EL SAPO DE ZELO
El maknae de BAP se sentía solo, a veces los chicos salían a bailar otras veces de compras, generalmente iban en parejas, pero ahora su líder estaba ocupado en los preparativos del nuevo disco y el no quería hacer mal trio con sus demás compañeros.
Por esa razón cuando fueron al centra comercial y vio la tienda de mascotas, entro.
En un inicio pensaba comprar un gato, quizá un perro o unos lindos peces dorados, pero cuando el salió de aquella tienda no llevaba ninguno de esos animales, el rapero se había enamorado instantáneamente de un pequeño sapo que estaba en la esquina de una pecera donde lo exhibían.
Así fue como el sapo se volvió su nuevo mejor amigo.
A Jong Up le gustaba aquel animal, desde su llegada se había vuelto aún más unido a Zelo, pero no era porque quería pasar tiempo con el chico, era por el pequeño y adorable animal.
El animal había encantado a todos, era muy lindo, sin embargo el maknae había prohibido - sí, prohibido- que todos pasaran más de dos horas en compañía del sapo.
Por las noches, Zelo salía de la habitación que compartía con sus compañeros, y sacaba al sapo de su pecera, se sentaba en el suelo, recargándose en el sofá, y le hablaba al sapo, le contaba lo que hacía en el día, con quien se enojaba, con quien reía, le contaba problemas de amor –que quizás, eran más de desamor-, le contaba de como Bang estaba tan ocupado que no habían hablado.
En pocas palabras Zelo confiaba en su sapo.
Y estaba seguro de que su sapo le hablaba y sabía que su sapo confiaba en él.
Paso el tiempo, y Bang al fin tenía el tiempo suficiente como para prestarle atención y pasar tiempo con el maknae, solo había un problema.
El líder ya no existía para Zelo.
El rapero era ignorado por su preciado maknae y no le gustaba, incluso había hecho su intento de aegyo para llamar su atención, pero Zelo solo tenía ojos para su sapo.
Bang se sentía desplazado, se sentía celoso…
De un sapo.
Y por eso decidió tomar medidas.
-Matare al maldito animal- susurro el líder mientras le daba miradas asesinas a su compañero que jugaba con el sapo alzándolo al nivel de su rostro y haciéndole caras ridículas.
Su primera idea fue asar al sapo, le hubiera gustado gastarle una broma a Himchan dándole de comer sapo al horno, pero el sabía que eso no sería correcto, peor aún, no tenía como excusarse de que hubiera cocinado a la mascota.
Se decidió, por tanto, por dejarlo libre y dejar –casualmente, por supuesto- la puerta abierta para que huyera.
Pero el sapo no huyo, porque el sapo quería a Zelo, y Zelo quería al sapo.
Finalmente, Yongguk comenzó a querer al sapo.
Fue una situación extraña.
El sapo había huido de su pecera, se había subido a la cama del líder – que compartía habitación con el maknae- con la desafortunada situación de que el líder estaba dormido en ella, se había acomodado en su rostro y Zelo había entrado asustado, buscando a su mascota encontrándola en el líder.
Al intentar quitarlo del rostro de alguna extraña manera había terminado besando al líder, el líder había despertado y le había respondido su extraño beso.
Al parecer no le había importado que unos segundos antes un sapo hubiera estado en su rostro.
Y desde ahí Bang le había tomado cariño a la pequeña mascota.
Pero un buen día, Zelo había querido bañar al sapo, a pesar de las protestas de su novio de que un sapo no podía ser bañado.
Jong up quería pasar tiempo con la mascota, pero ahora el líder también la cuidaba y ya no podía pasar tiempo con el animal, por ello cuando Zelo siguió a Yongguk, quien iba enojado por la terquedad de Zelo de querer bañar un sapo en vez de divertirse en la cama, fuera del cuarto de baño y olvido al sapo en el lavabo, el entro y coloco al animal en el inodoro, le dedico una mirada soñadora y bajo la palanca.
Después de todo si Uppie no tenía el sapo nadie más lo tendría.