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Real wild child por Karmilla46664

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Notas del capitulo:

He intentado escribir un capítulo un poco más largo para compensar mi tardanza :(

Donghae había conseguido trabajo gracias a Heechul. No podía explicarse cómo había logrado convencerlo para hacer aquello pero, allí estaba, en todo su esplendor siendo escrutado por treinta pares de ojos.

“Yo lo he hecho muchas veces, te ganas un dinero extra tan sólo posando para estudiantes de arte”

En su interior maldijo a su amigo por habérselo pintado tan idílico: la realidad era que debía aguantar horas en una misma postura y sus músculos se estaban cargando. Suspiró aliviado cuando el profesor anunció que harían un descanso de quince minutos, suficiente para destensar su cuerpo y echar un cigarro reparador. Sí, la precaria vida de desempleado le había empujado a buscar consuelo en esos filtros tóxicos. Se estaba poniendo la bata cuando el catedrático se le acercó con cara de comprensión.

-Es tu primera vez posando, ¿me equivoco?- el más joven asintió cohibido- Es normal que estés nervioso, todos lo están al principio. Pero estos jóvenes son artistas, no ven en tu desnudo pornografía sino un conjunto de trazos y formas básicas.

-Necesitaba el dinero- comentó en un ataque de sinceridad.

-No lo dudo, la mayoría de gente que posa son estudiantes que necesitan pagar sus matrículas.

-La verdad es que tengo aparcada la carrera. Mi padre me cerró el grifo y tampoco es que esté muy convencido de que quiera seguir con Derecho- “las mentiras en ocasiones son necesarias”, se dijo tratando de convencerse a sí mismo. Tampoco es como si pudiese decirle “La verdad es que mi padre me lleva maltratando física y psicológicamente toda la vida así que, harto de sus abusos, me escapé con mi novio que resultó ser socio del jefe de la Kkangpae”. Mucho mejor una mentira piadosa.

El mayor limpió sus gafas con gesto taciturno.

-La vida nos suele poner en situaciones complicadas y es ahí cuando nos obliga a madurar. Se te ve un chico inteligente, sabrás arreglártelas por tu cuenta. Además, no todo en la vida es estudiar y menos si no te apasiona lo que haces. Mis alumnos saben que las posibilidades de ganarse la vida con esta carrera son escasas pero sin embargo ponen todo su ímpetu en dar lo mejor de sí mismos.

Donghae lo escuchaba atentamente, deseando que su padre le hubiese inspirado lo mismo que ese señor en cinco minutos.

-No es por ser descortés pero…- levantó su mano derecha mostrándole un cigarrillo.

-Veo que tú también tienes ese mal hábito. Anda, ve fuera y procura estar aquí antes de que termine el descanso para ir preparándote.

Salió a la puerta y observó a aquellos chicos unos años más jóvenes que él conversando animadamente. En su facultad no había esa camaradería, sus compañeros parecían robots programados únicamente para estudiar. Se llevó el cigarro a la boca, dejando que de sus labios saliese lentamente el denso humo. Sintió una mirada clavada en él y se giró para ver de quién se trataba. Un joven parecía estar apurado en hacer un boceto de su rostro.

-¿Te han dicho alguna vez que tienes un perfil idóneo?- le alabó.

A pesar de no haberlo dicho en tono de coqueteo Donghae no pudo evitar sonrojarse.

-Supongo que nunca en este contexto- trató de bromear torpemente.

Pero el chico pareció ignorarle, volviéndose a sumergir en su tarea de esbozar. Contempló su obra con satisfacción, arrancó la hoja de su libreta y se la entregó al más mayor.

-Lo siento, no he podido evitarlo, tus facciones me han inspirado. No suelo dibujar a desconocidos- trató de excusarse, haciendo sonreír a Donghae quien echó un vistazo al dibujo. Se trataba de su rostro desde varias perspectivas.

-Tienes un don, es increíble que hayas podido dibujar tan rápido todo esto.

-Es sólo un boceto, no requiere demasiado esfuerzo- dijo restándole importancia.

Iba a replicarle cuando sintió su móvil vibrar en el bolsillo de la bata. En la pantalla se podía leer claramente el nombre de Hyukjae aunque lo ignoró como venía haciendo desde hacía días. Viendo la insistencia de las llamadas, apagó el aparato y lo dejó de nuevo en el bolsillo. Se había quedado con las ganas de seguir conversando con aquel chico pero era hora de volver al taller de dibujo. Mientras tanto, un furioso Hyukjae observaba la escena desde la lejanía. Parecía que el menor se las estaba arreglando muy bien sin su ayuda: ya se vería quién tiene las de perder.

 

 

-¡TRAICIÓN!- Siwon rodó los ojos por el dramatismo de su hyung- Era mi chino, ¡MÍO!

Los ojos casi se la salían de las órbitas al decir ese “mío” con tanto énfasis. Era la quinta vez que repetía lo mismo.

-Sólo os acostasteis una vez, no es como si fuese una relación seria

Heechul lo miró indignado.

-¿Quién eres tú y que has hecho con mi amigo?- bufó molesto- Esperaba que me dieses la razón, no por nada eres el romántico del grupo.

-Sólo han quedado para tomar un café, no significa nada. Además, ¿desde cuándo te importa tanto un ligue?

-Ese chino es un dios del sexo, al menos quería disfrutarlo una vez más antes de cedérselo a Jungsoo. ¿Sabes lo humillante que fue para mí recibir un mensaje suyo diciendo que si podía pasarle el número de Jungsoo? ¡Debería de estar halagado de haber metido su polla en mi culo!

Siwon trató de apartar la imagen mental de su hyung siendo penetrado por el famoso chino.

-Aún así tienes a su amigo, no deberías de ser tan avaricioso en el sexo- trató de bromear, siendo fulminado por la mirada del mayor.

-ZhouMi también es buen amante, pero es diferente. Ambos eran la combinación perfecta, rudeza y delicadeza. Y ahora seguro que Hangeng está follándose a Jungsoo como si no hubiese un mañana- estaba indignado, aquello había sido un duro golpe para su orgullo.

-Y supongo que la delicadeza de ZhouMi te es insuficiente…- trató de hilar los pensamientos de su amigo, aunque en ocasiones le resultaba imposible.

Heechul pareció pensárselo seriamente, estremeciéndose al recordar la manera en la que el chino menor le tocaba.

-Supongo que nunca me habían tratado así en el sexo- intentó que sonase como si no le diese importancia pero a Siwon no le pasó desapercibido el brillo de sus ojos.

-Quizás va siendo hora de que te dejes mimar en vez de entregarte al sexo duro. Por mi experiencia puedo asegurarte que es muy placentero hacer el amor.

El batería lo observó con recelo, la conversación se estaba tornando demasiado sentimental para su gusto.

-Que me diese un par de caricias no significa que fuese algo más que un culo donde correrse, Siwon. Seamos realistas, el amor está sobrevalorado y la gente se está empezando a dar cuenta. ZhouMi quería lo mismo que yo, una buena sesión de sexo sin compromiso, nada más.

-¿Por qué no le llamas?- preguntó con un renovado entusiasmo- Vamos, Heechul, a lo mejor te sorprende y resulta ser una persona agradable y que te gusta. Olvídate de Hangeng y céntrate en uno sólo. No pierdes nada por intentarlo.

-Ahora entiendo por qué Kibum detesta cuando te pones en plan alcahueta, no hay quien te aguante. No busco amor, sólo buen sexo, y ese par son unas máquinas en la cama. Bueno, en la cama, en el suelo, en el sofá…

-Suficientes datos- le cortó Siwon, haciendo reír al mayor.

-Aunque, pensándolo bien, llevo un par de días sin tener sexo y mi cuerpo me lo pide a gritos. Quizás le mande un mensaje- levantó la mano antes de que Siwon le interrumpiese con alguna cursilada- He dicho sexo.

El menor resopló por la testarudez de su hyung. En realidad nunca había visto del mismo modo a Kibum y a Heechul, a pesar de que ninguno se comprometía sus actitudes eran muy diferentes. Kibum era el rey de hielo, el Casanova por excelencia; su actitud promiscua no era más que una forma de inflar su ego. Sin embargo Heechul parecía más necesitado de cariño, buscándolo de la manera equivocada. Nunca habían hablado del pasado del mayor pero intuía que no le habían tratado demasiado bien por la contrariedad que le producía cada vez que alguien tenía un gesto amable con él. Sabía que lo de su hyung era una coraza para protegerse. Y, ¡qué demonios!, si incluso el frívolo de Kibum había caído en los brazos de Cupido, Heechul también podía. Y se lo merecía. Aquel desfile de amantes y su insana adicción al sexo sólo eran parches para tapar la realidad: se sentía terriblemente sólo.

Comprobó con orgullo como el batería escribía un mensaje a ZhouMi. Tal vez tuviese suerte y hubiese encontrado su príncipe chino.

 

 

Ahí estaban de nuevo, en el mismo punto que hacía unos días, desnudos y con ganas de follarse. Y, como no podía ser de otra forma, Henry en la habitación contigua escuchando baladas corta venas. Si algo caracterizaba a Sungmin era su poca paciencia y, comparado con su época en la Kkangpae, estaba teniendo mucha con ese mocoso entrometido. Así no había forma de ponerse al tema por muchas ganas que se tuviesen. Lo que más le molestaba es que ambos necesitaban quitarse ese calentón para terminar de una vez por todas con la maldita tensión sexual no resulta que reinaba en cada una de sus reuniones.

-No puedo hacerlo- Kyuhyun se había incorporado quedando sentado en el colchón, revolviéndose el cabello por la impotencia.

-No puedes estar hablando en serio, ¿verdad?- preguntó el mayor con un ligero tono de amenaza en su voz.

-Así no hay quien se concentre- protestó el cantante.

-O vuelves al tema o te juro que lo saco a patadas del apartamento.

Kyuhyun lo miró espantado.

-No serás capaz.

-Tú ponme a prueba verás cómo lo mando a China de una patada- el menor refunfuñó por lo bajo, recibiendo un golpe suave por parte del guitarrista- ¿Por dónde íbamos? ¡Ah, sí! Creo que empiezo a recordar…

Se acercó lentamente hasta que sus alientos se mezclaron, un poco más y sus bocas estarían de nuevo unidas. Le estaba dando una última oportunidad a Kyuhyun para que se retirase si de verdad no podía seguir con aquello pero, para su sorpresa, el menor le agarró de la nuca atrayéndolo hacia sí. Sus bocas se fundieron en un delicioso beso, haciendo que sus lenguas jugasen, tentándose el uno al otro.

-No tienes ni idea de las ganas que tenía de esto- comentó entre besos el más joven, pudiendo atisbar una sonrisa en los labios del guitarrista.

-Creo que me hago una idea…

Las manos del mayor se posaron en su pálido pecho, recorriéndolo con tranquilidad, disfrutando del vello erizado del cantante, pellizcándole los rosados pezones. El otro no se quedó atrás, acariciando su amplia espalda, pasando por los costados y terminando en el vientre del guitarrista, quien jadeó quedamente. Los largos dedos del menor rozaron la ya despierta erección de Sungmin, quien tuvo que dejar de besarle para exhalar un gemido de anticipación.

-Yo también quiero- la mirada de cachorrito que le dedicó Kyuhyun no hizo más que terminar de encenderle, terminando encima de él.

-¿Qué es lo que quieres, maknae?

Sabía perfectamente a que se refería pero necesitaba escucharlo del otro.

-Tócame, hyung.

El mayor no pudo evitar devorar los carnosos labios del otro al escuchar aquel apelativo. Nunca le había hablado formalmente y que lo hiciese en la cama sacaba su lado más dominante. De un fuerte empujón hizo que la espalda de Kyuhyun cayese contra el colchón y sin darle tregua, agarro su miembro con ambas manos y comenzó a masturbarle a un ritmo desquiciante. Ver cómo se contorsionaba sólo con sus manos no hacía más que motivarle. No le pasó desapercibido que la música del cuarto de al lado había cesado, escuchándose únicamente los gemidos roncos del cantante. “Escucha esto, niñato”, pensó para sí mismo antes de tragarse por completo el falo que apenas unos segundos antes había estado masturbando. Kyuhyun abrió los ojos por la impresión, incorporándose sobre sus codos para ver cómo el mayor se la chupaba con cara de puta. Se lo había imaginado cientos de veces pero tenerlo entre sus piernas mamando con gula era algo que superaba cualquier expectativa. Empujó las caderas hacia arriba mientras los sonidos de las succiones y de sus propios jadeos inundaban la habitación. Sungmin detuvo su tarea de chupar, ganándose una inquisidora mirada por parte del menor.

-No esperarás que me conforme con chupártela- dijo con la ironía tiñendo su voz.

-Ponte encima de mí- una sonrisa socarrona y una ceja levantada fueron suficientes para terminar de empalmar a Sungmin, quien se colocó con rapidez encima del menor- Así no, hyung, yo también quiero saborearte.

Oh, por dios, aquel tipo de sonrisa impertinente lo iba a llevar a la ruina. Se dio la vuelta, quedando ahora sus miembros a la altura de la boca del otro. Sus piernas temblaron cuando el primer lengüetazo llegó a su tan necesitada erección. Fueron acompañadas por un par de lamidas más antes de poder sentir su miembro rodeado por la húmeda cavidad del menor. Si aquella boca era maravillosa no podía esperar a enterrarse en su culo. No queriéndose quedar atrás, volvió a meterse en la boca el largo miembro de su dongsaeng, sintiendo las vibraciones del gemido de Kyuhyun en su propio miembro. Luchaba por seguir un ritmo continuo pero le resultaba difícil concentrarse cuando la boca del otro le estaba llevando al séptimo cielo. Haciendo acopio de todas sus fuerzas, se retiró, dejando algo aturdido al cantante.

-Si seguíamos así nos íbamos a correr en breves- fue su escueta respuesta a la pregunta silenciosa del otro. Llevó un par de dedos a su boca, asegurándoselos de humedecerlos bien, siendo escrutado por la morbosa mirada de Kyuhyun- Dime, maknae, ¿cómo te gusta el sexo? ¿Suave?- acarició la entrada del menor con uno de sus dedos- ¿o prefieres el sexo duro?- se le unió el otro dedo, tentando al más joven.

-Duro.

Apenas fue un susurro pero fue suficiente para enterrar ambos dedos sin consideración ninguna. El menor arqueó la espalda con un rictus de dolor en la cara, pero eso no le impidió seguir con la penetración de sus falanges: él lo había querido así.

-Ya sabes cómo va esto, al principio es incómodo pero luego…-el menor asintió dándole la razón, comenzando a disfrutar de ese par de dedos en su interior- ¿Quieres otro dedo?

-Te quiero dentro ya- se permitió abrir los ojos para clavar su mirada en la de Sungmin- Te he dicho que me gusta duro- de nuevo esa mueca socarrona en su rostro, esa expresión que le desquiciaba y encendía a partes iguales.

Apuntó su miembro en la dilatada entrada del menor. Sabía que la ausencia de aquel tercer dedo iba a notarlo, pero si le gustaba duro no iba a ser él quien se lo negase. Intentó ir despacio pero aquella cavidad absorbió su pene como si llevase tiempo esperándolo. Un jadeo ronco escapó de la garganta de Kyuhyun, que comenzó a moverse para dar a entender que no hacía falta las delicadezas con él. Sungmin respiró profundamente; le iban a dar a Henry un concierto de gemidos que no olvidaría en su vida. Sus caderas comenzaron a moverse a un ritmo creciente, sintiendo como daba de sí el estrecho interior del menor. Estaba concentrado en mover sus caderas a un ritmo desquiciante cuando un sonoro gemido le advirtió que había encontrado el punto g de Kyuhyun. Volvió a repetir la jugada, una y otra vez, disfrutando de aquellos maravillosos gritos de placer que le brindaban el otro. Lo que no era consciente es de sus propios jadeos, que nada tenían que envidiar a los del maknae. Llevaba bastante sin hacerlo por lo que aquella experiencia le estaba resultando el doble de satisfactoria. Notando como sus muslos comenzaban a entumecerse se inclinó sobre el cuerpo del otro para susurrarle algo.

-Kyu, cambiemos de postura. Déjame recuperarme un poco y prometo darte la follada de tu vida.

-Tú sólo túmbate, voy a cabalgarte toda la noche

-Jodido ególatra- siseó a la vez que volvió a sentir su polla enterrándose en el interior del otro.

El menor comenzó a moverse encima de él empalándose a sí mismo. Verle era un auténtico espectáculo: mechones castaños pegados en su frente, el cuello perlado por el sudor y la espalda ligeramente arqueada por el placer. No pudo evitar acariciar el torso del menor, posando sus manos en las caderas del otro para ayudarle con el ritmo. Kyuhyun entreabrió los ojos, nublados por el placer, y miró a su hyung con una cara de vicioso digno de un actor porno. La reacción de Sungmin fue elevar las caderas para penetrarle con más fuerza. El menor le arañó el vientre, dejando unas visibles marcas que poco le importaron al guitarrista. Sabía que aquella estampa se convertiría en un escenario recurrente para su onanismo, el cantante se acababa de convertir oficialmente en el nuevo vicio de Sungmin. Agarró el miembro de Kyuhyun y comenzó a masturbarle, disfrutando de la respiración irregular del otro.

-Vas a conseguir que me corra como nunca en mi vida- consiguió vocalizar a duras penas.

El mayor esbozó una sonrisa orgullosa. Aunque adoraba verle saltando encima de su polla necesitaba aligerar el ritmo, por lo que le tumbó sin salirse de su interior, penetrándole con un ritmo desquiciante. Sus testículos golpeando sonoramente contra las nalgas del más alto, quien se estaba haciendo cargo de su propia erección. Sintió su vientre contraerse para dar paso a un espeso semen que les salpicó a ambos. Sungmin también sentía su orgasmo cerca, por lo que, dando unas estocadas profundas, terminó por bañar el interior del cantante. Trató de regular su respiración antes de salirse del otro con cuidado. Se dejó caer a su lado, agotado. Echó un vistazo al rostro de Kyuhyun que no podía disimular el éxtasis en el que se encontraba.

-¿Cómo ha estado?- preguntó a pesar de saber perfectamente la respuesta.

-Mejor de lo que esperaba.

-No sé si sentirme halagado u ofenderme- bromeó el mayor, sacándole una sonrisa a Kyuhyun.

-Por una vez dejaré que te regodees, has estado genial.

Era increíble estar escuchando eso de los labios de su insolente dongsaeng, tanto que se maldijo a sí mismo por no haber grabado la faena para poder rememorarlo. Ya le propondría grabar un video casero, pensó, sonriendo para sí mismo.

-Tienes un culo tan follable…- le agarró las nalgas para dar énfasis a su afirmación.

-Dame una hora y volverá a estar disponible- bromeó el cantante, a pesar de que el orgasmo le había dejado adormilado.

Sungmin se hizo un ovillo a su lado, sintiendo él también el efecto de Morfeo.

En la habitación contigua un descompuesto Henry se tapaba la boca para que no le escuchasen llorar. Estaba teniendo un ataque de pánico, la ansiedad obstruyendo sus pulmones pero no quería llamar la atención: tenía miedo de que Kyuhyun lo mandase de nuevo al centro. Con manos temblorosas buscó a tientas una bolsa pero no encontró nada. Comenzó a darse cabezazos contra el colchón para despejar su mente de las ideas suicidas que le rondaban, conformándose con pellizcarse los brazos. Sabía que tarde  o temprano aquello pasaría, pero no estaba preparado y aquel brote era prueba de ello. Se tiró del pelo e hizo el amago de gritar aunque sin dejar que su voz traspasase la garganta. Se sentía mareado, los pulmones colapsándose por el exceso de oxígeno y su cerebro bombardeándole con decenas de formas para suicidarse en aquella habitación. Cerró sus ojos tratando de regular su respiración. No era la primera vez que se quedaba dormido en uno de esos episodios, agotado por el desgaste de energía mental. Rezó para que pudiese quedarse dormido y olvidar sus deseos de dormir. Rezó para no volver  a escuchar gemir a Kyuhyun como nunca lo había hecho con él.

 

 

Kibum corría por las calles de Seúl siendo perseguido por un acalorado Yesung. La ira se había apoderado de él y, quizás fuese que la falta de sueño le empujaba a actuar impulsivamente, pero se había propuesto destrozarle el rostro a Ryeowook.

-Deja de correr- jadeaba el mayor. El rapero, lejos de aminorar la marcha, continuaba la carrera sin mirar atrás.- Esto es cosa de él y mía, tengo que solucionarlo yo.

-¡No!- gritó unos metros más adelantado- Se está metiendo con la gente que me importa.

-Por favor, vamos a hablarlo- el mayor, nada acostumbrado al ejercicio, se sentía exhausto por la carrera que estaban protagonizando. Kibum no pensaba, sólo sentía la adrenalina cabalgando por sus venas. Escuchaba al bajista pedirle que se detuviese, pero no podía. No iba a dejar que le destrozasen el corazón a Siwon ni que amenazasen a su ligue mientras él observaba con los brazos cruzados. Sintió cómo le agarraban con fuerza el brazo derecho, obligándole a girarse con violencia. Yesung lo miraba con la respiración entrecortada y los ojos muy abiertos, aunque el agarre era fuerte.- No puedes…presentarte… en… ¡joder! – hizo otra parada para recobrar el aliento, haciendo sonreír al rapero por el poco fondo que tenía el mayor. Cuando se normalizó su respiración, prosiguió- No puedes presentarte en casa de tu amigo y golpear a su novio, sólo vas a empeorar las cosas.

-No voy a quedarme de brazos cruzados- se quejó.

-Sólo te estoy pidiendo que me dejes a mí solucionarlo, es mi problema no el tuyo.

Kibum lo miró de soslayo, él no era el tipo de personas que relegaban las responsabilidades.

-Llevas recibiendo esas cartas desde hace tiempo y no has actuado, ¿por qué ibas a hacerlo ahora?

Yesung acunó el rostro del menor entre sus manos.

-Porque ahora sé que le importo a alguien.

El rapero se deshizo del agarre y rodó los ojos; le había gustado aquella confesión pero era demasiado cursi para su gusto.

-Si me entero que vuelves recibir una maldita carta más te juro que le arranco la cabeza- le señaló con un dedo amenazador- Soluciónalo cuanto antes, no quiero que Siwon esté con un tipo así.

El mayor lo observaba con la cabeza ladeada y una sonrisa de orgullo.

-No sabes cómo me pone verte así

-¿Cómo? ¿Cabreado?- preguntó incrédulo

El otro asintió.

-Seguro que debes follar de maravilla con toda esa rabia acumulada.

Kibum, que con una mirada ya se encendía, tomó aquello como una clara invitación a sexo.

-Si quieres te lo demuestro ahora mismo- le propuso alzando una ceja seductoramente.

El bajista miró a su alrededor; las calles estaban muy transitadas, no podía besarle sin más y dejar escapar esa pasión contenida. Quería al rapero dentro de él, pero todo apuntaba a que deberían de esperar hasta volver al ático.

-No podemos…-fue interrumpido ya que el otro comenzó a tirar de su manga, arrastrándolo a un callejón solitario- ¿En serio vamos a hacer…?

Su cabeza chocó contra el muro más cercano y sus bocas se fundieron en un ardiente beso. Las manos de Kibum recorrían su torso con impaciencia, mientras sus lenguas se enzarzaban en una batalla por llevar el control. El bajista trataba de entender cómo habían llegado a aquello aunque mentiría si dijese que no le encantaba. Quizás era por el riesgo de ser descubiertos o porque su corazón aún no se había recuperado de la anterior carrera, pero lo cierto era que su cuerpo destilaba adrenalina.

-No tengo tiempo para prepararte, ¿podrás soportarlo?- le susurró Kibum con voz ronca.

-Sabes que me gusta duro- le contestó con picardía.

Se giró quedando de cara a la pared; se bajó un poco los pantalones y bóxers, lo suficiente para ser penetrado pero no tan bajos como para poder salir corriendo en caso de que fuese necesario. En el caso de Kibum era mucho más discreto. El rapero se pegó a su espalda permitiéndole sentir su aliento contra su cuello.

-No me enorgullece decir esto pero va a ser rápido.

-Lo sé- habló en voz queda el mayor, sintiendo su entrada ser presionada por el miembro del menor- Hazlo rápido- le instó, siendo embestido de una sola vez. Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no gritar, tratando de regular su respiración. Sintió la mano de Kibum masturbándole en un intento de distraerle del dolor.

-Cuando tú me digas- le susurró, erizándole el vello de la nuca.

-Ya- jadeó desesperado.

Kibum comenzó a penetrarle sin delicadeza, canalizando toda su rabia en aquellas estocadas. Sabía que Yesung se debía estar mordiendo el labio para no gemir, solía ser bastante escandaloso en el sexo. En un arrebato vouyerista se acercó todo lo que pudo al mayor, acorralándole completamente contra la pared.

-¿Te imaginas que nos pillan? ¿Qué haríamos, salir corriendo o hacer la gracia completa?- todo aquello lo decía sin aminorar el ritmo, sintiendo como el miembro de Yesung respondía a esas fantasías.

-Lo terminaríamos, mirase quien mirase- dijo convencido, escapándosele un indiscreto gemido que encendió más al rapero.

-¿Y si es la policía? ¿Se la chuparías a cambio de su discreción?

Aquella imagen les puso cachondos a ambos a pesar de nunca haber compartido ningún fetiche parecido.

-Creo que me voy a correr- jadeó el mayor, sintiendo como aumentaba el ritmo de las estocadas y la de la mano sobre su pene.

Se liberó contra la pared de cemento. Kibum se salió rápidamente de su interior, imitándole. Así al menos parecerían dos extraños orinando en un oscuro callejón. El menor dejó caer su frente contra la pared y Yesung le acarició el cabello.

-Ojalá me hubiese podido correr dentro de ti- suspiró.

-¿Qué te lo impedía?

-Cariño, si me hubiese corrido dentro al caminar se habría salido toda la corrida, manchando tus preciosos pantalones- comentó con ironía, haciendo sonrojar al mayor que no había caído en ese minúsculo detalle.

-Ha estado bien- murmuró una íntima confesión a Kibum, quien se había terminado de incorporar.

-Mejor va a estar cuando lleguemos a casa y te folle en condiciones.

Un calorcito inundó el pecho de Yesung, no sabía si por la anticipación de un nuevo polvo o por la forma en que le había incluido al decir “casa”. Quizás el menor lo había dicho a la ligera pero para él aquello había significado mucho. Hacía demasiado tiempo que no se sentía en un hogar y el rapero le estaba brindando una nueva vida a su lado.

 

El camino de vuelta se dedicaron a susurrarse obscenidades, tratando de sacarle al otro una erección comprometida en medio de la calle. Cuando llegaron al ático estaban de nuevo tan calientes que casi ni se acuerdan de cerrar la puerta. Un nuevo sobre pasó desapercibido, quedando ignorado en una esquina.

Notas finales:

Espero que haya merecido la pena la tardanza, tuve que rehacer el capítulo tres veces porque no me convencía el resultado.

Kisses, chingus

 

CANCIONES

Título del capítulo (Kings of leon - Sex on fire): Kings Of Leon - Sex on Fire - YouTube


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