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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del capitulo:

Teníamos el capítulo desde el lunes pasado X_X pero de verdad no tuve tiempo para actualizar. ¡Hola! Es Lunes, 7:30 pm en mi país y soy Dara una Dara que viene aquí arrastrándose ya que el estrés no la deja levantar de suelo (? 

¡A Leer!

Capítulo 32

 

El sueño se estaba volviendo borroso y la realidad empezó a apoderarse de él lentamente, haciéndole abrir muy leve los ojos, que le ardían bastante. Una palmada en su trasero le hizo dar un respingo y gruñó a modo de protesta.

 

—Arriba, Yoongi, hora de levantarse.

 

El pelinaranja se removió en la cama ante las palabras de su novio y apretó los ojos para volver a dormir. Estaba cansado y trasnochado, igual que Jimin, así que no entendía por qué el chico tenía tanta energía. En la madrugada, luego de terminar el turno en el bar e irse con Namjoon a casa de Hoseok, había tenido que luchar contra el rubio para que lo soltase cuando fue a recostarlo en una cama —Namjoon abrazaba muy fuerte— y luego soportar las peleas de Jimin y SeRa —que se suponía ya debería estar durmiendo—; hacia la dos de la mañana Jin había llegado con Jungkook y se quedó allí hasta que los menores se durmieron y luego se marchó. Hoseok regresó a las tres, con cara de tarado y una sonrisa pendeja que no le causó confianza.

 

Entonces a las cuatro él y Jimin habían llevado a Namjoon hacia su casa, y tuvieron una medio pelea con él, pues el rubio estaba tan ebrio que pensó que lo estaban secuestrando. Sin mencionar las palizas que ambos recibieron el miércoles, le pesaba todo el cuerpo. Definitivamente necesitaba descansar un mes entero.

 

—Yoongi, amor, despierta —volvió a recibir una nalgada.

 

—Déjame —replicó en voz ronca y perezosa—. Quiero dormir todo el día.

 

El moreno rió y se lanzó sobre el cuerpo de su novio para empezar a moverse como un pez fuera del agua.

 

—Yo también quiero hacerlo —dijo—, pero debes levantarte.

 

Yoongi volvió a gruñir y riñó al otro para que se le bajara de encima, éste le besó en la nuca y salió de la habitación. Se despegó de las sábanas e incorporó de mala gana. Estaba jodidamente agotado. Sin ponerse unas zapatillas, caminó con los pies descalzos a la cocina para preparar el desayuno, pero Jimin ya tenía la mesa puesta, con un plato de… eso parecían ser ¿tocinos?, con tostadas, huevo revuelto y un jugo. El menor le dedicó una mirada y le invitó a sentarse; Yoongi arqueó una ceja pero acató a la petición.

 

—Hice el desayuno —obvió el pelinegro.

 

El pálido viró los ojos y mordisqueó los tocinos, conteniéndose las ganas de toser, pues tenían un sabor extraño, entre salado y rancio, con algo de picante y otra cosa nociva para la lengua. Miró a su chico, que parecía ajeno a todo, y no pudo evitar soltar una risita. Jimin frunció el ceño ofendido y abrió la boca para protestar, pero el otro se le adelantó.

 

—Lo siento —inventó—. Me acordé de Namjoon y su rap.

 

—Mentiroso… —murmuró el menor.

 

Se quedaron en silencio después, cada uno en sus pensamientos, Yoongi meditando si al huevo le faltaría sal y al jugo azúcar, no se hacía una idea de las tostadas negras, aun así siguió comiendo su desayuno. Al cabo de unos minutos, el pelinegro decidió hablar.

 

—¿Estás preparado?

 

El mayor apartó la vista del plato y la centró en el moreno.

 

—¿Para qué? —inquirió—. No sé por qué me has levantado a las seis de la mañana.

 

Tomó una tostada y la mordió indiferente. «Qué dura está, joder». Jimin puso una expresión desapacible y soltó un bufido.

 

—Estás de broma, ¿no? —dijo en tono serio.

 

Entonces lo recordó. Hoy tenía el examen de admisión a la Universidad. ¿Cómo se le había olvidado algo tan importante? Agarró el vaso nervioso y bebió del jugo, que era de mango y estaba tan simple como el agua. Bajo la penetrante mirada de su novio, continuó comiendo los tocinos y el huevo… que ni se diga.

 

—Está delicioso —dijo, esperando que Jimin le creyera y apartara los ojos de él, pero no lo hizo. Suspiró—. No sé… —el menor frunció el ceño—. No sé cómo me siento. No sé si estoy preparado o no para el examen. —Dio otro sorbo al vaso—. Tal vez no debí inscribirme.

 

Oyó al otro resoplar y levantarse de su silla para sentarse a su lado.

 

—Si yo pasé —Jimin se señaló en el pecho—, seguro tú también pasas, eres muy listo… Tal vez demasiado para mi gusto.

 

El pelinaranja no pudo ocultar su sonrisa y empezar a reír después pese al sabor del desayuno. Jimin lo hacía sentir bien, decía lo necesario, lo que quería escuchar; y que fuera tan cariñoso y atento, a su manera, le encantaba. Estaba muy agradecido con el chico, le gustaba mucho.

 

—Está bien, me hiciste cambiar de opinión —terminó al fin y alejó los platos—. Daré todo en ese estúpido examen.

 

El moreno sonrió satisfecho de oírlo y le pellizcó tiernamente la mejilla.

 

—Lo harás bien —el otro hizo una mueca.

 

—A veces siento que me tratas como un niño.

 

Jimin soltó una carcajada y se retiró de la mesa para adentrarse al baño.

 

 

 

Luego de llevar a su novio a la universidad y de ser reñido por éste por querer acompañarlo al salón donde se daría el examen, Jimin se paseó por el taller de Arquitectura para charlar un rato con sus compañeros de clase, que iban mucho más atrasados que él con su trabajo, y se quedó a planear y adelantar un poco del suyo; aunque al final sólo se quedó unos veinte minutos, hizo algunos bocetos y se marchó. Cuando llegó al parqueadero para tomar su auto, vio a la distancia a Hoseok y Taehyung caminando juntos y tomados de la mano; se pensó que seguramente acababan de llegar y decidió que eran molestos para su vista.

 

Caminó hasta la pareja y les separó las manos. Hoseok se giró para encarar al atrevido, pero al ver que era Jimin decidió no perder el tiempo.

 

—Dejen de incomodar a las personas que estamos por aquí.

 

El mayor puso los ojos en blanco mientras el castaño reía.

 

—Tú deberías dejar de incomodarnos a nosotros —apuntó.

 

—A mí no me incomoda.

 

Hoseok miró a Taehyung cuando éste habló y achicó los ojos.

 

—Bien —empezó a alejarse—. Muy bien, quédate.

 

El pelinegro mayor siguió su camino sin mirar atrás, el castaño seguía riendo por la reacción de su novio y caminó para alcanzarlo.

 

—Ve a hacer las maquetas que le debes a tus maestros —se volvió hacia su mejor amigo, gritando—. ¡Estás muy vago!

 

—Voy bien y no estoy vago —replicó, viendo cómo Taehyung se iba—. Oye, hace mucho no hablamos, vamos por un helado.

 

El otro se detuvo y se giró, con rostro incrédulo y una ceja arqueada.

 

—Son las ocho de la mañana, Jimin.

 

Se rió de la indiferencia del moreno y se fue corriendo para darle alcance a los pasos de su novio. Jimin escondió los puños en los bolsillos de su pantalón, siguiendo con la mirada la espalda de su mejor amigo y se encogió de hombros. Dio media vuelta y fue hacia su auto, deseando que Yoongi acabara rápido, pero perfectamente, el estúpido examen.

 

 

≡≡≡

 

 

—Yoongi, por favor.

 

—No.

 

Estaban sentados frente al anfiteatro organizando la papelería del pelinaranja. Luego de una larga semana, que se sintió como un siglo y medio, habían contactado con Yoongi para darle la bienvenida a la Universidad Kyung Hee; le indicaron qué papeleo debía llevar una semana después para que pudiera matricularse y pertenecer oficialmente al campus. Y ahí estaban. Yoongi no quería que sus amigos le acompañaran a entregar sus papeles, quería hacerlo solo, conocer solo, ya le habían ayudado bastante y ahora era su turno de poner de su parte.

 

—Yoongi —volvió a hablar Hoseok, tomando de las muñecas a su mejor amigo y tirando de ellas hacia abajo—. La universidad es muy grande, te puedes perder.

 

—Y no sabes cómo funcionan las cosas aquí —apuntó Taehyung, con los brazos cruzados.

 

—Deja de actuar como niño —se avecinó su novio.

 

El pelinaranja los fulminó con la mirada y sacudió las manos para soltarse de su moreno amigo, sin lograrlo. Hoseok se burló de él pero lo soltó, sin querer enfadarlo más.

 

—No —repitió firmemente—. ¿No tienen clase? Vayan o llegarán tarde.

 

Jimin se rió por lo bajo, a él siempre le importaba una mierda llegar tarde o temprano, y suponía que a muchos universitarios también; con tal de asistir a las clases, la puntualidad importaba lo más mínimo. Eran las tres y media de la tarde, ya todos habían terminado su jornada de estudio; la maestra de Botánica de Hoseok no había asistido, por lo que éste estaba libre. Los tres chicos negaron a su pregunta y Yoongi suspiró.

 

—No se preocupen —sonrió y miró a su mejor amigo—. Sabes que no soy de los que se pierden fácil.

 

Tomó sus cosas y, con un sobre en las manos, empezó a marcharse, se detuvo un momento y se giró para señalar a los otros.

 

—No me sigan.

 

Asintió y se encaminó por el lado izquierdo del anfiteatro, ya que por allí quedaba la biblioteca y le serviría como punto de orientación, y no se giró hasta que sintió que las miradas de los demás sobre su espalda habían desaparecido. Dio una larga exhalación y miró a los alrededores, sintiéndose merecedor de aquella oportunidad que durante tantos años había anhelado. Había deseado pagarse el estudio por su propia cuenta, pero con el dinero del bar no había resultado suficiente, por lo que Jimin se ofreció a ayudarle. No quería depender de él, pero, por el momento, no tenía de otra.

 

Sin perder más tiempo se paseó por el campus en busca del bloque administrativo sin dar con él, hasta que al final decidió pedirle ayuda a un grupo de chicas que pasaban y éstas lo llevaron personalmente a uno de los edificios de la universidad que no había visto, lo guiaron por unas escaleras y le enseñaron la oficina. Yoongi hizo una mueca al ver la cantidad de personas y tomó un ficho para obtener un turno y que lo atendieran. Se sentó en unas sillas y esperó, con los sentimientos ansiosos y la mente viajando en sus recuerdos. Sonrió sin que se notara; pese a haberse mostrado apático y estoico frente a sus amigos, estaba muy contento. Había sido una gran sorpresa cuando le habían llamado de la universidad para anunciarle la noticia.

 

Aquel día Jimin había llegado exhausto, en todo el sentido de la palabra, después de las clases, y lo primero que hizo al entrar al apartamento fue desplomarse en el regazo del mayor, que se había pasado la tarde entera viendo dramas en la televisión.

 

—Estoy tan cansado —se había quejado, acomodándose en las piernas de su novio. Yoongi le peinó los cabellos mientras lo miraba.

 

—¿Vas a almorzar?

 

—Déjame descansar un ratito más.

 

Pero no había podido seguir en su cómoda almohada de muslos, porque el sonido del teléfono había hecho incorporar a Yoongi para tomar la llamada.

 

—¿Diga? —contestó—. Sí, con él.

 

El rostro del pelinaranja se fue tornando serio y más pálido, si es que era posible, y tenía los ojos como platos. Jimin, al notar que su pareja no pronunciaba palabra, había apartado la vista del televisor para mirarlo, llevándose un tremendo susto al verlo tan tieso. Por un momento pensó que le llamaban de la cárcel para informarle que su padre había escapado y que tuviera cuidado. Se incorporó de golpe y le arrebató el teléfono de las manos.

 

—¿Quién eres y qué quieres? —la otra opción era que se trataba de alguien contratado por su ebrio padre para amenazarlo.

 

S-sólo llamábamos para informar al joven Min Yoongi que había sido admitido al programa de Artes dijo alguna secretaria. Debe pasar la semana entrante para entregar la papelería correspondiente y realizar una entrevista.

 

—Está bien, gracias —finalizó la llamada y antes de que el mayor abriera la boca, lo besó y lo levantó en sus fuertes brazos—. ¡Felicidades, Yoongi, pasaste! ¡Pasaste ese jodido examen! ¡Oh, gran mierda, fuiste admitido!

 

Yoongi no había salido de su estupefacción en todo aquel día, hasta que Jimin había llamado a su mejor amigo y Taehyung y Hoseok se presentaron en su apartamento con sonrisas deslumbrantes. Tuvo que calmarlos un rato después, habían empezado a planear un montón de cosas que harían juntos cuando estuvieran en la Universidad.

 

Dejó escapar una risita por el recuerdo y se levantó de su silla al ver que el tablero anunciaba su turno. La secretaria le recibió el ficho y los papeles, sonriendo amablemente.

 

—¿Matrícula? —dijo la mujer, el pelinaranja asintió.

 

Como si ya hubiera hecho lo mismo desde que había nacido, la secretaria empezó a registrar todos los datos en el sistema, examinando cada credencial y anotando en el computador. Yoongi la observaba atento, vigilando que no hubiera ningún problema. Luego de unos diez minutos, la mujer imprimió un par de hojas y le ofreció una, señalando un punto en específico.

 

—Aquí está lo que será su constancia y factura de matrícula —le explicó—, y esto es el valor a pagar. Abajo hay una lista de bancos donde puede hacer la consignación.

 

El corazón se le detuvo por un instante, el cuerpo de Yoongi dio una sacudida y frunció el entrecejo al verificar la cantidad exagerada de dinero que le estaban cobrando. Hoseok le había dicho que a los pobres como ellos no les cobraban tanto, y ver tantos números empezaba a marearlo.

 

—Disculpe… creo que hay un problema —habló cautelosamente, tratando de recuperar la compostura—. No entiendo, ¿por qué mi matrícula tiene una cifra tan elevada? ¿En qué se basan para pedir tal cantidad?

 

La mujer arqueó una ceja y le recibió de nuevo el documento, revisando que todo estuviera correcto. Chequeó los recientes datos del joven y asintió.

 

—Nosotros tenemos en cuenta todo el estado actual del estudiante para ver los posibles beneficios y semejantes que se le otorgarán —explicó con calma—. Y según estos registros, usted tiene una propiedad.

 

«¡¿Qué?!». Toda la serenidad abandonó su ser y se apoyó sobre la mesa para mirar a la secretaria confundido.

 

—Yo no tengo una propiedad —sabía que la casa de la familia estaba a nombre de su padre, aquello debía ser un error. Escuchó a la mujer resoplar.

 

—Claro que sí.

 

—Que no.

 

La secretaria intercambió una mirada con un compañero de trabajo y negó con la cabeza.

 

—La propiedad donde vive está a su nombre, joven —continuó, haciendo girar la pantalla del computador y enseñándole la dirección.

 

Yoongi chequeó la dirección, una propiedad ubicada en una zona de la alta clase. Empezó a mover la cabeza de izquierda a derecha, meditando en que aquella casa le pertenecía a Taehyung.

 

—No puede ser, es la casa de un amigo —se quería arrancar la cabeza—. ¿Por qué está a mi nombre?

 

—Bueno, si no sabe, yo sé mucho menos —se cruzó de brazos—, pero legalmente es usted el dueño.

 

El pelinaranja la miró con la boca abierta para luego cerrarla y apretar la mandíbula.

 

—Gracias —dijo a regañadientes.

 

Tomó sus papeles e hizo una reverencia para luego salir del edificio dando grandes zancadas. «¿Qué acaba de pasar?». Jimin tenía que darle una jodida explicación, juraba que iba a explotar en cualquier momento. Anduvo hacia el anfiteatro, creyendo que los chicos estaban allí, pero en aquel momento su celular empezó a sonar por un mensaje que le había llegado.

 

 

Estamos en la cafetería T. Trata de encontrarnos,

 ya que no eres de los que se pierden fácil.

 

 

Bufó por el sarcasmo de su pareja y dio media vuelta para buscar la condenada cafetería. Presionó fuerte la pantalla del móvil, queriendo romperlo, y accidentalmente abrió una foto de él y Jimin una mañana que despertaron con la pereza al máximo nivel y no hicieron nada el día entero, sólo quedarse en cama. Entonces se sintió mucho más enfadado, el pelinegro le había engañado. Preguntando, logró llegar a la cafetería; buscó a los demás con la mirada. Hoseok lo vio y le hizo una seña para que se acercara, y así lo hizo. Jimin se levantó de su silla para abrazarlo, pero cuando Yoongi se aproximó lo cogió de los hombros y lo obligó a sentarse de nuevo.

 

—¿Qué es esa mierda de que el apartamento está a mi nombre?

 

El rostro del moreno palideció y Taehyung rió precavido al fondo, sabía que tarde o temprano Yoongi iba a enterarse. Jimin se lo quedó mirando a los ojos, con los nervios en los ojos; sabía que aquello sucedería pero no esperaba que fuera en la universidad. Hoseok se puso serio por el tono brusco de su mejor amigo, no le gustaba esa actitud.

 

—Yoongi, vamos a hablarlo —intervino.

 

El aludido apartó los oscuros ojos de su novio para mirar a su mejor amigo, rabia era lo único que había en su ser.

 

—¿Tenías conocimiento de esto? —indagó.

 

—No me hables así —le cortó Hoseok—. Te estás pasando. Ve a respirar y luego hablamos.

 

Escudriñó al moreno mayor con la mirada.

 

—No —escupió—. Necesito que Jimin me dé una maldita explicación.

 

—Yoongi —Taehyung habló en tono suave para no alterar más al pelinaranja—. Deberíamos irnos y hablar en otra parte, todo el mundo nos mira.

 

El aludido lo miró duramente y asintió al ver que varias personas tenían la vista clavada en su mesa. Se levantó y salió del lugar sin esperarlos, los otros tres lo siguieron. Caminaron hasta llegar a una zona llena de manga y se fueron al espacio más despejado, Taehyung se sentó en un banco de piedra que había allí y cruzó las piernas, odiaba el pasto. Cuando los pelinegros iban a sentarse en el verde de la hierba Yoongi refunfuñó.

 

—No se acomoden, hablen ya.

 

Jimin irguió la espalda y empezó a mover las manos inquieto.

 

—No te dije nada porque temía que reaccionaras así —lo señaló, para darle fuerza a sus palabras—. Sabía que actuarías de esta forma y lo mejor que se me ocurrió fue ocultártelo para que te quedaras en el apartamento. Lo hice por ti.

 

—No tenías que molestarte —protestó el pelinaranja—. Yo estaba bien de todos modos.

 

Tales palabras fueron como un interruptor que encendía una bomba. Hoseok abrió la boca incrédulo y fulminó a su mejor amigo con la mirada. ¡Es que era el colmo!

 

—No puedo creer que digas tan tremenda putada —soltó enojado—. ¿Estabas bien? ¿En la casa de tu padre estabas bien?

 

El pálido abrió la boca para defenderse pero nada salió de ella. Taehyung se levantó, sacudió sus pantalones y se ubicó al lado de Yoongi.

 

—No le hables así —dijo con sequedad—. Jimin nunca debió ocultárselo. Yo acepté a decir que el apartamento era mío sólo porque me estuvo acosando sin pudor.

 

—No lo hice para mal —Jimin ya había empezado a molestarse, se sentía traicionado por su mejor amigo—. Sólo quería que Yoongi tuviera un lindo lugar para vivir.

 

—Mi casa era linda.

 

—¡No lo era! —Hoseok no se creía que Yoongi, su Yoongi, no viera las cosas como eran—. Con tu padre golpeándote y tu sangre seca por todo el suelo era un lugar horrible para vivir. No entiendo por qué estás tan histérico, deberías agradecer las buenas intenciones de los demás.

 

Taehyung bufó molesto, mirando a su novio con recelo.

 

—Deja de dar la mano por Jimin, y deja de gritarle a Yoongi —miró a los dos de menor estatura y luego al pelinegro—. Cada cual le tiene amor a su casa sin importar todo lo que pueda ocurrir. Y si pensabas todo eso, ¿por qué nunca te lo llevaste a vivir contigo? Siempre lo dejaste ahí a que fuera golpeado a pesar de que sabías lo que hacía el señor Min.

 

Jimin hizo un mohín y sonrió con burla. Ya estaba. Se le había acabado la paciencia y no iba a seguir con esa mierda.

 

—¿Por qué dices esas mariconadas? No te la jodas con Hoseok —miró con fastidio a su mejor amigo—. Yoongi estaba ciego por el amor hacia su familia destruida y la culpabilidad por algo que fue un accidente, fue un tonto. En primer lugar, no debió creerse lo que decía su papá.

 

—Pues tú harías lo mismo, señor familia perfecta —soltó el castaño sonriendo.

 

—Deja tus sarcasmos para otro momento —lo señaló en el pecho, Taehyung ni se inmutó—. Yo no estoy usando la falta de atención de tu madre en esta pelea.

 

Yoongi le apartó la mano del cuerpo del castaño, mirándolo con desprecio.

 

—Deja de ser idiota, Park.

 

—Aquí el único idiota eres tú, Min —se befó Hoseok—. Mira que armar este alboroto… Te estás enojando por una estupidez, Jimin siempre te ha dado lo mejor de él.

 

El menor de todos abrió los ojos estupefacto y lo miró negando con la cabeza.

 

—¿Crees que Yoongi no ha dado lo mejor de él? —profirió—. Jimin ni siquiera notó lo triste que estaba el día del cumpleaños de su madre. Yoongi ha luchado mucho, y pese a sus problemas, lo soportó todo. Yoongi ha dado más de él de lo que uno espera dar de uno mismo —suspiró apretando los puños, no quería ahorcar a los dos morenos—. Jimin debió pensar mejor las cosas y no actuar a la ligera; y tú, Hoseok —lo miró con desaprobación— se supone que deberías entenderlo, es tu mejor amigo, ¿no?

 

Jimin se rascó el cuello y bajó la mirada.

 

—Deberías callarte —dijo bajito, pero aun así audible—. No estás ayudando en nada.

 

—Taehyung no tiene por qué callarse —habló al fin Yoongi—. Más bien deberías callarte tú. —Su novio lo miró exasperado y listo para replicarle, pero levantó una mano en su cara—. No pienso seguir discutiendo.

 

No dio media vuelta, sino que siguió derecho y chocó con el cuerpo de Jimin y lo empujó para seguir con su camino.

 

—¡Siempre haces esas imbecilidades! —le gritó Hoseok—. ¡Si te pierdes no te voy a ir a buscar!

 

Taehyung torció el gesto y lo miró de arriba abajo.

 

—Pues yo me voy con él, no me apetece quedarme con ustedes —siguió el camino que Yoongi había tomado, pero empujando a los dos chicos que le estorbaban.

 

—Te comportas como un estúpido —bramó Jimin, levantando la barbilla.

 

El castaño se volvió a mirarlo, primero a su novio y luego a su mejor amigo; sonrió fingidamente y levantó la mano, enseñándoles a ambos el hermoso anillo de plata que llevaba en su dedo medio.

Notas finales:

Bueno, pues lastimosamente me toca decirles que esto... ya se está acabando. Es muy triste saberlo, siempre le dije a Lord que deseaba que The Jackpot fuera eterno, pero lastimosamente no puede ser así XD. 

En los últimos días me he preguntado qué se han hecho muchos, ¿por qué nos tienen tan abandonadas? Aunque hay otras que no lo hacen

¿Pueden creer que cuento de exactamente 2 meses para entregar mi trabajo de grado? Siento que los días son muy cortos para hacer tantas cosas X_X 

Yo tenía algo más por decir pero lo he olvidado... en fin. Tengan una hermosa semana. 

¡Los adoro!

 

PD: me engañaron, me dijeron que tenía 6 meses para mi trabajo de grado y sólo me dieron 3

PD2: T_____T

PD3: No he hablado con Lord desde el viernes y siento que ha pasado una eternidad :C

PD4: ¿Dónde están los desaparecidos?

PD5: gracias a todos por leer


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