La lluvia comenzó de repente, junto con un intenso frio que invadía la casa Uzumaki, haciéndolos estremecerse. Pero lo peor de todo era Ino, quien se encontraba a quien le sangraba la cabeza y se movía por el dolor, Sasuke, la sujetaba tratando de calmarla, mientras que Naruto tenía en su mano el teléfono llamando una ambulancia para que fuese por ella. Ya que la última que llamo dijo que se había pinchado a mitad de camino y se tardaría en devolver, pero estaba consciente de que él estaba haciendo una de las suyas. —Si tan solo supiera detenerlo. –Pensó el rubio mirando con sus ojos lloroso a Ino.
Mientras tanto, Sakura y Hinata buscaban la manera de revivirla con algún hechizo, pero lastimosamente ninguno de ellos funcionaba.
¿Por qué? ¿Por qué de todas las personas tenía que ser Ino? Volvió a pensar Naruto.
No tenían de otra, tendría que llevar a Ino a un hospital por su propia cuenta, pero el rostro pálido de Tsunade al llegar a la sala les hizo asustar, pero lo que dijo, los dejo a cada uno de ellos con el corazón palpitando como si fuese a salirse del pecho.
— ¡Mierda! —Grito Tsunade, inclinándose en el piso.
— ¿Qué es lo que pasa? —Pregunto Sakura.
— ¡Las calles se han inundado! —Volvió a Gritar Tsunade, sus ojos se dirigían al rostro de Ino, que poco a poco se iba volviendo más pálido. Ellos no sabían que hacer, el golpe que recibió en la cabeza podía detenerse, pero la puñalada que recibió en su estómago no.
Naruto estaba enojado, se le podía ver en el rostro, se estaba arrepintiendo un poco de ir a ese lugar con Ino ¡Tuvo que haberla dejado! Se estaba sintiendo patético, trato de ver si no estaba bajo uno de esos trucos que hacia Orochimaru para hacerle ver cosas que no existen, pero no, todo era tan real como el dolor que estaba sintiendo al ver a Ino moribunda. Su mente empezó con buscar mil y una manera de asesinar a ese Youkai serpiente, pero aunque tenía muchas, ninguna les serviría de nada, y no sabía porque pensaba eso.
—N…Naru-Chan. —Dijo la rubia, buscando a Naruto.
El rubio no dudo en acercarse, tomo la mano de Ino y esta la apretó con fuerzas. Una sonrisa de dibujo en el rostro de ambos.
—Satisface tu necesidad. —Susurro la rubia, acariciándole la mano con la yema de sus dedos.
— ¿De qué hablas? —Pregunto el rubio, miro a Sasuke como si este fuese a responderle, pero el pelinegro no hizo más que mirar al suelo.
— ¡Vamos! —Dijo la rubia, quejándose del dolor. —Sé muy bien que quieres saber todas las cosas de tu pasado. Hazlo ¿Si? Por mí. —Naruto podía sentir como la voz de Ino sonaba débil, pero aun así estaba hablando.
Diciéndole las cosas que evidentemente quería, pero negaba querer.
Los ojos de la rubia se cerraron y un suspiro salió de su boca. —Naru… te quiero. —Dijo ella, agitándose aún más.
—Ino… Oye. ¿Ino? ¡INO! —Los ojos de Naruto se abrieron de Inmediato, la boca de Ino comenzó a sangrar mientras intentaba decir algo, Naruto coloco sus manos en la boca de la rubia, pero esta sonrió. Sasuke quería hacer algo, su mano fue directo al hombro del rubio, pero este lo movió haciendo que la mano de Sasuke caiga al suelo y lo miro con puro desdén. — ¡Todo esto es culpa de ustedes tres! —Dijo, señalándolos a cada uno de ellos mientras lloraba. — ¿Qué esperan? ¡Váyanse! —Volvió a decir. —Pero mañana… porque las calles están inundadas, gracias a un demonio con cara de serpiente.
—Naruto. —Dijo Tsunade, captando su atención. —No tienen la culpa y tú lo sabes. —Su abuela tenía razón, él era así antes de perder sus recuerdos, pero habían vuelto al igual que su comportamiento anterior, donde culpaba a las personas de las que estaba seguro que siempre van a estar allí junto a él a pesar de todo, ya que era más fácil lidiar que culpar al verdadero culpable, quería cambiar eso, pero no podía.
Se levantó del suelo, miro por la ventana, no estaba lloviendo, había un sol tan radiante y las calles se podían ver intactas. Otra confusión más ¿Qué estaba pasando?
El teléfono empezó a sonar, Naruto corrió hasta donde él y contesto, la risa de Orochimaru fue lo primero que se escuchó.
—Joven, llegaremos un poco tarde, nuestras llantas se pincharon. —Dijo, era la voz de la chica que lo atendió, la chica de la ambulancia, los ojos de Naruto se abrieron como platos al igual que su boca. — ¿Fue tan fácil engañarlos o es que tengo un poder asombroso? ¿Cómo está la calle? ¿Inundada? ¿Normal? ¿Soleada? ¿Lluviosa? —Y entonces entendió, era un truco, la serpiente había usado un truco para hacerles creer a todos ellos que estaba lloviendo e incluso las calles se inundaron, y lo peor es que ¡Fingió ser alguien de una ambulancia! Y todo para que Ino muriera. ¿Por qué? ¿Por qué carajos estaba haciendo eso?
Colgó el teléfono, miro a los presentes y se dejó caer en el suelo.
…
Una semana, exactamente una semana había pasado desde la muerte de Ino, el rubio estaba destrozado, su mirada lo demostraba, miraba la tumba de su amiga-hermana como si tuviese ganas de sacarla, aunque sabía, que eso era imposible.
Seguía buscando en su cabeza una manera en la que Orochimaru muriera, pero no, por más que rebuscaba en su pasado no encontraba rastros de Orochimaru, era como si esa parte de su mente lo absorbiera y solo le mostrara bellos momentos con sus padres, con Sasuke o con las dos chicas que lo salvaron de morir el día que estaba con Ino en ese lugar, Ino, ella, su amiga, su hermana, la había perdido por culpa de Orochimaru y se iba a vengar, iba a destruir a Orochimaru a como dé lugar, nada ni mucho menos nadie, lo detendría, porque su odio hacia él había aumentado desde aquel incidente que paso hace muchos años.
La peli rosa lo estaba observando junto con Tsunade, Hinata y Sasuke, pero este último fue el primero en acercársele, tomándolo de la mano, Naruto la apretó y dejo caer su cabeza en el hombro de Sasuke.
—Ayúdame… a recordar completamente.
— ¿No me odias? —Pregunto, sabiendo que no era momento de saberlo, pero lo necesitaba.
—Me odio más a mí. Porque aunque lo intente, no puedo odiarte, y eso es porque yo, Sasuke, te amo.
El pelinegro lo abrazo. —No has dormido bien esta semana. Vámonos, va a llover. Tienes que descansar.