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Real wild child por Karmilla46664

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Notas del capitulo:

ADVERTENCIA: Este capítulo incluye escenas explícitas de sexo y sangre. Por favor, si eres una persona aprensiva no leas la última escena del capítulo. 

Nada de lo que haya escrito en este capítulo refleja la opinión de la autora. Tampoco debe seguirse como ejemplo lo aquí narrado.

Henry llevaba todo el día con una presión en el pecho y un zumbido en la cabeza, síntomas de que una sospecha lo estaba atormentando. Quizás fuera porque la noche anterior Kyuhyun no apareció por el apartamento o por el característico olor a sexo que emanaba cuando llegó despeinado y hambriento a la hora del desayuno. No cruzó palabra alguna con el extranjero, su cabeza se mantenía baja, casi como si algo le pesara en la conciencia y no pudiese sostenerle la mirada. Cualquier duda que albergaba se disipó al ver el notorio moretón que adornaba el pálido cuello del cantante. Había follado con otro o, lo que era peor, había follado con Sungmin. Su garganta quemaba, necesitaba gritarle lo cruel que estaba siendo con él, sin embargo podía vislumbrar la culpa en el rostro ajeno. De nuevo el picor en las cicatrices de sus muñecas. Se sentía no sólo dolido sino decepcionado: Sungmin lo había tratado como la mierda, le había deseado la muerte, pero Kyuhyun había vuelto a entrar en su asqueroso juego de seducción.

El cantante comía en silencio pero podía sentir la escrutadora mirada de su ex pareja observándolo. No soportaba cuando Henry hacía eso, juzgarle en silencio, era algo que lo estresaba. Sabía que querría hacer preguntas sobre por qué no durmió esa noche en el apartamento al igual que era consciente de que el extranjero no abriría su boca sólo para castigarle. Había cometido un error al haberse acostado con Sungmin pero tampoco le debía explicaciones a nadie. Era su vida y su apartamento, Henry sólo estaba de paso.

-¿No vas a decir nada?- preguntó el cantante rompiendo la gélida atmósfera. Se atrevió a levantar la vista, arrepintiéndose inmediatamente al ver la frialdad en el rostro ajeno.

-¿Buscas provocarme? ¿Es tu retorcida forma de echarme de tu vida o es que eres el ser más hipócrita del mundo?- su tono se elevaba progresivamente al igual que el calor en sus mejillas. Estaba enfadado por el descaro de Kyuhyun- El otro día me defendías delante de él y hoy te lo follas. Me das asco.

-¿Cómo sabes que ha sido Sungmin?

-Te conozco demasiado, sé cuando te avergüenzas de ti mismo, tu cara te delata.

-Mi vida sexual no es de tu incumbencia, Lau-

Trató de hacerse el digno aunque por dentro se sintiese lamentable. Estaba poniendo una barrera entre ambos llamándole por su apellido, como si no significasen nada el uno para el otro. Y Henry lo captó en seguida. El extranjero se levantó de su silla sin pronunciarse, abandonando la cocina. Entró a la que era su habitación provisional y comenzó a recoger sus cosas en silencio, sin dramas. Kyuhyun era demasiado orgulloso como para pedirle perdón o para detener su partida, así que esta vez no haría un circo. Tenía una lucha interna para que ninguna lágrima se escapase, quería que la última imagen que tuviese el cantante de él fuera como una persona fuerte. No tardó en empaquetar todo ya que no tenía demasiadas cosas, así que pronto se sorprendió a sí mismo echándole una última mirada al coreano, quien no se dignó a alzar su vista más allá del tibio café. El crujido de la puerta al cerrarse fue el detonante para que todos sus sentimientos aflorasen, dándose el permiso para llorar abiertamente una vez hubo dejado todo atrás. Se tomó las cinco primeras pastillas, tragándolas con dificultad. No podía pensar con claridad, estaba deambulando por las transcurridas calles sin saber a dónde ir. Volvió a tomar otras cuántas pastillas, ya sentía el atontamiento por lo que paró en el primer parque que encontró. Más pastillas. Sacó su móvil y se puso los auriculares dejándose envolver por la música. Las personas que caminaban estresadas no eran más que manchas borrosas que reflejaban la luz del soleado día. Más pastillas. Sabía que aún le quedaba otra tableta de ansiolíticos por comerse pero en ese momento sólo le apetecía dormir. Se acurrucó contra la mochila, no sin antes tomarse un par más. Estaba feliz, se sentía tranquilo como llevaba sin sentirse años. Alguien le hablaba, él balbuceaba y, de repente, nada. Pero él estaba en paz.

 

 

-Me he vuelto a matricular en algunas asignaturas de la carrera, Hyukjae me ha ayudado con el papeleo.

Heechul observó al menor con una expresión llena de orgullo.

-Más te vale aprobar, niño, la segunda matriculación se encarece y no estás como para derrochar el dinero.

-¿Por qué todos me tratáis como un crío? Soy un hombre- se indignó infantilmente, sabiendo que el mayor siempre lo había tratado de esa forma sobreprotectora.

-¿Vas a seguir posando?

-Hasta que encuentre otro trabajo. Los compañeros son muy simpáticos conmigo, incluso hemos salido de fiesta, pero sigo sin sentirme cómodo.

-Siempre has sido de mantener un perfil bajo- corroboró el batería- Si me entero de otro trabajo te lo digo.

-Gracias, hyung.

-Espero que haya sido el primero en enterarme de la buena noticia, no por algo soy tu mejor amigo.

-¡Por supuesto que has sido el primero! Ni siquiera se lo he dicho a mi madre- esto último lo dijo en apenas un susurro.

-La familia está sobrevalorada, Hae- se encendió un cigarro mentolado, expulsando el humo con cierto glamour- ¿Cómo está Siwon? Hace demasiado que no veo a ese bastardo.

-Está demasiado ocupado, ya sabes que dentro de poco debutará en pasarela y eso es mucha responsabilidad.

-Más le vale no olvidarse de los pobres cuando alcance fama mundial- dijo con dramatismo haciendo reír al más joven. - ¿Sabes lo de Kibum?

-Sí, fuimos quienes llamaron a la ambulancia; he pasado la noche con él en el hospital.

-¿Cómo está? Hablé por teléfono con él y sonaba hundido- su expresión se tornó preocupada, jamás había escuchado tan abatido al rapero.

-A pesar de su cabezonería, no se ha separado en ningún momento de su lado. Una vez fui al baño y, cuando regresé, lo descubrí acariciando la mano de Yesung. Está siendo muy duro para él, es la primera vez que se enamora…

-El amor también está sobrevalorado- apagó el cigarro para darle más fuerza a sus palabras.

-Los que no creen en el amor son los que más fuerte se enamoran

-Deja de juntarte con Siwon, se te está pegando el romanticismo. Aún así, no entiendo cómo puede seguir a su lado. No sé si me contó toda la historia pero por lo visto fue un cabrón de cuidado. No sé, es extraño; llevo conociendo a Yesung años y es el más cuerdo de la banda. Esta noticia me ha impactado tanto como a él.

-Si Kibum decide quedarse a su lado debemos apoyarle. Tampoco creo que sea procedente echarle del grupo por algo que no tiene que ver con vosotros.

-Tranquilo, no voy a decirle nada a Jungsoo, está descontrolado- se señaló su amoratada mejilla- Está perdiendo el control.

-¿Por KangIn?

El mayor se encogió de hombros.

-Supongo. Está paranoico, tiene esa mirada de fiera con ganas de problemas. La fecha del concierto se acerca y debe estar ansioso al saber que KangIn estará allí. Eso le pasa por chupársela a un mafioso.

Se instauró un corto silencio en el que cada uno se sumergió en sus propios pensamientos, pero fue interrumpido por el menor.

-Heechul, yo… sé de tu trabajo- hizo un gesto con la mano para acallar la réplica del mayor- Sólo quería que supieras que no te juzgo.

El batería abrió los ojos desmesuradamente por la sorpresa: era la primera vez que no se sentía de algún forma repudiado, nadie lo trataba como un igual al saber que se prostituía. Asintió con una sonrisa llena de agradecimiento. No podía hablar o sabía que se emocionaría, y no le gustaban los sentimentalismos. Una vez se hubo tranquilizado, tomó su natural pose de orgullo.

-¿Hay algo que quieres saber? Puedes preguntarme lo que sea, ya sabes que eres como un hermano para mí.

-No, dejaré que cuentes lo que te apetezca.

No iba a contarle toda la historia, habría muchas cosas que omitiría porque no le apetecía recordar, pero quería sincerarse con su amigo.

-Desde que cumplí la mayoría de edad llevo prostituyéndome, se gana bastante dinero ya que no hay muchos hombres que se dejen dar por el culo. Me da para comprarme caprichos y el sexo siempre es placentero. Los heteros son los más fogosos, el estar reprimidos les hace ser más pasionales.

-Gracias por ser sincero conmigo y por hablar tan abiertamente. Aunque, ahora que lo sé puede que te pida algunos consejos- puso cara de morbo, haciendo reír al mayor.

-¿Quién es el que da?

-¿¡CÓMO!?- preguntó escandalizado.

-A ver, si quieres que te de consejos tendré que partir de una base

-Eres un cotilla- bromeó

-Vamos, no seas así, nunca hablas de tu vida sexual

-Porque es privada, esas cosas deberían de mantenerse entre la pareja

-Entonces…- hizo una floritura con la mano para instarle a que respondiera su pregunta.

-Él es el que da- admitió acalorado.

-¿Nunca alternáis posiciones? Me aburro sólo de pensarlo.

-A veces jugamos inventándonos unos roles, nos gusta el daddy kink

Heechul no pudo evitar sentir un ardor en el estómago como si fuese a vomitar pero se limitó a sonreír fingiendo que todo estaba bien.

-Entiendo, Hyukjae es demasiado dominante en la cama y necesitas innovar… Toma el control: átalo a la cama y hazle un poco de BDSM. Luego sacas un dildo enorme y lo penetras mientras haces que te la mame- Donghae lo miró horrorizado, gesto que le resultó gracioso- O también puedes sugerirle cambiar de posiciones.

-Eso ha sido demasiado para mí- admitió acalorado.

-Sé que te has puesto cachondo sólo de pensarlo- le guiñó un ojo al ver como se sonrojaba.

-Creo que no te voy a volver a pedir consejos sexuales.

-Ya me contarás cuando lo hayas probado, seguro que me lo agradeces.

Aunque estaba abochornado por el descaro de Heechul, había anotado internamente aquel consejo del mayor. Un zumbido en el bolsillo derecho de su pantalón hizo sacarlo de sus pensamientos. Observó la notificación de kakaotalk que recién le había llegado.

-Es Siwon- informó en voz alta- Dice que lo llame cuanto antes.

-Supongo que ya se habrá enterado de lo de Kibum.

El más joven marcó el número de su amigo, siendo descolgado al tercer toque.

-“Donghae, ¿podemos quedar? Tengo algo que contarte

-Estoy en casa de Heechul, ven y nos tomamos un café

-“De acuerdo, voy para allá

-¿Te ha dicho qué quería?- inquirió el batería.

-No, aunque parecía algo ansioso. Normal, Kibum es su mejor amigo aunque últimamente estén más distantes.

-Aún no me explico cómo esos dos no han acabado juntos. Vale que Siwon sea demasiado cariñoso para el maknae pero siempre han tenido tensión sexual y actuaban como un viejo matrimonio- caviló el mayor- Aunque, pensándolo bien, Yesung parece perfecto para él. Es maduro y reservado, no grita su amor a los cuatro vientos; y parece que le hace feliz.

-Creo que era consciente de que escondía algo pero no sabía la magnitud del asunto. El otro día estuvimos hablando sobre estar con una persona que sabes que te traerá problemas y él dijo tajantemente que si se enteraba de que Yesung andaba en algo turbio lo dejaría sin miramientos.

-Es un radical

-Al menos él ha apostado por el amor

-No vayas por ahí, Donghae

-¿En serio nunca te has enamorado? ¿No ha habido ningún hombre o mujer que te haya hecho sentir algo?

Heechul no pudo evitar que se le cruzase por la mente el rostro de ZhouMi. No es que estuviese enamorado del chino pero era la persona que había conseguido remover algo en su interior gracias a sus atenciones.

-No, nadie.

No se iba a dar el lujo de decirlo en voz alta, al fin y al cabo no eran nada más que cliente-puta. Tenía claro cuál era su posición a pesar del trato afectivo del otro. En un principio le pareció extraño que accediera a pagarle, ZhouMi parecía no haber pagado antes por esos servicios. De repente tenía la imperiosa necesidad de verle y saber qué demonios estaba pasando entre ellos dos, no quería hacerse falsas ilusiones con el tipo. Se habían acostado tres veces, dos de ellas en un trío y la tercera cobrando por sus servicios; no era precisamente una historia de amor. Aún así había algo en la mirada del extranjero, quizás la forma en que lo tocaba, pero le hacía estremecer.

-Supongo que ya llegará alguien especial

-O no, no tiene por qué

El timbre sonó anunciando la llegada del modelo. Lucía el cabello ligeramente más largo y un look informal aunque le quedaba de maravilla. Tenía grabado en el rostro una expresión risueña que contrastaba con la atmosfera que esperaban encontrarse.

-Tengo una buena noticia- dijo efusivo a la vez que tomaba asiento al lado de Donghae

-Veo que no te has enterado de lo de Kibum- supuso el mayor de los tres.

Siwon lo miró preocupado por el tono que había utilizado.

-¿Qué ha pasado?- preguntó temeroso

-Yesung ha tenido un episodio de estrés post-traumático y tuvieron que ingresarle

El modelo asintió en silencio, sopesando lo que Donghae le acababa de contar.

-¿Qué fue lo que le desencadenó el episodio?

-Por lo visto hace unos años tuvo un accidente de coche y dejo a su novio medio muerto mientras que él huyó- resumió el mayor, observando como el rostro de Siwon se contraía.

-¿Es seguro que pasó aquello? ¿Sabes cómo se llamaba su pareja de aquel entonces?- preguntó atropelladamente.

-Un amor de juventud, no sabemos nada más

Se sentó, afectado por la nueva información: Yesung era el ex novio de Ryeowook. Su cabeza iba a mil por hora, de repente todo cobraba sentido.

-¿Kibum sabía eso y siguió con él? ¿Quiere estar con un tipo que dejó a su ex en estado inconsciente?- su voz se elevaba a medida que hacía esas preguntas en voz alta. Se sentía herido porque el rapero hubiera decidido estar con una persona así en vez de con él, y sentía rabia e impotencia por el dolor que aquel tipo le había causado a Ryeo. Quería abrazar a su amigo pero sabía que como viese a Yesung le rompería la nariz de un puñetazo.

-No lo sabía- aclaró el mayor ante la creciente ansiedad de su amigo.

-Espero no volver a verlo en mi vida porque si no os juro que lo mato con mis propias manos- estaba encolerizado, se había tenido que levantar por los nervios.

-No puedes tomártelo como algo personal- trató de tranquilizarlo Donghae, recibiendo una mirada iracunda que jamás había conocido en el rostro ajeno.

-Lo es- fue su escueta respuesta. Se despeinó e intentó calmarse al ver la preocupación de sus amigos. No quería contarles la historia de Ryeowook, no se sentía con ese derecho, y estaba siendo demasiado evidente. Tomó una gran bocanada de aire y dibujó su habitual sonrisa- Aún no te he contado la buena noticia, Hae.

Ninguno hizo referencia al drástico cambio de humor del modelo ni al hecho de que le hubiese afectado tanto lo de Yesung, simplemente dejaron correr el tema.

-¿Qué es?- preguntó entusiasmado el aludido

-Tengo una oferta de trabajo para ti- contestó incluso más entusiasmado que el propio Donghae- Mi agencia busca debutar un nuevo modelo. Les mostré algunas fotos de ti y están interesados.

Heechul dio un chillido agudo y comenzó a aplaudir mientras que el receptor de la noticia miraba boquiabierto al modelo.

-¿En serio?

-Sabía que estabas buscando un nuevo trabajo y ya tienes experiencia posando así que me tomé la libertad de hacer un book improvisado con tus fotos. Espero que no te importe.

Donghae se levantó de golpe y lo abrazó efusivamente.

-Parece que las cosas te van bien- apuntó Heechul- sabía que el irte de tu casa te abriría un mundo de posibilidades.

Tomó el teléfono y llamó ilusionado a Hyukjae, yéndose a otra habitación y dejando solos a sus amigos.

-¿Kibum sigue en el hospital?- preguntó el modelo, volviendo a ponerse serio.

-Supongo que sí, no he hablado con él desde esta mañana.

-No quiero que se quede al lado de ese bastardo, no se lo merece.

-Siwon, sé que es tu mejor amigo pero no puedes influir en su decisión. Aún no sabemos si seguirán juntos o lo dejarán así que no antepongas acontecimientos.

-Hee, si lo hizo una vez quién dice que no lo hará una segunda.

-Conozco a Yesung desde hace años y no creo que sea capaz de hacerle algo así a Kibum. Todos cometemos errores cuando somos jóvenes, tiene derecho a una segunda oportunidad. Si se la di a Jungsoo, se la daré a él.

-No cuentes conmigo, las personas no cambian.

El mayor lo observó con las cejas arqueadas, intentando analizar la expresión del otro.

-¿Sigues enamorado de Kibum?

No hubo lugar a respuestas dado que Donghae volvió haciendo alboroto.

-¿Cuándo puedo hacer la entrevista? Bueno, no sé si eso va por entrevistas, no tengo ni idea del mundo del modelaje.

-Puedes venir mañana conmigo a la agencia y te presento a los jefes; quizás te hagan unas pruebas el mismo día.

Volvió a ser abrazado por Donghae, gesto que fue correspondido.

 

 

ZhouMi observaba su vaso de whisky a medio beber. Podía sentir la mordaz mirada del mafioso puesta en él. La presencia del coreano era casi tan apabullante como la de su jefe aunque había una radical diferencia entre ambos: KangIn sonreía. No era una sonrisa amable, más bien escalofriante, transmitiendo una imagen de falsa amabilidad. Por el contrario, Hangeng jamás mostraba emoción alguna, con suerte dejaba ver una mueca burlona cuando se salía con la suya y daba rienda suelta a su innato maquiavelismo.

Trataba de verse lo más relajado que podía aún siendo consciente de que esa podría ser su última noche. Por su mente pasaban imágenes de distintas clases de torturas a las que podría ser expuesto. El tipo sabía su nombre, estaba condenado. Bebió sin gana del vaso y se atrevió a sostenerle la mirada al otro. Sonrió sin fuerzas en un último intento de parecer calmado.

-Heechul es, sin duda, mi empleado más valioso. Desde que llevo en el negocio no he conocido otro igual. Es entregado y mis clientes siempre acaban satisfechos- el mafioso rompió el silencio con sus divagaciones- Lo que le hace más especial es que es rebelde y siempre consigue salirse con la suya. No me malinterpretes, me agrada su carácter pero no cuando perjudica a mi negocio- su semblante cambió, ensombreciéndose- No sé cuántas veces habréis follado ni por cuánto dinero pero no se me ha sido comunicado. Este es mi territorio y, por tanto, mis normas. El 30% de lo que gane es mío, si me lo oculta, está muerto.

ZhouMi se incorporó ligeramente mostrando una actitud confiada y altanera.

-Ese no es problema mío, controla a tus putas- escupió con asco. Se odiaba a sí mismo por estar interpretando ese papel que tan bien había aprendido observando a Hangeng. Pero era eso o la muerte.

La afilada mirada del mafioso se cruzó con la de él.

-Heechul no es una simple puta así que controla tu boca antes de que te pegue un balazo en la frente- amenazó con voz grave- Dime cuantas veces habéis follado y el dinero que te ha pedido.

El chino se atrevió a seguir con su actitud chulesca. Se había dado cuenta de que el otro desconocía que estaba amenazando al mano derecha de la Tríada, sólo lo veía como a un putero más, y estaba dispuesto a tomar esa nueva información a su favor.

-¿Por qué no le preguntas a él directamente? ¿O es que se te ha ido de las manos la puta rebelde?

Esperaba que se abalanzara sobre él, incluso que sacara su arma, sin embargo se sorprendió al escuchar la estruendosa carcajada del coreano. Parecía no afectarle en absoluto su pose altiva, teniendo un control de la ira a la cual no estaba acostumbrado a observar. De no ser porque sabía que era el jefe de la Kkangpae le hubiese parecido un tipo inofensivo.

-Bien jugado, impresionante- comenzó a aplaudir sin dejar de carcajearse- Conmigo puedes dejar es fingir, ZhouMi, se nota que eres un buen chico. O eres idiota o estás enamorado de Heechul pero nadie pagaría tal cantidad de dinero por follar, ni aunque ese culo lo merezca. Nunca has pagado por dinero y te han robado. Así que deja de hablarme así porque estás en mi despacho y no voy a dejar que me faltes el respeto. Ahora vas a colaborar conmigo y a contestar mi pregunta antes de que mi paciencia se agote. Estoy siendo amable, no me obligues a partirte los dedos sin anestesia.

El chino no supo cómo reaccionar a aquello, así que optó por la sinceridad.

-Sólo he pagado una vez por sus servicios

-Eso no es lo que yo tengo entendido

-Estoy diciendo la verdad

-Bien, supongamos que te creo. Entonces, ¿me estás diciendo que no habéis follado más? Creí que ibas a ser sincero, ZhouMi.

-He dicho que sólo he pagado una vez no que no hayamos follado más veces- lo miró con inquina. No iba a delatar a Hangeng, sino sería su jefe quién lo mataría de una forma poco agradable, pero no se iba dejar amedrentar por el coreano.

-Así me gusta, que colabores. Pero hay algo que no cuadra: Heechul nunca folla si no hay dinero de por medio. Si lo que quieres es protegerle…

-No lo estoy protegiendo, fue él quien vino a buscarme cuando hice la sesión. Se acercó a la mesa de mezclas y me ofreció sexo en un reservado.

KangIn analizó el rostro ajeno buscando algún indicio de mentira sin embargo pudo leer en sus expresiones que estaba siendo sincero. Eso lo descolocó un poco pero lo tomaría como información útil. Creía conocer lo suficiente a Heechul como para asegurar que en esos tres años no había cambiado y se había vuelto la persona más romántica del mundo, por eso le sorprendía aquello. No entendía que tenía de especial ese chino para habérselo llevado a la cama sin pagar.

-Me estás diciendo que fue él quien te buscó pero luego has pagado por follártelo. Deberías de inventarte una historia más consistente, ¿no crees?

El más alto se revolvió el pelo con nerviosismo. Le había dicho la verdad pero entendía que la historia no sonase convincente. Quizás tenía que ver con que había borrado de su narración a Hangeng ya que era clave para entender el por qué no había pagado la primera vez: Heechul había querido hacer un trío. No sabía cómo salir airoso de la situación, de nuevo le venía el sentimiento de temer por su vida. Debía darle una respuesta contundente a KangIn.

-Dijo que nunca lo había hecho con un chino- se encogió de hombros fingiendo una tranquilidad que no sentía.

El mafioso pareció conforme con aquella respuesta aunque ya se encargaría de indagar. Había algo que seguía sin cuadrar en todo el asunto de Heechul y ZhouMi. El momentáneo silencio que se había instaurado fue abruptamente interrumpido por el sonido del móvil del chino. Ambos se observaron, KangIn retándole con la mirada para que contestara delante de él, el otro intentando leer en el rostro del mafioso si intuía de quién era esa llamada. No había duda, debía ser Hangeng queriendo ser informado de nuevas noticias.

-Deberías contestar, parece que es importante- el mafioso sonrió burlonamente.

-Quizás en otro momento a menos que hayamos terminado nuestra conversación

El móvil dejó de sonar, aliviando al extranjero. No había manera de contestar a su jefe sin hacer que saltasen todas las alarmas en la cabeza de KangIn.

-Creo que por hoy en suficiente, pero recuerda que esa puta me pertenece así como el dinero que gane desplumando a idiotas primerizos.

Aparcó la copa vacía en la mesa, poniéndose en pie para despedirse del chino.

-No me queda duda- sentenció el chino.

KangIn le tendió la mano, estrechándosela con más fuerza de la necesaria pero sin mutar de su rostro aquella sonrisa que le caracterizaba.

ZhouMi pudo respirar tranquilo una vez salió del local. Había salido con vida de milagro. Comprobó el móvil para poder devolverle la llamada a su jefe pero su sorpresa fue mayúscula al ver el nombre que rezaba la pantalla: Kim Heechul.

 

 

-¿Por qué me has traído a un cobertizo? ¿Acaso ahora te dedicas a organizar excursiones campestres?

Un amago de sonrisa se instaló en los labios de Hangeng, aunque no le daría el placer de mostrarse humano ante Jungsoo.

-Te he traído porque considero que estás preparado para una nueva tarea

El coreano frunció el ceño aunque sus dudas fueron despejadas cuando el extranjero abrió la pesada puerta de chapa. Un pobre infeliz estaba postrado en una silla, atado de pies y manos y amordazado para que no pudiese pedir ayuda.

-¿Quién es este?

-Un tipo que se la jugó a la persona equivocado, ¿verdad, Wong?

El tipo negó con insistencia, los ojos desorbitados. Hangeng le quitó la mordaza, dejándole que pudiera decir sus últimas palabras.

-W’ méiy’u qù, Hán, w’ méiy’u bèipàn nǐ (Yo no fui, Han, yo no te traicioné)- gritó desesperado.

El chino se le acercó peligrosamente, quedando sus rostros a escasos centímetros.

-Nàme zhège shíhòu w’ hái méiy’u kàn dào yīgè tā mā de rénmínbì(Pues no he visto ni un jodido yuan en todo este tiempo)- siseó.

-Dōu shì hǎo, xiàng lǎosh” yīyàng táopǎo. (Se lo quedó todo Hao, huyó como una rata)

El tipo parecía al borde de las lágrimas, gesto que complació al mafioso.

-Nàme, zhǐ yīnwèi nǐ de bànlǚ yǐjīng táotuōle, w’ yīnggāi duì nǐ y’ulì ma? (Entonces, ¿debo ser benevolente contigo sólo porque tu compañero se haya escapado?)- se arremangó la camisa, haciendo encoger al otro-Nǐ rènwéi w’ huì xiāngxìn zhège gùshì ma?(¿Te crees que voy a creerme ese cuento?)

Un primer puñetazo fue lanzado, haciendo eco en las paredes de chapa.

-Qǐng Hán, w’ cóng k’udài lǐ bǎ tā hái gěi nǐ, dànshì bùyào shā w’; w’ y’u jiārén(Por favor, Han, te lo devolveré todo de mi propio bolsillo pero no me mates; tengo familia)

-Nǐ zh“n xìngyùn, w’ méiy’u zài nǐ yǎnqián zhémó nǐ (Tienes suerte de que no los esté torturando frente a tus ojos)

-Qǐng... (Por favor…)

Un segundo puñetazo en la amoratada mejilla del maniatado. Hangeng se pasó una mano por el cabello despeinado, lamiendo su labio inferior al contemplar cómo un hilillo de sangre descendía por la comisura de su víctima.

Jungsoo observaba todo el silencio sin comprender por qué estaba allí. Veía al mafioso hablando en chino con voz afilada pero suave. Parecía estar disfrutando de ese juego.

-Normalmente dejo que haga los honores ZhouMi pero está ocupado con otra tarea, así que te cedo el privilegio- dijo, señalando al tipo.

-¿Qué ha hecho?

-Traicionarme, ¿no te parece razón suficiente para matarlo?- se burló el extranjero. Jungsoo retrocedió un paso. Podría haber estado en la Kkangpae pero jamás había matado a nadie.- ¿Crees que no te temblará el pulso cuando estés apuntándole la cabeza a KangIn? Te matará antes de que pestañees. Tienes que practicar y Wong se ofrece como voluntario.

El tipo negó desquiciado.

-No soy un asesino- aseveró el coreano.

El chino ensombreció el rostro, acercándose a él.

-¿Ahora tienes cargos de conciencia? Si no recuerdo mal fuiste tú quien me pidió que matase al padre de tu amigo.

-Te pedí que lo matases no que lo descuartizaras y le mandaras su cuerpo por fascículos a la viuda. Eres un sádico.

-Así hacemos las cosas en la Tríada. Deberías haberlo pensado antes de unirte a mi bando.

-¿Acaso me hubieses dado otra opción?

-Sí: podrías ser el que estuviera en la silla a punto de ser brutalmente asesinado- de nuevo esa mueca burlona en su atractivo rostro.

Jungsoo miró al tal Wong que estaba pálido y con el rostro ensangrentado.

-¿Qué tengo que hacer?- preguntó abatido.

-Por ser tu primera vez dejaré que elijas cómo quieres matar a este infeliz. ¿Qué tal un baño de agua hirviendo? ¿Sacarle los dientes uno a uno sin anestesia? O mi favorita, cortar sus extremidades…

Sintió ganas de vomitar al escuchar al chino decir todas esas atrocidades tan alegremente.

-No pienso cebarme. Dame una pistola y acabemos con esto lo más pronto posible.

El tipo miraba de un lado para otro sin comprender qué hablaban en coreano aunque, por la mueca burlona de Hangeng intuía que se trataba de su propia muerte.

Hangeng se posicionó detrás del coreano y acercó su boca a la oreja del mayor.

-Quiero que juegues con él. Imagínate que es KangIn, hazle todo lo que te apetece hacerle a ese hijo de puta- casi podía palpar la rabia recorriendo a Jungsoo.- Vamos, ¿no te gustaría hacer sufrir al hombre que te rompió el corazón y ha vuelto para matarte?

El coreano caminó veloz hacia el tipo y comenzó a propinarle puñetazos en el rostro, uno tras otro, con ambos brazos. Lo tiró de la silla y pateó sin descanso su estómago.

-¡¡¡ERES UN HIJO DE PUTA!!! ¡Nos robaste a todos, me mentiste!- los gritos encolerizados no le impedía seguir ensañándose con el cuerpo a sus pies- Yo te quería. ¡MIERDA! ¡Lo eras todo para mí, maldito cabrón! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!

Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, mezclándose con su propio sudor y la sangre del tipo que yacía inconsciente.

-¡Sí, joder! Se me pone dura la polla de verte así- Hangeng estaba disfrutando del espectáculo. Lo había conseguido, algo en la cabeza del coreano había hecho click y ya no había retorno: ahora era uno de los suyos.

Jungsoo arrastró de los pelos al tal Wong y lo dejó apoyado contra una pared. Le miró el rostro desfigurado; así sería más fácil imaginarse que era KangIn a quién mataba.

-¿Cómo quieres que remate la faena?- su voz sonó serena, similar al tono que solía usar Hangeng para amenazar.

-Creo que tengo una caja de herramientas por ahí tirada…- caminó en busca de una polvorienta caja sacando un martillo, un gato y una sierra manual- Elige.

El coreano cogió el martillo e inauguró el primer hueso roto. El tipo dio un alarido histérico; le había roto la muñeca de un martillazo. Un segundo golpe, esta vez en las costillas.

-Te mereces sufrir, pedazo de mierda, me dejaste destrozado- con fuerza estampó el martillo en la rodilla izquierda del cuerpo, escuchando cómo los huesos se movían de su lugar natural.- Quiero ver cómo tus últimas palabras son “perdón, Jungsoo”. Dímelo, dime que estás arrepentido.

El coreano estaba fuera de sí; maltrataba al tipo con todas sus fuerzas, intercalando martillazos y patadas.

-Ahora, la gracia final- Hangeng le tendió un cúter. Sin miramientos, expuso el cuello del moribundo y cortó de un tajo la yugular, acabando finalmente con la vida de aquel desgraciado. El cuerpo estaba desfigurado y su sangre había salpicado a los otro dos. Jungsoo miró sonriente al chino. Se sentía relajado, la misma sensación que recorría su cuerpo tras tener un orgasmo. Aún sentía la adrenalina en sus venas; quería más. Necesitaba desfogar toda aquella euforia tras haber cometido su primer asesinato. Se acercó a Hangeng y le desgarró la camisa justo después de devorar su boca. El otro le respondió de inmediato, no había exagerado cuando le había dicho que estaba duro al verle torturar al tipo.- ¿Alguna vez has follado sobre un charco de sangre?- preguntó burlón

Jungsoo respondió mordiendo el carnoso labio inferior del chino mientras sus manos acariciaban su pecho. Sus erecciones se frotaban con descaro, aún cubiertas por sus ensangrentadas prendas. Hangeng lo cogió a pulso, estampándolo contra la pared de chapa. Para él no había nada mejor que el sexo post asesinato. Al contrario de lo convencional, la sangre era su mejor afrodisíaco. Era poseedor de una desorbitada colección de porno snuff*.

En su mente se le ocurrían mil formas de follarse a Jungsoo para recrearse en la escena del crimen pero a éste probablemente le parecerían nauseabundas. Ya se lo llevaría a su terreno con paciencia.

El coreano se frotaba desesperado contra el cuerpo del otro. Se quitó su propia camisa y chupó con insistencia el cuello del chino, dejándole una marca. Quería más. Hangeng lo dejó en el suelo y se desvistieron, juntando sus cuerpos al fin desnudos.

-Fóllame- susurró contra los labios del extranjero. Si esperaba delicadeza y una mínima preparación estaba equivocado. Hangeng separó sus piernas dejando expuesta su palpitante entrada. Sin el menor miramiento, se la clavó entera. No le detuvo el alarido de Jungsoo, más bien le animó a continuar con el violento vaivén de sus caderas. Veía al coreano con lágrimas pero el ceño fruncido y la boca semi abierta dejando escapar roncos gemidos le confirmaron que estaba tan caliente como él.

A Jungsoo poco le importaba que su espalda estuviera raspándose por el suelo, ni que sus fluidos corporales se mesclasen con la sangre. Aquella escena era la más sórdida que había protagonizado en su vida pero mentiría si dijese que no estaba caliente como el infierno. Había dejado de ser consciente de que a escasos centímetros de su cabeza yacía el cadáver de su primera víctima, sólo podía sentir la adrenalina y el deseo quemando su vientre. Se tocaba desesperado, sintiendo como un brutal orgasmo se avecinaba. Hangeng salió de su interior y eyaculó sobre él. Ambos se dejaron caer intentando regular sus respiraciones. Cualquiera que abriese en ese mismo instante el cobertizo quedaría horrorizado por la escena. El chino se incorporó y lamió su propio semen del labio de Jungsoo.

-Creo que vamos a hacer buena pareja- enmarcó aquella frase con su característica sonrisa de medio lado y observó el agotado cuerpo del coreano, manchado por tantos fluidos que era incapaz de distinguirlos. Ahora sí estaba preparado para matar a KangIn, podía verlo en su mirada.

 

 

Notas finales:

Snuff* : Porno ilegal en el que sus protagonistas disfrutan haciéndolo mientras matan a alguien (o incluso uno de los participantes es la víctima) 

 

CANCIONES

Título del capítulo (Nickelback - Burn it to the ground): Nickelback - Burn It To The Ground (Audio) - YouTube


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