Su cara parecía la de un zombi, estaba cabreado de seguir escuchando en las noticias el cómo había sobrevivido del ataque de un caníbal. Sus piernas también dolían de tanto caminar en la oficina preguntándose lo mismo que le preguntaban los otros reporteros ‘’ ¿Cómo y porque sobreviviste? No sabía, no lo sabía ¿Cuándo lo iban a entender? Sus respuestas siempre eran ‘’Sobreviví, los demás murieron’’.
Ya habían pasado exactamente cuatro días desde que eso paso y por todas las noticias que hablaban de él ya hasta llamadas había recibido, él tenía algo especial, fue lo que escucho en las noticias de parapsicología que pasaban los sábados en la noche en su canal favorito.
Ino por fin entro a su pequeña oficina y sonrió como una pequeña niña, tenía una mochila en sus manos. — ¿Listo, Sempai? —Los ojos azules de la rubia brillaban como el anillo que tenía puesto ella. —Bueno, traje el vestido, la peluca, y la placa con el nombre de Olga.
Naruto tomo las cosas que le tendió la rubia y entro a un pequeño baño que compartía con los demás de su oficina.
Salió de inmediato, su rostro era similar al de una chica después de todo. Ino cuando lo vio soltó un silbido y le golpeo el pecho suavemente. —Bueno Olga la plana, debemos irnos.
— ¿Tienes algo para esto? —Señalo sus pechos.
— ¡Hay chicas planas! Así que no te preocupes. —Un guiño de ojo y Naruto sonrió dulcemente.
…
Logro pasar por los reporteros que lo buscaban. También por la multitud de cristianos que buscaban cura en él, aunque eso era absurdo y por último se encontró fuera del lugar sin que nadie lo reconociera.
Ino llego en su convertible negro, así Naruto (¿O Olga?) Entro al coche y miro a la rubia con los ojos llenos de miedo. — ¿Estás lista?
Ino asintió. —Tengo miedo, pero estoy lista.
—Lo siento si te hago pasar por esto, pero es que… ya sabes… tengo curiosidad.
—Sí, sí, típico de un reportero como tú.
Naruto abrió la boca ofensivo, aunque no era cierto y golpeo con la punta de su dedo la cabeza de Ino, haciendo que esta se sonroje notoriamente.
Cuando llegaron a su destino, el rubio se deshizo de toda la ropa femenina y se colocó la masculina sin percatarse de que Ino lo estaba observando.
Tenían poco tiempo allí y ya los dos corazones de ambos se estaban por salir del pecho, el rubio fue el primero en avanzar, la rubia seguía detrás de él sosteniendo en sus manos las armas más letales que encontró en su coche (Las cuales eran una de sus colonias y su cepillo para el cabello). —Naru-chan. Tengo miedo.
—Ino… yo también.
Estaban caminando alrededor del bosque buscando con desesperación alguna pista que involucre el cómo es que Naruto siguió vivo después de una olfateada y no, no había nada más que huesos disecados, cráneos en los que caminaban gusanos y se les paraban moscas y alguno que otro cuerpo que se veían nuevos y también que tenían más o menos una o dos semanas de estar allí.
El rubio se acercó hasta el árbol en el que estaba ese día, lo señalo con en el palo que agarro. —Fue aquí donde me subí. —Dijo el rubio.
Ino miro el árbol. Ese no tenía ninguna rama que estuviese a la altura del rubio. Luego observo al rubio y este asintió como diciéndole ‘’si, es verdad lo que digo’’. Ella no quería tomarlo como mentiroso, pero era imposible que alguien pudiera subir ese árbol, el cual se veía demasiado difícil de subir. — ¿Cómo… fue… que te subiste?
Su pregunta debía ser resuelta en ese mismo momento ¿será que el rubio estuvo mintiendo y nunca entro al bosque? Se preguntó ella, bajando el rostro.
—Ino. Puedo jurar, que no miento.
—Naruto. Tal vez si fueses una cosa de esas que puede volar, solo así, te creería, pero… es imposible que alguien, suba a este lugar, tú lo sabes más que yo.
Ella tenía razón, pero no tenía de otra, más que demostrarle como se subió a ese lugar.
Salto tratando de tomar la rama del árbol gigantesco y aunque lo intento muchas veces jamás lo logro, seguía saltando y saltando, pero sus manos no alcanzaban hasta allá.
—Espera. Te demostrare… como subí… —Libero el aire contenido.
—N-Naru…to… —La voz de Ino hizo que dejara de saltar. Cuando se dio cuenta una de esas cosas los estaba mirando desde lejos, Naruto le lanzo la vara que tenía en las manos y este la esquivo desapareciendo, la rubia y Naruto se sorprendieron al verlo esta vez más cerca.
Su nariz se abrió, olfateo a la rubia, luego a Naruto y su boca se abrió, estaba a punto de darle una mordida a Ino, pero algo lo lanzo hasta el otro lado del lugar. Los ojos de ambos chicos se abrieron y notaron como el cuerpo del demonio-caníbal, se levantó quejándose del dolor y unos segundos más tarde, dos chicas cruzaron por su lado.
Una de cabello negro ataco al demonio por la espalda otra vez se cayó al suelo. Una de cabello rosa se le subió encima y con la espada que tenía en sus manos le ataco en la cara, pero este logro esquivarla e hizo que la rubia cayera al suelo.
Un gruñido se escapó de su boca haciendo que otros tipos de su especie se aparecieran, dos de esos intentaron correr hasta donde se encontraban el par de rubios, pero la de cabello negro cerro sus ojos y una bola de fuego salió de sus manos atacando a ambos. —Encárgate del jefe. —Dijo la de cabello rosa mientras sacaba de su bolso un arma de fuego.
La de cabello negro asintió, salto en el aire dándole una patada al demonio. —Ahora. Adiós. —La lanza que tenía en su otra mano quedo directa en el pecho de este.
La pelinegra miro hasta donde su compañera quien también había acabado con los que le tocaron (Eran solamente unos tres) y respiraron agitadas acercándose al par de rubios.
— ¿Quiénes son ustedes? —Se adelantó Naruto.
—Somos, Sakura Hurano y Hinata Hyuga. —Dijo la de cabello rosado, limpiándose la sangre de su mejilla.