-¡Ya te dije que no quiero!- el moreno se encontraba levantando unas pesas en el gimnasio –¡Ve a ofrecérselos a otro!- frente a él, estaba el demonio de cabello largo y sus dos sirvientes preferidos que intentaban seducirlo mostrándose sensualmente inocentes.
-¡¿Cómo puedes desperdiciar esta oportunidad?!- el demonio se mostraba molesto -¡Traje mis mejores y exclusivos íncubos y los rechazas!- los gemelos se mostraron heridos y todas las personas alrededor casi se desangraron.
El moreno dejó las pesas en el piso y tomó una pequeña toalla para secarse el sudor de la frente –¿Y eso a mí, que me importa?-
El demonio se enojó aun mas -¡Esas gafas son las que no te dejan ver la hermosura de mis íncubos! ¡Sácatelas!- se le acercó para intentar quitárselas, pero el moreno le agarró las muñecas y lo dio vuelta para abrazarlo de espaldas dejándolo inmovilizado -¡¿Qué demonios?!-
-No me gusta que me saquen las gafas…- lo apretó un poco mas fuerte -… y no me importan los weones que traigas. El sexo no me interesa-
-Eso es mentira- habló altanero –A todos les interesa el sexo. Los hombres son criaturas que se dejan llevar por su parte baja-
-Conozco a dos weones que son así…- en otro lugar, dos chicos (uno pelinegro y otro castaño), estornudaron al mismo tiempo -… pero yo no- lo soltó y el demonio se alejó un poco dándose la vuelta para mirarlo. El moreno se cruzó de brazos –Además ¿Por qué sigues molestándome? Debe haber millones de otros tipos que aceptarían al tiro-
-¡Pero yo te quiero a ti!- dijo firmemente sin pensar -¿Eh?- al ver el rostro sorprendido del moreno, se dio cuenta de sus palabras –No, no, no quise…- se ruborizó levemente y desvió la mirada -… tu alma, eso… no. Olvida lo que dije- salió corriendo fuera del gimnasio seguido por sus sirvientes.
El moreno lo vio irse -¿Qué wea quiso decir?-
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-¿Te pasa algo Chocolatito?- un lindo chico pelirojo, se sentó junto al moreno que llevaba una hora en el sillón sin hablar. Había ido a visitar a sus dos grandes amigos al departamento que el pelirojo compartía con su novio, pero su mente estaba perdida entre tanto pensamiento –Si tienes algún problema, no dudes en decírmelo- sonrió tierno.
-Es verdad…- ahora, un lindo chico de cabello platinado con un mechón negro, se sentó al otro lado -… hace días que andas extraño-
El moreno suspiró -¿No están los dos weones por aquí?-
-No. Salieron diciendo que irían a hacer cosas de semes- respondió el pelirojo.
Volvió a suspirar –Hay alguien que no me puedo quitar de la mente…- los dos chicos se emocionaron en silencio -… Todos los días en la mañana cuando salgo a correr, él me observaba desde lejos, pero ya ha pasado una semana y no ha aparecido-
-¿Una semana?- preguntó el peliplata.
-Sí. Bueno, hace una semana…- el moreno les contó todo lo sucedido en el gimnasio -… y desde ese día no lo e visto-
-E… espera…- habló el sorprendido pelirojo -… ¿Es Lord Blaise?-
-¿Lo conoces?- preguntó asombrado el moreno.
-Sí. A veces viene a asustarnos con sus íncubos- el pelirojo recordó algo y sonrió de medio lado –Blitz dice que es el Coco-
El moreno le agarró los brazos –Yuko ¿Crees que puedas llamarlo para que venga?- preguntó esperanzado.
El pelirojo cruzó miradas con el asombrado peliplata y después de unos segundos sonrieron –Claro-
El moreno sonrió y los tres se pusieron a hacer un plan para llamar al demonio.
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Continuara...