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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del capitulo:

Jelou~

Aquí la aburrida de Lord entrega el capítulo listo. Disculpen la demora, esperamos que lo disfruten.

Capítulo 29

 

Hoseok era incapaz de dejar de mirar a Namjoon pensando en que exageraba más de lo permitido. Era por fin jueves, el día que Seokjin llegaría; y él, Taehyung y Namjoon habían llegado con una hora de antelación al Aeropuerto Internacional de Incheon para que el joven no pudiera huir de ellos.

 

Taehyung se burló por enésima vez de la ropa completamente negra del rubio, y Hoseok no pudo evitar unírsele mientras ambos observaban a su amigo esperando afuera de la cafetería donde estaban sentados.

 

—No sabes cuánto me avergüenza verlo —musitó Hoseok negando con la cabeza—. Si no nos hubiese ayudado tanto no le habría permitido venir con nosotros.

 

Taehyung bebió un poco de su Macchiato e intentó no reírse de nuevo al ver una pareja pasar por el lado del rubio y mirarlo extrañados. Llevaban una hora escondidos dentro de la cafetería, para no ser ridiculizados al lado del chico que posiblemente también llevaba ropa interior negra.

 

Namjoon —que aseguró permanecer fuera para vigilar que el vuelo de Seokjin no se adelantara— no se inmutó del montón de miradas raras que recibió en todo el tiempo. Su vista sólo estaba disponible para su teléfono móvil, en el cual chateaba con todas las chicas que había conocido hasta el momento. Recordando de vez en cuándo por qué estaba ahí parado.

 

—No planeamos nada antes de llegar —soltó Hoseok sintiendo un dolor en la boca del estómago. ¿Qué podría decirle a su amigo en bien lo viera? ¿Cómo debía actuar? Le preocupaba bastante no saber qué hacer.

 

—Si planeas las cosas nada saldrá bien. Algo surgirá en el momento que lo veas, te lo aseguro —expresó Taehyung con una amplia sonrisa e intentando controlar aquella ansiedad de su novio.

 

Hoseok le miró e intentó esbozar una sonrisa que fue más como una mueca, obligando a su novio a fruncir el ceño.

 

—Deja de pensar tanto las cosas, harás que yo también termine preocupado —habló sin dejar de fruncir el ceño.

 

Una repentina sonrisa en el rostro del moreno hizo que Taehyung se irguiera en el asiento. Hoseok se levantó un poco de la silla, y se le acercó a su novio tomándolo de la camisa, quedando más cerca de lo necesario, con su boca rozándole la oreja.

 

—Si logro arreglar todo, ¿cómo quieres que te recompense por tu ayuda? —sugirió con una voz ronca que hizo erizar la piel de Taehyung, luego un leve estremecimiento lo atacó y por último sintió su rostro caliente de lo sonrojado que estaba.

 

Taehyung abrió la boca e intentó mirar a su novio a pesar de lo cerca que se encontraba. Al instante, Namjoon llegó con rapidez obligándolos a separarse y mirarlo como una odiosa salvación.

 

—No dejo de amar a la hermana de Seokjin. Ella es… es como una diosa. Miren ese perfecto cuerpo —extendió su teléfono y les mostró una foto de Instagram, en la que Hyejin se despedía de su hermano.

 

Taehyung y Hoseok no le prestaron mucha atención a la foto y sólo siguieron mirándolo como un completo estorbo. Como si estuviesen conectados, la pareja suspiró y continuó con su mirada asesina implorando porque el rubio captara el mensaje. Namjoon siguió allí parado como si nada, y después tomó un sorbo del Iced latte que bebía Hoseok.

 

—Creo que debo continuar vigilando —expresó dando media vuelta y bajando de nuevo su cabeza a la pantalla del móvil cuando llegó un conjunto de mensajes del chat.

 

El acalorado ambiente había pasado a ser de nuevo uno angustiante. Taehyung no pudo con la triste mirada de su novio, se le veía cansado y estresado, así que tuvo la necesidad de consolarlo de nuevo.

 

—Todo está bien, deja de preocuparte —lo tomó de la mano creyéndose una persona inservible. Apostaba a que si Yoongi estuviese allí podría subirle el ánimo a Hoseok sin mucho esfuerzo, en cambio él… él no había logrado nada a pesar de llevar un buen rato intentándolo.

 

Hoseok notó el repentino bajón de su novio con tan solo mirarlo a los ojos. No era justo para Taehyung que él continuara con su negativismo, el menor se estaba esforzando y él no estaba valorando aquello. Buscó con rapidez algo en su cabeza que hiciera que su novio no fuera contagiado por su mal humor, hasta que un bello recuerdo con su mejor amigo se hizo espacio en su memoria.

 

—Una vez… Yoongi se avergonzó a sí mismo en público por intentar animarme —esbozó una sonrisita que contagió al castaño.

 

—Jimin una vez hizo algo parecido, fue muy gracioso, y creo que si se lo recuerdo va a golpearme —ambos se rieron estruendosamente—. Creo que Jimin y Yoongi están hechos el uno para el otro… igual que nosotros —dijo lo último con una tono de voz bajo, escondiendo un poco su sonrojo por haber dicho aquello.

 

Hoseok no dejó de sonreír hasta que se acercó y lo besó. Sus lenguas comenzaron a jugar sin afán, creando emociones y sensaciones que motivaban a la pareja a aumentar la velocidad y les fuera imposible dejar sus manos quietas. Namjoon volvió a entrar gritando, sin importarle que ambos jóvenes se besaran ignorando a todos a su alrededor. Ellos estaban en su mundo, incluso los gritos y las exageraciones del rubio no lograron detenerlos:

 

—¡No van a creerlo! Acabo de hablar con Hyejin y me dijo que Seokjin había adelantado su vuelo, que incluso ya había llegado a Corea e iba camino a casa —miró a su alrededor un tanto apenado por culpa de sus amigos, sin notar que su conjunto de ropa, gafas y gorro negros también llamaba la atención—. Chicos —ambos jóvenes continuaron besándose—. ¡Dejen de hacerlo! —decidió tomar la cabeza de cada uno y separarlos sin ningún cuidado.

 

Hoseok no pudo evitar mirar a Namjoon con unos ojos asesinos, que denotaban que debía escapar si no quería que lo matara en ese preciso instante. El rubio se encogió de hombros y evitó mirar a Taehyung, que lo suprimía de igual forma con sus flameantes ojos.

 

—¿Han escuchado lo que dije? ¿No? Repito, Hyejin me dijo que Seokjin ya estaba de camino a casa —dijo atropelladamente antes de que Hoseok decidiera estrangularlo con sus manos.

 

La pareja se miró con los ojos abiertos como platos, de sus bocas no salía nada. «¿Por qué el estúpido de Jin había adelantado el vuelo?», fue lo único que pensó el mayor antes de gruñir para no hacer una pataleta allí. Sus piernas se movieron solas y comenzó a correr tratando de llegar lo más rápido posible hasta la taquilla y preguntar. No se dio cuenta de su desespero hasta que vio a la joven dedicarle una mirada llena de temor por lo que iba a responderle.

 

—S-sí, señor —tragó con fuerza y alejó un poco su silla de la taquilla—. El vuelo ha sido adelantado.

 

Hoseok al escuchar aquellas palabras se quedó en silencio mirando ningún punto en específico. Habían ido para nada, ¿por qué las cosas no salían bien?

 

—¿Necesita algo más, señor? —preguntó la joven, señalando a unas cuantas personas que hacían fila tras él.

 

El moreno negó con la cabeza y deshizo sus pasos hasta el café. Sus músculos se habían tensado y se le hacía difícil controlar el mal humor que se estaba apoderando de él. Sin decir una sola palabra tomó con la mano derecha la de su novio y con la izquierda la camiseta de Namjoon, arrastrándolos fuera del aeropuerto sin escuchar lo que repetía con desesperación su rubio amigo. Seokjin debía escucharlo, ya estaba cansado de ese jueguito de negarse o esconderse. La voz de Taehyung logró sacarlo de sus cavilaciones, justo cuando estaban en frente del auto.

 

—¿Quieres que vayamos a la mansión de Jin? —inquirió con tranquilidad. No sabía cómo su novio podía aguantarlo.

 

—S… —no pudo vocalizar una palabra debido a los exagerados gritos de Namjoon, que sin saber cómo ya estaba dentro de su auto.

 

—¡Es él! ¡Acabo de verlo subir a ese auto! —señaló un sedán negro que apenas arrancaba—. Me adelantaré, debemos detenerlo —dijo animado poniéndose sus gafas mientras aceleraba.

 

Hoseok siguió con la mirada el auto de su amigo alejándose. ¿Hablaba de Jin?

 

—¡¿Qué esperas, Hoseok?! ¡Sube! —gritó Taehyung luego de sonar la bocina del auto. El mayor se preguntó cómo hacían ellos para repentinamente terminar allí adentro. No atendía aquel alboroto, era un completo ignorante de lo que sucedía, hasta que en su cabeza por fin comenzó a sonar una alarma. ¡Era Jin! Debían seguirlo.

 

—¡Arranca! —exclamó apenas teniendo medio cuerpo dentro del auto. El castaño no esperó y, confiando en la fuerza de su novio, arrancó. Hoseok cerró la puerta del auto como pudo y se abrochó el cinturón mientras buscaba con la mirada el sedán negro en el que iba Jin y el Maserati de Namjoon.

 

Salieron a la autopista principal que llevaba a Seúl, evadiendo los autos que iban sin afán alguno a la capital de Corea del Sur. Namjoon les llevaba ventaja y el sedán negro que los estaba torturando iba un poco más adelante. Taehyung no tardó más de dos minutos en aumentar la velocidad y quedar tras el flamante auto de Namjoon, el cual se divertía al sentirse en una verdadera persecución. Sin temor ni cuidado, aceleró lo máximo que pudo y se le adelantó al auto en el que iba su amigo, bloqueándole el paso y obligando a que el conductor del sedán frenara en seco.

 

Taehyung, al ver que el auto iba a salir por un lado le bloqueó el paso. Ignorando el conjunto de bocinas que comenzaron a contaminar el ambiente, llenándolo de ruido y gritos. Hoseok abrió sus ojos por fin, no sabía cuándo los había cerrado ni cuándo había dejado de gritarle a su novio que iba a matarlo. Miró hacia la derecha preguntándose si podría abrir la puerta del auto de su novio sin dañarle la pintura a ambos autos. Estaban muy cerca, al igual que el auto de Namjoon que por poco termina siendo llevado por delante debido a su arriesgada maniobra.

 

Seokjin fue el primero en salir del auto. Se sintió un poco preocupado y temió porque aquellos tipos fueran a secuestrarlo a cambio de dinero, pues no había reconocido aún el auto de Namjoon. Al salir del asiento trasero —no sin antes decirle al conductor del auto que llamara a la policía en caso de que algo sucediera—, visualizó el problema. Un Maserati azul marino impedía que su auto siguiera, y un Porsche blanco les imposibilitaba salir por la izquierda. Estaban arrinconados, no podían escapar a no ser que se lanzaran por el valle a su derecha, aunque era imposible por culpa del barandal de protección de la autopista.

 

Meditó en correr, mirando hacia atrás notando el enorme tráfico que habían causado. Aquello lo alivió, no lo raptarían con tantas personas tras ellos gritando que se movieran, algunas hasta ya habían salido de sus autos y se habían acercado intrigadas de lo que estaba sucediendo. Ellos serían su salvación. Volvió su vista al frente cuando percibió que alguien se le acercaba. Era Namjoon, y sus pasos eran lentos, como si fuera un guepardo a punto de obtener su cena. Otro movimiento a su izquierda lo obligó a medio girarse y ver a Taehyung junto a Hoseok mirándolo atentamente como si él fuera a escapar.

 

Del otro lado, Hoseok no perdía de vista con nervios la preocupada expresión de Seokjin. Él los miraba como si fueran unos convictos que iban a golpearlo a muerte. Todos estaban seguros de que el mayor de todos intentaba buscar una manera de escapar ya que paseaba su mirada por todos los lugares, buscando un punto muerto para salir corriendo.

 

—¡¿Están locos?! —logró formular Seokjin, cayendo en cuenta de que ellos no podrían hacerle nada malo.

 

—Calma, calma, no te preocupes —Namjoon continuaba con su exagerado caminar, sin dejar de sentirse como un espía de película.

 

—¡¿Calma?! ¿Có…? —las últimas palabras del castaño pasaron a ser un grito cuando Namjoon lo abordó para arrastrarlo hasta el auto de Taehyung.

 

Fue imposible para los espectadores no pegar un grito de horror al ver tal acción. Hoseok no se quedó atrás, y soltó un chillido que se pareció más a un gruñido cuando vio al rubio arrastrar a Jin hasta recostarlo sobre el capó del auto del menor. No quería que su amigo fuera golpeado, tal vez Namjoon se estaba emocionando de más.

 

—¡Eso no era lo que había planeado! —profirió sabiendo que realmente no había preparado nada. Dio un par de pasos dispuesto a separarlos, pero Taehyung no le permitió seguir caminando.

 

—No piensas que de verdad están peleando, ¿o sí? —inquirió conteniendo la risa.

 

Hoseok esbozó una mueca, pensando que era un completo idiota. Namjoon no tenía por qué pegarle a su amigo.

 

Ante la atenta mirada de todos los presentes, Namjoon mantuvo retenido a Seokjin, no podía darse el lujo de dejarlo escapar, bastante había tenido con perseguirlo y arriesgar su hermoso Maserati en el intento.

 

—Vamos a hacer las cosas bien, así que no te hagas el difícil —habló el rubio con tono policiaco.

 

Taehyung tuvo que morderse el labio para no reírse al ver el rostro confundido de Seokjin. Era como si quisiera preguntar qué sucedía, por qué Namjoon actuaba de tal forma y ellos no lo defendían.

 

—Debí haberlo grabado todo —musito Taehyung sin dejar de divertirse.

 

Namjoon haciendo uso de todas sus fuerzas arrastró al mayor hasta meterlo dentro del auto de Taehyung, obligando a Hoseok a ingresar también para que Jin no pudiera escapar.

 

—Tae, no te quedes ahí parado, entra al auto. Yo te alcanzaré. Por lo pronto debes esperarme en el estacionamiento de mi apartamento —dijo todo tan rápido que a Taehyung le costó procesarlo un poco.

 

—¡Oh! Está bien, no tardes.

 

Durante el camino todo fue silencio. Seokjin se mantuvo mirando al suelo del auto, infringiendo la ley del hielo a la pareja, que se dirigía furtivas miradas preguntándose si debían dialogar allí. Hoseok decidió que era hora de hablar, ¿para qué seguir esperando? Tomó aire para no terminar balbuceando, y cuando abrió la boca para decir algo el teléfono móvil lo obligó a detenerse. Era un mensaje de Namjoon, que le advertía que debía quedarse en silencio hasta que pudieran hablar con calma en el apartamento. Hoseok sonrió de lado, le entretenía un poco lo exagerado que estaba siendo Namjoon ese día, después, cuando las cosas mejoraran, definitivamente se burlaría de él.

 

El viaje pareció ser eterno, y la espera en el estacionamiento fue como el infierno. Los tres se encontraban recostados sobre el auto, Jin en medio de la pareja que se mantenía alerta, pero ninguno hablaba. Se veían misteriosos y por sus nervios lograban intimidar a las personas que llegaban al estacionamiento.

 

«Deben pensar que somos unos ladrones», meditó Taehyung un poco distraído cuando vio que uno de los guardias del edificio se paseó por el estacionamiento sin quitarles la mirada de encima. Cuando Namjoon llegó el guardia se retiró, no sin antes asegurarse de que el rubio conociera a los chicos raros que llevaban un poco más de treinta minutos ahí parados.

 

—Fue difícil hacerse cargo de ese gran trancón, pero lo logré —dijo sin notar el incómodo ambiente—. Vamos.

 

Hoseok y Taehyung se miraron preguntándose si debían llevar con ellos a Jin o dejarlo caminar a solas. Sin embargo, Namjoon lo tomó de un brazo y comenzó a arrastrarlo hasta llegar al apartamento que estaba reluciente y fresco.

 

—¿Quieren algo? ¿Un café? ¿Un refresco? ¿Tal vez agua?

 

Taehyung se golpeó la frente sin dejar de negar con la cabeza.

 

—No hay tiempo, Namjoon, ellos dos deben hablar de una buena vez —profirió.

 

—Yo tampoco tengo tiempo, he dejado al señor Cho solo y no le he dado una explicación del por qué me marché de esa forma —soltó Seokjin mirando sólo al rubio.

 

—También me ocupé de eso, chico —sonrió ladinamente—. ¿Qué sería de ustedes sin mí?

 

—Es todo, díganme qué quieren o me marcharé —resopló Jin.

 

Los otros tres chicos presentes se quedaron viéndolo con la boca abierta. ¿Por qué se estaba comportando de esa forma? Ellos no conocían ese lado de Seokjin, les daba miedo.

 

—Necesito hablar contigo —explicó Hoseok dando un paso adelante.

 

—¿No pudiste llamarme? —soltó irritado, con una mirada que hizo que Hoseok explotara.

 

—¡¿Y tú me contestaste?! —gritó. Ese era su límite, ¿cómo podía decirle aquello?

 

—Eres un exagerado, no debiste arrastrarme hasta aquí sólo para hablar —escupió—. Creí que tenías más sentido común, Hoseok, pero me equivoqué. Me estás haciendo perder tiempo —aquellas palabras le dolieron inclusive a él, aunque en realidad creía que éstas sólo servirían para alejarlo y no seguir dañándolo con su amor egoísta e imposible—. Además, creí haberte dicho que olvidaras todo.

 

—¡Estás siendo muy injusto, Seokjin! —soltó Taehyung con enfado—. Hoseok sólo quiere…

 

—Deberían marcharse, Hoseok no necesita de ustedes para hablar conmigo, es incómodo tenerlos aquí.

 

—Pero este es mi apartamento —jadeó Namjoon dejándose llevar por un enojado Taehyung hasta la puerta.

 

Seokjin los siguió con la mirada hasta que ambos se quedaron afuera y cerraron la puerta. Un triste silencio se emplazó en la sala del apartamento de Namjoon. Ninguno de los dos presentes decía algo, era como si el lugar estuviese vacío. El mayor no quería continuar torturándose allí, por lo que abrió su boca decidido a dar el golpe final, pero el moreno se le adelantó.

 

—Sé que fui grosero —inició—, y me pasé con mi exagerada reacción. Estos últimos días he estado pensando y recapacitando todo lo que hice y pues... —tuvo que tragar con fuerza para continuar— realmente no es tan malo que tú seas la pareja de Kook. Yo no quiero perderte porque tu amistad es muy importante y necesaria —Seokjin mantuvo su silencio obligando a Hoseok a seguir hablando.

 

»Lo siento, Jin. Perdóname por haber lastimado tus sentimientos y los de Jungkook. No he hecho más que sentirme como la peor persona del mundo por mi egoísmo y terquedad. Sólo espero puedas olvidar todo lo ocurrido y mi comportamiento histérico —su cuerpo empezó a sacudirse y las lágrimas asomaron en sus ojos—, porque no te quiero perder como amigo, y tampoco quiero perder la confianza de mi hermano.

 

—Hoseok… —el mencionado negó con la cabeza y prosiguió.

 

—No voy aceptar que digas que no me perdonas, definitivamente no permitiré que salgas de aquí sin que arreglemos esto —sollozó. Su cuerpo temblaba y le era imposible dejar de llorar, ya estaba cansado de ser siempre el problema con todos.

 

—¿Qué piensa Jungkook al respecto? —habló, mirándolo a los ojos. Una sonrisa llena de melancolía se formó en el rostro del moreno.

 

—Kook no ha querido hablarme, aunque es poco lo que habla en general. A los chicos les cuesta sacarle las palabras, se la pasa de mal humor y come muy poco, incluso… no va al instituto haciendo que SeRa se enoje porque no la acompaña en las mañanas ni tardes —explicó, limpiándose unas cuantas lágrimas sin éxito. Jin asintió creando una mínima esperanza en el otro.

 

—No lo sé, Hoseok. Necesito pensarlo —moduló sin dejar de apretar los puños. Se sentía culpable por permitir que Jungkook atravesara por tanto dolor, pero algo muy adentro le decía que era lo mejor, y que ese dolor no se comparaba con el que podía pasar si él volvía a acercarse.

 

—No, Seokjin, no debes pensarlo —su mirada se tornó un poco agresiva—. Sabes que Jungkook sólo es feliz contigo —al final su voz obtuvo un tono lleno de súplica.

 

—Lamento escuchar eso —Jin se sentía como una mierda al ver a su amigo llorar, y a su vez se repetía mentalmente que era lo mejor para todos. Algo le decía que para Hoseok sería muy difícil aceptar la relación de su hermano, por lo que a pesar de todo, podría haber más problemas en el futuro. Aunque había algo que no tenía en cuenta, y era que su amigo le estaba hablando con el corazón—. Debo irme —dio unos cuantos pasos hasta quedar dándole la espalda a Hoseok—, lo ocurrido ya ha quedado en el pasado y no tiene importancia. Estás perdonado, lo demás… no hay nada que pueda hacer por ello.

 

—¡Espera, Jin, por favor, no te vayas! —dijo con una voz rota debido al llanto.

 

Seokjin tomó aire antes de seguir caminando, le dolía todo y se sentía de lo peor.

 

Namjoon y Taehyung —que se mantenían pegados de la puerta— se hicieron de lado cuando escucharon las últimas palabras. Habían hecho tanto para nada. Taehyung se golpeó la cabeza contra la pared enojado mientras gruñía cosas que el rubio no pudo escuchar. ¿Iban a permitir que se marchara así como así?

 

—No, eso no —musitó Namjoon haciendo que Taehyung lo mirara intrigado.

 

La puerta fue abierta justo en el momento en el que el rubio fingió estar hablando por su teléfono.

 

—¡¿Estás seguro, Yoongi?! —exclamó con exageración antes de caminar para quedar enfrente de la puerta, empujar con su cuerpo a Jin y continuar con su falsa conversación—. ¡Oh, no, Hoseok, Jungkook está encerrado en su habitación amenazando con suicidarse!

 

Taehyung no pudo evitar formar una rara mueca al escucharlo. Su teléfono móvil ni siquiera había sonado, ¿por qué se inventaba semejante barbaridad? Al acercarse un poco con el fin de empujarlo y decirle que no hiciera ese tipo de bromas, logró mirar bien a Seokjin, notando que su rostro estaba pálido y que no dejaba de mirar a Namjoon impactado. Algo dentro del cuerpo del menor hizo clic, no podía hacer quedar mal a su amigo, por lo que decidió seguirle la corriente.

 

Corrió hasta quedar en frente de su novio, y actuando de la misma manera que Namjoon, lo estrujó para hacerlo caer en razón mientras gritaba:

 

—¡Vamos rápido, Seok! No querrás que SeRa vea a su hermano muerto, la pobre ya ha pasado por mucho —Taehyung se maldijo un poco al ver a su novio tambalearse, estaba igual de pálido que Jin.

 

Hoseok asintió agarrándose de su novio, si se iba solo estaba seguro de que se desmayaría en cualquier momento. Su corazón palpitaba con rapidez con cada paso que daba. Atravesó la puerta y pasó por el lado de Jin sin dirigirle la mirada, en su mente sólo cabía el impedir que su hermano se quitara la vida.

 

Namjoon vio salir a la pareja de su apartamento y continuó asintiendo. Luego cerró la puerta y volvió a empujar a Jin simulando seguir hablando.

 

—Entonces tumben la puerta. No, Yoongi, no contamos con Jin, él decidió marcharse, Jungkook ya no le importa.

 

Seokjin observó a Namjoon dolido. Sus piernas comenzaron a seguir al rubio con lentitud hasta que sus pasos se volvieron más rápidos y pasó por el lado de su amigo sin decirle nada. Debía ir con Taehyung y Hoseok.

 

Ya en el estacionamiento, Taehyung ayudó a su novio a ponerse el cinturón. El mayor estaba lleno de nervios y no era capaz de modular una sola palabra. No era justo para él tener que caer también en la broma.

 

—No te pre… —el sonido de una de las puertas del auto siendo abierta interrumpió a Taehyung.

 

Seokjin se encontraba sentado en los asientos traseros mirándolo con ansiedad. Namjoon subió después, a miles de leguas se notaba lo mucho que se aguantaba por no soltarse a reír. Hoseok miró al par de chicos atrás y dejó su mirada en el rubio, se le veía divertido a pesar de la situación, haciendo enojar a su amigo que luego miró interrogante a Taehyung. El menor de todos se mordió el labio y le guiñó el ojo, esperando que su novio comprendiera con aquel gesto lo que sucedía, pero éste no hizo sino confundir más a Hoseok.

 

—Mierda, Taehyung, apúrate que esto es grave —suplicó Jin. Todos se le quedaron mirando hasta que por fin el menor aceleró, esperaba que Hoseok hubiese captado el mensaje.



Seokjin fue el primero en bajarse del auto al llegar a la casa de los Jung. SeRa y Jimin se le quedaron mirando extrañados, ambos llevaban un buen tiempo jugando con Mike y Sulley en el antejardín. Sin embargo, el par de perros se fueron tras de Jin al verlo correr.

 

—Mike, Sulley, ¿adónde van? —gritó SeRa a punto de hacer una pataleta hasta que vio a Hoseok ir tras Seokjin sin siquiera mirarla.

 

Jimin se paró al lado de la menor frunciendo el ceño y luego la miró, ambos se encogieron de hombros y pegaron un salto debido al susto que les causó Namjoon. El rubio no pudo contenerse más y se lanzó fuera del auto, más exactamente al césped, riéndose mientras se apretaba el estómago. Sus sonoras carcajadas llamaron la atención de un par de vecinos, que se acercaron un poco y luego se retiraron al pensar que aquel joven estaba loco. Taehyung bloqueó las puertas del auto y se detuvo a mirar por un par de segundos a Namjoon, hasta que observó a SeRa y a su mejor amigo mirándose sin saber qué hacer o decir. Sonrió y sin darle importancia al rubio corrió a abrazar a la menor, pensando en qué inventar en caso de que Hoseok se enojara con él.

 

Por otro lado, Seokjin siguió su camino sin notar el estado de relajación en el que se encontraba Yoongi mientras veía la televisión. Nadie le importaba en ese momento a excepción de Jungkook, su cuerpo estaba frío y temblaba por cortos lapsos de tiempo. No quería perderlo. No. En bien estuvo en frente de la puerta, comenzó su golpeteo sin tener en cuenta a los perros que ladraban tras él. Jungkook tenía que abrirle esa puerta.

 

Hoseok, que llegó unos cuantos segundos después, intentó mover al par de perros que no le daban espacio, no sabía de dónde habían salido pero le estorbaban, incrementando su desespero y fastidio.

 

—¡Jungkook, abre la puerta! —pidió Seokjin sin dejar de golpear, consiguiendo que Hoseok lo viera y cayera en cuenta de que algo raro estaba sucediendo.

 

Miró alrededor y no halló a nadie más tras ellos. ¿Por qué eran los únicos alterados? El rostro comprimido de la risa de Namjoon y el guiño de Taehyung volvieron a aparecer en su cabeza. Era un tonto, ¿por qué no había caído en cuenta antes? Negó con la cabeza y fue de regreso a la sala, su rostro estaba rojo de la pena. «Idiota, Hoseok, eres un idiota».

 

Su vergüenza se acrecentó al ver a sus amigos riendo por lo bajo en la sala. Al parecer todos estaban al tanto de lo que sucedía, así que le fue imposible enojarse y terminó riéndose de aquella situación junto a sus amigos. Seokjin se mantuvo golpeando la puerta sin dejar de gritar y suplicarle a Jungkook que abriera, hasta que la puerta que se encontraba en frente de la de su ex novio se abrió.

 

—¿Podrían callarse? ¡Intento dormir! —gritó Jungkook enojado.

 

Seokjin enmudeció y se giró dándole la cara. El menor se quedó estático, milisegundos después parpadeó y al final terminó restregándose los ojos.

 

—Creo que todavía no estoy despierto —dijo, con las manos en la cabeza sin dejar de refregarse los ojos. El mayor medio sonrió sintiéndose aliviado.

 

—¿Jungkook? —susurró Jin, con esa suave voz que hacía estremecer al menor.

 

Jungkook se sintió completamente despierto al escucharlo, sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió a abrazarlo para que no volviera a escapar.

 

Notas finales:

Ah... de verdad que este capítulo me hizo mucha gracias, de la buena. Nuestro Namjoon definitivamente es un héroe de Centro Comercial(?

Ya me dejo las bromas. ¿Qué les pareció, les gustó? No se olviden de comentar, saben que lo apreciamos muchísimo. ㅠㅠ

Emm... ¿Feliz San Valentín? Buh, realmente esa fecha me importa muy poco, lol, pero se los deseo a todas porque las quiero mucho. ♥♥♥

Y bien, Lord fuera.


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