El sonido estruendoso de la puerta cerrarse con furia hizo eco en todo el departamento, todo lo contrario a su silencioso llanto. Gruesas lágrimas empapaban sus mejillas e insonoros hipidos intentaban ser retenidos por su palma. Su ignorada desesperación estaba destrozándolo, lo desgarraba por dentro y nadie estaba allí para socorrerlo. Las inocentes palabras de su hermano le hicieron enfrentarse a lo que tanto ignoraba. Lo pusieron cara a cara con la realidad. De rodillas ante los prejuicios y con la mirada baja ante la vergüenza.
« ¿Cómo había podido? ¿Cómo permitió dejarse llevar de esa forma? ¿En qué pensaba cuando dejo que su corazón fuera quien llevara las riendas de su vida?
Era imperdonable. »
No era más que un egoísta. Por dejar de lado a su madre y a su único hermano. Porqué por más que sabía que sería la vergüenza de su familia, siguió adelante con sus sentimientos, permitiéndose amar a Kyu Jong. Nadie lo aceptaría, sería aborrecido por las personas que más amaba en la vida y él no podría culparles por ello. Lo que hacía era bajo e inaceptable para la sociedad. Se sentía igual o peor que una lacra. Un paría a los ojos de cualquiera.
Pronto el llanto consumió todas sus energías cayendo por completo sobre el piso del baño, acostado en posición fetal mientras el frío calaba sus huesos. Sus lágrimas caían inertes sobre el azulejo y con ellas escapaban partes de su ser, de su alma.
Nadie podría entender en este mundo las ganas que tenia de no ser como era. Nadie podía comprender como ni cuanto dolía. Lo mucho que maldecía cada pasó que lo llevo por ese camino. Lo mucho que añoraba cambiar. Odiaba su mala suerte. Si tan sólo él hubiera nacido en otro cuerpo o si Kyu Jong lo hubiera hecho. Si no lo hubiera conocido...
-¡Maldición Hyung Jun! ¿¡Hasta que hora piensas quedarte en el baño!?- gruñía Jung Min tras la puerta.
No tenía fuerzas para responder, ni siquiera para retener el gemido de dolor que escapo de sus labios.
-¿Jun?- llamó suavemente el mayor alarmado ante el sonido. Lentamente empujó la puerta golpeando suavemente el cuerpo del pelinegro que yacía en el piso -¡Jun!- rápidamente lo levanto del suelo apoyándolo sobre sus muslos. -¿Que paso? ¿Qué te sucede?- cuestionaba desesperado -¿Por qué lloras?- ni una sola palabra escapaba de los labios del menor, solo sus lágrimas eran derramadas una tras otra. Los ojos de Jung Min le demostraban cuán preocupado estaba por él, cuánto lo quería y Jun no pudo evitar preguntarse de que forma lo mirarían esos ojos si su mejor amigo se enterará que él amaba a otro hombre. La sola imagen de ello hizo que un escalofrío hiciera palpitar todo su cuerpo. Con vergüenza se escondió en el pecho del mayor rogando interiormente que él no formara parte de entre las personas que seguramente se alejarían y lo mirarían con asco.
Al instante sintió como los brazos de Jung Min lo ponían de pie y casi arrastrando lo sacaba del baño. El calor regresó a su cuerpo haciéndole suponer que estaba siendo abrigado entre las sabanas aunque su mente se hallaba muy lejos de allí pudo sentir el cariño con el que Jung Min le acariciaba la espalda ayudándole a calmar su llanto.
La noche había caído por completo mientras Kyu Jong terminaba de preparar la cena, Saeng acomodaba los platos en la mesa de la cocina cuando Jung Min se acercó quitando dos de ellos y apoyándolos en la bandeja que tenían sobre la mesada. Aumento un par de vasos vertiendo jugo en ellos sin detenerse ante la mirada de sus mayores.
-Sírveme, por favor- pidió al castaño acercándole la bandeja
-Pero...-
-Hyung Jun y yo comeremos en mi habitación- explicó
-¿Por qué?- intervino Young Saeng
-Porque sí- respondió con fastidio. Le urgía regresar junto a Jun, era obvio que algo iba mal con él. Terriblemente mal. - También dormirá allí esta noche así que no molesten- finalizó amenazante saliendo de la cocina sin decir una palabra más.
Saeng lanzó un chasquido molesto ante el tono de Min y prosiguió con su labor yendo por los vasos. - Bueno, supongo que debo compadecerme de Jun al fin y al cabo. - comento con gracia al pensar en el maknae de su grupo durmiendo con el mal humorado de Jung Min. Pero Kyu Jong ni siquiera respondió a penas y pudo oír esas palabras. Sólo pensaba en el porqué. « ¿Por qué Jun dormiría con Min esa noche? ¿Por qué no comerían todos juntos? ¿Estaba molesto? ¿No se sentía bien? Si así era ¿por qué no se lo dijo? ¿Por qué acudió a Jung Min primero? »
Deseaba ir y ver a Hyung Jun, preguntarle qué es lo que pasaba pero eso los dejaría en evidencia, tal vez se estaba ahogando en un vaso de agua y nada malo ocurría en realidad además Jung Min había dejado muy claro que no los molestaran y puede que Jun tampoco quisiera que lo hicieran.
Nada era seguro, nada más que los celos lo invadían en esos momentos.
Por tercera vez Hyung Jun había rechazado la cena, al menos ya había parado de llorar pero seguía igual o peor de deprimido aunque quisiera ocultarlo escondiendo su rostro bajo las sabanas, Jung Min acariciaba su cuerpo bajo la delicada tela pudiendo sentir como el cuerpo de su amigo aun convulsionaba a causa del llanto.
-¿Tú me quieres, Min?- hablo sorpresivamente el menor
-Claro que si.- Afirmó
-Si yo hiciera algo malo ¿Igual lo harías?-
-Todos cometemos errores, Hyung Jun. Lo importante es arrepentirse de ellos, arrepentirse desde el fondo del corazón- le explicaba el mayor
-Pero yo no me arrepiento- susurró el maknae
Era cierto, no lo hacía, para nada estaba arrepentido de amar a Kyu Jong, era lo más hermoso que le había pasado, jamás pensó que alguna vez conocería un amor como ese, puro y maravilloso, un amor que le hacia sonreír cada mañana, un amor que le tendía la mano cuando caía, un amor que le permitía ser tal y como era: autentico. Kyu Jong era su amor, todo lo que soñó hecho persona. Junto a él podía ser todo lo niño, todo lo serio, lo malcriado, lo celoso e incluso travieso que quisiera. Podía ser su baby, su Junnie, su Hyung Jun y lo que más añoraba: ser su amor. En ningún momento de su vida podría arrepentirse por ello, maldecía que para la mayoría de las personas su amor fuera nauseabundo e inaceptable pero aún más se maldecía a si mismo por que le importaba aquello, por detenerse a pensar en ¨el que dirán¨ y por sentirse débil y cobarde de solo pensar en defender su amor ante el resto del mundo.
-¿Hyung Jun no volvió a su habitación anoche?- pregunto Kyu Jong rogando porque su voz sonara lo más casual posible mientras mantenía los ojos puestos sobre la taza que sostenía entre sus manos.
-No lo hizo ¿crees que este enfermo?- dijo Young Saeng
-¡Eh!- balbuceo alarmado Kyu
-¡¡Saldremos!!- llamo la atención Jung Min de los tres mayores que permanecían en la cocina mientras se dirigía a la puerta de salida con Hyung Jun de su mano, Kyu Jong no paso por alto ese detalla cuando se quedó de piedra observándolos, escaneando a su pareja tratando de verificar que no hubiera nada malo con él, buscando desesperadamente sus ojos, esos orbes cafés que tanto amaba que se ocultaban bajo la gorra que Jun llevaba puesta esa mañana.
-¿No van a desayunar?- reclamo Hyun Joong
-Lo haremos fuera- respondió Jung Min
-Hyung Jun ¿todo está bien?- pregunto el líder buscando la mirada del maknae
-Si- susurró manteniendo la cabeza gacha, evitando a toda costa mirar a Kyu Jong
-Nos vamos- añadió Min arrastrando a su amigo fuera del departamento.
Era el segundo día en que Hyung Jun evitaba cualquier tipo de contacto con él y cierta resignación empezaba a embargar a Kyu Jong. Finalmente todo se había terminado. Jun se había cansado de él y no tenía el valor de decírselo, él tampoco lo tenía como para acercarse y aclarar su situación. No creía poder soportar a Jun diciéndole que su relación estaba terminaba. No podía. A la larga también logró cansarlo, tal y como lo había hecho con sus anteriores parejas, lo aburrió. Después de todo él no tenía nada más que dar, le había entregado todo lo que era, pero hace tiempo había descubierto que era un tipo aburrido y sin gracia y Hyung Jun finalmente descubrió esa parte de él y no estaba dispuesto a seguir a su lado por ello. Por el contrario: Jung Min. Él era todo lo opuesto a él y su ex se enamoraría seguramente de su compañero. No le culpaba, no podía alegrarse por él, sería muy estúpido y una total farsa pero lo tranquilizaba, Jung Min podría cuidarlo, mimarlo, darle todo lo que él no pudo.