Mi destino en tus ojos

Y termine roto, caminando por las calles de Seúl sin rumbo alguno, sintiendo el frío chocar contra mi desnuda espalda.

Me sentía vació, aún podía sentir como mi corazón se rompía en miles de pedazos, como un frágil cristal al colapsar con el suelo.

“El pecado de estar completamente enamorado, solo se sabe cuando estas lastimado por una mala ruptura.”

Sentía que en cualquier momento, desfallecería, mi punzante labio bañado en sangre y los cortes en mi pecho y brazos, no ayudaban.

Me sentía débil, pero no era comparado con mi dolor emocional.

Algo mojado choco contra mis cabellos, y segundos después, muchas gotas comenzaron a caer y golpear contra mí y todo a su paso.

“Porque yo no conocía el amor, solo creía en las personas.”

No hice nada por protegerme, solo camine debajo de la lluvia, sintiendo el frío penetrar en mis huesos, estaríamos a menos de un grado, yo creo.

Mi cuerpo, comenzó a debilitarse más, la sangre perdida y la conmoción vivida, comenzaba a afectar, todo paso tan rápido, que reaccioné cuando sentí mi cabeza chocar contra la acera.

-¡Por la mierda! –Solté mientras cerraba con fuerza mis aguados ojos.

Me quede allí, tirado en el piso.

Allí pertenecía, ¿No?

Y nuevamente los recuerdos llegaron a mi mente y las lágrimas amenazaban con salir.

Hasta que escuche una suave voz… que por una extraña razón, me calmo.

-¿Estás bien? –Logre escuchar con mis colapsados oídos, todo se escuchaba como si estuviera tres metros bajo tierra. Mi cabeza comenzaba a doler por el golpe –Hey –Pude sentir como tomaba con cuidado mi nuca, alzándome poco a poco.

Allí fue cuando vi esos ojos… que me hicieron perderme por completo…

Unos ojos filosos y felinos me miraban preocupados, mientras sus coloridos cabellos, se humedecían por la fuerte lluvia.

-¿Estás bien? –Volvió a reiterar, tocando mis heridas, provocando que saliera de mi trance por el dolor punzante en estas –Estas demasiado lastimado… ven conmigo –Me ayudo a levantar de a poco, a duras penas pudo mi cuerpo, su contextura era bastante delgada y delicada.

Caminamos por las calles empapadas, no pude quitar mis ojos de él, en ningún momento.

Era tan hermoso, era como un ángel, un precioso ángel.

Los minutos pasaron rápido, y cuando menos me di cuenta, apareció una puerta frente a nosotros, él la abrió con dificultad y cuando la pude abrir, la pateo, solo para ayudarme a pasar.

Me dejo sobre el sofá, y yo caí en este, como un costal de papas, todo me dolía, absolutamente todo.

Jamás debí de haber peleado por él, jamás.

-Te curare, esto te ardera –Dijo con un tono de suavidad, mientras traía un botiquín y sacaba algunas gasas y alcohol.

Así fue como curo cada una de mis heridas, con delicadez, cautela y preocupación. Al acabar, pego algunas banditas en algunas de mis heridas y otras las dejo libres, ya que eran menores.

Mi vista no podía salir de él.

-¿Quieres un café?, puedes enfermar, se nota que has estado bajo la lluvia un buen rato –Simplemente asentí como respuesta, aún algo… embobado.

A los minutos, él chico volvió con dos tazas de café, una rosa y otra azul, tomo asiento frente a mí, en el piso y me extendió la azul, la sostuve, haciendo una reverencia.

-¿Me puedes decir tu nombre?, ¿Por qué estas golpeado? ¿Te puedo ayudar en algo?, se que no te conozco, y no me incumbe, pero puedo ayudarte –Me bombardeo de preguntas, solo asentí ante su ternura, di un sorbo al café y alce la mirada, viéndolo a los ojos.

-Me llamo Kim Jonghyun y me rompieron el corazón.