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Real wild child por Karmilla46664

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Notas del capitulo:

He tenido problemas a la hora de acceder a mi cuenta, además de no poder contestar vuestros comentarios. El fallo no sé si es de la página o de mi cuenta, pero si véis que dejo de actualizar en Amor Yaoi podéis leerme en Sujufanfics y Wattpad. Sólo quería disculparme por no haber podido publicar antes los capítulos. Y si no respondo a vuestros lindos reviews es porque no puedo leerlos :(

También deciros que si tenéis alguna petición para un shot o algo que os gustaría que apareciese en los siguientes capítulos, podéis hablarme por Twitter. 

Ahora sí que sí, a leer ^_^

Sungmin atisbó la esbelta silueta del cantante, que tomaba café ajeno al mundo que le rodeaba: ocultaba sus oscuras ojeras bajo sus costosas gafas de sol mientras escuchaba música. Aquella imagen le pareció terriblemente irresistible al mayor, quien había sentido desde el principio una fuerte atracción hacia él. Veía al maknae bebiendo café en la terraza de una cafetería cualquiera, desprendiendo un aura de estrella del rock. Llevaba días viéndole agotado pero no se sentía en confianza como para preguntarle; tampoco es que se hablaran para otra cosa que no fuese discutir. Para Sungmin era muy difícil relacionarse de otra forma, acostumbrado a relacionarse de forma hostil con cualquiera que le dirigiese la palabra. El denso humo que emanaban los abultados labios de Kyuhyun era la guinda del pastel: fuese como fuese el maknae acabaría en su cama. Se acercó sigilosamente hacia su objeto de deseo, permitiéndose el lujo de observarlo con detenimiento a escasa distancia. Como no sabía una mejor manera de llamar su atención, le golpeó en la nuca, haciendo que el agredido levantase la mirada en alerta.

-¿¡Pero qué mierda te pasa a ti!?- se quitó los auriculares para encararle.

Sungmin ignoró la furibunda mirada del otro, sentándose en una de las sillas vacías.

-Leí una vez que las personas se protegen emocionalmente cuando fuman.

-Tú también fumas- espetó huraño el menor. Odiaba que el guitarrista fuese por la vida como si pudiese hacer lo que le venga en gana sin sufrir consecuencias- Nadie te ha dado permiso para que te sientes.

-No necesito tu permiso para hacerlo- no podía negarlo, le encantaba la expresión de niño cabreado que ponía Kyuhyun cada vez que le molestaba. Era adorable.

-Haz lo que te dé la gana.

Viendo que el cantante iba a ignorarle, trató de sacar conversación rápidamente.

-¿No es muy triste tomar café sólo? ¿O es que no tienes amigos?

El menor le volvió a regalar una mirada despectiva.

-Tampoco te veo a ti rodeado de gente- no estaba de humor para aguantar las gilipolleces de Sungmin: bastante tenía con Henry ocupando su casa.

-Soy muy selectivo con mis compañías- sus miradas se encontraron, sabedores de que aquellas palabras iban cargadas de sentimientos ocultos- Bueno, ¿a qué estás esperando para invitar a tu hyung a un café? Estoy sediento. Y de paso cuéntame qué es lo que te ronda por esa cabecita para estar tan extraño últimamente.

Fue evidente la sorpresa en el rostro de Kyuhyun. Nadie a su alrededor se había percatado de que algo no iba bien, sólo el guitarrista había parecido darse cuenta. Una extraña calidez inundó su pecho, sintiendo la necesidad de desahogarse. Al fin y al cabo es más fácil contarle tus miserias a un prácticamente desconocido.

-Mi ex novio ha vuelto a casa. Llevaba dos años en una clínica de rehabilitación porque intentó suicidarse cuando lo dejé. Ahora tengo miedo de que lo vuelva a hacer si le digo que quiero que se vaya a China y no vuelva nunca más- por primera vez desde que conoció a Sungmin pudo reírse con él: el mayor se había quedado literalmente boquiabierto- Veo que no esperabas algo así.

La cálida risa de Kyuhyun había sonado como cánticos celestiales a oídos del guitarrista. Se prometió a sí mismo hacerle reír más a menudo.

-O sea, que tienes a un suicida en potencia durmiendo bajo el mismo techo y no sabes qué hacer con él…- pensó brevemente, al mismo tiempo que le robaba un sorbo de su café- ¿Por qué no le dices que ahora tienes pareja? Que le quede claro que no hay sitio en tu vida para él, que lo vuestro pasó a la historia.

-Pero, ¡¿tú estás loco!? Le digo eso y es capaz de tirarse por el balcón. No podría cargar con algo así en mi conciencia.

-Claro, es mucho mejor dejar que se siga aprovechando de ti con la escusa de que si lo dejas se intenta matar…

No le pasó desapercibida la cara de angustia del menor. Estaba claro que se sentía contra la espada y la pared. Por lo visto aquel tipo le estaba manipulando.

-Es complicado. No sé cómo actuar, no pensaba que se presentaría en mi piso y haría cómo que no ha pasado nada… Si te soy sincero, me da rabia. Estoy cabreado, me dan ganas de pegarle por haber hecho lo que hizo. No quiero que viva conmigo, ya no siento nada por él.

-Pero te sientes en deuda con él- puntualizó Sungmin, recibiendo una afirmativa de su interlocutor. Suspiró. No era el mejor consejero del mundo, pero si Kyuhyun había confiado en él debía apoyarle- Mira, Kyu, no conozco a ese tipo pero parece que es un manipulador. Nadie debería retener a alguien bajo la amenaza de atentar contra su propia vida. Debe ser muy astuto si ha engañado a los del centro de rehabilitación haciéndoles pensar que estaba bien, pero no puedes seguir permitiendo ese abuso de su parte. Eres joven, no deberías conformarte con alguien que te quiere de esa forma tan enfermiza.

-Joder, gracias- Sungmin rió ante esa muestra sincera de gratitud- Pensaba que yo te caía mal.

-¡Eh, no te confundas, estrellita del rock! Que me des lástima no significa que no siga pensando que eres un ególatra- de nuevo se había puesto su máscara de tipo duro, marcando las distancias. Rápidamente se arrepintió al ver de nuevo el ceño fruncido en el rostro del cantante: había perdido una valiosa oportunidad de llevárselo a la cama. Trató de reconducir la conversación para evitar la tensión que se había instaurado en la terraza- Mira, hagamos una cosa: yo finjo ser tu pareja para que ese mocoso suicida te deje en paz y tú me invitas a cervezas ilimitadas durante un mes.

-¿Por qué iba a salir con alguien como tú?- de nuevo esa expresión de niño enfurruñado que enloquecía al mayor.

-Pues porque estoy jodidamente follable y no tienes un plan mejor, ¿te parece esa buena escusa?

Kyuhyun pareció meditarlo en silencio. Sungmin llevaba razón, por ahora no tenía otras alternativas, y si con eso se sacaba de en medio a Henry… Le tendió la mano, cerrando con ello el trato. No entendía muy bien el por qué el guitarrista estaba ayudándole, pero era su oportunidad para librarse de su ex novio.

 

-¿Estás saliendo con el bajista del grupo de hyung?-La fulminante mirada de Kibum no amedrentó el interés del modelo- Dijiste que a la tercera vez que te acuestas con la misma persona se considera relación.

-No cuenta si esos tres son en una misma noche- trató de defenderse inútilmente, aunque podía ver la sonrisilla de satisfacción del mayor- Di lo que tengas que decir.

-Creo que te gusta ese chico.

-Que me guste su polla no significa que me convierta en monógamo. Ya sabes cómo soy, y desde luego no voy a colgarme de la primera pasiva facilona que me dé su número; ¿te suena eso?

Siwon lo miró con desaprobación, aunque estaba acostumbrado al vocabulario soez de su mejor amigo.

-Quiero que lo conozcáis, vamos en serio.

-Apenas si lleváis una semana, ¡no me jodas!

-¿Podrías aparcar tu cinismo un par de minutos y alegrarte por mí?

El rapero guardó silencio. Lo cierto es que estaba un poco celoso, sentía que ese desconocido le estaba robando a su amigo. Porque, para qué engañarnos, cuando Siwon se colgaba por alguien desaparecía del mapa durante una temporada.

-De acuerdo, fingiré que me alegro porque hayas encontrado tu alma gemela número diez- sonrió al recibir un leve empujón de su amigo- ¿Sabes algo de Donghae?

-Heechul sigue sin querer decirnos dónde se ha escondido; por lo visto tiene miedo a que su padre vaya a buscarle y le obligue a volver a casa.

-La verdad es que me sorprende que Hae haya decidido hacer algo así, ¿qué le habrá empujado a abandonar su vida? Era el hijo modelo, el más decente de la “élite de los inadaptados”

-Quizás está cansado de ser el hijo perfecto. Somos unas malas influencias- reflexionó en tono dramático el modelo.

-En serio, para ser activo eres una drama queen. Ya tiene una edad como para hacer lo que quiera, nadie influye a nadie. Lo cierto es que era hora de que saliese de su cascarón: necesita aprender a vivir como un adulto y tampoco le vendría mal buscarse novio.

Siwon lo miró con una ceja levantada.

-Kibum, ¿has dicho lo que creo que has dicho? ¿Desde cuándo te preocupan las relaciones amorosas de los demás? Si detectas cualquier muestra de afecto porque te resulta demasiado empalagoso…

-Supongo que me preocupa que mis amigos tengan buenos orgasmos- bromeó.

-¿Sabes lo que creo? Que la gente como tú que va de fría en verdad es la que más sufre por amor. Alguien debió de haberte hecho mucho daño en el pasado para que hayas adoptado esa pose.

-Siwon, cuando quiera frases de auto-ayuda leeré el papelito de las galletas de la fortuna. Tu psicoanálisis barato es detestable. No todos tienen por qué pensar como tú. Acéptalo.

-Di lo que quieras, pero algún día te enamorarás de una forma tan intensa que no sabrás cómo gestionar esos sentimientos. Lo creas o no eres humano, y el amor es lo más humano que existe.

-Vale, se acabó- lo miró a los ojos como si quisiese traspasarlos- Cuéntale esa mierda a Heechul verás lo que te contesta. No digo que sea incapaz de enamorarme, sólo que el amor romántico me parece una mierda. No sé si algún día me enamoraré, lo único que espero es no dar tanto el coñazo como tú.

Refunfuñó cuando Siwon le revolvió el cabello como si de un niño pequeño se tratase.

-Sólo te doy un consejo: si alguien te gusta no lo dejes escapar por miedo, ¿vale? No volveré a sacar más el tema, lo prometo.

Aunque no hubo respuesta, el rapero no pudo evitar darle vueltas a ese consejo. ¿Cómo iba a ser tan estúpido de dar rienda suelta a cualquier sentimiento amoroso si al final acabaría con el corazón destrozado? Lo lógico era cortar de raíz antes de que se le escapase de las manos. Tampoco se imaginaba que Siwon le hablaba desde la experiencia, habiéndose conformado durante años en quedar relegado al papel de mejor amigo por miedo. Pero eso era algo que Kibum jamás sabría.

 

 

Unas fuertes y venosas manos acariciaban la espalda de Heechul.

-Pensé que este momento jamás llegaría- quizás fue por el susurro, o por la cercanía del cuerpo desnudo, pero a Heechul se le erizó el vello de la nuca.

-Lo bueno se hace esperar- dijo, dándose la vuelta para poder mirar a los ojos al chino que tanto había codiciado.

-Y por eso voy a disfrutar tu cuerpo como si fuese el mejor de los placeres.

-¿Acaso no lo es?- preguntó con una sonrisa torcida.

ZhouMi sonrió por el descaro de éste, acercándose lentamente a su boca; pero antes de que sus labios se rozasen, cambió el destino y lamió el níveo cuello del coreano, quien gimió con voz queda.

-Tengo la sensación de que si te muerdo se te enrojecerá tu piel lechosa- dijo acariciando delicadamente el cuello con las yemas de sus dedos.

-Hazlo- no pudo decir más, la voz apenas le salía. Nunca había tenido un amante tan dedicado. Le gustaba la forma en la que veneraba cada porción de su piel, le hacía sentir especial. Aunque en sus fantasías se había imaginado un sucio trío, donde los fluidos y las palabras obscenas tuviesen protagonismo, debía reconocer que en este caso la realidad superaba la ficción. Había follado con decenas de hombres, pero jamás había experimentado algo parecido. Mientras que sus pensamientos volaban, unos suaves labios mordían y besaban desde su garganta hasta el pecho, tomándose su tiempo y llenando de anticipación al coreano. Le gustaba sentir la cálida lengua del DJ lamiendo sus pezones con lentitud; se le antojaba obscena aquella imagen. Enredó sus finos dedos en el cabello del más alto, tirando levemente cuando un pequeño mordisco en su tetilla le provocó una fuerte oleada de placer. Sentía un nudo en su garganta, como si los gemidos pujasen por salir de su boca. Mientras que la suave boca del chino hacía de las suyas, las manos de éste tampoco se quedaban atrás, arañando con delicadeza su espalda, acrecentando las oleadas de placer que le recorrían la espina dorsal. No sabía cuánto tiempo llevaba así, simplemente disfrutando de las atenciones de ZhouMi, pero era agradable. Experimentar algo diferente en el sexo era para él una novedad, por lo que, con los ojos cerrados, se limitaba a sentir con cada poro. Hangeng observaba la escena desde el acolchado sillón de la habitación. Bebía un poco de vino, tomándose su tiempo mientras disfrutaba de semejante espectáculo. Heechul contorsionaba su desgarbado cuerpo, jadeando y frotándose contra el más alto. Parecía que se lo estaba pasando de maravilla con las atenciones de ZhouMi, pero era el momento de que se completase el trío. Con la misma actitud calmada con la que había estado observando al dúo, se levantó y se acercó con lentitud, como un jaguar a punto de devorar a su presa.

-Es mi turno- le susurró al coreano en el oído, quien abrió los ojos sorprendido. El chino mayor esbozó una sonrisa ladina antes de apresar los carnosos labios del batería. En contraposición con la suavidad de ZhouMi, éste era salvaje y sucio. Como si le hubiera leído la mente, el coreano se separó del beso y se inclinó ante el chino, mirándole desde abajo con las pupilas dilatadas y la boca abierta esperando ser rellenada por su polla. Por fin podría comprobar si era verdad eso de que los chinos la tienen más grande. Y no tardó en descubrir que las estadísticas eran ciertas: ante sus ojos se erguía el miembro de Hangeng, largo aunque no tan grueso como el de ZhouMi por lo que había podido intuir en el anterior frotamiento. Se la metió en la boca como si estuviese saboreando un delicioso manjar. Ahuecando los carrillos, su cabeza repetía velozmente un movimiento de atrás-adelante sacando roncos gemidos al chino. Sabía que si seguía a ese ritmo, en un par de minutos se vendría en su boca, y eso le calentaba sólo pensarlo. Un par de largos dedos comenzaron a hurgar en su entrada, distrayéndole de su tarea oral. Echó una ojeada por encima de su hombro, viendo a ZhouMi dilatándole con maestría. Heechul podía afirmar con total seguridad que ese par eran los mejores amantes que había tenido; y eso que aún no había sido ni penetrado.

-Estás muy mojado- comentó ZhouMi mostrándole las falanges que previamente habían estado en su trasero. El coreano no se lo pensó dos veces y los lamió sin apartar la mirada de sus amantes. Estaba cachondo como nunca, por lo que se posicionó a cuatro patas ofreciendo su ano.

-No me gusta que me hagan esperar- se limitó a decir. Pronto una polla gruesa comenzó a hincarse en su entrada, escurriéndose lentamente en su interior-Puedes moverte, estoy dilatado.

-Me temo que aún falta la mía- sintió un escalofrío recorrer su columna, quizás por la voz grave de Hangeng susurrándole o por la anticipación de tener dos falos dentro- Nos dijiste la otra vez que puedes con dos.

No le dio tiempo a contestar al coreano, que ya sentía la polla de Hangeng intentando abrirse paso. Trató de relajarse para que pudiese entrar con facilidad, aunque sabía que haría falta vaselina. Se había masturbado con muchos objetos, algunos de gran grosor, pero ninguno equiparable a la sensación de tener dos penes dentro. Con un poco de saliva para lubricar, fue entrando lentamente, mientras ZhouMi movía levemente su pene en el interior para que la entrada dilatara. Aquella sensación era agradable: sentía la de ZhouMi presionando la parte baja de su ano, donde tenía su punto débil, mientras que Hangeng entraba casi por completo, también moviéndose para que diese de sí. Una certera estocada y consiguió entrar del todo, haciendo gemir escandalosamente al coreano. Mientras una entraba la otra salía, a un ritmo constante pero progresivo. Sentía las paredes de su ano palpitar, estaban dándole justo ahí. Sonidos obscenos, sudor y gruñidos de placer inundaron la habitación. Ninguno podía pensar con claridad, aquello era embriagante para todos los involucrados. No supo quién de los dos dio el golpe certero, pero acabo eyaculando sin control sobre el suelo, mientras los chinos seguían sin aminorar el desenfrenado ritmo. No tardó en sentir abundante semen llenando su ano. Primero salió la de Hangeng, que al ser más fina se escurrió con facilidad; luego la de ZhouMi, provocando que el trasero del coreano derramase fluidos. Se tumbaron los tres en el suelo, en silencio, simplemente disfrutando de las sensaciones y tratando de recuperar el aliento. Heechul jamás había sentido tanto placer, tan experimentado estaba en el sexo que ya nada le sorprendía. Pero, ¿a qué precio? Recordó lo que tuvo que hacer para conseguir el número de los extranjeros, sintiendo un fuerte sentimiento de culpa golpeándole en el pecho. Visualizó a su mimado Donghae: a pesar de que el contexto no lo favorecía, de sus ojos brotaron lágrimas silenciosas, que pudo ocultar con facilidad ya que estaba tumbado bocabajo. Había sido la mejor experiencia sexual de su vida, pero estaba empañada por la culpa y la vergüenza. Al fin y al cabo, así podría resumirse sus crónicas sexuales: siempre manchadas por el asco que se daba a sí mismo tras correrse. Por primera vez en su vida fue capaz de admitirse que tenía un problema con el sexo.

 

 

Un sobre ocre y ligeramente envejecido descansaba sobre la mesa de madera, siendo observada por Yesung. Llevaba días sin ojear el correo por miedo a que Kibum descubriese su secreto. Se debatía internamente entre abrir o no aquella carta. Su intuición le decía que Ryeowook habría dado con la forma de saber que estaba acostándose con otro, por lo que temía lo que pudiese encontrarse en el interior del sobre. Pero la curiosidad le pudo, abriéndolo con cuidado. Una serie de fotografías comenzaron a caer sobre la mesa: se trataba de fotografías de Kibum y él haciéndolo. Se levantó de golpe, mirando hacia los lados como un desequilibrado. ¿Cómo había conseguido hacer esas fotografías dentro de su apartamento? Dio vueltas alrededor de sí mismo mientras se frotaba con nerviosismo el mentón. Aquel puñado de imágenes lo miraban acusadoramente. Le dio la vuelta a todas, viendo como una única frase se repetía “He llegado, querido. El duro invierno terminó”, clara referencia al poema de Ko Eun Flores de un momento.  En un ataque de pánico, comenzó a tirar todo aquello al alcance de sus manos, mientras gritaba “Déjame en paz”. Lágrimas en los ojos, el pánico apoderándose de su cuerpo y, de repente, nada.

 

 

Notas finales:

CANCIONES

Título del capítulo (Boston - More than a feeling): Boston- More than A Feeling - YouTube


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