Capítulo 15
Llevaba un par de horas merodeando por la ciudad, no quería regresar a casa con su humor en ese estado porque no estaba bien que fuese a indisponer a sus hermanos o a Jin, que tanto le había ayudado en los últimos años. Su cabeza estaba a punto de explotar a causa del montón de pensamientos que se iban agrupando en ella con cada paso. Se sentía mal por haber tratado a Yoongi de esa forma, pero por momentos no sentía ningún tipo de arrepentimiento por lo dicho o hecho. Su mejor amigo no confiaba en él y se estaba dejando manipular por un chico que no traería nada para su vida, según él.
Su cabeza le recordó el rostro lleno de lágrimas de Yoongi, haciendo que su corazón se encogiera y deseara escuchar todo lo que el pelinaranja tenía por decir, pero luego y tal como lo llevaba haciendo las últimas horas volvió a juzgar a su mejor amigo, pensando lo peor de él y sintiéndose desilusionado por su falta de confianza.
Pensó en Jimin, en ese mocoso que le estaba quitando todo, porque Yoongi era parte de su todo, deseó golpearlo, para que le pagara todo el sufrimiento y el malestar por el que estaba pasando en ese momento. Se detuvo, con ganas de gritar cuánto odiaba a Park Jimin cuando un par de hombres pasaron corriendo por su lado, empujándolo en su paso pero sin lograr que Hoseok cayera al suelo. Su humor se volvió más oscuro, quiso salir tras esos idiotas que ni siquiera se habían atrevido a pedir disculpas, pero unos sollozos le hicieron detenerse para agudizar un poco su oído.
Al escuchar que efectivamente alguien lloraba dedujo que ese par de tipos eran unos ladrones y que al parecer le habían hecho daño a alguien. Dio unos largos pasos intentando hallar a la persona que lloraba y pudo ver un bulto recostado sobre una pared que la lámpara no alcanzaba a iluminar, sintió pena por esa persona y se acercó para ayudarle pero se detuvo en seco al reconocer la ropa que llevaba Taehyung ese día. Sintió miedo sin saber por qué, su respiración se detuvo por un momento y pensó lo peor, reaccionó con los nervios de punta, rogándole a todos los dioses existentes porque Taehyung estuviese bien y se acercó.
—¿Taehyung? —el mencionado calló y Hoseok se puso de cuclillas a su lado—. ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió, Taehyung?
El menor no pudo contenerse de nuevo y comenzó a llorar sin descanso. Hoseok pasó sus brazos alrededor de él, mostrándole que estaba a su lado y que nada iba a sucederle de nuevo, las palmas de sus manos subieron y bajaron con lentitud por la espalda del otro y le susurró un: “todo va a estar bien”, con la esperanza de que Kim Taehyung se calmara.
Al cabo de unos cuantos minutos Hoseok se separó y ayudó a levantar al chico que continuaba llorando en silencio, creando una imagen demasiado tierna para el sobreprotector Hoseok.
—Vamos, voy a llevarte a casa —le propuso, pero Taehyung no respondió nada—. Taehyung, no sé dónde vives, ¿podrías darme la dirección? —preguntó siendo ignorado de nuevo.
Se quedó mirándolo por un momento y volvió a atraerlo hacia su pecho, no podía forzarlo a responder ya que aún se veía muy asustado y no podía llevarlo a casa porque no tenía conocimiento de dónde era, sabía dónde vivía Jimin pero no quería verlo de nuevo y menos ahora que sabía que Yoongi vivía con él. Tomó la mano de Taehyung y comenzó a caminar mientras suspiraba.
—Te llevaré a mi casa, SeRa estará feliz de verte cuando despierte.
Introdujo la llave en la cerradura con la mano izquierda, tardando más de lo necesario al abrir la puerta y sonriéndole con pena a Seokjin, que se encontraba en la sala con un montón de hojas esparcidas por toda la mesa.
—Llegas tarde —dijo Jin sin quitar sus ojos de lo que estaba escribiendo—. Me estaba preocupando por ti, ¿ha sucedido al…? —se detuvo en bien posó su mirada sobre Hoseok y Taehyung, el cual no se veía nada bien—. ¿Ha enfermado de nuevo? —dejó su lapicero a un lado y se le acercó para verlo mucho mejor, su rostro estaba completamente rojo de tanto llorar.
—Lo siento, Jin, se presentaron ciertos inconvenientes, ¿podrías llevar a Taehyung a mi habitación mientras le preparo un té? —preguntó posando una mano en su cuello debido al estrés por el que pasaba en ese momento. El castaño asintió sin hacer más preguntas y se llevó al chico que no se inmutaba de nada.
Hoseok no tardó en llegar con un pocillo lleno de infusión de manzanilla que le puso a Taehyung en las manos. El menor se quedó mirando el té y luego lo acercó a su boca para soplarlo, Hoseok medio sonrió aliviado al verlo moverse un poco y posó la vista sobre su amigo.
—No sabes lo avergonzado que estoy contigo —exhaló.
—No te preocupes, estuve haciendo el informe del laboratorio, lo había olvidado por completo y justo lo terminaba cuando llegaste —Jin posó su mano sobre el hombro de Hoseok y le sonrió de esa manera amable a la que el otro ya estaba acostumbrado.
—Te contaré todo en la universidad —susurró Hoseok y lo abrazó agradeciéndole lo mucho que le ayudaba—. Gracias por cuidar de los chicos, ve con cuidado.
—Está bien, te veo… ahora, adiós —salió de la habitación cerrando con cuidado la puerta y dejando a un nervioso Hoseok al lado de la cama donde se encontraba Taehyung terminando su té.
Se sintió como un completo estúpido al no saber qué decirle hasta que tomó un poco de fuerzas, le recibió el pocillo y lo dejó a un lado mientras formulaba una pregunta.
—¿C-cómo… cómo te sientes? ¿Te hicieron algo? —apretó los labios y los puños sin saber.
Taehyung se mantuvo en silencio por un corto tiempo y luego habló:
—Me robaron el teléfono y me golpearon —dijo con un puchero que conmovió a Hoseok.
—¿Dónde te golpearon, puedo revisarlo? —inquirió bastante preocupado y sin saber por qué se sintió nervioso al ver cómo Taehyung se sonrojaba, luego asentía y señalaba su vientre.
—Aquí —Taehyung subió su camisa y Hoseok deseó no haber dicho nada. Su cuerpo tembló de forma notable aunque Taehyung no pudo notarlo.
—Por suerte no tienes ningún cardenal —desvió su mirada con ganas de huir de la habitación y meterse bajo la cama de Jungkook. Cayó en cuenta de que había sido algo malo al ni si quiera revisar bien cómo estaba el menor y volvió a mirarlo fijando su vista en un notable moratón al lado de los labios del castaño.
Taehyung no alcanzó a señalar aquel lugar ya que Hoseok, antes que él, había tocado aquel lugar, desviando un poco sus dedos por los labios de Taehyung y cayendo en cuenta de lo que estaba haciendo cuando escuchó un quejido del otro.
—Lo siento… —Hoseok se alejó ya que sin saberlo se había acercado mucho a Taehyung—. Tú tienes que dormir, te ves muy cansado, eh… duerme bien —comenzó a caminar con torpeza.
—¡Espera! ¿Dónde vas a dormir tú? —indagó con preocupación y pena porque sabía lo pequeña que era la casa de Hoseok además de no contar con una habitación para huéspedes.
—Yo dormiré… —Hoseok se detuvo a pensar en que no tenía dónde dormir— con Jungkook —mintió considerando dormir en el sofá aunque fuese algo incómodo descansar allí.
—Quédate aquí, no tengo problema en dormir contigo —Taehyung se corrió haciéndole espacio a Hoseok.
—¿Estás seguro? No creo que sea cómodo para ti dormir con alguien más —dijo, nervioso.
—Ya te dije que no tengo problema —explicó sin mirarlo a la cara.
—Vale, me cambiaré primero.
Hoseok comenzó a quitarse la camisa sin notar cómo las orejas de Taehyung iban poniéndose de un rojo fuerte. El castaño no pudo más con el atrevimiento del mayor y cerró los ojos intentando calmarse un poco. El dueño de la casa quitó sus jeans y buscó entre su ropa un pantalón para dormir y luego se metió bajo las cobijas logrando que una estremecedora energía se pasara al cuerpo de Taehyung al sentir la piel de Hoseok rozando la suya. ¿Por qué dormía sin camisa si él estaba a su lado? Se preguntó, contando números al revés y pensando en los perros de Jimin para sentir desagrado. Cuando estuvo más calmado volvió a abrir los ojos y se encontró con el rostro apacible de Hoseok, siguió con la mirada cada uno de sus rasgos, quiso tocar sus cejas, sus labios, pasar sus dedos por sus pestañas, y creyendo que Hoseok ya se había quedado dormido dijo:
—¿Por qué no puedo gustarte?
Hoseok, que luchaba contra sus pensamientos para poder dormir, se quedó en blanco al escuchar la desesperada pregunta de Taehyung. Abrió los ojos encarando al castaño que se quedó como piedra al sentirse juzgado por la incomprensible mirada de Hoseok, ¿debía agregar algo más? ¿Debía quedarse en silencio y darle la espalda? No sabía qué hacer ya que sabía que recibiría una respuesta negativa que le rompería el corazón.
—Lo siento —dijo Hoseok y Taehyung sintió que comenzaban a clavarle una daga en el corazón—. Realmente no sé qué es lo que siento, estoy confundido —tragó con fuerza sintiéndose culpable por el montón de lágrimas que comenzaban a agruparse en los ojos de Taehyung—. Quisiera poder responderte pero… —Taehyung habló con rapidez.
—¿Soy así de indeseable? ¿Qué puedo hacer para lograr ser de tu agrado? —Hoseok sintió que empeoraba la situación con cada palabra. Por primera vez se detuvo a detallar el rostro de Taehyung, quiso quitar aquellos cabellos que intentaban tapar sus bellos ojos, como si se negaran a darle a Hoseok la oportunidad de verlos y admirarlos. Se preguntó qué sentía por aquel chico, ¿le gustaba? ¿No le gustaba? Se sentía tan confundido que sólo quería gritar, además sabía que a pesar de todo Taehyung no merecía eso.
Al no recibir una respuesta, Taehyung interpretó el silencio de Hoseok como un “te falta demasiado para ser de mi agrado”, sintiendo su autoestima resbalarse por la cama hasta el suelo y preguntándose por qué Hoseok se comportaba de esa malvada forma con él.
—Es mejor que no respondas nada —habló.
Taehyung luchaba para no llorar, sintiéndose peor al continuar sin recibir una respuesta de Hoseok, el cual continuaba admirándolo sin haber escuchado lo que recién había dicho. El moreno posó su mirada de nuevo en el cardenal que tomaba más forma al lado de sus labios.
—¿No podrías intentarlo? ¿No podrías dejarte enamorar? —aquello tampoco fue escuchado por Hoseok, que se sintió atraído por los labios de Taehyung y terminó besándolo, sintiendo aquellos suaves y lastimados labios, cuidándose de no lastimarlo.
El menor se sintió un tanto ilusionado cuando los apetecidos labios de Hoseok se posaron sobre los suyos, por un momento creyó que esa era la forma del mayor de decirle que sí iba a dejarse enamorar, sin embargo, luego cayó de plano en la realidad, aquella realidad que le gritaba que aquello era casi imposible y que posiblemente Hoseok sólo estaba haciéndolo callar con un beso, para que se conformara y lo dejara en paz. Sin esperar mucho se apartó del mayor, no era justo para su corazón permitir que aquel chico lo usara a su antojo, burlándose de sus sentimientos e ilusiones, por otro lado, el mayor no pudo contenerse y volvió a acercarse a Taehyung, invadió sus labios con el mismo cuidado haciendo enojar más al otro chico que de nuevo se separó y lo empujó sin muchas fuerzas.
—¡Deja de hacerlo! —exclamó—, ¿acaso te parezco divertido? ¿Para qué me besas si no vas a darme una oportunidad luego? —una lágrima fugaz se escapó de los ojos de Taehyung, Hoseok se sintió miserable y no dijo nada al ver a Taehyung dándole la espalda con la cobija casi tapándole la cabeza.
¿Por qué lo había hecho? Se preguntó, recostándose de nuevo en la cama, sintiendo la culpa posarse sobre su pecho y escuchando los sollozos que se le escapaban a Taehyung.
—Lo siento, Tae —dijo con franqueza.
—Sólo cállate, me estás lastimando mucho más —hipeó encogiéndose en la cama.
«¿Esto es lo único que sabes hacer, Hoseok? ¿Sólo sabes herir a las personas que te quieren?», su subconsciente comenzó a atacar, «Primero Yoongi, luego Taehyung, ¿ahora qué? ¿Vas a lastimar a tus hermanos?». Cerró los ojos con fuerza y abrazó la cobija con desgana, se estaba convirtiendo en alguien malo, ese no era el Hoseok bueno que tanto querían sus hermanos y amigos, debía impedir aquello, no podía permitirse terminar convirtiéndose en un ser al que todos odiaran.
≡≡≡
Decidió levantarse de la cama, no había podido pegar el ojo durante la madrugada. Agradeció el que Taehyung no hubiese tardado mucho en quedarse dormido, sus sollozos lo habían hecho sentirse mucho peor, además la culpa por todo lo sucedido no había abandonado su cabeza. Se preguntó cómo haría para sobrevivir ese día, no tenía sueño pero sabía que en algún momento lo tendría. Antes de abandonar la habitación miró a Taehyung, que continuaba durmiendo y dándole la espalda.
—Me alegra que hayas podido dormir —dijo con un bajo tono de voz y salió de la habitación sin hacer ruido.
Hizo el desayuno con lentitud, poniéndole todo el amor necesario a la comida, luchando por dejar de pensar en lo malo que había hecho y tratando de buscar una forma de enmendarlo todo aunque aún se sentía un poco a disgusto con su mejor amigo. Probó cada plato y sonrió satisfecho para luego ir a despertar a sus hermanos, dándole a cada uno un beso en la frente y ayudándoles a arreglar sus habitaciones.
—Oppa —llamó SeRa con una toalla enredada en su cabello y su uniforme bien puesto—. Dile a Yoongi oppa que obtuve una muy buena nota en Artes y todo fue gracias a él —sonrió y regresó a su cuarto.
Hoseok asintió y caminó hasta el cuarto de Jungkook en busca de algo de ropa para Taehyung, había limpiado y ordenado la casa sólo para pensar qué podría decirle al castaño cuando lo despertara. ¿Debería volver a pedirle perdón? ¿Y si le permitía golpearlo? Negó con la cabeza y tomó un poco de aire antes de entrar a la habitación. Observó al menor con pena y lo movió con el mayor cuidado del mundo pero éste no se inmutó ni un poco. Hoseok comenzó a moverlo de forma más brusca preguntándose cómo podía hacer para dormir tanto, se sintió ofuscado al ver que no obtenía nada moviéndolo y gruñó.
—¡Levántate! —se quejó y le lanzó una almohada encima que efectivamente hizo que el chico se sentara de golpe y mirara a Hoseok como si fuese a asesinarlo.
Taehyung cayó en cuenta del lugar en el que estaba, su mirada cambió al saber que había dormido con Hoseok y que había sido rechazado, además se apenó por haberse puesto a llorar delante de él, sintiéndose patético y humillado. Recordó quién era y de dónde venía, diciéndose que él, que Kim Taehyung, no podía verse débil ante nadie, por lo que fingió no importarle nada de lo sucedió y arregló un poco su genio.
—Buenos días —masculló sin mirar a Hoseok a los ojos.
—Ya he preparado el desayuno —anunció bastante nervioso—. Ven, los chicos ya están en la mesa.
Taehyung se levantó de la cama refregando sus ojos y siguió al moreno hasta la sala. Sonrió al ver a SeRa allí sentada, contándole algo gracioso a Jungkook y exagerando sus acciones. Cuando la menor lo vio sonrió de una forma mucho más amplia e intentó bajar de la silla para ir a saludarlo, pero su acción fue impedida por Hoseok.
—Primero desayuna —le ordenó el mayor tomando asiento luego de que Taehyung lo hiciera, no sin antes dedicarle una mirada de mal gusto.
—¿Por qué no me dijiste que ibas a quedarte a dormir? Hubiésemos podido comer de mi cereal —dijo la niña algo decepcionada por no poder compartir mucho tiempo con Taehyung.
—Desayuna en silencio, vas a llegar tarde a la escuela —la reprendió de nuevo el mayor, ganándose una mirada mortal del invitado, que sólo se limitó a acariciar los cabellos de SeRa y sonreírle mientras ella miraba a su hermano con indignación.
Las miradas de Jungkook y SeRa se encontraron, ambos se sentían extraños al presenciar el raro comportamiento de su hermano, nunca lo habían visto así, aunque sí podían recalcar que Hoseok se encontraba de muy mal humor los últimos días. Se sintieron algo preocupados y desearon tener un poco de tiempo para preguntarle si se sentía bien y si podían ayudarlo ya que extrañaban al Hoseok amable y cariñoso.
Jungkook dejó su plato de lado y corrió a cepillarse los dientes con SeRa tras él, no tardaron mucho y volvieron a la sala con sus maletas bien puestas y con unas sonrisas incómodas.
—Es hora de que nos vayamos —anunció Jungkook.
—¿SeRa se irá sola? —preguntó Taehyung con desconfianza.
—Claro que no, dejo a SeRa de camino al Instituto —Jungkook tomó la mano de la menor que asintió con energía—. Y la recojo cuando terminan mis clases, ella termina sus clases dos horas antes, pero aprovecha ese tiempo para adelantar sus deberes.
Taehyung se sintió mal porque aquella niña tuviese que quedarse esperando en su escuela mientras los demás niños eran recogidos por sus padres.
—Cuídense bastante —dijo Hoseok antes de abrazarlos y besar sus frentes—. Si sucede algo deben llamarme —aclaró y luego abrió la puerta para que sus hermanos se marcharan.
—Espera, Jungkookie —dijo SeRa que se soltó de su mano y corrió a abrazar a Taehyung—. Cuando regreses debes avisarme —lo regañó y luego salió corriendo tras su hermano.
Hoseok cerró la puerta y miró a Taehyung olvidando lo que iba a decirle antes.
—Te… oh sí, dejé sobre la cama ropa de Jungkook para que te vistas, espero que no te incomode ponértela —dijo esperando un mal comentario del chico, pero no llegó nada malo.
Taehyung se levantó de la mesa, llevando sus platos y lavándolos en silencio mientras Hoseok lo veía alarmado, quería detenerlo pero temía recibir un golpe o tal vez que el chico le estrellara el plato en la cara. Cuando Taehyung terminó, fue en busca de la ropa a la habitación y se metió al baño con rapidez, quería marcharse y dejar aquella incomodidad de lado.
Hoseok lo esperó e ingresó al baño en bien el otro chico salió, no quería que Taehyung se fuera solo, quería hablar con él y arreglar un poco las cosas. Se duchó lo más rápido que pudo y salió en toalla para buscar la ropa que se pondría. Taehyung, que jugaba con sus dedos lo miró nervioso y se levantó de la cama para salir de la habitación, tropezando con sus pies y cayendo de bruces al suelo. El mayor, al verlo tropezar corrió a sostenerlo para que no se lastimara pero terminó cayendo encima y sin notar que su toalla se había desatado.
Taehyung no esperó mucho y salió corriendo a la sala mientras tapaba sus ojos, sintió cómo su entrepierna comenzaba a aumentar y a doler. Hoseok se quedó mirándolo preocupado y luego se levantó del suelo sin entender por qué había salido corriendo. Palideció en bien vio su toalla enroscada en el suelo y se preguntó por qué la vida se encargaba de hacerle pasar por aquellas situaciones, cerró la puerta de mala gana y se vistió, ¿ahora cómo miraría a Taehyung? Maldijo mil veces y salió preparado para marcharse a la universidad.
—Taehyung, yo… —no pudo terminar.
—Se nos hace tarde —dijo sin más y metió sus manos en los bolsillos fingiendo verse tranquilo cuando su rostro aún se veía totalmente sonrojado.
El camino a la universidad fue incómodo para los dos, Hoseok se extrañó al no recibir un insulto cuando hizo que Taehyung se subiese al transporte público y más cuando les tocó salir corriendo tras el bus porque aquel tardaba mucho en pasar. Cuando estuvieron dentro de la universidad, el mayor miró al castaño decidido, debía aclarar todo, no podía permitir que Taehyung se marchara luego de todo lo que había sucedido.
—Gracias por todo, te devolveré la ropa en el bar —dijo y se fue sin permitir que Hoseok dijera algo.
—Eres un maldito idiota, Hoseok —se dijo, jalándose los cabellos sin importarle que todos los estudiantes lo miraran como un si fuese un loco.