Conforme pasaba el tiempo Alex crecía, era un hermoso niño de pelo castaño y ojos color miel, su piel era aún más blanca que la nieve, y aún más suave que el pétalo de una flor.
El pequeño sustituto fue criado como sucesor del supremo, con la mejor educación a la que podía aspirar, con todas las riquezas que podía imaginar a sus pies, sin embargo, Alex era un niño de buen corazón, alguien amable que le gustaba ayudar a los demás, y aunque no hubiera ni un solo niño a su alrededor podía divertirse con la cosa más simple que encontrara.
Alex vivía feliz en la fortaleza del supremo, donde nadie más podía tocarlo o ensuciar su pureza, nadie podía si quiera acercarse a él, si no era con el permiso de su padre, Alex era cuidado como la joya más preciada de toda Eutalia, y es que lo era, más aun por ser un sustituto. Y aunque el supremo no le demostrara cariño, le quería, tan solo por el hecho de ser hijo de la única mujer que amo en su vida.
Pero lejos de ahí, de ese país lleno de riquezas y prosperidad, había un lugar que era todo lo contrario, la miseria se hacía evidente con solo dar unos pasos y ver a la gente que ahí vivía. Se trataba del D-Z donde los hombres más viejos y pobres vivían, si es que a eso se le podía llamar vivir, se decía que era un lugar para morir… donde todos aquellos que apenas y tenía un par de centavos iban y pasaban sus últimos días.
El D-Z ni siquiera era reconocido, no existía en el mapa oficial de Eutalia, ni sus habitantes eras contemplados por el gobierno, y la razón de esto era muy sencilla.
Por órdenes del supremo, todos los habitantes del D-Z debían morir. No los mataría con armas, ni nada de ese tipo, simplemente se les era negada la atención médica y el acceso a medicamentos. En pocas palabras, dejo que los habitantes del D-Z sufrieran una lenta y dolorosa agonía.
Pero que era lo que generaba tanto odio por parte del supremo hacia los habitantes del D-Z, era simple, eran sus principales enemigos…los únicos habitantes de este mundo que conocían su verdadero rostro.
El mundo hace 18 años…
Ángel J. Wilson, quien después sería conocido como el Ser Supremo, era uno de los tantos científicos e investigadores que participaban en el desarrollo del virus K-X. Paso toda su vida investigando y experimentado para poder desarrollar la cura a las enfermedades que aquejaban a su mundo y aunque la mayor parte del tiempo sus investigaciones eran un fracaso no se rendía.
Wilson pasó la mayor parte de su vida en su laboratorio que disfrutando de ella, por lo que a sus 35 años jamás había tenido una novia, y jamás había salido con alguien. Ante los ojos de los demás era un total fracasado…
Pero un día todo eso cambio, el equipo donde trabajaba y el cual daba inicio a la elaboración del virus K-X experimentaba con mujeres enfermas de cáncer en etapa terminal. Buscaban implantar en el cuerpo de estas mujeres desahuciadas el virus y ver la reacción que este tendría en su organismo, hasta el momento había dado respuestas favorables.
Sin embrago Wilson no planeaba enamorarse, no de una de las mujeres enfermas si no de la hija menor de una de ellas, Eleonor.
Eleonor a penas y era una adolescente cuando conoció a Ángel, sin embargo ella no lo veía como el a ella, Eleonor era inocente y demasiado amable tanto que le hacía ver a Ángel cosas que no eran
El tiempo paso y ángel siguió atendiendo a la madre de Eleonor, sin embargo el tratamiento duro apenas unos meses ya que la madre de ella fue una de las primeras víctimas del virus. Después de eso Wilson jamás volvió a ver a Eleonor, y ella solo vivía en sus recuerdos
Cuando las mujeres comenzaron a morir una por una Ángel sufría pensando que alguna de ellas pudiera ser Eleonor la chiquilla de la que se había enamorado, su primer amor.
Y en tan solo un par de años las potencias mundiales se habían derrumbado, los países tercermundistas no eran nada, y los que apenas y aparecían en el mapa había dejado rastro, el caos y la catástrofe se había apoderado de la tierra y sus habitantes
Fue entonces cuando dieron paso al proyecto de los sustitutos liderado por el ahora reconocido doctor Ángel J Wilson uno de los principales creadores del virus. Su plan era reunir a las últimas mujeres sanas sobre la tierra y mantenerlas en cuarentena, donde después serian tratadas para poder embarazarse y repoblar la tierra
Pero poco les importaba si estas eran niñas, adolescentes o mujeres adulas, ricos o pobres nada de eso importaba más que la salvación de la humanidad
Los científicos respaldados por el nuevo gobierno de Eutalia comenzaron a robar a las chiquillas, a toda mujer que no tuviera evidencia ni síntomas del virus. Después eran llevadas a un cuartel donde era examinada y preparadas para dar paso al proyecto
Todo iba bien hasta que el doctor Wilson se dio cuenta de algo, entre todas esas mujeres estaba Eleonor, la niña de la que se había enamorado antes, claramente él no iba a permitir que ella pasara tal sufrimiento, por lo mismo ordeno que fuera separada del resto de las mujeres y que fuera tratada con el mas sumo cuidado, sin embargo aun así la sometió al proyecto de los sustitos
Eleonor vivía como todo una reina y Ángel constantemente la visitaba pero ella no era feliz había sido alejada de su familia de su mundo. Ángel intento conquistarla pero por más que puso su esfuerzo en ello nunca lo logro, el corazón de Eleonor era de otro, al final ahogado en la desesperación Ángel termino violando a Eleonor lo que dio como resultado un embarazo.
Todo iba bien, el embarazo era perfecto Eleonor estaba sana al igual que él bebe sin embargo el parto se complicó lo que resulto en la muerte de Eleonor, Ángel se aisló del mundo y rechazaba al pequeño sustituto que con el tiempo seria eslabón perdido... lo que uniría a Eutalia con el D-Z.