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Decisiones que atan el destino por kaede uchiha

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Notas del capitulo:

Hola, como estan?? ha pasado tiempo desde la últimas vez jeje y realmente lo siento pero mi note murio dos dias antes de entrar a la U, y tube que mandarlo a arreglar y aparte el cambiarme, entrar a la U y todo eso me llevo tiempo, especialemente acostumbrarme, la primera semana fue horrible, todos los dias mandaban tarea y para segunda teniamos ya una presentacion. un informe y una prueba, pero ya por fin termine el capitulo hace media hora, y ahora recien pude entrar (el internet aqui es muy malo T-T) así que ahora les dejo leer.

CAPITULO 23: ANILLO ROBADOS  

Estaba oscuro  ni siquiera sus manos podía ver con claridad, más no tenia miedo, él no tenia miedo a nada y ahora lo demostraba mientras caminaba un sendero el cual no veía ni conocía, camino por minutos hasta que supo no estaba solo, no porque viera a alguien sino porque sintió una mirada sobre el, miro hacia todos los lados buscando encontrar algo en esa infinita oscuridad, pero no veía nada, hasta que no vio pero si sintió unas manos pasar por su espalda con delicadeza y gran suavidad de arriba hacia abajo, intento tomar aquellas manos dándose la vuelta, más pese a que estiro y estiro sus brazos jamás hayo aquellas manos, las cuales ahora desde el otro lado se posaban sobre sus hombros dando un placentero masaje, que provoco que quien sentía aquellas caricias sufriera un pleno escalofrió, provocando la suave y sensual risa de quien lo daba.

-Te gusta – susurro aquella persona al oído de quien rápidamente se alejo de aquellas manos y voz dándose nuevamente la vuelta para tratar de ver a su acompañante, más la no lograrlo hablo por primera vez.

-¿Quién eres? – dijo con voz ronca y molesta, quedando todo en silencio los segundos posteriores.

-No me recuerdas… eso es triste Reborn, yo no he dejado de pensar en ti en todo este tiempo – contesto aquella voz la cual le resulto levemente conocida al asesino, quien al tratar de recordar era capaz de observar cada ves mejor la sombra y luego silueta de se acompañante, quien poco a poco se acercaba al Hitman quien espero la llegada de este sin alejarse, ni siquiera cuando este paso sus manos y brazos por su cuello abrazándose del este, transmitiendo calidez y un agradable olor a Reborn quien se dio el tiempo para captar aquella calidez y aquel olor tan natural del cual rápidamente se hizo adicto, más no se iba a dejar no sabia donde estaba ni lo que pasaba así que con brusquedad tomo los hombros de aquella silueta alejándola del.

-Contesta ¿Quién eres? Y ¿Qué quieres de mí? – volvió a preguntar apretando con fuerza los hombros del menor, buscando lastimarlo, más lo único que recibió fue una silenciosa y seductora risita de la silueta quien poso sus manos sobre las del mayor comenzando a recorrer estas, mientras subía por sus brazos lentamente y contestaba.

-Las cosas cambian mi arrogante hitman, no busques hacerme daño de esa forma porque no lo lograras – contesto primeramente soltando otra risita mientras seguía subiendo hasta llegar al cuello del hitman el cual acaricio – y contestando tus preguntas, tú sabes perfectamente quien soy, me conoces y te conozco aunque no somos íntimos – dijo y volvió a reírse mientras se acercaba a los labios del mayor y rosaba levente sus labios, incitando al hitman quien al intentar tomar aquellos labios estos fueron rápidamente quitados – que impaciente mi arrogante hitman… y bueno que quiero de ti… - ríe bajito – quien sabe, puedo querer muchas cosas y al mismo tiempo nada – contesto y se lanzo a besar los labios del mayor quien correspondió aquel beso que pese a haber empezado de manera suave se volvió un beso lleno de pasión gracias al azabache quien acerco aquella silueta a su cuerpo pasando sus manos por la cintura de este, sintiéndolo, apretándolo, buscando más cercanía, la cual fue concedida por el menor durante el tiempo que duro el beso, pues luego debieron separarse uniéndolos solo un rastro de saliva y los asombrados ojos negros del hitman quien veía a quien tenia en frente – que ¿acaso ahora me recuerdas?

-Ryusuke… - fue todo lo que dijo sintiendo como el cuerpo al cual se había aferrado anteriormente ahora se alejaba del propio, sin dejar de ver en ningún momento a la persona frente a él, claramente más mayor de lo que recordaba, sensual y hermoso.

-Después de todo si me has recordado Reborn – susurro alejándose algunos pasos del hitman – te tomo tiempo hacerlo – dijo riendo.

-Tu, donde has estado… maldición, tienes muchas cosas que decirme mocoso – reclamo y dijo viendo atentamente los movimientos del menor y grabándose cada uno de ellos, cada expresión, cada sitio visible de este.

-Yo creo que no mi amado hitman, no tengo, ni quiero decirte nada – dijo y al terminar ya tenia la  pistola de Reborn en su frente y frente a él unos ojos negros llenos de rabia, pero al mismo tiempo de asombro – valla que cambiaron las cosas de estar besándonos pasamos a estarnos amenazando con un arma – dijo con gran tranquilidad y notando la confusión del hitman, una que duro solo hasta que sintió el frio metal de un arma rosarle el lado izquierdo de su pecho – te lo dije ya no puedes hacerme daño de esta forma mi arrogante hitman – pronuncio bajito y dando un rápido salto y unos agiles movimientos se alejo del azabache quien pese a no haber podido detenerlo le siguió con la mirada y con su pistola.

-Habla mocoso, no acabes con mi paciencia o te juro que despertaras con los peces por la mañana – dijo amenazante de tal forma que haría a cualquiera arrodillarse ante él, aunque muy en el fondo sabia que no podría llegar a tales extremos con el menor, por otro lado Ryu al no ser cualquiera solo rio guardando su arma.

-No tengo nada que decirte Reborn, aparte de igual forma como años atrás cuando me buscaste y jamás me encontraste puedo esconderme, escabullirme y jamás me encontrarías, pero eso no es divertido, me gusta jugar y eso es lo que haremos ¿Qué dices? – Dijo preguntando la final recibiendo como respuesta dos balazos a su dirección los cuales jamás llegaron a él, pues a un metro de distancia chocaron con una muralla trasparente que separaba a ambos hombres – ¿no quieres? – pregunto desapareciendo de donde estaba y apareciendo tras el hitman quien sin moverse dejo que este se colgara de su cuello al ser mas bajo que él, dándose la vuelta lentamente hasta quedar frente al menor, se observaron negro y zafiro chocaron y con ello sus labios y lenguas danzaron.

-Te voy a castigar, realmente me has colmado la paciencia maldito mocoso, tus juegos llegan hasta aquí me dirás todo lo que quiero saber – dijo tomando a Ryu de los hombros y botándolo al suelo quedando sentado sobre este y volviéndolo a besar, con la diferencia de que ahora no solo beso los labios contrarios sino que siguió besando por su rostro bajando hasta su cuello, en el cual se detuvo a causa de sentir como el menor se aferraba a sus ropas, por lo levantándose observo al menor quien ocultaba sus ojos con su largo cabello.

-El tiempo se ha acabado mi arrogante Hitman, pero muy pronto realmente nos encontraremos, lamentablemente cuando eso suceda puede que las balas del otro realmente lleguen a uno de nosotros, las cosas han cambiado mucho y solo de ustedes depende que vuelvan a cambiar, yo no puedo hacer mucho y ustedes tampoco, pero si todos hacemos lo correcto… si hacemos lo correcto no habrá nada que lamentar, y todo podría ser mejor, así que no se equivoquen por favor no habrán más oportunidades – dijo separándose del Hitman y levantándose de donde estaba alejándose unos cuantos pasos bajo la atenta mirada del hitman quien intento agarrarlo pero nuevamente aquel muro aparecía.

-¿A dónde crees que vas? – pregunto molesto y confundido por aquellas palabras.

-Desde el principio jamás estuve aquí – contesto Ryu dándose la vuelta comenzando a caminar adentrándose a una oscuridad que poco a poco le iba cubriendo, desapareciendo así de la vista del hitman – el juego ya inicio y se que ya lo saben pero, hoy comienza su desarrollo y muy pronto su final… ¿Qué final desean ustedes? Espero su respuesta sea la correcta o muy a mi pesar tendré que acabar contigo y con los demás – termino de hablar girando levemente para cruzar sus zafiros por ultima vez con los azabaches antes de desaparecer completamente bajo la aturdida mirada del hitman, quien fue tragado por la misma oscuridad, para después tan solo abrir sus ojos y encontrarse con el techo de la que es su habitación.

-¿Qué significa todo esto? – se pregunto mientras se incorporaba, recordando todo lo sucedido en aquel “sueño” con total claridad – maldito mocoso, me las vas a pagar – susurro totalmente molesto con los ojos brillantes mientras se destapaba y levantaba para dirigirse al baño, recordando claramente todo el tiempo que busco a Ryu luego de haber roto la maldición, más nunca hayo su paradero, ni nada de él, como si nunca hubiese existido realmente, sin importar el tiempo o las conexiones nunca pudo encontrar algo del – como sea por ahora debo ir con los demás, Hibari y Mukuro ya deben estar aquí, es hora de que les diga… que el juego comenzó – se dijo antes de introducirse completamente desnudo a la ducha recordando inconscientemente aquel beso que compartió con el rubio.

Mientras que en otro lugar no muy lejos de donde se encontraba Reborn y los guardianes un avión aterrizaba en la pista, a lo que dos jóvenes pasajeros habrían sus ojos y esperaban para bajar de este.

-¿Cómo te sientes Ryu? – pregunto un castaño quien iba cubierto por una capucha a su acompañante quien iba de igual forma.

-Bueno el cambio es un poco difícil pero nada que no pueda sobrellevar – contesto le rubio estirándose un poco.

-Eso lo se, me refiero a lo otro, no deberías ocupar tanto tus llamas – recrimino sorprendiendo al rubio quien vio como el castaño se desabrochaba el cinturón y se iba rumbo a la salida del avión.

Suspira – después de todo a ti no te puedo ocultar nada – dijo viendo como el castaño se detenía  a mitad de camino para esperarlo – no te preocupes estoy bien, ahora será mejor pensemos en lo realmente importante – dijo mientras se encaminaba donde su amigo, para así comenzar a avanzar juntos. Así bajaron del avión y completamente cubiertos pasearon por el aeropuerto en total silencio hasta que llegaron a lo más alto de este, en donde se detuvieron mirando la ciudad de Namimori frente a ellos, a sus habitantes y a todo lo perteneciente a esta.

-No hay mucho que pensar mi querido Ryu, lo haremos de la forma rápida – dijo Tsuna admirando el paisaje – tu iras por Hibari Kyoya y yo iré por Rokudo Mukuro, quiero que sepan desde ya su lugar.

-Esto es divertido, pero estas seguro – dijo y Tsuna sintió – entonces supongo que puedo pelear enserio.

-Por supuesto, pelea con todo, es más si logras dejarlo fuera de pelea por un tiempo mucho mejor, no quiero interrupciones y ellos lo serán en algún momento inoportuno, por su bien y por el nuestro es mejor que no jueguen hasta que haya llegado su turno y eso es hasta al final, pero ten cuidado e intenta hacerlo de forma rápida no queremos invitados indeseados – dijo y Ryu asintió complacido por lo escuchado.

-La última partida… la más difícil y la que más daño provocara tanto a ellos como ha nosotros… pero, aún hay tiempo… aún no llegamos a esta… - pensó Ryu con tristeza por los últimos planes de su amigo, más dejo de lado todo pensamiento y decidió seguir con lo que ahora importaba –  Entonces aquí me despido iré a esperar al carnívoro – se despidió y salto de aquel lugar alejándose rápidamente del castaño quien miro al cielo sintiendo el viento chocar con su rostro.

-A comenzado el desarrollo de este juego Reborn, chicos ahora esperen y denle fin ha este – susurro mientras era tragado por un agujero negro, el cual le llevaría a su próximo destino a esperar a quien seria su próxima victima.  

EN OTRO LUGAR

Reborn ya bañado y vestido se encontraba caminando por los pasillos de aquella mansión, dirigiéndose al despacho de este en donde sabia ya se encontraban todos los guardianes, pues luego de enviar la orden, esta para su gusto había sido cumplida de inmediato, por lo que en  ese momento sabia ya todos se encontraban reunidos, por lo que no tardo mucho en llegar a este y entrar con cautela y seriedad sintiendo la mirada de todos en su espalda mientras se encaminaba al escritorio donde se encontraba su amado expreso.

-Reborn-san ya nos encontramos todos aquí – dijo respetuosamente la tormenta mientras veía al hitman tomar de su café.

-¿Que era lo tan importante que tenias que decir Ex-arcobaleno? – pregunto un tanto fastidiado Mukuro, a lo que Hayato iba a reclamarle, más antes de que si quiera pudiera pronunciar la primera  palabra, fue callado por Reborn.

-Ya basta no tenemos tiempo para sus niñerías, así que compórtense como los adultos que ya son y no los mismo mocosos de hace tres años atrás – dijo mirándolos a todos fijamente y fríamente provocando que todos tanto por el miedo como respeto que sentían por este callaran o por lo menos la mayoría por que dos tan solo bufaron a la espera de que este hablara.

-Habla de una buena vez – dijo Hibari con fastidio ganándose la gélida mirada del hitman quien bufo y dejando su expreso de lado decidió comenzar a hablar antes de que se aburriera y los matara a todos a balazos, no estaba de humor para soportarlos.

-El juego, el juego ya ha comenzado – dijo mirándolos fijamente a todos, los cuales de inmediato entendieron aquella palabras, quedando totalmente serios y en espera de más información, aunque por dentro ya deseaban salir a donde quiera que fuera que todo sucedía

-Explícate – fue lo primero que se escucho luego de aquella revelación, por parte de Mukuro.

-El otro día me llego una carta de noveno, quien algo sabe de esa nota dejada, ahí me decía que hace más o menos cuatro meses dos asesinos aparecieron en las calles de Italia, nadie sabe sus nombres, de donde vienen, que apariencia  tienen, pues todo aquel que tiene un encuentro con ellos termina muerto, no se sabe nada de ellos, solo que son muy buenos en su trabajo y bastante perversos con sus victimas, como antes dije son dos y todos los conocen como… Ryutsu – termino de decir de momento y pudo ver la cara de sorpresa de todos los ahí presentes por aquel nombre.

-¿Esta seguro Reborn-san? – pregunta la tormenta tras salir de la sorpresa que se había llevado por escuchar aquel nombre conocido por todos.

-Por supuesto, no se los diría si no estuviera seguro y por sus caras y reacciones veo que todos conocen ese nombre – dijo y el primero en contestar fue Hibari, quien serio y con mucha tranquilidad, pero a la vez con un aura peligrosa rodeándolo se encontraba recargado en una pared con los ojos cerrados los cuales poco a poco abrió mostrando la frialdad en estos.

-Ryutsu, ese es el nombre del león de Tsunayoshi – dijo mirando fijamente al hitman con rabia y odio contenido en su mirada, no hacia Reborn sino a lo que recordaba y sucedía, más una pregunta salió de sus labios – ¿Qué te hace pensar que los hechos están relacionados? – pregunto y todos miraron al hitman pues mantenían la misma pregunta en sus interiores. 

-Fácil Hibari, aunque este no es un hecho muy relevante estoy seguro que esta unido a lo sucedido, y es que todos los muertos hasta hora, los cuales no son un numero menor, son o fueron aliados de Vongola, guardias, jefes, etc, etc. – dijo guardando silencio por un momento viendo la cara seria de todos los ahí presentes – aparte hay otra cosa que me hace no tener duda alguna que son ellos…

-¿Cuál?  habla – exigió esta vez Mukuro, viendo como el Hitman metía sus manos a uno de sus bolsillos de esta sacaba tres plumas muy conocidas por todos.

-Lo que no me hace dudar tiene que ver con esto – dijo mostrando las plumas – sin importar que, siempre después de cada asesinato dejan tres plumas, una blanca y dos negras sobre el cadáver de su victima… y si a eso le sumamos el sobrenombre de estos bastardos no creo que haya más dudas – termino de hablar tomándose lo último de su expreso.

-¿Qué vamos a hacer Reborn? – hablo por primera vez Yamamoto, muy serio y con la mirada llena de determinación, una que se presentaba en los ojos de todos los ahí presentes, incluso Reborn, quien le miro con una sonrisa macabra antes de contestar.

-Eso es obvio Takeshi… - dijo parándose de donde estaba – preparen sus cosas nos vamos a Italia, atraparemos a esos bastardos… no dejáramos que sigan con este juego, su hora esta cerca – dijo volviendo a sonreír viendo como todos los guardianes asentían conformes y se iban, cada uno por su lado a terminar sus pendientes y a preparar sus cosas para el próximo viaje, que lamentablemente para su suerte no seria tal y como planearon, pues este viaje cambiaria muchas cosas, claro cuando llegara el momento de hacerlo, pues otra cosa que no sabia es que tendrían algunos inconvenientes los cuales les retrasarían, inconvenientes con rostro y nombre.

Hibari Kyoya, un joven alto y masculino, delgado pero con un cuerpo bien marcado, como correspondía a un varón, con gusto por los ejercicios, artes marciales y peleas, de piel blanca, cabello hasta unos centímetros más arriba de los hombros, liso y con algunos mechones rebeldes, de unos hermosos pero peligrosos ojos metalizados, caminaba por las calles de Namimori, con una camisa lila con los primeros dos botones abiertos, y unos jean negros ceñidos al cuerpo, desprendiendo aquella peligrosa aura que ya todos los habitantes conocían, pero que hoy estaba más pesada de lo normal provocando que no anduviera nadie a menos de cinco metros del, y no era para menos, pues este recordaba lo sucedido tiempo atrás, todos sus intentos por buscar información, pistas, cualquier cosa que le ayudara con su objetivo, uno que hasta el momento no conseguía, al no haber encontrado nunca nada, más ahora nueva información llegaba a ellos y posiblemente seria la que le llevaría hasta su meta… la muerte de los asesinos de su primer y único amor, porque no pudo, ni quiso jamás volver a pensar en alguien de aquella forma, para él solo Tsunayoshi era le dueño de su corazón, independientemente de que ya no estuviera, seguiría siendo el único dueño.

-Puede que estemos cerca Tsuna, cerca de hallar a esos malnacidos, pronto podre cumplir mi promesa… pronto acabare con ellos, por separarte de mi, por acabar contigo, por haber destruido nuestro futuro – pensó cerrando sus ojos, recordando aquella frase que siempre le ha acompañado y la que le ha dado las fuerzas para continuar cuando se sentía perdido y solo y la que al mismo tiempo le hacia tener una punzada de dolor en su corazón – “Se feliz Kyoya… olvídame y se feliz… te amo” – recordó y sonrió levemente con tristeza pues aquellas palabras eran tal y como una espada… con doble filo, le decían lo que más quería escuchar y le pedían lo único que jamás podría ni quería lograr – palabras muy comunes de ti, Tsunayoshi – susurro justo en el momento en que llegaba al portón de su amada Namimori, justo en aquel lugar donde había empezado todo, en donde por primera vez choco su mirada con la miel, en donde por primera vez conoció un sentimiento llamado amor.

Perdido en sus pensamientos y recuerdos este se quedo mirando aquel lugar, no le importaba que le vieran pues sabia que ese día no había ni alumnos, ni profesores en el establecimiento, por lo que estaba tranquilo, o así estuvo hasta que sintió que no estaba solo en aquel lugar, arrugo el entrecejo y dejo de lado sus pensamientos, aquella presencia no la conocía y ni le importaba conocerla, la mordería hasta la muerte, pero aún así estaba sorprendido, su presencia no era común, esta era… peligrosa, un aura ligeramente parecida a la de cierto Hitman, sonrió pensando que seria divertido, iría donde esta, aceptaría aquella invitación, porque sabia perfectamente que quien fuera que estuviera ahí, no era alguien común y muy seguramente le estaba esperando, después de todo porque otro motivo se presentaría de aquella forma ante él, exponiéndose, dando a conocer su escondite.

-¿Quieres jugar carnívoro? Pues juguemos – susurro para si mismo con una sonrisa ladina, mientras se dirigía a la azotea, que era el lugar de donde venia aquella presencia, sin tardar mucho en llegar, entro en esta encontrándose en lo más alto de esta a una persona a la cual no podía ver o reconocer por dos motivos, estaba de espaldas a él y se encontraba cubierto por una capa con capucha totalmente negra.

-Valla hasta que llegas, creí que iba a sacar raíces esperándote… carnívoro – hablo esta persona sin girar a ver al azabache que se veía molesto por la forma burlesca de hablar de aquel, quien por lo que escucho, pudo notar era un hombre joven – aparte después de que por fin llegas te quedas como estatua y no adviertes de mi, me sentí ignorado – dijo lo ultimo sonando como un niño berrinchudo, con el propósito de molestar a la nube, algo que logro en su totalidad – mira que tener que mostrárteme aún más ante ti, y hacerte tal invitación para que te dieras cuenta de mi presencia – dijo con el mismo tono dándose vuelta para quedar de frente al azabache aún sin mostrarse – me has decepcionado pensé que serias mejor que esto… - menciono ahora de forma seria y fría, cambiando por completo su aura, la cual provoco que Hibari sacra sus tonfas y se pusiera alerta, aún más molesto de lo que estaba ant4s por las últimas palabras escuchadas.

-Que sabes tu maldito herbívoro – reclamo totalmente molesto y sin paciencia el azabache – te morderé hasta la muerte – dijo luego tirándose hacia el frente pero en tan solo un pestañeo su adversario ya no estaba ahí, sino que en su espalda y ¿Cómo lo supo? Fácil, pues sintió el agudo dolor proveniente de una fuerte patada que le hizo chocar contra el rejado de la azotea.

-Créeme que se mucho más que tu, Sr. Carnívoro – le dijo acercándose lentamente a él mientras que este ya levantado le observaba, con cuidado analizándole, con sus tonfas en mano, era rápido y no permitiría que le volviera a sorprender de aquella manera.

-¿Quien eres Herbívoro? Y ¿Qué quieres? –  pregunto sorprendiendo un poco a su atacante quien paro su camino, soltando una risita.

-Valla después de todo si ha cambiado algo… eres más inteligente que años atrás, antes jamás te hubieses detenido a preguntar algo a tu oponente, solo pensabas en… ¿Cómo era? ¡¡Ah!! Si en morder hasta la muerte – le dijo y Hibari frunció en entrecejo, esto no le estaba gustando para nada.

-Contesta – fue todo lo que dijo mientras encendía sus llamas de la nube pasándolas a ambas tonfas, preparado para atacar una vez tuviera las respuestas que deseaba.

-Es fuerte, pero aún esta muy lejos de Tsu y de mi, tendré que enseñarle que tan débil es, o sino jamás se hará más fuerte… no podrá ayudar a Tsu si sigue de esta forma – pensó Ryu mirando atentamente al azabache – Quien soy no importa lo importante aquí es otra cosa – contesto calmadamente mientras metía sus manos dentro de la capa para sacar una de sus armas, la cual en menos de un segundo ya estaba fuera, una espada corta de no mas de 30cm rodeada de llamas de la nube, apuntada a Hibari, el cual vio fijamente aquella llama pura y fuerte durante unos momentos para luego nuevamente ver a aquel encapuchado – Hibari Kyoya, guardián de la nube de la decima generación, ahórrame tiempo y entrégame tu anillo de la nube de Vongola por las buenas o… Muere – dijo y logro ver la sorpresa de Hibari en sus ojos, la cual muy prontamente se convirtió en ira y molestia, justo en el momento en que se tiro contra Ryu – Supongo que tu elección es la muerte, es una lastima – susurro bajito posicionándose en forma ofensiva… dejaría fuera de combate a Hibari Kyoya…

Mientras aquello sucedía en Namimori lejos de esta, más específicamente en Kokuyo un nuevo escenario estaba por levantarse, uno que traería más de una consecuencia para la victima de este, la primera ya decidida y tal vez una segunda, que podría poner el mundo de cabeza de cierta niebla, pues el dolor que una vez sintió, y aún siente podría crecer aún más.

Claro que esta aún no lo sabia, Rokudo Mukuro un joven alto, delgado y bien marcado, de piel blanca y con su mismo típico cabello azulado, que ahora a diferencia de tiempo atrás se mantenía  con una larga cola de caballo baja, y con sus hermosos, traicioneros y a la vez peligrosos iris índigo y rojo, con unos ceñidos pantalones negros, su camisa blanca con los tres primeros botones abiertos y una gabardina negra abierta, hasta la mitad de muslo, se encontraba mirando fijamente a la entrada del que era y había sido su hogar por tantos años, claro que no miraba a su hogar específicamente sino que a la persona que se encontraba en esta entrada mirando atentamente hacia adentro.

Mukuro le miro atento, no sentía nada ni su presencia, menos aún peligros hacia él, pero los años y la experiencia le hacían tener cuidado, sabia perfectamente que quien sea el que estaba ahí no era una persona cualquiera era fuerte, olía a sangre, a peligro y por ello debía tener cuidado, o eso pensaba mientras sin quitarla la vista de encima y sin si quiera emitir alguna palabra hacia aparecer su tridente, ha la espera de algún movimiento el cual no tardo en llegar de parte del encapuchado, quien hablo.

-Debió ser muy difícil ¿cierto? – Fue lo que escucho Mukuro de aquella persona que dejo al descubierto el hecho de ser un hombre joven, por la voz pese a que esta era tranquila, fría y suave a la vez, que sentía había escuchado antes, más no le dio gran importancia al seguir escuchando sus palabras – ¿Triste? ¿Abrumador? ¿Desgarrador? ¿Doloroso? – Dijo luego sin voltear a ver a la niebla – ¿Cómo fue Rokudo Mukuro? ¿Cómo fue para ti, la muerte de él? – pregunto dándose la vuelta para así mirar la cara sorprendida de Mukuro,  la cual rápidamente cambio a una llena de rabia.

-¡¡¡TU!!! ¿¡¡Quién eres maldito!!? – grito/pregunto la niebla muy molesta apretando su tridente y preparándose para atacar.

-Yo no soy nadie Mukuro – le contesto tranquilamente – solo vine a cumplir con una tarea con la cual espero cooperes – dijo y esquivo perfectamente el ataque de Mukuro hacia él – por lo que veo no me harás la tarea fácil ¿cierto?

-¿¡¡Qué es lo que quieres!!? – grito mientras daba un salto atrás para alejarse del, pues al atacarlo y este esquivarlo habían quedado muy cerca.

-Fácil mi querido guardián – dijo más Mukuro no presto atención a sus palabras – Rokudo Mukuro, guardián de la decima generación, poseedor de la llama y el anillo de la niebla de Vongola, entrégame tu anillo por las buenas o… muere por las malas – dijo sorprendiendo y molestando aún más a la niebla quien apretó aún mas si tridente.

-Eso nunca bastardo, ahora que se tus intenciones te matare aquí mismo, claro después de que me digas todo lo que sabes – advirtió y se lanzo a atacar al castaño el cual esquivo con gran facilidad sus ataques cuerpo a cuerpo, aprovechando también de dar algunos golpes que para mala suerte de la niebla no lograron ser esquivados.

-Débil, eres muy débil aún Rokudo Mukuro… pese a que nuestro juego a comenzado, pese a que les advertí, no mejoraron casi nada – dijo viendo el rostro en shock de Mukuro – fuiste y sigues siendo débil, por eso no pudiste protegerlo y por ello ahora no podrás vengarlo, fallaste antes y volverás a fallar, así que mejor déjame hacerte un favor y muere – dijo lo último mientras corría rápidamente hacia Mukuro con una espada como la de Ryu en mano, pero antes de llegar tubo que saltar y alejarse pues, Mukuro había reaccionado y lleno de dolor y rabia había encendido sus llamas dispuesto a matar a Tsuna – Es una llama fuerte, después de todo si se ha hecho más fuerte, pero no lo suficiente como para acabar conmigo – pensó mientras suspiraba sin dejar de observar ambos iris contrarios – Natsu hermano, Mukuro realmente te amaba y te ama, puedo sentirlo, puedo verlo, ha sufrido mucho y sigue sufriendo por tu perdida, se culpa y se lamenta y lo seguirá haciendo… perdóname por lo que hare Nat-chan, perdóname… perdóname tu también Mukuro por mis palabras y por mis acciones por no haber sido el cielo que protegía todo y a todos  – pensó por última vez, mirando a su alrededor viéndose dentro de una ilusión, un espacio distorsionado con distintas herramientas a su alrededor, por lo que solo suspiro y se preparo acabaría rápido con esto y así lo hizo, sin esperar mucho se lanzo con aquella espada, cortando todo lo que tenia enfrente hasta llegar a un punto en donde la ilusión se rompió y se lanzo contra Mukuro quien se veía sorprendido, más reacciono a tiempo para esquivar apenas el corte, ocasionando que tuviera un corte en su brazo el cual sangraba – Sabes que todo seria más fácil  si me entregas tu anillo ¿cierto? Tus ilusiones no tendrán efecto contra mi, nada de lo que hagas eres muy débil.

-Cállate maldito – susurro tomándose su brazo – jamás te lo entregare – sentencio y volvió a atacar, más Tsuna ya cansado de eso decidió ponerse serio y ayudándose de su llama de la noche engañaba a Mukuro cortándole y golpeándole, lastimándole pese a que Mukuro utilizaba eficientemente sus llamas e ilusiones, las cuales lamentablemente jamás surtían efecto en el castaño – maldición esto no puede ser quien demonios eres – susurraba cansado Mukuro de no poder estar ni cerca de lastimar a su adversario, lo que este no sabia era que el castaño desde que había llegado a Vendicare había tenido que vivir y luchar contra las ilusiones ya sea por los mismo de Vindice, Akira y luego su amigo Ryu con el cual entrenaba.

-Vamos a terminar con esto guardián de la niebla, ya no quiero seguir perdiendo tiempo, alguien espera por mi – dijo y sin que Mukuro lograra reaccionar ni adelantarse a sus movimientos corrió hasta su espaldas, y con una leve cantidad de llamas del cielo le pateo de tal manera que tiro unos metros a Mukuro el cual sin poder hacer nada aterrizo contra una de las murallas rompiéndola, a lo que este escupía sangre, trataba de levantarse más sabia el daño hecho era bastante, más aún así no se rindió y con ya sus últimas fuerzas levanto su ultima ilusión sorprendiendo a Tsuna quien pensaba que ya había acabado con este, pero lo que la sorpresa no dejo ver a este fue que esta última ilusión no era como las otras, pues en esta había algo que antes la niebla no había utilizado no porque no pudiera o no deseara sino porque  algo lo detenía, un sentimiento que no entendía, pero ahora con sus últimas fuerzas nada lo detendría – Si que eres testaru… - no alcanzo a terminar pues debió saltar esquivando algo que se acercaba a él, espadas, más no les pudo esquivar del todo por lo que su brazo termino lastimado con un profundo corte y su mejilla con una leve – ilusiones reales – susurro pues las conocía, Ryu acostumbraba a usarlas siempre en sus entrenamientos, recordó el castaño tocándose su rostro sintiendo el cálido liquido recorrer su mejilla y sintiendo el profundo dolor de su brazo el cual solo dejo caer, sin demostrar dolor ni en su faceta escondida, ni en su voz.

- Ilusiones reales, tienes toda la razón… Las pude haber usado antes pero algo desconocido me detenía – dijo con detenimiento por el cansancio y el dolor, oculto de la vista del castaño debido a aquella ilusión –  no se quien seas pero estoy seguro de algo… y eso es que tu… - no pudo terminar pues escucho un fuerte ruido, seguido sintió una profunda punzada en su abdomen, a donde dirigió su mano solo para sentir el cálido liquido salir de aquel lugar, mientras su vista ya nublada ahora se volvía borrosa y su piel blanca se volvía cada vez más pálida – Kufufu al parecer hasta aquí he llegado – pensó mientras caía lentamente en la oscuridad, logrando captar como su ilusión se derrumbaba y como aquella persona se acercaba con una pistola en mano hacia donde él estaba – Así que después de todo también fuiste capaz de ver a través de esta ilusión, Kufufu no sabes cuanto te odio – susurro sabiendo que le escuchaba al ya estar a su lado, cortando también por últimas ves al castaño quien se dejo cortar, con el tridente manchando así este con la sangre del contrario para luego solo caer al suelo con la sangre de Tsuna sobre el – lo siento Usagi… - fue lo ultimo que susurro antes de caer en una profunda oscuridad.

-Lo se Mukuro lo se – dijo Tsuna mientras acariciaba el rostro manchado de sangre de Mukuro con delicadeza y cariño, sin dar importancia a su nuevo corte – perdóname pero se… siento que esto es necesario, debes hacerte más fuerte, esta juego apenas comienza y ustedes serán los encargados de terminarlo, debes y deben hacerse más fuerte y esto ayudara a eso – le susurro aún sabiendo que este no le escuchaba mientras con cuidado acomodaba a Mukuro quien permanecía sentado entre los escombros, dejándolo ahora acostado en el suelo – se que esto es importante para ti, lo vi en tus ojos, te lo devolveré no te preocupes – volvió hablar mientras le sacaba el anillo a Mukuro y se levantaba sin dejar de mirar a la niebla la cual seguía sangrando – adiós Mukuro, vive y hazte más fuerte… perdón Natsu – termino de hablar mientras dejaba tres plumas sobre el cuerpo de Mukuro y comenzaba a alejarse sacando un celular de entre sus ropas manchadas, en el cual marco un numero el cual no tardo en contestar – hablo para pedir una ambulancia para Rokudo Mukuro, guardián de la niebla de Vongola el cual se encuentra gravemente herido en Kokuyo land, ordenes de Reborn, gracias – fue todo lo que dijo y corto aquella llamada a las instalaciones medicas de Vongola tirando luego aquel celular al suelo – Bien es hora de ir por Ryu – se dijo así mismo viendo por última vez a su guardián, abriendo un portal y yéndose del lugar.

Mientras que por donde se encontraba Ryu las cosas no iban muy distintas que como con Tsuna, pues Hibari se encontraba en el suelo muy golpeado y con varios cortes en su cuerpo los cuales no eran cortes de espada sino que realmente eran roces de balas, las cuales sangraban bastante, las tonfas se encontraban partidas por la mitad y muy lejos de su dueño, el cual con toda su fuerza de voluntad mantenía sus ojos abiertos viendo fijamente a aquella persona a tan solo unos metros de él con una pistola en mano y con tan solo un par de golpes y nada más.

-Supongo que ya hemos terminado Sr. Carnívoro – dijo Ryu mientras es acercaba sabiendo que ya la nube no podía moverse, ni para defenderse, ni para atacarle.

-Maldito… - susurro Hibari haciendo el intento fallido de levantarse, recordando perfectamente lo que le había dejado así, pues pese a que tenia dificultades, según él podía hacer algo más con el aquel adversario con llamas de nube, más jamás se había esperado que este sacara una pistola y que esta fuera rodeada por llamas de niebla levantando así una ilusión, en la cual luego Ryu disparaba contra él, utilizando ambas llamas, donde la llama morada daba más fuerza a la decena de balas hechas por la llama índigo, como ilusiones reales, las cuales por supuesto no pudo esquivar a su totalidad – ¿Cómo es que puedes utilizar dos llamas? – Pregunto en su aturdimiento y pronta inconsciencia Hibari, viendo como ya aquel encapuchado se encontraba frente a él – no dejare que te lo lleves…

-Eso es un secreto Hibari Kyoya, en secreto y lo siento pero aquello no esta en discusión  – dijo viendo como la nube cerraba sus ojos en el momento en que este le quitaba el anillo y lo guardaba, mirando fijamente al azabache – debo reconocer que eres más fuerte de lo que esperaba, pero no es suficiente, debes hacerte más fuerte Hibari-san y así poder detener este juego, en vez de terminarlo – susurro mientras acercaba su mano a este, más antes de llegar pego un gran salto hacia atrás antes de que una bala llegara a él, sacando su propia pistola apuntando a quien le había disparado, más no espera encontrase con lo que se encontró – Reborn… - pensó mirando al  atractivo azabache que llegaba junto a un inconsciente Hibari.

-¿Quién eres maldito? – Pregunto Reborn apuntando a Ryu quien solo le miraba – ¡¡muéstrate!! – grito pero Ryu no hacia nada solo se mantenía quieto apuntando su pistola.

-Valla en persona eres aún más guapo… Reborn – pensó despertando de su efímero shock al ver al azabache ahí, pues no espera que este llegara, mientras que Reborn se encontraba sorprendido y molesto, no esperaba encontrarse con una presencia desconocida en la escuela y menos con un Hibari inconsciente y un extraño a punto de matarlo, según él – como el dije antes a él, no importa realmente quien soy, lo único que importa ahora es que ya termine lo que vine hacer y ahora debo irme.   

-JA acaso crees que te voy a dejar ir malnacido – dijo molesto disparando a Ryu quien con facilidad esquivo aquellas balas – no te iras de aquí vivo, primero te descubriré y te sacare todo lo que sabes y luego te iras, pero muerto – dijo a punto de lanzarse contra Ryu quien sinceramente no quería enfrentarse contra Reborn por dos razones la primera porque sabia perfectamente que este no seria tan fácil de derrotar como Hibari, era fuerte tanto como Tsuna y él y  no podía darse el lujo de gastar más llamas de las que ya había gastado,  se pondría en riesgo él mismo y a su amigo, y segundo simplemente no quería enfrentarse a Reborn , por lo menos no ahora cuando mantenía tan presente aquel beso de su “sueño” por lo que agradeció profundamente cuando sintió el ruido de otro disparo que detuvo el avanzar de Reborn, proveniente de tras él.

-Parece que llegue justo a tiempo – dijo quien había disparado ganándose la atención de Reborn a quien le pareció levemente conocida aquella voz, pero olvido aquello al ver confundido y sorprendido aquel portal que según sabia solo podía ser utilizados por Bermuda y Ryu quien sonrió contestando.

-No sabes que tan justo, gracias – dijo y agradeció acercándose a aquel portal en donde se encontraba su amigo quien miro primeramente a  Reborn y luego a Hibari, corriendo rápidamente su mirada a Ryu.

-¿Supongo que lo tienes? – pregunto y Ryu solo asintió sacando de entre sus ropas el anillo de Hibari el cual alcanzo a ver Reborn quien ardió en rabia.

-¡¡¡USTEDES!!! – grito Reborn llamando la atención de ambos jóvenes quienes veían como varias balas se dirigían hacia ello, las cuales jamás llegaron al detenerse a un metro de distancia de ellos por obra de Tsuna – Maldición...

-Reborn, el hitman más fuerte del mundo… es un placer encontrarnos nuevamente, lamentablemente debemos irnos – dijo Tsuna dando un paso atrás junto a Ryu, alterando y molestando a Reborn quien no podía permitir que se fueran junto al anillo, por lo que fue contra ellos lo más rápido que pudo – espero nuestra próxima reunión Reborn y un consejo… visita al guardián de la niebla, aunque dudo que para este momento siga con vida – fue lo último que escucho Reborn antes de llegar y  ver que aquel portal desaparecía quedando solo en aquel lugar tres plumas y nada más.

-Ustedes, no puede ser MALDICION – termino gritando totalmente molesto de haber tenido a los asesinos de su pupilo frente a sus ojos y no haber hecho nada – me las pagaran esto no quedara así, maldición debo darme prisa – susurro recordando que estos se habían llevado el anillo de Hibari y muy probablemente el de Mukuro si no intuía mal – Maldición – volvió a maldecir mientras se acercaba totalmente cabreado a Hibari para revisarlo, comprobando que aún seguía vivo, por lo que marco en su celular para llamar a las instalaciones Medicas – Necesito que manden ayuda para Hibari Kyoya...

-De inmediato Reborn-san, a propósito ya llegamos junto al guardián de la niebla y ahora mismo lo están preparando para dirigirlo a la clínica, necesita de atención urgente – dijo sorprendiendo a Reborn quien se perdió un poco, pues pensaba enviar ayuda también para la niebla.

-¿Cómo supieron que Mukuro estaba lastimado? – pregunto rápidamente mientras cargaba en su espalda a la nube.

-Que dice Reborn-san usted mismo mando a alguien a llamar a través del número privado para pedir ayuda para Mukuro-sama – dijo sorprendiendo aún más al asesino que solo pudo chasquear la lengua.

-No se preocupen me encargare de llevar a Hibari a la clínica, ustedes lleven a Mukuro nos vemos allá – dijo cortando la llamada, para luego volver a marcar, solo que ahora a Gokudera, el cual contesto de inmediato – Gokudera, los quiero a todos ahora en las instalaciones medicas de Vongola, Mukuro y Hibari fueron atacados y se encuentran gravemente heridos – fue todo lo que dijo cortando luego para dirigirse rápidamente con Hibari a las instalaciones.

Una vez ya en las instalaciones Reborn entrego a Hibari quien no había despertado durante todo el trayecto, mientras que a su lado llegaba Shamal quien trabaja para estas instalaciones.

-No puedo creer que apenas llegue de un viaje me encuentre con todo esto – dijo le doctor una vez frente al Hitman, dándose cuenta a la perfección del estado de este, mientras que Reborn pese a la aparente burla no dijo nada pues se dio cuenta del serio rostro del otro hitman.

-No sabia que ya habías llegado de tu viaje – dijo pues desde lo sucedido Shamal hacia viajes esporádicos en busca de su amigo, pues al Reborn no encontrar pista alguna de cierto rubio se decidió a que seria buena idea buscar al doctor quien era cercano a los menores de la foto – ¿has visto a Mukuro?

-Ahora mismo se encentra en cirugía, llego con costillas rotas, hematomas, huesos fracturados, cortadas y la causa de la cirugía una herida de bala… perdió mucha sangre – dijo serio comenzando a caminar hasta quedar al lado del Hitman quien no se movió de su posición ocultado su vista bajo su fedora – toma encontraron esto junto a su cuerpo – dijo entregándole las tres plumas – aunque supongo ya sabes de que se trata y lo que esto representa en Italia, por primera vez la conducta regular de este par de rompió, ¿a crees que se puede deber? – pregunto al aire más que a una persona en especifico, mientras Reborn tomaba en sus manos las plumas.

-Es algo que yo también quisiera saber Shamal… Dime ¿Mukuro tenia su anillo consigo? – dijo y luego pregunto al doctor quien había empezado a caminar.

-No, no lo traía  consigo – fue todo lo que dijo parando su andar esperando más información, escuchando como Reborn suspiraba.

-Los alcance a ver, se llevaron el anillo de Hibari, no pode hacer nada – termino diciendo lo último con rabia contenida en su voz.

-Las cosas al parecer se complicaran más, pero piensa que estas más cerca de dar con ellos y más cerca de al parecer descubrir un gran secreto o simplemente el que siempre has buscado – dijo y siguió avanzando – iré  a ver a Hibari – dijo y se perdió en uno de los pasillos, recordando la única información recaudada en todo este tiempo.

Iraki Kira, ahora también conocido como Araki Akira, hitman en estado activo, se desconoce su paradero o residencia, se sabe que viaja constantemente a través de diversos países, búsqueda o motivo de aquello desconocido, información personal perdida en su mayoría o de acceso restringido, lo único sabido fue que registro y adopto a dos jóvenes quienes ahora portan su apellido, jóvenes de nombre y residencia igualmente desconocidos.

 Fue todo lo que recordó, pues eso era lo que había encontrado en su búsqueda, había  realizado una investigación exclusivamente sobre aquella adopción, pero jamás encontró a los jóvenes, aunque creía saber quien era uno de ellos y sabia quien podía ser el otro y algo de todo aquello le molestaba, a veces sentía que podía tener más respuesta de las creía pero no encontraba nada, y claramente tenia razón pues tenia respuestas, respuestas a medias que no lograba completar, ni descifrar, cuanto hubiesen cambiado las cosas si hubiese prestado más atención a aquellas muestras de sangre que tantos años atrás había tomado, pero aún no era tarde y posiblemente muy pronto una nueva pista llegaría a él.

Horas más tarde en una habitación se encontraban todos los guardianes menos Mukuro y Hibari quienes estaban internados, Reborn y Shamal, también estaban ahí, el primero para informar a los guardianes de lo sucedido, al aún no decir nada y el segundo para informar el estado de ambos guardines.

-Seré directo, no hay tiempo para muchas explicaciones así que escuchen atentamente – dijo el hitman viendo como todos se veían confundidos – como ya saben tanto Mukuro como Hibari fueron atacados y fácilmente derrotados – dijo y todos estaban sorprendidos pues sabían ambos, aunque no les gustara reconocerlo, eran los más fuertes entre ellos – quienes le atacaron y derrotaron fueron los asesinos Ryutsu, quienes por primera vez no mataron a sus victimas, más el problema no es ese, sino el hecho de que se llevaron ambos anillos, el de la niebla y el de la nube… - termino de hablar dejando helados a los demás guardianes.

-No puede ser Reborn-san hay que buscarlos – dijo rápidamente la tormenta siendo apoyada por Yamamoto, Lambo y Ryogei, mientras que Nagi se mantenía callada por la preocupación que sentía.

-Reborn ¿Cómo sabes que fueron ellos? – pregunto esta vez Lambo, tiritando por la cruel y fría mirada del Ex arcobaleno.

-Fácil vaca estúpida, dejaron las misma tres plumas tanto con Hibari, como con Mukuro – dijo mostrando las seis plumas en total.

-Si es así que no hay que perder más tiempo, hay que aprovechar que se encuentras aquí, a nuestro alcance, hay que ir por ellos – dijo muy seriamente Yamamoto.

-No, no podemos, no aún – dijo Reborn y todos le miraron mal, más este ni se inmuto – no me malentiendan, si por mi fuera hace mucho estaría tras ellos, pero no son normales, si van lo único que lograran  es ser derrotados y posiblemente perder sus anillo, y no podemos permitirnos perder otro, hay que esperar a que tanto Mukuro como Hibari despierten y nos den más información – dijo lo bastante serio, pero lograba ver que ninguno estaba de acuerdo son sus palabras y Ryogei lo dejo claro.

-Si esperamos más, para cuando vallamos ya estarán muy lejos, no podemos perder más tiempo, no se supone que debíamos vengarnos, yo iré a buscarlos – dijo sin gritar bastante serio y hasta molesto, más no tanto como el hitman.

- PIENSEN… - les grito el hitman más que molesto, el quería vengar a su alumno, matar a aquello tipos pero no podía, debía actuar fríamente – piensen maldición, ellos pelearon uno a uno, contra Mukuro y Hibari y les ganaron a los más fuertes de entre ustedes, y no tan solo eso, logre verlos, no son simples mafiosos, uno de ellos usa aquella llama… la misma llama de bermuda, no vi sus alcances solo los sentí y con ello puedo saber perfectamente que no están a su nivel, si van solo lograran morir en sus manos, y créanme que muertos no vengaran a nadie – termino de hablar más calmado haciendo entender a los guardianes.

-¿Tan fuertes son? – pregunto dudoso el rayo, ganándose otra gélida mirada del hitman que odiaba repetir.

-Vaca estúpida, tal y como dije antes no vi sus alcances pero los sentí ambos son fuertes… tanto como yo y incluso podría decir que uno de ellos es más fuerte que yo – con lo último dicho dejo a todos callados, pues dos personas igual de fuertes que el hitman no era algo fácil de encontrar y menos de derrotar, alguien más fuerte era imposible de imaginar – yo podría encargarme de uno, no seria fácil pero si es un uno a uno, estaría bien, pero son dos y ustedes cuatro no estoy seguro que puedan en estos momentos con uno de ellos sin salir gravemente heridos o alguno muerto… no ahora que no sabemos que tan lejos pueden llegar, cuales son sus armas, fortalezas o técnicas y menos aún que planean con el robo de anillos, por ello hay que esperar a que despierten y nos digan que paso, mientras y después tienen que entrenar y buscar información de vuelos, hoteles, su localización y toda esa estupidez, para así poder salir una vez  ellos estén recuperados y listos para pelear puede que ahora no sea suficiente pero si ellos se recuperan y ustedes entrenan aún mas de tal forma que puedan estar a un mismo nivel que Mukuro y Hibari, podríamos más fácil con ellos, yo me encargaría de uno y ustedes del otro, lo importante ahora es buscar información y dejar que se recuperen, y por sobre todo estar atentos no sabemos si pueden venir por otro anillo – termino de hablar dejando a todos callados y conformes, con la explicación pese a no estar de acuerdo sabían que si era tal y como decía el hitman no tendrían oportunidad, necesitaban hacerse más fuertes.

-Y ¿Cómo se encuentran ellos? – pregunto más calmado Yamamoto.

-Para eso estoy aquí – dijo Shamal mirando a todos bastante serio – el más grave era Mukuro, pues tenia una herida de bala, y había perdido bastante sangre, pero ya fue atendido y esta estable, su vida no corre peligro gracias a que se llamo por ayuda justo a tiempo, por lo que ahora solo tiene algunas fracturas que con los días pasaran con ayuda de las llamas del sol y algunos hematomas, eventualmente despertara – dijo dando un pequeño suspiro – por otro lado Hibari llego un poco mejor, presentaba una gran cantidad de golpes, cinco costillas rotas, cortadas tanto de espada como de balas, lo que igualmente ocasiono perdida de sangre, estas fueron curadas con la llamas del sol… al igual que Mukuro tiene fracturas y hematomas que con los días se curaran, pero su condición era levemente mejor, a ambos se les hizo una transfusión y a ambos les hicimos exámenes de sangre para ver si no tenían ninguna sustancia extraña en su organismo, no era conveniente extraerles sangre así que tomamos muestras de sus ropas en el caso de Hibari y arma en el caso de Mukuro, es decir su tridente – dijo tranquilamente Shamal sin saber que aquellas pruebas, nuevamente le traerían una sorpresa, una sorpresa que le daría respuestas completas, y que muy posiblemente les salvaría de un trágico final, claro si es que lograban llegar a tiempo.

CONTINUARA…

Notas finales:

Jeje que les parecio, quieren matarme por lo que sucedio, pues lo siento pero aun no es tiempo del reencuentro y Mukuro va a estar bien, sera recompenzado pronto jejeje, y que creen que pasara.

¿que final creen que es el que desea Tsuna y Ryu? pues este es distinto , y creanme que hay una razon por la cual Tsuna se muestra como culpable ante los guardianes, todo tiene un porque y esto tiene que ver con el final que Tsuna desea, y el cual Ryu desea evitar jeje.

Espero sus opiniones, respuestas, tomatazos, sugerencias, etc, etc, nos estamos leyendo, cuidense.

SAYONARA...


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