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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del capitulo:

Y bueno, hemos vuelto con la actualización.

Esperamos que hayan tenido un buen tiempo las últimas semanas. ♥

Capítulo 35

 

Un silencio se formó entre el grupo a pesar del ruidoso ambiente del bar. Taehyung sintió que todos lo miraban, rogándole porque fuera una broma y con la expectativa de soltar una falsa carcajada que mejorara los ánimos que se habían esfumado en un par de segundos. Sin soltar la mano de Dohee, dirigió su mirada a Hoseok, el cual había dejado caer la copa vacía que Yoongi recién le había traído, pero ni siquiera se había inmutado a recoger los vidrios rotos esparcidos por el suelo. Sólo miraba a la bella chica que había arruinado su felicidad.

 

Namjoon se reacomodó en el banco donde se encontraba, su rostro había perdido color viéndose incluso igual de pálido que Yoongi. Jimin saltó fuera del banco con su rostro deformado por una mueca que demostraba su gran confusión, necesitaba aclarar todo aquello o tal vez golpear a Taehyung hasta que les dijera que todo era una broma del infierno.

 

—¿Podrías decirnos qué demonios está sucediendo? Esto no me está gustando, Taehyung, te estás pasando.

 

El mencionado no respondió, aún mantenía la vista fija en Hoseok, sintiendo su corazón apretarse dentro de su pecho al punto de dolerle. El mayor limpiaba la barra sin necesidad, con su rostro compungido de dolor, y sin notar que su cabeza iba de un lado a otro, como si estuviera negando todo, rogando porque fuera una horrible pesadilla de la cual no tardaría en despertar.

 

Taehyung pensó que era la peor escoria existente. ¿Cómo podía haber hecho aquello? Sin más, tomó la mano de su prometida y la jaló lejos de sus amigos, a un lugar un poco alejado donde no los escucharan, aunque podían verlos. Evitó mirar de nuevo hacia donde estaban todos, conteniendo su dolor y lágrimas.

 

—¿Qué mierda ha sido eso?

 

Dohee se mantuvo en silencio, a pesar de mirarlo sin una sola pizca de arrepentimiento.

 

—¿Por qué dijiste eso? Fue completamente innecesario, ¡ese no era el plan, Dohee! —dijo conteniendo un grito de desesperación.

 

—En ningún momento planeamos nada juntos —aclaró la chica, sus ojos brillaban—. Deja de quejarte y sólo sígueme la corriente.

 

Taehyung frunció el ceño lo máximo que pudo, era ilógico, ¿cómo podía seguirle la corriente? ¿Cómo podía seguir lastimando a su novio?

 

—Claro que no, ¡estás loca! ¿No viste el rostro de Hoseok? Está herido, y todo por culpa de tus arrebatos.

 

—Eres un maldito egoísta —escupió en tono bajo, lo suficiente para que el castaño le escuchara con esfuerzo—. ¡¿No te detuviste a mirar a Namjoon?! ¡Estaba en shock! —el tono de su voz aumentó, se le veía enojada. Taehyung no pudo articular respuesta alguna a lo dicho por Dohee. ¿Ella acaso tenía razón?—. Todo tendrá que ser así por un buen tiempo, o por lo menos hasta que Namjoon logre reaccionar y sea capaz de admitir lo que siente.

 

—Namjoon va a sentirse traicionado porque le estoy robando la chica que supuestamente le gusta —enfatizó en el supuestamente haciendo que Dohee virara los ojos e hiciera una mueca de disgusto—. Al menos déjame decirle la verdad a Hoseok, él no merece esto, por lo menos sus sentimientos sí están definidos.

 

—No. No es conveniente hacerlo. Yo los he visto lo suficiente como para asegurar lo mucho que se quieren, lo que significa que no podrán contenerse y demostrar su perfecto amor haciendo que Namjoon no caiga en la trampa —la pelinegra ignoró la mirada suplicante de su prometido—. Lo mejor por ahora será pasar tiempo juntos para que Namjoon se crea todo hasta el final.

 

Taehyung se quedó mirándola mientras mordía su labio inferior horrorizado, estaba seguro que no iba aguantar quién sabe cuánto tiempo sin sentir el cariño de Hoseok.

 

—No, no puedo, es injusto, no puedo hacerlo sufrir de esta manera —sus ojos escocieron y se llenaron de lágrimas que Dohee tuvo que limpiar con rapidez. Aquella acción no fue pasada por alto por el grupo de jóvenes que no había despegado su mirada de ellos.

 

—Tendrás que aguantar —dijo con un rostro serio—. Si quieres estar con él en el futuro tendrás que aguantar todo lo que suceda durante estos días —dijo con un tono de voz un tanto tranquilizante para el otro—. Compostura, Kim Taehyung.

 

El castaño asintió tomando aire para controlar sus nervios y lágrimas. Iban a lograr algo con esto, algo bueno para ambos.

 

—Bueno… es hora de seguir —propuso tomándolo de la mano y llevándolo de nuevo hasta el lugar donde permanecían todos mirándolos como unos bichos raros.

 

—Lo siento, chicos —dijo Taehyung luego de aclararse la garganta, su voz estaba más ronca de lo que ya podía ser—. Ella es Dohee, mi pr…

 

—¡¿Es verdad?! —Hoseok lo interrumpió.

 

Taehyung pudo ver cómo se aferraba a la barra, a punto de quebrarse como aquella copa que había dejado caer minutos antes. Asintió sintiendo un montón de agujas clavarse en su cabeza, haciéndole pagar por lo jodidamente malo que estaba siendo con Hoseok.

 

—Sí —sus piernas temblaron y su corazón latió con desenfreno—, es mi prometida.

 

—Tengo que… —la voz de Hoseok se quebró— seguir trabajando —de esta forma les dio la espalda comenzando a preparar con lentitud el conjunto de órdenes que se le habían acumulado.

 

Ninguno de los chicos respondió nada, su mirada seguía clavada en la chica que sonreía a pesar de saber que no estaba siendo bienvenida. Yoongi miró a su novio, avisándole que se marcharía para continuar con su trabajo y se alejó sin siquiera volver su vista atrás. Taehyung dejó de mirarlos a todos en general y por fin se concentró en Namjoon, su rostro shockeado había pasado a ser uno completamente enojado, algo anormal en él. Taehyung tembló, nunca había visto a su amigo enfadado, sopesó en dar unos cuantos pasos hacia atrás al verlo bajarse del asiento, una vena sobresalía de su sien, y sus puños estaban apretados.

 

—Déjate de bromas ridículas. No voy a creerte eso de que te casas con Dohee —expresó, diciendo aquel nombre como si estuviese acostumbrado a él.

 

Jimin arqueó una ceja sintiéndose enfadado por el comportamiento agresivo del rubio. No le gustaba eso de que su mejor amigo iba a casarse, pero tampoco estaba a gusto con lo ofensivo que estaba siendo Namjoon.  

 

—Contrólate, Joon. Estoy seguro que Tae va a decirnos qué sucede.

 

El castaño no respondió a lo dicho por Jimin. La actitud de Namjoon lo había dejado impactado, confirmándole que lo que decía Dohee era cierto, por lo que decidió continuar con aquel juego, profundizando las heridas de Namjoon —y rezando porque lo perdonara cuando todo fuera arreglado.

 

—Ustedes saben que no acostumbro a hacer muchas bromas —dijo con rostro serio—, no es asunto mío si van a creer o no. He cumplido con presentarles a mi futura esposa —con esto, acercó a Dohee a su lado, pegándola a él, como si fueran una pareja verdadera.

 

Dohee miró a Namjoon sintiéndose un poco mal por la triste mirada que les dirigía, y luego buscó con la mirada a Hoseok, éste continuaba dándoles la espalda, ajeno a la discusión. Cuando volvió su mirada al chico que amaba se vio siendo separada de Taehyung, sin ser capaz de sostenerlo mientras caía de nalgas al suelo por culpa del fuerte estrujón de Namjoon. El rubio los había separado, impidiéndose lastimar a Dohee y aplicando toda su fuerza en Taehyung. Jimin miró entre enojado y sorprendido a Namjoon, no sabía que podía comportarse de aquella explosiva manera, además de querer golpearlo por maltratar a su mejor amigo.

 

—¿Qué pasa contigo, Namjoon? —soltó acercándose al castaño para ayudarlo a levantar sin dejar de mirar enfadado al joven que inhalaba y exhalaba enojado.

 

El rubio continuó mirando a Taehyung, como si éste le hubiese ofendido de la peor forma. Jimin temió porque pudiera írsele encima y golpearlo, así que soltó a Taehyung cuando vio que estaba de pie y corrió a tomar a su otro amigo del brazo, debía evitar a toda costa que se formara una pelea. Sin embargo, Namjoon no le permitió retenerlo por más de dos segundos, soltándose con brusquedad para dar un par de pasos cerca de Dohee, con una mirada dolida que le revolvió el estómago al par de prometidos.

 

—Dime, ¿lo haces a propósito? —la voz de Namjoon estuvo a punto de quebrarse.

 

—¡¿Qué?! ¿Qué demonios está sucediendo, Joon? ¿Estás bien? —preguntó Jimin tratando de agarrarlo del brazo de nuevo pero perdiendo el impulso con miedo de que su amigo pudiese reaccionar peor.

 

—¿Qué sucede? —inquirió desde la barra Hoseok, que se había girado segundos antes notando que el ambiente estaba mucho más tenso. No deseaba saber nada, pero tampoco podía quedarse de brazos cruzados ante alguna situación que pudiese implicar a Taehyung.

 

—Nada, Hoseok, continúa con tu trabajo —soltó Namjoon sin mirarle. Hoseok no pudo creerle, su amigo estaba totalmente erguido, viéndose mucho más alto de lo que podía ser, confirmándole que estaba enfadado, muy enfadado.

 

—¿Dices nada? Acabas de empujarme a mí y a mi prometida —resaltó la última palabra para causarle mucho más dolor a pesar de que aquello también podría dañar a su novio.

 

Hoseok se quedó pasmado por un momento, ¿cuántas veces tenía que escuchar esa maldita palabra en una sola noche? Reaccionó al ver a Namjoon apretando sus puños y a Jimin apoyarse en un pie y luego en otro a causa de los nervios. Tomó una copa con sus temblorosas manos para secarla, e intentando verse relajado habló:

 

—Vete a tomar un poco de aire, Joon. No puedes armar un alboroto aquí, me podrías causar problemas.

 

—Está bien —respondió sin pensarlo un solo segundo y emprendió su camino a la salida, tomando con rapidez a Dohee del brazo, sin darle tiempo de reaccionar.

 

—Wow —dejó escapar Taehyung sorprendido. «Namjoon de verdad quiere a Dohee», pensó sin dejar de seguirlos con la mirada, sin notar que Jimin lo miraba extrañado y Hoseok sólo intentaba ignorar la situación.

 

—¡Hey! —Jimin le golpeó el brazo haciéndose notar—. ¿Cómo permites que se lleve así a tu… a ella?

 

Taehyung lo miró como si no comprendiera qué sucedía hasta que cayó en cuenta de que debía ir a corroborar todo y tal vez a ayudarle a Dohee. Su mejor amigo hizo el intento de seguirlo, pero no logró dar un solo paso por culpa de Yoongi, que lo tomó de la cintura y le dirigió una severa mirada.

 

—Quédate aquí —ordenó.

 

—Pero…

 

—Ya dije, Park —lo llevó hasta un asiento y lo obligó a sentarse ahí antes de comenzar a dejar las copas que llevaba sobre la barra.

 

Yoongi clavó la vista el encorvado cuerpo de Hoseok, el cual era sólo lamentos camuflados en suspiros, logrando su corazón se comprimiera. Intentó decirle algo, alguna estupidez que lo animara pero su boca se mantuvo sellada y su dolor aumentó cuando vio a su mejor amigo aferrarse de la mesa para no terminar golpeando todo. En silencio, dejó todas las copas y miró a su novio:

 

—Sólo cuida de Hoseok.




—¡Suéltame, Namjoon! —gritó Dohee—. ¿Qué pasa contigo? ¡Eres un atrevido! —plantó su mano derecha en el rostro del rubio con la mayor parte de sus fuerzas, dejando una notoria marca roja.

 

Un alivio se extendió dentro de su cuerpo. Era algo que había deseado hacer desde hacía muchos meses atrás, Namjoon lo merecía sólo por reaccionar justo cuando la estaba perdiendo. Dohee recordó con tristeza el montón de veces que él le demostró que la amaba, pero a la misma vez, el conjunto de rechazos por culpa de la inseguridad que poseía. ¿Por qué le costaba tanto aceptar estar con ella? ¿Qué había mal con ella? Namjoon la soltó segundos después pero sin dejar de mirarla, sus ojos reflejaban dolor, logrando que Dohee se sintiera un tanto arrepentida de lo que había hecho, aun así se cruzó de brazos, viéndose dura ante ese hombre que la hacía estremecer.

 

—Dime la verdad, ¿vas a casarte con Taehyung?

 

—Sí —dijo con firmeza.

 

—¿Lo amas?

 

—Aun no pero puedo hacerlo. Taehyung me ha abierto los brazos sin problemas, él sí merece todo mi amor.

 

Taehyung no lograba asimilar lo que ocurría, podía decir y confirmar que Dohee tenía razón, algo que no esperaba que sucediera. Se rio de las mentiras de la joven pelinegra, meditando en si debía darle una mano o debía permanecer escondido observándolos. Namjoon al escuchar la respuesta de Dohee se despeinó sus perfectos cabellos rubios, estaba frustrado, enojado, tenía un conjunto de sentimientos encontrados, sentimientos que sólo podía causarle esa chica que apenas le llegaba a los hombros.

 

—Eres una mentirosa. Taehyung no puede ser bueno contigo porque ama a otra persona, él tiene pareja, Dohee. ¡Le gustan los hombres! Y ama demasiado a Hoseok como para cambiarlo.

 

El chico dijo todo con desespero, logrando hacer que la chica enmudeciera y se le quedara mirando sin saber qué responder en su defensa. El rubio dio un paso adelante, Dohee no retrocedió, mostrándose fuerte a pesar de lo asustada que se encontraba. Taehyung sonrió ladinamente, ella era muy parecida a él, era orgullosa y no permitía mostrarse débil ante nadie.

 

—No me gusta este juego. Estás yendo muy lejos —musitó Namjoon.

 

Los corazones del par de jóvenes se aligeraron al sentirse tan cerca, mientras una guerra de miradas se desataba.

 

—Aléjate —Taehyung finalmente salió de su escondite, atrayendo a la chica a su lado.

 

El rubio lo miró con un rostro serio y levantó su mano para apuntarlo con un dedo.

 

—No creo nada de lo que están haciendo —dijo sin dejar de señalarlo—. Sé que estás mintiendo, Taehyung. Y si sigues con esta mierda vas a condenar tu relación con Hoseok, lo vas a destrozar.

 

Su mirada pasó a Dohee y abrió la boca para decir algo pero ella se le adelantó:

 

—No puedes destruir algo que ya no existe. Es mejor que nos vayamos, Tae. Ya no quiero seguir aquí —pidió, tomándolo de la mano.

 

El castaño asintió nervioso y la besó en la frente antes de seguir su camino. Luego de aquello y de un fuerte apretón de manos, Dohee se empinó y le dio un corto beso en los labios fingiendo ignorar la presencia de Namjoon. Un ruido los hizo separarse. El rubio le había dado una fuerte patada a un cubo de basura y se había marchado empuñando las manos y despeinando mucho más sus cabellos. Ambos se miraron con tristeza y dieron media vuelta encontrándose con la impactada mirada de Jimin.

 

—P-pero si… tu novio… lo quieres… —balbuceó, haciendo sobresaltar a Taehyung, que no tardó en tomar la mano de Dohee, llevarla hasta el auto y luego adentrarse en él para arrancar sin querer darle una explicación a su mejor amigo. Habían pasado por mucho esa noche, ya no quería más peleas.

 

Condujo en silencio hasta otro bar, estaba seguro que Dohee tanto como él deseaba ahogar esas penas que estaban acabando con sus corazones. Los tragos llegaron con la misma rapidez que ellos entraron al lugar y fueron aumentando con el paso de las horas al igual que su falta de percepción por causa de las enormes cantidades de alcohol que iban ingiriendo. Dohee no pudo más y corrió directo al baño a vomitar, siendo ayudada por un par de conocidas manos que la consolaron mientras lloraba y se lamentaba en el baño de damas.

 

—Creo que debemos llevarte a casa —dijo una de las chicas que la había ayudado. Era rubia y tenía el cabello corto.

 

—Nos tenías preocupadas, Dohee. Si sigues así terminarás arruinando todo lo que habías planeado. Debes dormir antes de que te pongas a llamar al tonto de Namjoon y le cuentes la verdad —ordenó la otra chica. Vestía un vestido blanco ceñido al cuerpo que hacía resaltar su figura y sus largos cabellos rojos.

 

—N-no puedo… Tae… —balbuceó entre lágrimas pero no fue escuchada por sus amigas que la arrastraron fuera del lugar, lejos de Taehyung, que no se enteró de nada por estar observando quedamente la bebida que tenía entre las manos.

 

Por su mente pasaban un millón de imágenes de Hoseok, desde el día que lo había conocido hasta ese día que le había roto el corazón. ¿Cómo iba a enmendar todo lo que había causado? Un desagradable desespero lo abordó.

 

—¿Y si este es el fin? —se preguntó en voz alta—. No puedo vivir con esta culpa. No puedo vivir sin él.

 

La mesera que recogía los vasos vacíos sonrió enternecida con el comportamiento del castaño.

 

—Debo decírselo, no puedo permitirle estar triste innecesariamente —prosiguió y se quedó mirando el vaso por otro largo instante hasta que se levantó del asiento con una tambaleante rapidez que por poco hace que la chica soltase la bandeja con las copas vacías—. Dohee, no lo soporto más —señaló a la mesera como si fuera su prometida—, tengo que decírselo todo a Hoseok.

 

La chica volvió a sonreír y miró la hora, faltaba poco para cerrar, un borracho menos sería fantástico.

 

—Está bien, vete —dijo sin ocultar su sonrisa y se hizo de lado para que el ebrio de Taehyung pasara, llevándose un montón de sillas a su paso.

 

Cuando estuvo fuera del bar y se libró de otros borrachos que le reclamaban por los empujones recibidos, tardó más de treinta minutos hallando su automóvil y otros minutos tratando de abrirlo. Para luego recostarse en el asiento dándose ánimos debido a sus bajos ánimos y quedándose dormido durante una larga hora. Se despertó mareado y desorientado, sus niveles de alcohol permanecían intactos. Clavó la vista en la calle vacía, no podía recordar qué hacía allí o qué estaba a punto de hacer. Se sintió acalorado y abrió la ventanilla del auto dejando entrar un poco de aire para aclarar un poco su cabeza. Lo logró en un par de minutos, recordó que Dohee le había dado permiso de contarle todo a Hoseok.

 

Alarmado por haber perdido tanto tiempo aceleró el auto sobrepasando los límites de velocidad, llegando casi a las cuatro de la mañana a la casa del mayor. Se bajó del auto sin siquiera apagarlo, cerrar las puertas o estacionarlo correctamente. Caminó apresuradamente perdiendo el equilibrio más de la cuenta y se aferró a la puerta con ganas de golpearla hasta que saliera aquel pelinegro y lo perdonara por no haberle compartido lo que sucedía, pero al final terminó decidiendo enviarle un mensaje de texto —ignorando uno que había llegado pocos minutos antes—, para no despertar a Jungkook y SeRa.

 

«n tu peurta, habre».

 

Fue lo que logró escribir y enviar sin cerciorarse de que el mensaje había sido enviado al destinatario correcto.




Hoseok llevaba horas revolcándose en la cama, le había costado horrores dormirse, y cuando lo había logrado sólo había dormido unos cinco minutos de seguido. Cansado de estar obligándose a dormir, se sentó en la cama, apoyando su cabeza en el cabezal de ésta. No dejaba de pensar en la última vez que le había hecho el amor a Taehyung, lo feliz que se había sentido. Creía que se querían, que eran el uno para el otro y que sería muy difícil separarse. Sonrió negando con la cabeza:

 

—Sólo fueron un par de segundos. Todo terminó sin esperarlo —musitó. De nuevo las lágrimas que lo habían acompañado a lo largo de la madrugada hicieron presencia. No intentó quitarlas, era inútil, por mucho que peleara contra ellas seguirían apareciendo, nublando su vista y llenando su cabeza de todos los bonitos recuerdos que tenía de Taehyung para torturarlo.

 

Un sonido característico de un mensaje de texto lo obligó a pasarse el brazo por el rostro para limpiar sus lágrimas con prisa y sin cuidado, ¿quién podría escribirle a esa hora? Tomó el móvil y el corazón le latió a mil por hora en bien leyó el mensaje:

 

«n tu peurta, habre».

 

Frunció el entrecejo al ver lo mal que había escrito Taehyung. Corrió hasta la puerta y le quitó los seguros, lastimándose un dedo por culpa de la oscuridad. No creyó que los latidos de su corazón pudiesen aumentar más pero así lo hicieron, todo por culpa del castaño de cabellos desordenados que estaba en su puerta. La preocupación lo invadió al ver el pésimo estado del menor, resaltando que había un notorio olor a licor cerca de él; intentó preguntarle si estaba bien, pero éste se apresuró en hablar:

 

—Déjame hablar —dijo con una risita cantarina poniéndole una mano en el pecho—. Jung Hoseok —la bella y sonora risa que había soltado pasó a ser una llena de amargura—, me voy a casar. Me casaré con Lee Dohee.

 

El mayor lo miró dolido, con sus esperanzas repartidas por el suelo.

 

—¿Por qué me haces esto? Detente, estás muy borracho y no qu…

 

—Tendremos un anillo en nuestros dedos —dijo, enseñando el dedo equivocado debido a su falta motriz.

 

Los ojos de Hoseok comenzaron a arder. «No delante de él, va a burlarse de mí», pensó tomando un poco de aire para regular sus lágrimas.

 

—Debes irte —miró hacia el lugar donde Taehyung siempre estacionaba su auto, y abrió los ojos impactado al encontrarse el auto con la puerta abierta, encendido y medio montado en su acera.

 

Cayó en cuenta de lo realmente ebrio que estaba el castaño y volvió su mirada a él dando con una escena que lo hizo sentir enfermo. Taehyung lloraba tapándose el rostro con ambas manos, sus hombros se movían por culpa de las convulsiones causadas por el llanto, y por entre sus manos se escapaban unas cuantas lágrimas que bajaban hasta colgarse en sus codos.

 

—¿Estás bien? ¿Te has lastimado conduciendo? —dijo con una voz amable pero llena de dolor.

 

—¡Di algo! —gritó sin dejar de sollozar—. Insúltame, ¿por qué estás tan tranquilo? ¿No tienes mucho por decir? —jadeó—. No te merezco.

 

Hoseok tomó aire y lo abrazó. Su cuerpo se llenó de energía, estaba necesitando tener a Taehyung apretado entre sus brazos demostrándole su amor.

 

—Te hice daño, deberías enviarme a la mierda —dijo con su voz ahogada en el pecho de Hoseok.

 

El mayor se despegó de él, haciéndolo sentir solo y desprotegido. Apretó los ojos esperando lo que podría decirle Hoseok, pero sólo sintió un par de manos rebuscando algo entre sus bolsillos. Abrió los ojos encontrándose con la puerta abierta sin el mayor allí delante de él, y se vio obligado a girarse cuando escuchó el sonido del auto siendo apagado. Hoseok cerró la puerta y lo bloqueó antes de volver a detenerse en frente de él, que lo miraba sin comprender y con un par de lágrimas colgando de sus pestañas.

 

—¿Por qué condujiste en ese estado? —preguntó con un tono de voz tranquilo que hizo que Taehyung se sintiera como una mierda por lo estúpido que era—. Entra —dijo al no recibir respuesta alguna—, está haciendo frío.

 

Taehyung no se atrevió a dar un paso dentro, estaba muy apenado, ¿qué haría si SeRa o Jungkook despertaran y lo vieran tan borracho? Negó con la cabeza sin ser visto por el mayor, que lo empujó con suavidad dentro de la casa hasta hacerlo sentarse en el sofá. Hoseok se estremeció por una ráfaga de viento que entró cuando él estaba cerrando la puerta, y luego se sentó en frente del castaño, fingiendo verse bien cuando por dentro se estaba muriendo. Un conjunto de sollozos volvieron a salir de Taehyung, Hoseok miró hacia el corredor alarmado y corrió en busca de una caja de pañuelos.

 

—No hagas ruido, los niños van a despertarse —le pidió con esa falsa tranquilidad que seguía golpeando al menor, luego le limpió las lágrimas inútilmente, ya que estas continuaban bajando sin cesar haciendo que sus ojos también escocieran.

 

Taehyung continuó llorando en silencio por un leve momento en el cual Hoseok no supo qué decir. El silencio, a pesar de ser corto, se sintió pesado y agobiante, hasta que el menor habló con un tono de voz bajo y suplicante:

 

—¿Podrías besarme? —extrañaba el calor de Hoseok, su cercanía y el sonido de su respiración cuando lo besaba.

 

El mayor lo miró enternecido y con miedo, ¿ese sería el último beso que se darían? Sus labios temblaron y su estómago se revolvió. Taehyung había ido a despedirse, eso era lo que rondaba por su cabeza. Lo miró, él también tenía su vista clavada en él con expectación, con súplica. A pesar de temer porque el otro se marchara en bien lo besara, se acercó y unieron sus labios, sintiendo el sabor de una mezcla de tragos, el sabor del dolor, del amor y muchas cosas más. Las manos de Taehyung terminaron en su cabello y sus cuerpos se acoplaron tanto, demandando no ser separados nunca.

 

Taehyung no pudo contenerse y continuó llorando, bajando sus manos de la cabeza a la espalda y luego cintura del mayor cerciorándose de que era real. Con esto se despegó, decidido a contar todo, no podía continuar ocultándole lo que sucedía a su novio, si es que aún continuaban siéndolo.

 

—Lo siento —dijo antes de soltarlo todo.

 

—No quiero escuchar disculpas —musitó sintiéndose ahogado por el llanto que no permitía salir—, por favor, no continúes hiriéndome.

 

—No sabía que iba a doler tanto, no quería que esto pasara.

 

Y sin dejar que Hoseok lo interrumpiera le compartió todo desde el momento en el que se había encontrado a su madre en la mansión hasta ese instante. No escondió nada, mucho menos el corto beso que se había dado con Dohee para provocar a Namjoon, aquel beso que había dejado impactado a Jimin en la entrada del bar. Hoseok respiró aliviado, se sentía un poco liviano a pesar del enorme problema que les estaba causando la señora Kim. Abrazó a Taehyung, agradecido por haberle contado todo y no continuar ocultándole algo tan grande que los estaba destruyendo.

 

—Algo haremos, no vamos a permitir que te cases y menos con la chica de… Namjoon.

 

—Él de verdad quiere a Dohee, la ama y no lo admite. Aun así no puedo hacer nada todavía, debo esperar y hablar con ella —Hoseok acercó a su novio para que se recostara en su hombro mientras jugaban con sus manos en silencio—. Tengo miedo, nuestras madres son… están mal. No sé cómo terminará todo.

 

Taehyung no pudo evitar volver a pensar en lo iguales que eran Dohee y él, hasta que de repente recordó el momento en que ésta le había permitido contarle todo a su novio.

 

—Oh no… —susurró sintiendo su cuerpo enfriarse.

 

—¿Qué sucede? —Hoseok le miró preocupado.

 

—He dejado a Dohee sola en el bar, la chica que me había dicho que viniera era una mesera, no era… mierda —se levantó del sofá algo tambaleante para sacar el teléfono del bolsillo con torpeza, encontrándose con un mensaje de texto de ella recibido dos horas antes.

 

«Mis amigas me han traído a casa a salvo, lamento haberte dejado solo, espero que estés bien. Dohee».

 

Taehyung suspiró aliviado y se preguntó si la joven realmente había escrito el mensaje o si una de sus amigas lo había hecho por ella, él aún se sentía muy mareado como para enviar un mensaje de texto bien escrito. Sin fijarse bien intentó lanzarse sobre el sillón haciendo que Hoseok tuviera que agarrarlo en el aire para que no se golpeara contra suelo, pues estaba un poco alejado del mueble.

 

—Cuidado —dijo el mayor soltando una risita nerviosa para luego ayudarlo a sentarse de nuevo.

 

Taehyung lo miró con cara apenada. Hoseok se enterneció y le acarició la cabeza antes de besarlo. Se había asustado mucho, y la tristeza había sobrepasado sus límites, pero ya estaban en cierto modo bien. Sus manos comenzaron a viajar por el cuerpo del contrario, pegándose más, mientras sus lenguas jugaban y sus corazones se aceleraban hasta que Taehyung se separó haciendo una mueca que lo hizo confundir un poco.

 

—Creo que voy a vomitar.

 

El mayor lo miró alarmado y lo jaló hasta el baño, dándole leves palmaditas en la espalda mientras se aferraba del váter y vomitaba por culpa de todo el alcohol que había consumido horas antes. Ya estaban bien, pero debían luchar para estar mejor. Hoseok sonrió mientras continuaba palmeando la espalda de Taehyung, algo harían para impedir ser separados.

 

Notas finales:

Qué cosa más complicada, carajo, pero al menos Taehyung le contó la verdad a Hoseok y ya ninguno de los dos la pasará pésimamente mal.

¿Qué tal les pareció el capítulo, les gustó? Hace mucho que no comentan y me empiezo a cuestionar si la historia se ha puesto muy aburrida y ya nadie nos lee. ㅠㅠ

Espero que todas estén muy bien y saludables. Lord, fuera.

 


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