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Boy Online por DoritoCoupleProductions

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Notas del capitulo:

¡Buenas! Aquí estamos publicando el segundo capítulo de nuestra querida historia. En este, podremos conocer un poco más a la persona que se oculta tras el alias 'Princesk'. ¡Esperamos que os guste :) — A.


Nota: muchos personajes y datos que aparecen en esta historia son originales, como por ejemplo la madre de Woohyun o Hoya siendo fan de Madonna (xD). Si sus nombres coinciden con el de algún idol o persona conocida, es pura coincidencia.


 


SUBIREMOS UN NUEVO CAPÍTULO CADA LUNES Y VIERNES. ¡ESTAD MUY ATENTOS!

Se despertó entre sus sábanas de franela rosa súbitamente, al escuchar la música a todo volumen que atravesaba la pared más cercana a su cabeza. Se frotó los ojos, sonriendo, demasiado acostumbrado ya a empezar así la mañana como para molestarse y se levantó, mirándose al espejo de cuerpo entero que tenía junto a la cama. Aún no se había habituado del todo a su nuevo pelo rojo y había asumido que tendría que olvidarse de vestir de rosa durante algún tiempo, pero aun así, le gustaba. Peinó un poco con las manos el desastre capilar que una larga noche de sueño había causado, antes de cambiarse y salir alegre de su habitación. Recorriendo el pasillo, la música iba aumentando cada vez más su volumen hasta que llegó a la sala donde Howon bailaba Hung Up de Madonna, una de sus canciones favoritas. Sungkyu simplemente pasó mirándolo, sin sorprenderse lo más mínimo por su comportamiento, y entró en la cocina.


—Buenos días, Ariel —Howon dejó su baile, bajando un poco la música y siguiéndolo a la cocina donde él ya estaba a punto de desayunar.


— ¿Ya no soy tu princesa? —preguntó el otro, haciendo un puchero.


—Nunca dejarás de serlo —sonrió y se le acercó con intenciones de abrazarlo. Sungkyu se dejó hacer. Aún no se había habituado a recibir abrazos del menor y no pudo evitar que un pequeño escalofrío le recorriera la espalda al recordar los sentimientos que algún día, ya pasado, había profesado por él. Intentó olvidarse de eso y le dio un par de golpecitos en la espalda antes de hacer que se separase.


—Hala, hala... Ahora, haz tortitas, tu princesa tiene hambre.


Howon le miró con desprecio antes de revolverle el pelo y reír divertido ante las quejas de Sungkyu, que intentó evitarlo sin lograr nada. Antes de que pudiera echarle la bronca, el otro ya había escapado hacia la sala, cantando, o más bien gritando, la canción que ahora sonaba mientras el pelirrojo lo intentaba atrapar, dándose por vencido después de un corto tiempo y dejándose caer en el sofá, soltando un suspiro cansado.


— ¿Ya te has cansado, viejo? —El menor rio, y, cuando estaba a punto de sentarse a su lado, Sungkyu le propinó un empujón hacia la cocina con una pierna.


— ¡Pasa a hacerme el desayuno, enano!


El chico terminó cediendo y, riendo, se fue a la cocina a hacer tortitas, sabiendo que era lo que más le gustaba desayunar a su compañero. Después de un buen rato en el que escuchó a Sungkyu cantar desde la cocina, este apareció feliz, atraído seguramente por el olor del sirope de chocolate. Antes de poder siquiera decir nada, Howon cogió una tortita y se la metió entera en la boca. Sungkyu se la comió como pudo, mirándolo con mala cara y atragantándose.


—Vuelve a hacer eso y te mato —susurró en cuanto acabó de tragar, mientras se sentaba en la mesa para comer con tranquilidad.


Después de desayunar y recoger, los dos acabaron de prepararse justo al mismo tiempo en que Dongwoo llamó al timbre del piso. Bajaron y este los saludó con emoción, dándole un pequeño beso en los labios a su novio y gritando por lo bien que le quedaba a Sungkyu su nuevo color de pelo. Este no pudo menos que mirar a Howon con superioridad y burla mientras él negaba con la cabeza.


— ¿Por qué le mientes tan cruelmente a la cara, amor? —Dongwoo comenzó a reírse agarrándose del brazo de Howon mientras comenzaban a andar y Sungkyu les dirigía una fría mirada de desprecio siguiéndoles desde detrás hasta la parada de bus de la esquina.


 


Llegaron a la universidad con bastante tiempo de sobra y decidieron sentarse en la cafetería ya que Dongwoo no había desayunado aún.


— ¿Nervioso por tu primer día, mi reina? —Sungkyu preguntó, sonriente, ya olvidando su pasado pequeño enfado por sus burlas e intentando ignorar las miradas de todos los presentes en la sala.


—Por favor, Ariel, ¿no sabes ya que yo nunca me pongo nervioso?


— ¿Seguro? —preguntó él enarcando una ceja— ¿Y aquella vez en el concierto de Madonna? ¿Y cuando sacó esa canción después de tanto tiempo? ¿Y cuando te "sonrió" en aquella firma de discos? ¿Y...? —Sungkyu dijo ese "sonrió" entre comillas y fue interrumpido por su compañero de piso antes de poder acabar.


—Vale, vale... me llega. Pero esos ejemplos no cuentan. Madonna es un caso especial.


Dongwoo rio frente la conversación de los dos sin comentar nada y terminando de comer. Se separaron para ir a sus respectivas clases en las que lo único que hicieron fue escuchar el sermón del profesor con todo lo que harían a lo largo de ese año. Pero ese día solo tendrían clases la mitad de la mañana ya que luego todos debían asistir a una conferencia organizada por el rector de la universidad. Los tres se encontraron un rato antes de la charla, porque les dejaban un tiempo libre antes, así que decidieron darle un paseo a Howon por la universidad mientras este les contaba cómo se había sentido en su primer día como universitario.


—Me han pedido el número cinco personas ya y otras dos me lo han dado sin siquiera haberles hablado —dijo con una pequeña sonrisa de satisfacción—. ¿Tan guapo soy?


—Claro que sí, amor. —contestó su novio contento, con una sonrisa orgullosa.


—No, eres un bicho. — dijo Sungkyu a la vez que el otro.


—Yo soy una obra de arte, mi princesita, solo que tú eres un pobre inculto lleno de celos porque no ligas ni por internet.


Sungkyu le miró ofendido y le dio un golpe en el brazo con el puño.


—No me hables así, Lee Howon, si quieres tus CD intactos. —amenazó, mirándolo intentando aparentar seriedad.


—No te atreverás... —susurró Howon con auténtico pánico reflejado en su expresión.


—Sabes que sí. — Sungkyu le sonrió con seguridad.


—No amenaces a mi novio, Kim Sungkyu.


Por un momento el pelirrojo estuvo a punto de creerse a Dongwoo, pero este estalló en risas antes de darle tiempo a asustarse y soltó un largo suspiro de alivio.


—De verdad me habías asustado...


Howon sonrió, atrayendo a su novio hacia sí, rodeando su cintura con un brazo.


—Este es mi chico... —Le dio un beso en la mejilla y le dirigió una mirada de burla al mayor— ¡Cuánto daño hace la soledad! Deberíamos buscarte a alguien para que soltaras toda esa ira contenida que te corroe por dentro.


Sungkyu simplemente ignoró su comentario, aunque por su mente no pudo evitar imaginarse a él tan cariñoso con un chico como Howon y Dongwoo lo eran entre ellos. En realidad tenía envidia de su relación. Quería a alguien con quien compartir su vida, pero llevaba años solo. Y no porque no pudiera estar con nadie, sino porque nadie le había interesado de esa forma después de su compañero de piso. Por eso había creado su blog, para poder compartir su día a día con alguien y no sentirse abandonado. Sin embargo a medida que pasaba el tiempo comenzaba a sentir que su blog le llenaba cada vez menos.


— ¿Qué tal ese? ¿O ese? ¿Y aquel? ¡Oh, mira ese de la gorra! —Dongwoo no paraba de señalar a los chicos que pasaban delante del trío, y estos se quedaban mirándolos. Sungkyu se escondía al otro lado de Howon, avergonzado, aunque intentaba observar a todos los chicos que el otro le recomendaba. Al final acabó por taparle la boca al otro para que se callara y cambió rápidamente de tema señalando, los sitios por los que pasaban y explicando todo sobre esos lugares—. Estos baños no funcionan —comentó el mayor, señalando una puerta desgastada—. La gente suele venir aquí a fumar, así que no te recomiendo entrar.


— ¿Y tú cómo sabes que vienen a fumar? —preguntó Howon, encarando una ceja.


Sungkyu le dirigió una rápida mirada a Dongwoo que no pasó por inadvertida ante los atentos ojos del menor.


— ¿Fumas a-…?


— ¡El de la chaqueta gris, Sungkyu! —Howon fue interrumpido por su pareja antes de siquiera poder terminar su pregunta, y, sin darse cuenta, ya estaban andando y hablando sobre los posibles ligues del mayor que este solo rechazaba.


 


Después de un buen rato dando vueltas, habían decidido que ya era hora de ir al lugar de la conferencia, aunque aún faltaban casi diez minutos, para así coger un sitio decente (al final de la sala, vaya). Llegaron y la sala estaba ya casi completamente llena por lo que tuvieron que sentarse junto a la puerta. Comenzó el discurso. El mismo de cada año. Sungkyu se apoyó contra el respaldo de su silla, aburrido y cerró los ojos esperando a que acabase con rapidez mientras Dongwoo sonreía entusiasmado por su novio y Howon imitaba su mismo entusiasmo para no borrar la sonrisa de su rostro cuando en realidad, todo lo que el rector contaba, le importaba más bien poco.


Debían de estar ya a mitad de discurso y Sungkyu a punto de dormirse cuando escuchó como se abría la puerta que estaba justo a su izquierda y emitñia un terrible chirrido que era perfectamente audible para las personas más cercanas a ella. Sus ojos se abrieron de par en par y dirigió su mirada de enfada a aquel que había interrumpido su —casi— profundo sueño, pero cuando vio al chico que asomaba la cabeza por la puerta lo único que pudo hacer fue quedarse sin respiración. Emanaba sensualidad y felicidad por cara poro de su piel; rápidamente, como si nada hubiera pasado, fue a sentarse justo una fila más abajo que Sungkyu, sin siquiera haberse fijado en él, que lo había seguido con la mirada hasta allí. "No me importaría liberarme con él", no pudo evitar pensar mientras sonreía para sí y dándose cuenta al mirar de reojo a sus amigos de que los dos lo estaban observando atentos.


— ¡Ese! —soltó Dongwoo, que estaba en el medio, señalando a la nuca del que acababa de entrar y que se había sentenciado nuevo pretendiente en potencia de Kim Sungkyu.

Notas finales:

¡Hasta aquí por esta semana! Nos leemos el lunes. ¡Dejad vuestros comentarios y decidnos qué os va pareciendo la historia; lo apreciaríamos muchísimo! — A.

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