“Esperándote esta noche
Siento algo especial
El latido de mi corazón
A total velocidad
No te puedo olvidar ni un momento
Has provocado la locura en mí
Tan solo espero que tú vengas pronto
Solo quiero estar junto a ti”
La noche apenas comenzaba, el caballero de acuario se empeñaba en verse bien, cepillaba una y otra vez sus cabellos, se ponía loción, vestía sus mejores ropas, con las que se mostraba más atractivo que nunca, todo tenia que ser perfecto y a pesar de eso de nada serviría… todo terminaría igual, el y su amado en la cama, la ropa tirada y su cabello alborotado, el olor de tan delicioso aroma que le cubría desaparecería con el sudar de ambos cuerpos.
Camus estaba enterado perfectamente de lo que Milo era, pero el sabia que entre ellos dos no solo existía una relación cliente y proveedor de placer, y si solo era eso entonces prefería no saberlo, escorpión era quien llenaba sus noches, aquel que tatuaba su cuerpo entero de besos… el único en su vida, aun que supiera que el no era el único en la vida del escorpión.
- Cuanto deseo verte…
Su elegante porte salió del templo de la vasija, bajo lentamente las escaleras cruzando casa por casa, sentía como si sus piernas flaquearan, su corazón se aceleraba conforme se acercaba al templo de escorpión, un suspiro salió de entre sus labios para adentrarse a la casa donde su dulce atacante lo estaría esperando en una habitación.
El eco de sus solitarios pasos que resonaban en las paredes lo perturbaba, incluso llegó a sentir que el ambiente se tornaba tenso y frió, hasta que esa su tan anhelada figura apareció ante el con su cálida sonrisa, con sus sensuales movimientos y pasionales miradas.
-puntual como siempre Camus
El caballero del escorpión deposito un dulce beso en los labios de Camus, un beso que solo a el le daba, lo llevo hasta el interior de la habitación sin dar oportunidad de recobrar aliento a sus cuerpos, era inevitable, el juego de la seducción había comenzado.
Los besos de Milo habían bajado hasta el cuello del acuariano, Camus se encorvaba ante la excitación que le prodigaban esos labios a su cuerpo, las manos del escorpión se deslizaron sigilosamente entre las ropas del señor de los hielos hasta despojarlo lentamente de ellas, mientras este apenas y podía con Milo.
“Un saludo, tanto gusto
Encantado de volverte a ver
Toda la noche por delante
Tu me miras y yo también
Se acabo en seguida la conversación
La ropa vuela en mi habitación”
La excitación de Camus iba en aumento al sentir como Milo succionaba suavemente su piel, el caballero del hielo no tardo en comenzar a desvestir al escorpión siendo ayudado por este que se movía sensualmente y guiaba sus manos para que acariciase su bien formado cuerpo; el escorpiniano llevó a Camus a la cama acostándolo lamiendo su cuerpo hasta terminar en su miembro, acuario arqueaba su cuerpo ante el placer que la boca del peli-azul le prodigaba, sus movimientos comenzaban lentos mientras adquirieran fuerza provocando que los ligeros gemidos de placer se convirtieran en gritos incontrolables.
“Nada frena el deseo solo hay pasión
Si quieres verme en otra ocasión
Marca mi numero es el 666
Marca mi numero es el 666”
Cuando ya el miembro de Camus estaba erecto Milo dejo se aparto de la suave piel de su amante para tomar una nueva posición y comenzar a penetrarlo lentamente mientras le masturbaba, llegaron pronto al clímax sin dejar de gozar… Milo sabia perfectamente como recomenzar todo una y otra vez.
“Me has icho algunas veces
Si esto nos puede agotar
Nicotina y unos tragos es la vitamina ideal
Y amor a todas horas y en cualquier lugar
Puedes ser muy original
Así arriba y abajo como quieras tu
Siempre que el cuerpo te pida mas”
En el transcurso de la noche no hubo descanso alguno, intercalando lapsos de tiempo en donde una copa de vino o un cigarro entre los labios de milo volvían la excitación a los cuerpos, pronto la luz del sol encontró a ambos caballeros completamente agotados uno sobre otro, esa habitación era ya un completo caos pues la noche entera fue activa, Milo se levanto cuidadosamente para no despertar a Camus que dormía placidamente sobre su cama, lo arropo con cariño esperando no perturbar su sueño para después dirigirse a bañar pero antes de poder lograr llegar al baño el celular del escorpión sonó, este se apresuro a contestarlo saliendo de la habitación envuelto tan solo en una toalla.
- si?... habla milo…..si afrodita…. Así es…….no, no hay problema… si…. Hoy a las ocho te parece??..... el precio dices???... el mismo….si, hasta en la noche
Milo soltó un suspiro adentrándose en el baño, apagó su celular y se metió en la tina no quería saber nada de trabajo hasta que llegara la hora de estar con afrodita, se introdujo en la tina lentamente las noches con Camus siempre eran agotadoras e inevitablemte se quedó dormido.
“Nada frena el deseo solo hay pasión
Si quieres verme en otra ocasión
Marca mi numero es el 666
Marca mi numero es el 666”
Una ráfaga fría de viento rehizo despertar eran las siete y treinta, le quedaba poco tiempo para arreglarse e ir al templo de picis, tomo la toalla, se seco rápidamente y se la envolvió, salio del baño esperando encontrar aún a acuario dormido entre las cobijas de su cama descubriendo por el contrario una cama vacía y la misma cantidad de dinero que cada domingo sobre su buró.
-Camus… algún día entenderás por que lo hago….
Milo esbozó una sonrisa mientras tomaba el dinero, lo guardo en la caja de siempre, se apresuro a vestirse nuevamente con ropas limpias y salió en dirección a la doceava casa en donde un ansioso afrodita lo esperaba.
“Nada frena el deseo solo hay pasión
Si quieres verme en otra ocasión
Marca mi numero es el 666
Marca mi numero es el 666”