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LA FUENTE DE LOS DESEOS por Hisaki Yue

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Notas del capitulo:

aqui esta mi actualizacion u.u espero que les guste y perdon por tardar tanto, perdonad mi falta de ortografia siempre lo digo por si acaso por que aveces se me van algunas cosillas 

El chico estaba más que confundido ante lo que Afrodita hacía, las manos del pelirrojo se encontraban en la cintura del peliceleste mientras las de este se posaban en pecho de su compañero.

-          Solo disfrutemos de este delicioso momento – fue entonces lo último que el peli celeste pronuncio antes de unir sus labios con los del pelirrojo en un beso.

Ante aquel beso inesperado por parte de su compañero el pelirrojo actúa de forma inmediata empujando a Afrodita hacia delante para separarse de aquellos labios que sin duda no había planeado probar.

-          Pero qué diablos haces afrodita! – dice exaltado ante aquel acto, lo que divirtió al peliceleste haciéndolo reír un poco.

-          Vamos rojito no te pongas así, solo quiero ver que tan rudo eres en la intimidad – con una sonrisa en su rostro el peliceleste se agacho frente a su compañero para tener su rostro en la intimidar del pelirrojo lo que lo puso muy nervioso.

-          A-Afrodita! – nervioso se quitó de la vista de su compañero. – no sé qué diablos estás pensando jamás traicionaría a Milo con algo así y además, que dirá Death de esto?!, sin olvidar que estamos en una tienda por dios! –

Aquello tenía más que nervioso al pelirrojo, no sabía lo que tenía en mente su compañero pero no quería participar en nada que fuera un acto de conllevara sexo, rápido tomo su ropa, pensaba en que quizás podría cambiarse de probador y así poder salir de aquella extraña situación en la que su compañero los metió, sin embargo el peliceleste rápido y aun con su sonrisa toma la camisa del pelirrojo para no dejarlo escapar.  

-          No te preocupes por Death, ni por Milo, ninguno de ellos lo sabrá, además,  estas seguro de que no quieres probar esto? –  con sensualidad pasaba su mano por su fino cuerpo, el peliceleste era un experto en tentar a las personas y en ese momento quería tener una aventura con el pelirrojo, por lo que no lo dejaría escapar tan fácil.

-          Escucha Afrodita… - el pelirrojo estaba mas que nervioso una pequeña gota de sudor resbalaba por su rostro – no quiero ser grosero contigo ni mucho menos agresivo, no tengo interés de hacer nada contigo por varias razones.

1-      tienes novio, y estoy seguro de que si se entera de esto terminaran.

2-      porque YO! Tengo novio y sinceramente lo amo demasiado como para hacerle esto.

3-      porque estamos en un lugar público, y jamas en mi vida haría algo como eso en estos lugares y.

4-      porque dios santo!! Somos solo compañeros de trabajo, a pesar de que me cuentes todas tus intimidades, que jamás quise saber,  aun así no son suficientes como para que ambos nos conozcamos lo suficiente y atreverme hacer algo así contigo.

Aquellas palabras dejaron sorprendido al peliceleste, realmente era la primera vez que alguien le rechazaba, no es que realmente se metiera con cualquiera que le gustara, el realmente amaba a Death, pero la relación con el era algo complicada, el rostro de Afrodira se apagaba lentamente al pensar que no le resultaba atractivo a su compañero, y es que antes de estar con su novio atraía a muchos hombres de los cuales extrañaba sus atenciones.

Por otro lado el pelirrojo estaba algo preocupado luego de ver el rostro de su compañero, aquello claramente también lo hizo sentir mal, es como que le gustara hacer sentir mal a las personas pero, tampoco estaba dispuesto a ceder ante las ideas del peliceleste, ambos sin duda miraban al piso algo triste por la situación, el silencio inundaba el lugar, solo se podía escuchar el sonido de los tacones de algunas mujeres que estaban por la tienda comprando y uno que otro ruido de la caja registradora cuando se abría y se cerraba.

-          Lo.. lo siento Afrodita, pero no puedo hacer eso. – el silencio se rompió ante las palabras del pelirrojo.

-          Yo… yo lo siento Camus, discúlpame – unas cuantas lagrimas cayeron de los ojos del peli celeste al disculparse -  no quise incomodarte es solo que… extraño mucho a Death… -  aquellas palabras iluminaron la mente del pelirrojo.

-          Afrodita…. Acaso tú, tienes problemas con Death? – pregunto inseguro. Ante aquella pregunta el peli celeste callo en llanto cubriendo su rostro con sus manos mientras se sentaba en el pequeño banco que tenía el probador en una esquina.

-          Camus… es que ya no sé qué hacer! -  dice entre llanto.

-          Ah…. – el pelirrojo no podía sentirse más incómodo, no quería seguir con la conversación pues sabía que era algo en lo que el no debía meterse, pero conociendo a su compañero hablaría en cualquier momento.

Mientras el peli celeste lloraba desconsolado en la banca el pelirrojo trato de tomar su camisa que consecuencia del acto de su compañero había caído al suelo, pero en ese momento el joven sueco tomo al francés entre sus brazos apretando su cuerpo lo mas que podía en un abrazo lo cual desconcertó al pelirrojo el cual no se esperaba semejante acto.

-          Afrodita!... no aprietes mucho duele -  trata de zafar por lo menos uno de sus brazos con dificultad y luego de unos segundos lo logra para asi poder tomar el hombro de su compañero con el fin de empujarlo hacia delante y quitárselo de encima, sin embargo antes de que pudiera hacerlo.

-          No importa lo que haga Death ya no me presta atención como antes! Por eso quise venir contigo aquí a comprar esta ropa – decía aun en su mar de lágrimas.

-          Mmm? – aquello le dejo intrigado.  – pero si tu y Death   parecen llevarse muy bien –

-          Si… cuando estamos con amigos es así – suelta lentamente al pelirrojo mientras lleva sus manos nuevamente a su rostro para limpiar sus lágrimas y un poco de maquillaje que se había corrido.  – pero en cuanto llegamos a nuestra casa, siempre que intento que tengamos intimidad, el…. simplemente me ignora o sale con uno de sus amigos, camus lo eh intentado de todo, caricias, besos, afrodisiacos, trajes, lencería de todo!...  pero nada me funciona ya…. – vuelve a soltar un par de lágrimas.

-          Quizás él no quiere tener intimidad, porque no esperas a que el vaya por ti -  dice algo serio para tratar de calmar a su compañero.

-          Qué?!! Como puedes decirme eso?! Soy una persona sexualmente activa! No puedo esperar a que el se le antoje tener sexo, Camus estoy desesperado, solo quiero estar en la cama con el! –

Ahora todo tenía más sentido,  el pequeño intento de seducción de su compañero minutos anteriores, era solo un capricho que quería complacer de sexo con alguien más ya que su pareja no le daba la atención que este quería, pero pensando un poco, como es que Death un hombre que no parece rechazar cualquier idea del sexo puede estar haciendo eso “RECHAZANDO LA INTIMIDAD CON SU NOVIO “ lo mas probable era que Afrodita no estuviera contándole todo el asunto que trae con el pero para el pelirrojo por mas intrigado que estaba le parecía mejor no meterse a fondo con eso.

-          Mira, lo único que te puedo decir es que hables con el de eso, si no lo haces nunca podrán resolver sus problemas, ahora si no te importa me es algo incómodo seguir usando estas prendas tan reveladoras  aquí contigo y frente al espejo, así que podrías ir a tu vestidor y cambiarnos e irnos? Por favor. –

-          Pero camus! Mi vida de pende de eso!! –

(1 hora después)

Por fin el sueco ya se había calmado y con su compañero habían quedado en que hablaría con su novio de sus problemas aunque la idea no le agradara mucho, ambos se cambiaron de ropa y por supuesto pagaron por la lencería que les agrado, luego de salir de aquella tienda, salieron a comer algo de helado ya que el clima parecía estar bastante caluroso por el momento, el sol estaba presente y sus rayos calentaban todo lo que tocaban. Ciertamente a como el peli celeste era a veces no podía evitar volver a sacar el tema de  su relación por lo que el pelirrojo llegaba a estresarse, quizás por eso era que no tenía muchos amigos.

Por fin había llegado la hora de regresar a su casa para preparar todo para la llegada de su novio, llegando ambos a la parada del autobús se sentaron en la pequeña banca a esperar el transporte, por unos minutos ambos estuvieron en completo silencio, solo el sonido de los carros en marcha se podía escuchar  y una que otra conversación de las personas a su alrededor, fue entonces que el sueco decidió volver a hablar después de aquellos minutos pensativos para él.

-          Camus… - pronuncio el nombre de su compañero algo serio.

-          Dime -  el pelirrojo ya tenía en mente que era lo que saldría de la boca de su compañero, por lo que acostumbrado solo prosiguió a terminar su helado  con su cuchara.

-          Cuando estábamos en el vestidor…. No quisiste hacerlo conmigo porque tienes novio? O porque realmente eres de los que les gusta recibir en lugar de dar? – pregunta con una sonrisa mirando la reacción del pelirrojo, claro que este al escuchar semejante pregunta casi se ahogaba con el helado, esas típicas ocasiones en donde casi el helado se te sale por la nariz.

-          Pero que!... – el pelirrojo se tapa su nariz y su boca pues no quería que nadie lo viera en dado caso de que su helado fuera desechado -  pero qué diablos preguntas Afrodita!- exclamó algo avergonzado luego de que pudiese tragar  la nieve. – por supuesto que es porque tengo novio – dejo salir un ligero gesto de molestia y vergüenza al mismo tiempo mientras volteaba la mirada pues el peli celeste comenzó a reír un tanto fuerte.

Aunque en realidad nunca en su vida había probado el sexo con una mujer o con un hombre en donde en la relación él tuviera que ser el activo, no podía revelarle esa información a su compañero pues sabe bien que sería un suicidio a pesar de que llevaban poco tiempo juntos, con personas como su compañero era mejor guardar sus secretos, aunque ciertamente, al pelirrojo no le interesaba ser una persona activa en el sexo, su primera experiencia había sido con su novio y en una situación en donde él era el pasivo, aquello le había gustado y no pretendía cambiarlo, a menos claro que su pareja se lo pidiera.

(5:00 pm Departamento de Camus) 

Luego de dos hora más soportando a su compañero el pelirrojo por fin había llegado a su departamento, tan solo le quedaban 3 horas para poder hacer la cena, esperaba con ansias la llegada de Milo que hacía semanas no veía por aquel tema de las citas, sin duda aquel tema le quitaba la alegría del rostro el simple hecho de pensar que quizás el amor de su vida conociera a una bella mujer por la cual lo dejaría le daba una enorme rabia,  el griego era solo suyo y quería que esta noche fuera inolvidable para ambos, que el griego supiera que el francés era suyo y viceversa.

Con sus mejillas sonrojadas guarda aquel traje tan provocador en una caja y esa caja dentro de su armario para que el griego no pudiera verlo, quería que ese fuese un regalo por aquellos 6 meses juntos, luego de esconder su regalo fue directo a la cocina y empezar con su pequeño bufet, prepararía solo lo mejor para esa persona especial, y claro que sacaría uno de los mejores vinos que llevaba con el siempre, pues era algo que le recordaba mucho su país.

(9:30 pm)

Todo estaba ya listo para la llegada del griego, la mesa bien decorado velas aromáticas con los platos y cubiertos más finos que el pelirrojo tenia y por supuesto unos cuantos platos de comida para empezar la cena, sin embargo solo faltaba algo importante, su novio. Había pasado una hora y media de lo acordado y el griego no se aparecía ni siquiera un mensaje en su celular, el pelirrojo se encontraba sentado en su mesa jugando un poco con sus cubiertos algo molesto, realmente no le molestaba que su pareja no llegase, más bien le molestaba el hecho de que no le mandara ningún mensaje, si no estaba dispuesto a venir a verlo, por lo menos podía dejar un mensaje en el celular.

 El tiempo pasaba lentamente y el Francés pasaba de molesto a enojado al pensar que quizás esta tardanza se debía a que estaba en otra cita con otra mujer, luego de un segundo a otro paso de estar furioso a triste al pensar que quizás ya había encontrado a la mujer perfecta para él, una pequeñas lagrimas cayeron de sus ojos directo al centro del plato, por su mente pasaban muchas cosas, entre ellas las palabras de su hermano y mucho más, el realmente no era de esa forma, pero últimamente el actuar tan repentinamente así le era extraño.

No fue hasta dentro de 5 minutos más que el timbre de la puerta se escuchó en todo el departamento,  aquello fue como una luz al final del túnel para el pelirrojo, limpiándose las lágrimas de sus ojos se levantó y respiro profundo como buena pareja dejo pasar un par de minutos antes de abrir la puerta pues no quería parecer desesperado, al abrir se encontró con un griego algo lastimado del rostro pues tenía varios rasguños en él con sangre , y un tanto sucio de su ropa con un ramo de flores maltratado y lleno de tierra, sin duda parecía que había estado en algún accidente. 

-          Milo! pero… pero que te ha pasado? -  pregunto preocupado al verle en ese estado.

-          Lamento llegar tarde amor – dijo con una sonrisa en su rostro pretendiendo que no le había pasado nada.

-          Milo… ven aquí. – con cuidado le toma del brazo para hacerlo pasar sentándolo inmediatamente en su sillón.

-          Tranquilo camus estoy bien. – trataba de convencer al pelirrojo que sin duda estaba sumamente preocupado. Este se sentó en el sillón mientras el francés iba por el botiquín de primeros auxilios.

-          Si claro y mira tú todos esos rasguños en tu cara, milo qué diablos te paso?! Porque tienes la cara lastimada y tu ropa sucia y casi rota – el pelirrojo estaba algo sobre exaltado era la primera vez que veía a Milo de esa forma.  Sacando un pequeño algodón con desinfectante comienza a limpiar el rostro de su pareja de aquella sangre y tierra.

-          Camus… por favor tranquilízate si?  -

-          No voy a tranquilizarme hasta que me cuentes lo que te ocurrió!! -  exclamo molesto.

-          Ah… bueno… - ante aquella reacción por parte de su pareja la cual le daba algo de miedo, decide que es mejor no discutir con él y simplemente contarle.  – Salí algo tarde del trabajo y al venir aquí pues… tu sabes, cuando pasas por un callejón obscuro….  – trago algo de saliva.

-          Alguien te hizo algo? – pregunto preocupado.

-          Bueno… en realizad solo querían asaltarme,  como no quise darles mi dinero al final llegamos a las peleas y bueno digamos que luego llegaron más tipos y como no podía hacer nada más, vaciaron mi billetera y se llevaron mi celular –

-          ay milo… porque simplemente no les diste las cosas desde un principio? Eres un tonto – dice algo molesto mientras terminaba de limpiar el rostro de su pareja y guardar sus cosas.

-          Porque ese dinero era para la escuela de Hyoga – dijo con la mirada perdida en el suelo, el griego estaba molesto consigo mismo y triste de haber perdido aquel dinero que tanto se había esforzado en ganar para el estudio de su único hijo, sin mencionar que lo poco que tenía depositado en el banco solo acensaba para alimentar a  una sola persona.  

Aquellas palabras dejaron sin habla al pelirrojo, ahora simplemente deseaba no haber dicho tal cosa, sabia por lo que estaba pasando su pareja pero, también estaba molesto con el por aquello, es decir que le costaba a Milo aceptar una parte de su dinero? Sabía bien que este se lo devolvería cuando pudiera pero es que el griego era tan terco.

-          Porque no tomas un baño? Tienes un cambio de ropa aquí recuerdas? Sirve que calentare de nuevo la comida y así podemos cenar juntos.-

-          Claro, toma. – le entrega lo que había quedado del ramo de rosas que había comprado para su pareja. – te amo. – A pesar de lo que había pasado el griego aún tenía el ramo de flores en su mano, aquello le saco  una ligera sonrisa al pelirrojo al tomar las rosas. 

-          También te amo. –

Antes de que el griego se levantara en dirección al baño decide darle un pequeño beso a su pareja en aquellos dulces labios que tanto le gustaban, y es que no quería que su novio se quedara con ese sentimiento de molestia con él, no había sido su intención arruinar la cena perfecta que él quería, pero deseaba que con ese beso el pelirrojo olvidara lo que había pasado y lo misare nuevamente con esa bonita sonrisa que solo el griego era capaz de ver.

Luego de aquel acto ambos se separaron para ir a lo suyo, el peli azul al baño y el pelirrojo a la cocina. Solo hizo falta una hora más para que todo estuviese perfecto, el peli azul completamente limpio y con un cambio de ropa se sentó en la silla frente al su pareja para mirarlo a  los ojos y luego observar la cantidad de comida que había en la mesa era sin duda demasiada para dos personas, pero eso era lo de menos, lo único que importaba era que estaban ellos dos juntos luego de días sin verse.  Ambos se sirvieron y comenzaron a comer, no sin antes abrir el vino que el pelirrojo había guardado para una ocasión así. 

-          Debo decir que nunca antes había probado una cena tan buena como esta.  – dijo el peli azul  con una sonrisa mientras partía un pedazo de langosta que el pelirrojo había cocinado. – y el vino de Francia es una delicia, ya veo porque te gusta tanto amor.-

-          Gracias  - agradeció con un leve sonrojo en sus mejillas, le encantaba saber que a su pareja le gustaba su comida.  – si bueno, mis padres eran fanáticos del buen vino y bueno creo que herede algo de eso. –

Ambos continuaron comiendo platicando de pequeñas cosas que por las que habían paso ese mismo día claro que sin mencionar por parte del francés su visita a aquella tienda de lencería ni su pequeña experiencia con su compañero en el vestidor, ambos estaban contentos de compartir sus cosas con el otro, a pesar de que Milo no era diferente de los demás, era el amor que le tenía el francés el que permitía soportar alguna que otra cosa que no le agrava, claro que pasaba lo mismo por parte del griego, a pesar de que el pelirrojo era un tanto serio y poco divertido.

Fue solo cuestión de tiempo que el pelirrojo recordara las palabras de su hermano mayor “debes dejar de salir con el antes de que sea demasiado tarde” “No caigas en sus sucios juegos”  ahora que tenía a Milo en frente su curiosidad era más grande, sin duda él no estaba dispuesto a dejar a Milo pero, tenía un fuerte deseo de saber que era lo que el hermano mayor de su novio de había hecho al suyo.

-          Milo… - pronuncio el nombre de su pareja en un momento de perdición.

-          Si? – pregunto luego de beber algo de vino mirando el rostro serio del francés.

-          Tu sabias…. Que tu hermano, fue el novio de mi hermano mayor? – pregunto con seriedad fijando su vista en los ojos del peli azul. Lo último que quería era arruinar su velada pero el querer saber lo que le había pasado a su hermano le resultaba inquietante.

-          Tu hermano? Era el novio de mi hermano? – dijo algo confundido, sin embargo ante aquello ahora todo tenía sentido para el griego.

Desde que había visto por primera vez a Degel, el hermano mayor de su novio, le había resultado algo familiar, y era por el Hecho de que cuando él era un niño veía a su hermano salir con un chico peliverde, la única diferencia era que en ese entonces ese chico no tenía gafas, sin olvidar que ese nombre “Degel” también le traía recuerdos.

-          Es verdad… tu hermano Degel era ese chico con el que mi hermano salía – dijo algo impresionado. – joder como no me di cuenta – se llevó una mano a su cabeza.

-          Lo conocías? – pregunto a un serio.

-          No… pero, recuerdo su rostro de unas cuantas ocasiones cuando mi hermano venía con él a casa para recoger su ropa e irse por unos días, el siempre esperaba afuera de la casa y yo lo veía por la ventana, creo que el hecho de que ahora usa gafas me confunde un poco, no parece el mismo.-

-          Ya veo… - algo triste agacha su mirada a la mesa.

-          Que te pasa? – pregunta un tanto preocupado. – acaso hice algo malo? –

-          No, bueno… no lo sé…. -   

-          Que sucede Camus?  No quieras ocultarme las cosas te conozco sé que algo pasa. –

-          Milo… - pensó unos segundos si era bueno hablar de ese tema en una noche tan linda como esta, pero era necesario, quería saber si su hermano tenía razón o si  hacia bien en seguir con Milo.  – yo… no sé qué le habrá hecho tu hermano al mío pero… Degel no quiere que yo salga más contigo. -      

-          Qué?... -  se sorprende ante aquellas palabras. – pero… si yo no he hecho nada, lo único que he hecho es quererte todo este tiempo, porque querría separarnos él? –

-          No lo se… pensé que tu sabrías lo que tu hermano le hizo a Degel, dijiste que Kardia murió hacer ya 12 años verdad? –  aquello le hizo pensar en algo tan triste por lo que pasaba su hermano.

-          Si porque? –

-          Porque creo, que mi hermano piensa… que aún vive. –

Aquello dejo la sala en completo silencio, y en cierta forma un tanto incomodo, la verdad era que el peli azul no sabía que decir a pesar de que hablaba mucho tiempo con hermano mayor, no tenía idea de lo que había pasado con su novio, lo único que sabía era que simplemente de un día para otro aquel chico de cabellera verde ya no se aparecía más por la casa, jamás le había preguntado a su hermano el porqué, pues Kardia tenía fama por tener muchas ex novias, sin embargo sabía que el peli verde había sido especial para su hermano por ciertas cosas que le había pedido a el antes de morir.

-          Ya veo… - dijo el peli azul – en ese caso creo que debería de hablar yo con él. –

-          Qué?...  tú quieres hablar con él? -  pregunto algo sorprendido.

-          Bueno, creo que le debo una explicación a tu hermano por parte del mío, y bueno sabiendo que tu hermano no quiere que salgas conmigo, eso me hace sentir que debo hacer algo para que el confié en mí, ultimo que quiero es separarme de ti, así que a como yo lo veo solo tengo esa opción, le hare cambiar de opinión de acuerdo? -  responde con una sonrisa la cual contagio al pelirrojo.

-          Gracias Milo… -

-          No hay de que, lo hago por amor es todo. -  Aquellas palabras hicieron latir el corazón del francés, sin duda amaba al griego.    

Luego de aquella conversación, ambos continuaron comiendo hasta terminar,  sin embargo,  parecía que esa noche no sería tan perfecta como la imaginaba el pelirrojo pues solo fue cuestión de poner atención para que se percatara de uno pequeño brazalete  de tela con un pequeño mensaje de Te quiero que llevaba puesto el griego en su muñeca izquierda. Aquello lo había sacado de sus pensamientos, su novio no era de ese tipo de personas que se ponían esas cosas, y no es que el pelirrojo fuese un celoso compulsivo, si no que en cierto modo, se sentía algo ofendido y dolido pensando que su novio había traído a su casa un obsequio de alguna de aquella posibles mujeres que salían con él.

Con algo de molestia hace un pequeño gesto en su rostro observando esa pulsera que no le gustaba para nada, con su mirada penetrante mira al griego  mientras tomaba algo de vino, se podía notar el cambio de ambiente simplemente por el hecho de que el francés, no hacía nada más que mirar con odio aquel brazalete y a su novio molesto.

-          Eh…. Sucede algo amor? – pregunta el griego al sentir la mirada de su pareja quien con calma dejo la copa en la mesa para cruzarse de  brazos.

-          Me podrías decir, de donde sacaste ese brazalete? -  no hace falta decir que las palabras del pelirrojo sonaban serias.

-          Brazalete? – por un instante el griego había olvidado lo que llevaba en su muñeca hasta que lo noto al mirarse las manos. – ah.. este brazalete? – pregunta señalando su muñeca.

-          Pues no veo otro brazalete por aquí o sí?  Acaso me vez a mi usando uno? Uno que quizás algún chico con el que haya salido me regalara  - decía algo molesto pues a daca segundo se imaginaba a su novio con aquella mujer que le había regalado ese brazalete.

Se preguntaba y afirmaba mil cosas en su cabeza, era hermosa?, tiene buen cuerpo?, tiene el cabello largo y hermoso?, será más joven que yo?, seguro tiene unos ojos hermosos, debe ser una chica muy fina, seguramente ya probo sus labios, querrá volver a encontrarse con ella?.

-          Pero que dices Camus. – responde un tanto extrañado por la reacción que su pareja comenzaba a tener, nunca en sus 6 meses de relación había visto al pelirrojo de esa forma.

-          Digo que se me hace una falta de respeto que uses algo que una de esas mujeres con las que sales te a regalado – el pelirrojo estaba realmente molesto de un momento a otro.- acaso me vez a mi usando algo que me haya regalado alguien con quien Sali? –

-          Qué?....  - el peli azul no sabía ni cómo reaccionar ante las palabras de su pareja, sabía que era algo celoso pero, aquello era sin duda algo nuevo.

-          No eres el único que tiene citas sabes?! yo también e salido con un par de chicos estos días sin verte – miente – y no me vez aquí frente a ti usando las cosas que ellos me regalan o sí?. –  el pelirrojo ya se escuchaba algo desesperado y molesto por la atención de su novio.

-          Que tú qué?! – sin duda aquello le había molestado al griego, molesto se levantó de la silla  para apoyar sus manos en la mesa. – como que has estado saliendo con alguien más?! Porque haces esto? –

-          Si tu puedes salir con esas mujers yo también puedo salir con quien se me pegue la gana! – molesto hace lo mismo que su pareja. 

-          Sabes perfectamente porque lo hago camus! No es porque yo quiera… -

-          Si claro, pretendes hacerme creer que sales con esa chicas solo para quedar bien con tu hijo? Sabes perfectamente que lo no solo lo haces por hyoga! –

-          Pero de que mierda estás hablando! Todo lo que hago es por mi hijo! – Aquella discusión comenzaba a ponerse cada vez más intensa. El griego no se podía creer que estaba discutiendo de esto con su  novio.

El pelirrojo estaba fuera de control, no sabía cómo ni porque había reaccionado así por aquel tonto brazalete, era como si algo lo estuviera empujando a liberar todo lo que había estado  guardando, sus secretos, sus pensamientos, sus emociones, sus ojos se humedecían un poco, y es que tenía tantas cosas en su cabeza, que en aquella discusión todo era un caos dentro de él, no sabía lo que decía ni mucho menos lo que pensaba en ese momento, solo hablaba por discutir, por exigirle a su pareja, algo que él nunca haría. De un momento a otro él había cambiado.  

-          Claro que no! tu mismo lo dijiste cuando comenzamos a salir!, quieres tener una gran familias y  por eso has estado saliendo con esas chicas!-

-          Como diablos puedes pensar eso después de 6 meses de relación contigo. – el peli azul ya no entendía nada de aquella discusión, se limitaba a solo responder a las acusaciones del pelirrojo.

-          Acaso… - fue entonces cuando las lágrimas comenzaron a brotar de aquellos ojos color rubí que miraban con tristeza la mesa.  – no quieres decirle a Hyoga de lo nuestro porque… te vergüenzas de lo nuestro? O es  que aceptaste salir con esas mujeres porque… ya lo sabes… - las manos del francés comenzaron a temblar un poco, lo cual el griego noto.

-          Qué?...  Camus. – ya era más que extraño aquella discusión, pero que de un minuto a otro comenzara a llorar?. – no sé qué es lo que te sucede.  Pero no es por eso que aún no le digo a Hyoga que estamos juntos,  y no sé a qué te refieres con que ¿si ya lo sé?, sé que te dije que se lo diría cuando tuviera un empleo, pero las cosas no me están yendo nada bien y   la razón por la que aún no le digo nada más que por cualquier otra cosa, es porque él está empeñado en que me case con una mujer, quiere tener una madre que lo ame, está acostumbrado a vivir en una familia “normal” un padre y una madre,  no es fácil hacer cambiar de parecer a alguien así, pensé que si conseguía un buen empleo, lograra pagar los recibos y todas esas cosas, podría concentrarme más en mi hijo y confesarle todo. –

Aquellas palabras poco calmaban al pelirrojo que aún seguía llorando en silencio, luego de escucharlo se sentó nuevamente en su silla sin dejar de mirar la mesa, sabía que hacia mal en reclamar una y otra vez la misma cosa a su pareja, sobre todo cuando este no sabía aquel defecto tan grande que el pelirrojo guardaba.

-          Perdóname…. No debí molestarme asi … es solo que, me gustas mucho, y me duele pensar día y noche en dónde estás?, si estás bien?, con quien estas?, y cuando me viene a la mente que estas saliendo con una mujer, no puedo evitar sentirme mal conmigo mismo porque…. Al final de todo, soy solo una basura de persona – las lágrimas brotaban cada vez más y su hablar comenzaba a entrecortarse.

-          De que hablas amor? Sabes bien que te amo, te lo digo dia y noche eres mi todo, si llegara a tener una familia quiero que sea contigo, se que cuando le cuente a Hyoga se le pasara en quizás una semana y tú y él se llevaran bien, incluso podríamos darle el hermanito que tanto quiere y.. –

-          Es que ese es el problema milo… - interrumpió al griego, llorando y temblando le mira a los ojos. – yo no puedo tener hijos….  – Aquellas palabras dejaron sin habla al griego.  Pero gracias a ello ahora podía comprender algunas cosas.

-          De  que hablas?…. – pregunta aun impactado.

El menor ya no tenía nada más que ocultar, ya había revelado su más grande secreto a su pareja, el miedo que tenía por ser rechazado invadía su cuerpo, en su mente solo imaginaba lo peor, ya había sido lastimado por aquella situación y no quería que ahora la persona que más amaba lo lastimara también, pero aquello era algo que había tenido que decir.

-          Yo no puedo tener hijos… no importa cuanto lo intente, no puedo… por ese motivo fue que saga me abandono…. –

-          Pero… que fue lo que paso? – el griego aún estaba sorprendido y algo triste ante aquella revelación.  – porque no puedes tener hijos? -  el pasado era algo que no le gustaba recordar al pelirrojo, y mucho menos aquello que tan doloroso era, pero sentía que le debía una explicación a su pareja.

-          Un hombre no puede tener hijos…. – comenzó mientras se limpiaba sus lágrimas. – fue hace ya  7 años desde que se inventaron los vientres  artificiales, tan solo tenía 22 años cuando saga me propuso matrimonio. Recuerdo que ambos hablábamos te lo mucho que queríamos tener hijos, así que decide darle una sorpresa, fui al médico para comenzar una sesión de medicación para crear aquel vientre artificial dentro de mí y poder ovular de la misma forma, solo se necesitaba tomar aquellas pastillas por unas dos semanas pero… - hico una pequeña pausa antes de continuar pues recordar aquello le era muy doloroso -  luego de una semana algo salió mal, mi hermano me conto que me encontraron tirado en la calle y que me llevaron al hospital, el doctor nos dijo que había tenía una fuerte reacción  al medicamento, y por haberlo tomado por tanto tiempo me causo un severo daño en mi interior, tanto que… me prohibieron volver a ingerirlo,  si volviera a tomarlo lo más probable es que mi cuerpo no lo tolere y pueda morir. – El griego escuchaba atentamente mientras agachaba la mirada pues no podía creerse que tal cosa le pudiera haber pasado a la persona de quien tanto se había enamorado.  – cuando Salí se lo conté a Saga,  y fue desde entonces que el comenzó a actuar extraño conmigo, ya no era como antes, la última vez que lo vi fue en una discusión que tuvimos en donde me llama “inservible”, es por eso que…. – comenzaron a brotar nuevamente las lágrimas – nunca quise decirte nada…. Porque de verdad te amo, y no quería que por ser inservible me abandonaras, pero sé que es muy egoísta de mi parte tenerte amarrado a mi lado cuando ni siquiera puedo darte lo que deseas,  desde que nos conocimos trate un millón de veces decírtelo, pero simplemente me negaba a perderte, deje que el tiempo pasara y esto se complicó más, no se suponía que debía molestarme el que salieras con otras personas pero….  Así pasa…  perdóname… por favor perdóname  por engañarte de este modo, por hacerte creer que, conmigo podrías tener un final feliz. –

El silencio reino en la habitación, tanto el pelirrojo como el peli azul no se podían creer que aquella conversación se había dado, por un lado el pelirrojo solo esperaba la respuesta de su pareja, en su mente solo podía pensar una y otra vez que sería rechazado por este. Por otro lado el peli azul trataba de controlarse y pensar bien las cosas, su vida ya era bastante complicada y ahora con aquella semejante revelación se había puesto peor pues no sabía bien que hacer ni cómo reaccionar ante ello, todo este tiempo, había pensado que, cuando llegase a obtener un buen empleo este podría darle a su hijo la familia que tanto quería con la persona que amaba, pero aquello lo cambiaba todo, ahora no podía dejar de pensar en lo que Hyoga le diría este le dijese que no podría darle a su hermanito menor….      

Notas finales:

 gracias por leerlo uwu de verdad espero que les guste 


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