[...]-¿Qué demonios haces aquí?- Su voz sonó, hostil y aquello astilló el corazón del moreno, pero no se dejó abatir por ello, estaba decidido, hoy “le diría todo”. Avanzó hacia el castaño y éste continuó hablando en aquel mismo tono hostil, mirándolo a los ojos, confrontándolo por completo, sin moverse de su lugar. -¿Acaso no te quedó claro que no quiero saber nada conti-?-
Capítulo 6: “¿Sentimientos Re-Encontrados? II”
MinHo le prohibió terminar aquella frase con un dedo sobre sus labios. “El primer contacto directo con ellos en años”
Aquello, provocó que el corazón de MinHo se revolcara en su propia vanagloria. El corazón de TaeMin latió con fuerza, dejando eco en sus oídos, sus ojos casi se salieron de su órbita, aquel banal toque, había provocado un maremágnum, una vorágine de sentimientos, sensaciones, todas realmente revoloteando con impetuosidad en su interior, como si se tratara de un gran tornado F5.
Sus palabras, no fueron capaces de escapar, de salir en su defensa, como así tampoco su cuerpo le respondió, quedó totalmente petrificado, ante aquel simple contacto, tan “íntimo” a su parecer.
MinHo aún sentía también todas sus emociones a flor de piel, todas aquellas sensaciones también revoloteándole en el estómago, pero ante la falta de palabras del menor, decidió tomar él, “el mando”.
-Lo siento, pero ya no me siento capaz de mantenerme alejado de tu lado. Lo estuve por demasiados años, y han sido realmente infernales, sin tu mirada y sonrisa risueña, Minnie…-
Habló con aquel tenor de su voz, infiltrándose, fundiéndose en las entrañas del castaño, provocando un importante, tenaz estremecimiento en todo su cuerpo.
Su cerebro por suerte pudo reaccionar segundos después de todo aquel estremecimiento, permitiéndole ahora sí al menor, apartar aquel dedo, aquella mano abruptamente de sus labios.
-¡No me toques! ¡Jamás vuelvas a hacer eso! ¡Y no sé de qué demonios me estás hablando! ¡Ahora vete de aquí!-
TaeMin se giró sobre su eje violentamente, dándole la espalda ahora a MinHo, quien ante aquel gesto, tuvo el impulso de querer abrazarlo por detrás, tener ese cuerpo tan delgado, delicado, remilgado y absolutamente bello, con aquella sensual vista de su nuca centelleante, también siendo recorridas por pequeñas perlas de sudor, era demasiado tentador para su maldito autocontrol, por lo que dio un paso hacia adelante, cortando aún más la distancia entre ellos, pero aún sin llegar a tocarlo.
TaeMin sintió aquella presencia aún más cerca, su respiración en su nuca descubierta, y a pesar de que lo más prudente y sensato hubiese sido alejarse, o girarse y darle una bofeteada para luego salir huyendo otra vez, su cuerpo nuevamente no respondió, aparte de que algo en él tampoco quería moverse, sus mejillas se encendieron, ante aquella lucha interna que estaba manteniendo consigo mismo.
-No me puedes haber olvidado TaeMin, Minnie, éramos tiernos y jóvenes. En un mundo de inocencia. No te olvides de mí. No te olvides de nuestros sueños. No te olvides de mí.- Dijo en un tono levemente suplicante.-No te olvides de mí, por favor…- Volvió a repetir con angustia. –No pudiste haberme olvidado, ¡no pudiste haber olvidado los mejores años de tu infancia a mi lado…!- Ante aquellas palabras el cuerpo de TaeMin se estremeció y sin poder evitarlo se giró de repente, encontrándose con que tenía al moreno demasiado cerca para su gusto, invadiendo su espacio personal, pero aquello, aquello no le disgustaba del todo, y eso era lo peor.
MinHo ante aquella reacción de TaeMin, comenzó a sentirse aún más nervioso, lo tenía demasiado cerca, su autocontrol, en cualquier momento se desvanecería, y “le atacaría”, pero por otro lado, el rechazo, el odio, el desprecio que “la luz de sus ojos” le pudiera expresar, debido a su acto de cobardía, debido a aquellas palabras tan duras, para un niño de 12 años enamorado, de decir, como para un pequeño e inocente niño de 9 años oír.
Tenía miedo, tenía mucho miedo, pero él mismo se lo había propuesto, de hoy no quería que pasara este asunto, de lo contrario, no podría desenvolverse a su máximo esplendor en el equipo de baloncesto.
La falta de palabras de TaeMin le aterraba, como también aquellos ojos, que le miraban insistente, “exigiendo” que se explicase.
-Ta- Su voz falló y le abandonó, por unos segundos, sus nervios, su pánico eran extremo, ya que no soportaría separarse una vez más del menor, y quizás para siempre, no, no lo toleraría jamás, como así tampoco podría vivir con ello. Tragó de manera dura, cerró sus ojos, y exhaló por su nariz, provocando que aquel aire frío, fresco chocara contra el rostro demasiado cerca del castaño, y aquella “brisa” le resultó un bálsamo, su corazón se aceleró demasiado, y sin siquiera oír aún lo que el mayor tendría para decirle, sentía su llanto ya ascender hacia sus ojos para estallar en uno desconsolador. –Tae-Min… Y-yo, yo so-soy a-aquel MinHo d-de tu pasado, y-yo, yo soy… Tu MinHo.-
( https://www.youtube.com/watch?v=WiFHypEB3yo&hd=1 )
Los ojos del menor una vez más se desorbitaron, sus labios comenzaron a temblar, y sus ojos a brillar al llenarse de lágrimas, era lo que el castaño tanto temía, él… él era aquel que le llamó debilucho, quien siempre le protegió descuidando su propia seguridad, él era aquel que fue llevado a la correccional de menores, él era quien había sufrido quien sabe que cosas en aquel horrible lugar, y quien a pesar de todo ello, le ha vuelto a defender, proteger a muerte, con aquella misma devoción de cuando eran niños, a pesar de todo lo que el castaño le había hecho padecer, por ser un debilucho. Él… MinHo era por quien su corazón aclamaba, y ahora lo sabía.
Con sus mejillas ya siendo recorridas por aquellas salobres lágrimas, TaeMin atinó a asestarle una abofeteada a MinHo, quien se sorprendió pero aun así le miró con absoluta comprensión, como si asumiese que se lo merecía, y aquel rostro que ahora le parecía tan maravilloso, tan dulce, no pudiendo creer que fuera realmente él, se mostraba apacible ante la mirada de odio del menor. Comenzó a golpearle el pecho primero con fuerza, para luego ir paulatinamente debilitándose, ya no podía contener más nada.
-¿¡Có-cómo crees que me pude haber olvidado de ti, cuando hace 7 años que anhelo poder volver a verte!? Y solo para golpearte y decirte; ¡Maldito! ¡Maldito infeliz, insensible! ¿¡Cómo pudiste decirme eso!?-
Su voz era aguda, chillona por el mismo llanto.
MinHo no soportaba ver al menor así, quería pedirle disculpas, y realmente desaparecer “para siempre de su vida” para no hacerle más daño, no soportaba verlo en aquel estado, como así tampoco soportaba ser él, la causa de tal, y como lo sospechaba, el castaño le odiaba, “la luz de sus ojos, su muñequito de porcelana, su alma, su vida, su razón de vivir” LE ODIABA…
-¿¡Cómo pudiste dejarme solo!? ¿¡Cómo pu-pudiste de-dejarte ca-capturar...!? ¿¡Cómo demonios pudiste sacrificarte de esa manera por un maldito niño infeliz, y debilucho como yo!? ¡Yo merecía ir a la correccional, yo merecía sufrir en aquel maldito lugar, yo merecía “morir” en ese maldito y asqueroso basurero! ¿¡Por qué me seguiste!? ¿¡Por qué demonios aceptaste involucrarte en algo tan peligroso como eso, por mí!? ¿¡Cómo pudiste!? ¡Demonios! ¿¡Por qué!?-
TaeMin se derrumbó, cayó genuflexo, arrastrando sus puños por el torso de MinHo, hasta llegar a su ombligo, para luego dejarlos caer inertes, mientras sus salobres y violentas lágrimas, caía en aquel suelo de madera pulido, mezclándose con las gotas de sudor.
Toda aquella fachada de “chico malo, duro, insensible, maduro” se derrumbó, se desintegró por completo, ante aquellas simples palabras “Yo soy… TU MinHo”
Se maldijo así mismo, por la poca constancia que su persona tenía frente a aquella que hacía días, le había comenzado a despertar “cosas, deseos” que jamás pensó ni imaginó que fueran para él, o que tuviera derecho a sentirlas.
Frente a todas aquellas cuestiones que TaeMin totalmente desecho, le había planteado a MinHo, había una respuesta muy simple y en común a todas ellas. “Porque te amo”. Así de simple era para él, pues al amarlo, estaba dispuesto a todo por él y con “todo” también se refería a dar su vida. Pero el moreno, sentía que no podía responder como él quería.
-Porque te apreciaba, porque eras mi amigo, mi único amigo, porque…- Se detuvo un segundo a pensar, pues como bien había pensado, casi dice, “porque te amaba y aún lo hago” pero cambió sus pensamientos a último momento, se arrodillo lentamente para quedar a la altura de TaeMin, y colocando 2 dedos en aquel mentón, lo elevó suave y delicadamente, para tener frente a sus ojos, un par lloroso, rojo e hinchado, pero aún así, aquella belleza, esa delicadeza, seguía intacta, y finalmente en aquel rostro ya adolescente, se reflejó el pequeño y débil niño que dejó atrás. –Porque tenias a un hermanito, al cual cuidar y alimentar, por eso…-
-¡No es justo! ¡Es injusto!-
Chilló el menor desviando su rostro una vez más, pero el moreno se las arregló para que el castaño le mirara una vez más.
-No, claro que no, sabes que yo haría cualquier cosa por ti, incluso aún hoy en día, también estoy dispuesto a cumplirlo. ¿Oíste? Cualquier cosa, así que por favor, ya no me evites, ya no me rehúyas, ni te enojes, cuando me meto entre medio de una pelea, por ti, tú… tú fuiste parte de mi vida, y quiero que aún lo sigas siendo, así que por favor, perdóname, prometo, juro por mis padres que en paz descansen que ya jamás me volveré a separar de ti. Por favor…- MinHo habló con un tono suplicante una vez más, mientras hacía una pausa luego para mirar a los ojos pardos que tenía increíblemente en frente de él, una vez más, dándole a entender, que hablaba en serio, que esta vez, sí lo cumpliría. -¿Recuerdas?- Habló ahora un poco más alegre, mientras de su bolsillo de pantalón trasero, sacaba aquel pequeño diario, amarillo y desgastado que llevaba siempre consigo, recordándole siempre, “el porqué seguía vivo en aquel insulso mundo sin sentido, sin la compañía de ‘su muñequito de porcelana’”
Se lo enseñó y TaeMin con sus manos dudosas y temblorosas, tomó aquel diario, banal trivial para cualquiera, pero súper significativo, ahora para ambos…
Cuando el menor leyó aquella última oración “…Jamás nos separaremos, ni nos separarán. A partir de ahora, tú eres parte de mí, como yo, soy parte de ti. Jamás te olvidaré Minnie” y luego ver la flor que aún conservaba le hicieron liberar aún más lágrimas y miró a MinHo ahora, quien le sonreía de manera dulce, cálida y consoladora, increíblemente, tranquilizadora para el menor.
-¿Recuerdas el significado de aquellas simples palabras? ¿De aquella simple flor?-
El castaño asintió con dudas una vez más.
-Hay una parte de ti en mí y viceversa, jamás podría olvidarlo-
Repitió aquella frase.
-“Viviremos juntos, con TaeJunnie, yo trabajaré y los mantendré a ambos”-
Continuó MinHo con el diálogo, para luego completar el menor.
-“Pero eso no es justo hyung, yo también quiero ayudar con el dinero, también trabajaré”…-
-Aun ansío y anhelo aquello, para mí no fue una simple fantasía de un crío inocente, que no sabía nada, absolutamente nada de la vida… para mí… fue mi mayor motor en el día a día. Gracias a aquel sueño es que hoy estoy aquí contigo, y no bajo tierra…-
Su voz sonó algo triste, pero aquella sonrisa “decía lo contrario” o al menos lo intentaba.
-¡MINHO!-
El castaño una vez más se quebró en lágrimas, y sin poder evitarlo abrazó con fervor aquel cuerpo, que antes tantas veces había rechazado por el mero hecho de no estar tan seguro, de lo que ahora era, además de que pensar en “MinHo bajo tierra” fue demasiado, no, él no quería eso, él quería que ahora que lo había encontrado, el moreno le durara por mucho más años.
https://www.youtube.com/watch?v=YCmaF13tPwM
-Minnie…-
Susurró con anhelo y alivio sobre el oído del castaño, en lo que correspondía aquel abrazo, y lo sujetaba aún con más fuerzas, atrayéndolo más a su cuerpo, sentir aquella contextura, remilgada y magra entre sus brazos finalmente, era la mismísima gloria, se sintió realizado, redimido, incluso pensaba, que ahora sí, podría morir en paz, “había recuperado a su muñequito de porcelana”.
Aquel abrazo se vio obligado a terminar, pues no podrían quedarse así para siempre, pues quedarían encerrados en el colegio, cosa que al mayor realmente no le importaría, pero el asunto allí no se trataba de lo que él quería, sino de lo que su “muñequito de porcelana” quisiera o deseara.
Al separarse se miraron intensamente a los ojos, estaban demasiado cerca, sus alientos se intercambiaban, acelerando el corazón de ambos, los ojos de TaeMin temblaban, y sin que se diera cuenta su visión se deslizó a los “abundantes y esponjosos” labios del mayor.
MinHo se percató de ello, y su mirada también se dirigió a aquellos labios rojizos, que palpitaban y lo llamaban con desesperación, según la percepción del mayor. El menor avanzó levemente un poco, como si un imán le estuviese atrayendo, el corazón de MinHo dio un vuelco en su lugar, su respiración se aceleró de inmediato.
-Se-será me-mejor que nos va-vayamos, d-debo ducharme a-antes de que mi sudor se seque, n-no quiero enfermar.-
El menor con su voz temblando, desvió su rostro, y se paró de inmediato dejando arrodillado en el suelo, a un estupefacto MinHo, las mejillas de ambos adolescentes estaban al rojo vivo. Pero a TaeMin por ser más pálido se le notaba el triple. Luego de que MinHo saliera de su decepción, al creer que finalmente tendría esos labios para él, asintió suspirando cansino, asintiendo y poniéndose de pie, segundos después de TaeMin, nuevamente ambos de pie, cruzaron sus miradas, sintiendo ambos, como si un pequeño fuego atravesara sus cuerpos a una velocidad inimaginable.
-S-si, ti-tienes razón, te e-esperaré fuera de los vestidores…-
Aunque realmente si fuera por él, no le importaría ducharse una segunda vez en menos de 1 hora, pero decidió ir “despacio” con su “muñequito de porcelana”, pues no quería perderlo nuevamente por alguna de sus acciones que llegases a ser “insultantes” para el menor, o por lo menos no por el momento, se controlaría, hasta que viera alguna especie de señal, de que el menor sería capaz de corresponderle a esos sentimientos que ya prácticamente desbordaban del cuerpo del moreno.
El castaño al principio le vio algo sorprendido ante aquellas palabras, de cierta manera tan directas, ¿Por qué motivo le querría esperar? Era la estúpida pregunta que el menor se hacía, pero intentando no ponerse nervioso y agradeciendo que el moreno le dijera que le esperaba afuera, asintió con algo de temor.
-S-sí, de a-acuerdo.-
Fue la simple respuesta del menor, para luego nervioso recoger sus cosas y ser consciente de que era seguido muy de cerca por el moreno. Se puso nervioso pero decidió ignorar ese hecho.
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~Minutos atrás en el gimnasio~
-¿Qué te traes con MinHo, Key?-
Preguntó inquisidor y por primera vez serio y levemente enojado el castaño líder del equipo.
-Nada JinKi, ¿Qué son repentinamente estas preguntas?-
Contestó Key, de cierta manera indignado ante aquel planteo que el mayor le estaba haciendo.
-Sabes perfectamente que no me lo creo, hace un rato estaban echándose muchas miraditas entre ustedes, aparte, ¿qué demonios tenias que decirle para sujetarlo así de la camiseta y comportarte tan tímido? ¿¡Acaso te le estabas declarando frente a mis ojos, o que rayos!?-
Aumentó el tono de voz del castaño allí sentado en el vestíbulo, con un poco más de cólera.
-¡Por el amor a Dios JinKi!- Key se mostró aún más indignado ante aquello, y puso en blanco sus ojos, y antes de que hablara… JongHyun iba a ir a buscar a JinKi para ayudarle con su pie, pero al oír voces implicadas en lo que parecía una discusión acalorada, decidió retirarse, pero la voz de Key, le retuvo, obligándolo a esconderse mientras escuchaba con más claridad aquella “discusión”. -¡Llevamos 2 años saliendo, y ahora me vienes a cuestionar mi lealtad! ¿¡Cuándo ni siquiera en todo este maldito tiempo te atreviste a blanquear nuestra relación!? ¿¡Es que acaso te avergüenzo!? ¿¡O te avergüenzas de lo que eres realmente!? ¡Contéstame JinKi! ¿¡Acaso te avergüenzas de haberte acostado con “el más marica” del colegio!?-
A JongHyun prácticamente se le calló la mandíbula de la impresión, “¿¡su líder y su nuevo platónico estaban liados!?”
Sintió su corazón partirse en 2 por oír aquello y por el ruido de la bofeteada que escuchó. Sabía que había sido Key, el agredido, no pudo evitarlo más y frunció su ceño.
Aquel respeto por JinKi se había perdido, ante toda esta información que su cerebro intentaba procesar, debido a la velocidad, con que esta había ingresado a él. “JinKi… homosexual, y estaba saliendo con Key hace 2 años, quien resultaba ser el chico que había comenzado a informarle al cuerpo de JongHyun su verdadera orientación”
-¡No vuelvas a decir eso nunca más! ¿¡Oíste!?-
La cólera de JinKi se vio totalmente desatada, su voz era totalmente diferente, áspera, reacia y hostil.
-¡Claro que no lo oirás nunca más, porque me iré de tu vida para siempre! ¡Terminamos! ¿¡Oíste eso!? ¡Terminamos! ¿¡Y sabes qué!? ¡Me iré con el primer hombre que se me cruce en el camino, no me importa si es MinHo, JongHyun, o cualquiera del equipo de baloncest-!-
-¿¡Qué demonios está sucediendo aquí!?-
JongHyun interrumpió justamente el diálogo de Key, y ambos implicados en la discusión se petrificaron, ya que no habían oído en ningún momento entrar al “tercero” en discordia, pensaban que estaban sólo ellos 2…
Los ojos de JinKi inyectados de rabia miraron a Key, quien miraba totalmente asombrado y petrificado a JongHyun.
-¿Alguien piensa contestar?-
Cuestionó ahora un poco más calmado. JinKi no salía de aquella expresión totalmente iracunda dirigida hacia el rubio platinado, y éste suspiró, saliendo de su estupor y un poco más calmado preguntó.
-¿Qué fue lo que oíste?-
-Lo suficiente par-
-Entonces, no hay nada que aclarar, es eso que has oído, ahora vámonos, dejemos a este imbécil aquí…-
Aquellas palabras tan duras dirigidas a JinKi dolieron en el corazón de ambos ahora “ex – amantes” pero el dolor, la ira eran recientes y no podía encontrar otra manera de decir las cosas, quizás cuando todo se enfrié un poco, de cierta manera podría disculparse y dejar claras las cosas.
- Ya no tenemos más nada de qué hablar, ya todo ha sido dicho. Vámonos.-
Habló Key mirando una vez más a JinKi de reojo, mientras avanzaba hacia JongHyun quien le comenzaba a seguir con la mirada, hasta que se posó en la mano de Key que sujetaba su antebrazo, dándole a entender de qué hablaba en serio.
Key estaba cumpliendo con lo que acababa de decir, “me iré con el primero que se me cruce”, y para “suerte” de él, este había sido el castaño, que había comenzado a despertar cosas que JinKi ya no hacía. De cierta manera lo sabía, su relación ya estaba degastada, sólo puso aquella excusa de “la vergüenza” para tener “un motivo” por el cual terminar, pero lo cierto era que aquella relación ya le había agotado, le había absorbido por completo. Encontrarse siempre a escondidas, estar siempre tensos mirando para todos lados, de que nadie conocido los pudiera ver, “por cumplir los deseos del mayor de mantener aquello en secreto”.
-¡No hemos terminado aún! ¡Claro que no!-
Contestó iracundo de repente JinKi poniéndose de pie con muchas dificultades, a pesar de contar con la ayuda de sus muletas.
-Claro que sí…-
Contestó una vez más el menor, con un tono inexpresivo, haciendo su mayor esfuerzo por no mostrarse tan patético y “maricón” como realmente de seguro tendería a comportarse.
-¡Kim KiBum! ¡Te llegas a ir de aquí, dejándome con la palabra en la boca y te juro que quedas totalmente fuera de mi vida para siempre y también del equipo!-
Los ojos de KiBum se abrieron en sorpresa ante aquella última declaración, pero JinKi no pudo observarla, porque estaba de espaldas a él, pero en cambio JongHyun si, la vio claramente, pues le tenía de frente de cierta manera, mientras aún aquel delicado agarre de su antebrazo no se deshacía, lo cual le había comenzado a enviar suaves y deliciosas correntadas a todo el cuerpo, el toque del muchacho, claramente era único y delicioso.
-¡No puedes hacer eso! ¡Eso es chantaje!-
Salió JongHyun en defensa del rubio. Los ojos de JinKi se dirigieron ahora finalmente a JongHyun, quien jamás en su vida había visto tan enojado a JinKi, jamás pensó que el “comprensible y amable líder” tuviera esta faceta.
-¡Tú te callas JongHyun! ¡Esto no tiene nada que ver contigo, esto es entre Key y yo!-
-¡Ya no hay nada! Entre “nosotros”. Haz lo que quieras, de todos modos no es lo que realmente quería, lo hice sólo por ti y por…-
Se calló el rubio platinado, pues, de lo contrario metería la pata, “Lo hice sólo por tí y por JongHyun…” era su respuesta completa, pero se calló.
-Vámonos JongHyun, déjalo, no le hagas caso ya no está consciente de sí mismo.-
Avanzó y finalmente se llevó con él a la “rastra” a un JongHyun totalmente estupefacto ante aquella situación, mirando alternadamente a un JinKi totalmente furioso, y a un Key inexpresivo que ahora también le daba de cierta manera la espalda, llevándolo de su muñeca ahora.
-¡KEY! ¡SUÉLTALO Y VUELVE AQUÍ INMEDIATAMENTE, MALDICIÓN!-
Pero detrás de aquel grito desgarrador de JinKi totalmente ido en furia y cólera, Key cerró la puerta detrás de JongHyun ignorando aquello.
-¡Key!-
Se escuchó un poco más suave ahora que las puertas habían sido cerradas. La mano del rubio en la muñeca del otro castaño se resbaló lentamente, provocándole al mayor una casi reacción por instinto de sujetarla y decirle que no lo soltase, pero luego vio la otra mano en el pomo de la puerta, temblar y resbalarse también, mientras que Key mantenía su cabeza gacha, escondiendo su mirada, y su rostro del mayor.
-Key…-
Susurró con preocupación e incertidumbre JongHyun, y eso fue suficiente para que Key, sin poderlo controlar quebrase en llanto, callera arrodillado a la par que JongHyun le seguía, pensando que realmente se desmayaría, pero el rubio se fue al pecho del castaño “fortachón” por instinto.
Olvidándose de quien se trataba realmente, y de que estaba siendo demasiado lanzado quizás a ojos del otro, pero para su sorpresa, JongHyun “más que encantado” le estrechó entre sus brazos, esos… que se sentían tan bien alrededor del delicado, remilgado y magro cuerpo del menor.
-¡Y-yo, l-lo siento! ¡Si-siento el que ha-hayas tenido que pre-presenciar todo aquello, cuando tu no tenías nada que ver! ¡Y-y siento que a-ahora te encuentres e-en este aprieto, po-por mi culpa!- Sollozaba el menor mientras luchaba por hablar de manera decente pero se le dificultaba. –Y-yo no me pe-perdonaría que J-JinKi t-también te echara del equipo p-por mi-mi culpa.-
-Tranquilo Key…-
El mayor envolvió aún con mayor fuerza, aquel chico, que al parecer tenía múltiples facetas que él aún no conocía, y lo fuerte que era también. Siempre tan tímido tan introvertido, pasando por invisible casi la mayoría del tiempo, en los partidos en los entrenamientos en todos lados, tan mordaz, duro y “maduro” hace segundos atrás, y ahora tan débil, y vulnerable…
Aquello sólo había servido para que JongHyun más que nunca, estuviese decidido, a hacer entrar en su vida al rubio platinado, sin importarle su apariencia delicada, al igual que su personalidad afeminada, él, al contrario que JinKi estaría orgulloso de pasearse de la mano con él, pues todo el mundo le envidiaría por la belleza que le acompañaría de la mano.
-No sucederá nada, soy un jugador importante para el equipo a pesar de mi altura, y no es que me esté jactando de ello, sé cuanto quiere JinKi ganar el próximo torneo, y realmente ambos somos imprescindibles para la victoria, así que no te aflijas por ello, JinKi está demasiado dolido, demasiado enojado, por la situación en la que su “condición” se vio rebelada, pero no te preocupes, todo saldrá bien, créeme… no te preocupes, no te preocupes.- <<“No te preocupes, bebé”>> era lo que realmente quería expresar, pero callándose y pensando en algo mejor que decir, simplemente volvió a repetir aquellas palabras, en un tono un poco más decaído.
-JongHyun ssi…- Key elevó su mirada, y se encontró con la mirada del mayor arrodillado aun, pero un poco más erguido, y por un momento tuvo el instinto de besar sus labios, pero luego recordó, que si hacía eso, a “segundos/minutos” de haber terminado con su anterior pareja, ¿Con qué ojos le miraría el mayor? De seguro le trataría de “zorra”. –Y-yo l-lo siento.- Desvió su mirada rápidamente, al sentir como el calor de sus mejillas iba en aumento. –Haciéndote cargo de esto, cuando no tienes nada que ver, s-será mejor que me vaya a buscar a Minnie…- Se puso de pie, mientras limpiaba sus lágrimas, en lo que JongHyun ahora le miraba algo sorprendido ante sus palabras.
Pero a pesar de que quería gritarle a todo pulmón “¡que no se vaya!, que a él no le molestaba en lo absoluto hacerse cargo de él, porque él lo quería y estaba dispuesto a ayudarlo para olvidar a JinKi”. Sin embargo sus palabras no salieron y Key despidiéndose con un leve asentimiento de cabeza y esa hermosa “cerezas” como mejillas, se retiró del campo visual del castaño, luego de unos segundos de haberle seguido con tanto fervor, sus ojos suplicaban que no se fuera, pero para Key, aquella expresión aún, no era legible.
Luego de unos cuantos minutos de haberse quedado paralizado en su lugar petrificado mirando ahora hacia la nada, por dónde se había ido Key, reaccionó, e intentó buscarlo, para decirle si estaba dispuesto a tomar un café con él o ir a comer a algún sitio, para que pudiese desahogarse mejor, a pesar de que ello implicara, que se estuviese auto-clavando una estaca en su corazón, con las palabras que pudiera el rubio llegar a decirle en caso de que aceptara.
Decidido ahora, chasqueando su lengua, por dejarse llevar por su corazón y no por el sentido del deber que le decía que debía volver para ayudar a JinKi a pesar de todo lo que le había dicho, dejó el recinto, y salió corriendo por el pasillo por el cual Key había ido.
No sabía hacia dónde se había dirigido el menor, pero decidió que lo buscaría. Y en efecto, luego de unos cuantos minutos, le encontró en cuclillas, pegado en una puerta, con expresión nerviosa y ansiosa, claramente estaba espiando a alguien. Divertido se acercó al menor que susurraba para él mismo.
-Ay~ ¿Qué demonios se estarán diciendo? ¿¡Por qué TaeMin llora!? ¿¡Ese infeliz rechazó a mi niño!? Hoy parece no ser un día para nosotros.-
Habló el menor, quien a escondidas observaba hacia el interior del salón, mientras comía su uña del pulgar en claro gesto de que lo “atormentaba” el hecho de no saber que sucedía.
JongHyun se acercó lenta y sigilosamente por detrás del menor, verlo ya un poco más recuperado, o mejor dicho tan absorto en la escena que allí dentro se desenlazaba, aún desconocida para él, se le ocurrió una idea “maldita”.
-Hey, espiar a los demás no es bueno Key.-
Le susurró cerca del oído el castaño al rubio quien pegó un salto, y que si no fuera por los rápidos reflejos del mayor para taparle la boca, lo hubiesen descubierto. Cuando Key se encontró prácticamente en el suelo, con sus labios tapados y esos ojos juguetones encima de él y a tan poca distancia, su corazón dio un vuelco importante en su corazón. JongHyun sacó la mano lentamente de la boca de Key, acariciando esos labios “sin querer” a “propósito” y el rubio habló.
-¡Demonios JongHyun ssi, no me vuelva a asustar así nunca más! ¡Casi muero de un infarto! ¿Aparte desde cuando tanta confianza?-
Ante esto último, a pesar de que su tono susurrante era de enojo, sus mejillas se colorearon nuevamente de ese encantador carmesí. JongHyun rió por lo bajito y se le quedó mirando a los ojos mientras de vez en cuando, esa mirada se desviaba a los labios “acorazonados” levemente entreabiertos, totalmente tentadores. Key no quería admitirlo, pero su mirada también se desviaba a esos labios carnosos y levemente curvados en una sonrisa, totalmente disponibles, a su merced, tentándolo, llamándolo con casi desesperación, aclamando los suyos por inercia.
-No es bueno espiar a las personas Key…-
Contestó de repente, controlándose así mismo, de “respetar” el reciente “luto” del menor, y de no cagarla. Key frunció su ceño, y con una fuerza realmente sobrehumana de su autocontrol, lo quitó suavemente de su encima, a pesar de que le encantaba la sensación que el cuerpo del mayor provocaba en él, al ser “aplastado”.
-Te recuerdo, que tu acabas de hacer lo mismo con JinKi y con migo, ahora con permiso, quítate, estoy en algo importante… de esto depende de si soy un genio en las percepciones, o un idiota.-
Volvió a acomodarse de cuclillas sobre la puerta del último salón mientras que sentía como el cuerpo de JongHyun se acomodaba detrás suyo, ejerciendo una leve presión, sintiendo su respiración nuevamente en su nuca. Se puso nervioso, pero la escena que estaba presenciado ahora, superaba aquel nerviosismo. TaeMin y MinHo ambos de rodillas, abrazados, mirándose fijamente a los ojos, ojos los cuales derrochaban visiblemente el amor que el uno al otro le profesaba, sus rostros estaban demasiado cerca.
-Lo sabía pequeño bastardo, tanto él como tú, estáis coladito uno por el otro, y te atreviste a negármelo, y dejarme como un maniático loco que sólo decía delirios. “No me interesa ese imbécil” me dijiste… si serás guarro… lo tenías súper escondido, ¡Yo lo sabía!-
Habló Key aún en un susurro, olvidándose de que JongHyun aún estaba allí.
-Esa expresión en tu rostro es nueva, vaya, parece que aún me queda mucho por conocer de ti, y de MinHo, jamás le creí ver en esta faceta.-
Habló divertido en un susurro también JongHyun, haciendo crispar el cuerpo de Key una vez más, al sentir el aliento del hombre que había comenzado a meterse en su corazón y bajo su piel también, recientemente.
Key estaba a punto de darse vuelta, por lo sorprendido que aquellas palabras le habían dejado, pero alcanzó a ver como TaeMin se paraba de golpe con sus mejillas coloradas y MinHo aún le observaba de rodillas.
-¡Demonios, no hay tiempo para explicaciones ahora, huyamos!- Dijo alterado Key saliendo sigilosamente de aquella posición y arrastrando a JongHyun de lugar, nuevamente sujetándolo de la muñeca. -¡Debemos encontrar un lugar para ocultarnos! ¡TaeMin no me puede ver! ¡Si se entera que le estaba espiando me crucifica! ¡Rayos! ¿¡Dónde!? ¿¡Donde!?- Habló desesperado, como si hubiese sido descubierto en un robo, o algo por el estilo, mientras miraba para todos lados buscando un lugar como la gente para esconderse.
JongHyun, se paró de golpe, haciendo detener a Key como si hubiese activado el freno de mano, y antes de que pudiera decirle algo a JongHyun con aquel ceño fruncido, éste una vez más le tapó la boca, y con el peso de su cuerpo, lo metió dentro del cuarto del conserje que allí había.
JongHyun aprisionó contra su cuerpo el cuerpo remilgado y magro del menor, y cerró la puerta con cuidado, controlándose de no hacerlo de golpe y se quedaron allí, ambos encerrados a oscuras, mientras Key aún permanecía con la boca tapada y aprisionado contra la pared y el cuerpo de JongHyun…
La situación era demasiado para su cuerpo, para su… “miembro”, el cual se despertó levemente, por causa de la adrenalina y la sensación de tener a JongHyun una vez más, “encima de él”. Y a pesar de que se sentía realmente avergonzado por lo “lujurioso, libidinoso” de su cuerpo, no sabía que él, no era el único levemente erecto, ante la situación.
JongHyun respiraba levemente agitado por sobre los labios de Key, ya que había deslizado nuevamente su mano de aquella boca en forma de caricia “accidental” una vez más. Ambos se mantuvieron callados y levemente agitados. JongHyun simulaba vigilar el pasillo a través de aquella pequeña rejilla que la puerta tenía y Key, simplemente no podía dejar de estudiar y apreciar cada rasgo, cada expresión, movimiento, que el rostro de JongHyun manifestaba.
-¿Por qué quieres acompañarme hasta casa?-
Se escuchó la voz levemente avergonzada y dudosa, del castaño conocido como TaeMin según la poca información que JongHyun tenía.
-Porque creo que es una manera de recuperar el tiempo perdido… Minnie.-
Habló un dulce y cariñoso MinHo, lo cual sorprendió a JongHyun, siempre dando aquel aspecto de tipo duro, serio y frío, y ahora era todo un dulce de leche, sonrió de lado con malicia.
-Te lo tenías guardado MinHo, ¿no es así? Y vaya que te lo tenías guardado muy en el fondo.-
-Al parecer donde TaeMin ha logrado llegar…-
Dijo con un deje de voz el rubio allí, haciendo que JongHyun volviese su vista a él, deleitándose con el panorama de su propia “musa”, la que le haría sacar su lado más dulce, romanticón, cursi y patético, si todo salía como él quería.
Las miradas a casi oscuras se cruzaron una vez más, pero aquella luz que se filtraba de la puerta era suficiente para verse el uno al otro.
Key nuevamente tuvo el impulso de lanzarse a sus labios y prendérsele de las caderas con todo fervor, pero alejó aquellos pensamientos tan “zorriles” en su actual situación.
-Y-ya s-se fueron, será mejor que nosotros también…-
Dijo Key desviando su mirada, intentando apartar los brazos de JongHyun de sus lados. Pero éste se movió y se acomodó mejor “negándole, su libertad” Key le miró aturdido, sorprendido, petrificado de cierta manera, y JongHyun le sonrió de lado.
Esa sonrisa había sido la perdición para el autocontrol de Key.