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The Jackpot por Lord_Dara

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Notas del capitulo:

Jelou~ Venimos con la actualización.

Antes de que lean, queremos disculparnos por no haber actualizado la semana anterior sin aviso previo, tuvimos algunos contratiempos y cosas por arreglar. Esperamos que ésto no vuelva a pasar en el futuro, y si sucede, esperamos que nos comprendan. ♥

Sin más que decir, esperamos que les guste ^^

Capítulo 9


Lo que amaba Hoseok de los domingos era que podía estar libre y dedicarle tiempo a sus estudios. El problema era que ese día no había logrado concentrarse. Por quinta vez consecutiva se sentó en el suelo de la sala y desplegó su conjunto de documentos sobre Biología celular y molecular. Leyó la primera página del primer documento y cuando iba en los dos primeros renglones lo dejó a un lado.

 

—No puedo hacerlo —se recostó sobre la mesa y gruñó lo suficientemente bajo para que sus hermanos no lo escucharan—. ¡Ya sé! —Se dijo—, leeré las guías de Entomología —Hizo todo lo que tenía sobre Biología celular y molecular a un lado y abrió el otro libro intentando concentrarse esa vez.

 

Sonrió al lograr leer la primera página completa, luego todo se desmoronó al pensar si Taehyung estaría concentrado en sus trabajos para el día siguiente. Puso el libro encima de la mesa sin pensarlo y frunció el ceño al recordar que no sabía qué estudiaba Taehyung.

 

—Es muy problemático, no sé qué podría hacer allí —murmuró arrugando la nariz—. Aunque se vería bien en un laboratorio —se respondió a sí mismo mirando hacia ningún lugar en específico. De repente su mente viajó al día anterior, sintió de nuevo los labios de Taehyung y su corazón se aceleró, hasta que reaccionó—. ¡¿Qué?! —Se tomó la cabeza y gritó—. ¡No debes estar pensando en él! —Saltó del suelo y comenzó a negar con la cabeza y dar vueltas alrededor de la mesa—. Estás loco, estás dejando que Taehyung consiga descomponerte, no, no, no.

 

Oppa —llamó SeRa desde el umbral de la cocina. En su mano izquierda permanecía un bol lleno de cereal con yogurt de fresa y en la otra una cuchara que lo apuntaba—. ¿Te encuentras bien? Estás asustándome, de verdad lo estás haciendo —dijo la niña asombrada y con un toque de burla.

 

—¡E-estoy bien! Es sólo que estaba... Jugando, ¿no quieres jugar con tu hermano favorito? —mintió y la niña lo miró con pena.

 

—Me avergüenzas —clavó la cuchara en el bol y se sentó en el sofá mirándolo algo escéptica.

 

—¡Hoseok! —De repente llegó Jungkook haciendo un puchero—. ¿Has visto mi lápiz? Creo que lo dejé en la cocina cuando vine por algo de agua, pero ahora ya no lo encuentro.

 

—¿Hoseok? ¡Soy tu hermano mayor, debes respetarme! —exclamó indignado.

 

—Ayúdame a encontrar el lápiz, sólo me queda un ejercicio de Límites y termino —bufó Jungkook.

 

—Está en tu bolsillo trasero —dijo SeRa con la boca llena de cereales.

 

Hoseok negó con la cabeza e hizo que su hermano girara para sacarle el lápiz que sobresalía de su bolsillo.

 

—¿En qué estás pensando? —preguntó el mayor para luego suspirar. El rostro de Jungkook se tornó rojo al instante y miró el lápiz como si éste hubiese llegado a sus manos por arte de magia.

 

—¡Lo está haciendo de nuevo! —gritó SeRa impresionada.

 

—¿Qué está haciendo de nuevo? —preguntó Hoseok a punto de volverse loco.

 

—Mira, mira, su rostro. En la tarde recibió un mensaje de texto y se puso igual —la niña soltó una risita pegajosa—. Y cuando fue por agua a la cocina, la sirvió y la dejó sobre el mesón, aún está allí, yo la vi cuando servía los cereales —Jungkook la miró de manera amenazante y ella le sacó la lengua como defensa.

 

—¿Estás bien? —le preguntó J-Hope un poco preocupado.

 

—No lo está y tú tampoco —SeRa dejó a un lado el bol y se paró en medio de ambos para hacer que se acercaran a ella. Los hermanos sin preguntarle intentaron acercarse tanto como pudieron y se prepararon para lo que su pequeña hermana iba a decirles.

 

—Escuché a mi maestra decir que eso es amor —susurró.

 

—¡¿Qué?! —gritaron los dos al unísono.

 

—Sí, eso se lo dijo a la maestra del salón de segundo año. Ella estaba comportándose como ustedes —ambos hermanos abrieron la boca para defenderse pero no encontraron nada qué decir.

 

—C-creo… debemos… tengo calor, salgamos de casa —Hoseok se fue a su habitación por la billetera y las llaves.

 

—¡Espera me pongo los zapatos! —gritó SeRa emocionada gritando por el corredor que la llevaba a su cuarto.

 

Hoseok se aseguró de que la puerta principal estuviese bien cerrada y obligó a su hermana a abrigarse.

 

—¿A dónde nos llevas? —preguntó la niña bastante feliz.

 

—Le envié un mensaje a Yoongi y dijo que nos esperará en el puesto de hamburguesas, ¿qué tal, sí quieren comer hamburguesas? —preguntó y Jungkook se encogió de hombros mientras SeRa saltaba emocionada porque vería a Yoongi.

 

—Espera —la mujercita se detuvo frunciendo los labios—. ¿No invitarás a Jin oppa?

 

—Cierto, le llamaré —reconoció, pero no tuvo tiempo de sacar su teléfono móvil del bolsillo.

 

—¡No! —de nuevo las mejillas de Jungkook estaban sonrojadas.

 

—¿Por qué no? Yo quiero que él vaya —se quejó SeRa dispuesta a hacer una pataleta.

 

—P-porque... —Jungkook se vio acorralado sin saber qué inventar—. Él dijo que saldría con… un amigo.

 

—Oh, creo que no debemos molestarlo, me siento apenado con él, siempre interrumpe sus planes por cuidar de ustedes —profirió J-Hope.

 

—A Jin le gusta estar en casa, siempre lo veo sonriendo mucho y más cuando habla con Kookie —pensó SeRa en voz alta y siguió su camino sin pisar las líneas de la acera.

 

Jungkook se quedó estático mientras Hoseok lo miraba pensativo y luego seguía su camino aliviado, alegando que su amigo no podría fijarse en un chico de diecisiete años y menos si se trataba de su hermano.

 

 

—¡Yoongi! —exclamó SeRa y se lanzó a los brazos del peli naranja que la esperaba con los brazos abiertos y una hermosa sonrisa.

 

—¿Cómo está la niña más bella del planeta?

 

—¿Sólo el planeta? ¿Estás ofendiéndome? —la niña se cruzó de brazos fingiendo estar enojada.

 

—Perdón, damita, ¿cómo está la niña más bella de esta y todas las galaxias? —preguntó de nuevo sin dejar de sonreír, SeRa lo llenaba de buenas energías, justo como lo hacía su hermanita menor.

 

—Estoy muy bien, aunque ellos están raros, evita acercarte mucho —susurró en el oído del mayor para luego moverse para que él la dejara de nuevo en el suelo y pudiese seguir caminando.

 

—¿Nos está ridiculizando? —preguntó Hoseok intrigado y abrazó a su mejor amigo con fuerza.

 

—No puedo estar publicando lo que mi chica comparte conmigo —respondió y abrazó Jungkook, que apenas se enteraba de que habían llegado.

 

—Entendido —viró los ojos y se aseguró de que su hermana no estuviese muy lejos—. ¿Cómo escapaste de casa?

 

—Sólo salí, mi padre no ha regresado desde la tarde —explicó y tomó a SeRa de la mano para ingresar al local que años antes, cuando todo estaba bien, frecuentaba con Hoseok.

 

Tomaron una mesa del fondo y pidieron hamburguesas con Cola, el pedido no tardó en llegar, al igual que ellos no tardaron en devorar la comida. SeRa, la cual fue la primera en terminar, salió corriendo a jugar en la piscina de pelotas que ofrecía el lugar para los niños.

 

—¿Estás seguro que no vomitará si no reposa unos minutos más? —preguntó Yoongi algo desconfiado.

 

—Tiene ocho años, no uno, deja de exagerar —respondió Hoseok. El teléfono de Jungkook comenzó a sonar, los mayores le miraron intrigados y luego se miraron entre sí al verlo actuar de una manera rara.

 

—Voy al baño —dijo el moreno tapando la pantalla de su teléfono.

 

—¿Crees que…?

 

—No lo sé, nunca se ha comportado así —respondió J-Hope sin dejar de seguir a su hermano con la mirada.

 

—Tal vez deberías hablar con él —aconsejó Yoongi.

 

—Creo que va a sentirse incómodo, él sabe que puede confiar en mí, esperaré hasta que me cuente algo —sorbió lo último que quedaba de su bebida—. Por cierto, te debo una disculpa —recordó.

 

—¿De qué hablas? —Yoongi lo miró intrigado.

 

—Ayer te dejé solo, debes estar molesto conmigo.

 

—Es cierto, olvidé que estaba enojado contigo —bromeó—. ¿Sucedió algo? Debes tener una muy buena excusa para que pueda perdonarte.

 

Hoseok lo miró y tragó con dificultad. No se sentía capaz de confesarle a su amigo lo sucedido, estaba casi seguro que Yoongi se enojaría y le diría que estaba loco mientras salía disparado para su casa. Quería estar un momento más con su amigo, no deseaba pelear pero sabía que el guardar aquella información lo haría sentir culpable por el resto de su vida, tuvo una corta pelea mental consigo mismo y al final de todo decidió no decir nada.

 

—El trago me sentó mal, te busqué por todo el lugar y no te encontré —sus orejas se pusieron rojas al mentir—. Ahora eres tú el que debe decirme dónde estaba.

 

La situación cambió, las manos de Yoongi comenzaron a sudar y una sonrisa nerviosa se formó en su rostro.

 

—¡Estaba en el baño! —sonrió para intentar opacar la culpa por estar mintiendo—. Iba a llevarte una bebida pero tuve la necesidad repentina de entrar, la fila era enorme, pero… p-pero tampoco tardé mucho, cuando regresé ya no estabas, entonces me fui a casa.

 

Ambos se miraron incómodos, les era imposible dudar del otro por lo inmersos que estaban en sus mentiras. No tenían la costumbre de mentirse de esa forma y se sentían avergonzados por lo bajo que habían caído. Un silencio denso se formó entre el par de mejores amigos, pasaron los minutos y éstos continuaron sin decir una palabra hasta que Yoongi reaccionó, debía decir algo o Hoseok se enteraría que había mentido.

 

—Te ves intranquilo, ¿sucede algo? —preguntó, rogando porque Hoseok no estuviese enojado por haberle mentido.

 

El pelinegro lo miró con los ojos abiertos como platos, sentía que Yoongi lo culpaba con su mirada, su garganta se secó y negó con la cabeza, salivando lo suficiente para hablar.

 

—N-no es nada, se nos hace tarde, no es bueno para SeRa estar despierta a esta hora —tomó sus cosas y se levantó de la mesa en busca de su hermana. Yoongi exhaló liberando toda la tensión que había acumulado los últimos minutos y fue tras su amigo prometiéndose no volver a mentirle.

 

Cuando se acercó vio a Hoseok frunciendo el ceño y buscando algo o alguien con la mirada. SeRa imitaba a su hermano pero con una sonrisa divertida y llena de emoción.

 

—¿Sucede algo? —siguió la mirada de su amigo sin saber qué hacía.

 

—Jungkook ha tardado mucho, espérame aquí con SeRa, iré a buscarlo al baño.

 

—Entendido —respondió y jugueteó con la menor mientras su amigo regresaba.

 

—Voy a matarlo —Hoseok no tardó mucho—. El baño está vacío y no contesta su teléfono.

 

—¿Crees que le sucedió algo? —preguntó Yoongi preocupado.

 

—No lo creo, él no debe estar muy lejos, se las verá conmigo en bien lo vea—gruñó y salió corriendo del local esperando encontrar afuera a su hermano.

 

Yoongi tomó la mano de SeRa y lo siguió. Estaba algo inquieto por el menor, que por lo regular no acostumbraba a actuar de esa forma. Miró el rostro enojado y preocupado de Hoseok y se acercó para consolarle.

 

—Tranquilízate un poco, vamos a buscarlo —propuso.

 

—SeRa está cansada —jadeó.

 

—Ella no lo está —la miró y acomodó sus cabellos—. ¿No es así, pequeña?

 

SeRa asintió animada y se soltó de la mano del peli naranja.

 

—No lo estoy, quiero ir a las tiendas —señaló el conjunto de tiendas reconocidas en todo el país—. Oppa nunca me ha dejado visitarlas de noche, me gustan sus luces —los ojos de la menor brillaban.

 

—Está bien —refunfuñó Hoseok sin dejar de buscar a su hermano con la mirada—. ¡Pero no te vayas muy lejos! SeRa, ¡SeRa! —era tarde, la niña corrió por el andén esquivando a las personas y se burló de los gritos de su hermano mayor.

 

Yoongi soltó una enorme carcajada y tomó a Hoseok del antebrazo.

 

—Déjala, yo la vigilaré —dejó de sonreír cuando vio a SeRa chocarse contra alguien y caer de nalgas.

 

Jimin sintió que alguien chocó contra él, sin embargo, por ser un niño o niña no le hizo perder el equilibrio sino la paciencia. Vio con disgusto a la pequeña que lo miró triste desde el suelo y que luego fue ayudada a levantarse por Taehyung.

 

Un par de personas se acercaron corriendo, sin fijarse muy bien se preparó para restregarles lo torpe que era su hija y a pesar de que en un par de segundos ya tenía planeado todo lo que les diría, su mente se quedó en blanco al ver a Yoongi frente a él.

 

El estómago de Taehyung se revolvió y olvidó soltar a la pequeña que recién había ayudado a levantarse. Sólo se fijó en el rostro serio de Hoseok, en esa mirada que no podía descifrar y se sintió incómodo, lo suficiente como para querer salir huyendo de allí.

 

—Yoongi —Jimin fue el primero en hablar. Sus ojos no pudieron dejar de mirar al peli naranja que se veía tan radiante y opacaba el resto de personas que podían cruzarse por su camino.

 

Por otro lado, el mencionado sintió que su todo se detenía y su cuerpo tembló de ganas por abrazar a y besar a Jimin. SeRa frunció el ceño al notar la ridícula mirada que le dirigió Jimin a su Yoongi y los celos salieron a flote cuando observó que Yoongi lo miraba de la misma forma. Apretó sus labios y luego habló lo suficientemente fuerte como para que todos los presentes la escucharan.

 

Oppa, quiero ir a casa —se soltó de Taehyung y se aferró a su hermano mayor enojada. Taehyung bufó con fastidio y la miró mal. SeRa se volteó y le devolvió una mirada mucho peor —. ¿Tienes algún problema?

 

Los otros tres chicos la miraron sorprendidos. Hoseok sintió su rostro tornarse rojo de la pena y Taehyung pasó por una situación similar por culpa del enojo que sintió en ese mismo instante que la escuchó.

 

Yoongi deseó burlarse de Taehyung como si fuese un crío, pero guardó la compostura y miró raro a Hoseok cuando negó con la cabeza reprendiendo en silencio a SeRa por lo que había hecho. ¿No debía estar riéndose de Taehyung? Aquella enorme pregunta se plantó en su cabeza, ¿por qué se veía tan avergonzado? Ese no era su Hoseok. Volvió la vista a Jimin y le sonrió pero luego dejó de hacerlo al sentir que era arrastrado lejos por su mejor amigo. Se sintió mal por no poder despedirse de Jimin, pero luego estuvo tranquilo al saber que había logrado verlo ese día.

 

Taehyung y Jimin se encogieron de hombros y siguieron su camino como si nada hubiese sucedido. El primero porque intentaba disimular lo más que podida la incomodidad sentida al ver a Hoseok, el segundo porque se conformaba con haber visto a ese joven que lo estaba volviendo loco, además de que también tenía otras cosas que pensar.

 


No sabían cuánto tiempo llevaban comiendo en silencio. Para el par de jóvenes el sushi era una de las más grandes delicias inventadas, pero justo ese día sabía raro. Taehyung terminó de masticar un poco y miró a su mejor amigo irritado.

 

—Deberías dejar de ver a esa puta —dijo recordando a Yoongi pegado de su mejor amigo el día anterior.

 

—Se llama Yoongi y no es una puta, controla tu vocabulario —respondió Jimin sin ánimos—. No entiendo qué tienes contra él, no, mejor explícame, ¿por qué dices que es una puta? —preguntó medio inquieto.

 

Taehyung se quedó en blanco al recordar que Yoongi realmente no era el novio de J-Hope y que éste último se lo había aclarado muy bien el día anterior. Se sintió estúpido y torpe, por lo que tomó otro rollo de sushi y se lo tragó fingiendo no haber escuchado nada.

 

—De todas formas no lo haré, no me alejaré de él —suspiró Jimin con cansancio—. Él es la segunda persona buena y real que tengo, no puedo darme el gusto de perderlo.

 

Taehyung lo miró ofendido y su corazón se partió en dos. Se sintió traicionado y herido. ¿Cuándo él había pasado a ser la tercera persona importante en la vida de Jimin?

 

—¿Me estás restregando que he sido reemplazado por esa… cosa? ¿Tan bajo has caído? —soltó Taehyung bastante enojado. Jimin alzó la vista e intentó sonreír aunque no lo logró, le gustaba ver a su mejor amigo actuar de esa manera.

 

—Por supuesto que no, idiota —dejó sus palitos a un lado, el poco hambre que tenía se había esfumado al recordar a su familia—. Eres el número uno —indicó con su dedo índice.

 

—¿Estás tomándome del pelo? —Taehyung se enojó más—. ¿Por qué razón he de ocupar el puesto de tu perfecta familia? —el rostro de Jimin se descompuso. El enojo y el malestar de Taehyung se esfumaron al ver el ceño fruncido de su mejor amigo—. ¿Me estoy perdiendo de algo?

 

—Mi familia no es tan perfecta como lo creía y es más irreal de lo que alguna vez esperé —soltó de manera tranquila.

 

—¿Qué?



—Mamá está engañando a papá.

 

—Pues no te ves tan molesto —dijo Taehyung mirándolo—. No soy yo al primero que se lo cuentas, ¿verdad?

 

—Tae…

 

—Se lo contaste primero a esa puta —escupió.

 

—Te juro que vuelves a llamarlo así y… —Taehyung le interrumpió.

 

—Ya, no te enojes, yo soy el que debe enojarse, además me he acostumbrado a llamarle así, es difícil dejar de hacerlo de un momento a otro —se excusó.

 

—Pues es hora de que tomes otra costumbre, llámalo Suga, no le digas puta —le reprendió sin dejar de pensar en que él era el único que merecía llamarlo por su nombre real, aunque Hoseok también lo hacía.

 

Taehyung viró los ojos y gruñó por lo bajo.

 

—Eso no es importante para mí, ¿qué sucedió con tu madre? ¿Estás seguro de lo que dices?

 

Jimin tomó el aire suficiente para contarle lo sucedido a Taehyung, no se sintió incómodo al revelarle cada detalle y se sintió un poco más liberado al final. El otro intentó no mirarle con pena, sabía que a Jimin no le gustaba que lo miraran de ese modo.

 

—No me imagino a mi madre haciendo algo parecido —pensó en voz alta y creyó que había metido la pata al ver la cara descompuesta de Jimin—. Pero no estoy exento de que ocurra, esas son cosas que no podemos prevenir, no es el primer y último caso, debes seguir adelante, tú puedes hacerlo —le animó.

 

—Desde ayer he estado evitándola y tuve que regresar a casa pero hoy no quiero hacerlo, no soporto verla llorando, siento más coraje al ver sus falsas lágrimas de arrepentimiento. Me ha decepcionado, nunca lo esperé de ella —se quejó.

 

—Entonces no regreses, quédate en mi casa, mi madre ni se enterará y si lo hace no tendrá problema alguno al verte —propuso—. Y mi padre… seguro él se emocionará al verte.

 

—¿Estás seguro?

 

—¿Por qué no? —sonrió y lo abrazó.

 

—Ahora sólo tengo un problema adicional —comentó separándose de Taehyung.

 

—¿Qué es?

 

—Mi padre, no sé si está bien decirle todo. He estado dando vueltas al asunto pero no he llegado a algo concreto.

 

—Eh… debes hacerlo —Taehyung no meditó mucho—. Tu padre debe enterarse, no puedes ser parte de ese juego, ya todo está arruinado, ¿qué puedes salvar? En algún momento tu padre va a terminar enterándose y se sentirá traicionado al saber que tú lo escondiste todo, él necesita de ti, eres lo único que tiene ahora.

 

—Lo haré —habló decidido—. El miércoles haré que se entere.

 

—Ese es mi chico —bromeó Taehyung y decidió cambiar el tema de la conversación—. Ahora dime, ¿a dónde fuiste con Suga? ¡Oh, no me digas que volvieron a hacerlo!

 

—¡No! ¡Qué dices! —Jimin negó alarmado—. Espera un momento, ¿cómo sabes que estaba con Yoongi? —entrecerró los ojos riéndose al ver cómo el rostro de Taehyung se torna algo rojo.

 

—Yo… —Taehyung comenzó a sudar.

 

—Suéltalo, no me engañes —mandó.

 

—Argh, no sé cómo decirlo. Primero que todo ¿por qué demonios no me dijiste que Suga no era el jodido novio de Hoseok? ¡He metido la pata! —fingió sollozar.

 

—¿A qué te refieres?

 

—Que llegué a la fiesta, vi que Suga estaba contigo, luego vi a Hoseok lejos, decidí arruinarle la vida, me acerqué y lo besé creyendo que Suga nos vería y terminaría con él, pero en bien me separé Hoseok se enteró de lo que tenía planeado y me reveló que nunca había sido novio de esa… de Suga —dijo todo tan rápido que Jimin apenas pudo procesarlo.

 

—¡¿Qué?! ¿Acaso estabas drogado? No puedo creerlo, ¿te gustó? Dime que no porque voy a matarte, Kim Taehyung.

 

—Yo… ¡yo no planeaba…!

 

—No se te ocurra volver a hacerlo, ¡no lo apruebo! —Exclamó Jimin abriendo sus ojos como dos enormes platos—. Métete con cualquier cosa o no, Mike y Sulley son mejores partidos que él, escógelos —dijo refiriéndose a su perros—. Hoseok es un malgeniado, además… ¡además es pobre!

 

—Suga también lo es.

 

—¡No deberían verse nunca! —profirieron al unísono y terminaron riéndose como locos, bastante divertidos por lo sucedido.

 

—Estoy hablando en serio, no debes salir con Hoseok —finalizó.

 

—No tengo interés alguno en ese amargado regañón, no te preocupes —mintió de forma descarada.

 


≡≡≡

 


Era martes y Taehyung intentaba evitar a Hoseok igual que el día anterior.

 

Al igual que él, el mayor trataba de concentrarse en su trabajo lo más que podía, pero al final todo era un fracaso. No sabía por qué su miraba siempre terminaba buscándolo, por qué se preocupaba si estaba cansado o si necesitaba que le echara una mano.

 

Taehyung tomó una copa con ambas manos ya que había estado a punto de dejarla caer varias y para suerte suya, Hoseok no se había enterado de su torpeza y tampoco le había reprendido en lo más mínimo.

 

—J-Hope —saludó un chico que Taehyung reconoció como el cliente fiel. No había día que faltara al bar—. Dame lo mismo de siempre —pidió y se sentó saludando con la cabeza a Taehyung.

 

Hoseok asintió y fue a preparar un coctel Perla Negra. Cuando estuvo listo observó su obra y se asustó al ver el color raro que había tomado.

 

—Mierda, esto no debe terminar así —gruñó, se deshizo del trago y volvió a prepararlo algo afectado por lo que había hecho. Era la primera vez que se equivocaba y sentía vergüenza al sólo pensar que alguien hubiese podido verlo—. Aquí tienes —le entregó el coctel y el chico sonrió agradecido.

 

Taehyung terminó de limpiar el desastre que había ocasionado al dejar caer una copa vacía que se encontraba sobre la mesa. Miró de reojo a Hoseok esperando un regaño o algo parecido, sin embargo, el otro no lo notó. Suspiró aliviado deshaciéndose de lo poco que quedaba del vaso y saludó sin ganas a Jimin que de repente pasaba al lado de la barra.

 

Jimin no se detuvo a molestar a su amigo, sólo continuó caminando al no encontrar a Yoongi esperando un pedido en la barra. Caminó hasta la zona VIP o más bien corrió encontrándose a su amante con el ceño fruncido mientras que unos tipos bastante borrachos se reían de él porque uno de ellos le había arrebatado la bandeja y no deseaba devolvérsela.

 

Yoongi contaba números mentalmente intentando no estresarse más de lo debido. No estaba feliz al ver que Taehyung cumplía con ir a trabajar junto a Hoseok, ese era su lugar la mayor parte del tiempo, sin embargo, ahí estaba atendiendo mesas VIP llenas de borrachos descontrolados y odiosos.

 

—¿Te han dicho que ese color de cabello se ve muy gracioso en ti? —ridiculizó el tipo que no le entregaba la bandeja.

 

—Deberían estar en casa con sus esposas, no molestando a alguien que trata de ganarse la vida —Jimin arrancó la bandeja de las manos del borracho que lo miró ofendido.

 

—Disculpen señores, sigan disfrutando de su trago —habló Yoongi e intentó marcharse junto a Jimin pero el borracho lo empujó.

 

—¿Cómo que disculpa? Ese chico me faltó al respeto y… —Jimin se devolvió enojado e imitó la acción del hombre, que de lo borracho que se encontraba cayó al suelo haciendo reír a sus amigos.

 

Yoongi miró al hombre alarmado y tomó a Jimin de la mano huyendo de la situación. No quería meterse en problemas y menos que el moreno lo hiciera. Jimin sonrió al notar lo bien que encajaban sus manos, pero su sonrisa se esfumó en bien se acercó Hoseok disgustado y los separó.

 

Taehyung también salió de la barra mirando impresionado por lo lejos que había llegado su mejor amigo, luego corrió y lo retuvo al ver lo enojado que estaba al ser separado de Yoongi.

 

El joven Park no duró mucho tiempo entre los brazos de Taehyung y corrió a reclamar lo que le pertenecía. Sin importarle nada, empujó a Hoseok de una manera tan fuerte que hizo que éste se cayera y se golpeara contra el suelo. Yoongi hizo el amague de ayudar a su mejor amigo sin éxito ya que Jimin lo arrastró fuera del bar.

 

Taehyung con sólo dos zancadas ayudó a J-Hope a levantarse, éste no agradeció la acción, se sacudió la ropa y sin dirigirle una mínima mirada corrió hasta la oficina para llamar a Yoongi.

 

—Eres un tonto, Taehyung —el castaño se quedó mirándolo con el ceño fruncido y luego regresó a su puesto de trabajo temporal.

 


—Jimin debo trabajar —se quejó Yoongi sin ser escuchado por el otro—. Oye, oye, no puedo dejar mi puesto de esta forma, ¡me van a despedir! —el menor ingresó al auto y aceleró sin dejar de reír.

 

—Eso no sucederá, confía en mi —lo miró haciendo que Yoongi se entretuviera con su linda mirada.

 

—No llevo mi teléfono.

 

—No lo necesitarás.

 

—¿Por qué empujaste a Hoseok? ¿Por qué hoy andas empujando a todo el que se te atraviese?

 

—No te preocupes, pronto te empujaré a ti sobre la cama —sonrió ladinamente mientras que Yoongi se acomodaba en el auto con vergüenza.

 

—C-creo que pondré algo de música —balbuceó el peli naranja limpiando el sudor de su frente, Jimin asintió y aceleró un poco más, hasta que para su descanso y el de Yoongi, se introdujo dentro de la mansión Kim.

 

—Bienvenido, Yoongi —le abrió la puerta del auto para que se bajara.

 

—¿Dónde estamos? —inquirió el peli naranja frunciendo el ceño ante la imponente casona que se levantaba frente a ellos.

 

—Este es mi segundo hogar, no he vuelto a casa desde el domingo —se encogió de hombros—. Vamos —lo tomó de la mano y Yoongi lo siguió inseguro.

 

Al entrar, ninguna de las personas del aseo se percató de su presencia, era como si no estuviesen autorizados de dirigirles la mirada. Se dejó llevar hasta que llegó a una habitación que se asimilaba a la de Jimin. Recordó la primera vez que estuvo con él, lo bien que todo se sintió y las placenteras caricias del otro. De pronto sintió que su miembro palpitó un poco ante los recuerdos y se sonrojó.

 

No prestó mucha atención a la habitación ya que Jimin lo jaló con rapidez y lo empujó sobre la cama cumpliendo lo que anteriormente había dicho.

 

—No sabes cuánto he deseado tenerte de nuevo —se posicionó sobre él y lo besó. El corazón de Yoongi se aceleró al sentir los suaves labios de Jimin encajando con los propios.

 

—Creo que no debo dejarme engatusar de nuevo —bromeó al dejar de besar al moreno.

 

—Nunca lo has hecho —Jimin comenzó a besar el cuello del peli naranja—. Yo no quiero hacerte daño, ¿cuándo vas a entenderlo? —dijo para luego desprenderse de su propia camisa.

 

Yoongi apreció el perfecto abdomen de Jimin junto con sus brazos perfectamente marcados. Sin saber lo que hacía pasó sus manos por el pecho de su amante y se acercó para besarlo, él también lo necesitaba, no le importaba si podía ser utilizado, sólo lo quería tener cerca y no dejarlo escapar.

 

El moreno aprovechó la situación para quitarle la camisa a su pareja, volvió a recostarlo sobre la cama y atacó su blanquecino pecho dejando leves moretones. Yoongi gimió al sentir la boca de Jimin succionando una de sus tetillas mientras que una mano traviesa masajeaba su miembro por encima del jean y luego lo desabotonaba. Las mejillas del peli naranja se sonrojaron en su punto máximo al sentir cómo Jimin le quitaba el pantalón y el bóxer. El otro lo miró enternecido y volvió a besarlo para también deshacerse de manera rápida y provocativa lo que quedaba de su ropa.

 

—Voy a ser muy bueno contigo —le susurró en el oído para bajar a sus muslos y succionarlos con necesidad.

 

Yoongi inhaló y exhaló con los ojos cerrados. No duró mucho así ya que estos se abrieron de manera repentina al sentir un delicioso espasmo. Clavó su vista en Jimin y gimió al verlo lamiendo su miembro como si se tratara de una deliciosa paleta. Las cosas mejoraron cuando el menor engulló el miembro de Yoongi completamente, éste se aferró con fuerza a las sábanas y se encorvó ante las magníficas sensaciones que el moreno le estaba brindando, al momento sintió un hormigueo creciendo en su bajo vientre y gimió más fuerte cuando supo que estaba a punto de venirse.

 

—Jimin… ya… —el mencionado aumentó su bombeo y le dirigió una mirada que hizo que Yoongi no pudiese aguantar más.

 

Gimoteó tan fuerte que creyó que había sido escuchado por todos en la mansión pero no le importó en lo absoluto, intentó recuperar la respiración tratando de no olvidar cómo inhalar y exhalar ya que Jimin continuaba besándolo y proporcionándole caricias sin dejar algún lugar de su cuerpo libre.

 

—Espera un momento —habló el moreno con una voz excesivamente sexy y corrió hasta el baño para luego regresar con una botella que él conocía muy bien—. ¿Puedo saltarme la preparación? —propuso Jimin bastante excitado, moría de ganas por estar dentro de su amante.

 

—Vas a matarme —jadeó el peli naranja y se pasó la lengua por los labios de una manera que descontroló a Jimin—. Adelante.

 

Jimin sonrió complacido y llenó su miembro del lubricante que le pertenecía a su mejor amigo. Se posicionó entre las piernas abiertas de Yoongi y luego subió cada una sobre sus hombros para tener un mejor acceso.

 

—Respira —le recomendó a Yoongi para luego comenzar a hundirse dentro de él.

 

El mayor frunció el ceño negándose a quejarse por el dolor. Los pequeños gruñidos de placer de Jimin hicieron que la excitación comenzara a apoderarse de él haciendo que el dolor se esfumara. Quería escucharlo más, sus gruñidos eran melodía para sus oídos, por lo que se movió con fuerza haciendo que el proceso de Jimin fuese más rápido y éste gimiera de placer al sentir el estrecho trasero de su amante.

 

—No esperé esto de ti —jadeó Jimin comenzando a dar lentas pero certeras estocadas dentro de Yoongi.

 

—Voy a arrepentirme cuando todo esto termine —murmuró Yoongi tratando de estirarse para tomar a Jimin del cuello y besarlo de manera salvaje y desesperada.

 

Aquella acción logró que Jimin fuese mucho más rápido, tocando la próstata de Yoongi y creando sensaciones apropiadas y necesarias para sí mismo. Los gemidos de ambos llenaron la habitación y el sudor empapó sus cuerpos. El moreno sintió un hormigueo que no lo obligó a detenerse y gimió al sentir su semilla derramándose dentro de Yoongi, cuando esto sucedió, tomó el miembro del otro chico con su mano derecha y comenzó a bombearlo dando buenas estocadas, hasta que peli naranja logró venirse de nuevo. Ambos se quedaron quietos, regulando sus respiraciones, mirándose a los ojos y sonriéndose.

 

—¿Alguna vez te he dicho lo mucho que me gustas? —preguntó Jimin sin moverse una pisca.

 

—No recuerdo que lo hayas hecho —respondió pensativo.

 

—Me gustas mucho, Yoongi —soltó y luego lo besó de una manera lenta y cariñosa.

 

Jimin salió del peli naranja y se recostó a su lado abrazándolo tan fuerte como si éste fuese a escapar. El mayor se quedó mirándolo fijamente, grabando su rostro para no poder olvidarlo nunca, le gustaban sus facciones, cómo se cerraban sus ojos cuando sonreía, todo, todo le gustaba.

 

—¿Debes irte? —inquirió Jimin con un tono de tristeza.

 

—Me quedaré un poco más —susurró Yoongi y cerró los ojos disfrutando de la calidez que le proporcionaba el cuerpo del moreno.

 

—Sólo duerme, te llevaré mañana a casa —suplicó.

 

—No lo sé —respondió dubitativo—. Jimin…

 

—¿Sí?

 

—¿Dónde estamos?

 

—En la casa de Taehyung —Yoongi abrió los ojos y se sentó en la cama ignorando la incomodidad en su trasero.

 

—¿Qué demonios? —observó la habitación con lentitud y luego se encontró con una fotografía de Taehyung y Jimin que reposaba sobre la mesa auxiliar.

 

—Sólo duerme —Jimin lo jaló para que se acostara.

 

—Dime que esta no es la habitación de Taehyung —rogó.

 

—Lo es —sonrió Jimin—. Va a matarme cuando se entere.

Notas finales:

Y hasta aquí llegamos, ¿qué les pareció? *v* A mí me gustó mucho ♥♥

Como siempre, gracias a todos por seguir esta historia y por dejarnos tan alentadores comentarios, no dejen de hacerlo, por favor, son como nuestro alimento c:

¡Saludos!


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