Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boy Online por DoritoCoupleProductions

[Reviews - 160]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Muy buenas a todos! No, no hemos abandonado este fic. Creo que os debemos a todos unas enormes disculpas por esa pausa que nos tomamos sin previo aviso; sin embargo, ambas somos estudiantes y estamos en un momento importante de nuestra educación, y cuando hay exámenes no hay tiempo para escribir.

Aún así, y aunque a partir de ahora no podemos prometer subir un capítulo a la semana, intentaremos subir con la máxima regularidad posible para que podáis seguir la historia.

Esperamos que nos podáis perdonar y que disfrutéis de este capítulo ^w^ — A.

—Perfecto. Simplemente, perfecto. Nos lo llevamos.

Sungkyu volvió a contemplar su reflejo de arriba abajo una vez más en el espejo del probador.

—Debería vestir siempre con traje —comentó, admitiendo que su amiga tenía razón.

—Woohyun se va a morir cuando te vea —aseguró Sooyoung, observando al mayor como una madre mira a un hijo y acercándose a colocarle bien la chaqueta.

— ¿Tú crees? —preguntó Sungkyu, fingiendo estar ilusionado.

Sooyoung soltó una leve carcajada mientras pasaba las manos por el pelo de su amigo, ideando mentalmente posibles peinados.

—Pues claro. Desde que lo vi, supe que estaba loquito por ti. Me alegra que al fin estéis juntos —dijo, echándole un nuevo vistazo a su amigo y asintiendo para sí—. Ahora quítatelo y vamos a pagar, que tenemos cita en la peluquería.

—A veces me siento la mejor amiga que nunca tendrás.

—Ja, ja, qué gracioso —dijo Sooyoung, cerrando la cortina tras ella para esperar por el mayor fuera mientras este se cambiaba.

Tras un par de minutos Sungkyu apareció al fin y la chica se acercó a coger el traje y ponerse a la cola.

—Repíteme otra vez a quién he invitado a la fiesta.

—A Howon, Dongwoo, Sungyeol, Myungsoo, Sungjong, Jonghyun, Woohyun y claramente a mí.

—Sigo sin poder creerme que quieras invitar a Jonghyun —comentó, bufando—. Será incómodo tener que mirarlo después de que me hubiera tirado los trastos —dijo, y entonces recordó lo que había visto el día anterior en el coche parado cerca del portal de su amigo. Creía haber reconocido a Jonghyun, pero tampoco estaba segura, por lo que había preferido no mencionarle nada a Sungkyu.

—Pues tendrás que acostumbrarte. Ya te lo he dicho, ahora es uno más de la pandilla.

Sooyoung suspiró, ensayando en su cabeza la sonrisa falsa que tendría que mostrarle al chico cuando de nuevo recordó algo.

— ¿Y Sungjong? ¿Quién es? —preguntó, percatándose de que no conocía ese nombre.

—El antiguo lío de Myungsoo. Ahora son amigos.

— ¿Y por qué cortaron? —curioseó.

—Creo que Sungjong le mintió sobre su edad. Todavía está en el instituto —explicó, sacando su tarjeta para pagar.

—Espera, espera. Pago yo —dijo Sooyoung, sujetando el brazo del chico para entregarle su propia tarjeta a la cajera.

—Sooyoung, ya sabes que no hace falta.

—Es por las molestias. De nuevo me acoges en tu casa y además sin haber avisado —habló dedicándole una sincera sonrisa a su amigo, quien en seguida se la devolvió, agradecido.

—Iba a decir que tú no molestas, pero en realidad sí —bromeó, recibiendo un golpe en el brazo por parte de la chica.

Poco tardaron en estar en el salón de belleza al que Sooyoung había convencido a Sungkyu de que debían ir.

—Volverás a teñirte y te peinarán, ya verás qué guapo te dejan.

—Eso lo entiendo, pero lo de la manicura... ¿a qué viene? —inquirió, sentado junto a su amiga mientras a ambos les arreglaban las uñas.

—Hace tiempo que no te veo y...

—No tanto —comentó, sin dejarla seguir hablando.

—Calla. Hace tiempo que no te veo y tenemos que ponernos al día. Ayer casi no pudimos hablar.

—Estaba en una cita con mi novio.

—Muy rica la cena, por cierto. Woohyun sí que sabe cocinar —le felicitó Sooyoung, pudiendo saborear todavía la magnífica comida que el menor les había preparado.

—Una cena que iba a ser solo para mí —le recordó Sungkyu, mirándola con fastidio.

— ¿Sigues cabreado porque os interrumpí? Os dije que podíais hacerlo mientras veía la tele, no me iba a molestar.

—Sí, claro. Como que podría olvidar que tú estás al otro lado de la pared escuchándolo todo.

—Oh, así que te gusta gritar, ¿eh? —observó Sooyoung con una sonrisa socarrona.

Sungkyu deseó tener las manos libres para poder darle su merecido a su amiga; sin embargo le daba miedo que la chica que parecía concentrada limándole las uñas, le echara la bronca. Así que optó por ignorarla y hacerse el maduro, aunque al salir del salón un par de horas después tuvo que admitir que tenía las manos mucho mejor y que el peinado le favorecía bastante. Y no solo lo pensaba él, las miradas de los hombres y las mujeres que se les cruzaban lo decían todo, a su parecer.

—No te hagas ilusiones, me miran a mí —comentó Sooyoung dándole un leve codazo antes de agitar su larga melena recién ondulada, pues le había leído la mente a su amigo y sabía a qué se debía su sonrisa orgullosa.

—Tranquila, no me importa. Ya tengo un novio guapísimo que, como tú misma has dicho, 'está loquito por mí'. No me hace falta nada más.

—Eso es porque te conoció antes que a mí, que si no, lo tendría comiendo de mi mano. De hecho, podría robártelo en cualquier momento, solo que me das pena —le aseguró Sooyoung, aunque ambos sabían que solo bromeaba.

—Vaya, ligas con mi ex-novio, piensas en quitarme a mi novio actual. Recuérdame por qué somos amigos.

—Porque tus maravillosas madres me dan fuerzas para seguir aguantándote. Por cierto, también están invitadas hoy.

Sungkyu frenó en seco, casi tirando a Sooyoung, que no se lo esperaba.

— ¿En serio? ¿Cuándo has hablado con ellas?

—Antes de venir. La otra vez casi me matan por no haberlas avisado —explicó Sooyoung, intentando continuar caminando pero siéndole imposible, pues Sungkyu seguía clavado en el sitio.

—Entonces no les has dicho nada sobre Woohyun, ¿no?

—Tranquilo, por mi parte no saben nada. Será divertido ver sus caras cuando te vean liarte con tu nuevo novio —comentó, sonriendo ampliamente antes de darse por vencida y soltar el brazo de su amigo para poder avanzar con soltura—. Me sorprende que no les hayas dicho nada. Sé que estás muy unido a tus madres —dijo, sintiendo que Sungkyu la seguía un par de pasos por detrás.

—La última vez que les anuncié que tenía novio no me duró ni dos meses. Quería asegurarme de que todo iba bien entre Woohyun y yo antes de contarles nada —reveló Sungkyu.

—Pero es Woohyun. Todo irá bien. Lo sabes —aseguró Sooyoung, dando media vuelta y sonriéndole al mayor, intentando reconfortarlo.

Sungkyu asintió, devolviéndole la sonrisa.

—Tienes razón.

—Como siempre. Venga, vamos. Deberíamos comer algo antes de prepararnos. Además, no hay persona a la que una buena tarta no pueda animar —comentó, colocando un brazo por los hombros del chico para llevarlo hasta el restaurante más cercano. Sungkyu no pudo evitar dirigir un último pensamiento a su novio, no podía esperar a verlo de nuevo y presentarlo oficialmente a sus madres como su pareja.

 

—Mamá, empiezo a creer que te han echado del trabajo. Te pasas todo el día en casa —soltó Woohyun, dejándose caer en una silla de la cocina mientras su madre parecía estar cocinando.

— ¡Eso es mentira! Y además, ¿ no te encanta tener a tu madre para poder confiarle tus secretos y que te aconseje?

—Sí, sí, claro —declaró, estirando el brazo para alcanzar una manzana del frutero y llevársela a la boca, dándole un gran mordisco.

—No deberías hincharte ahora, la comida está casi hecha.

— ¿Cómo es que no me has despertado? —cuestionó Woohyun con la boca llena. Estaba acostumbrado a despertarse temprano, incluso los fines de semana, y sabía que si por alguna razón, su alarma no era capaz de levantarlo, su madre lo haría; sin embargo, esta vez lo había dejado dormir hasta tarde.

—Ayer llegaste tarde de tu cita y sé que no te dormiste hasta horas después. Quería dejarte descansar —explicó, revolviéndole el pelo despeinado de recién levantado.

La mente de Woohyun viajó de vuelta al día anterior, recordando la maravillosa tarde que había pasado con Sungkyu, lo que causó que una sonrisa se abriera paso en su rostro. Casi podía sentir como su piel ardía todavía allí donde Sungkyu le había acariciado. No quería pensar siquiera en que, de no haber sido por Sooyoung, probablemente hubieran llegado hasta el final.

Un escalofrío le recorrió de arriba abajo. ¿Estaba preparado? Lo estaba. O eso creía. Tal vez para muchos su primera vez no fuera tan importante, pero para él, siendo durante la mayor parte de su vida un chico solitario, sí lo era. Siempre había imaginado su primera vez con una chica especial, y aunque no quisiera admitirlo, muchas veces esa chica era Princesk. Increíblemente, su sueño se había cumplido, más o menos. Estaba con la persona de sus sueños, y aunque hubiera acabado siendo un chico, eso era lo de menos.

— ¡Woohyun! —exclamó su madre elevando la voz al comprobar que tras varias llamadas continuaba siendo ignorada.

Woohyun al fin cayó en la cuenta de que Seulgi estaba intentando decirle algo y pareció salir de su ensoñación, girándose hacia ella repentinamente, casi como si hubiera recibido un golpe.

— ¿Mmm? —inquirió, masticando la manzana.

—Te decía que si tienes planes para hoy.

El joven asintió con la cabeza mientras tragaba.

—Iremos a una fiesta de estas elegantes de la amiga modelo de Sungkyu —explicó con simpleza, lanzando los restos de la fruta al cubo de la basura, pero pronto su tranquilidad se vio nublada por la mirada seria y, al parecer, cabreada de su madre, la cual estaba clavada en él.

— ¿Y qué piensas ponerte? —inquirió con severidad mientras se cruzaba de hombros y se apoyaba contra la encimera, abandonando su tarea de preparar la comida.

—Cualquier cosa… —respondió dubitativo—. ¿Por qué lo preguntas?

—Necesitas un traje —señaló la mujer, encontrando desesperante la cara de confusión de su hijo.

—Tengo el de la primera comunión. Seguro que aún me sirve, no he crecido casi nada.

—Nam Woohyun, dime que estás bromeando, por favor —dijo, no sabiendo si reír o llorar.

— ¿Por qué estás tan preocupada? Seguro que me queda bien.

—Cariño, eso no es verdad. Ese traje tiene nueve años y por si no te acuerdas, es de marinerito. Necesitas un traje de verdad, un esmoquin.

— ¿Ahora? —preguntó, soltando un suspiro de exasperación.

— ¿Cuándo, entonces?

—Tal vez no tenga que ir con traje siquiera. Llamaré a Sungkyu —propuso, buscando una salida antes de tener que ir de compras con su madre.

Su madre rodó los ojos mientras Woohyun salía de la cocina para dejarse caer en el sofá, colocando el móvil en su oreja.

—No tardes mucho, pondré la mesa.

— ¡Vale! —respondió Woohyun, mientras esperaba a que su novio cogiera el teléfono.

— ¿Woohyun? ¿Ocurre algo? —contestó repentinamente una voz al otro lado de la línea.

— ¿No puedo llamar a mi novio sin razón? —cuestionó.

—Puedes. Pero normalmente no lo haces —objetó, aguantándose las ganas de comentar lo extraordinariamente sexy que sonaba la ronca voz de Woohyun, seguramente porque acababa de despertarse.

— ¿Dónde estás? —preguntó Woohyun, decidiendo que lo mejor sería cambiar de tema.

—Estoy en un restaurante con Sooyoung, comiendo. Hemos estado de compras e incluso me ha llevado a la peluquería. Se cree que soy su muñeca particular.

Woohyun soltó una carcajada, imaginándose la cara de Sooyoung mientras Sungkyu decía eso.

—Seguro que estás guapísimo —comentó sin pensárselo mucho.

En ese momento escuchó un leve forcejeo y una orden de 'dame eso' antes de que la voz de Sungkyu fuera sustituída por la de su amiga.

—Más que eso, Woohyun. Hemos conseguido un traje precioso para esta tarde y espero que estés a la altura. Estoy segura de que no podrás aguantar las ganas de desnudarlo y acabar con lo que estabais haciendo anoche cuando llegué. Ya os puedo imagi-

De nuevo, un forcejeo y algún que otro golpe fueron la única señal de que algo raro pasaba al otro lado del teléfono y Woohyun no pudo no sonreír ampliamente pensando en que probablemente Sooyoung estaba en lo cierto. Solía estarlo, ¿no?

—Lo siento, me ha quitado el móvil —se disculpó Sungkyu.

— ¿Tiene razón?

— ¿Qué? —preguntó confundido el mayor.

— ¿Voy a querer desnudarte y seguir con lo de ayer? —preguntó enarcando una ceja a la vez que luchaba contra su imaginación para que la imagen de su novio en traje no surgiera en su cabeza, sintiendo que se mareaba con solo pensarlo. Miró de reojo hacia la cocina, queriendo asegurarse de que su madre no estaba espiando su conversación.

—Es probable —admitió Sungkyu, siguiéndole el juego al menor.

—Vaya. Estoy deseando tenerte delante y no dejarte ir.

—Parece que alguien se quedó con las ganas —apuntó Sungkyu, divertido.

—Juraría que no soy el único —comentó Woohyun

—No lo eres —aseguró el pelirrojo, mordiéndose el labio inferior.

—Quizás deberíamos saltarnos la fiesta e irnos tú y yo por ahí.

— ¡Ya está la comida! —gritó Seulgi, sacando a su hijo de su leve estado de excitación al que le había llevado recordar de nuevo lo ocurrido el día anterior.

—Me encantaría, pero no puedo —habló Sungkyu, su voz dejando ver que tenía algo que contar lo cual prefería callar.

— ¿Por qué?

Woohyun se levantó y se dirigió a la cocina, sentándose en la mesa frente a su madre.

—Mis madres esperan verme allí.

— ¿Tus madres van? —preguntó, sintiéndose de repente algo nervioso. Sabía que les caía bien, pero eso era cuando era el amigo de Sungkyu, no su novio.

—Sí. Y no saben que salimos —añadió el mayor, viendo que era la oportunidad perfecta para confesarlo.

— ¿Por qué no?

—Qué más da, lo importante es que podremos decírselo hoy. Juntos.

—Kim Sungkyu, yo te mato —aseguró Woohyun, captando así la atención de la mujer frente a él que lo miraba curiosa.

— ¿A besos?

—Buen intento. Así que, no solo no podremos tener una cita mi último día aquí antes de irme a casa de mi abuela, sino que, tendré que pasarlo con tus madres.

— ¿Qué tienen mis madres de malo?

—Sungkyu, sabes que no me refiero a eso. Tus madres son geniales, las adoro, pero quería estar contigo. Tú y yo. Solos —Woohyun no pudo evitar que un deje de desesperación tiñera sus palabras, sin embargo, eso logró conmover a su novio, que empezaba a sentirse mal.

—Yo también —dijo, denotando tristeza.

Woohyun suspiró y entonces, cayó en la cuenta de que su madre seguía con la vista clavada en él, atenta a lo que su hijo discutía con su pareja. Sin embargo, la necesidad de cotillear de su madre fue lo último en lo que se fijó Woohyun cuando la miró, y una bombilla pareció encenderse en su cabeza.

— ¿Y si me llevo a mi madre? Así se conocen, se hacen amigas y deja de intentar ser la mía —propuso Woohyun, maravillado con su propia idea. Seulgi, por otra parte, lo miraba con una expresión que su hijo no sabía clasificar por lo que simplemente miró a su plato y se puso a comer mientras esperaba la respuesta de su novio, que parecía haberse puesto a hablar con Sooyoung.

—Seulgi está más que invitada —confirmó Sungkyu, tras no más de un minuto.

—Genial. Hablamos luego. Un beso.

—Un beso —se despidió Sungkyu, antes de colgar y dejar el móvil a un lado.

—Bueno, mamá, parece ser que tendremos que comprar un vestido de noche, además de mi traje —comentó Woohyun, llevándose otra cucharada a la boca justo antes de que su madre al fin reaccionara.

—Hoy ligo —aseguró la mujer, sonriendo luego para sí y comiendo a toda prisa.

Woohyun se echó a reír ante la repentina emoción de su madre aunque por dentro no dejaba de  preocuparle la idea de que su madre y las de su novio no se llevaran bien.

 

Woohyun le echó una ojeada a su madre, que iba sentada en el asiento del copiloto y no podía dejar de sonreír.

—Estás muy guapa, mamá —admitió Woohyun.

No solo habían acabado por ir de compras, sino que su madre le había obligado a pintarle las uñas, maquillarla y peinarla, pues después de haberse entrenado durante años, Woohyun había acabado por ser muy bueno a la hora de arreglar a una mujer.

—Lo mismo digo, Azucarito.

—Mamá, hoy conocerás a las madres de Sungkyu —dijo, pasando por alto el apodo con el que se le había dirigido la mujer.

— ¿Madres? —preguntó confusa Seulgi, haciendo a su hijo caer en la cuenta de que esta no sabía nada de la familia de Sungkyu.

—Bueno, ya lo entenderás en cuanto lleguemos. Pórtate bien.

—Yo soy la que te controla a ti, no al revés. Las cosas funcionan así.

—En nuestro caso creo que no —opinó Woohyun, echándole una mirada de reojo a su madre que estaba ocupada intentando comerse un muffin, que había sacado de Dios sabe dónde, sin mancharse.

“Eso no va a acabar bien”, pensó Woohyun, pero prefirió mantener la boca cerrada y fingir que no había visto nada.

 

 

—Te lo advertí—comentó Woohyun, frenando junto al aparcacoches mientras su madre intentaba quitarse una mancha del vestido con saliva.

—Mentira, no dijiste nada.

—Bueno, no, pero lo pensé.

—Tú eres la que tiene el control aquí —comentó con simpleza, saliendo del coche y entregándole las llaves al chico que esperaba a un lado de la carretera.

Seulgi lo siguió, sonriente provocando así un repaso de su hijo con la mirada de arriba abajo.

—No digas nada, no se nota —dijo la mujer, colgándose del brazo de Woohyun y tirando de él hacia el interior del lugar, antes de que este pudiera llevarle la contraria—. Bueno, yo me voy por ahí, no quiero que crean que estoy contigo.

—No creo que a nadie pudiera pasársele siquiera por la cabeza esa idea —opinó Woohyun con  una risita, dándose cuenta tarde de que acababa de pifiarla.

— ¿Y eso por qué? —inquirió, soltando al joven para cruzarse de brazos y observarlo enarcando una ceja.

—Porque... oh, me llaman —mintió, llevándose la mano al bolsillo y sacando su móvil que no emitía ningún sonido—. Está en silencio —explicó el menor, señalándolo antes de llevárselo a la oreja—. Hola, Kyu. Sí, acabamos de llegar —comenzó a hablar solo, mientras se giraba y caminaba alejándose de su madre—. Nos vemos luego, mamá — se despidió dándose la vuelta un segundo y colocándose el teléfono contra el pecho  mientras se despedía con una mano, sonriéndole.

Seulgi no cambió su postura ni su expresión durante la pequeña obra de teatro improvisada de su hijo, pero decidió dejarlo ir porque tenía cosas mucho más importantes de las que preocuparse y la primera era cómo conseguir una copa.

Woohyun dejó de fingir mantener una conversación a través de su móvil en cuanto se percató de que Seulgi ya no le prestaba atención y entonces decidió que se daría una vuelta también, a ver si encontraba alguna cara conocida.

Mientras tanto, al otro lado de la sala, Sungkyu estaba ya más que harto de escuchar como sus madres y su mejor amiga se elogiaban entre ellas, discutiendo por ganar el debate sobre quién iba mejor, sobre todo porque el chico sabía que era él.

En ese momento, odiaba a sus amigos y su falta de puntualidad ya que parecía que todos se las habían ideado para llegar tarde, incluso Woohyun seguía sin aparecer cuando habían hablado no hacía mucho y le había comentado que ya estaba de camino.

Cuando a sus oídos llegó su propio nombre y la frase 'el verano pasado' optó por alejarse cuanto antes sabiendo que lo que seguía a esas palabras no sería nada que quisiera escuchar.

Fue picando de mesa en mesa, pasando el rato dando pequeños traguitos a su copa cuando una voz llamándolo lo saco de sus pensamientos.

— ¡Sungkyu! ¿De dónde has sacado eso? —Preguntó la mujer, acercándose rápidamente al pelirrojo mientras le echaba una mira al vaso que llevaba en la mano con deseo—. Huy, perdón, qué grosero por mi parte ni siquiera saludarte antes.

El joven no pudo evitar reír ante Seulgi, restándole importancia mientras ella lo alcanzaba para darle dos besos y sonreírle ampliamente.

—Qué bien te veo —comentó Sungkyu, admitiendo que la mujer estaba realmente bella.

—Lo mismo digo. ¿Qué tal los exámenes? Echaba de menos no tener a mi fresita por casa —aseguró, avergonzando al menor por el mote que le había puesto debido a su pelo rojo.

—Muy bien, la verdad, ninguno fue demasiado difícil. Yo también he echado de menos no pasar las tardes en su casa y, por lo que me ha contado Woohyun, tampoco podré hacerlo estas vacaciones.

—Lo siento mucho, Sungkyu. Ojalá pudiera llevarte con nosotros pero tampoco me gustaría separarte de tu familia —aseguró Seulgi, su mirada viajando del rostro ajeno a la bebida en su mano.

—Bueno, ya tendremos oportunidad de vernos cuando vuelva —sentenció Sungkyu, para cambiar de tema—. Si quieres una copa están al final de ese pasillo —comentó, comprobando por la sonrisa en la expresión de la mujer que debía haberlo hecho antes.

—Gracias, entonces nos vemos más tarde. Por cierto, Woohyun se fue por allí —indicó, antes de irse.

Sungkyu la vio alejarse hasta que desapareció de su campo de visión y pudo dar media vuelta para marcharse en la dirección que Seulgi había señalado.

Caminó durante un par de minutos, buscando a su novio con la mirada pero lo único con lo que se encontró fue con un grupo de modelos compañeras de la compañía de su amiga, las cuales parecían estar cuchicheando sobre algo, aunque Sungkyu no podría asegurarlo, pues casi todas le daban la espalda.

Opinó que lo mejor sería pasar desapercibido, ya que no le apetecía tener que entablar una conversación incómoda la cual no les llevaría a ningún lugar. Sin embargo, antes de que pudiera distanciarse del corro, una de las chicas que se había girado lo reconoció, saludándolo con energía y haciéndole señas para que se aproximara. Sungkyu reparó en que ya era demasiado tarde para escapar por lo que colocó una amplia sonrisa en su rostro y se unió a ellas, sintiéndose bajito al ver que gracias a los tacones, todas llegaban a su misma altura o incluso lo pasaban.

—Hey, chicas —saludó, siendo correspondido por ellas de inmediato—. ¿Qué hacíais? —curioseó interesado, al recordar que segundos atrás parecían estar concentradas en algo al otro lado de la habitación.

—Allí hay un chico guapísimo que al parecer ninguna conoce y lo estábamos... espiando —contestó una de las más altas y de repente las otras se apartaron, casi de forma mecánica, dejándole ver al fin el motivo de sus nervios.

Sungkyu quedó perplejo y aturdido por la vista ante sus ojos. Hacía tiempo que no veía a un chico que le causara tal impresión, notando como su desasosiego crecía, entendió entonces a las chicas que lo rodeaban. Sin embargo, decidió que sería preferible aparentar que nada pasaba y tras tragar saliva, decidió hablar.

—Pues sí, está bien. Pero los he visto mejores —valoró, simulando estar poco interesado.

— ¿Solo bien? Vaya, veo que tienes el listón bastante alto.

—No sé si acercarme y pedirle el número —dudó una, mostrándose inquieta.

Sungkyu la observó de arriba abajo, juzgándola, y aunque le hubiera gustado ver lo que sucedía, su lengua fue más rápida que su cerebro.

—Siento decirte que ese chico es gay —aclaró Sungkyu, muy seguro de sus palabras.

— ¿¡Q-qué!? —Exclamó la chica—. No creo, no lo parece.

—Yo tampoco lo creo —la defendió Jiyeon, una de las pocas de las que Sungkyu logró recordar el nombre.

— ¿Yo lo parezco? —inquirió divertido, dejando a la pobre chica boquiabierta sin saber qué contestar—. Os lo demostraré —dijo, abriéndose paso para dirigirse a su objetivo, dejando atrás al grupito que volvía a chismorrear.

—Hey, Nam Woohyun —llamó Sungkyu cuando lo alcanzó, viendo que su novio estaba entretenido con su móvil y se encontraba a punto de llamarlo.

Woohyun alzó el rostro, sorprendido, consiguiendo que Sungkyu sintiera morir de ternura con la expresión confusa del menor, que rápidamente fue sustituida por una amplia sonrisa. A pesar de las semanas que llevaban juntos y de los meses que habían pasado desde que se conocían, sabía que nunca podría acostumbrarse a la sensación que la mirada del menor sobre la suya le causaba.

—Hey, Kim Sungkyu —contestó, guardándose el móvil de vuelta en el bolsillo.

—Te he estado buscando.

—Y yo. Pero desde que nací —dijo Woohyun, colocando una mano en la parte baja de la espalda del mayor, atrayéndolo levemente hacia él. Sungkyu casi pudo sentir los grititos de asombro de las modelos a su espalda, aunque en ese momento, era en lo último en lo que podía pensar. Desgraciadamente y al contrario que él, a Woohyun no le hacía falta apenas arreglarse para dejarlo sin aliento, por lo que verlo en traje casi había acabado con él.

—Eres un idiota —comentó, una sonrisa formándose en su rostro casi automáticamente mientras rodeaba a Woohyun con el brazo de la misma forma que él acababa de hacerlo.

—Estás increíble —contestó Woohyun, quedando prendado del rostro contrario. Hizo una nota mental para agradecerle a Sooyoung el haber convencido a Sungkyu de ponerse el pelo hacia arriba porque estaba realmente perfecto. Aunque pensándolo mejor, se lo debía.

Woohyun acarició con su pulgar la mejilla del pelirrojo y éste estuvo a punto de dejar caer la copa que portaba para poder llevar su mano a la nuca del menor y así juntar sus labios de una vez, pero sentía que su cuerpo se había paralizado. Por suerte, Woohyun hizo lo que tenía que hacer y terminó por besarlo cariñosamente, apenas un roce.

—Vámonos a un lugar más... privado —susurró Sungkyu, tras acercar su boca al oído del contrario y dejar en su lóbulo un pequeño mordisco que logró convencer a Woohyun al instante.

El menor cogió su mano y, separándose, comenzó a tirar de él, arrastrándolo lejos de allí, sorprendiendo a Sungkyu por el repentino apuro de su novio. Aun así, tuvo tiempo de dedicarles una sonrisa de satisfacción a las modelos que lo seguían con la mirada, impresionadas, y alzó la copa en su honor.

Sin embargo, Woohyun no fue consciente de este gesto del mayor, pues estaba demasiado concentrado buscando algún sitio al que poder llevárselo mientras se deslizaban entre la cada vez mayor multitud.

Por desgracia y cuando menos se lo esperaban, se encontraron de frente con Sungjong y Jonghyun, que parecían estar muy concentrados en su conversación pero que de inmediato reconocieron a la pareja, acercándose a ellos rápidamente, cerrándoles así el camino.

—Hey, chicos. ¿A dónde ibais tan apurados? —inquirió Jonghyun, enarcando una ceja.

—Buscábamos a mi madre —contestó Woohyun, sin pensarlo, sorprendiendo al mayor por la naturalidad y sutileza con la que les había colado una mentira—.

— ¿Tu madre ha venido? —preguntó Sungjong, sorprendido.

—Sí. Para conocer a las de Kyu. Me encantaría charlar pero ya llegamos tarde. Nos vemos luego.

Woohyun se despidió y casi apartó a los dos chicos, abriéndose paso y dejando a ambos con la palabra en la boca.

—Tenemos un problema.

— ¿Por qué? A mí me parecen monísimos. Incluso ya van a presentar a sus familias, se nota que van en serio —comentó Sungjong, observando con ternura como la pareja se alejaba.

—Justamente por eso tenemos un problema —respondió Jonghyun, antes de suspirar exasperado y empezar a caminar hacia una mesa llena de vasos. Necesitaba una copa.

—Ah, es cierto, vamos contra ellos —dijo Sungjong, siguiendo al mayor como un cachorro a su dueño, corriendo para no quedarse atrás.

—Debemos idear un plan para estas vacaciones. Woohyun se va mañana, ¿no? Será fácil separarlos cuando ya ni siquiera están juntos —aseguró Jonghyun, sonriendo de forma siniestra, al menos a los ojos de Sungjong, el cual lo observaba algo asustado.

—A veces me das miedo.

—A veces me lo das tú a mí —respondió el mayor.

—Eh, ¿y eso por qué? —se quejó Sungjong, sabiendo de sobra que el más alto todavía no lo había visto lo suficientemente cabreado como para poder decir eso.

Jonghyun se giró hacia Sungjong con cara de incredulidad.

— ¿En serio?

—Claro que sí. Quiero que me lo aclares.

Jonghyun soltó un largo suspiro de exasperación y decidió seguir caminando mientras el menor lo perseguía pidiéndole explicaciones.

— ¡Chicos, hola! —saludó de repente un alegre Dongwoo, el cual parecía haber salido de la nada.

—Hey —habló Howon, inclinando ligeramente la cabeza a modo de saludo—. ¿Habéis visto a Sungkyu?

—Sí, acaba de irse por allí— señaló Jonghyun, rápidamente, pensando que sería buena idea que fueran los dos amigos de Sungkyu los que interrumpieran a la pareja.

Apenas hubo terminado de hablar, Dongwoo ya había comenzado a caminar en la dirección indicada por lo que su novio solo pudo susurrar un breve 'gracias' antes de marchar tras él.

—Dino, espérame.

Dongwoo se frenó en seco, haciendo que el menor se chocara contra su espalda, casi logrando tirarlos a ambos al suelo. Por suerte, Howon logró mantener el equilibrio y enganchó el brazo del mayor, apurando el paso al saberse el centro de todas las miradas de la sala.

— ¿Qué tal si bebemos algo? —propuso Howon, avergonzado, acercándose a una mesa llena de vasos con champán para poder cambiar de tema.

Antes de que Dongwoo pudiera contestar, el menor ya se había llevado una copa a los labios, terminando con su contenido en apenas un par de tragos.

—Más despacio, Lee Howon, sé cómo te pones cuando estás borracho y no quiero cargar con un bebé llorica —comentó mientras el susodicho le pasaba una de las copas y cogía otra llena para sustituir a la que acababa de vaciar.

—Tranquilo, yo controlo —contestó, mirando a un lado y a otro.

—Bueno, ¿y para qué buscamos a Sungkyu? —preguntó Dongwoo, dando un pequeño sorbo a la refrescante bebida. Howon lo observó enarcando una ceja.

—Pues... es nuestro amigo y eso, ¿recuerdas?

—Ya, pero, ¿por qué no dejamos que disfrute con Woohyun mientras nosotros hacemos nuestras cosas?

— ¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo? —cuestionó Howon, dejando su bebida a un lado para pegarse levemente al mayor.

—La verdad es que estás demasiado guapo en traje y llevo dándole vueltas a la cabeza desde hace ya un buen rato…

—No sigas, antes me ha parecido ver un baño por aquí —lo interrumpió el menor, cogiendo a Dongwoo de la mano para arrastrarlo tras él, dejando a Sungkyu más que olvidado.

—Creo que tienes un fetiche con eso de hacerlo en baños públicos, cariño —comentó riendo mientras se dejaba llevar por su pareja.

—No hagas como si a ti no te gustara —lo acusó Howon.

—Yo no he dicho eso. De hecho, me muero de ganas —declaró Dongwoo en un susurro, acercándose a la oreja del menor por la espalda para que sólo él pudiera escucharlo.

Howon sintió como un escalofrío le recorría la columna y tuvo que contenerse para no girarse ahí mismo, coger a su novio y…

Sin embargo, pudo que aguantarse las ganas y apurar el paso hasta que al fin alcanzaron los servicios, que, 'gracias a Dios' pensó Howon, estaban vacíos.

Esta vez, Dongwoo se aseguró de cerrar la puerta con el pestillo, antes de que Hoya lo acorralara contra ella y decidiera que la ropa empezaba a sobrar.

El mayor se dejó hacer, disfrutando de los besos de su novio en su cuello a medida que desabrochaba su camisa lo más rápido que sus manos le permitían. Dongwoo comenzó a enredar los dedos en el cabello negro del menor, antes de llevar una hasta su nuca para atraer el rostro ajeno al suyo y besar con fervor los labios contrarios.

Aprovechó entonces para despojar al menor de su chaqueta y tirarla al suelo, sin separarse del apasionado beso. En cuanto se hubo deshecho también de la camisa, comenzó besar la mandíbula del menor mientras llevaba sus hábiles manos a su cinturón.

Estaba completamente inmerso en el cuerpo de su novio, ya nada más importaba, como cada vez que se encontraba en ese tipo de situaciones con él, pero entonces, unos golpes en la puerta, justo junto a su cabeza, lograron sorprenderlo y traerlo de vuelta a la realidad. Sin embargo, su lengua fue más rápida que su mente.

—Ocupado —contestó de inmediato, casi con enfado, dejando al menor algo confuso, pues ni siquiera había escuchado como llamaban a la puerta. Dongwoo no tardó mucho en seguir con lo suyo y, nuevamente, todo lo ajeno a la pareja quedó en el olvido.

—Joder —susurró, apoyándose en la pared junto a la puerta del baño.

— ¿Soy yo o esa era la voz de Dongwoo? —preguntó un confundido Sungkyu.

—Si son Dongwoo y Howon los que están ahí, pienso vengarme de ellos.

Sungkyu se echó a reír. Realmente le estaba divirtiendo ver a su novio buscar un lugar para poder estar a solas, aunque en una fiesta era algo difícil encontrar intimidad.

—Woohyun, —llamó en voz baja cuando cayó en la cuenta de que el menor se mantenía con la cabeza gacha— no te preocupes. Sé por qué haces esto. Mañana te vas y no vamos a poder estar juntos hasta que vuelvas, pero no pasa nada, aguantaré —habló, mientras se acercaba a Woohyun, colocándose de lado junto a él, con su hombro descansando contra la pared.

Woohyun alzó la vista y no pudo evitar que una sonrisa se abriera paso en su semblante en cuanto la mirada llena de dulzura del mayor estuvo clavada en la suya.

—Tal vez sea yo el que dude poder aguantar —admitió, pegando su frente a la de Sungkyu mientras levantaba ambas manos para sujetar su rostro.

La sinceridad en la voz y en los ojos de su pareja lograron provocarle un escalofrío que creía no haber sentido todavía en las semanas que llevaban de relación. Un revoltijo de emociones se agolpó en su pecho al mismo tiempo en el que su mente pareció quedarse en blanco.

Pensó que debía decir algo, que esa era el momento, pero, entonces, Woohyun terminó con los centímetros que separaban sus labios y lo besó. Esta vez de verdad. Y, oh, cuánto lo agradecía Sungkyu. Nada se podía comparar a esa sensación y nada que recordase lo hacía. No quería separarse del menor, y algo en su interior le decía que no debía, sin embargo, tuvieron que hacerlo. Y menor mal que lo habían hecho, porque  las ganas de querer llegar a más comenzaban a controlar a Woohyun y empezaba a importarle más bien poco el estar rodeado de gente.

El menor juntó sus labios una vez más con los del mayor en un rápido y suave beso antes de sonreír ampliamente.

—Bueno, si yo no puedo disfrutar, ellos tampoco —dijo con una expresión malévola. Soltó el agarre sobre el mayor y se dirigió con paso seguro a un hombre que parecía estar encargado de la seguridad. Sungkyu se quedó quieto, observándolo; no le hacía falta escuchar la conversación para saber con exactitud lo que el menor estaría diciendo.

—Disculpe, pero la puerta del baño se ha atrancado o puede que le haya pasado algo malo a la persona que esté dentro porque el servicio lleva cerrado un buen rato —declaró, con su mirada más inocente apuntando a la contraria.

—Veré qué puedo hacer —contestó amablemente el musculoso individuo y Woohyun se hizo a un lado para seguirlo. Podía ver como Sungkyu lo esperaba en la misma posición que antes, con una ceja enarcada y una pregunta en la punta de la lengua de la que realmente ya sabía la respuesta. Le bastó un gesto de asentimiento de Woohyun para saber que el plan podría acabar muy mal, lo que le hizo observar dubitativo al segurata, preguntándose si no debía frenarlo, aunque cuando quiso hacerlo, ya no tuvo tiempo.

En cuanto este se puso a forcejear con el pomo, el menor supo que era hora de irse. Cogió la mano de Sungkyu y, aguantándose la risa, comenzó a caminar a paso apurado.

En el camino chocaron con varias personas las cuales clavaban sus miradas desaprobadoras en ellos, y casi acabaron en el suelo más de una vez, por poco arrastrando a un camarero cargado de copas con ellos, sin embargo, tras mucho esfuerzo, Woohyun decidió que ya se habían alejado lo bastante y que ya no corrían peligro de ser descubiertos, por lo que tiró de Sungkyu hasta una esquina y se recargó contra la pared, algo cansado.

—Yo te mato —dijo Sungkyu, de forma entrecortada, todavía recuperando el aliento. Había intentado sonar amenazador pero no lo había conseguido debido a la sonrisa que se habría paso en su rostro al imaginar a Howon y a Dongwoo siendo descubiertos de nuevo.

—Hazlo, así podremos estar siempre juntos —contestó Woohyun, sonriendo también fantaseando con lo mismo con lo que lo hacía su novio.

Sungkyu agarró la corbata del menor y tiró de ella hacia sí, atrayendo a Woohyun a su cuerpo.

—Suena tentador. Sobre todo si te quedas con este traje eternamente.

— ¿Te lo estás pensando? —inquirió el menor con una sonrisa ladina.

—Lo estoy considerando —bromeó Sungkyu, juntando los cuerpos de ambos todo lo posible antes de escuchar como alguien se aclaraba la garganta junto a ellos, queriendo llamar su atención. Nada más girar sus rostros, la sonrisa desapareció de sus facciones para ser sustituida por una expresión de pánico al ver el panorama que se les avecinaba.

Las miradas de ambos chicos pasaron de Sooyoung, que intentaba mantener la compostura a pesar de estar a punto de echarse a reír a carcajadas, a Megan y Youngmi. Mientras la primera se mantenía casi inexpresiva, Youngmi les sonreía con ternura, cerrando casi por completo sus pequeños ojos.

El mayor aprovechó el momento de silencia incómodo para voltearse de nuevo hacia su novio y separarse levemente de él, intentando que no se notara que lo había hecho.

—Y así se hace el nudo de la corbata, Woohyun, a ver cuándo aprendes a hacerlo tú solo —dijo, fingiendo apretar la tela alrededor del cuello ajena antes de soltarla y mirar al suelo avergonzado.

—G-gracias, Sungkyu —respondió el menor, sintiéndose intimidado sobre todo por Megan. Sabía que le había caído bien, o eso quería creer, sin embargo, lograba intimidarlo más que cualquiera otra persona que hubiera conocido antes.

— ¡Mamá, mami, qué bien que por fin os encuentro! O más bien, me encontráis —comentó, acercándose a darles a ambas un beso en la mejilla, desesperándose ante la mudez de sus madres.

—Hablando de madres, yo también tengo una, y creo que debería ir a buscarla antes de que sea demasiado tarde.

Sungkyu agarró con fuerza el brazo del menor, impidiéndole marcharse mientras le susurraba entre dientes:

—Tú no te vas a ninguna parte.

Woohyun suspiró y observó fijamente a las dos mujeres frente a él. Sooyoung había decidido hacerse a un lado y observarlo todo desde una distancia prudencial.

—Buenas tardes —saludó, quedándose sin palabras. Se había bloqueado. Woohyun lo sabía, Sungkyu lo sabía, y lo más importante, ellas lo sabían.

—Buenas, Woohyun. ¡Pero qué guapo estás! —declaró la más baja, aproximándose al chico para apretar sus mofletes y colocar bien su chaqueta que estaba algo arrugada.

El menor sintió como la presión iba abandonando poco a poco su cuerpo y le dedicó una sonrisa a Youngmi, agradecido.

—Te veo bien —comentó Megan, sonriendo ligeramente, lo que dejó a Woohyun sin habla durante unos segundos hasta que un codazo de Sungkyu le trajo de vuelta a la realidad y pudo contestar.

—Lo mismo te digo —medio susurró, dubitativo.

— ¿Y los otros? ¿No anda la parejita feliz por aquí? —preguntó Youngmi, refiriéndose al compañero de piso de Sungkyu y a su novio.

Sungkyu negó enérgicamente.

—Ni idea —contestó y deslizó la mano hasta la de Woohyun para entrelazar sus dedos tras su cuerpo. No entendía la razón de su nerviosismo, aunque, pensándolo mejor, nunca les había presentado a sus madres a un novio de manera forma. Woohyun comenzó a acariciar el dorso de su mano con el pulgar, intentando tranquilizar al mayor y recordarle que él estaba ahí para apoyarlo.

—Cariño, ¿estás bien? —preguntó una repentinamente preocupada Youngmi al notar la inquietud de su hijo.

—Quería contaros una cosa —informó, echándole una mirada de reojo al menor, el cual ya lo estaba mirando—. Woohyun y yo estamos saliendo —dijo mientras observaba los hermosos ojos de su novio y antes de girar el rostro para poder comprobar la reacción de las dos mujeres frente a él.

Sin embargo, su reacción no fue la que esperaba.

— ¿Era eso? Ya me estabas preocupando —comentó Megan, aliviada, confundiendo a Sungkyu.

— ¡Por fin! Ya era hora —exclamó Youngmi, feliz, abrazando a ambos chicos a la vez al no saber por cual empezar—. Desde la primera vez que lo trajiste a casa sabíamos que acabaríais juntos — explicó su madre, al percatarse de la expresión de desconcierto de Sungkyu.

—Pero si Woohyun todavía empezaba a aguantarme por ese entonces.

—Pobre e ingenuo tontito. Las mujeres podemos ver más allá de lo que los hombres nos quieren hacer creer. Nosotras lo vemos todo —aseguró Sooyoung, uniéndose de nuevo al grupo mientras sonreía ampliamente, colocándose junto a Megan.

—Tal vez tengan razón —admitió Woohyun. Se sentía liberado. Ahora que lo veía todo desde otra perspectiva, quizás siempre hubiera estado interesado en Sungkyu, aunque su mente no lo hubiese querido aceptar.

— ¿Ahora me vienes con estas? ¿Después de haber tenido que aguantar como me rechazabas? ¿A mí?

Woohyun rio y se inclinó hacia el rostro del mayor con intenciones de besarlo, pero este se apartó, enfurruñado. El menor decidió usar otra táctica y susurró un leve 'lo siento' contra la oreja de Sungkyu antes de dejar un beso en su mejilla y mirarlo con sus ojos de perro abandonado.

Sungkyu no pudo mantener ya ignorarlo y suspiró, volteándose a besar los labios de Woohyun con rapidez antes de que éste se alejara del todo.

— ¡Qué monos! —declaró Youngmi, apenas controlando las ganas de echarse sobre ellos para rodearlos con sus brazos de nuevo. Pero, entonces, una voz los sacó de su pequeño círculo y todas las miradas se dirigieron a su portadora.

—Tarta de fresa, os estaba buscando —informó Seulgi, apareciendo de entre la multitud con una copa en la mano. Woohyun imaginaba que ya no sería la primera, a juzgar por sus pasos en zigzag.

— ¡Mamá, genial! Llegas en el momento justo —comentó Woohyun, y esperó hasta que la mujer los alcanzara para agarrarla del brazo y dirigirse a las madres de Sungkyu.

—Megan, Youngmi, esta es mi madre, Seulgi —las presentó con una amplia sonrisa pero, desde luego, no se temía lo que pasaría a continuación.

— ¿Youngmi? —inquirió sorprendida la madre de Woohyun, sabiendo que ese nombre le sonaba de algo y entonces, al tener frente a ella a la otra mujer lo recordó todo.

— ¡Seulgi! —gritó la más baja, casi saltando a los brazos de la contraria.

Todos quedaron boquiabiertos ante, al parecer, el reencuentro de ambas.

Notas finales:

Eso es todo por esta vez. Esperamos que os haya gustado. ¡Nos leemos pronto! ¡No olvidéis dejarnos un precioso review! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).