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Boy Online por DoritoCoupleProductions

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Notas del capitulo:

¡Buenas! Aquí traemos el nuevo capítulo, y con él, nos gustaría anunciar que nos vamos a tomar el mes de agosto de vacaciones. Por lo tanto, no subiremos ningún capítulo nuevo hasta el primer lunes/viernes del mes de septiembre.

Este pequeño hiatus nos servirá para avanzar más en la historia, planear y arreglar ciertas cosas que van a suceder y, sobre todo, aumentar la expectación de nuestros lectores.

Ahora, podéis continuar con la lectura :) — A.

Sabía que había sido duro con Sungkyu pero, al fin y al cabo, se lo merecía. Le había mentido con toda la tranquilidad del mundo y él, inocentemente lo había creído solo porque quería hacerlo. Y aún después de todo, se sentía mal por lo que le había dicho, aunque no lograba entender la razón por completo. No quería romper esa amistad que todavía estaba comenzando entre los dos, por eso no le había dado mucho importancia al hecho de que le hubiera mentido. O tal vez es que la mentira era tan evidente que, muy en su interior, ya conocía la verdad, aunque se la hubiera negado a sí mismo.

Acababa de dejar a un confuso Sungkyu en los jardines para irse a buscar a Sungyeol y poder hablar con él lo que había pasado. Empezaba a sentirse algo mal por justo haberle dicho todo eso después de lo que había pasado con el profesor pervertido, sin embargo, lo que le había escuchado hablar con sus amigos había logrado soltarle la lengua al menor. Debía encontrar a su amigo para poder confiarle lo que había sucedido y saber su opinión.

 

 

—Se acabó —dijo Sungkyu, dejándose caer de nuevo entre sus dos compañeros que aún mantenían el silencio, apoyándose sobre sus rodillas con ambas manos para no tropezarse—. Creo que no le intereso a Woohyun, chicos. Lo habéis escuchado todo, ¿cierto?

Ambos asintieron a la vez y el mayor suspiró.

— ¿Sabes qué, Kyu? Creo que deberías darle tiempo. Tal vez aún tiene que asimilar que estaba enamorado de una chica que en realidad no existe. Eso es duro —intentó animarlo un poco Howon.

—Vale... —Sungkyu aceptó la explicación de su amigo con facilidad. Cerró los ojos ya que se encontraba algo mareado e intentó dejar de pensar—. Chicos, creo que voy a quedarme aquí. ¿Podéis dejarme solo? —inquirió abriendo los ojos para observar a ambos chicos. Los dos asintieron, sabiendo que Sungkyu no estaba de humor. Se levantaron y cuando se disponían a irse, el pelirrojo frenó a Dongwoo, agarrándolo de la manga.

—Dino, ¿tienes algún porro más?

El susodicho lo obsevó, juzgándolo con la mirada. Sabía que no debería dárselo, pero temía por la reacción del mayor si se negaba. Nunca había visto a Sungkyu tan bajo de ánimos y no quería comprobar cómo podría comportarse. Terminó por ceder y tenderle todo lo que había traído, costándole la vida separarse de ello, mientras su novio tiraba de él para alejarlo del lugar.

Sungkyu les sonrió mientras se iban y se dispuso a liarse otro porro, porque, realmente, no tenía nada mejor que hacer y, en verdad, quería olvidarse de todo.

En menos de diez minutos después ya estaba fumando. Agradecía haber elegido un lugar bastante alejado de la entrada al edificio ya que prefería que no lo pillasen, además ahora que era hora libre. A medida que pasaban los minutos, empezaba a sentirse cada vez más solo y se arrepentía un poco de haber echado a sus amigos de su lado, aunque en un primer momento le hubiera parecido la mejor opción. Comenzaba a deprimirse ligeramente y le entraba el sueño, pero entonces, pensaba en la conversación que había mantenido no mucho tiempo atrás con Woohyun y no sabía por qué, eso le enfurecía en parte.

— ¡Joder! —maldijo, sin pensar, dejando salir su frustración y levantándose de un salto que casi le hizo perder el equilibrio.

De improviso tenía unas ganas increíbles de pegar a Woohyun o de hacerle daño de alguna forma. Sin embargo, no se le ocurría nada, porque al menor él no le importaba en absoluto así que no tenía forma de molestarlo. Y de repente empezó a pensar en por qué le importaba tanto Woohyun, si total, no era nada para él. Qué más daría lo que él pensara si total, a Sungkyu solo le atraía su cuerpo, nada más. Era demasiado inocente para su gusto, creyéndose cualquier cosa que le dijeran como si pudiera confiar en todo el mundo. O eso era lo que quería creer.

Empezó a caminar sin rumbo fijo, dándole vueltas a la cabeza, pensando en todo lo sucedido. ¿Qué haría ahora? Lo mismo de siempre, ¿no? Todo seguía igual, en realidad. Para bien y para mal. Volvía a pensar en lo mucho que parecía haber cambiado su vida en unos pocos días, pero realmente, eso no era verdad, ¿no? Solo tenía unos pocos amigos más y ya, nada nuevo. Todo seguía dolorosamente igual. Continuaba solo, sin pareja, envidiando la relación entre sus dos mejores amigos y sintiendo que eso no iba a cambiar en un futuro cercano.

'¿Por qué solo les gusto a chicos raros y no a los que me gustan a mí? ¿Por qué tengo tan mala suerte?'

En ese momento se dio cuenta de que en vez de haber caminado en línea recta recorriendo el jardín, había estado andando alrededor del árbol durante todo ese tiempo y eso le hizo reírse de sí mismo.

'Necesito un novio ya' se dijo en cuanto se dio cuenta de que, en verdad, no había sido tan divertido así que no tenía razones por las que reír.

Entonces inició un repaso mental de todas las opciones que tenía. A medida que pasaban los años, bastantes personas se habían interesado por él pero ninguna había captado su atención como para conseguir de su persona algo más que un simple lío.

Hasta que Woohyun apareció y le hizo entender que no siempre se consigue todo lo que se quiere. La situación le recordaba a la que había vivido en el instituto con Hoya, que, aunque ahora solo quedaba una fuerte amistad, él había sido la única persona por la que había sentido algo que podría llamar amor, aunque tal vez solo se trataba de un capricho. Un capricho que no había logrado alcanzar. Eso lo hacía preguntarse si de verdad el amor era algo para él o simplemente debería olvidarse de esas tonterías y centrarse en cualquier otra cosa antes que en buscar a alguien con quien compartir su vida. Realmente se sentía un solitario aunque la mayor parte del tiempo estuviera rodeado de personas. A pesar de que el destino parecía tenerle preparada una vida en soledad, él no permitiría, no quería eso, quería algo mejor, lo necesitaba. De verdad deseaba despertarse cada día y pensar en esa persona para poder levantarse con una sonrisa.

Pensar en eso, de hecho, le hizo sonreír.

Necesitaba a alguien que le tratara de forma cariñosa, que le abrazara cuando a él le hiciera falta. De repente le vino a la cabeza la imagen del chico guapo. Aunque él no fuera el acosador, Dongwoo había dicho que le miraba mucho así que había posibilidades de que quisiera algo con él, ¿no? Sí, seguro que sí.

En ese momento tomó una decisión, y sin pararse a pensárselo dos veces, empezó a caminar con decisión. En su camino, se chocó con varias personas, ya que, con sus ojos entrecerrados después de fumar, era apenas consciente de lo que pasaba a su alrededor. Aun así, parecía que por primera vez en todo el día, la suerte parecía estar de su lado, ya que consiguió alcanzar su destino sin perderse. Al entrar, se paró unos segundos junto a la puerta para buscar con la mirada a su objetivo, aunque esto le costó bastante. Sorprendentemente, lo encontró sentado justo en el mismo sitio en el que estaba la otra vez. Respiró hondo y caminó con decisión para colocarse a su lado, clavando sus ojos en él. El chico, que había estado concentrado en su lectura, alzó la cabeza notando la presencia del mayor y, sorprendido, le miró confuso e inquisitivo, además de algo asustado, ya que Sungkyu portaba una expresión difícil de definir.

— ¡Hey! —saludó, quizá con demasiadas ganas al pasar por alto que estaba en una biblioteca.

El chico guapo giró su rostro a un lado y a otro, aun dudando de que el mayor pudiera estar hablándole, pero cuando vio que era el único en la mesa, se convenció de que se dirigía a él. Le devolvió la mirada y, nervioso, le sonrió.

—Hey... —murmuró, intentando no molestar al resto de alumnos que se encontraban en la sala. A Sungkyu le pareció increíblemente adorable y no pudo evitar sonreírle también, cada vez más seguro de lo que quería hacer.

Rápidamente cogió una de las manos del chico guapo y lo arrastró consigo al fondo de la biblioteca, llevándolo a esas estanterías que ya nadie visita por sus libros.

El menor, se dejó hacer, clavando la mirada en sus manos mientras lo seguía ciegamente. Siempre se había preguntado cómo se sentiría la piel de Sungkyu y desde luego, la realidad no le había decepcionado.

El pelirrojo lo dejó apoyado contra una estantería antes de soltarlo. Había notado que unos ojos lo habían estado siguiendo por el camino, pero realmente no le preocupaba. El chico guapo lo miraba esperando a que hablara, pero Sungkyu se permitió pasarse un buen rato simplemente admirando la belleza del otro. Era verdaderamente guapo.

—Sungkyu... —susurró, preocupado de que el mayor no pronunciara palabra. Parecía algo mareado.

— Yo te gusto, ¿no? —inquirió por fin Sungkyu, yendo al grano.

El chico abrió los ojos, no esperándose esa pregunta. ¿Tan evidente era?

—Esto... —dijo, dubitativo, mordiéndose el labio. Y antes de que pudiera siquiera pensar en lo que responder, vio como Sungkyu elevaba una mano y la colocaba en su nuca, entrelazando los dedos con sus mechones.

El mayor lo miraba con algo que el chico podría haber definido como deseo, aunque tampoco lo tenía muy claro.

Sus rostros se acercaron poco a poco y Sungkyu subió la otra mano para rodear el cuello del chico, que era algo más alto que él. Y antes de que ninguno pudiera echarse atrás, sus labios se juntaron en un beso lento, mientras ambos cerraban los ojos para dejarse llevar por el contacto entre sus labios. El chico, que había mantenido ambos brazos pegados a su cuerpo, se atrevió, finalmente, a rodear la cintura del mayor, atrayéndolo aún más a su cuerpo, sin romper el beso. No acababa de creerse lo que estaba sucediendo. Hasta llegó a pensar que tal vez se lo estaba imaginando, y no hubiera sido la primera vez. Siempre había pensado que Sungkyu tenía unos labios muy especiales, ya que tenían un color rosado por naturaleza que nunca había visto antes y había deseado probarlos desde el primer momento en el que sus ojos se cruzaron con el rostro del pelirrojo. Ahora lo había conseguido. Eran suaves y blandos y sabían ligeramente a humo pero eso solo le hizo desear más, por lo que, enseguida, el lento beso se había convertido en uno lleno de pasión en el que el chico guapo se había hecho con el control, girando sus cuerpos para ser Sungkyu el que quedara apretujado contra los libros. El golpe le hizo soltar una leve queja que murió en los labios del menor, además de tirar ligeramente de los cabellos enrollados en sus manos.

Pronto, tuvieron que separarse, apenas unos centímetros, por la falta de aire. Ambos abrieron los ojos y Sungkyu rio complacido. Eso le había gustado. Le había gustado como el chico parecía estar tan necesitado de él.

—Sí... —susurró el más alto en un suspiro, el aire chocando contra los labios del mayor.

— ¿Sí a qué?

—Me gustas —contestó, intentando mantenerle la mirada.

—Genial —dijo un sonriente Sungkyu antes de acercarse a darle un rápido beso sobre los labios—. Por cierto, ¿cómo te llamas? —preguntó, al recordar que el chico había dicho su nombre pero él aún no tenía ni idea del suyo.

 

 

—No me lo puedo creer —repitió Dongwoo, una vez más, mientras su novio le aguantaba la puerta de la biblioteca para poder salir.

—Dino, tampoco pensemos mal. Tal vez... No. No se me ocurre nada, lo siento —admitió Howon, caminando hacia la cafetería junto a su pareja.

—Está loco —repitió, también, aún en estado de shock.

—Cariño, tampoco es para tanto.

—¡Ni siquiera le conoce, Hoya! —exclamó.

—Ya, bueno. Creo que Kyu necesitaba otra táctica para conseguir a alguien. Tal vez esta le funcione, quién sabe.

Dongwoo se mantuvo en silencio todo el camino hasta su habitual mesa, pensando en las palabras del menor.

—Es que... Es raro ver a Sungkyu comportarse así. Es como un hermano mayor —concluyó justo cuando su novio acababa de pedir algo de beber por los dos al camarero.

—Después de como lo hemos visto antes, podría esperarme cualquier cosa de él. Fumado y deprimido es una mezcla imprevisible. Siento que las palabras de Woohyun de verdad le calaron hondo. Realmente le gustaba… —opinó Howon justo en el momento en el que un sonriente Woohyun, tomaba asiento en la mesa con ellos.

—Hey, he oído mi nombre. ¿De qué habláis? —preguntó, curioso.

Howon no pudo evitar dirigirle una mirada seca, ya que, aunque Woohyun no le caía mal, había hecho daño a su mejor amigo, y eso ya le hacía querer alejarse de él.

Al contrario que él, Dongwoo era muy comprensivo y podía ver la situación desde ambos lados, por lo que le habló con total tranquilidad, sin pensar demasiado en lo que iba a decir.

—De cómo has deprimido a Sungkyu hasta tal punto que ha ido a liarse con un chico que ni conoce —contestó, simple.

De inmediato, el mayor recibió una patada debajo de la mesa por parte de su novio, que le miraba con urgencia.

Woohyun sintió que, por unos instantes, todo se había vuelto negro.

Notas finales:

¡Y hasta aquí el capítulo! Sentimos que sea corto, pero volveremos en septiembre con mucho más y mucho mejor. ¡Gracias por el apoyo, las lecturas y los comentarios! ¡Significa mucho! ¡Hasta la próxima! — A.


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