuve —declaró con sinceridad.

—Gracias, creo —contestó Jonghyun, sonriendo.

En pocos minutos ya habían llegado a casa de Sungkyu de nuevo, ordenándole al taxista que parase a la vuelta de la esquina.

Los observaron subir al piso del mayor mientras se metían en el coche de Jonghyun.

— ¿Por qué vuelven a casa tan temprano?—preguntó Jonghyun, más a sí mismo.

—Yo diría que piensan cenar en casa. Woohyun cocinará, ya que sabemos que sabe hacerlo, y bastante bien, y además acaban de ir al supermercado. Supongo que después tendrán sexo. Múltiples veces. Probablemente en distintos lugares de la casa

—Gracias, oye. No sé cómo haces para pasar de caerme bien a odiarte.

—Serías un inocentón si pensaras que jugarían al parchís hasta quedarse dormidos en el sofá con unas mantitas y bebiendo leche caliente. Bueno, quizás alguno sí que beba leche...tú ya me entiendes —dijo, terminando por guiñarle un ojo. Jonghyun decidió que lo mejor sería hacer como que no había escuchado al menor.

—Te llevaré a casa que ya es tarde.

— ¿No habíamos quedado en que iríamos a cenar?

— ¿En qué momento? —inquirió Jonghyun, confundido y preparándose para arrancar.

—Ahora no puedes echarte atrás, ya les he dicho a mis padres que no contaran conmigo para la cena —informó Sungjong.

— ¿De verdad has hecho eso?

—Vale, no. Pero aun así, quiero ir —sentenció, apagando el coche y sacando las llaves en un descuido del mayor.

—Devuélveme las llaves, Sungjong.

El menor interpuso su cuerpo, llevándose la mano a la espalda y negando con la cabeza.

—No lo haré.

—Bueno, vale, pues nos quedaremos aquí —dijo, fingiendo rendirse y acomodándose en su asiento—. Buenas noches —siguió, cerrando los ojos.

—Eh, no. Vamos a cenar, venga —se quejó Sungjong, comenzando a sacudir al mayor por el hombro—. Venga, venga, venga, vamos, venga —repitió, aumentando la fuerza de sus zarandeos.

Jonghyun aprovechó que el menor estaba distraído para abalanzarse sobre él e intentar recuperar sus llaves. Sungjong se echó a dar voces mientras forcejeaba con el mayor cuando algo captó su atención por el rabillo de su ojo.

—Espera, espera. Hay una chica allí, mirándonos —señaló Sungjong, empujando al mayor.

—Oh, Dios. No es una chica.

—Ah, ¿no? —inquirió Sungjong, entrecerrando los ojos, extrañado.

—O sea, sí. Pero no una cualquiera. ¡Es Sooyoung, la amiga de Sungkyu! Se está acercando, no puede ser.

Sungjong lo miró, sorprendido. Era la primera vez que veía a Jonghyun tan ansioso y alarmado y decidió que debía ayudarlo. Metió la llave de nuevo y encendió el coche velozmente.

—Arranca, arranca, arranca —le instó Sungjong y a Jonghyun le faltó tiempo antes de hacerle caso y salir de allí, lo más rápido posible, dejando a una confundida Sooyoung que no estaba siquiera segura de lo que había visto.

'¿Sería Jonghyun?' volvió a preguntarse mientras subía al piso de Sungkyu, pero en seguida apartó ese pensamiento a un lado en cuanto se encontró frente a la puerta de su mejor amigo y, sobre todo, tras comprobar lo que allí arriba le esperaba.

— ¿Sooyoung? —pudo escuchar la voz de Sungkyu más relajado tras la primera reacción llena de ira que había logrado asustarla, haciendo que cerrara los ojos esperando un golpe.

—Lo siento, lo siento mucho. Por favor, no me mates, aún soy joven —suplicó.

—No seas tonta, Choi Sooyoung, el daño ya está hecho.

—Menos mal, porque me muero de hambre y estoy muy cansada como para irme ahora a buscar un restaurante. Si no, os dejaría con los vuestro encantada —contestó, adentrándose en la casa y arrastrando su maleta tras de sí. Pudo ver por el rabillo del ojo como Woohyun se abrochaba la camisa y decidió burlarse un poco de él, ya que, para eso, siempre le sobraban las fuerzas.

—Oh, y yo que quería disfrutar de las preciosas vistas un poco más. No hacía falta que te taparas tan rápidamente. No muerdo.

Woohyun solo giró el rostro, avergonzado de que la chica los hubiera pillado con las manos en la masa y más que decepcionado porque había creído que al fin podría llegar un paso más allá con Sungkyu, y realmente estaba preparado para ello. Decidió irse al baño a echarse algo de agua ya que todavía podía sentir su piel arder por la excitación que lo había dominado apenas un minuto atrás.

Sooyoung se dejó caer sobre el sofá cuando este estuvo libre, dejando escapar un suspiro de agotamiento, dándose cuenta de inmediato de lo que acababa de hacer.

—No lo habréis hecho aquí, ¿no? —inquirió alarmada.

Sungkyu rio divertido, sentándose a su lado.

—Tal vez sí, tal vez no. Desconocerlo será tu castigo por habernos interrumpido.

Sooyoung le echó una mirada de odio al mayor antes de llevar ambas manos a sus mejillas, cogiendo su rostro.

—Estás caliente y puedo ver el deseo y la lujuria en tus ojos —declaró Sooyoung, haciendo que Sungkyu apartara sus manos.

—Pues claro, estaba a punto de hacerlo con mi novio cuando has llegado.

— ¿Tu novio? ¿Desde cuándo? ¿Estáis saliendo y no me lo habías dicho? Pues ya no siento haberos cortado el rollo. ¡Te lo mereces!

—Desde hace tres semanas, casi —respondió, sonriendo tontamente.

—Bueno, me alegro por ti y todos esos rollos pero no puedo decir que me sorprenda —comentó, comenzando a frotarse las manos—. Elige mejilla —ordenó, rotando ambas muñecas.

—Espera, espera. ¿Piensas pegarme ahora? No estoy preparado —es excusó, levantándose para mantener las distancias con la chica.

—Mala suerte, Kyu. Deberías estar ya acostumbrado a mis bofetadas después de tantos años.

—Pero duelen —se lamentó Sungkyu, dando un paso atrás en cuanto Sooyoung se puso en pie.

—Ya he dicho que estás ardiendo, ni lo vas a notar, ya verás —se acercó la chica con una amplia sonrisa.

—Sooyoung, por favor.

—Fíjate tú quien es ahora el que suplica. Cómo cambian las cosas —comentó, persiguiendo a Sungkyu mientras éste escapaba.

— ¿Woohyun? —llamó el mayor, preguntándose qué le llevaba tanto tiempo al menor en el baño.

—Sungkyu, ¿vas a pedirle ayuda a tu novio como un bebé? —se burló Sooyoung.

— ¡Woohyun! —volvió a llamar, alzando el volumen.

El susodicho apareció milésimas de segundo después asomándose por la puerta.

— ¿Qué ocurre? —preguntó, pasándose una mano por el pelo mojado. Sooyoung aprovechó los segundos de distracción del mayor que se había quedado embobado viendo a Woohyun para echarse sobre él; sin embargo, Sungkyu logró esquivarla y correr para colocarse tras su novio, poniendo el cuerpo del menor entre el suyo y el de la chica.

—Quiere pegarme, se ha vuelto loca.

—Está mintiendo. Habíamos hecho una apuesta y la he ganado. Tiene que pagar —explicó Sooyoung, intentando acceder al mayor que zarandeaba el cuerpo de Woohyun de un lado hacia otro para que su amiga no la pudiera alcanzar.

—Espera un segundo, ¿qué clase de apuesta?

—Yo aposté que a ti te gustaba él, Sungkyu que no. Te gusta, he ganado —explicó la chica con simpleza.

Woohyun giró el rostro para ver al mayor por encima del hombro.

—Me gustas, ha ganado —la apoyó Woohyun, dejando a Sungkyu perplejo.

—Pero no quiero que me pegue —sollozó, provocando que el menor soltara un largo y cansado suspiro.

—Vale, Sooyoung, yo recibiré las bofetadas en su lugar —dijo, poniéndose serio. Sungkyu salió al fin de detrás de su novio, cogiendo su mano y mirándolo asombrado.

— ¿De verdad harás eso por mí?

—Haría cualquier cosa por ti —le aseguró Woohyun, sonriéndole.

— ¿En serio? —inquirió con los ojos brillantes.

—Pues claro, cariño —contestó, alzando una mano para acariciar la mejilla de Sungkyu levemente con los dedos.

—Eres el mejor —le aseguró Sungkyu.

—No, tú eres el mejor.

—No, tú.

— ¡Que no, lo eres tú!

— ¿Lo estáis haciendo a propósito? —cuestionó Sooyung, siendo ignorada.

—Somos los mejores.

—Sí, lo somos —secundó Woohyun, acercándose al rostro de Sungkyu para dejar un suave beso sobre sus labios.

Sooyoung gruñó, exasperada, y dio media vuelta.

—Me rindo, habéis ganado. Pero me debes una buena tarta de chocolate.

—Hecho —Sungkyu aceptó el trato antes de susurrarle a su novio—. Te debo una.

—Deberíamos hacer una lista porque he perdido la cuenta —contestó éste, sonriente.

— ¿Te has duchado? —interrogó, fijándose de nuevo en el cabello mojado del menor. Woohyun asintió avergonzado y fue a sentarse junto a Sooyoung, que de nuevo se había tirado en el sofá, ya harta de la pareja tras pasar apenas unos minutos con ellos.

—El pobre chico ha tenido que enfriarse tras haberos interrumpido justo cuando estabais a punto de darle al tema.

—Gracias por decir en voz alta lo que los tres ya sabíamos —declaró con la cabeza gacha.

Sungkyu rio levemente y se acercó acomodarse entre ambos.

— ¡Qué novio tan mono tengo! ¿No crees, Soo?

—Sí, sí, monísimo, pero antes de que empecéis de nuevo con eso de 'no, tú' os diré que mañana nos vamos de fiesta —dijo, animándose al final.

— ¿Qué fiesta? —preguntó Sungkyu, extrañado.

—Solo os diré una cosa. Necesitáis traje.

Notas finales:

¡WooGyu con traje! ¿Se os ocurre algo mejor? A nosotras tampoco :D

Esperamos que os haya gustado. No olvidéis comentar y estar atentas todos los viernes. ¡Nos vemos! ¡Gracias! — A.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).