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True Love por Dako_ra

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Culpable, así sentía además de patético, el pobre rubio era una verdadera y única miseria en todo el mundo. Sus ojos azules reflejaban lo decepcionado y triste que se estaba sintiendo por la culpa que estaba sintiendo en ese momento. Es que ¿A quién no le dolería saber que sus padres murieron por defenderlo? Claro, seguramente a todo el mundo.

Él estaba vivo, eso seguramente le alegraría a su madre, pero ¿Por qué se sentía tan patéticamente culpable? Bien, ya lo había dicho y no se cansaba de repetirlo, todo era culpa suya, todo era culpa de ese hechizo que tenía y por eso, sus amigos se dejaron ganar, seguramente por eso ellos lo desaparecieron por mucho tiempo.

Los brazos de Sasuke eran cómodos a decir verdad, los extrañaba. Estaba siendo cargado como una princesa mientras le sujetaba del pecho con fuerzas sus lágrimas no se detenían, de vez en cuando se escuchaban lamentaciones por parte de Sasuke, él también estaba triste.

Soltó otro suspiro más, la culpa era como una pesada roca que se cargaba en la espalda ¿Por qué demonios no mataron a Orochimaru sin importar que? ¿Era el tan importante para dejarlo vivo? ¿De qué y para que servía una bestia tan ‘’poderosa’’ como lo era él?  Era simple, solamente para molestar. Porque sinceramente no era para nada bueno.

Tenía demasiadas ganas de salir corriendo y llegar hasta donde seguramente se encontraba el maldito de Orochimaru, tendría que matarlo, matarlo y dejarlo sin vida.

Ino, otra idea paso por su cabeza, era obvio, su abuela no hizo nada por lo mismo, por salvarlo a él. Ya era una tercera persona que moría por culpa suya y esa maldición que tenía ¡Diablos! Mejor no le hubiesen permitido nacer y nada de eso hubiese pasado.

Sintió una mano en su cintura cosa que lo hizo abrir los ojos y sonrió al ver el rostro de Sasuke, el pelinegro lo miraba con los ojos entrecerrados y una pequeña pero diminuta sonrisa.

—Todo estará bien. —Susurro apenas, mentira, mentira y más mentiras. Eso era solamente mentiras y lo sabía muy bien ¿Qué estaba bien? Nada, acaso ¿Era eso bueno? Por un demonio, sus padres habían muerto y Sasuke decía eso.

—No mientas. No lo estará. Todo es mierda, todo es mierda y solo mierda. —Sus ojos miraban a Sasuke con desdén, no estaba odiándolo era todo lo contrario, se sentía bien, pero también mal porque Sasuke permitió que todo eso pasara.

—No podía hacer nada en ese entonces…

—Dejaste que murieran… —Continuo soltando las palabras como si fuese un muñeco entrenado, ni siquiera miraba a Sasuke ya, sus ojos azules estaban dirigidos al suelo donde el césped ya estaba seco y las mojaba por culpa de las lágrimas que se le escapaban.

La mano de Sasuke toco su mentón, recordó esa vez, fue en invierno y nevaba como nunca antes había nevado, Sasuke llevaba una beanie que él mismo le había hecho con un poco de ayuda.

—Todo estará bien, Naru. Lo prometo. —Le había dicho ese día, tocándolo del mentón y levantándole la cara con cuidado.

—Pero tengo miedo… mucho miedo.

Sasuke había negado con la cabeza y también sonrió, era una sonrisa pequeña y un poco forzada, pero no dejaba de ser una sonrisa, porque se veía bien.

—Nada de miedos. Yo te protegeré y no dejare que te pase nada. Yo te amo, Naru.

Ese había sido el mejor momento de toda su vida, Sasuke le había dicho que lo amaba, Sasuke lo amaba y eso le daba tanta alegría que lo abrazo tan fuerte y besándolo como si su vida dependiera de eso.

Y como si fuese deja vu. Así se encontraban, Naruto llorando con un poco de miedo y Sasuke con una pequeña sonrisa que forzaba para no llorar. Era igual de hermoso como aquel día, solo que no estaba nevando y ahora no eran novios… o al menos eso pensaba.

Sasuke negó con la cabeza como aquel día. —No llores. No me gusta verte llorar.

No contestaba nada, solamente sentía como su corazón palpitaba rápidamente y se encogía como si lo estuvieran apretando similar a una tapa de limón y sin que su cuerpo le pidiera permiso, corrió hasta el pecho de Sasuke y lo abrazo con fuerzas, pudo escuchar como los huesos del azabache crujieron ante tal tacto, pero ni siquiera le importo. Sollozos e hipos. Así estaba Naruto, porque enserio, se sentía destrozado.

Su cabello se movía con el viento del lugar, estaba corriendo como si fuese una maratón directo a la casa de Naruto, había recibido la noticia de que Naruto vivía y eso debía contárselo a Hinata y Tsunade que se encontraban allá.

Un salto alto en el viento, una voltereta para avanzar más rápido, pero una presión la hizo caer al suelo.

Miro a todos lados, su espada estaba en manos ya sabía de quien se trataba.

—Sal. Ven y pelea como hombre.

—No es bonito que una señorita diga algo como eso. —Sonrió ladino. El cabello de Sakura se movió con el viento haciendo que la mitad de su rostro sea cubierta y lo retiro de inmediato. Miraba al pelinegro con el ceño fruncido.

—Rompe el hechizo de unión de Naruto y esa cosa de Orochimaru. Hazlo antes de que te mate. —Estaba siendo sincera y a la vez delicada. El viento no dejaba de soplar, era como si fuese provocado, pero sinceramente era así.

Sus ojos estaban en dirección a Sai, ese maldito loco se movía con su rapidez sobrehumana y la hacía marearse, pero él no era el único que sabía hacer eso.

Sakura lo imito, agarro del cuello a Sai y lo arrastro hasta llevarlo al árbol en el que había olfateado al rubio. Una sonrisa a medio lado se apareció en su rostro y Sakura supo entonces que había hecho algo malo.

Sai puso sus ojos en blanco, Sakura intento correr pero sus piernas no se movieron, era como si las hubiesen pegado en aquel lugar. Su cuerpo comenzó a doler, dolía como una puñalada y empezó a quejarse.

—No quería hacerte esto, chica… pero te lo buscaste.

Sakura solo sabía gritar, tocándose en el vientre el lugar en donde más le dolía. Estaba sudando y una patada en su rostro la hizo caer al suelo. Cerró sus ojos y Sai la dejo ahí, esa chica no era a quien buscaba y no le servía, después de todo, no era importante lo que necesitaba hacer.

Un grito salió de su garganta, la luna estaba ya puesta en el cielo, sus ojos estaban rojos por las lágrimas y lo peor de todo era que sentía frio, no supo cuánto tiempo estuvo allí tirada como un perro abandonado pero lo que si sabía era que estaba bien.

Se levantó quejándose, le estaba doliendo el estómago y algunas partes de su cuerpo, entonces cerro sus ojos y las azulinas luciérnagas que llamo empezaron a curar la parte afectada.

Abrió sus ojos,  y ya era hora, tendría que empezar a caminar.

Sakura se estaba sintiendo extraña, no estaba caminando rumbo a la casa del rubio, no, ella estaba dirigiéndose mas adentro del bosque, en donde estaba Sasuke y Naruto. Pero era imposible hacer que sus piernas decidieran coger otro camino diferente.

Al llegar hasta allá miro de reojo al rubio que descansaba en el pecho de Sasuke. Sintió un poco de dolor, pero el dolor era por culpa de la felicidad que seguramente tenía Naruto al lado de Sasuke, ella quería estar cerca del blondo, pero este lastimosamente nunca le prestó atención.

—Chicos. —Les susurro a ambos.

Ambos abrieron sus ojos, la miraron y se abrazaron como si nunca lo hubiesen hecho.

—Lo siento… Naruto… de verdad lo siento.

El rubio negó con su cabeza, la culpa estaban sintiéndola todos ellos, pero por alguna razón estaba seguro de que él las tenia de más.

Por un lado, Sakura pudo llevarse a Kushina mientras que Sasuke se llevaba a Minato y Hinata se llevaba a Naruto, podían hacer eso, pero estaban el cien por ciento seguros de que Orochimaru y Sai los encontrarían.

Había tantas soluciones que pudieron haber hecho en ese entonces, pero era demasiado tarde como para arrepentirse de todo eso ¿Verdad?

El sol ya había salido, Sasuke llevaba a Naruto en sus brazos y de vez en cuando miraba a Sakura y ambos sonreían, ya tenían al antiguo Naruto de vuelta, eso les alegraba, solo esperaban a que este no fuese más cobarde.

Una risita les hizo tener escalofríos, miraron a todos lados y era evidente, los ojos de la bestia aparecieron como el gato de Cheshire y luego su boca, para finalmente aparecer él.

—Bonita familia, ¿Cómo pasaron la noche en este bosque?

Sakura se colocó delante de Sasuke, sostuvo su espada, estaba dispuesta a hacer algo.  

—Vamos… golpéame.

Ella no podía. Demonios, Naruto estaría en problemas si algo como eso pasaba. En sus ojos había una chispa de odio hacia Orochimaru, por culpa suya las desgracias en la aldea llegaron, por culpa de él los Youkai eran una amenaza para la humanidad de este siglo. Por culpa suya Naruto no pudo vivir feliz, eso, solo ese último motivo la hacía arder en ira.

—Yo también quiero golpearte. —La voz de Hinata los hizo sobresaltar. Ella siempre llegando en el mejor momento, pensaron Sasuke y Sakura mientras presenciaban el cambio de clima.

Nieve, era nieve lo que estaba cayendo del cielo, Orochimaru sonrío malicioso, y luego como un flash de la cámara fotografía Tsunade estaba con ellos.

—Deja de molestarnos. ¿Qué es lo que deseas tanto? ¿A Naruto? Si es eso, no lo tendrás. Primero pasa sobre mi cadáver, claro, si es que logras matarme… cara de serpiente.

Otra pequeña sonrisa maliciosa y un asentimiento de cabeza. Orochimaru estaba convencido de que ellos no le harían daño, pero no contó con la patada que recibió de parte de Naruto, espera ¿Cómo es que hizo eso? se preguntó mentalmente mientras seguía recibiendo golpes en su estómago y también podía escuchar los quejidos de parte de él mismo.

—Detente. Te haces daño.

—No me importa. No me importa ¡Joder! No me importa. Solo quiero acabar con ese tipo, solo quiero que se muera ya. —Desapareció en el viento, ni siquiera Orochimaru podía verlo. Una patada en su estómago y se quejó, le dolían demasiado a pesar que era él quien estaba goleando.

La mano de Orochimaru lo sujeto de la pierna, luego volvió a su forma natural y lo lanzo hasta el otro lado del bosque. Sasuke corrió hasta allá.

—Es hora de que ustedes mueran.  —Les dijo, estiro su mano, luego sonrío y una gran bola de cristal apareció frente a Naruto y Sasuke, la cual los consumió. Y Orochimaru volvió a sonreír. —De ahí no saldrán… jamás…

 

 


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