Un amanecer muy caluroso se asomaba con todo sobre la ciudad, los primeros rayos de sol entraban por la ventana apenas aclarando la gran habitación de paredes color pastel, decorado por varios cuadros gigantescos de fotos familiares, los muebles ordenados llena de lociones y demás objetos personales, alfombra obscura llena de calzados por debajo de la cama y unas hermosas puertas decoradas por dibujos bien diseñados en la madera dándole el toque de palacio hogareño.
Las cortas blancas bailaban con la brisa fresca, Kris soplaba esos pequeños cabellos alborotados, apenas tenia pelo y Minki no podía parar de reírse, por alguna extraña razón descubrió que le gustaba que le soplaran sus cabellos marrones, le producía unas terrible comezón pero algo aguantable que solo hacia sacarle una hermosas carcajadas, con el pecho lleno de un calido sensación cerca del grandote mostraba esos tres primeros dientes de leche, sus ojos brillaban orgulloso de los primeros tres cuadraditos asomados en las encías.
Todavía mirando con curiosidad se chupo el dedo gordo observándolo como aquella persona del triple de su tamaño le regalaba una enorme sonrisa, que solo el podia ver con sus propios ojos, el rubio acostado de perfil seguía viendo al pequeño que solo llevaba un pañal con dibujos de animales y una remera sin mangas muy cómoda para dormir, esos ojos gatunos le recordaban a su esposo y esas regordetas mejillas merecían ser pellizcadas todo lo que fuera posible.
-Hola Minki…
El pequeño aun con la boca llena de su dedito sonrió moviendo sus piernitas con desesperación hablando en su idioma tratando de tener una conversación normal. Recordaba todas esas horas por la tarde, donde el pequeño se sentaba en la alfombra del living hablándole todo lo que podía, interrumpidos por sorbos de biberones, pero su padre igual asentía con la cabeza en asombró aun sin entender de lo que le estaba comentando, valía la pena estar con Minki todas las tardes que podía después del trabajo.
El gigante de su padre apoyo a cabeza en su brazo mirando al intruso boca arriba haciendo gárgaras mojando el mentón de baba calida hasta llegar al babero asegurando que su ropa no se mojase. El mas pequeño de la familia se despertaba primero y que manchara sus camiseta, remeras y camisitas, así que por el bien de todos prefirieron ponérselo en un cambio de pañales casi a la madrugada y llevarlo a la enorme cama matrimonial para que jugara con lo primero que veía, consecuencia que tenia solo uno por que lo primero que a Minki le llamaba la atención provocando que esos ojitos se agrandaran y brillaran por la curiosidad era el pelo rojizo de su omma estirándolo hasta obtener fibras de cabello completo en su pequeña manito escuchando como se quejaba todavía con el sueño venciendo su cuerpo, aunque por mas que insultara a medio mundo la bolita de piel blanca terminaba riendo por las cara que formaba Tao con los ojos lagrimeando por la zona adolorida.
Un pequeño y ronco bostezo retumbo en todo el lugar, ambos miraron la figura del otro lado de la cama, como salía de las sabanas mostrando ese color de pelo rojizo extravagante y esos ojos achinados aun cerrados, Minki por su desespero rodó dejando su trasero para arriba, gateo como si su vida dependiera de ello hasta llegar a Tao y darle un beso baboso en los labios color carmesí dejando una pequeña sonrisa después de ello, acariciando su cabello miro a su hijo
-Bueno días pequeño- dijo con voz áspera
Tao…
Su bebe tenia una gran admiración por la parte materna de Tao, era imposible separarlo cuando lo tenia cerca suyo o aun rango de los ojitos de Minki, el lo seguía a todos lados con tal de que no se le escapara. Era una atracción magnética irrompible de ambos que los mantenía unidos, aun sino se veían por largos minutos estando en su casa, si bien no era un bebe tan llorón aguantaba con todas sus fuerzas hasta que el limite terminaba en un fuerte grito de su bebe. El día de ayer tuvo que ir al baño con el otro llorando acomodado en su hombro por no verlo cuando jugaba con sus juguetes. Hasta se bañaban juntos casi a menudo, en la enorme bañera del baño principal de su habitación, todavía Tao pensaba que fue un desperdicio de dinero decorar todo el cuarto de Minki y apenas lo había usado una vez y ese día fue por que estaba tan agotado que término muerto de sueño cuando pasearon a casa de sus abuelos.
Kris acaricio la mano del otro casi solo un breve roce sobre la piel morena de su querido esposo, aquella insignificante sensación mantuvo a Tao con buen animo y además con pereza tomo a su hijo y se levanto de la cama caminando hacia el cuarto de baño, acostándolo sobre la mesa donde cambiada al pequeño estiro la mano para prender el agua, Minki tomo su remera a cada extremo estirándola hasta tapar su cara.
-¿Qué haces mi amor?- pregunto riéndose, a veces Tao no podía evitar reírse por las cosas que hacia su hijo
Con un balbuceo casi audible miraba como los labios se veían en la ropa intentando morderla pero le saco por completo la remera tirando al canasto de ropa sucia. Se dio vuelta apagando el agua, sumergiendo su mano verificando que el agua estuviera tibia como tanto le gustaba. Kris entro al baño, vio a Minki agarrando su piecito y estirándose para atraparlo con su boca, sonriendo se acerco para darle un susto pero solo le llevo una risa ahogada, desprendió los sujetadores del pañal pero su esposo se encargo de sacarlo por completo y tirarlo.
Kris miraba como Tao daba pequeños besos en la panza de su pequeño el lado mas hermoso que podía ver de el era justo cuando las manos tocaban el pequeño cuerpito de su hijo, aquella sensación si tocara su corazón de una manera tan hermosa posible, todo su ser palpitaba de emoción a tan bella imagen, las dos personas que mas amaba en el mundo junto a el esperando que el resto del día siguiera igual como debía ser.
-¿listo?- pregunto alzando a Minki
Colocando una mano en su pequeño trasero y la otra en la espalda para evitar que se cayera, sumergió al niño en la bañera con aroma a flores, se arrodillo junto a la tina aplicando el shampoo en el poco pelo que tenia, lo masajeo y enjuago con abundante agua escuchando gritos de su hijo salpicando el agua por todos lados mientras tenia un barco de juguete para jugar. Se levanto y se miro en espejo, Kris estaba a su lado sonriéndole, ambos se cepillaban los dientes mirando a cada momento a su hiperactivo hijo haciendo burbujas como cada chapoteo dentro de la bañera sacándoles una que otra sonrisa a ambos.
-Minki hoy es miércoles, soy es día de papilla…
Como si fuera casi telepatía padre e hijo solo recibió una frente arrugada con la boca formando un puchero que lo hacia parecer un chanchito molesto, Kris rió y camino hasta la cocina sentándose en la silla junto a la mesa de mármol. Todo tan ordenado como se debía. Tao había formado cierto tipo de rutina dejar todo limpio antes de acostarse y no era de esperarse de un chico de pueblo, con la mente trabajando a cada instante era inevitable que no lo hiciera, era un chico de limpieza en las casas por lo que era un habito normal en su vida.
Escucho los murmullo viniendo de la habitación, miro hasta la puerta de la cocina, un lindo color blanco con etiquetas de dibujos animados, los favoritos de su hijo, Tao dejo a Minki sobre la silla justo al frente de su padre, ambos esperaban el tan esperado desayuno, lo primero que recibió fue un biberón, prácticamente su hijo babeaba por eso y se lo arrebato a su padre tan rápido como podía, para tener un año ya sabia por si solo sostenerlo con mucho cuidado, con el babero de Mickey Mouse sujeto a su cuellito dejo a Minki en su lugar para ir a prepararle un alimento balanceado que le sugería el medico luego de la primera mamila del día.
Kris sin hambre observo al pequeño succionando la silicona con desespero, rió.
-te ahogaras si tragas como loco…
Pero al no hacerle caso siguió, pequeños hilos de leche con baba se veían por el mentón hasta desaparecer por el cuello del niño y soltó en biberón respirando para volver a tomarlo como antes. El rubio no podía dejar de mirarlo, era hermoso tenia todo de su amor, de su Tao, los ojos, las expresiones, lo caprichoso y el color de su pelo. Cuando nació solo veía de el su color de pelo y la piel blanca, pero después todo igual al otro.
Fue la luz de sus ojos, el alma de toda la casa y de la familia entera, haber tenido a Minki había sido lo segundo más hermoso que le paso en la vida. Por supuesto el primero fue el perfecto esposo que consiguió.
Tao…
¿Cómo fue que llego a enamorarse de su amigo de la infancia? Todavía recordaba cuando Tao tenia cuatro años y lloraba cuando la maestra de jardín lo sostenía para que soltara a su madre pero el y su insistencia hizo que el resto del grupo terminara llorando como el o peor, no hasta que Kris lo vio sentado en el piso después de media hora de derrota por todos. El solo se acerco sacando un caramelo de su bolsillo, acaricio esos cabellos que eran morrones y el pequeño levanto la miraba repleto de lagrimas y miro aquel dulce justo en frente de sus ojos, con una sonrisa saco la envoltura acercándolo la los labios de Tao, que mirándolo abrió su boca probando el dulzor de aquel caramelo y le sonrió con aquel calido color de ojos. Después de eso fueron amigos, más bien mejores amigos. No podía ser mas que perfecto cuando se enamoro de Tao y gracias al cielo, terminaron casados y ahora con un hijo ¿Qué mas podía pedir? Tal vez un par de hijos mas pero eso tendría que discutirlo con Tao.
Sobre la mesa dejo un plato de porcelana con una pequeña cuchara, ya podían ver el humo proveniente de aquella montaña de papilla hecha por el moreno, el olor no era desagradable pero la imagen decía de todo menos delicioso. Aquel contenido era lo mas importante para Minki, si bien era un niño feliz el único defecto a todo esto era que su hijo padecía de pocas defensas cuando nació así que tenia que ser bien alimentado, hasta la leche era especial para el ya que tenia todo que el necesitaba durante el día. Tao se sentó al lado de su hijo colocando la papilla cerca de ellos cuando termino todo el biberón y levanto la cuchara para dárselo pero el rechazo era lo mismo todas las mañanas así que tuvo que persuadirlo como se debía.
-Mmmm… Sabe delicioso Minki- probo un poco, la verdad sabia deliciosa, Kris comprobó eso cuando hacia lo mismo
Su pequeño lo miro con curiosidad y sacudió los brazos desesperado, cuando dio el primer bocado le encanto, todo normal tratando de alimentarlo sin hacer tanto alboroto. La mesa quedo desordenada de toda la comida, así que lo ordeno con cuidado siendo vigilado con un sonriente Kris que le hacia caras a Minki que lo hacia reír.
El timbre se escucho en todo el hogar. Tao enjuago el último plato y cuando el tremendo estruendo se escucho fue que habían golpeado tan fuerte la puerta y eso no era bueno.
-No…- susurro Tao
Tomo a su hijo entre sus brazos y con pasos silenciosos camino hasta cerca de la puerta hasta escuchar varios golpes desde afuera.
Kris llego a su lado y miro la puerta como era golpeada tantas veces que ya había perdido la cuenta, un hueco en el estomago apareció que lo hizo retroceder poco a poco el escaldado se hacia mas ruidoso para sus oídos, ya podía ver la sangre derramarse de tanto que los escucho.
Tao preso del pánico se dio la vuelta corriendo hasta las escaleras subiendo con su niño que se chupaba el dedo sin saber bien que pasaba a su alrededor, llego hasta la habitación de su hijo y lo dejo en la alfombra junto a sus muñecos y coches, acaricio sus cabellos con los dedos temblorosos.
-quédate aquí mi amor, no llores que yo vuelvo enseguida- susurro asustado dándole un pequeño beso en la frente
Kris salio del transe tocándose el pecho con un dolor tan insoportable, se dio la vuelta hasta aparecer donde estaba su hijo, Tao salio traspasando a Kris corriendo hasta la sala. Minki al no verlo comenzó a sollozar
-no mi amor, omma ya vuelve…
Todavía con las pocas fuerzas que tenía abrazo a su pequeño dándole el calor que necesitaba, aun cuando estaba a poco de desmayarse no dejo que el pánico tomara la poca credibilidad que le quedaba así que canto a su pequeño que pronto se calmo jugando con su peluche favorito. Kris se levanto del suelo como pudo y camino hasta donde estaba Tao, su cuerpo estaba débil y se sostenía con lo que podía, las escaleras fueron los peor pero como pudo llego arrastrándose por que tenía miedo que le pasara algo.
La puerta se estrello contra la pared de una patada, su querido esposo estaba petrificado cuando vio la figura del gigante rubio aparecer.
-Yi Fan…- dijo
Retrocedió un paso el de piel morena pero se quedo quieto cuando el intruso camino hasta el, se quedo quieto esperando que digiera algo, escuchaba la respiración acelerada y agacho la cabeza por el miedo que recorría todo su cuerpo.
-¿Explícame que es esto Huang?- dijo lo mas calmado posible
-¿De qu...-
Ni siquiera lo dejo terminar que unas hojas golpearon su rostro hasta caer esparcidos por todo el lugar. Kris a poca distancia del lugar cayo sobre sus rodillas con el corazón agrietándose más a cada segundo.
Pedido de divorcio.
Es fue lo que pudo leer en uno de las muchas hojas sobre el suelo alfombrado, levanto la vista viéndose como agarraba a Tao por el cuello estampando contra la pared.
-¡suéltame!- pidió rascuñando la mano de Yi Fan
-¿Cómo puedes hacer esto? ¡No sabes la humillación que tuve que pasar en trabajo, frente a mis jefes por que tu estupido abogado llegara con los papeles de divorcio!- grito furioso -¡¡¡No haces nada a no ser que dejarme en ridículo!!!-
Tao ya casi no podía respirar, las arcadas ya estaban apareciendo pero no se podía soltar con la poca fuerza que le estaba quedando, Yi Fan lo soltó antes que darle un puñetazo en la cara que lo hizo caer al suelo.
-¡mi feje me iba a dar un ascenso hasta que tu incompetencia dejo en duda que podía tener el puesto de vicepresidente! Me dijo “no se si podrás manejar tan importante puesto si ni siquiera puedes manejar tu matrimonio joven Wu, debería tomarse vacaciones para arreglar sus cosas y luego hablaremos, lo pensare con mas tranquilidad”-
-no…- casi ni podía hablar
Kris se arrastraba hasta la pared temblando viendo como Tao era golpeado por el mismo, tenía que protegerlo y no podía, temblando comenzó a taparse los oídos cuando escuchaba gritar a su esposo, el grito pero nadie lo escuchaba y con la vista nublada del llanto miraba tan brutal paliza.
-¿Qué has dicho Tao?- le dio una patada en la pierna -¡¡¡Habla maldito parasito!!!-
Tao como pudo se apoyo en la pared levantándose hasta verlo a la cara con la boca sangrando, las líneas que sangre sobre sus dientes y boca le dejaban un aspecto horrible y mas con los moretones en su cara, respiro hondo mirando esos ojos casi sin alma.
-¡quiero el divorcio Yi Fan!-
Aquel nombre destrozaba todo el interior de Kris, no quería escucharlo decirlo con tanto miedo y odio mezclados, solo quería escuchar dulces para palabras como antes, todo era tan distinto que se suponía que el felices para toda la vida resultaría tan como lo veía en sus sueños… Pero eso nunca paso.
-Ya me canse de esta vida- las primeras lagrimas se mezclaban con su sangre de su boca –odio esta vida, odio haber venido a la ciudad solo por ti ¿¡para que!?-
Tao se despego de la pared viendo con odio la única persona que amo en toda su vida, ya no veía el ángel que solo murió tiempo atrás, ahora con traje bien arreglado pero con el cabello desarreglado y una furia que los ojos casi pintándolas al rojo vivo.
-¡dime YiFan! No, mejor te lo diré yo mismo, por que al parecer no vez lo que yo veo- dijo enojado –mírate, en lo que te has convertido por venir aquí para tener una vida mejor como tu decias, pero solo para ti benefician tus asquerosas palabras, ni yo ni nuestro hijo te importo-
Si me importan Tao… A Kris le importa mucho.
-¿Crees que era lindo verte con una mujer diferente cada día? Y como me vez casi riéndote en mi cara ni trataras de negarlo basura sin alma, todo lo que te importo fue dejarnos de lado para seguir con tu hermoso trabajo- rió ya sin detenerse -¡ya me canse que me golpearas por cada cosa que ti era vergonzoso, estupido o innecesario! Sin mencionar que te avergonzaba decir que yo un hombre tuve un hijo, dime lo que quieras Yi Fan, fenómeno o cualquier palabra que se te venga a la mente junto a tus “amigos” de trabajo pero no dejare que mi hijo se vea perjudicado-
YiFan rodó los ojos, aun con el pequeño golpee dentro de su pecho la fría capa que se alojo lo dejaba ciego ante todo, se acerco a Tao agarrándolo del pelo levantando su mirada que le hacia doler y gimió tratando se soltarse.
-si te llegas a ir juro que te matare Tao, a ti y a tu hijo-
No Tao… no me dejes gritaba Kris
-es muy tarde Yi Fan- lloraba –no quiero nada de ti así que solo desapareceré, se feliz acostándote con cualquiera y ojala tengas todo el dinero del mundo como querías-
-¡¡¡pero yo lo hice por los tres!!! ¡¡¡Una vida mejor como lo habíamos planeado!!!- grito una sensación de vació era todo lo que sentía con cada palabra de todavía su esposo
-no… esto es lo que tu querías, deje todo por ti para que tu faltaras a tus votos Yi Fan- lloraba -¿para que nos quieres a tu lado si ni siquiera me amas?-
-¡¡¡ yo te amo!!!- le grito ya con los ojos lleno de lagrimas
-si me amaras no me harías eso… tu ya no eres Kris-
¿Acaso era un error que Tao quisiera un cambio para el y su hijo?
YiFan solo era codicioso
Y Kris… el solo quería la vida de antes
Lo soltó pasando las manos por su cara odiándose, con la furia todavía por todo su cuerpo, ya no sabia que odiaba, si a el mismo o a su esposo, las lagrimas descendían rápido, giro para golpear la pared y camino hasta la entrada en la casa. Solo se fue, solo dejo a Tao con una herida mas grande y con un hijo llorando y otro que venia en camino…
Kris desaparecio del mundo...
Yi Fan se fue y no habria vuelta atras...