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2Min: "Don't you Forget?" por ZaffireHeart

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Notas del capitulo:

HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! YA VINEEEEEEEE!!!! klfjdlhksdlfkjlkhdjf!! Llegó el LEMON!!!!! >w<V


LET'S GO A LEER!!

[…]


-Te amo TaeMin, te amo muñequito de porcelana, te amo luz de mis ojos, te amo mi dulce e inocente niño, te amo… mi amor.-


-Yo también mi héroe… también te amo Choi MinHo, y te seguiré amando el resto de mi vida. De niño te quise y de grande te amaré.-


Nuevamente un beso tranquilo, cariñoso y casto, para volver a sellar aquella promesa que acababan de hacer…


Capítulo 15: “Amor…Consumado”


-Aquí tienes. Te vendrá bien, para que te relajes.-


Habló suave y cariñoso el menor mientras dejaba el té de tilo sobre la pequeña barra que tenía el departamento de MinHo.


-Gracias bebé. Aún no puedo creer que estés aquí conmigo, y que me estés sonriendo. Te amo.-


Él menor simplemente sonrió levemente y bajó su mirada mientras sus mejillas se enrojecían levemente. El pelinegro también sonrió ante la reacción del menor para luego cubrir su sonrisa con el primer sorbo.


-Y bien… dime, ¿Qué te ha hecho decidir exponerte frente a todo el mundo de esa forma?-


-¿Qué, te molestó?-


Cuestionó ahora algo nervioso el castaño. El mayor una vez más se limitó a sonreír mientras daba otro sorbo.


-No, simplemente me sorprendiste, ya que no es propio de ti.- Volvió a sonreír dulcemente. –Creí que me odiabas…- Su sonrisa se borró lentamente contra su voluntad, TaeMin sintió un ligero dolor en el corazón.


-Sí, lo siento, a decir verdad nunca me sentí así con respecto a ti, es sólo que estaba tan molesto, me-me sentía traicionado… y pu-pues me dejé llevar, al final creo que si soy un debilucho y lo seguiré siendo por el resto de mi vida.-


Habló un apenado TaeMin en lo que miraba hacia la mesada una vez más, no pudiéndose enfrentar a MinHo ahora, que había revelado aquel sentimiento. Un ruido sordo se hizo oír y cuando levanto la mirada, lo vio a él de pie, apoyando sus manos con demasiada fuerza, el castaño se asustó.


-Se-será mejor que quizás me vay-


-Tú no eres un debilucho… Por favor, ya no lo vuelvas a repetir nunca jamás en tu vida. ¡No sabes el sufrimiento que me ha causado esa frase a lo largo de mi vida! ¡Ha sido y será mi cruz, mi carga, mi Karma con el cual debo cargar el resto de mi vida! ¡Por favor ya no me lo recuerdes! ¡Me odio a mí mismo cuando lo recuerdo!-


Comenzó hablando suavemente, pero con el pasar de los segundos, las palabras iban aumentando de tonalidad.


-¡No-no! ¡No MinHo! ¡No digas eso! ¡Tú no tuviste la culpa de nada, lo siento! ¡En verdad lo siento!-


MinHo golpeó levemente la mesada, pequeña de bar, y se retiró de su asiento. TaeMin bajó su mirada apenado, teniendo ganas de llorar. ¿Otra vez pelearían? Mordió su labio inferior frustrado, pero su corazón se detuvo en seco cuando sintió los brazos del mayor rodearlo por detrás. Abrazándolo.


-¿Mi-MinHo?-


-No vuelvas a repetir aquella frase.- Habló ahora nuevamente calmado aunque su voz se oía rasposa, debido a la pena y angustia que había en ella. Hundió su rostro entre el cuello y hombro del menor y continuó hablando, aprisionando al castaño aún más contra su cuerpo. –Oír aquella frase, sólo me hace pensar que te perderé otra vez, y eso me asusta jodidamente. ¡No soportaría perderte otra vez! ¡No me permitiré perderte otra vez! ¡Te amo… te amé, y te amaré! ¿No lo has olvidado cierto? Aquella promesa.-


TaeMin soltó el aire que estaba reteniendo y que no había notado, y se acurrucó aún más en el cuerpo del mayor, necesitaba sentirlo urgente contra su cuerpo, corroborar que en verdad estaba pasando, que en verdad era real.


-N-no no me dejes ir nunca más por favor. Y sí, por supuesto que recuerdo esa promesa, aquellas simples palabras, aquel simple juramento ha sido mi lema de vida, ha sido aquello que me ha mantenido en pie cuando muchas veces tropecé y quería permanecer en el suelo para siempre. Aquella simple frase, me motivaba a seguir. “A pesar de todo, parte de mí siempre estará en tu corazón, como parte de ti estará en mi corazón. Nada ni nadie nos separará.” Aquella frase, ha sido mi mantra, mi oración cada día y cada noche. Desde que… “te perdí”.-


Pequeñas y rebeldes lágrimas escapaban de los rasgados y delicados ojos del menor, como así también del más alto.


-Te amo luz de mis ojos. Mi muñequito de porcelana. Mi vida, mi amor, mi complemento, mi otra mitad… te amo con locura.-


Susurró ahora el pelinegro intentando retener su llanto enterrándose aún más en el cuello del menor, pero éste puedo sentir las lágrimas del más alto y lentamente lo separó de su cuello y giró dentro de aquel par de brazos, sujetando con suma delicadeza su rostro. El menor a pesar de que también estaba llorando, se atrevió a limpiar las lágrimas del mayor.


-Y yo a ti, mi héroe, mi faro. Mi alma, mi cielo, mi razón de vivir.-


El menor una vez más se atrevió a tomar la iniciativa y se acercó lentamente a los labios del mayor, en busca de un casto y calmante beso.


El mayor sin dudarlo cerró sus ojos lentamente y esperó paciente por aquel ansiado contacto, hasta que segundos después llegó, comenzando a corresponder de inmediato, pero de manera suave, lenta, cariñosa, íntima, y hasta quizás erótica. Pues aquel ansiado contacto, era el primero que se daban con sus sentimientos aclarados y a flor de piel.


Sus labios se complementaban, sus lenguas comenzaban un suave y lento juego, y las manos comenzaban a moverse lenta y castamente por el cuerpo ajeno recorriéndolo por primera vez con absoluta tranquilidad, intentando saciar aquella curiosidad por el otro que cosecharon durante tantos años en secreto.


El beso suavemente comienza a ser más apasionante, MinHo avanza sin siquiera pensarlo y acorrala aún más al menor contra aquella pequeña barra de la cocina, mientras que TaeMin ahora suspira y se aferra aún más al cuello del mayor.


El pelinegro apoya sus manos en la mesa aprisionando más al menor si es que era posible, sus mandíbulas comenzaban a abrirse cada vez más en lo que aquellos sonidos “lascivos” debido a los besos apasionados, se hacían oír.


El castaño jadeaba con un cierto ritmo acelerado separándose levemente del mayor, quien lo dejó ir a la fuerza, pues también necesitaba recuperar un poco el aire.


-E-eso ha sido asombroso…-


Fue el mayor quien se atrevió a romper aquel silencio, pues estaba idiotizado con aquellas mejillas tan adorablemente sonrojadas.


-Y aún hay más, para mi deportista favorito.-


El menor sonrió y se acercó al más alto para abrazarlo, quien le correspondió sin dudarlo, pero no por mucho tiempo, pues el cuello del castaño se encontraba de cierta manera expuesto a MinHo y no pudo resistirse por mucho tiempo. Este se inclinó levemente, y comenzó a besar aquel magnifico cuello, haciendo jadear y suspirar una vez más al menor, erizándolo por completo, quien sin darse cuenta, había comenzado a estirar su cuello mucho más para exponerse mejor al más alto.


Y a su vez TaeMin comenzó a filtrar atrevidamente su mano debajo de la ropa de MinHo, quizás por inercia, por instinto o simple ganas, no importaba la razón, lo que si importaba era la sensación que acariciarlo y ser besado en el cuello le provocaba. Un delicioso escalofrío y una gran sonrisa de satisfacción.


En cambio para el pelinegro, la temperatura allí comenzaba a ascender cada vez más, los besos se convirtieron en lambidas y mordidas, mientras que sus manos también habían viajado hacia el torso del menor por debajo de su playera pero sus manos rápidamente se dirigieron hacia las nalgas del menor, las cuales apretó con suma descares.


-¡Aah~!-


El primer gemido del menor, MinHo sonrió y comenzó a frotarse levemente con el ajeno mientras que este se ponía en modo “rebelde y descarado” también, y dirigió su boca hacia el oído del más alto. Lo mordió, lo lamió, jadeó en él, mientras también “atendía” levemente el cuello del mayor. Éste suspiró y echó su cabeza hacia atrás en aquellas correntadas que también lo recorrían a él, al estar siendo “atendido” por el castaño de esa manera, sin contar sus propias acciones.


-Minnie~ no sabes cuánto tiempo fantaseé con esto, y sí sé que te sonará extraño, pero desde hace tanto tiempo que te deseo, que me gustas, que te amo, que realmente esto ahora, aquí, me parece un sueño. Tú me pareces un sueño.-


Habló claro pero de manera espaciada, pues realmente la boca de TaeMin lo “distraía”. TaeMin no dijo nada, sólo sonrió y continuó con su labor, dando el primer paso en quitar de repente la playera del mayor. Envuelto realmente en esa atmósfera en que su subconsciente le traicionaba.


-Minnie~…- Habló este sorprendido, TaeMin sólo le miró con una brillante luz en sus ojos y simplemente sonrió sin decir nada, en lo que se acercaba nuevamente al torso del mayor y comenzaba a explorar con mayor libertad… -¿E-estás seguro d-de se-seguir con esto? N-no quiero que apresuremos las cosas…- Habló ahora de cierta manera cohibido el mayor, cosa que parecerá ridícula pero así era. Pues le costaba trabajo ver a “su dulce e inocente niño” en ese plan de seductor mortal, con esa mirada afilada, esa sonrisa ladina y lasciva… ¿Realmente había desaparecido para siempre aquel “niño” que él conoció y del que se enamoró?


-Nunca más seguro que ahora MinHo, lo-lo necesito, por favor… no me prives de esto.-


E increíblemente el menor se sonrojó al mirarle a los ojos y eso fue suficiente para que la bestia interna de MinHo saliera, arrebatándose, transformándose en una especie de toro, que empujó al delgado hombre el cual gimió ante la repentina presión y sin previo aviso, lo subió a la mesada, sujetándolo por debajo de sus nalgas.


-Te amo bebé… te amo.-


Habló ya agitado, atacando con intensidad aquellos labios ya prácticamente rojos como las fresas, el postre ideal y más apetitoso según MinHo. Su mano también se enloqueció bajo la playera del castaño y se la quitó con brusquedad, para luego acercarse más y restregarse contra él.


Pero sólo por unos momentos, pues cuando liberó al castaño para que pudiera tomar algo de aire, este simplemente jadeo unas poquitas veces y se inclinó hacia el cuello del mayor otra vez, sus manos acariciando los brazos y las costillas del pelinegro, hasta que una loca idea se le cruzó por la mente y con sus labios bajó hacia los bíceps del mayor mediante besos, para luego volver a subir a su cuello desde allí, pero esta vez lamiéndolo todo el camino.


El cuerpo de MinHo se estremeció de inmediato ante aquella nueva y repentina sensación… jadeo más fuerte de lo normal, y TaeMin sonrió complacido, satisfecho, y antes de dejar al ajeno tomar el control, nuevamente se inclinó y lamió su clavícula, mientras sus manos ahora acariciaban la cintura, cadera y estómago del mayor para segundos después descender con sus labios hacia los pezones. Lo cual era algo incómodo teniendo en cuenta de que estaba sentado en aquella barra, pero eso era lo de menos ahora. Su cuerpo sólo sentía el calor abrasador que comenzaba a invadir su cuerpo, solo sentía la sensación de placer, esa sensación gratificante de por fin poder acariciar, lamer y besar el cuerpo del mayor, a su antojo.


MinHo comenzaba a encontrar dificultoso la simple acción de respirar, pero por nada del mundo querría detener a ese apasionado “niño” que tenía frente suyo, pero para “decepción” del pelinegro, TaeMin no se mantuvo mucho tiempo en cada uno de sus “protuberancias”, lamió una última vez en forma circular y ascendió otra vez, lamiendo la piel ardiente a su paso para terminar en aquellos labios voluptuosos que eran su maldita droga más que nada.


MinHo una vez más volvió a su estado salvaje y apasionado cuando los labios del menor lo mordieron y tironearon la piel hacia el ajeno. MinHo gruño y comenzó un beso prácticamente atracado, guaso, bruto, salvaje, pasional… su lengua ingresó agresivamente dentro de TaeMin, pero a este no pareció importarle aquel hecho, pues jadeó y como pudo intentó seguirle el ritmo. Y antes de que ambos lo notaran, el menor ya estaba luchando contra la hebilla del pantalón del más alto, una vez que logró desprender y bajar la cremallera, se metió descaradamente dentro del pantalón, acariciando, apretando, masajeando el miembro que comenzaba a tornarse cada vez más duro.


-Aaah~-


Gimió MinHo finalmente, separándose a la fuerza de los labios del menor, jadeando por aire con urgencia… sus ojos brillaban, el par de ambos manifestaban prácticamente llamas en ellos, debido a la lujuria, y la pasión del momento.


-Te amo TaeMin…-


-Y yo a ti-


Hablaron ambos con su voz ronca debido a la cantidad exageradas de jadeos que antes habían liberado.


TaeMin con un ágil movimiento de mano, permitió que el pantalón finalmente se resbalara por las piernas del mayor quien con algo de dificultades logró sacárselo moviendo sus pies levemente.


MinHo no se quedó atrás y también comenzó a desprender el pantalón del menor, mientras una vez más mordía aquel cuello tan níveo que le era imposible no dejarle una marca, su sello, su advertencia para que nadie se acercara a él…


-MinHo~-


Gimió nuevamente el castaño una vez que este levantó su cuerpo levemente para poder quitarle también los pantalones y dejarlos allí en la cocina. MinHo volvió a besar la mandíbula, el cuello, los labios del menor en lo que infiltraba sus manos por las piernas de los bóxers ajenos, haciendo estremecer al castaño ante aquella extraña sensación, pero realmente agradable. Sus manos acariciaron directamente su miembro y este reaccionó sobre exaltándose de manera involuntaria. -¡AAH~!- Volvió a gemir TaeMin cuando tuvo la oportunidad y pudo coger algo de aire.


MinHo sonrió, miró a los ojos del menor y de repente lo cogió y lo atrajo hacia su cadera, haciendo que este se enredara en ella.


-No puedo seguir más aquí.-


Se justificó antes de que el menor dijera algo, y lo llevó prácticamente tambaleándose, apresurado hacia su habitación… ¿¡Cuántas veces había deseado, anhelado tener al menor allí en su habitación!? ¿¡Cuantas!? Y ahora prácticamente no lo podía creer.


El menor cayó con fuerza en la cama, rebotando levemente en el colchón de este, a lo que gimió suavemente, pero MinHo antes de que pudiera parpadear se encontró siendo arrastrado también por el menor, cayendo encima de él. Se miraron y ambos sonrieron.


Se acercaron una vez más, frente con frente y segundos después iniciaron una nueva ronda de besos, al principio dulces y castos y ya luego como al parecer era costumbre evolucionaron a unos pasionales y lujuriosos.


TaeMin en otro de sus arrebatos por no poder creer aún que estaba así con “su faro”, giró bruscamente dejando al mayor sorprendido, pero las palabras no hicieron falta, la sonrisa ladina y la mirada “afilada” del menor lo decía todo. Tanto así que el más alto no pudo evitar gemir ante la anticipación…


Besaba su cuello de una manera tan intensa que también él quería marcar a “su otra mitad”, MinHo le pertenecía a él, y solo a él… Comenzó a mecerse sobre la erección a medio despertar del mayor y luego gruñó levemente sin darse cuenta cuando la maldita imagen del tal ChangMin se le representó en lo más profundo de sus memorias tan sólo por un instante.


-Minnie~-


Jadeó el mayor increíblemente, con una voz temblorosa… TaeMin le estaba mordiendo y al parecer le estaba haciendo más daño del que pretendía… éste se percató de esto y se “desprendió” de allí rápidamente, lamiendo suavemente como si eso pudiera curar el ardor que de seguro el moreno sentía.


Continuó bajando mediante besos hasta que llegó al bóxer gris del moreno. MinHo volvió a gemir en anticipación cuando TaeMin elevó su mirada desde allí abajo para encontrarse con los ojos demandantes, suplicantes del mayor. MinHo elevó su cadera sin pensarlo para incitar al menor a que lo hiciera. Pero este sonrió y continuó bajando solo hasta los muslos internos del pelinegro lamiendo, besando y mordiendo levemente allí también. Sí, si pudiera se encargaría de marcar absolutamente todo el cuerpo del mayor.


Segundos, minutos después de aquella tortura, MinHo estaba ya prácticamente erecto, por lo que finalmente TaeMin decidió “recompensar” al mayor por su increíble paciencia, aunque no fuera del todo cierto, si tenemos en cuenta que se la pasó gimiendo y jadeando en anticipación a los hechos.


El castaño volvió a subir hasta la altura del bóxer gris y con su mejilla se restregó levemente por aquel falo ya increíblemente duro.


-¡Aaah~ TaeMin, por favor!-


Éste volvió a sonreír de lado y con sus dientes en el elástico de la prenda bajó un poco de la misma, hasta que aquella punta ya húmeda, brillante y más que roja vio “la luz”. TaeMin realmente no sabía que le pasaba, tan sólo quería saborear absolutamente a todo lo que MinHo representaba. En esta ocasión prácticamente no era él… pero las fantasías, los sentimientos encontrados, los meses, años de anhelo por el mayor, lo convertían en esto, y si bien no tenía absolutamente ninguna idea de nada, él sólo lamía besaba y mordía el cuerpo de MinHo, encontrándose disfrutando de ese hecho, de ese accionar y de las reacciones que provocaban en el mayor.


Lamió la punta apenas descubierta por primera vez, saboreando aquel extraño líquido que no era “delicioso” pero era soportable y confiaba en que con el tiempo aquello se le haría delicioso.


-¡Aah~ maldición!-


MinHo se encorvó entero ante aquella sensación, aquella correntada de placer que prácticamente rasgaba su cuerpo debido a la intensidad con que lo atravesó. TaeMin continuó sin decir nada, y con el pasar de los segundos fue cogiendo más confianza y comenzó a descubrir más de aquel miembro, hasta que terminó por quitarlo por completo. MinHo estaba totalmente desnudo, bajo su delgado y remilgado cuerpo. Eso le encantaba, le hacía sentir levemente más poderoso… y “no tan debilucho” como solía ser siempre. Tenía bajo su control al “mejor jugador de baloncesto”, “el más carismático del colegio”, “el más hermoso de aquel lugar” “el más ‘hombre’ de todos allí” y era suyo. Absoluta y únicamente suyo. Lo tenía a su merced. Sí, TaeMin tenía el control y le gustaba.


Una vez que ya hizo retorcer suficiente de placer al pelinegro gracias a “su tratamiento” allí en su falo, subió escuchando aquellos jadeos uno tras otro cada vez más fuerte hasta que devoró sus labios, y ambos saborearon “la esencia” del más alto.


MinHo fue ahora quien giró y volvió a dejar al menor bajo su cuerpo. Era su turno ahora. Sonrió mientras acariciaba con descaro aquel miembro también erecto por sobre aquel bóxer verde oliva, como así también su cuello, su clavícula y sus pezones se encontraron siendo “atacados”. TaeMin comenzó a gemir una y otra vez.


Pero el mayor no tenía intenciones de detenerse, no por el momento, por lo que lentamente comenzó a bajar por aquel torso y estómago tan suave y delicado, hasta que llegó a su miembro y al igual que el menor, bajó el bóxer hasta medio muslo y comenzó a saborear al menor. Quien comenzó a gemir más fuerte, acompañando su placer con movimientos involuntarios de sus caderas queriendo que el pelinegro abarcara aún más.


Pero éste apoyó sus fuertes y grandes manos en las caderas del castaño, e intentó retenerlo sobre el colchón, resultándole algo complicado pero no imposible. TaeMin reaccionaba por mero instinto al elevar sus caderas y no podía controlarlo, por lo que la “restricción” del mayor en verdad lo volvía loco, lo fastidiaba, pero realmente no podía hacer nada para evitarlo. Gimió una y otra vez, en lo que sentía la cálida humedad del mayor recorrer su miembro en conjunto con aquella rebelde lengua.


A MinHo por unos instantes se le vino a la mente, los recuerdos del maldito reformatorio y aquellos momentos en los que era abusado, pero rápidamente se obligó a eliminarlos, convenciéndose de que este a quien “atendía” era TaeMin “su muñequito de porcelana” y que lo que hacía, lo hacía por mera voluntad, y al parecer funcionó, pues los gemidos de placer y tortura del castaño lo trajeron devuelta a la realidad.


Sonrió, se separó del falo del menor y reptando de manera ascendente como una entrenada serpiente, se concentró nuevamente en los labios del menor. Quien lo recibió gustoso, jadeando, gimiendo dentro de los labios de MinHo.


Sus movimientos de caderas, sin haberse dado cuenta, habían comenzado a simular las penetraciones, logrando que se restregara sobre el miembro más que erecto y húmedo de TaeMin. Ambos gimieron, ambos jadearon, y echaron su cuello hacia atrás. O por lo menor TaeMin que era quien estaba acostado.


Y sin darse cuenta, TaeMin separaba cada vez más y más sus piernas, permitiéndole, “invitándole” al mayor a ubicarse en una mejor posición. Quien no dudó ni siquiera un segundo en acatar y aceptar aquella invitación.


Las manos del castaño, se aferraron con fuerza a aquella bien torneada y formada espalda, pero sus dedos resbalaban a causa del sudor que ya comenzaban a rezumar de ambos cuerpo, a lo que TaeMin con sus piernas encerró, aprisionó al mayor en lo que clavaba con mayor fuerza sus dedos, sus uñas en MinHo, este gimió y volvió a los labios del menor, en lo que ambos ahora se habían sumergido en una especie de danza, de movimientos mecedores, que excitaban cada vez más al ajeno.


Una vez que logran ambos separarse por la falta de aire, entre jadeos demás agitado MinHo habla.


-¿Se-seguro qui-quieres continuar? No-no tengo ni condones ni lubricante-


Desvió su mirada, apagándose levemente la lujuria en ella, por aquel pequeño percance algo vergonzoso. TaeMin para su mala suerte tampoco tenía nada de ello, pues jamás imaginó que este día llegaría tan pronto y tan de prepo. Se maldijo por no haberlo imaginado o previsto, pero pues no tenían nada.


La duda cruzó por la mirada del menor por unos segundos pero desapareció de inmediato.


-S-sí MinHo, he-hemos llegado por fin hasta aquí y-y no quiero detenerme, ya no, t-te sientes demasiado bien entre mis piernas y sobre mi… no soportaría detenerme aquí, t-te quiero todo… ha-hasta el final, si-sin importar qué…-


Se sonrojó más, si es que era posible, pues con el calor y la pasión del momento no sabía si su rostro podía ponerse más rojo, pero al parecer sí. MinHo al principio estaba sorprendido, pero luego sonrió, y volvió sus labios a los del menor, que sonreía ahora como podía.


En verdad que esto parecía un sueño, MinHo realmente no podía creer que hace tan solo horas pensaba que el menor lo odiaba, y ahora, ahora sabía la verdad, sabía que lo amaba y que estaba debajo de él gozando de aquel momento tanto como él.


Sus besos eran más que apasionados dejando prácticamente sus almas en ellos, los cuerpos ya comenzaban a ser “recubiertos” por una fina lámina de sudor provocando que sus cuerpos centellearan levemente. Las manos ya no encontraban lugar que no haya sido recorrido, la pasión estaba en su punto máximo y MinHo creyó que ya era hora… estaba nervioso como también ansioso, quería… quería sentir al menor alrededor suyo, pero la falta de lubricante y condones dificultaba demás las cosas… hasta que prácticamente la lujuria ganó y eliminó todo rastro de cordura en el mayor.


Giró al menor colocándolo boca abajo, lo sujetó fuertemente de las caderas y obligó al castaño a elevar su trasero, TaeMin gimió levemente cuando sintió las manos de MinHo acariciar sus nalgas descaradamente, como así también pellizcarlas… pero su alma se fue en un hálito cuando sintió la boca del mayor, besar, lamer, morder sus nalgas con cierta rudeza pero ternura a la vez.


TaeMin antes de que pudiera aplicar su autocontrol, se encontraba empujándose aún más hacia el mayor en busca de más contacto, o mejor dicho “forzando” más contacto. El pelinegro estaba realmente sorprendido ante aquella ansiedad, ante aquel “hambre” que demostraba tener el menor por él, a lo que aun sonriendo dejó el trasero de TaeMin y ejerciendo algo de contacto directo se redirigió a los labios del menor. Quien gimió cuando sintió el miembro de MinHo restregarse entre sus nalgas.


-L-a-lámelos.-


Pronunció con dificultades respiratorias ya el mayor, TaeMin cogió aquellos dedos con un hambre voraz dentro de su boca y comenzó a lamerlos, succionarlos y untarlos bien con su saliva. Y aquellos movimientos, la sensación de su lengua revolotear por entre los dedos del moreno solo hacían a este último excitarse más si es que podía.


Luego de unos cuantos gemidos, y jadeos, MinHo decidió que ya era suficiente y retiró sus dedos de la boca de TaeMin y los llevó directo a aquel lugar que era “prácticamente sagrado”. Era la entrada al placer absoluto, al máximo placer que podría experimentar junto a TaeMin.


Comenzó a forcejear “la entrada” con un primer dedo y el menor se retorció entero ante aquel contacto que le resultaba tan invasivo pero a la vez adictivo.


La mano libre del pelinegro se esforzaba por acariciar y estimular levemente la hombría del menor para facilitar un poco más aquella entrada a su dedo invasor. Hasta que finalmente cedió en conjunto con un “aullido” por parte del menor.


-¿E-estás bien Minnie? ¿Qui-quieres que me detenga?-


-N-no… po-podré so-soportarlo, e-en cambio si te detienes ahora… ja-jamás te lo perdonaré.-


Habló al parecer demás cabreado, a lo que MinHo sólo le quedó sorprenderse una vez más, al ver esta “faceta” de su “niño”. No le disgustaba… pero aun así prefería cuando se comportaba de una manera más “inocente”, quizás era morbo, quizás no, él solo sabía que TaeMin era su todo, y que le podía aún más cuando actuaba como un niño malcriado. Sonrió al pensar esto último y asintió. Continuó con su labor luego de inclinarse, besar su espalda y estirarse un poco para capturar la boca del menor que ya se había girado para capturar sus labios.


Las caricias, los besos continuaron intercaladamente durante unos cuantos segundos, minutos, hasta que finalmente entraron 2 dedos, era demasiado difícil hacer “espacio” para el tercero, por lo que decidió tomar una medida extrema, ya que no querría dañar a “su niño” por nada del mundo.


Quitó ambos dedos de aquel orificio del menor, quien liberó un sonoro jadeo de alivio y a la vez desilusión y deslizándose una vez más como un reptil, llegó con su rostro a aquel lugar “tan íntimo”. Intercambiaron miradas sumamente cristalizadas por la lujuria y MinHo comenzó a besar y lamer aquella parte del menor.


-¡Aaah~ maldición MinHo!-


El menor se retorció entero, su cuerpo se tensó, sus músculos se tensionaron y su boca se abrió más de la cuenta en lo que liberaba sus jadeos. MinHo encontró aquella reacción extrañamente positiva, y continuó con su labor, corroborando finalmente que aquello era una experiencia positiva cuando el menor cada vez se empujaba más hacia él, queriendo ser “embestido” por aquel músculo diminuto pero realmente poderoso que era la lengua del mayor.


Cómo pudo se mantuvo allí lamiendo, y besando, “lubricando” aquella zona con su saliva lo más que pudo, hasta que finalmente su miembro se encontraba demasiado erecto y duro y dolía horrores, aclamando por una liberación pronto. Por lo que MinHo se separó de aquella zona, miró a TaeMin una vez más y antes de que pudiera decir algo, el menor le interrumpió.


-¡Hazlo MinHo! ¡Ya de una vez! No aguantaré por mucho más…-


Dijo el menor aún en cuatro, comenzando a sentir sus brazos cansados de sostener su peso, pues aquel “beso negro” le había hecho temblar el cuerpo entero, sus fuerzas iban desvaneciéndose paulatinamente en lo que pasaba el tiempo.


MinHo carraspeó su garganta, tragó saliva no dijo nada y depositando una pequeña cantidad de saliva sobre su propio miembro, se estimuló levemente y antes de que cediera a la tentación de mover su mano hasta el “final”, comenzó a alinear su miembro con el orificio del menor.


Increíblemente entró con mayor facilidad que minutos antes y pudo ingresar por completo lentamente, TaeMin liberó un sonoro jadeo que delataba que en verdad se estaba esforzando por soportar aquel dolor.


-Relájate, tranquilízate, respira…-


Habló el mayor increíblemente calmo, aunque la verdad era que él estaba mucho más ansioso y nervioso que el menor. TaeMin asintió levemente y cerró los ojos, obedeció o al menos se esforzó por obedecer al mayor y lentamente su cuerpo se fue relajando, y el interior de él no aprisionaba tan dolorosamente al mayor.


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Se quedaron así unos cuantos segundos hasta que sus manos se aferraron a sus caderas y lo obligaron a elevarse, logrando que su espalda choque contra el pecho del pelinegro ya demás agitado y sudado. El calor hirviente del cuerpo del castaño lo electrificó una vez más y besando su cuello comenzó a moverse lentamente. Hacia arriba y hacia abajo, él comenzó a gemir más si es que se podía y lentamente comenzó a seguirle el ritmo. Las manos de MinHo aprovechaban a acariciar y abarcar absolutamente todo lo que podían del menor, quien estaba estirado sobre él, al haber colocado una de sus manos en el cuello del mayor.


MinHo dejó aquel cuello y acariciando aquel brazo que lo sujetaba comenzó a besar y a lamerlo en toda su longitud, o al menos lo que podía de él.


-¡Aah~ maldición MinHo!-


Gimió realmente excitado el menor, comenzando a mover sus caderas de manera más brusca y veloz involuntariamente. Había comenzado a restregarse con el mayor como si se tratara de un felino intentando marcar “a su dueño” con su aroma, advirtiéndoles a los demás, que era suyo… de su propiedad.


MinHo también había comenzado a gemir, y nuevamente empujó al menor hacia adelante para que éste se posicionara en cuatro una vez más. Este así lo hizo y MinHo aprovechó unos cuantos segundos o quizás minutos para aumentar su velocidad en lo que mientras embestía al menor, besaba también su espalda, provocando que el menor se erizara por completo y se retorciera aún más, siendo capaz de ver como los músculos de su espalda se movían ante aquella correntada que esos pequeños y suaves besos le provocaban.


Hasta que finalmente TaeMin decide cambiar de posición una vez más y esta vez logra zafarse de la “conexión” con el mayor provocando que ambos gimieran en desaprobación ante la falta de “algo” en ellos y sin decir nada más que jadeos, se acomodó de manera en que estuviera frente a MinHo sentándose a horcajadas sobre él, auto penetrándose, MinHo inclinó su cabeza hacia atrás ante la “re-conexión” y gimió fuerte, o más bien rugió… TaeMin sonrió de lado y comenzó a moverse levemente hasta coger el ritmo que tenían anteriormente, saltando y restregándose contra el mayor, dejando un pequeño sendero de pre-semen a lo largo de todo el estómago del pelinegro.


-¡Maldición TaeMin! ¡N-no aah~ hmns no sé cuánto más podré, mns~ aguatar, aahn~!-


MinHo se aferró con fuerza a las nalgas de TaeMin y sin pensarlo entre una que otra “estocada” abofeteaba las nalgas del menor haciéndolo gemir a ambos.


-¡Aaah~ sí, sí MinHo! ¡Si-sigue así, m-más rápido mns~ aahns~ más!-


El menor comenzaba a perder la cabeza y el raciocinio a medida que las oleadas trémulas en su interior en forma de espiral comenzaban a recorrerlo por completo anticipando el orgasmo próximo a llegar.


-¡Amns~ Sí, sí, justo ahí, aah~ ya-ya no puedo más! Mns, ¡AAH~!-


Había comenzado a masturbarse al compás de las embestidas de MinHo, las cuales habían tomado el control quien sabe en qué momento. Los labios de MinHo habían tomado posesión una vez más de los del menor, y los gemidos eran bebidos por el mayor, gemidos agonizantes y ansiosos, por el orgasmo cada vez más próximo, sus mandíbulas se abrían a más no poder, sus lenguas entraban en una feroz lucha entre ellas, sus labios eran mordidos por el ajeno. La pasión comenzaba a tomar posesión de ambos cuerpos, ya nada importaba, sólo la lujuria que en ese momento invadía la habitación, el calor, el olor a sudor, el pequeño aroma almizclado de ambos combinado.


Aquella imagen ya no era de humanos teniendo sexo, sino de animales apareándose frenéticamente.


-¡AAAAH~ Maldición si~! ¡Infiernos sí! ¡Aah~ mns~!-


Finalmente el menor llegó al orgasmo, entre jadeos y gemidos, liberando “cintas” y cintas de su esencia la cual salía con demasiada presión manchando ambos abdómenes y parte del rostro de MinHo, aquella imagen sólo sirvió para excitar nuevamente más al menor.


 TaeMin se aferró fuertemente a la espalda del mayor, pues luego de aquel orgasmo todas sus fuerzas y energías vitales se drenaron junto con aquella esencia en su orgasmo, el primer orgasmo de su vida tan intenso, pues una cosa era mediante la “auto satisfacción” y otra muy diferente y mucho más alucinante era aquel orgasmo que llegaba mediante la “interacción” con otro, aunque siempre y cuando ese otro… fuera nada ni nadie más que MinHo, sólo él  y únicamente él lograba llevar el orgasmo del castaño a aquel nivel.


Su respiración agitada, su corazón bombeando más fuerte que de costumbre, chocaba contra el pecho también acelerado del mayor, pero esto aún no terminaba, pues el mayor comenzó a moverse lentamente una vez más y los pequeños cosquilleos y hormigueos despertaban en el interior del más bajo. TaeMin aprovechó aquellos movimientos para lamer las pequeñas “cintas” de su semen en el rostro del mayor. Las lamió y luego de ello, besó al mayor, quien lo recibió gustoso, ambos saboreando al menor.


El ritmo se tornó frenético segundos después y durante unas cuantas embestidas después en que él, es decir TaeMin, rasguñaba levemente de manera circular la espalda del mayor en gesto de caricia, sintió toda una sustancia tibia invadir su interior, la cual también era “expulsada” con presión. Hasta que finalmente tanto su cuerpo como el del mayor ya no podían más.


Ambos cayeron desplomados sobre la cama, respirando agitados y con la garganta levemente ardiendo debido a los gemidos y jadeos constantes…


TaeMin aun no volviendo del todo a la realidad, aprovechó y satisfizo otro de sus más secretos anhelos… Se acurrucó contra el mayor y le abrazó de manera realmente posesiva. No quería que se vaya, ni quería irse, tan sólo quería aferrarse cada vez más y más al mayor.


MinHo ante aquel nuevo contacto, sonrió y leves cosquilleos invadieron su cuerpo al sentir nuevamente aquella piel rozar con la suya, pero ya no teniendo prácticamente energías para nada, ni siquiera para razonar, se dejó abrazar y se entregó totalmente al sueño, cosa que el menor tampoco tardó en seguirlo.


Aunque no pudo evitar que en su mente, llegara como bofeteada, aquella conversación que había tenido con el tal ChangMin, aquella que había sido el disparador final para la pelea “sin sentido” con MinHo.


 


///FlashBack – Pov TaeMin-///


-¿Sabes? MinHo me acaba de confesar que está súper enamorado de alguien…-


Sonrió y yo me exalté, pues mi música había terminado y aquella voz apareció de la nada. Él, apareció de la nada y nunca lo sentí, demasiado concentrado en mis cosas.


-¿Sí? Pues que bien, ahora vete, no me interesa, necesito entrenar más.-


-¿Para qué? ¿Para impresionarlo? ¿Sabes que él no podrá ni siquiera verte minutos antes de subir al “escenario”? Él tiene cosas más importantes que hacer que verte bailar un estúpido bailecito.-


-Si te parece estúpido, te invito a retirarte, así no tendrás que ver más de mi “estúpido bailecito”-


Intenté hablar invocando a aquel “antiguo TaeMin”, que desgraciadamente MinHo se había encargado de matar con toda esa ternura y amabilidad… las palabras de este idiota me afectaban demasiado, cuando sabía que tenía que ignorarlo.


-¿Sabes qué él es uno de los mejores jugadores de baloncesto de este equipo? – No contesté nada, esperando a que se ofendiera ante mi manera de ignorarlo, pero no funcionó. Sino que resultó todo lo contrario. -¿No, cierto? Porque nunca te tomaste tu maldito tiempo para perder una estúpida clase de estas e ir a verlo. Cuando él siempre se sacrifica para salir antes o llegar lo más próximo a este maldito lugar para venir a verte y a felicitarte… Eres egoísta, no eres digno de él, no mereces ni siquiera respirar el mismo aire que él.-


Aquella daga se iba clavando más y más profundamente con cada oración, con cada frase. Con cada palabra. Apreté mis manos fuertemente en un intento por canalizar mi frustración, mis heridas, pero mis ojos llorosos me delataban… ¡Maldita sensibilidad maricona!


-¿Sabes que el juego no es un simple torneo? Allí elegirán a 2 o 3 de los mejores jugadores del equipo, y lo llevarán al extranjero para entrenarlo y hacerlo una estrella del deporte… ¿Y a quien crees que elegirán de seguro?-


Mi ceño se frunció.


-Así es… él se irá… él será grande ¿y tú? Tú no estás ni siquiera a su nivel, ¿Cómo pretendes seguirlo, siendo un simple bailarín? ¿Dónde se ha visto que un gran deportista salga con un bailarín don nadie? Tú solo le estorbarás, lo avergonzarás, pero en cambio ¿Quién crees que se irá con él? ¿Quién crees que podrá estar a su altura, y cuidar de él?-


-Vete de aquí, necesito seguir practicando…-


-¿Te he dicho también que MinHo me llamó hyung? Estaba muy sonrojado cuando me lo dijo… ¿Por qué piensas que lo estaba?-


-Vete…-


Hablé ya prácticamente sin voz, mi garganta prácticamente ardía de tanto retener el llanto, ¿le llamó “hyung”? ¿Por qué nunca me lo mencionó? ¿Por qué nunca MinHo mencionó algo acerca de “ChangMin”? ¿¡Por qué nunca me habló de él!? Puesto que este al parecer conocía mucho sobre él, ya que hablaba como si le conociera de años, como si realmente supiera lo que era mejor para MinHo.


-¡Detente!- La voz de MinHo se hizo oír enfurecida, y yo ya no podía más… aquellas cosas dichas con tanta convicción… malditamente no me permitían dudar de que fueran cierto.Él tarde o temprano se iría… y me dejaría.


///Fin del FlashBack- Fin Pov TaeMin///


 


El menor se reprendió a sí mismo, por recordar aquella maldita conversación justo ahora… por recordar que tal vez “ChangMin” no estaba del todo equivocado, y que tratándose de MinHo y de su habilidad indiscutible con el balón, no les quedaba mucho tiempo juntos…


Pero sus ojos comenzaron a recorrerle lágrimas que no podía retener ni controlar, por lo que en un estúpido y vano intento porque las cosas no fueran así realmente se aferró más al cuerpo del mayor, a ese cuerpo que ahora le pertenecía y que tenía a su lado, envolviéndolo en sus brazos.


-Te amo MinHo, no me dejes, no te vallas. Te amo demasiado.-


Susurró TaeMin con la voz algo quebrada y suplicante, pero el mayor no le oyó, debido a que estaba profundamente dormido y ya se oía como roncaba suavemente.

Notas finales:

¡¡OMMO!!! EL PUTO LEMON LLEGO!!!! xD jajajajaj, 12 hojas de Lemon, 12 hojas!!!! MFG!!! Ni siquiera yo lo puedo creer!! D:, sé que les prometí un lemon asi bien hardcor super pornoso, pero realmente la mente no me dio para más, necesito conseguir más inspiración, pero pues bueno, esto es lo que hay por el momento xD


15 capítulos! 15 fuckings capítulos para el lemon! xD jajaja, sí, lo sé, esta vez me fui jodidamente al carajo xD cuando normalmente ya como mucho en el quinto cap pongo lemon jajajaj, pero bueno esta vez sí que me hice de rogar y mucho jajaja. De todas maneras espero que les haya gustado y que la espera haya valido la pena.


¿Qué pasará ahora? ¿Será que MinHo se tiene que ir? ¿Será que lo va a dejar devuelta? Hmmm, pues ya veremos, ese ChangMin sí que le encanta meter cizaña, mira que decirle eso al pobre dulce e inocente Minnie…


¿Cómo seguirán las cosas, después de esto? Ambos “Mins” ahora se pertenencen, así que supongo que será diferente a partir de ahora jeje, ¿Qué va a pasar con ChangMin, ya se fue de la vida de todos para siempre o no? ¿¡QUIEN SABE!? xD jajaja


Pues ya veremos que sucede a partir de aquí en los siguientes caps, ahora sí que ya no falta tanto para el final, probablemente 5 o 6 caps más y bye bye 2Min: “Don’t you Forget?”, pero bueno, falta, falta aún jejejej


Muchísimas gracias desde ya por comentar, y también gracias a aquellos lectores “fantasmas” que leen la historia, espero les haya gustado también n.n


También como siempre les quiero agradecer a Clasevi; ciel_2min, NicoMin, Hyo Yoo Jung y por supuesto a mi unnie Hana que también me lee desde las sombras xD jejej, en verdad les agradezco que siempre estén presentes de una manera u otra en esta historia n.n


Cómo siempre también quiero disculparme por si hay alguna falta de ortografía, esta vez si lo leí y lo corregí, pero uno nunca sabe jeje, así que bueno… Ah! Y también como siempre, aquí les dejo mi página de Facebook, por si les interesa a aquellos que quieren saber más rápido cuando actualizo n.n “ZaffireHeart”.


Bye bye~ ^u^/


ZaffireHeart 


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