¿Un celestial? ¿Qué significaba eso? Se preguntaba mentalmente el rubio en el mismo momento que era sujetado de los hombros por el chico de cabello negro. Sus ojos azules estaban perdidos, ni siquiera podía moverse ¿Qué era todo eso? ¿Él era también un monstruo? No, no podía serlo ¿Verdad?
— ¡Oye! —Grito el mayor y más alto de los dos. — ¿Es común en ti quedarte paralizado? —Le pregunto esta vez en cuanto el rostro pálido del rubio se volvía claro nuevamente.
Con la respiración agitada y movimientos aleatorios, fue la respuesta del rubio, mordió su labio inferior y le lanzo una mirada de fervor a la peli rosa. — ¿Qué… significa… celestial? —Pregunto, susurrando las palabras y lanzándolas como si no supiera hablar.
Una sonrisa apareció en el rostro de Sakura, tomo al pelinegro del cuello de la camiseta y lo separo del rubio. — ¿En verdad… quieres saberlo? —Pregunto esta, sus ojos no miraban más que los ojos del rubio.
Solamente asintió con la cabeza, una sonrisa afirmativa y una mirada de curiosidad.
—Bien. Los celestiales, son pocos los buenos, son pocos los malos, los celestiales, son humanos, pero no son humanos ¿Entiendes? —Sonrió como lo aria una maestra malvada dando la explicación de alguna fórmula química que ninguno de sus alumnos entendiera. ¿Qué estaba diciendo la peli rosa? ¿A qué se refería cuando decía son humanos, pero no son humanos? ¿Sera que él era uno de esos? No lo pregunto, pero si lo pensó, y la peli rosa sonrió, como si fuese escuchado la pregunta. — Eres tan curioso, pero no lo demuestras.
Esta vez la voz de Sakura sonó ronca, como si se estuviera ahogando, se alejó del rubio con pasos rápidos y miro hacia atrás. —Vete, piensa si quieres saber más y vuelve mañana a la tarde. —Dijo Hinata a lo que seguía a su compañera.
El único que se quedó con el par de rubios, fue el chico de cabello negro, quien miraba a Naruto de una manera casi seductora y a la vez provocativa, Naruto e Ino, les paso desapercibido la forma de mirar, pero eso no se le significaba que lo dejaron de ver.
—Entonces… —Anuncio el pelinegro. — Te llamas ¿Naruto Uzumaki? Lindo nombre, igual que tu rostro. —Dijo este, ignoro por completo a Ino y se acercó hasta donde Naruto, tomándole el mentón y sonriéndole de la misma manera en la que lo estaba mirando. —Te diré algo, si quieres saber lo que eres, solo ven mañana. Pero te aconsejare algo, mejor no vengas, es por tu bien.
—Yo… no sé, si venga. —Contesto por fin, logro hacer que el pelinegro deje de tocarlo y lo miro fijamente al rostro. —Dime… ¿Cuál es tu nombre? —Pregunto, pero un mareo que sintió, hizo que callera al suelo.
…
Abrió sus ojos con pesadez, se encontraba dentro de su habitación. Parpadeaba para acostumbrarse a la luz del foco y respiro hondo en cuanto puso sus pies en el suelo, buscando con cuidado alguna de sus pantuflas.
—Abuela. ¿Estás aquí? —Grito, se agarró la cabeza sintiendo un inmenso dolor de cabeza y empezó a caminar. La sala se veía diferente, lámparas como la de los castillos, personas, muchas personas, y le pareció más extraño aun, ya que el solamente vivía con su abuela.
Un hombre rubio se le acerco dándole un abrazo, Naruto reconoció ese cabello y esos ojos similares a los suyos, pero ¿No estaba ese hombre muerto? Se preguntó mentalmente. El rubio, quien tenía en sus manos una enorme espada que goteaba sangre miro a Naruto y le dio un beso en la mejilla. —Tienes suerte. —Fue lo que este le dijo. —Eres mi hijo. —Susurro en su oído. Sus ojos se abrieron como platos cuando en el reflejo del espejo, vio como su padre intentaba apuñalarlo, pero logro separarse de este y quedo de nuevo, como una estatua, sin moverse y solo respirando agitadamente.
— ¿Papá? —Pregunto, su espalda estaba sangrando, se dio cuenta que lo había logrado rasguñar.
‘’su padre’’ sonrió de una manera estruendosa, negó con la cabeza y lentamente el cabello largo se volvía negro, sus ojos igual y su piel se estaba tornando pálida, una lengua larga similar a la de una serpiente salió de su boca y empezó a lamer el rostro pálido del rubio.
—Siendo un celestial, ¿No pudiste reconocer a uno de tu especie? —Ahora sí que no estaba entiendo nada, necesitaba urgente una explicación, la necesitaba más que nunca, pero allí no la iba a encontrar, eso lo sabía. Lo sentía, y lo presentía en cuanto sus ojos se abrieron, volviendo a la realidad.
…
Lo primero que vio en cuanto abrió sus ojos, fue el rostro de Ino, tenía un algodón en sus manos pasándoselo por la nariz y algunas lágrimas que salían y caían desapareciéndose en su camisa. —Pensé que te había pasado algo. —Le dijo, puso su oreja en el corazón del rubio y sonrió. —Esto ni siquiera palpitaba. —Dijo otra vez. —Pensé que fue infarto, pero ese chico del viento. Me ayudo a traerte.
El rubio quito a Ino de su pecho y se sentó, cerro sus ojos, respiro hondo y examino el lugar en donde estaba, su habitación, estaban a salvo ¿Verdad?
Ese sentimiento de miedo y curiosidad invadía el cuerpo de Naruto, ¿Era el un demonio? ¡Era uno de esas especies! No podía creerlo, pero ¿Por qué lo llaman celestial? Eso era lo que no entendía, y buscar respuestas en personas que no sabían, lo iban a dejar peor.
Ni siquiera se dio cuenta de la ausencia de la rubia en cuanto esta apareció de nuevo y le ofreció un vaso de agua.
—Te desmayaste y luego corrí hasta donde ti, ese chico, ese tipo del viento, más bien voló, llegamos a aquí súper rápido, pero él ni siquiera quiso quedarse. —Le explico ella, sabía perfectamente lo curioso que era Naruto.
…
La noche llego rápido, el par de rubios se la pasaron viendo películas, la abuela de Naruto ingreso a la habitación sacando a Ino de esta y diciéndole que era hora de irse, ella no se negó y se despidió del rubio, dejándolo solo y con muchas preguntas en su cabeza, pero la principal era ¿Quién era ese chico? Y ¿Por qué no recuerda nada de lo que paso, cuando Sakura se fue con Hinata?
…
Sus ojos se abrieron cuando sintió el sol en su rostro, sonrió, era Ino, lo miraba fijamente, esta usaba un vestido del siglo XlX y el rubio sonrió, ella estaba buscando llamarle la atención. —Ven aquí. —Dijo, uso su mano para que esta se acercara, pero pareció no escucharlo.
— ¡Ino! —La llamo por una segunda vez, y también fue ignorado.
El cabello rubio de Ino fue halado por una chica de cabello rojo, Naruto la reconoció de inmediato, era su madre. — ¿Quién te crees que eres? —Dijo la rubia, pero cuando Naruto la miro bien, no era Ino.
—Yo te lo dije, él es un celestial.
Su madre dijo, como haciendo que la rubia entienda cada palabra.
El rubio sintió una cálida en su hombro, la escena que estaba viendo desapareció y miro a la persona que estaba a su lado, era ese chico de cabello negro, lo reconoció. —Tienes que tener cuidado. —Le dijo, sus ojos estaban mirando al rubio, era una mirada como si lo conociera de hace tiempo.
—Dices ‘’tienes que tener cuidado’’. Pero no dices, ‘’porque tengo que tenerlo’’.
Después de todo, el rubio tenía razón, el pelinegro se sentó a su lado, y lo sujeto de la mejilla, Naruto logro recordar eso. — Devolví tus recuerdos, Sakura y Hinata me mataran.
Cada palabra que le decían, lo dejaban mudo, confundido, con ganas de correr por toda la calle y preguntarle a cualquier persona lo que le estaba pasando, pero nadie, ni siquiera el mismo sabía lo que estaba pasando.
—Espera… ¿De qué recuerdos hablas?
—Los de toda tu vida, Naruto, de todo lo que viviste antes, de todo… lo que viviste con tus padres, con Sakura, con Hinata. —Se cayó por un minuto y observo al rubio, con tristeza. —Conmigo. Esos momentos tristes y felices. Todos, te los devolví. Pero te pediré algo, no odies a ninguno de nosotros, si tú quieres, no estés en nuestro bando, pero te pido no odies a una persona que te ama, porque me romperías más de lo que estoy. —Seguía sin entender, pero si dejaba que el pelinegro siguiera hablando, podría, no, sabia, que lo entendería.
…
Estaba sentado alejado de todos, se reconoció a sí mismo, el césped era arrancado por sus manos y lanzaba la hierba arriba y esta caía de nuevo, un jalón en su espalda, hizo que cayera acostado y sintió la presencia de alguien más a su lado. Giro un poco su cabeza, encontrándose con el rostro fruncido de uno de sus compañeros de su misma edad.
—Así que… ¿No quieres ver a nadie? —Pregunto el pelinegro moviendo sus ojos de un lado a otro, Naruto sonrió.
—Todos aquí son feos. —Contesto, estaba mintiendo y su compañero lo sabía.
— ¡Vaya! Como eres atractivo, dices que nosotros… —Cayo al sentir los dedos de Naruto en sus labios.
—No puedo referirme a ti como feo. —Le dijo, mordió su labio y el pelinegro dio un beso en la nariz del rubio. — ¡Sasuke! —Grito en voz baja.
— ¿Qué? ¡Solo fue un beso!
— ¿Beso? Apenas me entero que para dar un beso, debes morder el lugar que besaste.
—Está bien, está bien. —Dijo con una sonrisa. —Lo siento, puedo recomenzarte. —Susurro, subiéndose encima del cuerpo del rubio. — ¿No sabes cómo? —Naruto negó con la cabeza. —Con otro besito, una caricia, y… vayamos al rio, allí nos ira mejor… —Metió su mano bajo la camisa del rubio, pero un grito ahogado, se escuchó en todo el lugar haciendo que ambos se levanten y corran hasta allá.
Naruto regreso al tiempo actual, mirando curioso al chico a su lado y abrió la boca. — Tengo dos preguntas… primero… ¿Qué paso después? Y ¿Por qué estás tan asustado?, Sasuke