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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del capitulo:

Buenas. Y aquí Lord les trae el capítulo 5.

Disculpen la tardanza 💔

Capítulo 5

 

Era miércoles, Hoseok llegó a su trabajo luego de haber hecho todo lo posible por no encontrarse con Taehyung en la universidad. Odiaba a ese chico, bueno, no lo odiaba cuando leía, se veía diferente y hasta agradable, era como si dejara de ser él para convertirse en otra persona... o tal vez la persona que se veía tan tranquila leyendo era realmente Taehyung. Hoseok movió su cabeza frenéticamente para dejar de pensar en el niño mimado que estaba jodiéndole la existencia los últimos días.

 

Saludó a todos como normalmente lo hacía y trotó hasta donde se encontraba Yoongi lavando los platos. Sonrió como siempre lo hacía cuando lo veía, a simple vista Hoseok parecía el novio o un admirador secreto de Yoongi, pero todo iba más allá de eso. Yoongi era como su hermano menor, alguien por el que luchaba y al que también debía agradecerle sus sonrisas.

 

—Yoongi —alargó la última letra mientras lo abrazaba desde atrás. Era una escena totalmente rara para cualquiera que lo viera.

 

—Creí que hoy tampoco vendrías —expresó el pelinaranja sin dejar de lavar los platos. Además de tener un gesto de dolor en el rostro que se le hacía imposible de ocultar.

 

—Lo siento, por lo de ayer —explicó—. Fui algo grosero, ¿no lo crees?

 

—Sí, pero debiste tener una razón, porque la tienes, ¿no? —por primera vez en el día Yoongi le miró.



Hoseok también imitó su acción pero frunció el ceño en bien se topó con la mirada de su amigo. Había algo raro en él, tenía el cuello de la camisa subido, además de que las mangas, que usualmente se subía hasta los codos, estaban intactas y abotonadas. Pasó su vista por el rostro del pelinaranja, estaba maquillado, sin embargo un moretón cercano al labio resaltaba un poco.

 

Yoongi se enteró de que su mejor amigo lo miraba de forma rara. Se giró con rapidez a pesar del dolor en su cuerpo y continuó trabajando. El chico comenzó a sudar de los nervios, no le gustaba cuando Hoseok se enteraba de que su papá lo había golpeado.

 

—¿Lo hizo de nuevo? —preguntó, sus ojos se volvieron más oscuros de lo que realmente eran y aquella sonrisita encantadora desapareció.

 

Yoongi asintió con certeza de que Hoseok lo miraba.

 

—¿Por qué te pegó esta vez? —Hoseok intentó sonar lo más normal que pudo pero por dentro se retorcía de la ira. Algunas veces había estado a punto de buscar al padre de Yoongi y prohibirle que le pusiera un dedo encima, pero las súplicas de su mejor amigo y los sollozos le impedían lograr decirle algo señor Min o por lo menos asentarle unos cuantos golpes que tanto había deseado darle.

 

—Me pidió dinero y le dije que había perdido mi empleo —suspiró sin mirar al otro. Su labio inferior tembló y se contuvo las ganas de llorar.

 

—Yoongi… —no pudo continuar por culpa de uno de sus compañeros.

 

—Hey, Hoseok, ya han pasado cinco minutos desde tu hora de trabajo, no puedo cubrirte más —dijo el empleado arrojándole el delantal y saliendo del lugar.

 

—Hablamos luego —acató a decir Yoongi y Hoseok medio asintió.

 

 

Taehyung tomaba su almuerzo con una sonrisa en los labios. No había nadie que cocinara mejor que la señora Lee, ni su madre podía hacer algo tan delicioso, aunque podía jurar que ella no podía ni hervir un poco de agua. Se preguntó cuándo regresaría su madre, a pesar de todo la extrañaba, le gustaba verla aunque fuera pegada de su teléfono móvil o tomando el sol con sus amigas en la piscina.

 

Su padre llegó de la nada sacándolo de sus ensoñaciones. Taehyung lo miró por unos segundos y luego continuó disfrutando de su almuerzo. Una de las sirvientas llevó la comida del señor de la casa y luego volvió a salir del comedor. El ambiente era raro, había algo que no estaba bien allí. Lo supo cuando el mayor habló por fin.

 

—Pequeño, ¿cómo va todo? —lo dijo con un cariño exagerado y poco normal en él.

 

Taehyung lo miró, entrecerró los ojos y volvió su vista al plato.

 

—¿Cómo está Jimin?

 

Volvió a suceder lo mismo.

 

—Las acciones de la empresa han estado subiendo. Hemos tenido mucho trabajo, por eso tengo el bar, para desestresarme. Me gusta ver cómo la gente se divierte y la música es buena. Me sube los ánimos, ¿a ti no? —sonrió—. Pero si tu madre se entera estaré en graves problemas, tal vez dirá algo como: “No puedo tener un esposo que tenga un bar, ¿qué dirán mis amigas?” —se carcajeó—. ¿No crees? Tu madre es un poco exagerada.

 

El menor suspiró y fulminó a su padre con la mirada. No sabía en qué momento aquel hombre captaría que no le interesaba hablar con él.

 

—Vale, vale. Así no conseguiré nada, iré al grano —dijo tomándose el puente de la nariz—. No sé cómo pero haz que J-Hope regrese.

 

—Espera, ¿qué? —Taehyung por fin habló. Por poco y deja caer los palitos al suelo.

 

—No pediré explicaciones ni nada parecido. Sólo tráeme de regreso a mi mejor trabajador —sentenció el señor Kim.

 

—No lo haré —le retó.

 

—Claro que lo harás.

 

—¿Cómo estás tan seguro? Si los contratas de nuevo le diré a mi madre que… —fue interrumpido.

 

—Si no lo haces quemaré tu librería, lo juro, Taehyung —el hombre supo que había dado en el blanco.

 

—¡¿Estás loco?! —Taehyung se levantó y golpeó la mesa con enfado.

 

—Además bloquearé tus tarjetas para que no puedas comprar más libros o salir con Jimin —el mayor se cruzó de brazos y sonrió. Taehyung lo destripó con la mirada.

 

—No sé cómo contactarlo —mintió.

 

—Tienes hasta el lunes, si el lunes en la noche no veo a J-Hope en el bar puedes irte despidiendo de tu montón inservible de libros.

 

—Pero papá —alegó.

 

—Dije lunes, Kim Taehyung —así fue como cortó la conversación y se marchó del comedor dejando su almuerzo intacto y a su hijo echando chispas por todas partes.

 

 

Hoseok recién llegaba de repartir unos pedidos. Había recorrido prácticamente toda la ciudad. Si no fuese por la motocicleta con la que contaba la pizzería se hubiese vuelto loco en cada trancón por el que había pasado. Ingresó al lugar para recibir las nuevas pizzas y las direcciones a las que debía llevarlas. Le permitieron descansar unos minutos por lo que se puso a hablar con uno de los camareros para matar el tiempo, pasó su mirada por el lugar y se detuvo al encontrar los ojos del chico que odiaba más que a Taehyung.

 

«», se dijo a sí mismo y se imaginó golpeándolo por haber tocado a Yoongi. La mirada de Jimin era casi igual pero con un toque de control, a él le convenía llevar las cosas bien.

 

Hoseok se despidió del chico y se fue al baño para salir de nuevo a repartir las pizzas. Cuando estaba lavándose las manos se encontró de nuevo con la mirada de Jimin, el cual imitó lo que él hacía y le pasó una servilleta para que se secara las manos. Hoseok lo ignoró e intentó salir del baño pero Jimin lo detuvo.

 

—¿Hoseok? ¿Puedo hablar contigo? —el mayor se giró algo desconcertado y le fulminó con la mirada.

 

—¿Quién eres tú para llamarme por mi nombre? ¿De dónde sacas tanta confianza? —inquirió infantilmente.

 

—Sólo quería disculparme por mi estúpido comportamiento. Vengo en paz y también… quiero hablarte sobre Yoongi —dijo tan calmado como pudo aunque realmente deseaba partirle la cara a Hoseok.

 

El otro al escuchar el nombre de su mejor amigo se queda estático. El sólo pensar que Yoongi se había dejado llevar por las falsas palabras de ese tipo le causaba náuseas. Jimin no era merecedor de Yoongi, no. Su mejor amigo merecía alguien que lo amara de verdad y que quisiera cuidarlo tanto como él lo hacía.

 

—¿Qué pasa con Yoongi? —soltó de la nada, fue como una amenaza.

 

—Tu amigo me agrada, no sé… estoy realmente interesado en él. No quiero hacerle nada malo, sólo necesito que me… —Hoseok quiso tomarlo de la camisa pero se contuvo.

 

—No estoy dispuesto a perder un trabajo de nuevo por tu culpa, si no fuera así te golpearía hasta acabar con ese rostro con el que engatusas a todos esos pobres chicos y chicas. Tal vez ellos no tienen quién los ayude pero Yoongi sí y si cayó una vez en tus brazos no volverá a hacerlo de nuevo —declaró lo suficientemente cerca como para que sus narices se rozaran.

 

—No entiendes.

 

—Claro que sí. Aunque me confunde que busques más sabiendo que ya conseguiste lo que querías, aun así no dejaré que te acerques de nuevo a él, siempre estaré entre los dos, como un enorme muro que impida que puedan verse lo más mínimo —sonrió ladino—. Haré todo lo necesario para que Yoongi no te mire ni de reojo —remató y salió con rapidez del baño.

 

Jimin apretó los puños y se despeinó el cabello con frustración. Odiaba a Hoseok, lo podría repetir toda la noche, aun así debía comportarse como un manso cordero para que el otro no fuera un impedimento en su acercamiento a Suga.

 

Se miró al espejo y reparó el mal que le había causado a su peinado y luego regresó a la mesa donde se encontraban sus padres. Había sido una casualidad encontrarse con J-Hope ahí. Ellos nunca habían comido en ese lugar, sin embargo, habían decidido ir por primera y única vez ya que era casi una tradición que cenaran en el mismo restaurante de siempre.

 

—¿Por qué tardaste tanto? ¿Te sientes bien? —la señora Park puso su mano en la frente de Jimin y luego la alejó con su rostro un poco aliviado.

 

—Me encontré con un conocido en el baño, por eso tarde —explicó para luego tomar un poco de vino.

 

—¿Te ha gustado el lugar? —inquirió su padre.

 

—Es agradable, no es tan elegante como el restaurante al que solemos ir pero sería bueno regresar algún día —respondió con una sonrisa que contagió a sus padres.

 

—¿Regresarás a casa con nosotros? —preguntó la mujer levantándose del asiento.

 

—No, mamá, vine en mi auto, además tengo algo que hacer —dijo para despedirse de sus padres y salir de la pizzería con pasos exageradamente lentos.

 

Se metió dentro de su auto a pensar, ¿cómo podría lograr que Hoseok lo dejara en paz? ¿Qué debía hacer? Se la pasó mucho más tiempo del necesario pensando en diferentes planes que lograrían que él fuera el ganador, sin embargo, ninguno terminó agradándole por completo. Miró la hora en su Rolex y encendió su auto con rapidez, si no se apuraba no encontraría a Yoongi.

 

El camino hacia el restaurante donde trabajaba Suga se hizo eterno. Tenía muchas ganas de ver a aquel chico, su rostro, su mirada, todo. Cuando llegó esperó fuera del auto, estaba casi seguro de que Yoongi saldría en cualquier momento por lo que decidió esperar afuera.

 

Sus cálculos fueron perfectos, Yoongi salió dos minutos después y justo tras él iba Hoseok. Jimin ignoró al otro y saludó con la mano al pelinaranja, el cual se sonrojó por completo e intentó saludarlo de igual forma.

 

Hoseok dio un par de zancadas y arrastró a Jimin lejos de Yoongi, que se había quedado pasmado sin saber qué hacer.

 

—Creí que te había quedado claro lo que te dije en la pizzería —su paciencia había desaparecido.

 

—No entiendo cuál es tu problema —bufó—. Yo sólo quiero ser amigo de Yoongi, quiero verlo feliz, hacerlo feliz. ¿Qué hay de malo en eso? —justo cuando dijo aquello el mencionado se paró entre los dos y miró fijamente a Jimin.

 

Yoongi no creía que Jimin pudiera hacerlo feliz, era imposible, tal vez estaba cargando con la culpa de lo que había sucedido en su casa haciéndolo sentir más miserable. Sintió que su cuerpo se calentaba y su rostro se tornaba rojo de la ira.

 

—¿Hacerme feliz? ¿Cómo puedes tú hacerme feliz? —Suga se veía bastante enojado. Jimin olvidó todo lo que tenía para decir al verle en ese estado.

 

El menor abrió la boca para decir algo pero nada salió.

 

—¿Lo ves? Así que deja de estar gritándole al mundo que puedes hacerme feliz cuando ni si quiera sabes cómo —Yoongi se marchó y Hoseok lo siguió con una sonrisa triunfal.

 

Jimin intentó no gritar aunque las ganas no le faltaban. Se agarró la cabeza y dijo un montón de obscenidades por lo bajo para luego darle una patada a una de las llantas delanteras de su auto y activar la ruidosa alarma. Se metió dentro del auto e inclinó por completo el asiento. Comenzó a mirar el techo del auto intentando tranquilizarse hasta llegar a razonar.

 

«Sólo está auto protegiéndose», se dijo. «Se refugia en Hoseok así como yo lo hago en Taehyung», continuó. «Sólo debo ganarme su confianza», se alentó para organizar su asiento y conducir de vuelta a casa.

 

 

Hoseok no paró de sonreír hasta que notó el rostro descompuesto de Yoongi. Sintió que algo malo había salido de aquella situación. Se puso en los zapatos de su mejor amigo y se enteró de que él tenía miedo, miedo de que alguien aparte de Hoseok lo hiciera feliz porque antes existieron ciertas personas que lo hicieron sentirse bien, que lo hicieron sonreír a diario y lo empujaron hacia delante, hacia un radiante futuro, pero luego con la muerte de su hermana, todo se vino abajo.

 

Su familia pasó de ser la que lo hacía feliz a la que le causaba más dolor. Yoongi temía de que Jimin le causara dolor, lo lastimara hasta acabar con lo poco que quedaba de él. Hoseok no tuvo que preguntar nada para saberlo todo. Se acercó a su mejor amigo y lo abrazó con fuerza, Yoongi se dejó abrazar sin dejar que ningún tipo sentimiento saliera de él.

 

—¿Qué tal si amaneces en mi casa? Podremos ver una película con Sera, Jungkook y Jin, ¿te parece? —Hoseok fingía estar animado para que Yoongi sonriera y aceptara aquella invitación.

 

—No quiero que mi padre se enoje de nuevo —explicó cabizbajo.

 

—Entonces… ¿Qué tal si voy yo a tu casa?

 

—¿Estás seguro? —la mirada de Yoongi se iluminó y Hoseok asintió.

 

—Llamaré a Jin, estoy cien por cierto seguro de que él cuidará de Sera y Jungkook —mostró su sonrisa más brillante.

 

Luego de caminar con lentitud hasta la casa de Yoongi, ambas personas se lanzaron sobre los muebles de la sala al no encontrar un leve rastro del señor Min. El pelinaranja supuso que ya dormía pero tampoco fue a cerciorarse de eso. Sólo se quedó un poco aliviado sobre el mueble.

 

Los minutos pasaron y a sus pensamientos se llenaron de Jimin. ¿Había sido grosero con él? Por un momento se arrepintió de lo que había dicho, claro que quería que Jimin lo hiciera feliz pero tenía miedo de que todas esas palabras terminara llevándoselas el viento. ¿Por qué iba a confiar en un aparecido? Por lo que podía suponer, a Hoseok no le caía bien Jimin, su mejor amigo siempre tenía la razón y si no lo quería cerca de él era por algo, debía confiar y evitar a toda costa al niño rico.

 

—¿Tienes hambre? —inquirió para dejar de pensar en Jimin.

 

—La verdad sí —Hoseok puso una mano sobre su estómago y frunció el ceño.

 

—Creo que mi padre ya devoró todo lo que había dejado y sólo cuento con algo de Ramen —explicó con pena.

 

—¿Cuántas veces debo repetirte que no como Ramen por obligación? ¡Me gusta el Ramen! —alzó sus manos y sonrió.

 

—Vale, espérame aquí, no tardo.

 

Yoongi preparó el Ramen lo más rápido que pudo y lo llevó a la sala. Ambos comieron hasta saciarse, estaban satisfechos y preparados para ver una película antes de dormir. De un momento a otro la puerta principal se abrió estrepitosamente y por ésta ingresó el señor Min completamente ebrio. La cara de su primogénito se tornó totalmente roja, no quería causarle problemas a Hoseok, eso era lo que más quería evitar.

 

Por el contrario, Hoseok se quedó pendiente de los movimientos del mayor. Esperaba que subiera las escaleras y los dejara en paz pero esto nunca sucedió. El señor se quedó en el umbral de la sala mirándolos con asco.

 

—¿Qué hace él en mi casa? —arrastró las palabras sin dejar de mirar a Hoseok.

 

—Papá, yo… —fue interrumpido.

 

—¡Te he dicho que no quiero que estés cerca de él! —gritó y batió una botella de Soju que tenía en la mano contra el suelo.

 

Yoongi pegó un salto asustado al ver el montón de vidrio saltando por todos los lugares de la sala. Hoseok tomó la mano de su mejor amigo y se puso delante de él.

 

—Creo que debería calmarse, señor Min. No está bien que esté causando tanto alboroto en tal estado. Lo acompañaré hasta su habitación —dijo con un tono serio y se acercó a él.

 

—¡No me toques! No quiero que me contagies lo marica así como hiciste con mi hijo —empujó a Hoseok sin mucha fuerza.

 

—Por favor, señor, yo no estoy faltándole al respeto así que controle sus malas palabras —advirtió.

 

—Me importa una mierda, apareciste en nuestra vida feliz y volviste marica a mi hijo. ¿Crees que no me di cuenta? A parte de que no sirve para nada es un marica —escupió, mirando con asco a su hijo. Hoseok no golpeó aquel hombre sólo por respeto a su mejor amigo.

 

—No es justo que diga esas cosas de alguien que se preocupa tanto por usted.

 

—¡Es su deber! Él acabó con mi familia, la destruyó y me dejó sin nada. Por lo tanto debe ser responsable y arrodillarse rogando perdón, aunque nunca lo merecerá —el mayor subía y bajaba la voz sin control.

 

—¡No fue culpa de Yoongi lo que sucedió, fue un error, un jodido error! —Hoseok también comenzó a gritar desesperado.

 

—¿Error? —Miró a su hijo— ¿Estás seguro que fue un error? ¡Tú mismo lo sabes! Sabes que eres un asesino.

 

El pelinaranja cayó de rodillas al suelo, no aguantaba escuchar esas palabras a pesar de que su padre se las había repetido miles de veces. Sus ojos se llenaron de lágrimas y se tapó los oídos esperando no escuchar nada más.

 

—¡Usted está loco! —Hoseok le dio la espalda y abrazó a Yoongi, ahí fue donde el señor Min aprovechó y se lanzó sobre él.

 

Yoongi se sintió vacío al no tener a Hoseok abrazándolo. Abrió los ojos y vio con horror a su padre encima del pelinegro golpeándolo sin piedad. Gateó hasta donde estaban y trató de quitar a su padre de encima hasta que lo logró gracias a lo borracho que se encontraba.

 

—Vete Hoseok, vete ahora, por favor —rogó sosteniendo a su padre mientras éste pataleaba y golpeaba con los codos el cuerpo ya magullado de Yoongi.

 

—¿Estás loco? No me iré sin ti —el pelinegro tomó al padre de su mejor amigo de la camisa y lo arrojó sobre el mueble. Luego arrastró a Yoongi fuera de la casa mientras él lloraba y le suplicaba porque lo dejara allí.

 

Hoseok no se detuvo a escucharlo ni un minuto. A pesar de no contar con mucho dinero detuvo un taxi, metió dentro a Yoongi y se subió después. El menor lloraba sin calmarse, sabía que él no estaba enojado, sólo desesperado por su padre y por todo lo que había escuchado.

 

Debido al largo viaje, Yoongi se quedó dormido sobre el hombro de Hoseok que no dejó de pensar en cómo podría convencer a su mejor amigo de abandonar su agridulce hogar.

Notas finales:

Ok. Ayer en la noche tuve un ataque tremendo y estuve decaída como hasta las 4am, cuando me empezó a dar sueño. Por lo que hoy domingo me desperté a las 2pm bastante cansada, y luego me puse a ver "Líbranos del mal", esa peli de terror que salió el año pasado.

Por eso tardé en actualizar, lol. Son las 4:30pm, hace unos quince minutos que acabó la película. ¿Ya la han visto?

Bien, no hablo más. Disculpen de nuevo la tardanza. Tengan bonito resto de día y una excelente semana. ¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer y comentar! ♥


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