Un mes, un maldito mes sin su queridísima amiga, hermana y hasta cómplice Ino, la rubia en verdad era importante para él, por culpa de su partida Naruto se convirtió en un ser solitario, no llegaba temprano al trabajo, en vez de ir a su casa, decidía irse a tomar licor. Es que por supuesto, tenía que quitar su dolor de alguna u otra manera y esa, esa era la única solución gran imbécil que eres. Le hubiera dicho Ino si lo viera de esa forma tan acabada.
Cuando termino la que parecía ser su quinta copa. El pelinegro llego hasta donde él –como todas las malditas noches –. Y lo recogía, hasta llevarlo a su casa. En eso ya estaba.
—Y tú, chico sexy. —Le dijo el rubio, sonrió producto de la embriaguez. — ¿Por qué dejaste ir a Ino? No, no, mejor ¿Por qué dejamos ir a Ino? —Cuando quiso decir otra cosa más. Sakura llego también al rescate, la chica llego con el taxi, el estado en el que lo veían era diferente a los otros, claro estaba hablándoles cosa que no había hecho las veces anteriores. — ¡Pero si es la peli-chicle! —Empezó aplaudiendo como si estuviese festejando algo y claro, una sonrisa estaba en su rostro, una de esas que marcaba decepción, pura decepción.
—Ya. Ya, Tranquilo Naruto, estamos aquí siempre aunque nos insultes. —Dijo la chica de cabello rosa, haciendo que el rubio entre en el taxi.
Sasuke se sentó a su lado, haciendo que el rubio ponga su cabeza en su pecho, le acariciaba el cabello como si fuese un perro. —Oye. Sasuke ¿No crees que sea un tonto? —No estaba hipando, no se escuchaba como la voz de un borracho. —Ino estuviese en este mismo momento insultándome ¿Sabes?
Solo recibió una caricia, una que lo hizo cerrar sus ojos, una que seguramente fuese recibido de Ino cuando lo acostara a dormir.
…
Un día de descanso, eso necesitaba su jefe se lo había dado y le alegro el hecho de saber eso, lo primero que iba a hacer era ir al lugar en el que Ino fue sepultada. Cuando una mano lo sujeto del antebrazo, sus ojos se abrieron asustados, era Orochimaru, quien sonreía con la típica sonrisa de ‘’soy el mejor’’.
— ¿Qué haces aquí? —Pregunto el rubio, sin siquiera percatarse de que no estaba en su habitación.
El viento de la calle hizo que su cabello rubio se moviera, fue cuando se dio cuenta de que no estaba dentro de su recamara y de que la persona que estaba a su lado, agarrándolo no era Orochimaru, era un tipo que nunca en su vida había visto, pero ¿Quién era y porque carajos le sonreía como si él si lo conociera? Quiso preguntarle, pero su voz en ese momento ni siquiera funcionaba, ¿Por qué? Pregunto en sus pensamientos y estuvo seguro de que aquel chico le leyó el pensamiento, porque sonrió.
—Solo espera… Naruto. —Dijo este pelirrojo señalando hasta el bosque de los demonios.
…
Al bajar, el pelirrojo sonrío caminando, Naruto no lo siguió, era obvio, no conocía a esa persona y lo peor de todo era que los estaba llamando con la mano para que se le acerque y por alguna razón que ni siquiera pudo mencionar fue hasta donde él.
El bosque era diferente, los Youkai o demonios se movían con más rapidez de la que solían frecuentar, algunos tenían alas, otros tenían espinas de hielo en su espalda y algunos tenían apariencia mucho más humana que los otros, Naruto solo lo miro, lo reconoció, ese maldito que más bien parecía un humano con algo de cabello en su cuerpo, era el mismo que lo olfateo y lo dejo vivo, era el mismo chico que vio en su sueño de la noche anterior, era el mismo que se le estaba acercando con una sonrisa en su rostro.
—Así que… ¿Naruto? —Frunció el entrecejo, luego sonrío lamiéndose los labios y tomo la barbilla del rubio.
El tipo pelinegro levanto su mano y de inmediato el pelirrojo que lo trajo a ese lugar apareció. —Dígame… mi amo. —Dijo este, estaba completamente descamisado, en el lado derecho de su pecho había una marca de tres garras, Naruto las miro, el pelirrojo noto eso y se le acerco.
—Son hechas por los Youkai de fuego y hielo. —Dijo, tomo la mano de Naruto para que este la agarre y sin tener vergüenza, su mano paso por todo el pecho del pelirrojo. —Soy Gaara. Un gusto. —Una sonrisa en su rostro y el rubio asintió con la cabeza, no era necesario decir su nombre, después de todo al parecer todos allí lo conocían.
— ¿Dónde… estoy?
Gaara miro al pelinegro, quien hizo un movimiento con su mano para que el pelirrojo se fuera y lo hizo, en cuanto no lo vio cerca, se le acerco a Naruto. —Estas en la profundidad del bosque. —Le contesto él, tomándolo del antebrazo y arrastrándolo a quien sabe dónde.
….
— ¿Dónde está Naruto? —Pregunto Tsunade al trio de chicos parados en la puerta, la primera en reaccionar fue Hinata, quien miro a sus compañeros con preocupación y luego a la abuela de Naruto, quiso decir algo, pero su voz se paralizo al instante. —Pregunte… ¿Dónde está mi nieto?
—Vinimos a buscarlo, dijo que iría a donde Ino. —Contesto Sakura, señalando con su dedo al pelinegro. — ¿No es así Sasuke?
El asintió con la cabeza, no estaban seguros de que estaba pasando en ese momento.
—Con razón. Por un momento sentí la presencia de un ser, pero pensé que era Naruto o alguno de ustedes…
— ¿Qué sensación? —Dijo Sasuke, dudando de las palabras de aquella mujer que parecía más madre que abuela.
—La sensación de otro como Naruto.
Y sí, eso era cierto ¡Joder! Ese tipo había vuelto para joderles la vida como lo había hecho antes ¿Y si esta vez había vuelto más fuerte? ¿Y si esta vez estaba buscando venganza? ¿Y si quería acabar con el rubio? Todas esas preguntas invadían su mente, haciéndolo temblar, haciéndolo pensar que perdería a su chico por segunda vez y ¡No! ¡Mierda no! No lo iba permitir, prefería morir unas quinientas setenta y siete mil veces si es que era posible a volver a perder a Naruto.
Dio un largo suspiro, imaginándose a ese chico lastimando a su chico, si algo malo le pasaba a Naruto, lo mataría, lo iba a matar no le importaba si el hechizo no se iba a romper, pero que odiaba la idea de volver a perderlo. Si él tan solo supiera cuento le costó buscar a Naruto.
Si por un momento, se pusiera a pensar todo lo que hizo para salir del averno junto con sus dos queridísimas amigas, solo para buscar y salvarlo, lo entendería, pero ¡No! Nunca se pondría a pensar en esas cosas estando del lado de Orochimaru. En verdad cuanto odiaba a ese tipo maniático, por culpa del rechazo hizo todo eso, por no tener su amor le hizo eso a Naruto pero ¿Acaso no podía entender que el amor no se rogaba ni se exigía? No, era similar a la manada que tenía por cuidadores, unas mierdas de personas que preferían mil y una veces a una persona que le diera algo a cambio. Estaba seguro de que ese chico lo quería porque sabía controlar más que nadie en esa aldea una espada de fuego.
Otro suspiro más, muchas más ganas de abandonar todo y asesinar a ese maldito brujo resentido, y eso iba a hacer, ni siquiera sabía lo que las chicas estaban hablando y como todo caballero que por supuesto no era, las dejo con las bocas abiertas a todas tres.
Sakura que era como un chicle, tomo su espada y corrió detrás de Sasuke, la chica que aún estaba conmocionada por todo lo que la abuela de Naruto le dijo, se dio cuenta de eso y corrió detrás de ellos igualmente.
Tsunade los iba a imitar, pero ella tenía que hacer algo importante, algo en un lugar que no podía decirle a nadie…
…
— ¡Oye, estúpido! —Grito la chica de cabello rosa, haciendo que las plantas eviten el paso a Sasuke, pero este los cortaba con su espada, Hinata desde atrás seguía sin entender ¡Si tan solo no fuese quedado impresionada!
Cuando estaba por decir algo, tropezó con un brazo, lanzo un grito, Sasuke y Sakura se voltearon para verla y al devolverse corriendo, notaron que aquel brazo era el del rubio.
….
— ¡Oye! —Grito el rubio, quejándose del lugar en el que estaban, hacía calor, parecía como si estuviesen dentro de un horno.
Ese chico de cabello negro y ojos llenos de ira, lo miraron sacándolo de un jalón.
—Primero, ¿Por qué te cortaste un brazo y se parecía a uno mío? Segundo ¿Cómo es que te creció? Tercero ¿Dónde estamos? Y cuarto ¿Cuál es tu nombre?
El chico levanto la palma de su mano levantando solamente cuatro dedos, bajo uno. —Así distraigo a lo que te vengan a buscar. —Dejo caer otro dedo para que queden solamente dos. —Soy un demonio ¿Qué esperabas? —Otra respuesta contestada, otro dedo bajado. —Estamos viajando al pasado y soy Sai… tu peor enemigo…
…..