Capítulo 3: “¿Nuevos lazos?”
[…]
Unas piernas se posaron frente al cuerpo sentado de MinHo… mientras le extendían la pequeña libretita, su tesoro… éste se exaltó unos segundos al notar aquella presencia ajena y su corazón se detuvo al ver su “diario” en manos de otro. Y cuando levantó la vista con una tortuosa lentitud, se quedó paralizado al ver de quien se trataba.
Decepcionado… suspiró y le quitó la libreta de un tirón, era JongHyun.
-Yah, ¿Qué sucede con ese suspiro? Te estuve buscando por todo el instituto para que nos volviéramos juntos a casa, pero te me desapareciste, ¿Dónde estabas?-
-Yo-Yo estab-
En ese momento cuando el moreno ya se había puesto de pie, vio como por detrás de JongHyun, pasaba el chico castaño, que había visto minutos atrás en aquel salón solo. Su mirada automáticamente le siguió, ignorando por completo al más bajo.
TaeMin, de cierta manera se sorprendió al ver aún alumnos en el instituto, y aún más tratándose de ellos, algo en su interior ardió. Al ver al de menor estatura tan cerca del moreno alto, aquel que le recordaba tanto a alguien.
Su mirada simplemente conectó con la del más alto por unos segundos, ya que luego desvió su mirada, pasando de ellos con una actitud realmente indiferente, y a pesar de que este ya no le mirase más, sentía como la potente mirada del moreno aún seguía fija en él.
Fue tan solo un cruce de miradas, pero en aquellos instantes, ambos sintieron como su mundo temblaba peligrosamente a su alrededor.
-Okey, MinHo, ¿¡Qué demonios te traes!? ¡Desde ayer que estás más que raro! Ni siquiera me estás escuchando por quedarte viéndole el trasero a una chica, ¿¡Es en serio!?-
~ POV MinHo ~
En ese momento, le miré repentinamente, escandalizado por sus palabras. Y cuando estaba por excusarme, él mira nuevamente a quien creo que era “mi muñequito de porcelana” y se queda observándolo como a lo lejos iba desapareciendo de la vista de ambos.
-¡ESPERA! ¿¡Es un chico!? ¡Tiene el uniforme de los chicos! ¡MinHo! ¿¡Acaso tú-!?-
Le tapé de repente la boca con mi mano, mientras él seguía balbuceando palabras ya totalmente incomprensibles.
-¡Claro que no! ¡Es sólo, que él me recuerda mucho a alguien!-
Me defendí rápidamente aunque de manera inútil, pues mis mejillas comenzaron a acalorarse.
-¿A alguien? ¡Oh! ¿Te refieres a esa “amistad súper ultra valiosa para tí” de la que me contaste?-
Comentó de manera burlona, pero clavándome sin que se diera cuenta una pequeña apuñalada en mi corazón. Deslicé finalmente mi mano por completo del rostro de JongHyun y bajé mi mirada.
-Tal vez…-
-¿Y por qué no vas, le preguntas y listo? Mientras más rápido te quites las dudas, será mejor, recuerda que te necesitamos concentrado en el equipo de baloncesto, recuerda que tú eres nuestro guía ahora.-
-No es tan sencillo JongHyun, siento como si hubiera muros impenetrables a su alrededor. No puedo simplemente acercarme de la nada, y decirle, “Hola, soy MinHo y me recuerdas a alguien de mi infancia, ¿Tu eres esa persona? ¿Quieres ser mi amigo, por solo ese hecho?”-
-Hmm, puede que tengas razón, de todas maneras, como te digo, busca la manera de quitarte estas dudas cuanto antes. Al parecer sí parece un chico bastante frío y reprimido, pero de seguro será porque se ha trasladado aquí a mitad de curso. Es difícil acostumbrarte a un ambiente totalmente diferente de un día para el otro.-
JongHyun tenía razón, quizás lo mejor sería concentrarme en lo que ahora es primordial, el equipo de baloncesto. De ese partido, quizás dependa nuestro futuro. No sé si el mío o no, pero él tenía razón, quizás olvide este asunto de “TaeMin” por el momento y me concentre en el club.
-Quizás tengas razón, disculpa mi comportamiento de ayer y hoy, no volverá a pasar, tienes razón, ahora lo primordial es el equipo.-
Dije serio, adoptando nuevamente aquella actitud de seriedad y responsabilidad que me había llevado a ser elegido como el nuevo capitán del equipo.
-¡Esa es la actitud! ¡Así se hace MinHo! Sigue así y llegarás lejos, lo sé, lo presiento aquí.-
Dijo golpeándose el pecho con orgullo, yo simplemente asentí sin darle más importancia y recogiendo mi bolso del suelo, me dispuse a caminar de regreso a casa, ya comenzaba a sentirme cansado, y comenzaba a oscurecer, cuando veo salir a los demás estudiantes que quedaban de las clases extracurriculares.
JongHyun me siguió sin decir palabra alguna y unas cuantas cuadras después nos separamos, ya que vivíamos en calles diferentes. Le saludé con mi característica seriedad, y me retiré hacia mi pequeño departamento.
Dejé mis cosas allí, en un pequeño perchero que tenía en la entrada, y me dirigí a la cocina. Debía cocinarme algo, aunque no tuviera realmente ganas de más nada, ahora sólo quería dormir, y esperar a que amaneciera nuevamente, para ir al colegio y poder ver a…
-No. Concéntrate sólo en tu equipo MinHo, ellos son los que te necesitan ahora.-
Me dije a mi mismo, susurrándome en lo que metía la mano en mi bolsillo trasero en busca de aquel pequeño diario, que había guardado con tanto frenetismo al momento de pensar que lo podría haber llegado a perder.
Mi corazón se detuvo en seco una vez más con solo pensar en ese hecho, realmente no me hubiese gustado que nadie más que yo o “Minnie” leyera ese tipo de cosas acerca de mi intimidad. Respiré hondo, una y otra vez, recalcándome que ya no tenía por qué preocuparme pues JongHyun gracias al cielo lo había encontrado de inmediato, y volví a la pequeña mesa, para comer aquel intento de comida. Luego de eso, me fui a dormir, realmente no tenía ganas de nada, ni siquiera de pensar, pero como siempre sucede, los pensamientos me invadieron apenas apoyé la cabeza en la almohada y me costó realmente horrores vaciar nuevamente mi mente, para poder dormir.
~ Fin POV MinHo ~
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~Horas atrás ~ POV TaeMin ~
-Ya llegué.-
Avisé sin levantar mucho la voz, pues venía realmente sumido en mis pensamientos, pensamientos que sólo abarcaban el rostro y la voz distorsionada de aquel muchacho que me hacía recordar tanto a ese alguien, a quien comenzaba a odiar, por haber roto aquella promesa.
-¡TaeMin hyung, holaa~ qué bueno que ya has regresado, TaeJunnie lo ha extrañado mucho!-
Vino corriendo mi hermanito, abalanzándose a mis brazos, y como siempre, lo recibí con gusto, y sonreí con derrota, él siempre tan alegre y jovial, tan feliz de la vida a pesar de lo que tuvimos pasar.
-Hola Junnie, ¿cómo has estado?-
-¡Aburrido! ¡Sin hyung cerca, TaeJun se aburre!-
Él siempre tan cariñoso y sincero. A veces sentía de cierta manera envidia de él, al mantener aún aquel espíritu tan inocente, aquel que me arrebató la vida muchísimo más pronto de lo que pensé.
Pero simplemente sonreí.
-¿DaeGu ssi, donde esta?-
-Él ya se ha ido hacia el bar. Me dijo que te dijera que hoy tenías el día libre.-
-¿En verdad?-
Cuestioné algo sorprendido mirando a mi hermanito, a lo que él sonrió ampliamente y asintió con ahínco, una vez más sonreí y despeiné sus cabellos, él rio y me dirigí a la cocina, dejando mis cosas en el sofá, para poder cocinarle algo a mi hermanito, debido a que él todavía no sabía del todo bien, estaba aprendiendo, pero de todas formas, aún prefería ser yo quien le cocinara.
Quizás no sería tan mala idea mandarlo a él también al colegio, pues de aquella manera no se aburriría tanto en mi ausencia, aunque aquello debía de hablarlo con DaeGu ssi, pues era ahora nuestro tutor a cargo, además de que primero deberíamos discutir el enviarlo a un curso para ponerlo al nivel del colegio. Quizás haría un curso extra escolar, y ya luego el año que viene podría entrar al colegio.
Nada me haría más feliz, que poder ayudar a mi hermanito a salir adelante por su cuenta, ayudarlo a poder hacerse valer por sí mismo.
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Sin mucho más que contar, luego de que la cena estuviese lista, jugué un rato con TaeJun, y luego subí a mi habitación a estudiar mis horarios y ponerme realmente al día con mis estudios.
Hoy había sido mi segundo día de transferido a aquella preparatoria, pero de todas maneras, ya me han dejado en claro que no piensan “tenerme piedad” por ser el nuevo.
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Cuando mis ojos ya se cerraban prácticamente solos, decidí que sería suficiente por hoy. Y me tiré en mi cama, sin más, quedando absolutamente dormido en milésimas de segundos.
~ Al otro día ~
Nuevamente me encontraba entrando al colegio. Tenía una sensación realmente extraña, aquel chico que me crucé en 2 ocasiones ya anteriormente, había logrado mover mi interior. Quizás hoy intentaría acercarme a él para preguntarle si realmente es quien dice ser. Y si fuera así, en ese mismo momento le golpearía el rostro. Para hacerle notar, que “no soy ningún debilucho”.
Avancé hacia el interior del instituto, y allí nomás me topé nuevamente con aquel chico. Nos miramos, pero para mi sorpresa, él pareció ahora ignorarme y seguir escuchando lo que su amigo le decía.
Me sentí extraño, aquella definitivamente, no fue la mirada que me dio ayer. Y fue entonces cuando recordé que el día anterior había sido yo, quien le había mirado de aquella manera, ¿acaso era una especie de venganza?
Si era eso, me parecía algo estúpido e infantil de su parte, pero de todas maneras, quise dejar pasar el asunto por el momento, y me adentré a mi aula. Allí dónde todo el mundo era nueva y totalmente desconocido.
Pensar en “hacer amistades” me fastidiaba, pero necesitaría sí o sí hacerme cercano a alguien para poder sobrellevar esto, no era propio de mí, pero realmente ya no quería ir cambiándome de escuela a cada mitad de año escolar.
Entré en el salón suspirando, y todos allí me miraron pero sólo unos segundos, para luego ignorarme y seguir con sus asuntos. Aquello me tranquilizó levemente. Ninguna burla hasta el momento. Pero recién acababa de ingresar así que aquello supongo que era normal, ya luego cuando me presentara, y hablara seguramente comenzarían a molestarme.
Era mi primer año de preparatoria y éste era mi segundo colegio en el año. Era algo realmente penoso, pero realmente no me sentía capaz de soportar más las humillaciones tan duras y bruscas de aquel colegio de mala muerte.
El profesor ingresó finalmente, y sin siquiera decir nada, todos en silencio se acomodaron en su lugar. Aquello me sorprendió, normalmente en el otro colegio, hubieran comenzado a hacer aún más desastre y barullo.
-Buenos días chicos.- Saludó amable el profesor y todos respondimos de la misma manera. Quizás realmente no resultase tan malo este colegio. –Cómo sabrán tenemos a un nuevo compañero transferido recientemente.- Todos me miraron a mí, y yo solo opté por encogerme mirando al suelo. –Así es, al parecer todos lo notaron, así que procederé a iniciar mi clase, así que señor Lee TaeMin, bienvenido a Seoul HighSchool, soy Park JungSoo y seré tu profesor de historia, espero y puedas adaptarte bien, chicos por favor encárguense de hacer sentir cómodo a Lee TaeMin ssi.- Continuó hablando el profesor de manera amable y todos asintieron. Y sin más la clase comenzó. Un chico a mi lado tuvo que compartir el material conmigo, y me sorprendió que no se mostrara molesto ni nada. Esto era demasiado raro, pero de todas maneras aproveché a “disfrutar” del momento.
Las demás clases transcurrieron de cierta manera similar, y realmente me sorprendía. Hasta que llegó la hora del almuerzo. Ahora sí, lo sabía, alguien vendría a molestarme.
Y mi corazón se aceleró cuando siento una presencia detenerse a mi lado. “Genial aquí vamos, indiferencia TaeMin, indiferencia”. Me animé a mí mismo en lo que fingía seguir concentrado en guardar mis pertenencias. Hasta que no pude más y elevé la vista, con una suma indiferencia, pero toda aquella fachada se me desvaneció cuando me di cuenta de quién era, él me sonrió, no me insultó.
-¿¡Quieres venir a almorzar conmigo, así de paso ayudo a ponerte al día!?-
Era el mismo chico que me había compartido su material. Me quedé sin palabras algunas por momentos que parecieron eternos. -¿Eh? ¿Qué dices?- Volvió a hablar de manera amable. Hasta que algo en mi mente salió.
-Lo siento, no suelo almorzar con extraños.-
Hablé a la defensiva sin poder evitarlo, yo quería ser amable, pero realmente no podía. Él me miró unos segundos de manera seria y luego sonrió. Me extendió la mano y me le quedé mirando.
-Hola, me llamo Kim KiBum, tengo 15 años, pero en unos meses cumplo los 16, soy alumno de la escuela Seoul HighSchool, asisto a la clase 1-C y por ende creo que eso me hace tu compañero, ¡mucho gusto! ¿Cómo te llamas?-
Aquello me hizo sentir aliviado, él no se había enojado, y yo no había perdido mi oportunidad de iniciar quizás una amistad, una que no fuera la que forjé con MinHo, y estaba claro de que tampoco sería igual. Jamás volvería a depositar toda mi confianza en alguien más.
Su aspecto era delicado, tenía una linda piel, sus manos eran finas y delgadas, tenía unos prominentes pómulos, y una mirada, “curiosa” por así decirlo, llama la atención, pero no demasiado.
-Hola, me llamo Lee TaeMin.- Dije esta vez un poco más suave, por suerte. Él sonrió más ampliamente y le tomé la mano, estrechándola al fin. Su piel era suave, no me equivocaba.
-Listo, ahora ya no somos extraños, ¿Vienes a almorzar conmigo TaeMin ssi?-
Cuestionó rápidamente y simplemente atiné a asentir, tomé mis cosas y le seguí. Él esbozó un gritito de alegría y emprendió camino a la cafetería.
-¡Genial! Pues entonces vamos, te mostraré bien el camino, y luego después de clases, te enseñaré bien el colegio.-
-No hace falta, ya estuve recorriéndolo sólo ayer.-
-Oh, ya veo, ¿Y no te has perdido?-
-Al principio, pero luego pude encontrar el camino de regreso.-
-Bueno, supongo que estuvo bastante bien, para haber sido la primera vez que pisabas este colegio.-
Sonrió en lo que yo simplemente asentí, quedándome en silencio, mientras esperábamos nuestra comida. Luego de ello no hablamos más hasta que buscamos un lugar en el comedor.
Me detuve cuando vi que él lo hizo de repente, y le vi algo nervioso, miré hacia dónde se dirigía su mirada, y me encontré con aquel quien creía era “MinHo” y su amigo.
“MinHo” se encontró con mi mirada, pero esta vez fui yo ahora quien se la desvió.
-JongHyun...-
Susurró KiBum y le miré, y luego miré al otro chico que parecía muy entusiasmado en su charla con “MinHo” pero este no le escuchaba, pues sentía su mirada en mí. Hasta que al parecer el chico se dio cuenta y giró hacia dónde estábamos nosotros. Saludó a KiBum con una sonrisa y siguió hablando con “MinHo”.
KiBum asintió levemente y se apresuró a sentarse en un lugar vació a lo que yo le seguí.
-Eso fue raro, ¿qué te sucedió? Estás todo rojo.-
Pregunté siendo por primera vez yo quien iniciara la conversación, él suspiró, respiró hondo, y palmeó sus mejillas levemente.
-¡Oh nada! No te preocupes.- Me sonrió y yo me le quedé mirando. Él me mantuvo la mirada y la sonrisa unos segundos, hasta que cerró sus ojos, suspiró otra vez y su sonrisa se desvaneció. –Está bien, de acuerdo, me ha durado poco el secreto. Debo dejar de ser tan obvio.- Dijo serio mirando su comida, yo no dije nada, y sólo levantó su mirada, no entendía realmente nada. –Él… JongHyun es un alumno de 3er año, y a su vez también es mi compañero del equipo de baloncesto.- Me mantuve mirándolo expectante. –Yo soy el más pequeño del equipo tanto en edad como en físico, y por ende no soy muy bueno jugando, pero realmente me esfuerzo mucho. Me gusta el baloncesto aunque no lo creas. Y pues JongHyun… es alguien importante para mí, no es mi amigo directamente pero si somos conocidos y cruzamos palabras de vez en cuando y nos llevamos bien.- Hizo un silencio, en lo que yo aún me mantenía callado esperando a que continuara hablando, pero, nuevamente suspiró y cambió su semblante una vez más. –Pero bueno, realmente no importa, mejor hablemos de ti, ¿Qué es lo que te ha traído a este colegio?- Sonrió nuevamente. Aquella sonrisa no me pareció del todo sincera, pero decidí que no era nadie aún para exigir mejores explicaciones.
-Problemas…-
Contesté lacónico, nuevamente sonando más frío de lo que hubiese querido sonar. Él me miró sorprendido.
-¿¡Eres un “niño-problema”!? Pero no lo pareces.-
Se mostró realmente sorprendido, yo simplemente atiné a contestar casi de manera inexpresiva.
-Porque no lo soy.-
-¿Entonces?-
Cuestionó aún más confundido. Suspiré y me señalé el rostro.
-Por esto.-
-¿Pero qué tiene de malo? Es perfecto.-
-Justamente por eso.-
-Ow, ya entendí, sí, te comprendo perfectamente, también me ha tocado pasar por ello. Pero para mí ya no resulta un problema, al contrario, estoy realmente conforme con él, ya que asimile que me molestaban simplemente por envidiosos, así, que ahora me lo cuido muchísimo más, para que les dé aún más envidia, y así me siento mejor.-
Volví a contestar inexpresivo, a lo que él se pone serio y mira nuevamente su comida unos segundos, para luego remontar su ánimo con aquella “justificación” sonriendo victorioso, orgulloso. Y para mi sorpresa, aquel comentario, hizo que mi rostro esbozara una leve sonrisa.
-Quizás tengas razón.-
-¡Por supuesto! ¡Y es más, si quieres puedo prestarte algunas de mis cremas faciales para que se retuerzan aún más de la envidia, al vernos!-
Se oía realmente entusiasmado, pero yo ante aquella proposición decidí pasar.
-Te agradezco la amabilidad, pero creo que pasaré.-
-Oow, bueno, ¡Tú te lo pierdes!-
Hizo al principio un pucherito, pero luego rio, este chico realmente comenzaba a agradarme, pues realmente se sentía bien, estar hablando con alguien, casi desconocido sin que me tratase mal o se burlase de mí por mi apariencia aún andrógina a pesar de mi edad.
Sentí nuevamente una sensación de ser observado de repente, y mis ojos se desviaron disimuladamente hacia “MinHo” y en efecto allí estaba, sólo, observándome, u observándonos. Pero le ignoré. Ya que KiBum volvió a hablarme.
-Por cierto, disculpa si te parezco osado, pero realmente me da curiosidad, saber más acerca de ti. ¿Tienes hermanos? ¿Qué hay de tus padres?-
Aquella última pregunta, hizo que sintiera un leve tirón en mi pecho, uno muy doloroso. Bajé la mirada, y nuevamente “me puse en guardia” me retraje.
-¡Oh, lo siento! ¡Después de todo si he sido muy metido! Discúlpame, no tienes que decírmelo si no quieres hablar de ello, lo siento, suelo meter la pata muchas veces por culpa de mi curiosidad.-
Se oía realmente afligido ante su “osadía”, se mostraba arrepentido, y aquello para mí valía bastante.
-No, no te preocupes, lo aprecio, Y sí, tengo un hermano menor llamado TaeJun de 12 años, y con respecto a mis padres… eso sí me gustaría dejar el tema por ahora, lo siento, pero no me siento cómodo con ello, creo que es muy pronto, quizás más adelante…-
-Sí, lo sé, te entiendo perfectamente, y lo siento en verdad, pero con respecto a tu hermanito, me gustaría poder conocerlo alguna vez, y así ya seriamos 3 para matar de envidia a todo el mundo, pues asimilo, que ha de ser tan “envidiable” como tú y yo.-
Volvió a recurrir a su humor, guiñándome un ojo, funcionándole a la perfección, ya que sonreí levemente una vez más, mientras colocaba uno de mis últimos bocados del almuerzo en mi boca.
-Gracias… y sí, no te equivocas, él es encantador…-
Dije sin más con una leve sonrisa, y él asintió. Continuando así una charla amena, de cosas triviales. Terminando por invitarme a presenciar su clase de práctica de baloncesto para que “evaluara” sus habilidades, a lo que yo le respondí que no sabía si podría asistir, ya que también me había anotado en una clase extracurricular, aunque muy diferente a la de él.
Me preguntó cuál era, y cuando le respondí, se quedó asombrado, pero luego admitió que aquello iba realmente bien conmigo. Aquello me hizo sentir aliviado, y así transcurrió el día, con lo que creo es “un nuevo amigo”. Es muy agradable, y su comportamiento es tan espontaneo y fresco. Que realmente me hace sentir bien.
Ya no me siento tan tenso en todo momento, aunque esto no quiere decir que pueda aún exteriorizar nuevamente mis emociones sin filtro alguno.
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Volvimos a clases y nos despedimos al término de las mismas, él se fue para las prácticas de baloncesto, y yo me dirigí para aquel salón que estaba vacío, pues aún no había llegado nadie. No tardaron en ir llegando los alumnos junto con el profesor, comenzando a darnos ciertas actividades. Y a pesar de que ya me sintiera medianamente relajado por haber podido entablar una especie de relación con KiBum, este ambiente se me tornaba aún tenso, y podía sentir como los demás aún me dejaban de lado, pero a pesar de ello, esforzándome por mostrarme indiferente, continué con la clase habiendo decidido destacar y ser el mejor, pensando en lo que me dijo KiBum, “dándoles una verdadera razón para odiarme”.
A partir de hoy, me esforzaría el triple, y sería el mejor de la clase, demostrándoles que a pesar de que quieran, no lograrán hacerme sentir mal, no me tendrán genuflexo, frente a ellos, rogándoles por un poco de su atención, no, con KiBum, quizás ya me sería suficiente, no necesito a nadie más…
Así me mantuve mentalizado toda la clase, y una vez más, logré finalizarla, sobreviví. Y cuando todos se retiraron, recibí un elogio del profesor, y miradas fulminantes por parte de “mis compañeros”. Pero no por ello, dejaría de hacer esto que realmente había descubierto que me fascinaba.
Todos se retiraron finalmente y nuevamente quedé sólo allí en aquel salón, decidiendo practicar un poco más, mi cuerpo estaba cansado, pero podría exigirle un poco más. Quería mejorar aún un poco más. Quería aumentar aún más mis habilidades.
Limpié un poco mi sudor, y coloqué nuevamente la música, ahora lo haría totalmente solo, tranquilo, abriendo mi corazón, dejándome llevar por el ritmo, disfrutando realmente como aquel ritmo recorría mi cuerpo.
Hasta que decidí que sería suficiente por hoy, pues comenzaba a sentirme extraño, me sentía observado, pero en varias ocasiones quise mirar por las ventanas para corroborar de si era mi imaginación o realmente estaba siendo observado. Pero en ningún momento encontré nada “sospechoso”.
Por lo que limpiándome una vez más el sudor decidí dejarlo, por hoy ya había sido suficiente, así que me cambié, y salí de allí, aun sintiéndome extraño. Pero decidí quitarme aquel sentimiento de la mente y el cuerpo.
Volví a casa y tomé un merecido baño, pudiendo hablar finalmente con DaeGu ssi, acerca del futuro de TaeJunnie, y luego de eso, nos dirigimos juntos al bar. Él se negó al principio a que yo fuese con él, pues me veía muy cansado, pero de todas maneras, no quería dejar mis responsabilidades, me sentía obligado a ganarme aquel dinero que todos los meses él me otorgaba a pesar de que me dijera que ya no sería necesario trabajar allí, pero pues, como dije, yo sentía que tenía la necesidad de hacerme cargo de mi hermanito.
Por lo que con determinación logré convencerlo. Cuando volví a casa, fui directamente a la cama, y allí me quedé profundamente dormido a penas mi cuerpo tocó el suave y mullido colchón.
Así continuó mi rutina en lo que transcurrieron 2 meses, en que cada vez se me hacía más y más insoportable compartir la clase de danzas con aquellos idiotas. Y lo sabía, aquella “vida escolar tranquila” era demasiado buena para ser cierta.
Yo mejoraba progresiva y lentamente, y con ello aumentaba también el odio hacia mí, convirtiéndose realmente en una rutina fatídica, pero como había dicho antes, no pensaba darme por vencido.
Con Key, como descubrí a las semanas, que le llamaban, nuestro lazo increíblemente creció y dio sus frutos. Yo seguía siendo frío, pero con él sentía que podía relajarme un poco más, tan solo un poco.
-Fin POV TaeMin-
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2 meses atrás – POV MinHo.-
Nos encontrábamos en la cafetería y una vez más su mirada se encontró con la mía, pero como había decido dejar aquello por un momento y concentrarme en el torneo que se aproximaba, le desvié la mirada con cierto toque de desinterés y me dolió un poco, pero JongHyun tenía razón. Debía dejarlo de lado.
Aunque de todas formas realmente me sorprendió verlo junto a Key, “TaeMin” parecía alguien muy frío y cerrado ante cualquier propuesta de amistad, pero sin embargo allí estaba hablando con KiBum, quien nos saludó tímidamente como siempre, o más bien “Lo saludó”. Pues cuando JongHyun le sonrió su expresión cambió por completo.
Pero le ignoré, y nuevamente me dispuse a escuchar lo que tenía para decirme JongHyun, o más bien fingía escucharlo, pues no podía evitar desviar mi mirada hacia aquel muchacho nuevo junto a KiBum.
Y es que realmente ellos llamaban mucho la atención juntos, pues realmente debía admitir que la apariencia de Key no era tan masculina y desarrollada que digamos, pero aquel muchacho tampoco lo parecía a pesar de esa apariencia fría y déspota, su aspecto andrógino no aportaba mucho a su “imagen intimidante”.
JongHyun se fue primero a clases, diciéndome que acababa de recordar que debía terminar unas tareas que se entregarían hoy. Por lo que asentí y me quedé allí sólo, observando nuevamente de manera inevitable a aquel chico de cabello castaño, medianamente largo y liso. Me recordaba tanto “a él”.
Y pues no me quedaban dudas de que se trataría de él, pero hasta el momento no hemos tenido oportunidad de cruzar palabras algunas, solo miradas. Además de que realmente no sé cómo iniciar un acercamiento sin que se percate de que lo hago por interés, curiosidad, y una razón en particular. “Recuperarlo”. Si es que se trata de quien yo creo, por supuesto.
Pues quería recuperarlo, pero no sabía cómo, pues realmente estaba muy asustado a lo que pudiese llegar a decirme, o hacerme, al saber que yo soy aquel que en su momento le dijo, debilucho y le abandonó rompiendo aquella promesa que con tanta tenacidad, y anhelo, él se había aferrado.
Aún recordaba su rostro tan desencajado, tan adolorido por mis palabras, que en las noches los remordimientos me carcomen y me provocan pesadillas.
¡Esperen! ¿Él al parecer se ha hecho cercano a Key, cierto? ¡Ya está! ¡Usaré a KiBum como intermediario, para saber cómo poder irme acercando a él poco a poco! Pues no me quedaba mucho tiempo. En 4 meses yo terminaría la preparatoria, y ya no podré volver a verlo más en el colegio, pues éste es el único lugar en que puedo coincidir con él, ya que no sé dónde vive, si trabaja o no, o siquiera si es realmente quien yo creo que es. Aunque realmente sería demasiada casualidad que sea alguien tan parecido casi igual, pero realmente nada que ver “con quien yo busco”…
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Las clases me parecieron realmente eternas y aburridas, pero por suerte, ya era hora de ir a la práctica de baloncesto, allí estaría Key y le intentaría averiguar algo, de alguna manera.
Todos comenzamos a llegar a la práctica y allí vi llegar a Key, por un momento tuve el impulso de ir a interceptarlo de manera repentina y “obligarle” a que me dijera todo acerca del “chico nuevo”, pero me contuve.
-Hola muchachos, ¿cómo estuvieron sus clases?-
-Bien, gracias por preguntar.-
Contestaron varios, con una sonrisa en lo que Key simplemente sonrió. Y disimuladamente me acerqué a él, mientras esperábamos a que los demás llegaran.
-¿Así que~ compañero nuevo Key?-
Hablé de la manera más casual que pude, pero de todas formas él se sorprendió para luego dibujársele una leve sonrisa en su rostro.
-Sí, así es. ¿Cómo lo sabes?-
Aquellas palabras me pusieron nerviosos, ¿qué se supone que le debía contestar? Me quede en silencio unos segundos, pero luego “la iluminación divina me llegó”.
-Nos hemos visto hoy en la cafetería, ¿o no? Incluso nos has saludado y todo.-
-¡Oh, es cierto! L-lo, lo si-siento ya lo había olvidado…-
-Jaja, ¿Qué te tiene tan distraído? Tú no eres del tipo de personas que se olvidan de esas cosas.-
Hablé de la manera más bromista y desestructurada posible, pero aquello sonó mucho más a una burla de mal gusto que a otra cosa, él se puso absolutamente rojo y bajó la mirada. Pero luego cuando me callé y él levantó la mirada sus ojos se abrieron a más no poder.
-JongHyun ssi…- Susurró, y yo me extrañé ante aquella respuesta, pero luego cuando estaba por decir algo, me di cuenta que su mirada no estaba en mí, sino más allá, por lo que decidí girarme también y vi entrar a JongHyun con JinKi sujeto del brazo, ayudándole a movilizarse en lo que tenía un gran yeso en su pie y brazo. -¡JinKi ssi!- Gritó Key, en lo que me pasaba de largo y se dirigía a la banca dónde estaban sentando a JinKi, yo también fui hacia ellos, pero con un paso más calmado.
-Hola, bienvenido de vuelta JinKi.-
-Gracias, MinHo...-
Sonrió amablemente como siempre lo solía hacer a todos nosotros y Key le preguntó por su estado de salud de una manera “exageradamente” preocupada.
-¡JinKi ssi! ¿Cómo estás? ¿Qué estás haciendo aquí? No era necesario que te tomaras las molestias de venir, hasta aquí, a estas horas, sólo por una hora de práctica.-
-Hola, Key, hace un poco de tiempo ya que no nos vemos, jeje, agradezco tu preocupación, pero realmente quería venir.-
Le sonrió de una manera muy cálida, algo diferente a la que le suele sonreír a todos nosotros. O quizás sea nuestra imaginación, pues desde que se luxó el tobillo, y el brazo no lo hemos vuelto a ver, pues al parecer le habían dado semanas de reposo.
Key hizo una mueca de desaprobación cosa que me apreció un poco inapropiada, pues se comportaba como si tuviera alguna clase de “privilegio” sobre nosotros con respecto a JinKi, pero quizás tan sólo era mi imaginación, vuelvo a repetir. Esto de TaeMin me está afectando demás la cabeza.
-Por cierto Key, hoy te vi en la cafetería con un chico que no se me hacía familiar, ¿acaso es nuevo?-
Cuestionó ahora de cierta manera enérgico JongHyun, JinKi le miró de repente a Key, y Key al parecer se puso nervioso, yo no entendía nada, por lo que también le estaba mirando expectante ante sus respuestas, quizás JongHyun sepa cómo sacarle información a mi favor, sin darse cuenta.
-S-sí, se llama Lee TaeMin, es m-mi nuevo a-amigo, se trasladó a-aquí hace poco, p-por lo que me acerqué a él, pa-para que no le sucediese lo mismo que a mí, él es un chi-chico algo misterioso, pero en algún mo-momento se los presentaré co-como corresponde, le he invitado a que venga a ver la práctica, pero me ha dicho que no sabría cuándo podría asistir, debido a que él se anotó e-en la-la clase de da-danzas.-
Soltó toda aquella información sumamente útil a mis oídos. ¡Sí, definitivamente “su amigo” y “el muñequito de la cajita de música” que vi en el salón de baile el otro día eran la misma persona! A-ahora, só-sólo me falta averiguar algo crucial…
-¡Oh! ¿En serio? Eso parece genial, pero ¿no se veía algo frío y déspota, para ser alguien a quien le agrades?-
Key me miró y luego miró a JinKi sin saber por qué, para terminar posando su mirada en JongHyun.
-¿A qué viene, to-todo este interrogatorio de repente? ¿Y por qué dices eso MinHo ssi?- contestó ahora mirándome a mí, aún con cierto temor en la mirada. –Conmigo no se ha portado tan mal, además tiene un hermano de 12 años que al parecer quiere mucho y no creo que sea así de malo con TaeJun. Al mencionarlo vi cierto brillo en sus ojos, así que no creo que sea tan frío y déspota como muestra ser- Abrí mis ojos a más no poder, y en ese momento mi mundo se detuvo por completo.
Todo a mí alrededor desapareció por completo, ya no oía ni era capaz de distinguir nada a mí alrededor. ¿¡TaeJun!? ¡Es el nombre del hermanito de “MI MINNIE”! ¿¡Era él, realmente lo era!? ¡SANTO CIELOS, TAEMIN HA REGRESADO A MI VIDA DE UN SEGUNDO A OTRO! ¿¡QUÉ SE SUPONE QUE DEBO HACER!? ¡ERA ÉL! Ese muchacho de aura fría, de mirada vacía, y penetrante de apariencia andrógina pero ruda que me encontré el día anterior, era “mi muñequito de porcelana”, aquel niñito tan dulce y tierno que se robó mi corazón en mis días de infancia.
Corazón que había logrado robar y jamás logré recuperar, ya que aún le pertenece a él y seguiría siendo así eternamente. Independientemente de lo que mi cuerpo “diga o haga” mi corazón nunca fue de nadie más que de él.
-¿MinHo? ¡MINHO! ¿Qué te sucede? Estás totalmente pálido como si hubieras visto a la niña de “La llamada”.-
Escuché la voz de JongHyun y un leve zamarreo que me hizo poner los pies sobre la tierra paulatinamente.
Volví en mí y parpadeé varias veces, mirando a JongHyun y luego encontrándome con JinKi y Key mirándome totalmente curiosos, expectantes, intentando “comprender mi reacción”.
-MinHo… ¿Acaso has recordado algo?- Cuestionó JongHyun, le miré fijamente y hablé…