Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi destino en tus ojos por PuppyDiva

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí un nuevo capitulo<3 espero que les guste~

-Yo estoy aquí, contigo –Susurró con cariño en mi oído, mientras sus delgadas manos acariciaban mis cabellos.

 

-Solo te tengo a ti… por favor, no me dejes solo –Logre articular entre mis sollozos, escondiendo mi rostro en su pecho, llorando como un niño pequeño, me sentía tan bien en sus brazos.

 

Jamás había sentido el calor de un abrazo tan sincero… jamás.

 

-Ven, entremos –Susurró una vez más en mi oído con ese dulce tono, mientras me ayudaba a levantar.

 

Nos adentramos en su apartamento y caminó conmigo a su habitación, dejándome sobre su cama, sin importarle que estuviera todo empapado.

 

“Estoy derramando lágrimas, mezcladas con la lluvia”

 

Me dio la espalda, mientras buscaba algo en su armario, me cubrí el rostro, no quería ni pensar como estaba.

 

-Ten, es para que te cambies antes de enfermar –Eleve un poco mi mirada, retirando mis manos, me extendía un pijama azul por completo, asentí un par de veces, sorbiendo mi nariz mientras los tomaba –Ve a darte un baño, por favor, ¿Sí?, lo menos que quiero es que enfermes –Acaricio mi rostro, mientras limpiaba mis lágrimas, me quede viendo sus lindos ojos, perdiéndome en ellos por un momento. Al reaccionar, quite mi mirada, asintiendo, no era correcto lo que comenzaba a sentir cuando estaba con él…

 

¿O sí?

...no lo sé.

 

Me levante, mientras agarraba la ropa, caminando fuera del cuarto, me indico  el baño y me explico como usar su tina.

 

-Quiero que este allí más de 20 minutos, relájate, y luego ve a la cocina, ¿Vale? –Solo asentí varias veces mientras entraba y cerraba la puerta.

 

Su baño olía bastante exquisito, estaba bien decorado con flores y cosas así~

Me acerque a la tina, mientras hacía lo que me había indicado y prendía unas velas que había a mi lado.

Me desnude por completo, dejando mi ropa mojada doblada en algún lugar del baño.

Al estar lista la tina, me introduje, mientras cerraba mis ojos e intentaba dejar mi mente en blanco, no pensar en nada malo, ni bueno, quería estar neutro… no sentir nada.

Los minutos pasaron como si de segundos se tratase, mis ojos se abrieron solo para ver el pequeño reloj en un buro, habían pasado más o menos 15 minutos, me había quedado en blanco.

Decidí salir unos minutos más tarde, me sentía algo cansado, pero más  tranquilo, los pensamientos depresivos, iban esfumándose de a poco.

Me seque y vestí algo rápido, lavando mi cara al acabar y mis dientes con mi dedo índice, era gracioso hacerlo aún, cuando no tenía cepillo, siempre lo hacía.

 

Salí del baño, dirigiéndome al comedor, el se encontraba en el pequeño balcón que se podía apreciar paralelamente, me aproxime hasta el lugar, sentándome justo en frente de él, me ofreció una taza de té hirviendo, la cual, acepte, el frío era casi insoportable.

 

 -Estabas bien, ¿Qué sucedió?

 

-Apareció él y mi tranquilidad acabo… -Murmure con dificultad –Arruino la última oportunidad que tenia de intentar conseguir un trabajo, comenzó a gritar cosas y me echaron del lugar, para mi mala suerte comenzó a llover y pensamientos estúpido comenzaron a aparecer en mi mente, me sentía solo, no tenía nada, ni un techo, una cama, una casa, algo que me diera calor, deje de esperar un milagro y sin pensarlo, camine a un edificio y cuando me di cuenta, ya estaba a punto de tirarme de 16 pisos de alto –Sus cejas se elevaron, mientras me miraba con preocupación -¿Pero sabes que paso? –Negó unas cuantas veces –Apareciste tu en mi mente –Susurré vagamente, tomando del té –Eres un desconocido, pero eras alguien que se preocupo por mí, sin juzgarme antes, me ayudaste, te preocupaste, me diste un calor sincero. Corrí hacía aquí bajo la lluvia, te necesitaba, aún no entiendo porque te importo tanto, pero solo me queda agradecerte.

 

Sus ojos seguían posados en mi, mientras un suave rubor estaba en sus mejillas, dejando la humeante taza en la mesita de centro, se echo hacía adelante como si me fuera a contar uno de los secretos mundiales.

 

-Quédate conmigo –Menciono desconcertándome –Se mi compañero de piso, puedes buscar tranquilo un trabajo para ayudarme a pagar, déjame ayudarte.

 

-No lo sé… no quiero ser entrometido en tu vida.

 

-Se quedo unos minutos en silencio, como si pensara algo de manera concentrada –No eres entrometido, me agradas, eres una persona sensible y linda, preferiría compartir mi departamento contigo que con cualquier otra persona.

 

-¿Estás seguro, Kibum? –Asintió varias veces –No sabes cómo te lo agradezco.

 

-Solo quiero que estés bien.

 

-Gracias –Dije mientras me levantaba y una vez lo abraza, pude sentir su sonrisa, dando golpes suaves en mi espalda.

 

-Eres un gran chico, Jonghyun –Susurró, dejando un beso en mi mejilla.

 

Nos quedamos hablando una buena parte de la noche, comenzamos a conocernos de forma más profunda, me conto de sus escasos amigos y de sus hijos, Comme Des y Garcons, dos pequeños perritos que ahora estaban en casa de uno de sus amigos, debido a que pronto venían sus exámenes en la universidad y necesitaba concentrarse.

Lo escuche toda la noche, atento a lo que decía, hasta que tuve que ir al baño por mis necesidades, claramente.

Al llegar, lo encontré ligeramente dormido, con sus piernas arriba del sofá, acurrucado.

Me acerque a él y lo tome entre mis brazos, realmente casi ni pesaba, no me costó nada llevarlo a su cuarto y recostarlo en la amplia cama que tenía.

Antes de retirarme, deje un beso en su frente, se veía tan tranquilo, tierno e inofensivo en ese estado, su rostro realmente era… perfecto, inclusive esa pequeña cicatriz bajo uno de sus ojos y la otra en su ceja, eran atractivas en él.

Y de un momento a otro, se me hizo conocido su rostro, ahora que lo miraba fijamente, aunque dudo que lo haya conocido antes, por lo cual, deje de inspeccionarlo y me dispuse a salir.

Pero agarro mi muñeco con fuerza.

 

-Quédate aquí, conmigo –Escuche su débil susurro, lleve mi vista a él, seguía con sus ojos ligeramente cerrados.

 

-Lo haré –Murmure mientras me volteaba y me recostaba su lado, se aferro de inmediato a mi pecho, apoyando su cabeza en este cómodamente, volviendo a calmar sus respiraciones.

 

Me quede observándolo unos minutos más, acariciando sus cabellos, preguntándome miles de cosas a mí mismo, sin encontrar respuesta, hasta que simplemente caí dormido a su lado.

 

“llegaste cuando menos lo esperaba...”

 

-

-

 

Desperté bastante tarde, él seguía en mis brazos, durmiendo en la misma posición, solo que algo más inclinado, me removí lentamente, provocando que él también lo hiciera, tararee una suave melodía para que volviera a dormir y lo logre. Así fue como me levante y camine hacía el baño primero que nada, volviendo a lavar mis dientes de la misma forma que anoche, allí fue cuando descubrí que al lado de unas velas, había enjuague, y yo como idiota con el dedito, no evite soltar una risa y simplemente me lave las manos y salí, rumbo hacía la cocina.

Quería prepararle algo fresco y rico, por lo cual simplemente hice unas tostadas con mermeladas, serví jugo y pique algunas frutas.

Por una extraña razón, me sentía tan bien, estar con él me hacía bien… más de lo que creía.

Me fui al cuarto de Kibum, en donde entre con una bandeja de madera, espero que no se moleste por haber sacado cosas sin permiso.

 

-Key –Lo moví un poco, volviendo a colocar la mano en su lugar para no desequilibrarme.

 

Abrió sus ojos de manera somnolienta, mientras llevaba su mano a su ojo derecho, mirándome con curiosidad. Parecía un niño pequeño, ya que por alguna extraña razón sus cabellos colorines estaban algo alborotados.

 

“Dios mío, este chico es tan hermoso…”

 

-Buenos días –Dije tomando asiento a su lado, mientras dirigía su vista a mí y luego a la bandeja, formándose un pequeña sonrisa en sus delgados labios.

 

-No te hubieras molestado –Nuevamente, paso una de sus manos por ambos ojos, tallándolos –Se ve bastante rico.

 

-Esto es una miseria, comparado con todo lo que has hecho por mí estos escasos días.

 

-Solo me sonrió como respuesta mientras se reincorporo para estirarse levemente, como un pequeño gatito –¿Comemos? –Cuestiono, acercándose a mí para tomar una de las tostadas, asentí mientras observaba cada movimiento de él, quedándome así por unos momentos, con una sonrisa en mis labios. Su mirada se alzó y se poso en la mía, a lo cual soltó una pequeña risa –¿Por qué siempre me observas tanto?

 

-No lo sé, es una manía que tengo –Mentí, bajando la vista, pinchando un cubito de manzana con un tenedor, llevándolo a mi boca.

 

-Qué extraña manía –Rió a lo bajo –Hoy no iré a la universidad –Mencionó, llamando mi atención. Lo mire extrañado –Te ayudare a buscar trabajo, aparte es viernes, no hay cosas muy relevantes hoy en mi clase.

 

-No, no, debes ir, yo puedo ir solo.

 

-¿Bromeas?, ¿Estás con una semi-depresión, ayer casi te matas y quieres ir solo?, no lo permitiré.

 

-¿Seguro que quieres faltar?, la universidad es importante.

 

-Estoy seguro, solo sería la segunda vez que falto, no es nada.

 

-Está bien, pero primera y última vez, ¿Me has oído? –Entrecerré mis ojos en su dirección, una exagerada carcajada salió de sus labios, contagiándomela.

 

-Está bien, ahora comamos para salir luego de aquí.

 

Solo asentí y procedí a desayunar con él.

 

*

 

Casi a la hora, terminamos de comer, lleve todo a el lavadero y aproveche de lavar los trastes mientras Kibum se daba una “pequeña ducha”, pequeña, no sé en qué idioma, ya que estuvo treinta minutos metido en el baño. Y ni hablar de lo que se tardo vistiéndose.

Aunque... creo que valió la pena esperarlo.

Salió vestido con unos pantalones negros ajustados a sus delgadas piernas y un suéter azul que dejaba ver parte de sus clavículas, realmente se veía hermoso, tenía que reconocerlo, el color de su piel iba perfectamente con el intenso rojo de sus cabellos.

 

-¿Nuevamente tu manía? –Cuestionó en tono sarcástico, me percate de que me había quedado viéndolo nuevamente.

 

-Oh, sí –Reí un poco –Déjame, es una manía extraña que tengo.

 

-Solo negó riéndose a lo bajo –Antes que todo iremos a comprarte algo, porque déjame decirte que tu atuendo ya no esta tan pasable como antes.

 

-Pero… -Saque mi billetera de uno de mis bolsillos traseros, abriéndola y solo viendo un poco de dinero –No tengo tanto dinero para comprar ropa.

 

-Sonrió mientras sacaba una tarjeta de platino de uno de sus bolsillos, mostrándomela con orgullo –Te presentó a mi bebé –Me guiño, provocando que mi sonrisa se ensanchara, esté chico era increíble –Luego me pagas, vamos.

 

Salí tras él, solo siguiendo cada paso que cada. Llegamos al estacionamiento en donde saco unas llaves y pronto apretó un pequeño botón de una de estas, provocando que un auto plateado encendiera y apagara sus luces un poco de veces, quitándole, obviamente, el seguro.

Nos encaminamos hacia el auto y subimos ambos, rápidamente encendiendo el auto, bajo los vidrios y partimos rumbo a quien sabe dónde.

 

-¿A dónde vamos? –Pregunte al cabo de unos minutos.

 

-Vamos al centro comercial, te dije que debías comprarte otra cosa.

 

-Oh, es cierto,

 

-Pero tienes el riesgo de que me guste algo y no salir de allí en tres horas.

 

-¿Qué? –Lo mire algo sorprendido.

 

-No es cierto… -Pensó un poco –Del todo… -Susurro algo avergonzado –intentare hacer una excepción solo porque te buscamos trabajo, ¿Está bien?

 

-Mhh, está bien.

 

20 minutos luego, ya estábamos entrando al centro comercial, Kibum observo a todos lados y sonrió, tomando mi muñeca con cuidado.

 

-¿Qué clase de ropa te gusta? –Menciono mientras me jalaba, caminando, solo lo seguí.

 

-No sabría decir que tipo… mientras no me vea mal y no sean colores tan llamativos, todo está bien.

 

-Mhh, ya, entonces, creo que encontramos la tienda perfecta –Eleve mi mirada, encontrándome con un mostrador con prendas bastante atractivas y más o menos de mi estilo. Me adentre con mi colorín amigo, observando las exhibiciones que habían, la mayoría de las prendas me llamaban la atención.

Fui sacando algunas playeras que llamaban mucho más mi atención al igual que pantalones, caminando al vestidor, mientras Kibum se quedaba viendo su celular, creo que simplemente la ropa así no le llamaba mucho la atención.

 

Estuvimos casi treinta minutos metidos en esa tienda, él me ayudaba de vez en cuando a escoger que se veía mejor y yo confiaba en él, por supuesto.

Salimos de la tienda con unas cuantas bolsas en mano. Mientras íbamos caminando a la salida, a Kibum le llamo la atención algo, no dude en seguirlo. Entramos a una tienda bastante linda, pero no de mi estilo, Kibum comenzó a ver algunas cosas y yo me quede esperándolo, mientras me mecía un poco, era agradable y tierno verlo caminar de un lado a otro con ropa en sus manos.

Mi vista se desvió, al sentir gente entrar al lugar, fue casi por inercia.

Mala decisión.

Nuevamente lo veía a él con su perrito faldero. Intente esconderme y pasar desapercibido, una vez más, me atrapo y su risa no tardo en hacerse presente, solo que esta vez, no me dirigió la palabra, solo se burlaba de mi con su novio.

La mirada confundida de Kibum se poso en mí, lo mire igualmente y luego miré a Taemin, pareció entender al instante.

 

-¡Honey! –Grito Key casi a todo pulmón, corriendo a mí, debo confesar que me confundí bastante, ¿Qué hacía? –Amor, aún no se que escoger, ¿Esto o esto? –Siguió hablando un poco fuerte, Taemin me miro algo sorprendido, solo atiné a abrazar la cintura de Kibum.

 

-Ambas se te verán preciosas, Bummie.

 

-¿Enserio Puppy?, ¡Esta bien! –Dijo energético. Taemin pronto se acerco a nosotros y comenzó a tocar el hombro de Key, este se volteo un poco --¿Sí, dime?

 

-Perdón, pero, ¿Sales con él? –Me apunto y asintió varias veces, abrazándome por el costado.

 

-Sí, ¿Por qué?

 

-Comenzó a reírse, mientras su idiota novio solo lo miraba con algo de vergüenza –¿Cómo puedes salir con él?, es patético y te aviso desde ahora que es muy malo en la cama.

 

-Kibum, lo imito en la risa, solo que fue mucho más sarcástica –¿Malo? ¿Jonghyun? ¿En la cama? ¿Bromeas, niño?, ¡Es magnífico!, lo hace delicioso –El rubor comenzó a subir por mis mejillas, ¿Por qué hacía esto? –Si escucharas como me hace gritar y llorar su nombre –Se mordió el labio la expresión de indignación en su rosto fue horrible y divertida.

 

-No, no es cierto, ¡Jjongiie tú no puedes estar con él! –Me grito frunciendo el ceño –Tu me amas solo a mí, y dudo que esta cosa sea mejor que yo en la cama, ¡Tú me quieres a mí!

 

-¿Duele tu ego, cariño? –Mi delgado amigo sonrió de manera ladina.

 

-Déjame decirte, Taemin, que Kibum es mucho mejor que tú en todos los aspectos, aparte de tener mi edad y ser mucho más carismático, divertido, buena persona y muchísimo más hermoso que tú por dentro y por fuera, aparte, ¿a que van tus celos?, tienes al perrito esté contigo.

 

-No, ustedes no son novios, ¡Si lo fueran serian desde mucho antes!

 

-Somos novios hace 1 mes, te engañaba conmigo, cariño –Kibum se apego mucho más a mí.

 

-Taemin comenzó a negar, varias veces, dolía, le dolía el ego de la vergüenza que lo hacíamos pasar –No les creo, no son novios.

 

-¿Ah sí?, Jjongiie, ¿Demostrémosle cuanto nos amamos?

 

-Claro, mi amor –Le sonreí de manera coqueta, agarrando su cintura y acercándolo a mí, atrapando sus acorazonados y suaves labios en un apasionado beso.

Besar sus labios era… era como tocar el cielo, tan suaves, esponjosos y deliciosos.

Esto no terminaría bien… Kibum comenzaba a mover cosas en mí y tan solo en dos insignificantes días, sentía que luego de tocar sus labios iba a ser necesario tocarlos nuevamente.

 

“Incluso si trato de pensarlo por un momento, es difícil saber lo que siento”

Notas finales:

Uhh~ espero que les haya gustado uwu.

Nos leemos luego<3.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).