Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boy Online por DoritoCoupleProductions

[Reviews - 160]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí volvemos con otro capítulo más ~ Esperamos que lo disfrutéis; no os quiero demorar más :3 — A.

Recuperó poco a poco la consciencia al escuchar unas voces cuchicheando a su alrededor y notar la presencia de varias personas rodeándolo. Enseguida sintió un terrible dolor de cabeza que sólo empeoró al intentar abrir los ojos y quedar cegado por la blanca luz de los fluorescentes, lo que le hizo soltar un quejido de dolor.

Parpadeó varias veces hasta creer haberse acostumbrado y se llevó una mano al rostro para apretar el puente de su nariz, pero de inmediato se arrepintió de haberlo hecho, al sentir un pinchazo con sólo rozar la venda que cubría esa parte de su rostro y que no había notado.

—Te has abierto la nariz y te han lavado el estómago—comentó la voz de Howon repentinamente. Sungkyu no se había percatado del silencio que se había formado en cuanto había vuelto en sí.

— ¿Soy el único herido? —inquirió, mientras se incorporaba en la que, según parecía, era una cama de hospital.

—Tan gravemente, sí —contestó Sooyoung, que estaba sentada al borde de la cama—. Todavía me pregunto cómo pudieron dejarte la nariz así.

Sungkyu echó la vista atrás, aspirando a recordar los acontecimientos de la noche anterior y de qué forma había acabado en el hospital, desgraciadamente o tal vez por buena suerte, no recordaba la mitad de lo que había pasado en la discoteca.

—Bueno, al menos ganamos, ¿no? —preguntó.

—Me duele que se te pase siquiera por la cabeza la idea de perder teniéndome en tu equipo —comentó Howon, llevándose una mano al pecho.

Sungkyu sonrió todo lo que las vendas se lo permitieron y entonces paseó la vista entre los presentes. Mientras que Sooyoung y Howon estaban ambos a cada uno de sus lados, Myungsoo, Sungyeol y Dongwoo estaban los tres durmiendo en el sofá de la sala, Sungyeol soportando el peso de los dos más bajos que habían resbalado hasta dejar apoyadas sus cabezas en sus hombros.

Todos parecían extremadamente cansados y todavía así, habían decidido no marcharse y quedarse a esperar a que se despertara.

— ¿Y Sungjong y Jonghyun?

—Como la madre de Sungjong se levantara y no viera que estaba ya en casa le iba a dar algo según nos comentó, por lo que tuvo que irse y Jonghyun lo acompañó.

Sungkyu asintió, entendiendo muy bien su situación. Eso también habría pasado unos años atrás con sus madres cuando aún vivía con ellas.

—Debisteis haberos ido a casa. Tenéis un aspecto horrible. Bueno, sólo tú, Soo—dijo al fijarse en las ojeras que destacaban bajo los cansados ojos de su mejor amiga.

—Eh, tú tampoco estás mucho mejor —contestó la chica, fingiendo sentirse dolida ante el comentario del mayor.

—Ya me imagino —comentó, suspirando y justo al momento pareció acordarse de algo—. No habréis avisado a mis madres, ¿no?

—Tranqui, Ariel, que no te estás muriendo.

—Genial. Bueno, ¿es muy tarde? Me muero de hambre.

—Mediodía. No me puedo creer que puedas pensar en comer. Con la resaca que llevo sólo con pensar en comida se me revuelve el estómago —comentó Sooyoung al tiempo que empujaba a Sungkyu a un lado para hacerse un hueco en la cama y poder tumbarse.

—Si tú no quieres comer es que estás muy mal. Deberían ingresarte.

—Deberíamos irnos de aquí y volver a casa para dormir en tu cómoda y enorme cama —corrigió la joven, removiéndose en el pequeño colchón, buscando la postura adecuada.

—Iré a buscar a alguien y le diré que ya te has despertado para poder marcharnos —comentó Howon, que parecía acabar de pasar un día entero durmiendo y portaba una expresión que no era la propia de una persona que se pasa la noche despierta, de fiesta, bebiendo, bailando y peleando.

Sungkyu le mostró una sonrisa en agradecimiento y su amigo salió de la habitación rápidamente para llevar a cabo su misión.

—Ahora cuéntame qué pasó anoche.

—Por lo que me han contado, ya que lo último que recuerdo es a Dongwoo noqueando al retrasado con el que me líe, Jonghyun y Sungjong se acercaron al vernos en la pelea y te encontraron tirado en el suelo. Entonces te cargaron hasta sacarte del local y nos avisaron para salir por lo que pudimos escapar antes de que nadie llamara a la policía.

— ¿Me cargaron hasta fuera? ¡Qué vergüenza! —exclamó, cerrando los ojos para intentar recordar algo.

—No te preocupes, si no recuerdo mal, Hoya me llevó hasta el coche sobre el hombro como si fuera un saco de patatas —dijo, girándose para quedar de lado y poder mirar a Sungkyu mientras hablaban, colocando ambas manos entre la almohada y su cabeza para estar más cómoda.

Sungkyu se echó a reír al imaginarse la cómica situación, notando al momento el dolor que eso le producía por culpa de su nariz y no pudiendo evitar quejarse y seguir riendo al mismo tiempo mientras Sooyoung se burlaba de él.

—No pienso volver a beber en mi vida —prometió Sungkyu en cuanto se hubo calmado lo suficiente, lo que provocó que ambos se callaran y se quedaron mirándose antes de volver a estallar en carcajadas, siendo conscientes de que el mayor no sería capaz de cumplir lo que decía. Sin embargo, un gemido de dolor que no provenía de Sungkyu los sacó de sus risas flojas.

Sooyoung giró el cuello por encima de su propio hombro para poder comprobar de dónde o, más bien, de quién había provenido ese repentino quejido y enseguida vio a Sungyeol despierto, frotándose la mejilla y a Dongwoo removiéndose en sueños, lo que le llevó a suponer que había sido éste el que había golpeado al más alto.

— ¿Estás bien, Yeol? —preguntó Sooyoung, sin poder dejar de sonreír.

—Genial —contestó Sungyeol, apartando los dos cuerpos que lo aprisionaban para poder levantarse y estirarse—. Aunque echo de menos mi cama —comentó, devolviéndole la sonrisa a la chica y acercándose hasta la cama para ver al mayor—. ¿Tú qué tal, Kyu?

—Dejando a un lado el hecho de que siento que la cabeza me va a estallar, bastante bien.

—Se te ve bien —contestó Sungyeol—, el morado de la nariz te pega —intentó bromear, a pesar de no tener apenas fuerzas ni para mantenerse en pie.

—Oh, Dios, espero que no haya fotos de... esto —dijo, señalando su propio rostro.

—Creo que Dongwoo aprovechó para sacarte alguna mientras dormías, o tal vez se la sacó a sí mismo, no estoy muy seguro —dudó el más alto, no recordando muy bien esa parte de la noche.

Sungkyu suspiró y se fijó en que en la cara de Sungyeol se podían ver un par de arañazos y estuvo seguro de que, a pesar de no poder comprobarlo con sus propios ojos, encontraría lo mismo en los rostros de los chicos que todavía dormían, ahora con Dongwoo tumbado casi por completo sobre el menor.

— ¿Por qué no despiertas a Myungsoo y te lo llevas a dormir? Nosotros ya nos vamos —propuso Sungkyu, que se sentía mal consigo mismo por haber sido tan torpe como para acabar en el hospital cuando todos los otros parecían tener apenas pequeños rasguños.

—Esperaré —respondió el menor con simpleza. Woohyun le había pedido cuidar de Sungkyu antes de irse y éste se había creído que se trataba de una broma, ya que Sungkyu era lo suficientemente mayor como para cuidarse a sí mismo, sin embargo, el Sungkyu borracho parecía tener quince años, y Sungyeol se sentía mal, por no haber atendido la petición de Woohyun viendo cómo su novio había acabado.

Se preguntó a sí mismo por décima vez desde que había visto a Sungkyu inconsciente si debía llamar y avisar a Woohyun, pero de nuevo, la idea de haberlo decepcionado lo echó atrás. Además, tal vez Sungkyu prefería no contarle nada, al fin y al cabo, sabía que si el otro se enteraba, perdería la cabeza y querría volver para asegurarse él mismo de que su novio estaba bien, ya que, a pesar de que fingía odiar los mimos de su madre, él era igual que ella y le encantaba cuidar de la gente.

Repentinamente, un enfermero irrumpió en la habitación sorprendiéndose al ver a tanta gente allí metida y seguido por Howon, quien saludó a Sungyeol antes de acercarse al sofá a despertar a los bellos durmientes mientras Sooyoung se levantaba.

El chico leyó por encima los datos de Sungkyu antes de sonreírle y dejar los papeles a un lado.

— ¿Qué tal te encuentras? —preguntó, comprobando las vendas en la nariz del pelirrojo intentando no tocarlo demasiado.

—Bastante bien —contestó Sungkyu, aunque poniendo una expresión molesta.

—Avisaré a la doctora para que te dé el alta y os podáis marchar, ¿de acuerdo? —comentó, todavía sonriendo.

Sungkyu asintió y el enfermero se giró y salió justo antes de que Sooyoung gritara emocionada.

— ¡Nos vamos a dormir! —exclamó, contenta.

El mayor se incorporó con cuidado, apoyando la espalda contra la pared.

—Sungkyu —lo llamó Sungyeol, captando su atención—. Como ya te puedes ir , será mejor que me lleve ya a Myungsoo —comentó, cogiendo al menor, el cual estaba más dormido que despierto y colocando su brazo sobre sus hombros para ayudarlo a caminar.

—Tranquilo, Yeollie, luego hablamos —contestó, divisando al fin su ropa doblada en una mesa junto al sofá donde Howon ya había conseguido que Dongwoo diera señales de vida.

—Chao, chicos —se despidió el más alto al que todos respondieron al momento.

—Buenas noches —contestó Sooyoung, que ya se había agenciado el sitio que hasta entonces había ocupado Myungsoo y estaba a punto de dormirse.

Pasó poco tiempo antes de que, como había dicho el enfermero, la doctora fuera y le recetara unos calmantes para el dolor antes de mandarlo para casa.

Recogió su ropa pegándosela al pecho, y se fue a cambiarse al baño. Nada más entrar, dejó sus vestimentas sobre la tapa del váter para verse en el espejo, asustándose ligeramente al ver su rostro completamente demacrado. Suspiró al darse cuenta de lo cansado que estaba a pesar de haber sido el que más había dormido.

Con pesar, se cambió y se lavó el rostro como pudo, para volver a salir y encontrarse con Howon peleando por mantener a Dongwoo y a Sooyoung despiertos.

Sungkyu se aproximó a la chica y con cuidado, apartó el pelo que cubría una de sus orejas para soplar, sabiendo cual sería la reacción de su amiga.

Enseguida la chica se revolvió en su sitio, abriendo los ojos al momento y echándose a reír hasta acabar tirada en el suelo con un puchero en los labios.

—Te odio —dijo, enfurruñada.

Las risas habían logrado espabilar a Dongwoo y al fin lograba conservar los ojos abiertos.

—Venga, Dongwoo, que nos marchamos, no te duermas —le instó Sungkyu mientras tiraba de Sooyoung para levantarla.

Media hora después, los cuatro habían llegado al piso de Sungkyu. Había tenido que conducir Howon, ya que Dongwoo seguía demasiado cansado y en cuanto cruzaron el umbral de su piso, Dongwoo no dudó en caminar casi como un zombie hasta el cuarto de Howon para dejarse caer en la cama y quedarse dormido en menos de un minuto.

Howon optó por dejarlo ser y decidió llamar a la madre de su pareja para informarla de todo lo que había pasado esa noche. La mujer lo despidió amablemente con un 'gracias' y el joven no pudo sentir celos de la cariñosa y comprensiva familia con la que Dongwoo había tenido la suerte de haber crecido. Tras colgar, y cuando estaba a punto de desnudarse para meterse en la cama con su novio, unos ruidos provenientes del salón lo frenaron.

Extrañado, acabó por aplazar sus planes de acostarse y se asomó a la sala para comprobar de donde provenían. Allí estaba Sungkyu, recostado en el sofá con la vista perdida y la televisión encendida de fondo. El mayor parecía inmerso en sus pensamientos por lo que su compañero de piso se acercó a él intentando no molestarlo y se sentó a su lado con un largo suspiro que logró atraer a Sungkyu de vuelta a la Tierra.

— ¿No ibas a dormir? —inquirió Sungkyu, que había creído que su amigo ya estaría durmiendo junto con Dongwoo en su habitación.

—Eso tendría que preguntarte yo. Deberías descansar —le hizo ver el menor, observando su rostro preocupado. Realmente se había llevado un buen golpe.

—Yo he descansado mucho más que cualquiera de vosotros. Además, me he tomado un calmante y estoy como en una nube, es mejor que la maría —aseguró el pelirrojo, sonriéndole al chico junto a él con entendimiento.

—Tienes que dejarme probar —comentó Howon, devolviéndole la sonrisa.

—Tranquilo, me han recetado suficientes para al menos un mes.

A pesar de lo que dijera, Howon notaba que el agotamiento de su amigo a leguas; aunque tal vez no fuera físico, sino mental, pues parecía estar dándole vueltas a algo. El menor entonces cogió un cojín y lo colocó en sus piernas, dando entonces un par de palmadas sobre éste para indicarle al mayor lo que debía hacer.

Sungkyu sonrió débilmente, y se acostó bocarriba en sobre el sofá, con la cabeza apoyada en el regazo de Howon, cerrando los ojos.

Pasaron un par de minutos con sólo el sonido del televisor de fondo hasta que uno de los dos se decidió a hablar.

—No me mires así —se quejó el mayor, sintiendo la mirada del menor en su rostro a pesar de no poder verlo.

—Lo siento, pero no puedo dejar de pensar en qué hará Woohyun cuando se entere. Será increíble.

—No se enterará. ¿Sabes por qué? Porque yo no se lo voy a decir, tú tampoco y nadie va a soltar ni una palabra, ¿entendido?

—Lo sabrá tarde o temprano y entonces, se cabreará porque no se lo hubieras dicho al momento.

—Howon, no quiero pensar en eso ahora.

Y de repente, como por arte de magia, su móvil comenzó a sonar sobre la mesita frente a ellos.

—Vaya, pues parece que sí vas a tener que pensar en eso ahora —comentó Howon medio divertido, medio sintiéndose mal por parte del mayor al comprobar que el que llamaba no era otro que Woohyun.

Sungkyu no pudo evitar soltar un algo entre un gemido y un gruñido de queja mientras tomaba el teléfono de la mano de su amigo y observaba la foto que Woohyun mismo había puesto en su móvil para que apareciera cuando él llamara.

—Bueno, va siendo hora de que duerma un poco. Te dejaré solo para que puedas hablar con 'Algodoncito' —declaró Howon, sonriendo cansado mientras se levantaba con cuidado de no mover demasiado la cabeza del mayor—. Pero en cuanto termines, deberías acostarte —comentó, antes de echarle una última mirada al mayor que en ese momento estaba cogiendo la llamada para después llevarse el móvil al oído.

—Buenos días —saludó el mayor, intentando hablar con normalidad a pesar de la fatiga y las pastillas.

—Vaya, la verdad es que casi no tenía esperanzas de que ya estuvieras despierto —habló la voz del menor, al otro lado de la línea, y realmente se le notaba sorprendido. Sungkyu no supo hasta entonces lo mucho que lo necesitaba en ese momento para poder recibir sus constantes y cariñosos mimos. Sin embargo, nunca sería capaz de admitirlo ante el otro. ¿O tal vez sí?

— ¿Esas son las primeras palabras que le dedicas a tu novio a la mañana siguiente de abandonarlo? —contestó, refunfuñando. Enseguida sus palabras fueron recibidas por la fresca risa de Woohyun, lo que provocó que una sonrisa asomara en el rostro de Sungkyu.

—Lo siento, Kyu. ¿Prefieres un “buenos días, amor, ¿qué tal has dormido? Espero que hayas soñado conmigo como yo lo he hecho contigo”?

—Hubiera estado bastante mejor, pero ahora ya es tarde, ya está dicho —contestó el mayor, cerrando los ojos, sintiendo que los calmantes acabarían por dormirlo de nuevo.

Pasaron unos segundos en los que Sungkyu no recibió respuesta, y pensando que tal vez su novio había colgado, abrió los ojos, pero la llamada seguía en curso.

—He pensado que podrías venir después de Nochebuena, ¿qué te parece? Podríamos pasar Nochevieja juntos —dijo al fin Woohyun.

— ¿Me echas ya tanto de menos que sólo puedes pensar en cuándo volveremos a vernos? —inquirió Sungkyu.

— ¿Tú a mí no? —contraatacó Woohyun, a pesar de que sabía de sobra la respuesta.

—Querría haberte dicho esto en persona pero, creo que vamos demasiado rápido, tal vez deberíamos ver a otras personas —bromeó Sungkyu.

— ¿Me estás dejando por teléfono, Kim Sungkyu? ¿Hay otro? —respondió Woohyun, decidiendo seguirle la broma al mayor.

—La verdad es que ayer conocí a un chico. Ay, Dios, Woohyun, ¡qué chico! Tendrías que haberlo visto. Hasta a ti te habría gustado a pesar de ser un gay primerizo.

—Estás de coña, ¿no? —preguntó Woohyun, que empezaba debido a la naturalidad con la que su novio hablaba.

—Eres idiota, Nam Woohyun —contestó Sungkyu, echándose a reír.

— ¿Eso es un sí?

—Tal vez.

—Te odio.

— ¿Seguro? Ayer me pareció oír lo contrario —declaró Sungkyu, sin poder guardárselo más, pues la pequeña parte de su mente que todavía estaba cuerda y despierta, seguía sin creerse las palabras del menor del día anterior e intentaba convencerlo de que se lo había imaginado todo.

—Bueno, ¿y qué tal la salida de anoche? Dejando a un lado al chico increíble.

Woohyun decidió cambiar de tema al instante, y no porque no quisiera hablar sobre su más que reveladora despedida, sino porque eso le llevaría a tener que hablar sobre la pequeña mentira que les había tenido que contar a su familia.

Sin embargo, Sungkyu no estaba por la labor de dejar escapar la oportunidad de discutir sobre la confesión del día anterior y menos cambiarla por una conversación sobre su noche, por lo que optó por no desistir.

— ¿Por qué cambias de tema?

— ¿Por qué lo haces tú?

—Tú has empezado.

—Pero tú me has seguido —señaló el menor.

—Woohyun —dijo Sungkyu, con tono autoritario y firme tras un largo suspiro.

—Ay, cómo me pone cuando dices mi nombre de esa forma.

Sungkyu estalló en carcajadas de nuevo. No podía creerse lo increíblemente infantil que podía llegar a ser su pareja.

—Hablaremos cuando vaya a verte, entonces —se rindió Sungkyu ante el menor.

— ¿Entonces vendrás? —preguntó su interlocutor, repentinamente ilusionado.

—Pues claro, por mi bebé, lo que sea.

—Genial, genial, genial —exclamó Woohyun, pasando por alto el cariñoso apelativo con el que se le había dirigido Sungkyu—. Pues tengo una noticia para ti de la que debes ser consciente cuando vengas.

—No me asustes, Nam Woohyun —casi suplicó el mayor, incorporándose levemente en el sofá, algo alarmado.

—Tranquilízate, no es nada. Sólo que mi familia cree que tengo novia.

—Vaya.

— ¿Estás cabreado? —interrogó Woohyun, algo asustado por la corta respuesta al otro lado de la línea.

—No, sólo algo sorprendido.

—Escucharon mi despedida de ayer y mi madre y yo tuvimos que inventarnos algo.

—Espera, ¿qué despedida? No sé de qué me hablas —habló el mayor, queriendo hacerse el loco.

—La de ayer. Cuando te dije... eso —respondió, algo cohibido.

— ¿Qué es eso? —siguió Sungkyu, divertido con la adorable confusión de Woohyun.

Woohyun suspiró, aunque tras varios segundos, se dio cuenta de que verdaderamente no le era tan difícil admitirlo.

—Cuando te dije que te quiero — declaró, suavizando su tono.

—Ah, vale. Ya me acuerdo —Sungkyu sintió como se derretía, pues a pesar de que había estado deseando volver a escuchar esas palabras salir de la boca de Woohyun, no estaba preparado—. Yo también tengo algo que contarte, la verdad. Aunque pensaba no hacerlo, creo que debes saberlo.

— ¿Ocurre algo?

—Tiene que ver con nuestra salida ayer por la noche. La verdad es que nos metimos en una pequeña pelea y…

— ¿Estás bien? —ahora el alarmado era Woohyun, el cual se había levantado de un salto de su anterior posición, sentado sobre su cama.

—Me di un pequeño golpe en la nariz, pero no es nada grave —explicó Sungkyu, intentando suavizar su condición.

—Mándame una foto. ¿Has ido al hospital? —habló el menor, con un tono exigente y demandante.

—Primero, no pienso mandarte una foto y, segundo, ya he ido. Ahora se ve bastante feo pero pronto estaré perfectamente, no tienes de qué preocuparte.

Pudo escuchar un largo suspiro al otro lado de la línea como si Woohyun estuviera intentando apaciguarse y no volverse loco.

—Nada en ti puede verse feo —comentó con un tono suave de voz, obligando a que en el rostro de Sungkyu asomara una sonrisa.

—Estás hecho todo un ligón, Nam Woohyun.

—Sólo cuando se trata de ti —aseguró, sonriendo levemente.

— ¡Azucarito, vamos a comer! Cuelga ya y ven a la mesa.

Woohyun se llevó el móvil al pecho para contestar a la orden de su madre con otro grito:

— ¡Ya voy! —Respondió, antes de volver a llevarse el aparato a la oreja para informar a su novio a pesar de que era imposible que éste no los hubiera escuchado; y así era—. Hablamos más tarde, Kyu. Duerme un poco, suenas hecho polvo.

—Es que fue una gran pelea —comentó Sungkyu, con tono irónico.

—Ya me imagino. Tienes que relatármela con pelos y señales cuando vengas.

—Hecho —accedió Sungkyu, aun sabiendo que podría decir todo lo que recordaba de ella en sólo una oración.

—Genial. Hasta lue-

— ¿Quieres dormir un rato y dejar de estar de cháchara toda la mañana?

Repentinamente y antes siquiera de que Sungkyu pudiera terminar de oír la despedida de su pareja, Sooyoung apareció a su lado, robándole el móvil y colgando la llamada. El mayor alzó la vista, asustándose al momento por el aspecto de su amiga, pues llevaba un pijama viejo, el maquillaje corrido y estaba completamente despeinada observándolo con cara de pocos amigos.

—He-ey —se quejó el mayor, dubitativo, sin intentar recuperar su móvil pues sabía que sería inútil—. Estaba hablando.

—Lo he notado. Pero ya no. Tengo hambre así que prepararé algo de comer. Tú también comerás y después iremos a dormir, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —aceptó Sungkyu, sin que pasara por su mente la posibilidad de negarse a hacer lo que Sooyoung proponía.

—Perfecto. Te pondré la tele para no dejar que te duermas mientras cocino —le informó su amiga, mientras se acercaba al televisor para encenderlo y dejar puestas las noticias antes de marcharse con el mando, dejando a Sungkyu sin la posibilidad de cambiar ni de apagar el aparato. Quiso entonces reprocharle el haberle colgado a Woohyun si quería entretenerlo pero prefirió mantener la boca cerrada y no decir nada por precaución.

Sungkyu se resignó a tener que ver los informativos aunque pronto y sin que pudiera evitarlo, el sueño pudo con él mientras se preguntaba si Woohyun le hubiera vuelto a decir que le quería o no y si esta vez, él le hubiera contestado.

 

 

— ¿Qué haces aquí otra vez? —preguntó, entre cabreado y extrañado.

—Yo también te he echado de menos —contestó el más alto, cerrando la puerta de la habitación tras de sí.

—No voy a corregirme, ¿qué haces aquí?

—Tú madre me ha invitado a entrar —explicó el mayor, con simpleza, dejándose caer en la cama del dueño del cuarto.

—Eso no es lo que te he preguntado y tengo que hablar con ella para que deje de invitar a entrar a cualquiera.

—Yo no soy cualquiera y sabes que tu madre me adora, siempre me dejará entrar.

—Me duele que tengas razón —admitió Sungjong, viéndose en el espejo en el espejo de arriba a abajo después de haberse cambiado cinco veces el conjunto.

— ¿Qué haces?

—He quedado —respondió el menor, sin querer dar más explicaciones. Sin embargo, su respuesta no satisfizo a Jonghyun, que necesitaba más información.

— ¿Con quién? ¿Y nuestro plan?

Sungjong resopló y volvió la vista hacia su reflejo, supuso que podría considerarlo como tal, amigo.

— ¿Qué plan? Ni siquiera tenemos un plan. Llevamos semanas con esto y lo único que hacemos es seguirlos y observarlos, no tiene sentido. No sé qué pretendes conseguir de esta forma.

—Yo tampoco lo sé, pero lo que no puedo es quedarme sentado sin hacer nada.

—Woohyun no está y Sungkyu debe estar durmiendo por lo que me ha contado Sooyoung a la hora de comer. No hay nada que podamos hacer hoy.

Jonghyun tuvo que aceptar que las palabras del menor tenían su lógica y se dejó caer hacia atrás, tumbado atravesando la cama de Sungjong.

—Odio cuando tienes razón —admitió.

Sungjong sonrió complacido y volvió de nuevo a centrarse en su armario, buscando la ropa ideal.

—Ya que tienes tiempo libre puedes pensar en algo que podamos hacer y que sirva realmente para algo. Aunque este plan cada vez me convence menos —confesó.

—No quiero pensar, mejor hagamos algo.

—Ya te he dicho que he quedado —le recordó Sungjong, encontrando la camiseta por la que andaba buscando hacía ya un buen rato.

— ¿Con quién? —se interesó Jonghyun, apoyando los codos sobre la cama y sorprendiéndose al ver al menor cambiándose justo frente a él.

—Con Bogum, el camarero de ayer —contestó, consiguiendo al fin pasar la cabeza por el agujero de la camiseta e intentando esconder, sin conseguirlo, su emoción.

— ¿Vas a abandonarme por ese?

—En realidad había quedado con él antes así que no te estoy abandonando, pero contestando a tu pregunta… Sí, sin pensarlo dos veces —declaró, colocándose bien la ropa mientras se miraba de nuevo en el espejo.

—Entonces volveré a mi casa a llorar mientras como helado y veo una película cursi de amor —informó Jonghyun, mientras se levantaba con lentitud de la cama.

—Sabes que no harías eso. ¿Qué quieres que haga? No voy a cancelar mi cita.

— ¿Es una cita? —preguntó Jonghyun con una ceja enarcada.

—No hemos quedado como amigos si es a eso a lo que te refieres —explicó Sungjong, echándose algo de colonia e intentando arreglarse el pelo tras darse a sí mismo el visto bueno con la ropa—. ¿Quieres que le pregunte si tiene algún amigo para ti? ¿O amiga?

—No, gracias, creo que paso. No me van las citas dobles —contestó, algo desanimado mientras observaba al menor arreglarse desde su sitio en el colchón.

—Genial, pues haz lo que te digo. O si lo prefieres, puedes ocuparte de perseguir a Myungsoo. Esa persona con la que hablaba por teléfono no tardará mucho en llegar si no lo ha hecho ya.

—Tal vez lo haga.

—Bien. ¿Qué tal estoy? —preguntó, girándose hacia el mayor con los brazos abiertos. Aunque su pregunta era una mera cordialidad; sabía que estaba perfecto.

—Estás... correcto —declaró, recorriéndolo con la mirada de arriba a abajo.

—Vaya, tus piropos siempre logran dejarme sin palabras —comentó Sungjong, en un tono irónico mientras buscaba su móvil para comprobar la hora—. Bogum pasará por mí en un rato y es mejor que no nos vea juntos —dijo como intento de echar al mayor de su casa de forma indirecta.

—Tranquilo, yo ya me voy. Pásatelo bien.

—Gracias —respondió, dando media vuelta.

Jonghyun observó al menor una última vez antes de abandonar su habitación; sin embargo, este no quiso siquiera dirigirle una mirada, aunque sí lo hizo en cuanto el mayor hubo cerrado la puerta tras él.

Y en ese instante, una sensación de desasosiego le recorrió todo el cuerpo.

Sin embargo, Jonghyun no tenía la mínima intención de marcharse. Nada más abandonar la casa del menor, optó por esconderse en el callejón entre la suya y la casa del vecino, repitiéndose que era su deber vigilar el encuentro entre su amigo y ese tal Bogum. Debía asegurarse de que el camarero no quería aprovecharse de la inocencia de Sungjong, aunque, Jonghyun, muy en el fondo, supiera que esa inocencia no existía y que su compinche no necesitaba que nadie lo cuidara. Una pequeña parte de él de la que todavía no quería ser consciente, sabía muy bien que las razones por las que se quedaba a seguir a Sungjong estaban muy alejadas de las que él mismo se daba y que no tenían nada que ver con la de querer cuidar de su amigo.

Notas finales:

Y eso es todo por esta vez. Dudas, sugerencias, quejas y reviews cariñosos en los comentarios :D Muchas gracias por leernos y nos vemos en la próxima actualización. 

Ahora estamos subiendo la historia a Wattpad bajo el mismo título así que podéis buscarla y compartirla también ahí ~ — A.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).