Sus ojos se abrieron al sentir el calor del sol quemando su piel, parpadeó suavemente hasta abrir los ojos y observó el lugar donde se hallaba, aún se encontraba sentado abrazado a las piedras que llevaban los nombres de sus hijos, el sol había salido seguramente hace ya mucho tiempo pues el dolor en su espalda y brazos se intensificó, seguramente el astro había causado daño sobre su piel, lejos de preocuparse aquello lo alegró de cierta manera.
Besó cada piedra en el lugar donde estaban inscritos los nombres de sus hijos, se puso en pie lentamente sintiendo el adormecimiento de sus miembros inferiores, observó el lugar detenidamente apreciando la belleza y tranquilidad que predominaba allí, era un buen lugar para descansar, Jae-Min y Taerin estaban en un precioso lugar.
El viento acarició grácilmente sus pelos despeinándolos en el camino, sus patas disfrutaron de la humedad de la tierra y la hierba bajo su toque, era un alivio para su desgastado cuerpo pues el sol era inclemente a su cansancio. El atardecer llegó rápidamente trayendo consigo acuarelas de colores rojo, naranja y amarillo que pintaron el cielo, JongIn elevó la mirada contemplando la majestuosidad del cielo, perdiéndose en su infinita belleza, se obligó a creer que allá en lo alto del firmamento mucho más lejos que las nubes, los espíritus de sus pequeños eran resguardados y cuidados por su benévola diosa. Aulló dolorosamente cuando llegó al límite final del territorio de la antigua manada Black Pearl, rasgó levemente la tierra bajo sus patas con sus grandes garras mientras emitía un aullido profundo y lastimero, era su manera de decirles “Volveré”.
Los pequeños brazos de su hijo menor se envolvieron alrededor de su cuello mientras este gimoteaba levemente sobre su hombro derecho, se dedicó a consolar al pequeño dando leves caricias a su pequeña espalda, apretujándolo entre sus brazos mientras besaba su cabeza.
-Shh, tranquilo mi amor, papá está aquí- Volvió a depositar un beso sobre la pequeña cabecita del pequeño.
A su alrededor todos los miembros lo observaban de manera expectante como si esperasen alguna explicación sobre su desaparición en tan horrorosa noche, observó la molestia y el alivio en el rostro de su mejor amigo, quien se acercaba a ellos, observó el rostro severo y un poco molesto de su alfa, KyungSoo sin embargo no lo observaba.
-TaeMin lloró mucho, tanto así que se quedó dormido debido al agotamiento que el llanto le provocó, no es necesario preguntar a donde fuiste JongIn, lo sé, pero la próxima vez ten la amabilidad de comunicarme si vas a salir de improvisto, no quiero volver a ver a mi hijo como anoche ¿entiendes?- El menor le susurró todo eso cuando estuvo a su lado, su voz era demasiado suave pero había un claro grado de enojo, no lo culpaba había sido desconsiderado con su hijo.
-Lo lamento.
-Lo importante es que has regresado, por lo que veo no muy bien- Sonrió mientras negaba con la cabeza, realmente no quería nada más que recostarse en su cama y tratar de dormir un poco, pero no quería soltar a su pequeño.
-TaeMin, TaeMin cariño- SeHun llamó a su hijo mientras estiraba los brazos para que este fuese con el- Appa JongIn está cansado, vamos a dejar que duerma ¿verdad?
Unos pasos lo alertaron y se incorporó sobre su cama, BaekHyun ingresó a su tienda con un pequeño recipiente y algunos paños en sus manos.
-Vuelve a recostarte JongIn
-Hyung, en serio no es necesario.
El mayor sin embargo se encargó de lavar sus heridas y los rasguños en su rostro, le untó un poco de una crema extraña producto de las hojas molidas.
-Esto evitará que se infecten o inflamen- Cuando el mayor se disponía a retirarse JongIn notó un extraño color en el brazo del más pequeño, y lo tomó de la muñeca evitando que se marche.
-Hyung ¿qué es eso?- Señaló con sus dedos la mancha en su brazo, notó el leve estremecimiento del omega y la cólera invadió su mente- ¡Hyung!
-Y-yo me golpee, a veces s-soy muy torpe
-No me mientas hyung
-No lo hago, d-debo irme- se levantó de la cama jadeando un poco debido al dolor de su cuerpo, pero se interpuso entre su mayor y la salida de su tienda.
-Jo-JongIn muévete
-Hyung, ha sido él ¿verdad? Volvió a pegarte ¿no es así?- BaekHyun sin embargo solo meneó la cabeza en negación mientras apretaba sus bonitas manos formando puños.
-N-no sabes nada, me golpee
-Hyung, no me mientas no soy ciego
-Fue un accidente, eso fue… hazte a un lado
-Hyung, ¿por qué permites que te haga daño? Él no es bueno…
-¿Y tú? ¿lo eres? No, no te atrevas a decir algo malo de ChanYeol, cuando todo este tiempo has ocultado a dos hijos tuyos, no tienes derecho, no lo tienes- Sintió como si el omega le hubiese propinado un golpe en el rostro y se quedó estático mientras sentía el pequeño cuerpo del otro escurrirse por su costado dejándolo sólo. Las palabras cargadas de cólera pronunciadas por su querido hyung ahondaron dentro suyo, ¿quién era él? ¿con qué derecho se atrevía a reprochar las acciones del beta mayor cuando él había obrado de peor manera?
La mañana siguiente los recibió alegremente con un esplendoroso cielo claro adornado con nubes blancas, un día bastante curioso en aquella estación.
Salió de su tienda cuando escuchó la tierna voz de TaeMin llamarlo, su hijo se encontraba corriendo en su dirección, se agachó hasta quedar a la altura del pequeño y besó su frente, se tomaron de las manos y caminaron juntos hasta llegar a la cueva donde ahora todos se reunían para tomar sus alimentos.
-Es un agradable día – YiFan saludó a todos los miembros mientras su mirada inquisidora se posaba sobre JongIn haciendo que se sintiera levemente incómodo, quizá él no tenía derecho alguno a juzgar a ChanYeol, pero YiFan sí, había decidido hablar de lo acontecido con su alfa pues no podía permitir que BaekHyun padeciera maltrato alguno por parte del beta, ya muchos años se había hecho el ciego, un cómplice más, al igual que todos los antes miembros de MAMA, del maltrato del beta hacia su omega.
-Appa, ¿podemos ir a pescar hoy?- El hijo del alfa sonrió tiernamente a su padre esperando una respuesta afirmativa y sonrió felizmente cuando este asintió a su pedido.
-Terminamos de desayunar y vamos- Al parecer su charla se postergaría, gruñó bajo cuando ChanYeol se sentó frente a él seguido de un lánguido y cabizbajo BaekHyun.
-¡Baek hyung! Iremos a pescar con appa ¿quieres venir?- El mencionado elevó la mirada sonriendo al pequeño mientras sus ojos miraban dubitativamente a su pareja.
-Lo-lo siento Do Young, me temo que no podré… desperté un poco cansado- JongIn notó que todas las miradas se dirigieron al omega haciendo que este se revolviera en su lugar sumamente incómodo, por un leve momento sus miradas se encontraron pero rápidamente BaekHyun desvió la suya. Suspiró levemente antes de hablar.
-Lamento haberme ido sin avisar la noche de la tormenta, pero revisé los alrededores- Rápidamente la atención fue puesta sobre él, era su manera de ayudar al mayor, habló sobre la crecida del río y otras cosas que observó en su propio éxodo, sin mencionar su paso por las tumbas de sus hijos. Acordaron tener una vigilancia permanente sobre los niños pues eran los más propensos a sufrir algún daño, igualmente se acordaron y delegaron funciones entre todos para sobrellevar la temporada del inclemente otoño y la llegada del invierno.
Sus ojos buscaron ávidos los rostros de sus hijos mayores, emitiendo una sonrisa cuando los contempló sentados cerca a la familia del alfa, Taeoh estaba sobre las piernas de JongDae, quien curiosamente estaba sentado muy cerca de JunMyeon, Ga-young se encontraba sobre las piernas de KyungSoo; emitió un ligero suspiro al contemplar el bonito rostro del omega. Durante su regreso a la manada había decidido aceptar el rechazo de KyungSoo, pues sabía era merecedor del mismo, pero se negaba rotundamente a alejarse de sus hijos, si, había sido un muchacho despiadado, egoísta y cobarde en el pasado, más ahora su diosa le había otorgado la dicha y la oportunidad de poder reencontrarse con los pequeños y quería aprovechar la oportunidad que se había presentado ante él, comprendía el aborrecimiento del omega y entendía su afán de alejarlo de los niños, pero habían pasado años y él había cambiado, KyungSoo tenía que entenderlo, debía comprenderlo, no lo obligaría a hacerlo sino que se lo demostraría, después de todo el haber aceptado el rechazo del bonito omega no quería decir que renunciaría en su afán de reconquistarlo, lo amaba demasiado.
Giró el rostro cuando sintió un leve toque sobre su hombro izquierdo, hacía unos momentos habían acabado de cenar y ya casi todos se habían retirado, de pie a su lado se hallaba MinSeok con las mejillas totalmente sonrojadas y la mirada titubeante puesta sobre él. No puedo evitar apreciar la belleza casi infantil que tenía el omega, sonriendo socarronamente al saberlo nada inocente.
-¿Podemos hablar?... por favor.
Acarició las mejillas del pequeño, habían estado jugando alrededor de una hora, él había sido un lobo feroz, irónico y gracioso, mientras los tres niños eran tres chanchitos, al final se refugiaron en la morada de Ga-young quien había decidido vivir en una cueva y no en una tienda como los otros dos pequeños, habían sido minutos sumamente alegres y refrescantes.
Hacía tan solo unos minutos atrás mientras Ga-young y TaeMin seguían jugando, Taeoh se había acercado a él sentándose a su lado bajo la sombra de un gran roble, el pequeñín tenía las mejillas coloradas y su respiración era agitada, JongDae quien había estado cerca le había entregado un poco de agua para beber y calmar así un poco su malestar, ahora se encontraba apoyado al tronco con el pequeño cuerpo de su hijo sobre sus piernas mientras este dormitaba tranquilamente, una lágrima había escapado de sus ojos debido a le emoción de saberse aceptado y apreciado por sus hijos mayores, secó la lágrima evitando que cayese y terminara con el apacible sueño del menor.
Frente a él su hija y su hijo menor seguían corriendo mientras chillaban de felicidad debido a la presencia de conejitos alrededor. Contempló la figura molesta de LuHan apoyado sobre un tronco al otro extremo, realmente ese beta comenzaba a molestarlo enormemente no sólo por querer ser pareja de KyungSoo, había descubierto su aventura con MinSeok y después de la charla con este sabía que LuHan distaba mucho de ser el beta perfecto que aparentaba ser frente a todos especialmente al padre de sus hijos.
Antes de que el otro beta osara acercarse, KyungSoo apareció seguido de MinSeok, cuando KyungSoo reparó en su presencia y en el pequeño que dormitaba sobre él sus mejillas se tornaron rojas y su rostro adoptó un semblante sumamente molesto; suspiró resignado al ser consciente de la molestia por parte del otro.
-Te dije que no te quiero cerca de ellos- Refunfuñó el omega una vez estuvo parado frente a él, tenía las manos apoyadas en las caderas y lejos de amedrentar al beta le causo ternura.
-Ellos vienen a mi, el llamado de la sangre le dicen- Se incorporó un poco evitando hacer despertar a Taeoh.
-Tonterías- KyungSoo se agachó dispuesto a arrebatarle a su hijo, una vez que sus miradas coincidieron JongIn se dejó llevar una vez más por sus impulsos, el omega tenía la culpa por ser tan lindo.
-Appa besó a tío JongIn- Los adormilados ojos de Taeoh los observaban con sorpresa mientras sus pequeñas manos estaban sobre su boca, no pudo evitar sonreír al ver tan adorable escena sumado a ello el rostro sonrojado del omega.
-¿Qué?, ¡No!... no, no él me besó
-No mientas KyungSoo, Taeoh lo dijo fuiste tú quien me besó- Río sonoramente al mirar como incrementaba el sonrojo en el rostro del mayor, mientras Ga-young junto a TaeMin se habían unido a ellos.
-¿Qué pasa?- Dejó de reír cuando escuchó la molesta voz de su hijo menor.
-Appa besó a tío JongIn
-¡Appa!- Gritó consternada Ga-young, sus grandes ojos iban del rostro de su appa KyungSoo al rostro de JongIn.
TaeMin sin embargo solo se limitó a observar detenidamente al omega mientras parecía someterlo a un exhaustivo escrutinio. A JongIn no le gustó mucho la mirada del menor.