Desperté bastante temprano, mi cuerpo dolia y pesaba bastante por todo lo ocurrido ayer, sentía como si en cualquier momento me fuera a desmayar otra vez. Intenté removerme, hoy debía irme de aquí, aunque esto implicara dejar de ver a ese lindo chico.
Me levante con bastante dificultad, pareciera que en mis bolsillos hubiera kilos de cemento, los cuales no me permitían moverme. Con la misma dificultad, camine a la puerta, saliendo hacia el pasillo a paso lento.
Mis fosas nasales a los momentos, fueron invadidas por el rico olor de los wafles, mi vista se dirigió hacia el chico delgado, con un pijama celeste y una playera blanca totalmente sencilla, esta dejaba ver parte de su hombro izquierdo, era tan blanco como un papel.
-Buenos días -Saludó con su característica sonrisa.
-Buenos días, Kibum.
-¿Como amaneciste? ¿te sientes mejor? -cuestiono mientras salía de la cocina con dos platos en sus manos.
-Me duele todo, pero estoy algo mejor, creo.
-Mh, es un avance al menos -Asentí, mientras me acercaba a él para ayudarlo con los platos. Me agradeció revolviendo mis cabellos, provocando que sonriera un poco.
-Te vez lindo por la mañana -Le dije sin pensarlo, alzo su vista mirándome con esos risueños ojos.
-Gracias por el halago -Rió mientras sus mejillas se teñían levemente -Eres el primero que lo dice.
-Qué extraño que nadie te lo haya recalcado.
-No muchas personas me encuentran bonito -Menciono soltando una risa, mientras tomaba asiento. Lo imite, sentándome frente a él.
-¿Me estas tomando el pelo? -Cuestione arqueando una ceja. Negó varias veces, mientras se servia algo de jugo -Es bastante extraño, creo que eres precioso.
-Ya~ basta, no quiero parecer un tomate frente a ti, Jonghyun.
-Lo siento, lo siento -Dije con una sonrisa pequeña en mis labios.
-¿Y a ti te han dicho que tienes una hermosa sonrisa? -Negué- Pues si la tienes.
-Gracias por el halago -Imite su voz de hace un momento, frunció sus labios, empujándome, aunque no logro moverme mucho, ambos soltamos una risa.
-Tonto -Dijo con un adorable puchero en sus labios. Solo atine a reír mientras lo observaba –Y, ¿Ya sabes dónde te irás?, no me gusta la idea que salgas solo, con esos tontos que te golpearon ayer…
-Estaré bien, te lo prometo.
-Más te vale, Jonghyun –Asentí un par de veces, mientras comenzaba a comer de sus deliciosos wafles, relamiendo mis labios, estaban demasiado ricos.
Pasamos una mañana agradable, olvide por unos momentos mis obligaciones, concentrándome solo en lo que él me decía, me agradaba bastante Kibum, era un chico muy fresco y alegre… aunque en sus ojos viera otra cosa.
*
*
-Gracias por o que hiciste por mi… creo que aún existen buena personas –Hable despidiéndome, ya me encontraba fuera de su departamento, mientras el asentía varias veces.
-Cuídate demasiado, por favor, eres muy agradable, espero que logres encontrar a alguien que valore la buena persona que eres.
-Lo mismo te deseo –Hice una venía –Hasta pronto, Kibum.
-Hasta pronto, Jonghyun.
Y con una sonrisa y algo de tristeza, me aleje del lugar, saliendo del conjunto de departamentos.
No sabía dónde ir.
No sabía por dónde empezar.
Debía buscar un lugar donde vivir e ir a mis trabajos a ver si aún no me pegaran una patada en el culo por no haber ido por dos días seguidos.
En un debate interior, decidí partir por lo más importante, comprar un periódico y luego iría a mi trabajo.
Y eso fue lo que hice.
Despedido.
Despedido.
Despedido.
¡Perfecto!, había perdido los únicos tres trabajos con buena paga.
No sabía qué hacer; resignado me tire en el césped de un parque, cerrando mis ojos, necesitaba relajarme, solo eran las una de la tarde y mi día ya estaba hecho mierda.
O mi vida.
En estos momentos me arrepentía, me arrepentía de haber dejado todo de lado por Taemin, terminé por perder el poco cariño que me tenía mi familia.
Quede solo por su culpa, y se rio de mi.
-¿Qué diablos hare ahora? –Pensé en voz alta, soltando un ahogado suspiro.
Sentí que me estaba ahogando en un vaso de agua, me sentía tan pequeño e inservible, no tenía ánimos de buscar un nuevo trabajo, pero debía hacerlo si quería dormir bajo un techo hoy o algún día.
Me reincorpore bien, tomando el periódico y leyendo la sección de ofertas, cualquier clase, desde laborales a sexuales.
Leí algunas buenas ofertas de trabajo, viendo cuales me convenían e iban más.
Creo que por ahora, podría comenzar con algún tipo de trabajo de mesero o en algún café o restaurant, después de todo, era para lo único que era bueno.
Así que algo decidido, me levante y camine hacía una de las direcciones, tenía cuatro oportunidades. A nada.
Llegué a la primera oferta, se veía bastante elegante y cosas así, estuve conversando unos momentos con el encargado, pero para variar, me rechazaron, ¿Por qué?, falta de experiencia.
Fui a la segunda oferta, era casi igual al otro lugar, también me rechazaron.
En la tercera me dijeron el típico “Te llamaré”.
Solo me quedaba la cuarta y ya comenzaban a pasar las horas, no sé donde me quedaría, aparte de que en las nubes comenzaban a acumularse las gotas.
Entre al último lugar, y allí fue donde lo vi, con su nuevo novio. Taemin y el idiota ese.
Mi vista se volvió hacía el suelo, intente pasar desapercibido, pero su risa al pasar a su lado, indico que no había pasado para nada.
-Te vez patético –Articulo mientras elevaba su vista con una sonrisa sínica en sus labios.
-Tu pareces una puta y no te digo nada –Arroje veneno, su sonrisa se desapareció por una mueca de desagrado.
-No sé porque no te mande a matar –Musito, aún con sus ojos clavados en mi.
-Yo no sé porqué estuve contigo –Contraataque.
Y de un momento a otro, comenzó a llorar, llamando la atención de las personas. Sabía lo que hacía, vil mentiroso.
-¡Yo no te he hecho nada! –Me grito lo suficientemente fuerte para que se escuchara por todo el local -¡Yo te amaba y tú me engañaste! –Grito con mucha más fuerza, me sentí intimidado, lo reconocía, todas las miradas estaban en mi –¡Y ahora viene y me tratas de puta! ¡Te odio!
-¿Qué sucede aquí? –Cuestiono uno de los meseros, solo me encogí de hombros.
-¡Me está insultando y no he hecho nada! –Me apuntó, dejando su dedo a unos pocos centímetros de mi pecho, de inmediato di un manotazo en su mano, lazándola lejos, comenzaba a enojarme. Solo me miro con sus ojos llenos de lágrimas. Su novio, solo era un adornito que miraba avergonzado.
-Por favor, le rogaré que se retire de aquí, no soportaremos que venga a agredir a nuestros clientes –Comento el chico, solté otro suspiro ahogado.
-¿No ve que está mintiendo? ¡Es un sínico de mierda!
-Señor, por favor.
-Está bien, está bien, me iré de aquí, no me interesa en lo más mínimo perder mi estúpido tiempo peleando con un estúpido y mosquito como él.
Y así me retiré, reprimiendo la ira contenida en mis puños, a penas camine unos minutos cuando mis puños colapsaron contra una pared cualquiera. Descargué toda la rabia que tenía en mi, aunque ahora mis nudillos sangraran por la fuerza.
¿Cómo era posible que gente como el existiera? ¿Cómo era posible que alguien amara hacer tanto daño como él?, cada día entendía menos esta vida.
Y lo peor de todo era que yo aún lo amaba… más que a nada en este mundo. ¡Ahg!, de nuevo las lágrimas, no, por favor.
La lluvia comenzó a caer una vez más, nublando la ciudad.
No sabía qué hacer, no tenía casa, trabajo, familia, nada de nada.
Y nuevamente estaba perdido con mi soledad abrazándose a mí, me sentía igual o incluso peor que ayer en la noche.
Tantas cosas comenzaron a llegar a mi mente gracias al estrés que comenzaba a vivir, el desprecio de las personas a mi persona, el odio, la compasión, todo se vino de un golpe.
Intenté refugiarme bajo una sombra mientras cubría mis ojos, comenzaba a llorar con firmeza, no podía seguir reprimiendo todo lo que sentía.
Me sentía tan, pero tan solo, no tenía a nadie.
Era patético y estúpido en esos momentos, solo quería poder ser feliz, por alguna vez en toda mi miserable vida.
¡Me lo merecía!, jamás he sido alguien malo, ¿Por qué la vida tenía que ser así? ¿Darte estas “Lecciones”? ¡Las llevo soportando desde que soy un crío!, no podía más con esto.
¿Por qué tenía que seguir viviendo en este mundo de mierda? ¿En esta sociedad de mierda?, estaba solo, solo había una solución para esto. Acabar con todo esto de una sola vez… era la única salida… jamás sería nadie en esta vida, jamás podre ser feliz, jamás.
“La lluvia nace en mi corazón, llorando en voz alta.”
Así fue como termine en un edificio de 16 pisos, mi mente estaba en blanco, mientras me empapaba con las frías y fuertes gotas que caían sin piedad alguna sobre Seúl.
Esta era la mejor decisión que podía tomar… y la única.
Cerré mis ojos, mientras caminaba al barandal de la azotea, subí, sintiendo esta vez el húmedo aire en mi rostro…
Y cuando estuve a punto de tirarme, ahogándome en mis propias lágrimas, lo recordé a él, caí hacía atrás, cubriendo mi rostro, desesperado, envuelto en lágrimas, no, no podía hacer esto… yo le importaba, ¿No es así?... ¿O solo fingía?... lo necesitaba… necesitaba que estuviera aquí, aunque ni siquiera lo conociera.
“Las lágrimas están cayendo, fluyendo por mis mejillas, mezclándose con la lluvia”
Corrí, corrí y corrí hasta encontrar su departamento, toque de manera desesperada a la puerta, no le di tiempo de nada, solo lo abrace, con todas mis fuerzas, sollozando en sus delgados brazos, aferrándome a su cintura, mientras caía, trayéndolo conmigo.
Me abrazo, mientras acariciaba mis cabellos, solo me aferré más y más a su cuerpo, descargando todas mis lágrimas, completamente vulnerable… solo lo tenía a él.