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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del capitulo:

Jelou~ Aquí Lord. Son las 10:30 am, haha, hoy he tenido que actualizar temprano porque estaré muy ocupada el resto del día, y bien... que disfruten el capítulo ^^

Capítulo 11

 

Taehyung sentía que su cabeza iba a explotar, estaba enojado con el mundo —si así podía decirlo—, aun así no quería pelear con nadie. Subió las escaleras de la mansión sintiéndose más cansado que de costumbre, su casa sería más genial si contara con un ascensor. Terminó de subir y se detuvo a maldecir a Hoseok mientras pensaba en lo estúpido que había sido por correr a ayudarlo cuando Jimin lo había empujado. Debió burlarse de él y restregarle el resto de la noche lo estúpido que se había visto al caer al suelo, aunque realmente él no pensaba que se hubiese visto así.

 

Siguió su camino hasta la habitación, quejándose al percatarse de que ésta tenía llave. Rebuscó entre su ropa, que olía a trago por el montón bebidas que había dejado derramar el resto de la noche y halló con éxito la llave que introdujo a mala gana en la puerta para luego entrar, estaba deseoso de lanzarse sobre su cama y hasta abrazar al idiota de su mejor amigo. La sorpresa fue grande cuando lo encontró desnudo abrazando a Suga, el cual se encontraba en las mismas condiciones. El oxígeno dejó de llegar a su cabeza y se aferró al pomo de la puerta con ganas de gritar, pero debido a su fatiga y cansancio no pudo hacerlo, de nada valía ponerse a pelear con ellos, perdía más tiempo en ello que yéndose a otro lugar a dormir. Cerró la puerta sin cuidado y caminó en busca de una habitación que le apeteciera, quedándose dormido en la última habitación de huéspedes, donde nadie lo molestaría ni se preocuparían en buscarlo.

 

 

Yoongi se despertó exaltado y miró el reloj digital que brillaba al lado de la cama, eran las 4:54 am y él había exagerado en el tiempo que debía quedarse. Se sentó en la cama con los nervios de punta y movió a Jimin para despertarlo.

 

—Jimin… Jimin… debo marcharme —el menor gimió y apretó los ojos sin ganas de despertar—. Papá va a matarme.

 

—Nada va a pasar, es muy temprano como para que se entere de que no estás en casa, todos duermen aún —dijo medio dormido, obligando a Yoongi a recostarse de nuevo y aprensándolo entre sus brazos.

 

—Por favor, Jimin, debo marcharme, si tardo más… —calló al pensar en lo que su padre podría hacerle.

 

Jimin abrió los ojos y reparó el rostro descompuesto de su amante sintiéndose culpable por ello.

 

—Está bien, Yoongi, vístete y nos vamos —dijo de mala gana, él no quería separarse del peli naranja ni dejar de abrazarlo.

 

—Lo siento —susurró mientras buscaba su ropa en el suelo.

 

—No tienes por qué preocuparte, luego me lo compensarás —expuso haciendo que Yoongi sonriera y asintiera.

 

No tardaron mucho en vestirse y subir al auto. Aún estaba oscuro y las calles estaban completamente vacías. Yoongi no se preocupó por haberle dado su dirección verdadera a Jimin, haciendo que el menor lo dejara en frente de su casa, pues estaba seguro de que nadie estaría viendo cuando él se bajara de un auto tan costoso.

 

Se confió mucho más al bajar del auto y dejar que Jimin lo besara, sus sentidos de alerta se apagaron un poco esa madrugada.

 

—Creo que ya debo marcharme —le dijo a Jimin en bien dejaron de besarse.

 

—Quisiera volver a llevarte conmigo —el moreno pasó su brazo por la cintura de Yoongi y lo acercó de nuevo a él para besarlo con la mayor ternura posible. Se separaron con una sonrisita cómplice y Yoongi por fin se alejó.

 

Jimin continuó recostado sobre su auto, esperando ver cuál era la puerta correspondiente a la casa del otro para sorprenderlo algún día. Sin embargo, el sorprendido fue él al ver a un señor de edad saliendo de la casa a la cual Yoongi iba a entrar y gritando ciertas palabras que él pudo escuchar a la perfección:

 

—¿Dónde demonios estabas, Yoongi? —el señor Min estaba ebrio, como siempre, su rostro estaba rojo y en su mano tenía una botella de cerveza vacía.

 

Yoongi retrocedió un paso al saber lo que le esperaba, deseó que Jimin ya se hubiese marchado y que no estuviera presenciando esa situación, además se reprendió mentalmente por no haber entrado más rápido, su padre podría golpearlo dentro de la casa, ahí Jimin no lo vería, pero fue demasiado lento.

 

Por fundirse en sus pensamientos Yoongi no se enteró de que su padre ya se había acercado lo suficiente como para estamparle un furioso golpe en el rostro que por alguna extraña razón le dolió mucho más que el montón de golpes que ya había llegado a recibir. Se tambaleó, haciendo lo posible por no caer al suelo, aunque debido a la fuerza del golpe no pudo hacer mucho y fue a caer directo al césped, sintiendo un dolor subir por toda su espalda, creyendo que se había estropeado la columna.

 

Jimin observó todo en shock, ¿cómo se atrevía a golpearlo? Cuando reaccionó y vio al hombre acercársele de nuevo a Yoongi para darle otro golpe, corrió a interponerse, mirando de manera desafiante al agresor.

 

—¡Aléjate! —exclamó el señor Min estampándole un enorme bofetón en el rostro que logró apartarlo un poco de Yoongi, el cual apenas se recuperaba del golpe. Jimin, algo desconcertado, observó cómo el señor arrastraba a Yoongi de los cabellos y lo metía dentro de la casa.

 

Antes de que la puerta fuese cerrada, el moreno invadió la casa empujando con su cuerpo al hombre, apartándolo lo necesariamente lejos de Yoongi.

 

—¡¿Está loco?! ¡Llamaré a la policía! —amenazó, cubriendo al peli naranja con su cuerpo.

 

—Jimin, por favor no interfieras, vete a casa —balbuceó Yoongi intentando no ponerse a llorar frente a él.

 

—Sí, eso haré, me iré a casa, pero contigo —lo tomó de la mano y lo sacó fuera.

 

—¿A dónde vas? ¡Mocoso de mierda! —gritó el señor Min, acercándose tambaleante.

 

—No, alto —Yoongi se resistía en cada paso.

 

—¡Lo demandaré si da un paso más, lo juro! —gritó Jimin mientras empujaba a su amante dentro del auto—. Y tú quédate en silencio, no voy a escucharte —le dijo cerrando la puerta y dando la vuelta para ingresar también al auto.

 

El señor Min se quedó estático en la entrada de su casa mientras Yoongi lo miraba desde el auto con culpa, las cosas empeorarían, Jimin no había tenido que estar ahí para ayudarlo.

 

—Por favor… —gimió sintiendo las primeras lágrimas bajar por sus mejillas.

 

Jimin no se detuvo en ningún momento y el camino a la mansión fue silencioso. Había prometido no regresar a casa ya que no quería ver a su madre, no obstante, quería tener a Yoongi en un lugar seguro y cómodo. Cuando llegó a casa tomó a su novio de la mano y subió a su cuarto saludando con la cabeza a los empleados que no dejaban de mirarlo. Y al llegar al cuarto hizo que Yoongi se sentara sobre su cama y tomó un pañuelo húmedo para limpiarle la sangre.

 

—¿Ese hijo de puta es tu padre? —preguntó furioso, nadie debía tocar lo que le pertenecía—. ¿Cómo demonios permites que te haga eso?

 

Yoongi se quedó en silencio, dejando que Jimin limpiara los residuos de sangre, ¿por qué dejaba que su padre lo golpeara? Porque así pagaba el haber destruido su familia, aunque él mismo sabía que era una mala excusa, una excusa que no debería tener en cuenta.

 

Jimin se detuvo a pensar un poco en su familia, sus padres nunca le habían puesto una mano encima a pesar de los diferentes berrinches que había causado en su niñez y juventud. Siempre le habían pasado todo lo malo, por lo que pensaba que era muy injusto para Yoongi pasar por ese tipo de tratos, él no merecía eso, por lo que no permitiría que esa situación continuara repitiéndose.

 

—Debiste dejarme en casa, será peor cuando regrese, tal vez él puede lastimarse si no estoy, necesito volver —sollozó, suplicándole con la mirada.

 

—Estás loco, si regresas él va a matarte —bufó.

 

—No lo hará, él no es un asesino.

 

—No vas a regresar, Yoongi —finalizó Jimin en bien terminó de limpiarlo.

 

—No puedes obligarme a… —calló al ver la mirada penetrante de Jimin.

 

—Terminarás mal si continúas allí —explicó—, no puedo permitir que algo malo te suceda —Yoongi se quedó en silencio mirándolo algo desconcertado, «¿realmente soy importante para él?», se preguntó sin poder creerlo.

 

Jimin le sonrió y lo besó en la frente, sabía que tendría que convencerlo mucho para que admitiera que no debía regresar con su padre, ya luego él se las arreglaría para buscarle un lugar dónde vivir.

 

—Jimin…

 

—¿Sí? —le miró esperando escuchar algo diferente.

 

—Llévame de regreso —insistió y Jimin exhaló.

 

—No —dijo entre dientes.

 

—¡No puedo abandonar así a mi padre! —exclamó.

 

—Yoongi, no te voy a llevar de regreso, y si te vas solo iré por ti hasta que te canses de estar yendo y viniendo —pronunció con el entrecejo fruncido.

 

—Debo ir a trabajar y no tengo mi delantal ni mis cosas aquí —buscó una buena excusa.

 

—Alguien te prestará otro y tus cosas se quedaron en el bar, a mí no me engañas —entrecerró los ojos con una pequeña sonrisita.

 

—¿Y la ropa? Debo regresar por mi ropa —continuó.

 

—Yo te presto la mía, no hay problema, luego te comprar… —fue interrumpido.

 

—Ya, necesito ducharme, llegaré tarde —dejó de insistir por fin, no podría ganarle a Jimin ni aunque tuviese un tanto de razón.

 

—Estás en tu casa —expresó Jimin y le señaló la ducha—. Te dejaré la ropa en la encimera, aunque creo que será peligroso entrar y verte duch… —Yoongi tapó la boca de Jimin con sus mejillas ardiendo de la pena.

 

—Sólo entrégame la ropa, ya —Jimin asintió mientras sus ojos se encogían de la risa.

 

 

A pesar de apenas estar en primavera el calor del medio día molestaba a Jimin. Llevaba algo más de treinta minutos con Taehyung, ambos estaban a punto de terminar sus almuerzos y no habían hablado lo suficiente. Jimin estaba casi seguro de que su mejor amigo estaba enojado por haberse acostado con Yoongi en su cama, pero a la vez no estaba tan convencido de eso ya que Taehyung había aceptado almorzar con él.

 

Tragó el último bocado ya que se encontraba lleno y no quería terminar lo que le quedaba de comida, hizo el plato a un lado viendo a su mejor amigo imitar su acción y tomar un poco del té helado con el que acompañaba su almuerzo.

 

—Tienes algo que decirme, lo noto en tu mirada, Park Jimin —dijo sorbiendo un poco más del té.

 

—Por eso eres mi mejor amigo. Te amo exageradamente, ¿alguna vez te lo había dicho? —dijo lo suficientemente fuerte como para que un conjunto de chicas que tomaban su almuerzo a un lado comenzaran a reírse de lo lindos que podían verse.

 

—¿A caso pretendes conquistar a alguna de ellas? —preguntó Taehyung sin lograr que las chicas lo escucharan—. Apenas te encuentro en mi cama con un chico y ya quieres revolcarte con otra —soltó con un rostro asqueado.

 

—Deja de ser tonto, no es eso, voy a comprarle un apartamento a Yoongi —soltó de la nada, observando el estado de sus uñas. Taehyung se quedó petrificado, creyendo que había escuchado mal.

 

—Dime que es una broma.

 

—Necesito que le digas que el lugar es tuyo, si se entera que lo compré para él no va a aceptar, es un cabezota —frunció los labios esperando una respuesta positiva de su mejor amigo.

 

—No puedo creerlo —Taehyung estalló en carcajadas sin importarle que todos le miraran raro—. ¿Te… gustó tanto? No puedo… creerlo —intentó decir sin parar de reírse—. Llevas menos de un mes conociéndolo y ya quieres darle un apartamento, ¿qué sigue? ¿Le regalarás la mansión de tu padre? ¿Tu auto de carreras? —Jimin frunció el ceño enojado, no quería que su amigo se burlara de él, sólo necesitaba que aceptara y lo acompañara a elegir un apartamento adecuado para Yoongi.

 

—Ya, cálmate Taehyung. ¿Sí vas a ayudarme? —refunfuñó sin prestarle atención al mesero que recogía los platos y dejaba la cuenta sobre la mesa.

 

—No —respondió totalmente serio.

 

—¡Tae! —gimió Jimin.

 

—¿A caso no te das cuenta de que estoy enojado contigo? ¿Cómo te atreves a revolcarte con esa puta en mi cama? Has arruinado las sábanas que mi madre trajo de… ¡ni si quiera sé de dónde las trajo! Ahora tendré que quemarlas —Jimin se le quedó viendo con un rostro carente de expresión.

 

—Te pagaré las sábanas, haré lo que pidas pero ayúdame —rogó—. Y Yoongi no es ninguna puta.

 

—Eh… —Taehyung se levantó de la silla—. Voy a pensarlo, te veo luego —respondió con palabras atropelladas y luego huyó del restaurante, dejando a Jimin con la boca abierta a punto de tocar el suelo.

 

—Te odio, Taehyung —resopló y dejó caer su cabeza sobre la mesa—. Eres un maldito —prosiguió pensando en qué más podría hacer.

 

Los minutos pasaron mientras él continuaba maldiciendo a su mejor amigo hasta que se cansó y se sentó en la mesa con la espalda recta. «Ese idiota va a ayudarte», pensó y sonrió, «No puede negarse, no», añadió completamente decidido. «Ahora sólo debes ir a buscar un lindo lugar para Yoongi», se levantó del asiento y fue a pagar para salir corriendo del restaurante, sacando su auto del estacionamiento y deteniéndose en seco al recordar algo.

 

—Eres un tonto Jimin, aún no sabes qué le gusta a Yoongi, ¿cómo vas a comprarle algo que no sabes si le agradará? —se reprendió recostándose sobre el volante del auto.

 

—Ve, pregúntale y avanza, otras personas también desean salir del estacionamiento —comentó el joven encargado, señalando la fila de autos que tocaban sus bocinas tras el auto de Jimin.

 

—Lo siento —Jimin hizo una reverencia y aceleró de nuevo haciendo caso a lo que el joven le había dicho. ¿Quién más podría decirle qué le gustaba a Yoongi más que el mismo Yoongi?

 

 

Dejó los palitos sobre el plato bastante satisfecho y sin dejar de pensar en cómo podría lograr que Hoseok le hablara, ya que él no se había pasado a saludarlo a pesar de que siempre llegaba temprano a preguntarle cómo le había ido en la mañana.

 

Pasó la mirada por el lugar percatándose de que Jimin se encontraba recostado sobre una de las paredes mirándolo. No pudo evitar sonreírle de una manera linda, recibiendo como respuesta una sonrisa tonta por parte del otro, que luego se acercó y le dio un besito tímido en los labios.

 

—¿Qué te trae por aquí? —preguntó tomando algo de jabón para lavar el plato.

 

—Sólo quería visitarte —Jimin tomó el asiento de Yoongi sin dejar de mirarlo. Debía apurarse o Hoseok lo vería allí y no quería iniciar de nuevo una pelea con él. Bastante había tenido con evitarlo al entrar al restaurante.

 

—Siento que no debo creerte —bromeó secándolo y poniéndolo en su sitio.

 

—Debes hacerlo —sonrió de manera convincente haciendo que Yoongi no insistiera más y lo mirara embelesado, por lo que Jimin tomó ventaja de ello—. Siempre estás aquí solo, ¿te gustan los espacios pequeños?

 

—Eh… —Yoongi lo miró pensativo—, sí, realmente no sabría qué hacer en una casa tan grande como la tuya.

 

—Oh, eres genial, ¿y te gustan los colores apagados o pasteles? —el peli naranja frunció el ceño y negó con la cabeza.

 

—Me gustan los colores neutros, pero cuando dibujo suelo usar colores más vivos, aunque muy rara vez lo hago, suelo dibujar siempre que estoy de buen humor —sonrió.

 

—Espera, ¿dibujas? —preguntó asombrado ya que a él también le gustaba dibujar y lo hacía siempre que podía en su taller de arquitectura, además de los miles de dibujos y planos técnicos que debía hacer para entregar sus trabajos de la universidad. Yoongi se sintió avergonzado al ver el rostro emocionado de Jimin, ya que los únicos que sabían ello eran los Jung.

 

—También tocaba la guitarra, mi padre me había regalado una, pero luego él mismo la rompió y no pude volver a usarla —dijo con nostalgia y Jimin supo que debía conseguirle también una guitarra.

 

—¿Y te gusta cocinar? —Yoongi arrugó la nariz con disgusto.

 

—No me gusta cocinar, pero soy bueno haciéndolo. Jin me enseñó unos cuantos trucos, además los chefs del restaurante me ayudaron un poco porque mi padre es muy exigente con sus comidas —Jimin apretó sus mandíbula, odiaba mucho al padre de Yoongi.

 

—Ahora tendrá que morir de hambre —murmuró.

 

—¿Qué dijiste? —inquirió el otro acercándose.

 

—Dije que… ¿cuál es tu apellido? —sonrió pero dejó de hacerlo cuando Yoongi lo miró con un rostro serio, ya se estaba sintiendo incómodo con tantas preguntas, además aquellas comenzaban a hacerse más personales.

 

—¿P-por qué estás haciendo tantas preguntas? —dijo algo tenso.

 

—Sólo quería saber tu número, pero no sabía cómo preguntártelo, así que terminé haciendo un montón de preguntas que no llegaban al caso —enseñó sus dientes fingiendo estar apenado y Yoongi sonrió por lo lindo que podía ser Jimin.

 

—Lo hubieses dicho antes —extendió su mano indicándole a Jimin que le entregara su móvil.

 

—No me culpes, soy un tonto —Jimin sacó su teléfono del bolsillo y se lo entregó. Realmente quería el contacto de Yoongi y antes no había sabido cómo pedírselo por lo que se sentía animado al saber que ya lo tendría.

 

—El mío se quedó en el bar por tu culpa, así que debes esperar hasta la noche para q… —la voz de Hoseok por el pasillo hizo que Yoongi dejara de hablar—. Es Hoseok —susurró y Jimin lo miró enarcando una ceja—. ¡Escóndete, ahora! —Yoongi obligó a que el moreno se metiese bajo la mesa, que para suerte de ambos, tenía un mantel largo que casi llegaba hasta el suelo.

 

—No…

 

—Haz silencio —mandó Yoongi y se sentó al lado fingiendo estar descansando.

 

Cuando Hoseok llegó se quedó mirándolo con cara de arrepentimiento, no le gustaba pelear con Yoongi, era un caso perdido porque a las horas siguientes terminaría extrañándolo.

 

—Aquí está tu bolso y no vuelvas a marcharte sin él —advirtió Hoseok y Yoongi asintió nervioso—. Yo… lo siento, no quiero que sigamos peleando —expresó y luego lo abrazó con fuerza, siendo correspondido por su mejor amigo que se sentía un poco mejor al escuchar las palabras del moreno. Mientras que Jimin ardía en furia bajo la mesa.

 

—No hay problema, lo importante es que no se vuelva a repetir —sonrió haciendo que Hoseok asintiera—. Ahora vete a trabajar, van a reprenderte si no te encuentran —dijo preocupado ya que eso pasaría si continuaba allí.

 

—Sí, debo terminar a tiempo para regresar a la universidad, te veo en la noche —Hoseok volvió a abrazarlo, el pelinaranja le correspondió enternecido, y se marchó con una sonrisa en los labios.

 

Yoongi se sentó en la silla y exhaló con los nervios de punta.

 

—Ya puedes salir —jadeó.

 

—No voy a hacerlo —Jimin bufó como si de un niño mimado se tratara.

 

—¿Por qué no lo harás? —preguntó divertido.

 

—¿Siempre son así? —soltó lleno de celos haciendo que Yoongi soltara una carcajada llena de gracia y él no pudiera soportar más tiempo bajo esa mesa y saliera para mirarlo ofendido.

 

—Es algo normal, puedo asegurar que tú y Taehyung actúan de la misma forma —Jimin sonrió sin poder hacer nada, realmente él se volvía cursi cuando se trababa de Taehyung.

 

—Vale, tú ganas, debo marcharme o terminarán despidiéndote porque no trabajas —expresó debido a que él debía irse a buscar un apartamento nuevo para el peli naranja.

 

—Si lo hacen tú deberás buscarme un empleo nuevo —bromeó Yoongi mientras se ponía su delantal y guantes.

 

—Lo haría —afirmó el pelinegro acercándosele para darle un beso fugaz y marcharse.

Notas finales:

¿Qué tal el capítulo? A mí pareció de lo más bonito, claro, exceptuando ese momento con el señor Min. Y ahora, ¿qué opinan de lo que jimin quiere para Yoongi? A mí de verdad me pone muy nerviosa, haha.

Los comentarios del capítulo anterior los podré responder después del jueves, así que quiero agradecer a aquellos quienes comentan.

Y otra cosa, me ha parecido que cada vez recibimos menos comentarios, sin embargo, el número de visitas sube, y esto me entristece mucho. Un comentario es una muestra de respeto del lector al escritor, y en serio, que ésto me decepciona. Así que, si la gente de verdad nos lee debe decirlo, porque de lo contrario tomaré la decisión de dejar de escribir, lo digo por mí, Lord, así que espero que las personas se animen.

Y bien, sin más bullshit que decir, ¡hasta luego! ^^ ♥


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