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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del capitulo:

Jelou~

Siento que han pasado siglos desde que actualizo yo, haha. ¿Cómo han estado, lectoras? Yo espero que muy bien. Y... este... aquí el capítulo de hoy, esperamos que les guste. Qué nervios. ♥

Capítulo 21

 

Se sentía incómodo por haber estado parado a solas durante aproximadamente media hora. Ni siquiera había apagado el motor del auto. Estaba decidido a no hacerlo hasta que Jimin llegara. El dilema era que su estúpido mejor amigo aún no asomaba sus narices por el lugar.

 

Una chica que Taehyung había visto varias veces estacionó su Ferrari azul celeste al lado de su auto. Miró sin interés a la mujer y se sonrojó un poco al ver que las amigas de la joven lo saludaban de manera coqueta. No era la primera vez que sucedía en esa corta media hora. El estacionamiento del edificio donde vivía Namjoon estaba lleno de autos lujosos. Era obvio. La mayor parte de los amigos de Namjoon eran hijos de poderosos empresarios, que él veía en cada fiesta que realizaban los amigos o conocidos de sus padres. Todos a simple vista eran tan recatados delante de sus poderosos padres. Cada familia intentaba destacar a sus hijos lo más que podían sin conocer lo brutalmente alocados que podían ser al asistir a las fiestas de Kim Namjoon.

 

Taehyung sonrió al imaginar la cara de los padres de otra chica que estacionaba su Hummer H2 rosa y vestía un conjunto negro que no dejaba nada a la imaginación.

 

—Su pequeña santa ha dejado sus largos vestidos esta noche —musitó. Y al cruzar su mirada con ella se estremeció al ver lo suciamente coqueta que podría ser. Aunque no podía negarlo: la chica era bastante bella. Pero no era su estilo.

 

Cansado de presenciar tantas personas que a su pesar distinguía, sacó el móvil del bolsillo y llamó a Jimin. Una, dos, tres llamadas, a la cuarta logró escuchar su voz.

 

Tae, lo si… —el chico se le adelantó.

 

—No sé qué hace que estés tan ocupado pero ya son casi las diez de la noche y no has llegado. No voy a esperarte ni un minuto más así que mueve tu gordo trasero hasta aquí lo más rápido posible y sube conmigo al apartamento de Namjoon —por poco se queda sin aire al decir esas cuantas palabras de corrido.

 

Eso ha sido grosero —se quejó Jimin—. Mi padre me ha pedido ir a cenar con él y no pude negarme.

 

—Eres un… —Taehyung evitó decir una grosería.

 

No te enojes, Tae. Puedes tomarte unos cuantos tragos mientras llego. No seas aguafiestas.

 

—Da igual. Cuando llegues me dejarás de lado por estar tras Yoongi. No es que me moleste, sólo digo lo que sucederá —Taehyung apagó el motor del auto y bloqueó las puertas.

 

Tae… —aquella voz le avisaba al castaño que su mejor amigo estaba a punto de hacer una pataleta.

 

—Voy en camino al apartamento de Namjoon, tal vez él sí querrá hacerme compañía mientras le digo lo malo que es mi mejor amigo. ¡Voy a colgar! —avisó.

 

¡Te amo! —exclamó Jimin antes de que todo se quedara en silencio cuando se cortó la llama.

 

—Idiota —bufó sabiendo que ya no lo escucharía.

 

Caminó con lentitud al ver que varios chicos esperaban el ascensor y además gruñó cuando las puertas de éste se abrieron y los chicos no permitieron que se cerraran al creer que él también se dirigía hasta allí. ¿Podrían ser más groseros e ignorarme? Refunfuñó y esbozó una sonrisa obligada cuando entró al ascensor.

 

—Vas a la fiesta de Namjoon, ¿no es así?

 

«Si sabes que voy allí, ¿por qué preguntas?», pensó y luego asintió avisándoles que no tenía ganas de entablar alguna conversación con ellos. Al llegar al piso indicado por poco se lanzó fuera, caminó mucho más rápido por el largo pasillo y visualizó la puerta del apartamento de Namjoon, preguntándose —como siempre— por qué los vecinos de aquel costoso conjunto residencial permitían que alguien tan ruidoso como Namjoon viviera en su piso.

 

Empujó la puerta y percibió que extrañamente algo se animaba dentro de él al ver el conjunto de luces de colores que iluminaban el lugar, evitando que estuviera completamente a oscuras. Su cabeza se movió al ritmo de la agradable música igual que el montón de jóvenes que bailaban repartidos por todo el lugar. Tomó asiento al lado de la barra donde un par de jóvenes contratados repartían diferentes tipos de finos tragos. Les dio la espalda sin ganas de tomar aún y de manera disimulada comenzó a buscar a Hoseok con la mirada. «Tal vez Yoongi está con él, si busco sus cabellos entre toda esta gente será más fácil», se sintió como un genio al tener esa idea e hizo lo mismo sin hallar nada ni nadie. Chasqueó la lengua e intentó por última vez, siendo interrumpido por una voz tras él.

 

—¿Deseas tomar algo? —Taehyung miró por encima de su hombro y se encontró con uno de los chicos que atendían la barra.

 

Tenía el cabello negro como Hoseok obligándolo a pensar mucho más en el mayor. «Me gustaría que fuera él quien me hubiese dicho aquello», pensó y luego al ver que el chico lo veía extrañado se encogió de hombros.

 

—Cualquier cosa está bien —respondió dejando de darle la espalda a la barra.

 

—Toma —el chico puso sobre la barra un trago de color rojo, bastante apetitoso a la mirada de Taehyung. Le sonrió y continuó con su trabajo.

 

Le dio el primer sorbo al trago a punto de soltar un gemido de satisfacción por el delicioso sabor de éste. Fue por el segundo y estuvo a punto de dejar caer la copa al sentir que era abrazado por la espalda.

 

—Me agrada que hayas venido —reconoció la voz de Namjoon sin necesitar encararlo. Su cabeza que estaba jugándole malas pasadas, de repente recordó el día que SeRa le ayudó a abrazar a Hoseok.

 

Deseó repetir ese momento de nuevo, no obstante fue consciente que sólo podría repetirlo en su cabeza ya que ese joven gruñón nunca volvería a acercársele de esa manera.

 

—¿Estás aquí? ¿Hola? —Namjoon se paró en frente de Taehyung moviendo la mano al no lograr que el joven volviese de sus ensoñaciones—. ¡Oye!

 

El castaño pegó un saltito al ver a su amigo tan cerca de él diciéndole algo que no había escuchado.

 

—¿Qué? ¿Podrías repetirlo?

 

—Que te has sonrojado con mi abrazo —señaló las rojas mejillas de su amigo y se rió. Taehyung tapó con ambas manos sus mejillas y le siguió la corriente sabiendo que aquel sonrojo se debía nadie más que Hoseok. «Ya, Taehyung. Debes dejar de pensar en esas tonterías», se regañó volviendo a su semblante serio.

 

—¿Está saliendo todo bien? —preguntó. Pasando su mirada por el montón de gente que disfrutaba de la fiesta.

 

—Como siempre. No hay problemas —el rubio sonrió mostrando sus hoyuelos y saludó a  algunas personas que recién llegaban—. ¿Y dónde está Jimin?

 

—El idiota está cenando con su padre. Llegará un poco tarde —viró los ojos y sorbió el trago.

 

—¿Quieres que te haga compañía mientras llega Jimin? —buscó asiento al lado del castaño pero éste negó con la cabeza.

 

—No, no. Tienes muchos invitados por atender, yo estoy bien aquí mientras me sigan dando este delicioso cóctel.

 

—Estás de suerte, ese cóctel no tiene mucho alcohol. Si no fuera así, terminarías ebrio en menos de dos horas —Taehyung, que miraba a Namjoon, solamente dejó que su mirada viajara con rapidez hacia la puerta. «¿Por qué es tan jodidamente guapo?», maldijo. Su amigo siguió el trayecto de la mirada y sonrió—. Es hora de comenzar —dijo, sabiendo que Taehyung ya no lo escuchaba.

 

Hoseok no pudo percibir el buen ambiente de la fiesta al encontrarse con Namjoon excesivamente cerca de Taehyung. Podía asegurar que sus venas estaban hirviendo y que su mirada no podía dejar de exprimir el cuerpo de su rubio amigo.

 

—¿Quieres que nos sentemos junto a la barra? —preguntó Yoongi sin dejar de sonreír y mover su cabeza al ritmo de la música.

 

—No —Hoseok tomó la mano de Yoongi y señaló con la que tenía libre un lugar donde sentarse alejado de la barra.

 

—¡Oh! —exclamó el pelinaranja antes de sentarse—. Allí está Taehyung, ¿no irás a saludarle?

 

Hoseok apretó la mandíbula y negó con la cabeza. Yoongi frunció el ceño y luego se encogió de hombros.

 

—Está bien. Espérame aquí, iré a saludarlo y por unas cuantas cervezas mientras llegan Jin y Jungkook.

 

—Creo que no tardarán. Sólo están estacionando el auto así que no nos dejes esperando —dijo sin darle importancia. Yoongi volvió a encogerse de hombros y siguió su camino hasta donde estaba el castaño.

 

Hoseok clavó su vista en el suelo confundido por lo bien que se llevaban todos, luego sin nada que pudiera hacer, siguió a su mejor amigo con la mirada. ¿Qué estaba mal con él? ¿Qué le impedía acercársele a Taehyung de una manera tan agradable como lo estaba haciendo Yoongi en ese momento? La respuesta fue instantánea, «Deja de preguntar lo que ya sabes», dijo su subconsciente con obviedad. Negó aferrándose a que su cabeza, corazón, todos, estaban equivocados.

 

—Me siento mal por dejar a Taehyung allí sólo —habló Yoongi en bien regresó—. Pienso que es una buena persona, me agrada.

 

—Deja de preocuparte. Ese chico prefiere estar solo, te lo aseguro.

 

Yoongi le pasó una de las cervezas y destapó otra para sorber con gusto de ella.

 

—Debes explicarme por qué te disgusta tanto Taehyung. Habla, ¿por qué te desagrada tanto ese buen chico? —su mirada era seria y escrutiñadora.

 

Hoseok se sintió atrapado. Como si estuviera en el borde de un precipicio, temiendo por caerse de allí.

 

—¿Cómo va todo con Jimin? ¿Te está obligando a hacer cosas que no quieres hacer? Podrías mudarte a mi casa y… —se calló al ser consciente de las estupideces que estaba diciendo.

 

—Todo va muy bien. No debes preocuparte —mantuvo una mirada que le casi le gritaba a Hoseok que era un tonto—. No intentes cambiar el tema de nuestra conversación.

 

—E-ese chico… eh… —se rascó el cuello dejando la marca roja de las uñas sobre su pálida piel—. Es…

 

—Tal vez… —los ojos de Yoongi se achicaron hasta casi desaparecer—. ¡¿Te gusta Taehyung?! —gritó. Afortunadamente la música no permitió que alguien más se interesara en lo que había dicho.

 

—¡¿Qué?! —Hoseok miró a Yoongi con un rostro serio y a la vez culpable—. N-no es así. ¡¿Cómo te atreves a decir algo tan… algo así?! De casualidad… ¿A-aún tienes fiebre? —Hoseok se acercó y puso su mano en la frente de Yoongi.

 

—No puedes negarlo, te gusta —el pelinaranja comenzó a carcajearse y manotear sin detenerse—. Eres muy obvio, Seok —dijo entre risas—. ¿Quieres que lo llame para que puedas saludarlo? No, no. ¿Prefieres que los deje en algún lugar a solas?

 

Hoseok frunció el ceño y apretó los puños.

 

—¡¿Y si me gusta qué?! —exclamó enojado. La boca de Yoongi formó una “o”.

 

—¿Por qué no se lo has dicho? ¿Por qué eres tan grosero con la persona que te gusta? ¿Acaso piensas en todo el daño que le has causado por tu mal comportamiento? —le reprendió.

 

—¡No lo sé! No hagas preguntas que no puedo responderte. Estoy confundido. Realmente no comprendo a la perfección lo que siento. Soy un idiota, Yoongi.

 

—¿Y si intentas hablar con él y aclararlo todo? No es por darte ánimos pero Taehyung te mira como si deseara acercarse y hablar contigo. Falta poco para que termine aquí sentado, hombre —indicó con sinceridad.

 

—¿Crees que debo ir? —Hoseok lo miró llenándose de valor.

 

—¡Claro que sí! Levántate, te llevaré hasta allá para que no te arrepientas durante el camino —Yoongi ayudó a su amigo a pararse del asiento.

 

Como si la vida no estuviera de su lado ese día. Sus planes se vieron arruinados por culpa de Namjoon, que sin saberlo llegó en un pésimo momento.

 

—Hey, chicos. Es hora de que la verdadera fiesta comience así que… ¡vamos! —Namjoon los tomó de los brazos y los llevó tras él.

 

El Dj comenzó a tocar haciendo que la masa de cuerpos se agrupara más. Hoseok decidió disfrutar del momento mientras tomaba la fuerza necesaria para decirle todo lo que sentía a Taehyung. Desde el lugar donde se encontraba buscó al castaño, asegurándose de que aquel se mantuviera en el mismo lugar y así fue. Sonrió al verlo tan calmado y disfrutando de la situación desde su asiento. «Taehyung no te daría problemas», pensó.

 

Un chico que bailaba cerca de él en el fulgor de la noche le pasó una pequeña copita con un licor que no se detuvo a reparar. Tragó el líquido sin siquiera permitirse saborearlo. Su cuerpo de repente sintió un choque de energía que lo obligó a saltar mucho más y bailar tanto que incluso llegó a ser el centro de atención del lugar. De la misma forma que aquella energía llegó se fue. La pista de baile se volvió borrosa y la música pasó a ser casi un estorbo para sus oídos. Alcanzó a sostenerse de Yoongi y éste lo miró preocupado.

 

—¿Te sientes bien?

 

Hoseok negó con la cabeza y salivó debido a que su boca estaba completamente seca.

 

—Debo sentarme un momento —dijo, dejándose ayudar por Yoongi y mirando mucho más hacia donde se encontraba Taehyung.

 

Yoongi creyó comprender el mensaje que le estaba dirigiendo su mejor amigo. Concluyó que debía darles una mano y dejó a su amigo sentado en un sillón para luego ir en busca de Taehyung. Mientras que iba acercándose al menor, una horda de personas volvió a jalarlo dentro de la pista de baile impidiéndole salir. Por otro lado, Namjoon intentó dar su propia ayuda encaminándose al lugar donde Hoseok intentaba recobrar la razón debido al raro trago que había recibido.

 

—Hey, Seok —le dijo animado y dispuesto a recibir cualquier golpe con tal de que su amigo abriera los ojos.

 

Hoseok que con dificultad recordaba dónde se encontraba lo miró.

 

—Creo que voy a dar mi paso final —el moreno lo miró con el ceño fruncido por no haber escuchado bien lo que Namjoon había dicho—. Voy a llevarme a Taehyung a la cama, ¿qué tal? ¿Crees que podré lograrlo? —dijo con una sonrisita ladina. El rostro de Hoseok se tornó de diferentes tonos de rojos, y una explosión de sentimientos se formó dentro de su cuerpo.

 

—No lo creo —dijo apretando la mandíbula—. Taehyung no es tan fácil como lo crees —intentó convencerse de lo que decía. Las emociones pasaron a ser miedo.

 

—Me gustaría apostar contigo pero es algo grosero. Sólo observa —Namjoon se levantó del asiento y caminó en dirección a Taehyung evitando ser arrastrado también al descontrol que se formaba en la mitad de la pista de baile.

 

El joven castaño que no era capaz de disimular sus ganas por acercársele a Hoseok sonrió apenado al ver que Namjoon se le acercaba como si tuviese un recado para él. Sus piernas temblaron y su corazón se agitó esperando con ansias a que el rubio hablase.

 

—Hey, Taehyunggie —el rubio se vio obligado a hablarle muy de cerca por culpa de uno de los altavoces. Aquella acción hizo que el cuerpo de Hoseok, el cual no quitaba la mirada de encima del par de amigos, comenzara a sudar con exageración—. Al parecer nos estamos quedando sin bebidas aquí abajo. ¿Me acompañarías al segundo piso por un par de cajas de licor?

 

—Oh —Taehyung se rió al ser tan estúpido por creer que Hoseok le había mandado algún tipo de mensaje con Namjoon—. Claro que sí —dejó su trago a un lado y no le importó que el otro lo tomara de la mano. Estaba acostumbrado a las excesivas formas de afecto de su amigo.

 

Namjoon sonrió, miró hacia donde se encontraba Hoseok y le guiñó el ojo. «Es hora de que actúes, Hoseok. Ven por él», rogó. Aquella mentira hizo que el corazón del joven que los miraba alejarse se partiera en millones de pedacitos. Su mundo se volteó y todo empeoró dentro de él. Yoongi vio lo que sucedía desde la masa de personas y escapó de allí sentándose en frente de su amigo que a simple vista se veía afectado.

 

—Lo siento —musitó Yoongi al no lograr su cometido.

 

Hoseok no respondió. Se mantuvo en silencio mirando hacia todas las direcciones sin saber qué era real y qué no lo era. Tenía un pie dentro de la realidad y otro en un loco mundo de colores. Su cabeza volvió a moverse al ritmo de la música pero sin contar con aquel ritmo realmente. Saludó con una mano a Jin y Jungkook que bailaban al fondo y no le dio importancia a su cercanía.

 

—¿Cómo supiste que te gustaba Jimin? ¿Qué viste en él que te agradó tanto? —dijo de la nada, sin mirar a Yoongi ni un solo segundo. El pelinaranja se quedó mirando a Hoseok extrañado por la pregunta y suspiró.

 

—Sólo lo sentí así. Me di cuenta que necesitaba mucho de Jimin y que era lo suficientemente feliz cuando estaba a su lado. Todo él me captó y ya no pude separarme —sonrió al pensar en su chico.

 

—¿No se te ha pasado por la cabeza que tal vez está jugando contigo? ¿Ya han definido su relación? —aquellas palabras salieron rápidamente de su boca, haciendo que Yoongi pensara que ese no era su Hoseok.

 

—Jimin no jugaría conmigo —dijo herido.

 

—Vamos. Jimin es guapo, además tiene dinero. ¡Podría tener a cualquier persona en la palma de su mano! —aquel mal licor hizo que Hoseok comenzara a decir palabras que realmente nunca habría querido decir.

 

—Hoseok, ¿te encuentras bien?

 

—Dime por qué Jimin no está contigo, ¿puedes explicar eso? Apuesto a que está revolcándose con otra persona en este momento.

 

—Está cenando con su padre —defendió sin darle importancia.

 

—¿No crees que su padre puede estar presentándole a su prometida en estos momentos? Ya sabes cómo es la gente adinerada.

 

—Ya basta, Hoseok. Te has puesto muy raro, iré por un poco de agua para que te calmes —las palabras quedaron en el aire. Hoseok tomó el brazo de Yoongi y lo obligó a sentarse de nuevo.

 

—¿Tienes miedo de lo que digo? Da igual, Yoongi, ustedes no son una pareja, Jimin es libre de hacer lo que desee. Aunque… ¿No te preocupa con cuántas personas se revuelca antes de verte? —Yoongi no hizo ningún esfuerzo por levantarse de nuevo.

 

Cada una de las palabras que Hoseok soltó sin querer, formó un enorme nudo que acaparó toda su cabeza, dejándolo pensativo y preocupado.

 

Hoseok miró con tristeza a su alrededor y luego deseó estar cerca de Taehyung. Al mirar de nuevo a Yoongi se sintió mareado. Aquel ya no era su mejor amigo sino el bello chico de cabellos castaños que lo miraba con una dulce sonrisa. No pudo contenerse más y se le acercó.

 

—Me gustas —dijo Hoseok.

 

Yoongi se giró y lo miró impactado por lo que había escuchado. Aun así, no tuvo tiempo suficiente para reaccionar y separarse al sentir los labios de Hoseok sobre los suyos. No era la primera vez que se besaban, tiempo atrás lo habían hecho para que una chica dejara de buscar a Hoseok, pero había sido un juego, y se habían reído durante una semana entera al recordarlo.

 

El moreno, que concebía mil emociones mientras besaba al supuesto Taehyung, cayó de bruces al suelo por culpa de un enojado Jimin que jalaba a Yoongi y se lo llevaba fuera del lugar sin escuchar una sola explicación.

 

—Espera, Jimin. No es lo que piensas —gritó Yoongi sin evitar que su chico dejara de jalarlo fuera del apartamento.

 

El golpe hizo que Hoseok cayera en la cruda realidad. Se maldijo internamente al ver la cara de preocupación de Yoongi antes de salir del apartamento y luego todo empeoró al toparse con el rostro lleno de lágrimas de Taehyung, el verdadero Taehyung, que salió corriendo cuando su mirada se cruzó con la del chico que tanto le gustaba.

 

—¿Qué demonios sucedió? —susurró sin dudar en salir tras el menor.

 

Lo alcanzó en la puerta y lo tomó del brazo sin permitirle soltarse hasta que subieron las escaleras y se encerraron dentro de uno de los tantos cuartos que poseía el apartamento del joven Kim. Hoseok gruñó al ver a un chico rodeado de dos chicas, los tres carecían de ropa y estaban desparramados en el suelo.

 

—Hey, cierra la puerta —dijo el hombre, dándole un poco de droga a una de las chicas sin preocuparse porque los vieran.

 

—Lárguense —ordenó Hoseok.

 

—No de nuevo —los tres chicos miraron a la pareja con irritación y salieron al pasillo con su ropa medio puesta.

 

Taehyung en ningún momento prestó atención a la situación. Tapó su rostro con ambas manos y se sentó en el borde de la cama luchando porque las lágrimas no salieran con tanta libertad de sus ojos. El mayor cerró la puerta con enojo y se mantuvo dándole la espalda al castaño mientras ordenaba sus sentimientos y culpaba al chico que le había dado el extraño trago. Sus cavilaciones fueron interrumpidas por los sollozos del menor. Se giró sin pensarlo mucho y se acercó al chico mirándolo con un rostro neutro.

 

—¿Por qué lloras? —le resultó irónico que el menor estuviese llorando luego de haberse revolcado con Namjoon.

 

—¿Ah? —Taehyung se sintió igual que Hoseok al escucharlo.

 

—¿Disfrutaste estar con Namjoon? —atacó.

 

—¿Y tú disfrutaste besar a tu mejor amigo? —Hoseok se mordió el labio al escucharlo. Y explotó.

 

—Por supuesto, lo disfruté —muchas más lágrimas escaparon de los ojos de Taehyung—. ¡Pero lo hice porque creía que eras tú!

 

—Debo irme —hipeó impactado por lo que había escuchado y pasó por el lado de Hoseok intentando escapar. El mayor no se lo permitió.

 

—¿Por qué te fuiste con Namjoon sabiendo que te gustaba alguien más? —preguntó con una voz más calmada.

 

—¿Por qué me detienes si te gusta Yoongi? Eres un idiota, ¿lo sabías? Besas a alguien que ya tiene pareja y no te importa que esa persona los vea —Taehyung contraatacó.

 

—¡Te dije que creí que estaba besándote a ti! —gritó sin saber cómo podría lograr que el castaño le creyera.

 

—¡Mientes! ¿Cuántas veces más vas a jugar conmigo? —expresó, sintiendo su corazón debilitarse más y más.

 

—Escúchame, por favor —pidió sabiendo que había llegado la hora de soltarlo todo—. No te estoy mintiendo, ya no puedo ocultar más mis sentimientos, estoy cansado de eso.Al principio creí que eran sentimientos pasajeros, pero luego se hicieron más fuertes, y se me hizo difícil controlarlos con el tiempo —suspiró—. Me gustas y no sé por qué lo negué durante tanto tiempo.

 

Las lágrimas que Taehyung había logrado calmar por un momento surgieron de nuevo de sus cuencas. Hoseok sonrió al sentir que todo el peso que había cargado se iba lejos de él. No esperó mucho para apresar a Taehyung entre sus brazos y luego besarlo con esa necesidad y ganas que había estado reprimiendo.

 

Al principio los besos fueron tranquilos, pero con el paso de los minutos se tornaron más fogosos y mojados. Una mano de Taehyung terminó subiendo por el trabajado abdomen de Hoseok, el cual sin necesitar permiso dejó que su boca viajara al cuello del castaño y comenzara a hacerlo caminar de espaldas hacia la cama sin separarse ni un segundo, hasta que sus cuerpos rebotaron en el fino colchón.

 

El mayor que se mantuvo encima de Taehyung, permitió que su cuerpo se restregara sobre el otro. Sus miembros se despertaron mucho más, implorando por tener más espacio y recibir atención. Taehyung sabía que lo que estaba haciendo era peligroso, ¿cómo podía confiarse de una persona que apenas había declarado sus sentimientos luego de rechazarlo tantas veces? Intentó enterrar su consciencia en un lugar oscuro, y prefirió dejar que la lujuria llenara su cuerpo. Agarró el miembro de Hoseok sintiéndose más excitado a pesar de sólo estarlo palpando a través del jean. La mano del castaño que no se mantuvo quieta, siguió tocando, deleitándose por los pequeños suspiros que salían de la boca del mayor. Su cuerpo fue desprovisto de la camisa que tanto había dudado en ponerse antes de llegar. Y sin esperárselo, se vio obligado a dejar de torturar a J-Hope cuando éste succionó sus pezones. Soltó un gemido ronco que hizo que el otro lo observara con una mirada que mezclaba una cantidad sorprendente de sentimientos.

 

Hoseok se quitó la camisa y dejó que Taehyung le ayudara con el jean mientras éste le dejaba unos cuantos besos mojados en el abdomen, haciéndolo estremecer. Luego, mientras besaba los provocativos labios del castaño, le quitó el jean y la ropa interior dejándolo completamente desnudo. Su cuerpo se recalentó en un par de segundos al observar cada parte sin ropa del menor. En ese momento supo que nunca querría parar. Sin necesidad de ejercer mucha fuerza cargó al Taehyung hasta la cabecera de la cama y se deshizo de la última prenda que le quedaba: el bóxer. El menor se relamió los labios al verlo desnudo.

 

—Podría decirte que deberíamos detenernos —dijo con una voz ronca a la vez que se subía sobre Taehyung—. Pero no puedo hacerlo, te necesito, Tae.

 

En algún otro momento, Taehyung hubiese obligado al chico que lo atrapaba entre su cuerpo a bajarse y a parar aquella situación, pero todo él no lo permitía, era Hoseok, aquel chico que tanto había deseado.

 

—Yo no permitiría que nos detuviéramos —dijo y tragó saliva al sentir la necesidad de lamer y besar el cuello de Hoseok, y así lo hizo.

 

Sus cuerpos volvieron a restregarse no muy rápido ni muy despacio. Ambos controlaban el tiempo con miedo de terminar. Hoseok sintió que su sueño se cumplía, aquella escena era la misma que tanto lo había obligado a verse raro con Taehyung el día anterior. Manos acariciándose, cuerpos sudorosos y necesitados de placer. Dejó que en sus labios se formara una sonrisa que para el castaño fue mucho más tierna que lujuriosa. Los besos de Hoseok se extendieron por todo el cuerpo del menor, pero al momento, algo que no le había preocupado lo hizo detenerse justo cuando había comenzado a abrir las piernas de Taehyung.

 

—Tae, no tengo lubricante.

 

—Oh... —Taehyung suspiró y miró hacia la mesa auxiliar pensando en que tal vez Namjoon tendría algo ahí.

 

Se estiró para ir a echar un vistazo, pero un beso que Hoseok le plantó en la columna lo hizo estremecerse y volver a recostarse en la cama. Ambos sonrieron y el mayor tomó el trabajo que no le permitió hacer al otro chico. No sabía si era suerte o casualidad. Sólo encontró lo que buscaba. Antes de destapar el pequeño pote, besó a Taehyung con lentitud. Al terminar, y dirigiéndole una fuerte mirada al castaño, comenzó a prepararlo.

 

Taehyung frunció el ceño al sentir el dolor de tener un dedo intruso dentro de él. Después, su libido lo obligó a moverse rogando porque Hoseok avanzara más. Y sin poder controlarlo, pequeños gemidos comenzaron a salir de la garganta del menor con cada nueva intromisión hasta que el moreno no pudo aguantarse más. Decidió que era la hora de actuar.

 

—E-espera —balbuceó Taehyung sintiéndose repentinamente nervioso al sentir la punta del palpitante miembro de Hoseok en su entrada—. Y-yo… —sus mejillas no pudieron tornarse más rosadas.

 

Aquellas dudas hicieron que la pregunta que Hoseok se había hecho unas cuantas veces tuviera una respuesta: Taehyung nunca había estado con cualquier otro chico.

 

—Te entiendo —Hoseok se estiró y le besó el mentón, luego los labios y le acarició las mejillas—. Iré despacio.

 

El castaño asintió tratando de controlar su tembloroso cuerpo. Sus piernas fueron separadas de nuevo y después una de sus manos se entrelazó con la de Hoseok. Sabía que apenas era el inicio, aun así no pudo contener el grito ronco de dolor que soltó en el primer instante en el que el chico mayor comenzó a hundirse dentro de él. Ciertas lágrimas traicioneras se escaparon de sus ojos, y el dolor volvió a inundarlo mucho más fuerte hasta que Hoseok profundizó lo máximo que pudo.

 

—L-lo siento, Tae —jadeó Hoseok extasiado por la estrechez del otro.

 

Taehyung negó como si no le diera importancia a ello. Mientras se acostumbraba a la intromisión soltó unos cuantos suspiros a la vez que Hoseok le besaba las manos.

 

—Voy a moverme —avisó. El dolor apareció de nuevo, burlándose de Taehyung por unos cuantos minutos.

 

Los gemidos de dolor pasaron a ser gozosos gemidos de placer que ninguno se preocupó en intervenir. Taehyung se permitió ir al ritmo de Hoseok. Ambos gustosos de lo que hacían, sonreían y se besaban. La mano del mayor terminó agarrando el duro miembro del castaño, haciéndolo encovarse y casi pedirle a gritos mucho más. Empezó a bombear, acompasado por sus movimientos pélvicos y maravillado por los gemidos de Taehyung.

 

No mucho tiempo después, su mano y abdomen se llenaron de aquel líquido que tan bien conocía, y sus oídos escucharon con atención el último y largo gemido de Kim Taehyung. Los movimientos de Hoseok se detuvieron unos cuantos segundos más tarde, cuando su miembro soltó todo dentro del castaño, casi haciéndolo jurar que había viajado hasta el cielo.

 

La habitación quedó casi en silencio, a excepción de la música que en ese momento habían olvidado que existía. Una sonrisa cómplice se formó en los labios de la pareja. Hoseok salió de Taehyung con un gruñido y se recostó a su lado, mirándolo a los ojos sin ser capaz de ocultar lo feliz que era esa noche.

 

—No debí esconder mis sentimientos todo este tiempo —le dijo a Taehyung sin reservas.


—Fuiste un tonto pero eso ya no importa —respondió el castaño y besó con tranquilidad al chico que hasta el día anterior había sido imposible para él.

Notas finales:

Y... ¿Qué tal? Hahahaha. ♥

¿Qué les pareció el capítulo de hoy? Ay, el VHop por fin se ha desenvuelto y el tarado de Hoseok aceptó sus sentimientos y no sé qué pueda pasar la próxima vez(? Hahaha.

Quedé muy contenta con este capítulo, ojalá a ustedes les haya gustado mucho también y que nos digan qué tal. ;;; ♥

Lord las aprecia mucho, ¡nos leemos luego!


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