Yuri llegó hasta su departamento, pero al ver una patrulla en la entrada del edificio, fue suficiente para saber que era a ella a la que estaban buscando. Miró por el retrovisor de su automóvil y vio cómo Francesco iba sentado en el asiento trasero y tenía la mirada perdida, mirando hacia la calle.
-Es lo que piensas. Han venido por ti Yuri.
-cállate, ya encontraré la manera de zafarme de esos idiotas.
-¿Lo crees? Se dice que el karma se paga en la vida entrante, pero creo que tú lo pagarás en esta.
-¡cállate!
Gritó y cerró fuertemente sus ojos. Cuando los volvió a abrir estaba ella sóla adentro del carro otra vez. El día de hoy Kai le había confesado que sabía lo del té, y le había dicho que no haría nada contra de ella, mas ahora había una patrulla esperando por ella. ¿Alguien más lo sabía? Arrancó el carro hasta alejarse lo suficiente de su departamento, era más seguro no volver por el momento. Estacionó el carro a varias cuadras lejos de su departamento.
-Por qué Minho me hizo esto…
Se recargó sobre la ventana del carro y volvió a llorar.
-Es porque está ahora enamorado de la zorra de Taemin. Debería ponerle un fin como se lo puse a Francesco…
Y llena de cólera se dirigió al hospital.
……………………………………
Onew había decidido pasar la noche haciendo guardia en la habitación de Taemin. Ahora que la policía estaba detrás de Yuri, ella podría intentar cualquier cosa en contra de Taemin. La mujer que él alguna vez conoció se había quedado por completo en el pasado. Ahora se daba cuenta que más que estar encaprichada con Minho, padecía celopatía.
A lo mejor por el tiempo que llegó a ser cercano a ella quiso creer que el tiempo la haría olvidar a Minho, pero tras ver que no conocía límites supo que estaba equivocado. Miró al piso recordando el tiempo que estuvo con ella y esa Yuri que le había hablado por primera vez le resultaba tan falsa… ¿en un pasado cómo pudo haber pensado en dejar atrás a Francesco por ella? Ahora todo eso estaba donde debía de estar, en el pasado, y ella muy ponto en la cárcel por lo que había hecho.
Unos tacones se aproximan a la habitación, Onew se puso alerta…
La puerta se corrió y entro Luna con unas tasas de café en sus manos.
-Esto es para ti, las vas a necesitar por esta noche. Yo me voy, en la mañana te traeré ropa limpia.
-Gracias.
Se dieron un beso de buenas noches y Luna se fue.
Onew recordó aquella vez que la conoció, ella pasó a su lado en el parque, cuando buscaba a Francesco en el lugar donde le gustaba pintar, ya para el tiempo donde él se estaba comenzando a desvanecer lentamente. Aquella tarde lo vio sentado con un chico tan delgado que podría haber jurado que se rompería en cualquier instante. Francesco estaba de espaldas a él, así que le había tenido que gritar…
De nuevo el sonido de unos tacones lo saca de sus pensamientos. De seguro Luna olvidó algo, piensa de repente. La puerta de la habitación se volvió a correr…Onew abrió sus ojos desmesuradamente.
-¿Qué haces aquí?
-¿No es lógico? Eh venido a ver cómo sigue Taemin.
-Vete, tú no tienes nada qué hacer aquí Yuri.
-¿por qué? ¿Sabes algo que yo no?
Onew se levantó de su silla y la encaró totalmente. Se acercó a su oído y le susurró:
-Sí. Sé que eres capaz de matar por lo que quieres…
-¿cómo lo sabes?
Yuri comenzó a temblar y a mover su vista hacia diferentes puntos de la habitación.
-¿él te lo dijo? ¡Te lo dijo! Ahora busca venganza por su muerte, me está buscando a mí…
Onew intentaba analizar las palabras de Yuri, pues él lo había dicho en relación a lo que había intentado con Taemin, no comprendía.
-¿De quién estás hablando?
Yuri miró hacia la cama y vio a Francesco sentado sobre ella. Mirándola con lástima
-te dije que lo ibas apagar, y toda vía no has visto mi jugada…
Le dijo Francesco y Yuri lo apuntó con el dedo, Onew volteó peno no vio nada, más que a Taemin en la cama.
-Ahí está, ¿no lo ves? Es Francesco…
-Yuri, ese es Taemin, tienes que calmarte…
-¡cómo quieres que me calme! Me está siguiendo, quiere venganza por su muerte…
-¿de qué estás hablando?
Preguntó Onew totalmente impactado. Intentó tomarla de las muñecas, pero ella dio un paso hacia atrás. Ella había venido a matar a Taemin pero no esperaba la presencia de Onew en la habitación, y menos que él estuviera ahí; Estaba aterrada por la presencia de Francesco, que parecía había venido por ella.
-Tú no lo entiendes, lo tuve que hacer…
-¿qué hiciste Yuri?
Onew comenzó a tragar duro ante la actitud de Yuri, no era necesario un análisis exhaustivo para darse cuenta que estaba demasiado alterada y nerviosa, a tal punto que ya se le podía considerar esquizofrénica, le estaba preocupando demasiado.
Ella lo miró con miedo y algunas lágrimas recorriéndole las mejillas, le indicó que guardara silencio colocando un dedo en sus labios, como si alguien pudiera oírlos. Una risa se coló con la comisura de sus labios y le dijo a manera de susurro:
-Yo lo mate Onew. A Francesco, yo lo maté…
Onew sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral.
-No puede ser; Tú y yo sabemos que él murió de leucemia, tú no tuviste que ver en eso.
-¿Quién te hace pensar eso?
Yuri miró hacia la cama y vio a Francesco con las piernas cruzadas al igual que los brazos, con gesto de ira en su rostro y unas lágrimas de rabia revuelta con tristeza caían por sus mejillas. “Tú me mataste Yuri...”
-Yuri, por Dios, ya fue suficiente con los problemas que has hecho; La muerte de Francesco fue algo inevitable, y eso los dos lo sabemos.
-¡no es verdad! ¡Tú lo dijiste! Si él se tomaba el medicamento como tú lo habías prescrito, él se iba a recuperar y eso no era bueno para mí…
No era bueno para mí…tenía que cambiar la dosis Onew, si no lo hacia él se iba a quedar con Minho y yo…iba a estar sola.
-Por Dios…
Fue lo único que salió de sus labios tras escuchar la confesión de Yuri. Ahora todo parecía más claro y de manera rápida varias imágenes pasaron por su mente: la insistencia de verlo en la oficina, así ella sabría que tenía Francesco y acabar con él; igual a la vez en la que entró a la oficina y días después Taemin cayó en coma por una reacción alérgica.
Onew trató de tomar del brazo a Yuri y ella nueva mente volvió a dar un paso hacia atrás.
-Entrégate y a lo mejor no te dan cadena perpetua. No puedo creerlo ¡cómo pudiste! Sabias de sobra que yo lo amaba, que Minho lo amaba, ¡que acaso no tienes corazón! Tú maldita víbora con piel de mujer, te odio como jamás pude odiar a alguien
-No lo pude evitar, y no, no me arrepiento de lo que hice, es más, lo volvería a hacer.
Onew sacó su teléfono y marcó un número rápido
-Ella está aquí, vengan cuanto antes.
Yuri al oír eso, salió corriendo por el pasillo y Onew fue detrás de ella. Forcejearon cerca de las escaleras.
-¡Ya basta Yuri! Todo ha terminado, sólo entrégate y ¡púdrete en la cárcel que es el lugar donde debes estar!
-¡Eso jamás!
Yuri sacó de su bolso un bisturí y al instante Onew retrocedió
-Intenta acercárteme y no voy a dudar en enterrarlo en tu cuerpo.
Onew se quedó quieto y ella bajó por las escaleras de emergencia. A penas ella cerró la puerta que daba a la calle, él volvió a sacar su teléfono y dio el camino que ella había tomado.
Salió por la misma puerta y dio un fuerte grito al viento. Él sabía de sobra que Francesco podía vivir, era el único caso que jamás había podio saber el por qué había fallado si la planeación y el seguimiento habían sido perfectos. Todo por culpa de esa perra…si no hubiera sido por ella, Francesco seguiría con ellos. Ahora sólo quedaba que la pudieran atrapar y meter a la cárcel, porque él se iba a encargar que de ahí no saliera jamás.
………………………………………….
-dime tu nombre
Le dije en una súplica pero él sólo se limitó a volverme a sonreír
Había alguien más, aquella persona que lo llamó. Levante levemente la vista. Es borrosa su imagen siempre que intento recordarla más ahora es clara. Aquella persona que llama al chico es…
Onew.
Se ve más joven, y su ropa es muy informal. El chico me volteo a ver una vez más
-ya te dije que no ocupas saberlo, sólo recuérdame como “Esmeralda”
Se bajó sus lentes y pudo ver dos ojos color verde, como las esmeraldas.
Pero ese no era su nombre. Onew gritaba algo diferente. Antes de que se aleje por completo de mí…
El nombre que Onew gritaba era…
Francesco.
Aquel día en el parque, el chico que me ayudó a entender lo que era el amor, el chico de mirada cálida que no me quiso decir su nombre, era el Francesco del que Minho estaba enamorado.